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Novedades.
“Riverboy”: Riverboy.
Happy Place Records.
Sin duda uno de los mejores discos
que he escuchado en lo que va de año.
Charly Riverboy aprovecha el parón
de la Milkyway Express para dar rienda
a su vertiente más folk y psicodélica,
con un resultado abrumador. No solo se
trata de una colección de composiciones
fabulosas, el conjunto es un todo que
desprende calidez y brillantez, desde
ese mágico “A riddle in a pocket” con el
que se inicia este su debut. Psicodelia
contenida, ese Hammond es una delicia,
los coros, lo hipnótico… una canción
absolutamente mágica e iniciática de este
viaje que emprende el músico sevillano.
A diferencia de lo que pudiera parecer,
Riverboy es algo más que un proyecto
en solitario, Charly se ha rodeado de
solventes músicos de la efervescente
escena sevillana, consiguiendo que el
sonido general sea compacto, de banda
curtida en la carretera. Sleepy James
a la batería, (The Milkyway Express),
Alejandro García, al bajo, (Derby
Motoreta’s Burrito Kachimba), Tera
Bada con la guitarra eléctrica y José
Vaquerizo con los teclados (ambos de
Quentin Gas & Los Zíngaros), dotan
a las composiciones de Riverboy de
un poso compacto, de una densidad y
complejidad escalofriantes. En “Damned”
se puede comprobar ese poso pese a
ser el tema más clásico del disco. Sin
embargo, donde el nivel sube es cuando
aparecen los retazos de psicodelia y
el pop más luminoso como en “Golden
Flash of Light”, melodías que se abrazan
a un órgano 60s que son magia. Y el
ritmo no para, “Lightning Horse” es
otra canción hipnótica, donde Riverboy
alcanza sus cotas más altas. Épica,
con sabor a carretera de nuevo con una
orquestación majestuosa entre guitarras,
coros, órgano… sonido que se mantiene
con “Rusty Knives” y que te transporta a
otra época.
“The Wind in the Willows” te engaña
con su comienzo pop para de repente
languidecer, como si cayeras en un sueño
profundo en una melodía onírica con unas
guitarras absolutamente maravillosas.
Otra joya que sin darte cuenta te atrapa,
cuidados detalles de una producción
orgánica en la que se nota cada recoveco
emocional que transmite, ¿quién no
quiere perderse en una canción así?
Absolutamente magistral, colosal. En “To
you” a Charly se le escapa su pasión por
el pop británico de los 60, una preciosa
canción que suena a gloria, de nuevo una
precisa estructura de melodías, más folk
quizá pero igual de sugerente, suena a
clásico de tiempos pasados.
Con “Cigar Man” vuelve a las cotas más
altas del disco, los Love planean con
ese pop brillante y sugerente gracias
a una orquestación que te deja helado,
qué forma de jugar contigo, de mecerte
y hacerte soñar. “I’m still alive” te canta
continuamente, así se siente uno al
dejarse llevar. “The Other side” recupera
la intensidad y te invita a que termines
de dar el paso hacia el otro lado, como si
todo el disco hubiera sido un rito iniciático
y acabasen por darte la bienvenida a ese
mundo mágico que es el universo sonoro
de Charly Riverboy.
Pero ah, amigos… si os digo que el
disco se acaba con una de las canciones
más arrebatadoramente bellas que he
escuchado en mucho tiempo no os mentiría.
Qué canción, qué melodía, qué forma
de envolverte con toneladas de pasión
y belleza. Sin duda la canción que más
emparenta a Riverboy con su admirado
Pete Dello. Unas melodías (cada vez que
canta ese estribillo… “you are my queen”
se me eriza la piel, tanta belleza en una
única estrofa es imposible), una sencillez
que casi duele… la belleza, la melodía
y el sentimiento llevados a su máxima
expresión. Solo por escuchar algo como
“Pati” merece la pena estar vivo, quién
pudiera vivir para siempre en una canción
así o poder cantarla eternamente. Porque
ese disco es así, eterno. Perdeos en él,
quizá os encontréis a vosotros mismos,
irremediablemente mejor, más vivos.
javistone
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