26.05.2023 Views

Blanca-La-Nina-Que-Queria-Volar-Descargar-Gratis

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Cuentos

EDITORIAL DIGITAL - IMPRENTA NACIONAL

costa rica

Y cuando alguno preguntaba su precio:

-Una fanega de plata por cada una -respondía.

-¡Quiere burlarse de nosotros! -exclamaron todos al fin, y cogiendo los zapateros sus tirapiés y los

curtidores sus delantales, comenzaron a zurrar a Claus el grande.

-¡Pieles!, ¡pieles! -gritaban burlándose de él-. ¡Ya te arreglaremos la piel y te la pondremos verde

y azul! ¡Fuera de la ciudad!

Y Claus el grande tuvo que huir a toda prisa.

Nunca le habían zurrado tan perfectamente.

-Bueno, -dijo una vez que entró en su casa- Claus el chico que tiene la culpa de todo esto, me lo

pagará. ¡Le mato!

Y en cuanto entró en su casa, cogió un saco grande y fue a la de Claus el chico y le dijo:

-Por segunda vez te has burlado de mí. Primero maté mis cuatro caballos, luego a mi abuela; ¡tú

eres la causa de todo el mal, pero no me volverás a engañar!

Y agarrando a Claus el chico por medio del cuerpo, le metió en el saco y se lo echó al hombro,

diciendo:

-¡Te voy a ahogar!

El camino hasta el río era largo, y Claus el chico carga pesada. En el camino el asesino llegó a

una taberna, donde entró para tomar un refresco, dejando el saco detrás de la puerta, pensando que

Claus el chico no se podría escapar.

-¡Ay!, ¡ay! -suspiró Claus el chico en el saco, volviéndose y revolviéndose, pero sin poder desatar

la cuerda que le cerraba.

En aquel momento pasó por allí un viejo pastor con el pelo blanco y un cayado, llevando delante

una manada de vacas y toros; dieron contra el saco en que estaba Claus el chico y lo tiraron.

-¡Ay, pobre de mí! -suspiró Claus el chico-. ¡Tan joven y ya entrar en el Paraíso!

-¡Y yo pobre de mí! -dijo el pastor-. Tan viejo y aun no puedo llegar a él.

-¡Abre el saco! -exclamó Claus el chico- y ponte en mi lugar; pronto estarás en el Paraíso.

-¡Con mucho gusto! -dijo el viejo pastor abriendo el saco y dejando salir de él a Claus el chico.

-¿Pero querrás guardar mi rebaño? -dijo el viejo y entró en el saco que Claus el chico cerró y se

marchó llevándose todo el rebaño.

Algunos momentos después Claus el grande salió de la taberna y se echó el saco a la espalda. Le

pareció más ligero, porque el viejo pastor pesaba la mitad de lo que Claus el chico.

12

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!