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10 cm<br />
5 cm<br />
4 cm<br />
Lecturas de domingo<br />
SANTO DOMINGO, RD. DOMINGO <strong>19</strong> DE MARZO DE <strong>2023</strong><br />
La República<br />
7<br />
3,5 cm<br />
Patente de corso<br />
3 cm<br />
Adiós,<br />
Europa, hasta el<br />
próximo siglo<br />
En <strong>19</strong>38, la Alemania hitleriana mojaría pan en esa salsa,<br />
usando la memoria histórica de la población de origen<br />
germánico en Bohemia para anexionarse los Sudetes<br />
ARTURO PÉREZ REVERTE<br />
MADRID, ESPAÑA<br />
TOMADO DE ABC<br />
La Edad Media no se<br />
despidió de Europa,<br />
o ésta de ella, de un<br />
modo simpático. El siglo<br />
XIV y su paso al XV<br />
fueron conflictivos de cabo a rabo,<br />
porque la modernidad, el comercio,<br />
el auge de las ciudades y<br />
la burguesía empezaban a ser incompatibles<br />
con las viejas formas<br />
feudales, la arbitrariedad fiscal, la<br />
desigualdad jurídica y los privilegios<br />
de la nobleza y de la Iglesia.<br />
Así que los conflictos llovieron como<br />
pedrisco. Hubo revueltas populares<br />
con parentesco común: en<br />
todas, campesinos y burgueses exigían<br />
nuevos derechos.<br />
Ocurrió en Flandes, en Francia,<br />
en Italia y en Inglaterra (donde<br />
la sublevación en 1381 de la mano<br />
de obra agraria y urbana montó<br />
una pajarraca que puso en peligro<br />
la monarquía). Por lo general,<br />
en casi todos los lugares estaba de<br />
fondo el natural rencor que quien<br />
se lo curraba con las manos y el sudor<br />
de la frente sentía hacia quienes<br />
le chupaban la sangre con<br />
impuestos y chulerías cada vez menos<br />
justificables.<br />
Y la Iglesia llevaba casi todas<br />
las papeletas como causa de esos<br />
rencores, pues en todas partes<br />
(Los sacerdotes ricos tienen mejores<br />
vestidos, hermosos caballos,<br />
más riqueza y mujeres hermosas,<br />
escribió el teólogo bohemio Juan<br />
Huss) el alto clero era, o lo parecía,<br />
la máxima autoridad feudal. Sin<br />
embargo, la clase aristocrática ya<br />
no era como antaño. La alta nobleza<br />
vivía orgullosa en sus posesiones,<br />
disputando el poder al monarca<br />
de turno; pero la otra, mediana<br />
y pequeña nobleza desprovista de<br />
LA ALTA NOBLEZA<br />
VIVÍA ORGULLOSA<br />
EN SUS<br />
POSESIONES,<br />
DISPUTANDO<br />
EL PODER AL<br />
MONARCA DE<br />
TURNO; PERO LA<br />
OTRA NOBLEZA,<br />
DESPROVISTA DE<br />
TANTOS RECUR-<br />
SOS, CIFRABA SU<br />
MEDRO EN VIVIR<br />
PEGADA AL REY.<br />
tantos recursos, cifraba su medro<br />
en vivir pegada al rey, actuando en<br />
la corte y los consejos reales. Y así,<br />
siempre que podían, unos y otros<br />
se hacían la puñeta, alentando lo<br />
que debilitaba al adversario. En lo<br />
que sí estaban de acuerdo era en<br />
detestar a la Iglesia: de una parte<br />
la necesitaban para tener sujeto al<br />
pueblo, pero de la otra no tragaban<br />
su arrogancia y sus riquezas. Por<br />
ese camino verde que va a la ermita,<br />
o sea, por ahí, vino uno de los<br />
más graves conflictos de la época,<br />
que fueron las llamadas guerras<br />
husitas: un sindiós tan largo y complicado<br />
que no cabe en esta página,<br />
pero que podríamos resumir<br />
diciendo que sacudió Europa con<br />
tanta intensidad como la revolución<br />
bolchevique rusa cinco siglos<br />
después, acojonando al orden establecido<br />
y motivando nada menos<br />
que cinco cruzadas movidas por<br />
los papas de Roma.<br />
La cosa fue que, combinados un<br />
movimiento religioso popular y un<br />
grupo de teólogos y nacionalistas<br />
checos de la universidad de Praga,<br />
1) La alta realiza. 2) El Vaticano, símbolo del innegable poder de la Iglesia.<br />
todos muy cabreados porque las familias<br />
alemanas de clase alta ocupaban<br />
los mejores puestos en la región<br />
de Bohemia, salió de ahí una variante<br />
religioso-revolucionaria que lo puso<br />
todo patas arriba (comunión con<br />
pan y vino, libertad de prédica, pobreza<br />
eclesiástica, castigo de los pecados<br />
mortales igual para todos y no<br />
según rango social, etcétera).<br />
Lideró el asunto el antes mencionado<br />
Juan Huss (excomulgado<br />
por Roma, elogiado luego por<br />
Lutero), al que sus enemigos, prometiéndole<br />
inmunidad, invitaron<br />
amablemente al concilio de Constanza<br />
para que defendiera sus<br />
ideas; y luego, aprovechando que<br />
lo tenían allí, lo hicieron churrasco<br />
en la hoguera, al más puro estilo<br />
canónico de entonces. Eso convirtió<br />
al pobre Huss en héroe nacional<br />
checo. Siguió un estallido de indignación,<br />
revueltas populares, concejales<br />
tirados por la ventana del<br />
ayuntamiento de Praga (primera<br />
defenestración, porque luego hubo<br />
otras), iglesias y conventos incendiados<br />
y una guerra de veinte<br />
pares de narices contra el emperador<br />
de Alemania y contra la Iglesia<br />
de Roma, que duró quince años; y<br />
en la que, por cierto, recientes inventos<br />
bélicos como la artillería,<br />
los arcabuces, los mosquetes y los<br />
carruajes blindados (invento husita<br />
que con el tiempo conocería notorias<br />
variantes) intervinieron con<br />
todos los honores. Hubo un montón<br />
de batallas en las que los husitas<br />
demostraron ser huesos duros<br />
de roer para las tropas católicoimperiales,<br />
pero al fin pasó lo de<br />
siempre: los husitas se dividieron,<br />
una facción se pasó al emperador<br />
(Segismundo se llamaba, como el<br />
prota de La vida es sueño) y los<br />
otros, mandados por un jefe conocido<br />
como Procovio el Calvo<br />
(poco futuro con ese nombre),<br />
fueron machacados en la batalla<br />
de Lipany y luego en la de Brüx<br />
(1433), donde les dieron las suyas<br />
y las del pulpo. Así acabó el<br />
asunto, aunque no del todo. Aunque<br />
el papa de turno, que no recuerdo<br />
ahora quién era, hizo notables<br />
concesiones para calmar<br />
los ánimos, los restos del movimiento<br />
husita, o sus consecuencias,<br />
acabarían uniéndose a la<br />
Reforma protestante que poco<br />
después incendió Europa. Y todavía<br />
cinco siglos más tarde, en<br />
<strong>19</strong>38, la Alemania hitleriana mojaría<br />
pan en esa salsa, usando la<br />
memoria histórica de la población<br />
de origen germánico en Bohemia<br />
para anexionarse los Sudetes por<br />
la cara. Pero esa ya es otra historia,<br />
aunque en el fondo siempre sea la<br />
misma.