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the
umbrella
academy
En esta vorágine audiovisual de los últimos años, productoras y plataformas han recurrido, de forma casi desesperada, al
mundo de los superhéroes a la hora de desarrollar todo tipo de productos atractivos y altamente rentables. En cine tanto DC
como Marvel se han exforzado para ofrecer universos extensos vaciando su ilimitado catálogo, tratando de exprimir el filón
todo lo que sea posible. Y con las series no ha sido distinto.
Los resultados han sido de lo más
variado, desde películas notables
como “Black Panther” (aunque yo
nunca entenderé su éxito), “Guardianes
de la Galaxia”, “Iron Man I”… hasta
obras realmente olvidables como
las de los Cuatro fantásticos o las
secuelas del personaje de Tony Stark.
En Tv las series de estos personajes
han copado las plataformas de pago,
con Netflix a la cabeza, regalándonos
grandes productos como Daredevil o
la primera de Jessica Jones. Pero todo
tiene un límite. A pesar de los altos
presupuestos y las impecables facturas
conseguidas, la sensación de empacho
es importante. Trabajos como ese
bochornoso Iron Fist o el insulso
Luke Cage mostraban, además, que
la fórmula parecía agotarse. Aun así,
recientemente recibimos con interés,
igualmente en Netflix, la serie de DC
“Titanes”, que personalmente me
produjo una tremenda indiferencia.
De esta forma, como digo, nos
encontramos con las necesidades
de personajes en mallas bastante
cubiertas y, cuando no esperabas
nada reseñable, te tropiezas con
“The Umbrella Academy”, cuyo tráiler
reconozco me sedujo más bien poco.
La idea de otra serie de poderosos tipos
por encima del bien y del mal dando
mamporros a diestro y siniestro, con
un tufillo nada atractivo a la academia
de Charles Xavier y sus X-Men, no
parecía que fuese a añadir gran cosa.
Error. “The Umbrella Academy” ha
demostrado que siempre se puede
dar una vuelta de tuerca a cualquier
tipo de historia para presentar
productos que resulten atractivos a
los ojos del espectador. En efecto, el
trabajo realizado por Steve Blackman
(guionista de series como “Fargo”) con
el comic original de Gerard Way y
Gabriel Bá ha sido excelente. Todo en
ella encaja de maravilla. Una historia
que se va cocinando a fuego lento
pero que no baja el ritmo en ningún
momento, incluyendo conceptos como
los viajes en el tiempo y el fin del
mundo, o afrontando sin miramiento
la muerte de personajes. Personajes
que, sin duda, te atrapan al instante.
Los hermanos de la Academia
creada por Sir Reginald Hargreeves,
los asesinos Cha Cha y Hazel,
Madre o ese intrigante personaje
que es Pogo sin duda son grandes
ejemplos. Elección de actores más
que acertada donde la personalidad
de cada uno de los hermanos está
perfectamente desarrollada, siendo
mis interpretaciones favoritas las
de Robert Sheehan como Klaus
Hargreeves (un personaje que va
ganando peso dramático de forma
espectacular) y la de Aidan Gallagher
como Número 5, con una intensidad
tremenda y un carisma insultante pese
a su edad. Pero sobre todo, cómo no, la
gran elección del reparto ha sido Ellen
Page (famosa por “Juno”) en el papel
de Vanya, sobre quien gira gran parte
del desarrollo argumental y dramático
de la serie.
No podemos olvidar algo que, no
porque no sea habitual en este tipo
de producciones, es tremendamente
reseñable: la puesta en escena es
absolutamente maravillosa. En un
periodo de tiempo que podría estar
comprendido entre los 90 y los 2000,
la recreación ambiental es brillante,
exquisita. Algunas escenas son
realmente sublimes, como una en la
que los hermanos son atacados en la
Academia con Klaus ajeno a la cruenta
pelea escuchando el “Sinnerman” de
Nina Simone en un walkman; aquella
en la que se ve a todos los hermanos
bailando en una especie de mosaico
al ritmo del hit ochentero “I Think
We’re Alone Now” de Tiffany; la carga
dramática con la versión de fondo
del “Never Tear Us Apart” (clásico de
los INXS) al descubrir el resultado de
su viaje en el tiempo o sus secuencias
post apocalípticas junto a su tétrica
“novia” Dolores… La música como
veis es un elemento fundamental en
la puesta en escena con un servicio
exquisito al ritmo narrativo, como ese
“Exit Music (For a film)” de Radiohead
o la aparición de mi querida Karen
Dalton y su “In my own time”.
En cualquier caso, en una temporada
con una oferta casi inmejorable
(después de disfrutar con la genial
“Russian doll” no esperaba nada
interesante en mucho tiempo), “The
Umbrella academy” ha resultado ser
un trabajo fantástico. Un trabajo de
superhéroes donde, realmente, el hecho
de que los personajes tengan poderes
es algo casi secundario dentro de la
historia de una familia disfuncional
como lo son prácticamente todas (es
imposible que no vengan a tu memoria
“Los Tenenbaums” de Wes Anderson).
No esperéis una serie de superhéroes
al uso porque no la vais a encontrar,
aquí hay momentos de una intensidad
dramática nada desdeñable y desde
que acabó el último episodio cuento
los minutos para ver la continuación.
Estáis advertidos, estamos ante un
nuevo clásico de la Tv, que no te lo
cuenten.
javistone
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