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Microbiologia Medica

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CAPÍTULO 2 Estructura celular 17

Ficobilisomas

Tilacoides

1μm

Carboxisoma

Membrana plasmática

Pared celular

Ribosoma 70S

FIGURA 2-7 Corte delgado de Synechocystis durante la división

celular. Se observan varias estructuras (reproducida de Stanier RY:

The position of cyanobacteria in the world of phototrophs. Carlsberg

Res Commun 42:7798, 1977. Con autorización de Springer + Business

Media).

sículas de membrana (cromatóforos) son tipos de membrana

observadas a menudo. Algunas bacterias fotosintéticas tienen

estructuras especializadas rodeadas por membrana denominadas

clorosomas. En algunas cianobacterias (antes conocidas

como algas azul-verdosas) las membranas fotosintéticas a

menudo forman estructuras de múltiples capas conocidas como

tilacoides (figura 2-7). Los principales pigmentos accesorios utilizados

para recolectar luz son las ficobilinas que se encuentran

en la superficie externa de las membranas de los tilacoides.

Las bacterias a menudo almacenan materiales de reserva

en forma de gránulos insolubles, que tienen el aspecto de

cuerpos refringentes en el citoplasma cuando se observan en

un microscopio de contraste de fases. También se denominan

cuerpos de inclusión y casi siempre participan en el almacenamiento

de energía o como reservorio de bloques estructurales.

La mayor parte de las inclusiones celulares están limitadas por

una membrana delgada formada por lípidos, que sirve para

separar los cuerpos de inclusión del citoplasma mismo. Uno

de los cuerpos de inclusión más comunes consiste en ácido

poli-β hidroxibutírico (PHB, poly-β-hydroxybutyric acid),

un compuesto similar a un lípido que tiene cadenas de ácido

β-hidroxibutírico conectadas a través de enlaces éster. El PBH

se produce cuando la fuente de nitrógeno, sulfuro y fósforo se

encuentra limitada y hay exceso de carbón en el medio (figura

2-8A). Otro producto de almacenamiento formado por las

células procariotas cuando hay carbón en cantidades excesivas

es el glucógeno, un polímero de la glucosa. El glucógeno

y PHB se utilizan como fuentes de carbono cuando se reinicia

la síntesis de proteínas y ácidos nucleicos. Diversos procariotas

son capaces de oxidar compuestos de sulfuro reducidos como

ácido sulfhídrico y tiosulfato, produciendo gránulos intracelulares

de azufre elemental (figura 2-8B). Conforme las fuentes

de azufre reducido se ven limitadas, se oxidan los gránulos

de azufre, por lo común a sulfato y los gránulos desaparecen

con lentitud. Muchas bacterias acumulan grandes reservas

de fosfato inorgánico en la forma de gránulos de polifosfato.

Tales gránulos podrán degradarse y utilizarse como fuentes

de fosfato para la producción de ácidos nucleicos y síntesis de

fosfolípidos para mantener el crecimiento. En ocasiones, éstos

se denominan gránulos de volutina o gránulos metacromáticos,

porque se tiñen de rojo con un colorante azul. Estas son

características de las corinebacterias (capítulo 13).

Ciertos grupos de bacterias autótrofas que fijan dióxido

de carbono producen bloques de construcción bioquímica que

contienen cuerpos poliédricos rodeados por una cubierta proteínica

(carboxisomas) y contienen una enzima fundamental

para la fijación de CO 2

, la carboxilasa de ribulosa bifosfato

(figura 2-7). Los magnetosomas son partículas cristalinas

intracelulares del mineral de hierro magnetita (Fe 3

O 4

) que

permiten que ciertas bacterias acuáticas muestren magnetotaxis

(migración u orientación de la célula respecto al campo

magnético de la Tierra). Los magnetosomas están rodeados

por membranas que contienen fosfolípidos, proteínas y glucoproteínas.

Las vesículas de gas se observan, casi de manera

exclusiva en microorganismos de hábitat acuáticos, donde proporcionan

flotabilidad. Las membranas de las vesículas de gas

tienen proteínas con un grosor de 2 nm, son impermeables al

agua y a los solutos pero permeables a los gases; así, las vesículas

de gas existen como estructuras llenas de gas rodeadas por

elementos del citoplasma (figura 2-9).

Las bacterias contienen proteínas similares a la actina y

proteínas del citoesqueleto diferentes a la actina de las células

eucariotas, como proteínas adicionales que participan en la

formación del citoesqueleto (figura 2-10). Los homólogos de

la actina (p. ej., MreB, Mbl) realizan varias funciones, y colaboran

a establecer la forma de la célula, segregar cromosomas y

localizar proteínas en la célula. Los homólogos diferentes a la

actina (p. ej., FtsZ) y proteínas singulares del citoesqueleto bacteriano

(p. ej., SecY, MinD) participan en determinar la forma

celular en la regulación de la división celular y segregación de

cromosomas.

Envoltura celular

Las células procariotas están rodeadas por una envoltura compleja

en capas que difiere en composición entre los principales

grupos. Tales estructuras protegen al microorganismo de

entornos ambientales hostiles, como osmolaridad extrema,

químicos nocivos e incluso antibióticos.

Membrana celular

A. Estructura

La membrana celular bacteriana, también denominada membrana

citoplásmica, es visible en la micrografía electrónica de

cortes delgados (figura 2-15). Es una “unidad de membrana”

típica compuesta por fosfolípidos y hasta 200 diferentes tipos

de proteínas. Las proteínas constituyen casi 70% de la masa de

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