Hipnosis para Principiantes - William W Hewitt
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Una persona a la que se hipnotiza puede hacer cosas en contra de su
voluntad. Completamente falso. En primer lugar, nadie puede ser hipnotizado en
contra de su voluntad. Es indispensable que el sujeto desee cooperar. En segundo
lugar, ninguna persona a quien se haya hipnotizado puede ser obligada a hacer algo
que no haría en estado normal. Durante la hipnosis, el sujeto puede aceptar o
rechazar cualquier orden sugerida. Si lo que propone el hipnotizador perturba al
sujeto, con toda probabilidad éste rápidamente abandonará el estado hipnótico.
Sólo es posible hipnotizar a las personas de mente débil. En verdad sucede lo
contrario. Cuanto más inteligente sea una persona, más sencillo será hipnotizarla.
De hecho, en ciertos casos de debilidad mental es absolutamente imposible
practicar la hipnosis. Es posible hipnotizar prácticamente a todos aquellos que
desean ser hipnotizados. Solamente el 1 por 100 de la población no puede ser
hipnotizado debido a deficiencias mentales o a otras razones que escapan a nuestra
comprensión.
Una persona hipnotizada está en trance o inconsciente. Absolutamente falso.
Un sujeto sometido a la hipnosis está despierto y consciente: extremadamente
consciente. Lo que sucede es que simplemente ha centrado su atención donde le ha
indicado el hipnotizador y se ha abstraído de todo lo demás.
Cualquiera puede permanecer en estado hipnótico eternamente. Esto es
completamente falso. Incluso suponiendo que el hipnotizador muriera después de
hipnotizar al sujeto, éste abandonaría el estado hipnótico con facilidad, ya sea
cayendo en un sueño breve y luego despertándose normalmente o abriendo los ojos
al no escuchar durante un rato la voz del hipnotizador.
Para obtener resultados positivos es preciso un estado de hipnosis
profunda. No es verdad. Cualquier nivel de hipnosis puede ofrecer buenos
resultados.
Estado hipnótico.-