Revista Ámbito Cívico Militar - Edición 56 Actualizado
Revista especializada en doctrina militar, histórica y sociocultural para la Unión Cívico-Militar y Defensa Integral de la Nación del Comando Estratégico Operacional de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana. La edición N° 56 resalta las actividades del 14 Aniversario del CEOFANB, trae una novedosa sección llamada Léxico Cívico-Militar donde se indica las diferencias entre las palabras Liberador, Libertario y Libertador. Ademas puedes leer nuestro nuevo artículo "Aproximación Teórica hacia la Venezuela Potencia".
Revista especializada en doctrina militar, histórica y sociocultural para la Unión Cívico-Militar y Defensa Integral de la Nación del Comando Estratégico Operacional de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana. La edición N° 56 resalta las actividades del 14 Aniversario del CEOFANB, trae una novedosa sección llamada Léxico Cívico-Militar donde se indica las diferencias entre las palabras Liberador, Libertario y Libertador. Ademas puedes leer nuestro nuevo artículo "Aproximación Teórica hacia la Venezuela Potencia".
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rística particular de los conflictos contemporáneos ni con qué
tan bien se asemeja a nuestras suposiciones sobre la realidad,
sino que tiene que ver con el modelo de guerra y cómo el modelo
que explico es diferente de los modelos prevalecientes
que sustentan tanto la política como la erudición. Es un modelo
que implica una lógica política, económica y militar específica».
(Kaldor, 2013, pp. 4-5)
Así las cosas, procederemos a parafrasear lo que la autora
señala como «Nuevas Guerras»: las características de
este nuevo fenómeno radican en que existe un desdibujamiento
entre las distinciones existentes entre guerra, crimen
organizado y violaciones a gran escala de los DD.HH. No es
visible la distinción entre lo interno y lo externo, lo policial
y lo militar, lo público y privado, los motivos económicos o
políticos, combatientes y no combatientes.
En este contexto es que desarrolla su tesis explicando
que existen ciertas características que permiten señalar
que se está ante una nueva forma de violencia, una «nueva
guerra», a saber: «…sus objetivos, sus métodos de lucha y
sus modos de financiación» (Kaldor, 2001, p. 21). También
indica que existe una proliferación de actores estatales y no
estatales. Dichas características son:
Los Actores: Mientras que en las viejas guerras, el
único actor que prevalecía era el Estado y por antonomasia
los que la realizaban eran las fuerzas armadas de
los mismos, es decir combatientes plenamente identificados,
con códigos éticos y morales sustentados por la
normativa internacional vigente, lo que se refiere al Derecho
de la Guerra, el Derecho Internacional, convenios
de Ginebra y sus respectivos protocolos, en esta nueva
forma de violencia política se «…incluye a todo un “ejército”
internacional que va desde periodistas extranjeros,
soldados mercenarios y asesores militares, expatriados
voluntarios, ONG, instituciones internacionales, como la
ACNUR, la UE, UNICEF, la OSCE y la propia ONU» (Bados
Nieto y Duran Cenit, 2015), a los que se les suma las
organizaciones criminales, contratistas de seguridad privada,
yihadistas, caudillos, paramilitares, etc.
De este último grupo, la gran mayoría de los
señalados o no tienen ninguna res- ponsabilidad
penal por los actos cometidos,
por no ser sujetos jurídicos de las
diferentes normativas del Derecho
Internacional Público, como es el
caso de las contratistas de seguridad
privada, o simplemente son
desafiantes de estas normativas,
como lo hacen las organizaciones
criminales, paramilitares,
lo que ha despertado la necesidad
de realizar un abordaje
más integral en temas de seguridad
internacional.
Los métodos de lucha: En
las viejas guerras, la guerra
convencional o regular, el objetivo
es la captura de territorio,
donde las batallas son los
enfrentamientos decisivos;
es decir, el instrumento mili-
Tutsi Hutu Twa
tar de dos Estados que se enfrentan hasta consolidar los
objetivos políticos. Las guerras de guerrillas se establecieron
bajo la premisa de ganarse a la población para poder
operar libremente en el territorio; esto sería lo mismo que
señalar la captura de territorio a través del control político
de la población. Esta forma de hacer la guerra surgió como
una forma de enfrentar a un ejército convencional con una
concentración de masa (hombres, poder de fuego) según
los términos clausewitzianos, superior, por lo tanto para
hacerle frente directamente, significa irremediablemente
la no consumación de los objetivos, y por ende se hace
necesario diseñar una vía alterna; se traza una estrategia
orientada a evitar la confrontación directa en una batalla e
ir dando golpes mínimos haciendo un uso eficiente de las
fuerzas con las que se cuentan, con un amplio conocimiento
del terreno donde se opera e influir en la moral del adversario,
al menos así lo señalaba Mao Tse-Tung: moverse
en el terreno «como un pez en el agua». En contraposición
con lo señalado anteriormente, las nuevas guerras toman
de la guerra de guerrillas el control político, pero hacen gala
de unas armas que actúan sobre la psiquis del ser humano:
«el miedo y el odio».
En ellas ya no cuenta ganarse a la población y operar
sumergido en ellas, sino que «El objetivo es expulsar a la
población mediante diversos métodos, como las matanzas
masivas, los reasentamientos forzosos y una serie de
técnicas políticas, psicológicas y económicas de intimidación…»
(Kaldor, 2001, p. 23).
En estos términos se infiere que la violencia se dirige
hacia los civiles y no contra las fuerzas enemigas como
una forma de controlar territorio. Vale acotar que en esta
concepción de las Nuevas Guerras las batallas son raras.
Entre los métodos identificados por Kaldor se señalan
los siguientes: el asesinato sistemático de los que se adhieren
a otras etiquetas (caso los hutus y los tutsis, en África),
la limpieza étnica (Bosnia-Herzegovina, los Balcanes),
hacer inhabitable una zona. La destrucción de la cultura y
la historia, eliminando iconos que determinan el entorno
cultural de un grupo de personas. Otro método de profanación
son los abusos sistemáticos y violaciones masivas,
todas estas modalidades están comprendidas en la definición
de genocidio, prevista en el Art. 2° de la Convención
de Ginebra de 1948. En definitiva, los métodos
empleados rechazan todas las normativas de la
guerra.
La forma de financiamiento de la guerra:
Mientras que las viejas guerras manejaban
el concepto de economía de
guerra, referido a un régimen autárquico,
donde los medios financieros
para respaldar a la fuerza
armada del Estado se conseguían
a través del incremento de los impuestos
y políticas públicas de
austeridad, orientadas para atender
la contingencia o a través de
potencias que brindaban su apoyo
económico directo al gobierno de
alguno de los actores estatales en
conflicto, lo que se observa en las
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