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Grandes obras maestras
que cumplen 25 años.
“Welcome to Sky Valley”, Kyuss, por Dolphin Riot.
Podríamos decir que Buffalo,
Cactus o Leaf Hound con álbumes
como “Dead Forever”, “One Way Or
Another” o “Growers of Mushroom”,
por poner varios ejemplos, crearon
los patrones de lo que más tarde
todos llamaríamos stoner o desert
rock. Metamos en esa lista a Blue
Cheer y Hawkwind. Digamos que
Black Sabbath, Stooges y MC5
sembraron un híbrido de rock, blues
y psicodelia, con ritmos adictivos,
riffs marcados, letras ácidas y solos
corrosivos, que acabó floreciendo
en la década de los 90. Podría seguir
pero todo lo que he escrito hasta
ahora no es más que una catalogación
con aires empíricos, carente de
emoción. El arte no es una ciencia,
es un sentimiento y para muchos
la música es una orgía emocional
desprovista de normas en la cual no
existen ni el tiempo ni el espacio,
sino en una dimensión alternativa
donde aislarse de la realidad y vivir
soñando despierto. Eso es lo que
representa para mí “Welcome to Sky
Valley” de Kyuss. Un larga duración
presentado en tres actos, los cuales
originalmente eran una pista cada
uno, constituyendo un universo en el
que refugiarse. Distopía acústica que
sustenta el alma en un viaje eterno
hacia un mundo abstracto en el que
muchos tenemos fe.
de críos como ellos. Goss recuerda
que era como estar dentro de un
tornado, escuchando el sonido de los
cuerpos chocando unos con otros.
Después de la actuación se acercó a
Homme y le preguntó si le gustaban
Black Sabbath, éste respondió que no
demasiado. Fue el nacimiento de una
colaboración que convertiría a ambos
en iconos incuestionables.
Cuenta John García, cantante,
que “Welcome to Sky Valley” fue el
resultado de un grupo de chavales en
estado de gracia, concretamente por
parte de Josh Homme, que trató el
disco como a su bebé. Decía también
que verle trabajar en el disco era
apasionante y le hubiera seguido a la
muerte. La química entre Homme y su
batería Brant Bjork era tan inestable
y lisérgica como productiva, no en
vano es al mismo tiempo la razón
de tan brillante trabajo y de que sus
caminos se separasen justo en cuanto
Bjork terminó de grabar sus pistas
de batera. El resultado fue totémico
para los adeptos a riffs y grooves
hipnóticos, quintaesencial para el
rock de los 90. En palabras de Chriss
Goss lo que hacían era “out of whack”
rock… ¿qué quiere decirnos con esto?
Estás “out of whack” cuando el caos
es tu estado mental, ya no te sientes
integrado, la melancolía dirige tus
pasos y no ves el horizonte en ninguna
dirección, todo se desajusta, se vuelve
irracional y extremo. “Welcome to Sky
Valley” lleva todo eso a su máxima
expresión artística, una obra en la
que merece la pena perderse.
Como sus predecesores, Kyuss
se enfrentaron a la inexorable
soledad que algunos seres humanos
afrontamos en el sin sentido que
es la vida y decidieron expresarse
haciendo música. Comenta su
productor Chriss Goss (líder de
Masters OF Reality y considerado
uno de los ideólogos sonoros del
estilo) que fue a verles cuando
aún eran adolescentes y se hacían
llamar Sons of Kyuss. Organizaban
fiestas adentrándose cien millas
en el desierto, lejos de cualquier
tipo de autoridad. Entre hogueras y
matorrales actuaba el grupo de Josh
Homme frente a un par de centenares
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