26.05.2023 Views

Blanca-La-Nina-Que-Queria-Volar-Descargar-Gratis

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Cuentos

EDITORIAL DIGITAL - IMPRENTA NACIONAL

costa rica

-¡Es el vino que me ha dado fuerzas! -dijo, y cuando llegó al río arrojó al pastor a él, y dijo,

creyendo que era Claus el pequeño:

-¡Ahora no te burlarás más de mí!

Luego tomó el camino de su casa; pero al llegar a la encrucijada se halló con Claus el chico que

llevaba delante de sí todo el rebaño.

-¿Qué es eso? -exclamó Claus el grande-. ¿No te he ahogado?

-¡Sí, me tiraste al río hace media hora!

-¿Pero de dónde te ha venido ese magnífico rebaño?

-¡Son vacas del mar! -dijo Claus el chico-. Voy a contarte todo lo que ha pasado, después de darte

las gracias por haberme tirado al río, porque ahora soy rico para siempre, créemelo ¡Encerrado

en el saco tenía tanto miedo! El viento me silbaba en los oídos cuando me echaste al agua fría.

Fui inmediatamente al fondo pero sin hacerme daño, pues hay una hierba larga y muy suave. En

breve se abrió el saco, y una preciosa joven vestida de blanco con una corona de hojas verdes en la

cabeza, me cogió de la mano y me dijo:

-Por fin llegaste, mi querido Claus el chico; por lo tanto toma este ganado. Una legua más allá hay

otro tanto, que te regalo igualmente.

Comprendí entonces que el río es para el pueblo de la mar un gran camino real. ¡Que hermoso

estaba esto, cuantas flores y qué campos de verdura se veían allí! Sentía a los peces nadar alrededor

de mi cabeza, como aquí los pájaros vuelan por el aire. La gente qué guapa y el ganado que pacía

¡qué hermoso!

-¿Pero por qué te has vuelto tan pronto? -preguntó Claus el grande-. Yo no lo hubiera hecho si es

verdad que allá abajo todo es tan hermoso.

-Precisamente ahí he demostrado mi talento. ¿No has oído que la joven había dicho que una legua

más allá había otro tanto ganado? Pues bien, emprendí camino, pero como rodea mucho, me he

subido para ir por tierra derechamente al sitio donde está el ganado, con eso me ahorro la mitad

del camino.

-¡Qué afortunado eres! -dijo Claus el grande-. ¿Crees tú que también tendría yo un rebaño de vacas

si bajase al fondo del río?

-¡Ya lo creo! -dijo Claus el chico-. Pero yo no podré llevarte en el saco hasta allí, porque pesas

demasiado; pero si quieres ir y después encerrarte en el saco, yo te echaré con el mayor placer.

-¡Muchísimas gracias! -dijo Claus el grande-. Pero si no vuelvo con un rebaño de vacas de la mar,

te daré una buena paliza

-¡Oh, no seas tan malo! -replicó Claus el chico, y se pusieron en camino.

13

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!