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Listín Diario 19-03-2023

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DOMINGO SÁBADO 18<strong>19</strong> DE DE MARZO DE DE <strong>2023</strong> <strong>2023</strong> THE NEW YORK TIMES INTERNATIONAL WEEKLY<br />

15 3<br />

E L M U N D O<br />

Los cárteles tienen<br />

una regla tácita<br />

ANITA POUCHARD SERRA PARA THE NEW YORK TIMES; ABAJO, AMAZON STUDIOS, VÍA ASSOCIATED PRESS<br />

Lucha por la justicia, más allá del cine<br />

Por NATALIE ALCOBA<br />

BUENOS AIRES — Los huesos<br />

de un hombre habían hablado.<br />

Durante años estuvo guardado<br />

en una caja de plástico azul, uno de<br />

los cientos de recipientes con restos<br />

no identificados<br />

que se creía<br />

pertenecían a<br />

víctimas de la<br />

brutal dictadura<br />

militar que gobernó<br />

Argentina<br />

entre <strong>19</strong>76 y <strong>19</strong>83.<br />

Colocado sobre una mesa de laboratorio<br />

en la sede en Buenos Aires<br />

del Equipo Argentino de Antropología<br />

Forense, su esqueleto contaba<br />

una historia: tenía unos 25 años<br />

y medía entre 1.72 y 1.82 metros.<br />

Cinco heridas de bala —una en la<br />

cabeza, cuatro en la pelvis— lo habían<br />

matado.<br />

Y ahora, más de 30 años después<br />

de su hallazgo en una fosa<br />

común, está a punto de ser identificado.<br />

“Es maravilloso cuando pasan<br />

de tener un número a tener un<br />

nombre”, dijo Patricia Bernardi,<br />

antropóloga forense y fundadora<br />

del equipo, una organización sin<br />

fines de lucro que trabaja en casos<br />

relacionados con abusos cometidos<br />

bajo el régimen militar.<br />

La identificación de las víctimas<br />

es parte de un esfuerzo más<br />

amplio por brindar justicia y rendición<br />

de cuentas 40 años después<br />

del fin de la dictadura, que vuelve<br />

a estar en los reflectores gracias a<br />

Argentina, <strong>19</strong>85, una película que<br />

obtuvo una nominación al Premio<br />

de la Academia a la Mejor Película<br />

Internacional. El drama histórico<br />

retrata un verdadero juicio que<br />

terminó con la condena de cinco<br />

miembros de la junta militar, incluyendo<br />

a los dictadores Jorge<br />

Videla y Emilio Massera, quienes<br />

recibieron cadenas perpetuas.<br />

Otros cuatro fueron absueltos.<br />

Los militares desencadenaron<br />

una ola de represión para eliminar<br />

a los “subversivos”: disidentes<br />

políticos, activistas estudiantiles,<br />

sindicalistas, periodistas, intelectuales<br />

y miembros del clero. Los<br />

grupos de derechos humanos estiman<br />

que unas 30.000 personas<br />

fueron asesinadas o desaparecieron<br />

durante la dictadura.<br />

Argentina, <strong>19</strong>85 (arriba), ha puesto el foco en las víctimas de la<br />

brutal dictadura de la nación. Fotos de desaparecidos (superior)<br />

en la Escuela de Mecánica de la Armada, un antiguo centro<br />

clandestino de detención en Buenos Aires.<br />

En la película, un personaje basado<br />

en un fiscal de la vida real dice<br />

a los jueces que el juicio puede<br />

ayudar a forjar una paz basada en<br />

la justicia y en reconocer las atrocidades.<br />

“Esta es nuestra oportunidad”,<br />

dice. “Podría ser la última”.<br />

Más que un final, esas palabras,<br />

tomadas de los auténticos argumentos<br />

finales, fueron un comienzo.<br />

Ahora, aproximadamente<br />

180 exmilitares, policías y civiles<br />

están siendo procesados por crímenes<br />

de lesa humanidad. Algunas<br />

investigaciones se centran<br />

en delitos cometidos en centros<br />

clandestinos de detención donde<br />

cientos fueron torturados y asesinados.<br />

Más de mil cien militares,<br />

policías y civiles han sido condenados<br />

por crímenes de lesa humanidad<br />

desde 2006, incluyendo 58 el<br />

año pasado.<br />

La búsqueda de la justicia no ha<br />

sido fácil. Después del juicio de<br />

<strong>19</strong>85, el gobierno promulgó leyes<br />

que bloquearon la mayoría de los<br />

demás procesos. Un expresidente<br />

también indultó a los comandantes<br />

militares condenados. Pero<br />

en 20<strong>03</strong>, el Congreso argentino,<br />

en respuesta a la creciente presión<br />

pública, abolió esas leyes.<br />

En 2006, un tribunal dictó la primera<br />

sentencia en el marco de un<br />

proceso de enjuiciamiento relanzado.<br />

La labor del equipo forense ha<br />

sido una parte clave de los juicios.<br />

Se han recuperado más de<br />

mil 400 cadáveres, con alrededor<br />

de 800 identificados. El tiempo<br />

es un enemigo inminente en la<br />

lucha por la justicia: más de mil<br />

personas bajo investigación han<br />

muerto, al igual que víctimas y<br />

sus familiares.<br />

En un juicio, Laura Treviño recordó<br />

los hechos del 11 de septiembre<br />

de <strong>19</strong>76, cuando tenía 18 años.<br />

Seis hombres vestidos de civil que<br />

decían ser miembros del Ejército<br />

llegaron a la casa de su familia cerca<br />

de Buenos Aires y se llevaron<br />

a su hermano, Víctor Treviño, de<br />

17 años, un activista de izquierda<br />

que luchaba por menores tarifas<br />

de transporte para estudiantes.<br />

Mientras los hombres lo sacaban,<br />

su madre preguntó a dónde lo llevaban.<br />

“‘Pronto te enterarás’, le<br />

dijeron”, testificó Treviño. Pero<br />

no fue así.<br />

Por MARIA ABI-HABIB<br />

y NATALIE KITROEFF<br />

Los cinco hombres quedaron<br />

postrados en la acera frente a la<br />

camioneta negra, con las camisas<br />

sobre la cabeza y las manos atadas<br />

extendidas ante ellos, casi como un<br />

gesto de súplica.<br />

El mensaje escrito a mano y dejado<br />

en el parabrisas de la camioneta<br />

se leía como una disculpa formal,<br />

aunque escalofriante: el Grupo Escorpión<br />

del Cártel del Golfo lamentaba<br />

que sus integrantes dispararan<br />

y mataran accidentalmente a<br />

dos estadounidenses y a una transeúnte<br />

mexicana, mientras secuestraban<br />

a otros dos ciudadanos estadounidenses.<br />

Los hombres fueron<br />

entregados a las autoridades, para<br />

enmendar una situación que perturbaba<br />

la paz. El 10 de marzo, una<br />

fiscalía en México acusó a los cinco<br />

hombres en relación con el secuestro<br />

y los asesinatos.<br />

Aunque los cárteles de la drogamexicanos<br />

prosperan en un vacío de<br />

ley y orden, existe una regla tácita<br />

que muchos integrantes de los grupos<br />

delictivos organizados suelen no<br />

transgredir: no tocar a los estadounidenses.<br />

Estados Unidos se toma<br />

en serio los ataques a sus ciudadanos,<br />

y la respuesta a tal violencia, en<br />

ambos lados de la frontera, puede<br />

ser desastrosa para un cártel.<br />

“Cuando los ciudadanos estadounidenses<br />

son atacados, el gobierno<br />

de EUA ejerce presión, involucran<br />

a sus agencias de seguridad y luego<br />

comienzan a presionar a México<br />

para que actúe”, dijo Cecilia Farfán<br />

Méndez, investigadora de seguridad<br />

en México en la Universidad de<br />

California, en San Diego.<br />

Los cárteles a menudo pueden<br />

superar en armas a las autoridades<br />

mexicanas o simplemente comprar<br />

su cooperación, pero saben que incitar<br />

al gobierno de EUA para que<br />

actúe puede obstaculizar su capacidad<br />

para operar. El presidente<br />

de México, Andrés Manuel López<br />

Obrador, asumió el cargo con la promesa<br />

de implementar un nuevo enfoque<br />

para enfrentar la violencia:<br />

evitar la confrontación directa con<br />

los grupos criminales, y más bien<br />

abordar las causas profundas de la<br />

criminalidad, como la corrupción y<br />

la pobreza. Pero su estrategia, que<br />

resumió con la frase, “abrazos, no<br />

balazos”, ha hecho poco para controlar<br />

los grandes niveles de violencia<br />

o limitar el poder de los cárteles<br />

que trafican drogas y migrantes.<br />

En muchas comunidades, los<br />

mexicanos viven con miedo a los<br />

grupos criminales. Y aunque los<br />

cárteles evitan atacar a los estadounidenses,<br />

su modelo de negocios<br />

se basa en enviar narcóticos<br />

al norte, lo que ha contribuido a<br />

impulsar una epidemia de muertes<br />

por drogas en Estados Unidos.<br />

El gobierno de Biden ha sido recuente<br />

a criticar abiertamente a<br />

López Obrador, temeroso de perder<br />

su cooperación en materia de<br />

migración. Pero el ataque del 3 de<br />

marzo contra cuatro estadounidenses<br />

aumentó la presión para hacer<br />

más. Además, los republicanos lanzaron<br />

propuestas para autorizar a<br />

las fuerzas militares de EUA a enfrentar<br />

a los cárteles.<br />

Los funcionarios mexicanos exigieron<br />

que el gobierno de EUA respete<br />

su soberanía, pero desplegaron<br />

cientos de fuerzas de seguridad<br />

mexicanas adicionales en Matamoros,<br />

el escenario del ataque. En<br />

gran medida los grupos criminales<br />

no han actuado contra estadounidenses<br />

desde el secuestro, la tortura<br />

y el asesinato en <strong>19</strong>85 de Enrique<br />

Camarena, un agente de la Administración<br />

de Control de Drogas<br />

que había afectado las operaciones<br />

del cártel. En su búsqueda de justicia,<br />

la DEA lanzó la Operación Leyenda,<br />

que reveló que las autoridades<br />

mexicanas habían encubierto<br />

el asesinato y destruido pruebas.<br />

La operación condujo al arresto de<br />

miembros del cártel y obligó a otros<br />

a esconderse. El mensaje era claro:<br />

atacar a los agentes estadounidenses<br />

tendría consecuencias de gran<br />

alcance para los delincuentes. Con<br />

el tiempo, los cárteles aprendieron<br />

que incluso matar por error a ciudadanos<br />

estadounidenses podría<br />

ser costoso.<br />

En 20<strong>19</strong>, un grupo del crimen organizado<br />

disparó contra estadounidenses<br />

y mexicanos que conducían<br />

por Sonora y mataron a tres mujeres<br />

y seis niños, que formaban parte<br />

de una comunidad mormona que<br />

vivía en el país. Posteriormente,<br />

varias personas fueron arrestadas,<br />

entre ellas un jefe policial mexicano.<br />

El gobierno mexicano afirmó<br />

que el ataque podría haber sido un<br />

caso de identidad equivocada y relacionado<br />

con un conflicto entre dos<br />

grupos criminales, que compiten<br />

por el control. Se dijo que las autoridades<br />

mexicanas estaban considerando<br />

una explicación similar para<br />

el secuestro y asesinato de los estadounidenses<br />

en Matamoros.<br />

Quienes viven en Matamoros,<br />

que forma parte del estado de Tamaulipas,<br />

dicen que lo que les sucedió<br />

a los estadounidenses es lo que<br />

enfrentan todos los días, pero lo que<br />

hizo que este caso fuera distinto, según<br />

ellos, fue la atención que suscitó<br />

la nacionalidad de las víctimas.<br />

“¿Quién está hablando de la mujer<br />

que murió aquí?”, indicó Alberto<br />

Salinas, dueño de una casa cerca de<br />

la escena donde ocurrió el ataque,<br />

refiriéndose a la mexicana asesinada.<br />

Si bien los mexicanos a menudo<br />

han encontrado cartas con cadáveres,<br />

la nota reciente fue inusual porque<br />

los cinco hombres que la acompañaban<br />

estaban vivos. Dejar a los<br />

hombres con vida podría haber sido<br />

para que dieran declaraciones, que<br />

respaldaran la versión de que el<br />

cártel no ordenó el ataque.<br />

ALEJANDRO CEGARRA PARA THE NEW YORK TIMES<br />

Soldados<br />

patrullan en<br />

las afueras<br />

de la morgue<br />

del Servicio<br />

Médico<br />

Forense en<br />

Matamoros,<br />

México, el 8<br />

de marzo.

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