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“ROMPEMOS” EL DISTANCIAMIENTO POR EL
CORONAVIRUS GRACIAS A EUROPA
Cuando escribo estas líneas, se acercan unas Navidades extrañas en las que muchos vamos a echar de
menos los abrazos, los besos e incluso la presencia de nuestros familiares. Este ha sido un año en el que
por culpa de la pandemia de COVID-19 nos sentimos algo desamparados no solo por la enfermedad, sino
también por la falta del contacto estrecho con las personas que estimamos. Todos sobrellevamos como
podemos esta vida más gris y fría que se nos ha quedado con las necesarias medidas de “distanciamiento
social”.
Se trata de un año también en el que se ha visto en crisis un proyecto que durante muchos años
vivimos con ilusión muchos españoles: la Unión Europea. Hemos sufrido las negociaciones del Brexit, las
diferencias entre Norte y Sur de la Unión por el problema de la inmigración y las diferencias en el enfoque
del presupuesto europeo y de las respuestas económicas a la crisis del coronavirus que en principio se
dieron entre los gobiernos de los países “frugales” o “austeros” (encabezados por el el señor Mark Rutte,
primer ministro de los Países Bajos) y los de los países que defendían una mayor gasto y solidaridad fiscal
(como el nuestro). Todos estos problemas han hecho que, en algunos momentos de este año, la Unión
Europea haya sido puesta en cuestión por muchos en todos los países que la componen.
Pero parece que, finalmente, esa Unión Europea, que muchas veces nos resulta tan burocrática, tan
alejada de la ciudadanía y tan anquilosada, ha logrado reaccionar en los últimos tiempos y es la que va a
hacer más fácil el inminente acceso a las ansiadas vacunas y la que puede hacer posible “inyectar” fondos
para relanzar la economía de todos los países de la Unión, especialmente de los más golpeados por la
pandemia, como el nuestro.
La Unión Europea también ha conseguido durante los últimos años, a través de distintos programas,
que los jóvenes europeos se conozcan mejor. Gracias a uno de esos programas, el de “Escuelas
Embajadoras del Parlamento Europeo”(EEPE-EPAS), del que somos “escuela mentora” durante este curso,
hemos tenido la oportunidad de que nuestros alumnos conozcan mejor la labor del Parlamento Europeo e
incluso hayan llegado a participar en una de las jornadas de Euroscola en la sede de Estrasburgo el curso
pasado, como reconocimiento a su trabajo de difusión de los valores europeos, bajo la coordinación de Dª
Antonia Monescillo y la colaboración del claustro de profesores.
Este programa también nos ha permitido entrar en contacto con profesores de otros centros
europeos. En un encuentro del mismo, conocí al profesor Jan De Heer, del Bernardinuscollege de Heerlen
(de esos Países Bajos tan “diferentes” a nosotros en la Unión). Cuando habló de la localidad de su centro,
comprobé que tenía bastante en común con Puertollano, puesto que también tuvo minas de carbón y
sufrió problemas similares a los nuestros con el progresivo desmantelamiento de las minas en la misma
época que el de las nuestras. Esto favoreció el comienzo de una colaboración que hemos ido
desarrollando poco a poco gracias a la ayuda de varios compañeros del claustro. Ya el curso pasado
tuvimos un encuentro virtual entre alumnos de los dos centros en el que compartimos la visión de otros
países europeos de nuestros alumnos a partir de los datos recogidos en una encuesta diseñada en
nuestro instituto bajo la coordinación de D. Raúl Rivilla.
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