Nº 13 Alegraos Peques (Septiembre 2022)

Septiembre 2022 Página 5
San Juan XIII a la edad de 10 años ingresa
en el Seminario de Bérgamo, y desde su más tierna
infancia ya tiene dirección espiritual. Llegó a ser
Papa y santo… y en su cargo de Santo Padre, dijo
en un discurso: “La respuesta a la invitación
divina puede darse en todas las edades.
Para algunos será su vida entregada al
Señor desde su tierna infancia, como
ocurrió con el venerable Doctor de
vuestra patria Beda el Venerable… Los años
no cuentan para el Señor, sino la
intensidad de amor con los que se
corresponde y sirve”.
Y si la anterior cita ya es de un Papa, veamos
un par de ejemplos más del maravilloso Magisterio
de la Iglesia. Comenzaremos con San Juan Pablo II:
“El
de Cristo se hace sentir, la
mayoría de las veces, ya en la época de la
juventud, y a veces se advierte incluso en
la niñez” (Dilecti Amici 8, 1985). San Juan Pablo II
nos recordaba también que en muchas
ocasiones como en el día de la Primera
Comunión, se despierta en los niños el
deseo de la vocación consagrada.
Sí, interesaos vivamente por estas esperanzas de la
Iglesia, haced lo posible, y diría lo
imposible, para cultivar en estos tiernos
corazones y hacer germinar el precioso
germen de la vocación; dirigidlos a algún lugar
donde puedan realizar sus estudios, y si son pobres
ayudadlos también con los medios que la divina
Providencia os ha puesto en las manos, y que
vuestra piedad y el amor de las almas os sabrán
sugerir. Afortunados de vosotros si lográis
proporcionar algún sacerdote a la Iglesia en estos
tiempos en que de tal manera escasean los
sagrados ministros…”.
SÍ. Dios en su infinita bondad llama
a niños y jóvenes, ha llamado a multitud
de niños y jóvenes, y seguirá llamando…
y seguramente -aunque esto es opinión
personal- son las vocaciones más
auténticas, porque el corazón del niño
y del joven saben reconocer nítidamente
la voz del Señor.
Por Alfonso González (Cuenca).
Y no podemos dejar de recordar con el
Doctor Angélico, Santo Tomás de Aquino, que en
su libro “Contra retraentes” habla de cómo Dios
puede llamar a todas las personas, también a los
niños, y son vocaciones que hay que cuidar, porque
el Demonio y los hombres según el mundo
intentarán que no maduren y que no lleguen a
plenitud.
Finalizamos con el consejo de San Juan Bosco
a los salesianos, que todos nos tenemos que
aplicar: “Pero lo que mayormente os recomiendo
son los jovencitos de buena índole, amantes de las
prácticas de piedad, y que dejan entrever alguna
esperanza de ser llamados al estado eclesiástico.