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Rock Bottom Magazine Número11

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Rock the Coast:

El triunfo del Classic Rock.

Bufff… un festival. Qué pereza. Horas de pie, calor, baños colapsados, empujones... No me meto ahí ni loco que ya tengo una

edad, pero… ¡un momento! ¿Ritchie Blackmore, U.F.O. , Michael Monroe y Scorpions a 20 minutos de mi casa? Decidido. A

toro pasado tengo que decir que este festival me ha hecho reflexionar sobre el tema de la edad y los achaques; y sólo puedo

decir lo que en su época dijo Ian Anderson con una imagen que vale más que 1000 palabras. ¿Too old to rock and roll? No way.

Porque si el Rock the Coast ha sido

algo es el triunfo por todo lo alto de

los “abuelos” del rock. Al final todo es

cuestión de actitud. No importa tanto

la edad o la artritis como las ganas de

rockear duro todos los días de tu vida

para poder decir al final de los finales

desde la cama de un hospital: yo he

vivido. Este fin de semana he vivido. He

vivido de hecho un par de los momentos

más felices de mi vida y además he

tenido la suerte de compartirlos con

amigos. Amigos en el caso de mi

colega Eddie que no veía desde hacía

veinticinco años. Un festival además

tiene el aliciente de sentirte parte de

una familia a la que no conoces pero

que están allí compartiendo la misma

pasión que tú sientes por una música

y un estilo de vida. Esto son cosas

que quedan muy claras cuando ves

a Ronnie Romero saliendo a cantar

en España con una camiseta de José

Antonio Manzano.

¡Tenemos festival rockero en la Costa

del Sol! Es un festival de tamaño

medio. Bien organizado. Desahogado.

Sin aglomeraciones excesivas. Buen

sonido. Y sobre todo, en un marco

incomparable: el del castillo de Sohail

en Fuengirola, donde se pudo ver

tocar a Rainbow o a The Darkness

desde una colina con la luna llena y

el mar de fondo. Música para todos

los gustos: classic rock, heavy, thrash,

black, death, nu-metal, progresivo,

folk metal, doom (si contamos algunos

momentos de Opeth). Había algo para

todo el mundo y se notaba mucho en

la diferencia de edad y de público que

veías: desde bebés hasta personas

más mayores que Phil Mogg o

Richie Blackmore. Un festival familyfriendly,

adaptado, con zonas para

discapacitados y algunos invidentes

en primera fila. Guiris residentes en

la costa del Sol (no olvidemos que

la costa del Sol es Little Britain) que

habían visto a todos los clásicos en su

juventud. Gente que se desplazó de

toda España y de toda Europa para ver

a sus bandas favoritas. Compañeros

de trabajo que iban a ver a Scorpions

y Europe. Y la comunidad finesa de

Fuengirola que se acercó a ver a

Michael Monroe.

En un festival como este te puedes

pasear de escenario a escenario para

descubrir grupos nuevos o ver qué tal

siguen sonando algunos que solías

escuchar. Yo, como en todo, aplico

la regla del 20% por ciento. En este

caso me dice que de cada diez grupos

habrá dos que van a ser realmente

grandes. Y así fue: hubo momentos

en los que casi estallo de felicidad.

Momentos de subidón que sólo te los

puede dar la buena música.

U.F.O.: los triunfadores del Rock the Coast.

Para mí, lo mejor del festival. Había

visto videos en YouTube y no me habían

convencido mucho. Nada que ver con el

conciertazo que dieron, una lección de

rock and roll. Phil Mogg salía a tocar

con cinturón y tirantes. ¿Podría fiarme

de un tipo que no se fía de sus propios

pantalones? La respuesta es sí: Phil

tiene 72 años y las whiskerías de las

localidades por las que pasa echan

humo, pero a la hora de cantar cumple

con creces. Sigue muy en forma. En

su juventud fue boxeador y se nota.

Michael Schenker siempre dice que el

puñetazo que le dio en la cara precipitó

su salida del grupo.

He leído críticas hacia Vinnie Moore,

diciendo que estaba echando por tierra

el legado Schenker y blablablá… pero

como decía Keith Richards “talk is

cheap” y Vinnie Moore sólo puede

tocar como Vinnie Moore. Y cómo

toca el jodido, como un puto demonio.

Pero un demonio comedido, nada de

solos interminables. Probablemente

fue Michael Schenker el que propició

con MSG la explosión de virtuosismo

guitarrero en los 80 y es curioso que

haya sido uno de ellos el que haya

aterrizado en la nave de UFO. Yo desde

luego prefiero al ex Vicious Rumours

que a, por ejemplo, Tommy McAlpine.

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