TFM_Juan Llivi
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1 INTRODUCCIÓN
A nivel mundial los cerdos son la fuente más importante de proteína para el abastecimiento de
alimentos. Para satisfacer esta demanda, en la mayoría de países, especialmente en Europa,
ciertas enfermedades transfronterizas contagiosas han sido controladas e incluso erradicadas
(Weiguang et al., 2016). No obstante, en la actualidad existen enfermedades endémicas como la
diarrea neonatal, afección multifactorial que causa problemas en las explotaciones pecuarias al
generar pérdidas económicas por el incremento en la mortalidad, retraso en el crecimiento o por
retraso para alcanzar el peso ideal de sacrificio (Chan et al., 2013; Cruz et al., 2013; Jonach et
al., 2014; Weiguang et al., 2016).
Al nacimiento, el sistema inmunológico es inmaduro y la microbiota intestinal no se encuentra
bien desarrollada, por lo que se puede contraer una enfermedad entérica (Jonach et al., 2014).
En cerdos neonatos, las diarreas se producen antes del destete y son ocasionadas por factores
no infecciosos e infecciosos. Por ejemplo, el estrés, una nutrición inadecuada y un mal manejo
favorecen la aparición de un proceso patológico (Vidal et al., 2019). Además, patógenos como
virus, bacterias y parásitos ocasionan enteritis multifactoriales asociadas a Escherichia coli
enterotoxigénica (ECET), Clostridium perfringens tipo A (CpA), C (CpC) y Clostridium difficile
(CDI), rotavirus, coronavirus e Isospora Suis, los cuales pueden actuar de manera independiente
o combinada. (Cruz et al., 2013; Vidal et al., 2019).
Teniendo en cuenta lo anterior, es necesario la aplicación de métodos diagnósticos
diferenciales, que no solo permitan la identificación de un patógeno predominante, sino que
también identifiquen varios agentes causantes de diarreas (Mesonero-Escuredo et al., 2018; Vidal
et al., 2019).
El principal problema para el fracaso en el diagnóstico definitivo es la escasa ausencia de
lesiones patognomónicas y un fallo en el aislamiento e identificación de algunos agentes
infecciosos o no infecciosos (Torres-Leòn y Ramírez-Porras, 1999). Por esta razón, el diagnóstico
definitivo generalmente requiere el uso de varias técnicas diagnósticas como histopatología,
bacteriología y biología molecular.
La histopatología es una técnica que ayuda a diferenciar la interacción de uno o más
microorganismos patógenos, proporcionando una estimación relativa de cada uno de ellos. De
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