Revista Juntos - Enero / Febrero 2021
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ANA MARÍA
PETERSEN CAMARENA
Directora del Pacto por la Integridad
y por el Bien Ser de Jalisco
MANUEL ESPINOZA
DE LOS MONTEROS
Socio Worth Street Group y
Senior Fellow Wharton Business School
EMPRESA INTEGRA
PARTE I
Un estándar de integridad empresarial
para la transformación social
Según el Índice de Estado de Derecho en México 2019-2020
realizado por el World Justice Project, donde un puntaje cercano a
1 significa una adherencia más fuerte al Estado de derecho, el
promedio en México es de .39, y Jalisco se encuentra en la
posición 26 de 32 con un puntaje de .37. Lo anterior, pone de
manifiesto la falta de conocimiento que las personas tienen de sus
derechos, su protección efectiva ante la ley y el cumplimiento
regulatorio (en este último, Jalisco tiene un puntaje de .34). Si bien
este Índice se enfoca principalmente en el actuar de las
instituciones públicas, el cumplimiento y adherencia a las normas
es responsabilidad de todos. Ante este panorama consideramos
que no podemos depender de un actuar efectivo de las
autoridades sin un sólido compromiso ciudadano: nuestro
comportamiento individual ante la comunidad y el de las
instituciones privadas.
Cuando hablamos de integridad empresarial, pensamos en una
empresa que cumple con la normatividad aplicable, actúa apegada
a sus valores y principios, y más recientemente, implementa una
política de integridad que contempla instrumentos como códigos
de ética y conducta, mecanismos internos de denuncia y control
de riesgos, así como una mayor transparencia y rendición de
cuentas de sus actividades.
En el Pacto por la Integridad y por el Bien Ser de Jalisco creemos
que la integridad empresarial debería ir más allá del
cumplimiento normativo, y que la infraestructura que
contemplan las políticas de integridad es insuficiente no solo
para prevenir actos de corrupción, sino para un desarrollo
sostenible y equitativo para todos. Así, consideramos la
integridad empresarial desde una perspectiva más progresista y
armonizada no solo con las regulaciones aplicables, sino con las
necesidades reales de México, y con las posibilidades de una
empresa de ser un agente de cambio social.
Nuestra visión de integridad corporativa contempla el cumplimiento
normativo, pero acompañado de acciones y decisiones adicionales
encaminadas a crear bienestar para los grupos de interés de las
empresas, desde sus clientes hasta las comunidades donde operan.
En conjunto con Worth Street Group y con la asesoría del Centro
de Investigación sobre Ética Corporativa de la Escuela de
Negocios de Wharton, construimos un Estándar de Integridad
Empresarial para México, a fin de guiar a las empresas en su
transformación interna y ser agentes de cambio. Los resultados
esperados de este estándar son:
• Las empresas podrán conocer sus obligaciones legales,
desde las más comunes hasta las más específicas por giro y tipo
de actividad empresarial.
• Podrán iniciar con una estrategia de cumplimiento normativo
conforme a los riesgos legales a los que están expuestas.
• Elaborar una estrategia de integridad que vaya más allá del
cumplimiento normativo con indicadores para medir el progreso.
• Promover una cultura corresponsabilidad con el entorno social y
medio ambiental, y una cultura de transparencia y rendición de
cuentas en torno a la implementación de su estrategia de integridad.
En el contexto que vivimos, un intercambio monetario por recursos
naturales y humanos ya no es suficiente, sino que se tiene que
buscar un desarrollo personal, social y medioambiental con
integridad, respeto y dignidad. Al medir y cuantificar el impacto
social y ambiental de las empresas, a través del cumplimiento
normativo mínimo, y de indicadores efectivos de impacto que
trascienden las normas vigentes, lograremos el fortalecimiento
institucional del país, y una transformación social significativa.
PAG 04
ENERO / FEBRERO 2021
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