Edicion 14 de septiembre de 2022
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Diario Co Latino
Opinión
Miércoles
14 de septiembre de 2022 9
Aprendizajes urgentes para la crisis ambiental
*Martí Boada Juncá
Tomado de Agenda Latinoamericana
Mi compromiso en el estudio y defensa
del territorio y del medio ambiente,
no es el resultado de una vivencia intelectual
de base esencialmente académica del mal
llamado primer mundo, es una posición que parte
desde una base modesta y proletaria, en el sentido
más pre industrial del término. En mi ambiente familiar
y social aprendí el respeto a la Madre Tierra,
la Pachamama, como aprendí más adelante en las
culturas indígenas.
Empecé mi camino de denuncia y lucha trabajando
en campañas colectivas para frenar el urbanismo
especulativo que azotaba nuestro territorio,
de crítica al modelo productivo industrial, que operaba
sin límites ni control en los vertidos y emisiones
industriales tóxicas. Ante tantos impactos
orienté mis acciones hacia lo que sugería el ecólogo
Margalef, una línea de actuación que ayudará a
la superación de la intensa crisis ambiental que se
nos venía encima, basada en el principio de capacitar
para comprender. Continué trabajando desde la
educación ambiental, para la motivación y sensibilización
de la población escolar desde una perspectiva
interdisciplinar y holística, los paisajes entendidos
como una expresión de historia natural y de
historia social.
En 1995 Nelson Mandela, en la concesión del
Premio Global 500 otorgado por el PNUMA, ya expuso
un mensaje decisivo diciendo que no olvidáramos
jamás que la gran causa de lucha social de futuro
de la humanidad sería la lucha por el medio ambiente.
De aquí emana el compromiso en la lucha
para subvertir las formas de relación de los humanos
con el Planeta, hacia la búsqueda de fórmulas
basadas en la equidad y la sostenibilidad.
Desarrollo sustentable y cambio global
Con estos ambages iniciamos unas líneas de trabajo
al entorno del concepto de desarrollo sostenible,
que según la Comisión Mundial sobre el Medio
Ambiente y el Desarrollo (WCED), es aquel desarrollo
que satisface las necesidades del presente
sin comprometer la capacidad de las generaciones
futuras para satisfacer las suyas propias. Si una actividad
es sostenible, virtualmente se puede mantener
por tiempo indefinido. El fundamento de la
vida sostenible está en el establecimiento de una ética
basada en el respeto y la consideración para todos
y cada uno de nosotros y para con la Tierra. El
desarrollo no puede conseguirse con cargo a otros
grupos o generaciones futuras, ni debe constituir
una dificultad para la supervivencia de las otras especies.
El principio de sostenibilidad tiene numerosos
detractores y una enorme dificultad de implantación
sincera. Se propone frenar el aspecto más insignificante
y arriesgado de nuestro sistema de pensamiento
económico moderno: el dogma de la necesidad
del crecimiento continuo.
Durante veinticinco años hemos orientado parte
de nuestro trabajo académico de investigación en Latinoamérica,
realizando tareas de cooperación e intercambio
científico en materia de medio ambiente, etnoecologia
y sostenibilidad. Con todo probabilidad
lo más notorio de nuestra experiencia ha sido que hemos
ido a aprender, es decir, en la dirección contraria
a la habitual, nuestros trabajos han bebido de una
actitud de aprendizaje, es decir, unos estudiosos procedentes
del Primer Mundo, deseosos de aprender de
las aportaciones innovadoras de unos países que se
debaten en una lucha desigual, en la que los planteamientos
de un desarrollo sostenible, suponen una esperanza
real.
Iniciamos nuestro periplo el año 1997, con un grupo
de ocho estudiantes de grado empezamos nuestros
trabajos de investigación-cooperación en México, inicialmente
fuimos recibidos por la Universidad Autónoma
de Zacatecas, las primeras tareas de acercamiento
a las problemáticas ambientales, empezaron
en la diagnosis del impacto de la salud de la población
del entorno de la laguna Guadalupana.
En territorio del pueblo huichol en la zona de
Mezquitíc, vivimos las primeras elecciones municipales
con participación de la comunidad indígena, no
sin tensiones políticas por parte de los poderes fácticos.
Trabajamos las problemáticas forestales de la
zona de Monte Escobedo, tensiones entre “talamontes”
y especuladores con la población campesina, participación
en el proceso electoral, la población local
apreció nuestro trabajo en los debates informativos.
Una zona forestal de notable interés, el cañón de
Juchipila, con bosques excepcionales de un endemismo
único: el pino Azul, despliegue con el campesinado
local de un programa de puesta en valor para
el desarrollo de una estrategia de turismo sostenible.
Otra línea de trabajo participativo local lo desplegamos
en materia de minería de explotación de plata,
plomo y oro a cargo de multinacionales canadienses
y norteamericanas. La lista sería realmente muy
larga, hemos enfatizado Zacatecas por el carácter pionero
en cuanto a nuestra acción. Lo más notorio sin
duda fue que éramos verdaderos aprendices del conocimiento
popular, realmente nos ayudó a permear
en lo que seguidamente fue nuestro aprendizaje más
notorio. Simultáneamente con la estancia en Zacatecas,
empezamos a desplegar trabajos en el estado de
Michocán, principalmente con dos entidades académicas
de la ciudad de Morelia, la Universidad “nicolaita”
y el Instituto de ecología de la UNAM, campus
Morelia.
Tuvimos la oportunidad de trabajar con diferentes
estudiosos del medio, entre ellos Víctor Toledo, Madrigal,
Vargas, etc. Aprendimos una nueva formulación:
el “diálogo de saberes”, que ha sido clave para
una nueva perspectiva metodológica, en la que sin renunciar
del método científico, incorpora otras forma
de conocimiento, campesino, indígena, de las mujeres,
situándose lejos de cualquier paternalismo académico
formal, dando el mismo rango de valor a cada
una de las fuentes.
La región michoacana, tiene una importante población
indígena purèpecha, con autoestima, lengua
ordenada y usada. El conjunto de trabajos realizados
en Michocan son realmente extensos. Algunos trabajos
desplegados en estos territorios son de gran complejidad,
caso Tierra Caliente, con mucha violencia o
territorios impenetrables controlados por càrteles narcotraficantes.
A la vez dispone de unos paisajes forestales excepcionales,
es una región de especiación de pinos y encinos,
de gran interés social y científico.
La cooperación en México en la línea que hemos
apuntado muy tímidamente con dos ejemplos, la hemos
desplegado a lo largo de todo México, desde Chihuahua,
hasta Chiapas, con decenas de proyectos, destacando
en todos ellos, el alto grado de hospitalidad
recibida y los aprendizajes adquiridos.
Lo sucedido en México es extrapolable a diferentes
países latinoamericanos. Algunos ejemplos son:
en Costa Rica, trabajos de turismo sostenible, gestión
participativa de la conservación, conocimiento indígena
de la bodiversidad, inventarios de conocimiento
de fauna y flora realizados por la comunidad bri-bri.
Con Nicaragua, se ha realizado cooperación en términos
parecidos a México y Costa Rica, en el caso nicaragüense,
especialmente en el Farem d’Esteli, destacamos,
el Programa Universidad en el Campo, formación
participativa facilitadora para el campesinado joven.
En Perú, trabajos cooperativos cultura aymara,
conocimiento y valores de la biodiversidad, perspectiva
indígena. Cultura entorno a la quinua, campesinado
quechua. Región de Oaxapampa, participación local
en el manejo de la reserva de la biosfera, culturas
yanesha y ashaninka.
Ecuador, conocimiento Huaroni sobre la selva, manifestaciones
del cambio climático, propiedades curativas
de las plantas. Chile, cultura mapuche gastronomia,
propiedades del bosque de araucarias. Colombia
trabajos en la Guajira sistema tradicional de pastos.
Sierra Nevada, cosmovisión de los Mamos. Argentina,
pampa Gaucha Tierra de Fuego. Brasil trabajos Caatinga,
Mata Atlántica. Cuba manifestaciones Cambio
Climático, Santa Clara.
Recapitulando con el objetivo de este escrito, destacar
que nuestras experiencias transoceánicas, en nuestro
retorno digamos europeo, ubicadas en nuestro medio
social y académico, no han suscitado gran interés
dada la perspectiva no paternalista como es el caso,
de reconocer que los aprendizajes para caminar hacia
modelos de relación y apropiación de recursos, tienen
en el conocimiento indígena, campesino y de las mujeres,
una fuente de conocimiento en muchos aspectos
superior al conocimiento formal europeo, sin embargo,
ambos combinados pueden generar un “diálogo
de saberes” realmente importante en un momento
de crisis civilizatoria como la actual.
*Director del grupo de Investigación para la
Conservación, Biodiversidad y Cambio Global Cataluña,
España