Nº 13 Alegraos Peques (Septiembre 2022)
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Septiembre 2022 Página 4
Nos adentramos en un tema apasionante…
¿Dios puede llamar a una edad temprana a su
seguimiento a una vida de consagración en la vida
religiosa, en el sacerdocio, etc.? ¿Dios llama a
los niños y jóvenes a seguirle,
a consagrarse a Él?
Si tenemos en cuenta que los niños son los
preferidos del Señor, que por su inocencia tienen
esa capacidad para escuchar más nítidamente la
voz del Señor en su corazón, pues diríase que la
pregunta es sencilla de responder… ¡Claro que SÍ!
Solo un ciego espiritual podría poner en duda tal
cuestión.
Porque si vamos al Nuevo Testamento,
vemos como el Señor se hace sentir incluso a los
“no nacidos”, como el caso de San Juan Bautista…
que salta en el vientre de Santa Isabel ante el
saludo de la Virgen María que ya estaba en cinta.
Y a lo largo de la historia en todas las épocas,
vemos vocaciones infantiles: la de San Juan Bosco
con sus sueños desde niño; Santo Domingo Savio
muere a temprana edad pero con vocación
declarada; Santa Teresita del Niño Jesús sabía su
vocación a los 9 años, Santa Catalina de Siena sabía
que el Señor la quería para Él desde los 5, San Luis
Gonzaga hizo voto de virginidad a los 11 años…
Pero acudamos a dos fuentes seguras:
la Palabra de Dios y el Magisterio
de nuestra Madre la Iglesia.
Si vamos al Antiguo Testamento, vemos por
ejemplo la vocación de Samuel, que apenas cuando
andaba fue llevado al sacerdote Helí. El Señor le
llama y Samuel pregunta a Helí qué quería… hasta
que Helí le dice que responda: “Habla Señor,
que tu siervo escucha” (1 Sa 3, 10).
Lo mismo podemos decir del profeta
Jeremías: “No sé hablar,
soy un muchacho…” (Jer 1, 6).
Y estos casos aparecen en el Antiguo
Testamento, cuando todavía no era la plenitud de
los tiempos, pues no había llegado Nuestro Señor
Jesucristo.
Por Gemma Orgaz (13 años, Madrid).