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Edicion 15 de marzo de 2021

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Diario Co Latino

Opinión Lunes

15 de marzo de 2021 13

Licenciada Norma Guevara de Ramirios

El 28 de febrero sucedió

un cambio

brusco de la realidad

salvadoreña, originado en los

resultados de las elecciones legislativas,

del PARLACEN y de concejos

municipales de ese día.

Se crearon las condiciones para

que un presidente de la república,

con vocación dictatorial, tenga en

sus manos la capacidad de hacer los

cambios que se le ocurran y le ordene

a sus diputados.

La Asamblea Legislativa dejará de

ser contrapeso al órgano Ejecutivo,

y de ese modo, los organismos inter-

presupuestario, le ordenarán al Gobierno

que imponga nuevos tributos

para asegurar la capacidad de pago a

la deuda externa.

El Gobierno no tendrá excusas,

para desobedecer sus dictados,

pues es sabido que todos los diputados

electos de su partido, con los

que puede tomar decisiones de ma-

apretar el botón cada vez que se los

pida.

Se concentró el poder institucional

y solo queda como alternativa el poder

del pueblo organizado.

La economía viene transformándose

y aún quienes votaron por el

partido del presidente, aseguraban en

las encuestas antes de las elecciones

que su economía familiar no estaba

bien, ahora irá para peor.

El primer anuncio ha sido dado

por ANDA, revisar las tarifas de agua

y subsidios; los precios de la energía

subiendo los últimos meses, y los

nuevos impuestos anunciados castigarán

más el bolsillo de las mayorías.

Los economistas nos advierten

que el acuerdo entre el Gobierno

y el FMI trae un conjunto

de nuevos tributos. Aumento

a los impuestos a la gasolina,

buto

que pagarán los negocios

informales y el impuesto al patrimonio.

El presidente es al mismo tiempo

un empresario y por tanto será incapaz

de establecer tributos con sentido progresivo

(más a los que tienen más); sin

duda, el peso de la carga tributaria caerá

sobre las espaldas de las capas medias

y el pueblo pobre.

Los despidos en alcaldías, en la

Asamblea Legislativa, le seguirán a los

miles de despidos que se han dado en

el Ejecutivo y entidades autónomas, y

aún no se recuperan decenas de miles

de empleos perdidos durante la pandemia.

La demanda interna se basa en la

capacidad de compra de la gente, y en

este contexto difícilmente se recupera

la economía si sus habitantes carecen

de ingresos.

Si aumentaran el salario mínimo,

ayudaría a que quienes tienen los salarios

más bajos amortigüen la carga

ción;

al menos esta reivindicación debe

ser levantada y respaldada por los trabajadores

organizados y no organizados.

Para este escenario que sin duda generará

descontento, el Gobierno ha

adelantado su defensa con el entrenamiento

de una policía apta para reprimir

cualquier protesta y que es reforzada

por la imagen intimidante de los

hombres vestidos de verde, los soldados

de la desobediencia a resoluciones

judiciales es ya una práctica cotidiana

de este gobierno; así, ni el amparo

de jueces favorecerá a las víctimas

como lo ha demostrado con los miles

de despedidos amparados, sin que se

les cumpla el reinstalo o las indemnizaciones.

En las consecuencias que para el

pueblo tenga una gestión legislativa alineada

a los planes del presidente y del

Fondo Monetario Internacional, en el

uso de la fuerza represiva y la desobediencia,

estará sin duda la necesidad de

fortalecer la organización popular.

Con tanto poder concentrado, sin

contrapesos institucionales, quedará

claro a la gente la validez de ese añejo

pero vigente pensamiento: “Solo el

pueblo salva al pueblo”.

Sin duda, para silenciar la protesta

estarán la represión y los medios de comunicación,

condicionados por los ministerios,

la policía o la SIGET, además

de la propaganda melodramática creada

para atrapar la atención de la gente

con cualquier escándalo.

Para los partidos políticos, el desafío

está en comprender la nueva realidad y

golpe recibido al perder espacios de incidencia.

Gana y CD se deben sentir “ganadores”,

estarán sin duda siempre al lado

del presidente; el resto tienen o tenemos

la responsabilidad de rehacer la

fuerza; es posible, claro que sí.

El debilitamiento de la democracia,

el auge del autoritarismo golpeará a las

mayorías del pueblo, incluso para quienes

con entusiasmo decidieron con su

voto este escenario.

Toca a la izquierda, al FMLN, y al

movimiento social, responder a los desafíos

que plantea el resultado electo-

-

derechos, así como en golpes a la economía

familiar.

Para quienes menospreciaron la importancia

de los avances democráticos

tocará reaprender que en este país la

democracia, los derechos a la organización,

a opinar con libertad, a exigir

información; entre otros, se logra y se

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