Intimas de Dios Magazine - Edición # 31

Zoia García
Íntima de Dios Venezuela
Trabajadora Social
Diagnóstico: Cáncer de Útero
Edad: 47 años
En marzo de este año 2023, me encuentro con una
gran sorpresa cuando decidí hacerme un examen
para que mi hijo de 6 años, el cual sería sometido a
unos estudios, viera que su mamá era valiente como
él.
Mi vida era normal, aunque últimamente me daban
sangrados muy fuertes, dolores intensos cuando
menstruaba; sin embargo, era una vida normal
(trabajo, estudios, ser mamá, etc.)
En el momento que recibí el diagnóstico mi primera
reacción fue mirar alrededor y decir ¿Qué es esto?
¿Por qué me pasó? ¿Qué hice mal? Después de
mirar el cielo por horas con la mente en blanco
comencé a llorar, sin saber que sentía exactamente
(miedo, rabia, tristeza). Pensaba muchas cosas, me
voy a morir y voy a dejar a mis hijos solos, voy a vivir,
pero estaré calva y fea, me van a sacar todo y ya no
podré tener más hijos, me quitarán mi feminidad, soy
mala, algo malo hice y estoy recibiendo castigo, etc.)
Al principio me amargué, me deprimí y me volví loca
haciendo cosas como comiendo en exceso, me aislé
de todos y quiénes se acercaban recibían de mi mal
trato, luego solo quería estar en la iglesia, pero sin
que nadie me hablara, ni se acercara, quería dejar
definitivamente mi relación de pareja porque pensaba
que era lo mejor, pues así no le daba lastima a él,
ni era una carga.
La mayor dificultad que he enfrentado es la
económica, pues en Venezuela enfermarse es un
lujo, debía ser operada de urgencia y al no tener el
dinero me frustraba y me ponía peor, los tratamientos
me ponían débil y mal.
Mi familia ha sido mi mayor apoyo (no puedo evitar
llorar al decirlo). Mis hermanos mayores se organizaron
e hicieron rifas y donaciones. Mi hermana
menor me hablaba de cualquier tema y evitaba que
estuviera sola, aunque no quería ni hablar, ella
estaba ahí en silencio y mis sobrinos me hacían sentir
calmada. Mis amigos me escribían dándome ánimo,
los que están en el exterior me ayudaron como
pudieron, los de aquí buscaban la manera de verme,
una amiga me acompañó y estuvo conmigo hasta
que salí del quirófano.
Mi mamá que pasó por lo mismo me decía siempre
que yo, al igual que ella, era fuerte y que esto no era
nada. Mis tías siempre estuvieron presentes, orando
y pendiente en todos los aspectos. Mi hija siempre
estuvo pendiente dándome ánimo. Realmente he
contado con una gran red de apoyo de quienes
siempre estaré agradecida.
22 Octubre 2023 - Especial Prevención del Cáncer