AL BORDE delacaverna número 13

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Microcuentos y cuentos
del bimestre
STELLA MARIS SORIA
- Argentina-
MARGA CLARET
I
El chirrido se oía cada vez más fuerte y la puerta del ropero se movía en forma
extraña presagiando la falta de algún antióxido en sus bisagras. A lo mejor ese
espejo denso que está en su parte externa, biselado, le daba un peso extra que lo
desbalancea, o la pata de atrás media apolillada no equilibra lo justo con el piso.
Lo cierto es que Lucía se asustó. La puerta no cedía en su reclamo y se acercó para
ver qué pasaba.
Reflejó sus dieciocho años sobre el cristal y sonrió al verse, hasta que nuevamente
el movimiento pendular la sobresaltó.
Se agachó. En la parte inferior observó una firma grabada. Marga Claret decía. Se
acercó más, casi pegada la nariz a la firma. Le pareció ver dos ojos adentro de las
‘a’ que la miraban. La ‘g’ se distendía hacia abajo como una nariz y la ‘m’ parecía el
cabello enmarcando el rostro. Si, era un rostro. Falta la boca – dijo apretándose la
suya fuertemente con los dedos( ardía aún en sus labios la calentura vivida con
Matías cuando lamía sus encías casi hasta llegar a la campanilla).
Lucía notó que justo su boca reflejaba el lugar exacto en que faltaba la del rostro.
Tocó el reflejo y aterrada saltó hacia atrás como si una fuerza infrahumana la
empujara. Cayó justo arriba de la cama con respaldo de bronce tallado (allí había
tenido sexo con Matías hacía un rato, y recordó sus manos deslizándose por la
vagina hasta penetrarla y el momento del goce la calmó).