Dialektiko 04

BOLETÍN DE INVESTIGACIÓN
BOLETÍN # 5 | 5 MAYO DE 2021
DIALEKTIKO
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Rector: Diego Fernando Buitrago Navarro
Vicerrector Académico: Juan Pablo Calixto Niño
Vicerrector Administrativo: Jorge Camilo Rincón Beltrán
Directora de Investigación: Blanca Consuelo Wynter Sarmiento
Edición: Yenifer Astrid Ultengo Ardila
Diseño y Diagramación: Juan Manuel Mercado Fuentes / Yenifer Astrid Ultengo Ardila
Corrección de estilo: Paola Andrea Bustos Osorio
DIRECTORA / EDITORA: BLANCA CONSUELO WYNTER SARMIENTO
NÚMERO 5, 5 DE MAYO DE 2021
BOGOTÁ, COLOMBIA
PUBLICACIÓN DE LA FUNDACIÓN UNIVERSITARIA PARA EL DESARROLLO HUMANO UNINPAHU
EL CONTENIDO DE LOS ARTÍCULOS ES
RESPONSABILIDAD DE LOS AUTORES

CONTENIDO | BOLETÍN # 5 | 5 MAYO DE 2021
TABLA DE CONTENIDO
Editorial 4
Los investigadores toman la palabra 5
El Rincón de Alejandría 6
Tips de Investigación 13
Día del trabajo 14
Invitación 15
Semilleros de Investigación 16
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EDITORIAL | BOLETÍN # 5 | 5 MAYO DE 2021
EDITORIAL
CONSUELO WYNTER
Directora de investigación Ph.D (c)
Esta editorial, la inicio con la siguiente declaración de
responsabilidad, la reflexión que realizo en estas líneas
es resultado de mi ejercicio profesional durante
más de una década y de mi criterio; por lo tanto,
no representa ni compromete las perspectivas institucionales,
es como en el numero anterior una elucubración
personal. Hoy esta corta editorial no hablará de investigación,
les hablará del país.
El mes de mayo empezó desbordado de manifestaciones
sociales en contra de medidas consideradas regresivas en
este proceso de pandemia que no da tregua en nuestro
país. Gremios, colectivos, hombres, mujeres y jóvenes se
han tomado las calles para protestar en contra de un Estado
que no les brinda el goce y disfrute de sus derechos. A
través de las pantallas y redes sociales ha sido posible observar
cómo en algunos momentos la violencia ha corrido
por las calles y ha causado la pérdida de vidas humanas.
Hay un sentimiento de desasosiego y como docente que
no he dejado de ser, me he tomado la molestia de escuchar
y leer a muchos de los estudiantes que en algún momento
de su carrera se han sentado en un salón donde yo estuve
orientando clase, con toda la disposición los he atendido y
les he permitido desahogarse de esa sensación que colectivamente
nos envuelve.
En esos momentos, vino a mi mente una pregunta que
pretendo responder para ustedes entendiendo que fui
estudiante en universidades que hacen no solo parte del
entorno académico de alta calidad, sino que también han
hecho parte permanente de la movilización social y política
del país desde diferentes aproximaciones, ¿Cuál es el rol
de las instituciones de educación superior en momentos
de agitación social como este?
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Generar espacios de diálogo pluralista, donde las diferentes
perspectivas que tenemos como comunidad educativa
puedan escucharse y entre todos poder aportar a la transformación
de nuestro país, no importa cuál sea la posición
que cada uno de nosotros abrace, que algunos sean más
radicales que otros; el diálogo es la única forma de construir
y no hablo de construir paz únicamente, me refiero a
construir capacidades, transformaciones y sociedad.
Considero que los maestros siempre debemos escucharlos
para apoyarlos e incluso corregirlos teniendo en cuenta
nuestro rol formativo, pero no debemos juzgar a los estudiantes
por lo creen, la responsabilidad como docentes es
no perder el norte de nuestro trabajo; considero que nuestra
tarea no solo es “dar” una asignatura, nuestra tarea es
aportar en la formación de profesionales íntegros que en el
futuro tendrán la titánica tarea de promover el desarrollo,
la igualdad y la justicia social en un país que hoy vemos
sumido en la desigualdad, la violencia y la corrupción.
Sí, ese considero que es nuestro rol. Pero ¿Qué hay de los
estudiantes en nuestro espacio común? Primero, no importa
si marchan o no lo hacen, deben entender que en
una situación como esta el reclamo de empatía se ha vuelto
parte de nuestro discurso diario, pero no olvidemos qué
esta va en doble vía, así como los jóvenes llevan una pesadísima
carga sobre sus hombros de carácter político y
de salud mental, muchos de los que no somos tan jóvenes
también estamos apoyándolos y tenemos nuestras cargas.
Esa profesora que en su clase les ha dado tiempo y espacio
para desahogarse y compartir sus experiencias del día,
o aquel que a través de los grupos de What’s App que ha
creado para sus clases trata de saber si todos sus estudiantes
pudieron llegar a su casa sanos y salvos. Esos profesores
existen, están en las calles, en las aulas y quieren que
ustedes tengan un mejor futuro, puedo decirlo con toda
certeza, porque yo hago parte de ellos.
Recuerden que la no-violencia como práctica social tiene
múltiples expresiones y todas unidas deben conducir a fortalecer
la democracia. Se ha avanzado mucho, no pierdan
el norte porque el cambio no se limita a un momento de
protesta e impedir leyes regresivas, lo que sigue es votar
bien. Votar bien no solo por presidente, también por el legislativo
y las autoridades locales, sino es así todo este esfuerzo
será perdido.
Tomado de: Boletín Institucional Verbum 05 I 2021

LOS INVESTIGADORES SE TOMAN LA PALABRA | BOLETÍN # 5 | 1 MAYO DE 2021
PERSPECTIVAS DE ANÁLISIS Y ALCANCES
DE LA INVESTIGACIÓN
JENNIFER TATIANA PULIDO MORENO
Trabajadora social
Magistra en Estudios Latinoamericanos-PUJ
Maestrante de Economía del desarrollo-FLACSO.
La actividad científica y académica de generación, divulgación,
circulación y apropiación del conocimiento es
un continuum de intereses temáticos, metodológicos,
incluso profesionales y disciplinares, que en ocasiones
dinamizan la comprensión de fenómenos sociales y de problemática
a través del ejercicio propio de la investigación social.
Esta comprensión es en sí misma, posibilita a las y los investigadores
ir más allá de lo evidente, este más allá, tiene que ver con
la problematización, el desarrollo de la ciencia, de las disciplinas,
de las profesiones y constituye la aplicación o posibilidad
de solución o mediación a intereses, estableciendo así un desafío
de generación de conocimiento en el campo de las ciencias
sociales.
La importancia transformadora y alcances, en cualquier área,
mediante proceso investigativos deberían permitir promover,
facilitar y orientar lo que puede ser el devenir histórico de
un país, una población, un sector o sectores de la economía,
permitiendo la transición de un problema, de la observancia
de una situación y su correspondiente descripción hacia la resolución
de aquello que se observa y que se desea explicar,
permitiendo la inscripción de nuevas formas de comprensión
y acción.
Es decir, la investigación se ubica como un motor constante
de la transformación e innovación social y tecnológica, siendo
inherente a todas las actividades humanas y dinámicas
socioeconómicas, que en últimas posibilitan procesos de desarrollo
y crecimiento en todos los campos.
Tomado de: Boletín Institucional Verbum 05 I 2021
Hablar de intereses y alcances de la investigación en buen número
de elementos que se pueden indicar en las siguientes hojas,
una forma de hablar de ellos son los estudios.
Los intereses son diversos, se ubican en relación a distintos
objetos de conocimiento, pero en especial responde a lo qué
como investigadoras e investigadores buscan resolver, problematizar,
teorizar, encontrar explicaciones a situaciones que no
de otra forma se facilita la generación de conocimiento. Por tanto,
hablar sobre los alcances de la investigación y la posibilidad
de resolver situaciones para el desarrollo y fortalecimiento de
una ciencia, disciplina o profesión, permite establecer las dimensiones
de orden epistémico.
Es por ello que la amplitud de la investigación y en particular la
investigación conlleva a la creación o generación de acciones,
productos con sentido transformativo, a partir de la definición
o identificación de la estructura investigativa planteada por autores
como Hugo Cerda o Ezequiel Ander Egg.
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EL RINCÓN DE ALEJANDRÍA | BOLETÍN # 5 | 5 MAYO DE 2021
CUANDO LO ACTUAL NO ES ACTUAL
Sergio Velásquez
Estudiante de Comunicación
Social UNINPAHU
En una sociedad en constante intercambio de ideas,
métodos, palabras, experiencias y por supuesto conocimiento,
los conceptos -actual- y –actualidad- se
encuentran con frecuencia en el diario vivir. Los medios
de comunicación, de alguna manera, saturan el uso
de dichos conceptos, es normal ver y oír frases como –toda
la actualidad política (puede ser cualquier área) en nuestra
sección-, este tipo de enunciados o cuñas me ponen a
pensar sobre la concepción de los términos porque para
la mayoría, incluso para mí, actual y actualidad tienen que
ver estrictamente con lo que sucede ahora.
En este orden de ideas, el diccionario de la Real Academia
de la Lengua arroja tres definiciones de –actual-: “1. Adj.
Dicho del tiempo en que se está: presente. 2. Adj. Perteneciente
o relativo al tiempo actual. Civilizaciones actuales.
Cine actual. 3. Adj. Geol. Dicho de un periodo geológico:
que es el más reciente”. Real Academia Española. (2019).
Reproducción. En Diccionario de la lengua española (edición
de tricentenario). Consultado el 23 de agosto de 2020.
https://dle.rae.es/actual. Como lo mencioné al principio
del texto, el término actual está relacionado con el presente,
por ende actualidad también. Así podemos afirmar que
el término está ligado al tiempo, para ser más preciso al
presente.
Si optamos por buscar en la filosofía lo actual y la actualidad
tendrían que ver con el tiempo, la realidad, la relatividad,
la subjetividad y hasta con el infinito, pero vamos
a centrarnos en el primero, el tiempo. Para Aristóteles el
tiempo era o tenía que ver con el movimiento, pero no solo
con el movimiento de las cosas intangibles como los pensamientos,
emociones o las ideas, también estaba relacionado
con el movimiento de nosotros y de nuestro entorno,
“El ahora es la continuidad del tiempo, como ya dijimos,
pues enlaza el tiempo pasado con el tiempo futuro, y es el
límite del tiempo, ya que es el comienzo de un tiempo y el
fin de otro.” Aristóteles. (1995). Física (De Echandía Guillermo,
ed. y trad.). Gredos; Biblioteca Clásica Gredos. (Original
publicado en el siglo IV a.c.).
Es claro que por ahora, lo actual y la actualidad tienen que
ver con el presente, con lo que sucede ahora mismo y podemos
contarlo o presenciarlo. En este orden de ideas, si
lo actual tiene que ver con lo que estamos viviendo en el
momento y que afecta nuestro entorno de alguna manera,
desde dónde empezamos a medir el presente, porque
si revisamos lo medios de comunicación y las noticias de
actualidad que presentan a diario son temas que llevan
meses, incluso años siendo “actuales”. Es ahí cuando el presente
toma un significado totalmente diferente.
Sin embargo, para San Agustín el tiempo adquiere una
connotación de memoria, atención y espera, para el famoso
teólogo y filósofo del siglo IV el tiempo pasado es lo que
se recuerda, el presente es a lo que se está atento y el futuro
lo que esperamos. Los tres espacios temporales (pasado,
presente y futuro) son entes que no tienen realidad propia,
lo que de alguna manera van en contraposición a Aristóteles,
aun así coinciden en algo, el ser humano es quien
percibe el presente de acuerdo a sus experiencias, sus observaciones
y por supuesto sus capacidades.
Hace un par de semana estaba revisando mis redes sociales
para estar “actualizado” de lo que estaba sucediendo,
abrí mi Twitter y vi que en tendencia estaba una cantante
de música popular que había preparado un sudado de pollo,
decidió publicarlo en sus redes y las opiniones de todos
no se dieron a esperar, todo bien hasta ahí, pero en una de
las publicaciones estaba la portada de El Tiempo que titulaba
la noticia más o menos así -Paola Jara y un sudado de
pollo que causa polémica en redes- Luego en las noticias y
comentarios en la radio seguían con el tema.
Desde cuándo los temas de actualidad se basan en este
tipo de acontecimientos, desde cuándo lo actual tiene que
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EL RINCÓN DE ALEJANDRÍA | BOLETÍN # 5 | 5 MAYO DE 2021
ver con la vida personal de famosos, en qué momento informar sobre la cotidianidad de personajes se volvió el boom
en las noticias. ¿Qué país es tan risible que consume este tipo de noticias? Como el caso de Paola Jara y su sudado hay
miles más a diario en el país.
Ahora bien, anteriormente tocamos el tema de la actualidad como algo del ahora, del presente y proponíamos dos
autores y dos definiciones, Aristóteles con su definición del tiempo como una línea entre pasado y futuro donde el
presente está en el medio, San Agustín y la humanización del presente respecto a lo que estamos atentos. Si tomamos
la línea de San Agustín, por qué seguimos viendo en los medios y redes sociales temas de conflicto, guerra, víctimas,
si estos temas hacen parte de nuestro pasado. Si tomamos a Aristóteles entonces para que se dé pasado, presente y
futuro, debe haber un comienzo y un fin del tiempo, entonces si seguimos tocando los mismos temas de hace más de
50 años, entre ellos la corrupción, quiere decir que, ¿de alguna manera vivimos en un -pasado presente- o que el pasado
sigue implícito en nuestro presente?, no sé cómo responderlo.
Aquí es cuando vemos la importancia de los medios de comunicación y su enlace con la sociedad, pero no lo medios
politizados, los verdaderos, los que informan, los que no hacen el gran reportaje por Paola Jara; hablamos de los que
tocan temas que preocupan a la comunidad, que nos aquejan, los que generan criterio.
Tomado de: Boletín Institucional
Verbum 05 I 2021
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EL RINCÓN DE ALEJANDRÍA | BOLETÍN # 5 | 5 MAYO DE 2021
EL CONOCIMIENTO CIENTÍFICO: UNA DEMANDA SOCIAL EN
EL TERCER MILENIO
El conocimiento es un derecho humano, como lo son
el derecho a la alimentación, al agua o a la vivienda,
identificado por la Declaración Universal de los
Derechos Humanos de 1948. Frente a la necesidad
de su democratización y su universalidad, existe una tarea
pendiente de divulgación efectiva de la ciencia como campo
valioso de conocimiento. La tarea por supuesto, involucra
a la sociedad, a los investigadores científicos, a los medios
de comunicación y a los comunicadores y periodistas.
Estos últimos cargan la responsabilidad de fomentar cultura
y reflexión en torno a la ciencia. La sociedad actual
requiere de un nuevo tipo de comunicador que se perfile
capaz de explicar fenómenos científicos decisivos en la
nueva era del conocimiento. Su papel es clave porque no
solo debe informar, sino debe emprender procesos de valoración,
análisis y comprensión de la realidad.
Como “babelólogo” (estudioso de la Babel de lenguas que
es la ciencia), “experto en expertos” (conocedor de quienes
tienen la información especializada), “el espíritu que
siempre niega” (similar al Mefístófeles de Fausto) y de muchas
otras maneras ha sido definido el periodista científico.
Pero, más allá de las definiciones, está la importancia que
va adquiriendo en un mundo crecientemente tecnologizado
y enormemente dependiente de la ciencia, más aún
si consideramos que la mayor parte de los ciudadanos de
nuestros países, incluidos los considerados “cultos”, ignoran
muchas cuestiones científicas y tecnológicas. Por ello,
en los albores del tercer milenio en el cual se acentuará la
importancia de la ciencia y la tecnología, y nuestro grado
de dependencia hacia ellas, el papel que deberán jugar el
periodismo y la divulgación científica, los dos emparentados,
pero no iguales, será mucho mayor. En nuestro interés
de no permanecer ajenos a las revoluciones informativas
ni al progreso científico y tecnológico, debemos poner en
común algunas preocupaciones de connotados periodistas
y profesores de Iberoamérica como el mismo Manuel
Calvo Hernando sobre esta compleja y exigente temática.
Y más allá de lo anterior, debemos situarnos inmersos en
un análisis profundo a partir de críticas sobre la importancia
y necesidad de la divulgación científica y una reflexión
sobre nuestro papel en la sociedad para renovar el diálogo
en torno a los medios, la ciencia y el tercer milenio.
Desde el “animal político”, sedentario habitante de la polis
griega, y aun antes, hasta el “animal informático” sedentario
y nómada electrónico de la ciudad actual, el espacio del
conocimiento se ha transformado desmesuradamente, y
con el todo lo que lo ha configurado, inclusive la comunicación,
dimensión que suele no ser muy considerada al
analizar la complejidad de la sociedad actual. Para la efectiva
divulgación de la ciencia, el periodista científico deberá
ser, según menciona el autor, un “educador masivo”, que no
solo vea a los receptores como clientes o consumidores,
sino que les dé el lugar de aprendices capaces de reflexionar
y tomar sus propias decisiones. Solo así, podrá ser efectivo
el proceso de expansión del conocimiento científico
ante un creciente flujo de información que desorienta al
hombre contemporáneo frente a lo que es beneficioso y
enriquecedor culturalmente para la sociedad.
Si uno de los compromisos que adquiere el periodista científico
es orientar hacia la creación de cultura a través de la
divulgación de la ciencia, deberá necesariamente invitar a
la reflexión de qué es una auténtica necesidad cultural. Un
“descolonizador cultural” en palabras de Calvo Hernando,
que tenga claras las herramientas para emitir mensajes
basados en la realidad propia o de nuestro interés: seleccionar
la información relevante de manera consciente, determinando
la forma en que debe hacerse y transmitiendo
una imagen de la ciencia que puede implicar cambios en
las actitudes de la sociedad hacia el conocimiento científico
actual.
Múltiples son las aportaciones procedentes de distintos
autores del mundo sobre el perfil del periodista y las cualidades
que debe tener en la divulgación de la ciencia. Para
los mexicanos Silva y Marcial por ejemplo, “hay que robarle
la proporción exacta de las palabras a los cuentistas, sustraerse
las imágenes a los poetas, la sabiduría a los ensayistas
y la familiaridad a las narraciones infantiles”. Philippe
Castellanos en La Ilustración Española y americana en la
prensa ilustrada en España, proponía más que una formación
intelectual, “una sensibilización sobre los problemas
engendrados por la modernidad, para suscitar comportamientos
adaptados a los nuevos conocimientos” (Calvo
Hernando. 1999. p.164). En todo caso, en búsqueda
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EL RINCÓN DE ALEJANDRÍA | BOLETÍN # 5 | 5 MAYO DE 2021
de perfilar al profesional intermediario entre ciencia y sociedad
del tercer milenio, no debemos hacer caso omiso a
las sabias palabras de Carl Sagan “Vivimos en una sociedad
profundamente dependiente de la ciencia y la tecnología,
y en la que nadie sabe nada de esos temas. Esto constituye
una fórmula segura para el desastre”.
Cualidades básicas del divulgador científico
La introducción de las nuevas tecnologías de la información
y la comunicación, modifican la forma de vida de las
personas; sustituyen a otras formas de intercambio tecnológico
y otras maneras de relación social. Han diluido las
barreras geográficas y nos abrimos a un mundo donde las
coordenadas de tiempo y espacio son diferentes. Los imaginarios
sociales y comunicacionales también lo son. Avogadro,
M. (2002) Periodismo científico digital. La ciencia en
un click. Razón y Palabra. Vol 43.
Si bien un periodista es aquel que interpreta la realidad
para los demás, tiene la obligación de comprender y saber
sobre diferentes disciplinas las cuales son asociadas directamente
a las Ciencias Sociales. El mundo moderno exige y
obliga a que esta profesión sea cada vez más especializada
con el fin de que la información se adapte a las necesidades
actuales y previsibles que una determinada audiencia
reclama.
Con la problemática de saber de todo, pero no profundizar
en nada, no solo el periodismo científico, sino el periodismo
en general, se ha sumido en una profunda decadencia
de credibilidad, desinformación y falta de preparación en
los profesionales. El periodista renunció a su oficio de verificar
la verdad, contrastar fuentes, contextualizar información
y ofrecer criterio, para convertirse en “pasadores” de
mensajes recibidos vía redes y con la llegada de la tecnología
el periodismo parece haber encontrado una nueva forma
de informar, porque ante cualquier sensación emocional,
así se sepa que es mentira, se informa alucinadamente
para alcanzar clics, likes y trending topic.
Un periodista debe saber de sociología, psicología, antropología,
entre otras disciplinas que dicho en palabras de
Manuel Calvo Toro “un periodista debe ser un generalista,
estar capacitado para hacer de todo” (Calvo Hernando.
1999. p.165), en una profesión en la que se debe ser un
polímata de la información; una de las problemáticas de
este nuevo milenio que plantea el autor son las fuentes, las
cuales solo se mantienen si se les da constante uso.
La calidad de las fuentes es muy deficiente en una sociedad
como la nuestra y en la actualidad abundan los expertos y
opinólogos de todo vinculados a actores del poder; triunfan
las fuentes sin rostro, las del rumor, las de los decires
impunes… y así muere el relato y el criterio periodístico.
Para Manuel Calvo, las cualidades básicas de un divulgador
de la ciencia, sea periodista en formación o profesional deben
ser:
1. Moverse entre el afán de la comprensión.
2. La curiosidad universal (para satisfacerla personalmente
y suscitar en las demás curiosidades y emociones nuevas.
3. La capacidad de comprensión.
4. Sed de conocimientos.
5. Capacidad de expresión.
6. El estado de duda, escepticismo y alerta permanente.
7. Amor al misterio.
8. Imaginación (está la comparte con el investigador científico).
9. Preocupación por el rigor.
10. Capacidad de asombrarse y maravillarse.
11. Vocación pedagógica.
12. Gusto por comunicar.
13. Por último, pero no menos importante, la prudencia es
importante porque consiste en respetar las zonas de incertidumbre
y los límites de la validez de los conceptos, que
son los que evitan considerar como absoluto algo que solo
tiene una duración limitada.
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EL RINCÓN DE ALEJANDRÍA | BOLETÍN # 5 | 5 MAYO DE 2021
Una especialización informativa para la sociedad:
La especialización de la información es una característica
primordial en nuestra época, y la especialización del periodismo
puede ser una forma para mejorarlo o renovarlo con
el fin de que se adapte a las necesidades de una demanda
que cada vez se hace más exigente y selectiva. Entonces,
¿Porque no hacer otro o un nuevo tipo de periodismo?
Para Omar Rincón, una respuesta está en que esto no depende
de los periodistas sino de los medios, y la solución
mediática ante esta crisis no está en intentar el oficio ético
del contexto, el contrapoder y el sentido, y la práctica
narrativa de buenas historias, sino en acudir a lo tecnológico,
lo que genera rating y clics, al periodista obediente.
Por eso, los medios han creado estrategias para estar en
las redes digitales y tener millones de clics, likes y trending;
poco les importa si para eso hay que “emitir” post verdades,
estupideces, chantajes religiosos, salvajismo de género;
tampoco interesa convertir en celebridades a criminales,
chantajistas, machistas, homofóbicos, promotores de
odios y reyes del matoneo. Esto es así porque están más
interesados en la plata que en el oficio, ya que los medios
son más empresas que democracia. Rincón, O. (2017). Periodismo
mutante y bastardo. Revista CS, 22, pp. 15-31.
Cali, Colombia: Facultad de Derecho y Ciencias Sociales,
Universidad Icesi.
Durante los últimos años se ha intentado hacer un boceto
del perfil del periodista especializado en la información y
la divulgación de la cultura, la ciencia y la tecnología, dando
como resultado aportaciones al campo de la teoría de
la divulgación científica; la cual esta información sirve para
diversos campos como la ciencia, la economía, la política,
el periodismo, la administraciones públicas y las empresas
industriales, esta última digiere la información y la convierte
en estrategias para la empresa. Estas necesidades que
llevan a la actividad de actualización permanente de nuestro
conocimiento hoy es posible gracias a la informática y
el trabajo durante años.
La comunicación social es un campo de acción universal, y
la tarea de los periodistas científicos es trabajar en pro de
la divulgación de la ciencia mientras vivan, pero además
de divulgar el periodismo, una parte crítica que tiene este
es la responsabilidad de vigilar, desvelar errores, deficiencias
y corrupciones, especialmente de quienes ocupan el
poder, no sólo político sino en general.
Con el propósito de explorar el perfil académico del periodista
científico analizando la formación académica que ha
recibido el periodista científico, la formación académica
que los mismos periodistas consideran ideal para realizar
su trabajo, comparándola con la formación realmente recibida
y reflexionando sobre cuáles son las carencias que
presenta el sistema educativo español en este ámbito y
cómo se podrían resolver, los profesores Roger Cassany,
Sergi Cortiñas y Albert Elduque en su artículo Comunicar
la ciencia: El perfil del periodista científico en España, de la
Revista científica Comunicar con apoyo de la investigación
«El periodismo científico en España y las nuevas tecnologías
de la información: mapa de situación y propuestas de
actuación para mejorar los procesos comunicativos», financiada
por el Ministerio de Economía y Competitividad,
realizan una investigación en la que por medio de técnicas
cualitativas (entrevistas estructuradas de preguntas abiertas
y focus group) y cuantitativas (encuestas de preguntas
cerradas), perciben y reportar las inquietudes, los matices
y las sensaciones expresadas por los propios periodistas
científicos en pro de los objetivos de su investigación
orientada a determinar el perfil del periodista científico en
España.
Antes de analizar su material de investigación y llegar a
unas conclusiones, los autores abordaron los orígenes del
periodismo científico moderno situándose entre finales
del siglo XIX y la cuarta década del siglo XX, coincidiendo
con la Segunda Revolución Industrial y las dos Guerras
Mundiales. En ese entonces crecía el interés ciudadano por
los avances tecnológicos sobre todo en relación con propósitos
bélicos, la energía atómica o la carrera espacial.
Si tomamos este tema en América Latina, desde el S. 18
los periódicos incorporan temas científicos y el “New York
Times” desde 1920 tenía una sección fija sobre ciencia.
En 1955 la Primera Conferencia Mundial sobre Uso Pacífico
de Energía Atómica, celebrada en Ginebra, Suiza, abre
las puertas al periodismo científico en Europa. Y en 1969,
los reconocidos autores, uno español, el Dr. Manuel Calvo
Hernando y el ya fallecido venezolano, Arístides Bastidas,
crean la Asociación Iberoamericana de Periodismo Científico.
Avogadro, M. (2002) Periodismo científico digital. La
ciencia en un click. Razón y Palabra. Vol 43.
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EL RINCÓN DE ALEJANDRÍA | BOLETÍN # 5 | 5 MAYO DE 2021
Sin embargo, Cassany, Cortiñas y El duque mencionan que
el escenario ha cambiado en los últimos años, puesto que
el periodismo científico ha sido una de las especializaciones
periodísticas más golpeadas por la crisis económica
que ha afectado buena parte de Europa y del mundo: “la
mayoría de suplementos y secciones científicas han desaparecido
o han quedado reducidas a la mínima expresión,
lo que inevitablemente ha provocado reducciones de personal,
reestructuración de las redacciones y de las funciones
de los redactores” (Cassany, Cortiñas y Elduque. 2018.
p. 10).
Por la problemática de precariedad en la demanda de periodistas
científicos, a nivel internacional son muchos los
estudios sobre el periodismo científico que analizan las
rutinas de trabajo de los periodistas científicos y las dificultades
y los retos de la profesión (Friedman, 1986; Hansen,
1994; Nelkin, 1995; Peters, 2013; Brumfield, 2009; Irwin,
2009; Williams & Clifford, 2008; Jensen, 2010; Schäfer, 2010;
Secko, Amend, & Friday, 2013; Badenschier & Wormer,
2012; Bauer, Howard, Romo-Ramos, Mas - sarani, & Amorim,
2013; Mellor, 2015; Kristiansen, Schäfer, & Lorencez,
2016). Algunos de estos estudios sí ponen parte del foco
en el perfil y la formación recibida por parte de los periodistas
científicos. “En cuanto a las visiones de futuro respecto
de la profesión, la gran mayoría aboga por la necesidad
de potenciar los perfiles mixtos o interdisciplinares, ya
sea desde una base puramente académica, con formación
universitaria específica, o a través de la experiencia laboral”
(Cassany, Cortiñas y Elduque. 2018. p. 11).
Para lograr este propósito, insisten en la necesidad de que
las universidades, tanto en las facultades de comunicación
como en las que imparten disciplinas científicas, potencian
más la formación de perfiles híbridos, “a través de
asignaturas curriculares de ciencias (especialmente sobre
el método científico) en las carreras de letras, asignaturas
curriculares de redacción y de comunicación en las carreras
de ciencias, materias optativas de periodismo científico,
y másteres o posgrados de especialización a los que
puedan tener acceso tanto comunicadores como científicos”.
(Cassany, Cortiñas y Elduque. 2018. p. 17). Formar
buenos periodistas científicos, más allá de un dilema para
etnógrafos, es esencial para construir una sociedad mejor.
Perfil periodístico para nuestro tiempo:
Si queremos lograr el perfil del periodista científico, debemos
cumplir con las siguientes condiciones:
Ser un periodista profesional con un gran conocimiento de
cultura general, teniendo la capacidad de renovarse para
conocer sobre el tema y saber explicarlo dependiendo el
contexto de su audiencia. Además, ser un animador científico,
siendo claro, fiel, creativo y con disciplina para lograr
ser el mediador entre la ciencia y la sociedad.
No solo se trata de ser un periodista científico, la cuestión
está en ser un profesional del oficio periodístico, donde
se apliquen todas sus normas al deber de la divulgación
científica, por ello es indispensable ser un especialista de la
cultura general para adquirir los nuevos conocimientos, y
esto se logra con un enriquecimiento continuado al nunca
dejar de leer.
Según Calvo Hernando, “Como decía Walter Sullivan, que
fue editor científico del New York Times, uno de los aspectos
más agradables de ser un escritor científico, es el requisito
de no dejar de aprender jamás. Cubrir en un periódico
el campo científico es muy distinto a ser reportero sobre
otros temas”. (Calvo Hernando. 1999. p.148).
La ciencia, la cultura y la sociedad están mediadas por el
periodista científico, el portavoz de todas las partes, quien
se encarga de combinar la inteligencia, la emoción y sobre
todo es quien explica los conceptos y el lenguaje científico
de forma sencilla y clara utilizando el arte o la literatura
para educar al hombre de la calle con respecto a la ciencia.
De esta manera se consigue que el periodista científico
tenga las cualidades mínimas para ejercer de forma correcta
su profesión.
En pleno siglo XXI, Colombia sigue siendo una nación profundamente
acientífica, con un analfabetismo científico
alarmante y con una sociedad y unas élites políticas que
no valoran la ciencia en el desarrollo de la vida individual y
de una sociedad.
Uno de los aspectos donde la ciencia puede hacer sus mayores
aportes en una sociedad como la colombiana, es justamente
en la educación. El gran fracaso de la educación
en Colombia (y en otros países) es que una educación en
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EL RINCÓN DE ALEJANDRÍA | BOLETÍN # 5 | 5 MAYO DE 2021
de supuestamente se privilegia la enseñanza de las matemáticas,
las ciencias y el lenguaje no es capaz de formar un
ciudadano medianamente apto para decidir por sí mismo,
un ciudadano autónomo y capaz de pensar por sí mismo,
de tomar las riendas de su proyecto de vida y actuar en
consecuencia. Y el ser crítico es el carácter más importante
de una enseñanza científica. Es decir, no se puede enseñar
ciencias como se enseña una religión o una ideología,
porque en las ciencias no poseen verdades inamovibles o
dogmas, y una enseñanza verdaderamente científica es
necesariamente crítica. El primer movimiento de la ciencia
y de un científico es el de dudar y valorar cuidadosamente
los hechos, lo que se le está afirmando, y acto después, el
de ponerse a pensar por sí mismo, el de tratar de comprender,
de entender, de solucionar el problema.
Las altas instancias del Estado usan el lenguaje de la ciencia
para quedar bien con los organismos y fondos internacionales,
y el hombre de la calle usa la ciencia en la forma
de dispositivos tecnológicos que le faciliten la vida sin siquiera
preguntarse cuáles son las condiciones de posibilidad
para que un artefacto de estos exista.
Una de las críticas más agudas, es que Colombia como Estado-Nación
sigue sin contar con una política nacional de
ciencia y tecnología. Es decir, Colombia no ha tomado la
decisión de qué aspectos priorizar para su desarrollo a mediano
o largo plazo. El asunto no es que los científicos colombianos
no sepan en qué dirección avanzar, sino que en
las instancias de decisión política y en la misma sociedad,
el discurso de la ciencia y el conocimiento no es sino una
limitación o una caricatura que usan a su acomodo.
Como reflexión queda entonces, la dinamicidad que debe
tener el profesional en su labor de divulgar la ciencia pues
en sus manos está uno de los fundamentos imprescindibles
para conseguir el cambio de mentalidad entre los científicos
y los ciudadanos y reforzar las bases de una cultura
científica. Su tarea de abrir las vías de comunicación entre
la ciencia y la sociedad, sólo se logrará mediante la divulgación
del saber científico hecha con rigor y amenidad; y perfilándose
dentro de la multiplicidad de cualidades que lo
hacen más que un periodista, convirtiéndose también en
un educador, que con una serie de principios, habilidades
y conocimientos logra aportar para un verdadero progreso
social y cultural. Así se consigue, de paso, combatir los dos
males sociales más peligrosos en este ámbito: el cientifismo,
o el absurdo esperar de la ciencia la solución a todos
los problemas, y el anti cientificismo, la peligrosa tendencia
a despreciar el conocimiento y seguir determinadas fes o
creencias.
Pero, sobre todo, suministrar al público los datos suficientes
para que pueda ejercer sus derechos democráticos sobre
temas que pueden afectar a su vida, es el gran valor
profesional y humano del periodista, pues si el periodismo
científico tiene algo de viaje ‘lunático’ y de aventura temeraria,
es una misión de honor poder asumir el reto de divulgar
la información sobre todo en países que históricamente
cogieron con mucho retraso en el tren de la ciencia.
Tomado de: Boletín Institucional
Verbum 05 I 2021
Licsa M. Gómez G.
Estudiante de Comunicación
Social UNINPAHU
Yenifer A. Ultengo A.
Estudiante de Comunicación
Social UNINPAHU
Referencias:
Avogadro, M. (2002) Periodismo científico digital. La ciencia en un click. Razón y
Palabra. Vol 43.
Cassany, R., Cortiñas, S., y Elduque, A. 2018. Comunicar la ciencia: El perfil del
periodista científico en España. Comunicar, nº 55. Vol. XXVI, 10-17.
Castellano, Philippe . 1996. “El discurso científico en-La Ilustración Española y
Americana, en La prensa ilustrada en España. Las ilustraciones. Coloquio Internacional-Rennes.
IRIS. Université Paul Valéry, Montpellier.
Rincón, O. (2017). Periodismo mutante y bastardo. Revista CS, 22, pp. 15-31. Cali,
Colombia: Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, Universidad Icesi.
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