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DIGITAL FIDES DEL 18 AL 24 DE FEBRERO DE 2024

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OPINIONES<br />

49<br />

Del <strong>18</strong> al <strong>24</strong> de Febrero de 20<strong>24</strong><br />

Tony Salinas Avery<br />

Sacerdote<br />

Con el primer Domingo<br />

de Cuaresma, se nos<br />

afirma a través del<br />

Evangelista Marcos,<br />

que no entramos a un tiempo<br />

típicamente cronológico, que<br />

se abre hoy ante nosotros,<br />

sino un “tiempo cumplido”<br />

como lo proclama Jesús hoy.<br />

En efecto, Él usa el término<br />

Kairós, (para tiempo) es<br />

decir, el tiempo personal,<br />

lleno de significado denso de<br />

eventos y a él añade el verbo<br />

pleroun, que no indica sólo el<br />

“cumplimiento” sino también<br />

la “plenitud”. De aquí que<br />

la cuaresma, se convierta<br />

P<strong>AL</strong>ABRA <strong>DE</strong> VIDA |<br />

“Los ángeles le servían”<br />

en tiempo de kairós y de<br />

pleroun, enfatizando así que<br />

es por excelencia el tiempo<br />

de la salvación personal y<br />

renovadora con la que Dios<br />

visita a su pueblo. Unido<br />

a la imagen del desierto,<br />

lugar que para el hombre<br />

oriental y para la Biblia es<br />

no un lugar topográfico,<br />

es una realidad viva, una<br />

situación existencial, porque<br />

allí Dios hablará al corazón<br />

del hombre y le mostrará el<br />

camino, apropiándolo de su<br />

presencia para que tenga<br />

fuerza en el caminar, hacía<br />

el lugar que es la meta. En<br />

la Cuaresma, temporada<br />

eclesial profundamente<br />

cristológica, se nos ofrece<br />

ya desde su principio a Jesús<br />

que no sólo representa a<br />

Israel que entra en la paz<br />

y la interiorización en el<br />

desierto, para llegar al<br />

destino que es Dios, sino<br />

que también representa al<br />

Adán de la nueva creación<br />

que vive en armonía con<br />

las fieras, transformando<br />

el desierto en un paraíso<br />

interior sobre el cual aletean<br />

los ángeles de Dios. En esta<br />

perspectiva, el cristiano sale<br />

del desierto urbano de la<br />

distracción, del egoísmo, de<br />

la torpeza espiritual, de la<br />

tentación para entrar en el<br />

desierto de la Cuaresma, de<br />

la contemplación del misterio<br />

de Dios, de su amor misericordioso,<br />

de la verdadera<br />

libertad. La sencillez de<br />

vida, la oración y el ayuno<br />

en el desierto “cuaresmal”<br />

de Cristo y del cristiano<br />

adquieren, entonces, un<br />

sentido y un valor único,<br />

que no es para conductas<br />

infantiles, sino para adultos<br />

en la fe que desean volver a<br />

vivir la amistad y la salvación<br />

de Dios.<br />

CAMINAR |<br />

Sobre el dragón y otros<br />

José Nelson Durón V.<br />

Columnista<br />

“No son lecciones<br />

moralistas ni<br />

sustituyentes<br />

de la divinidad,<br />

sino realidades<br />

profundas del<br />

Evangelio”<br />

El primer Papa de la Iglesia<br />

habla hoy enfáticamente<br />

acerca de la muerte y<br />

resurrección del Señor<br />

Jesús, que “murió, una sola vez<br />

y para siempre, por los pecados<br />

de los hombres; él, el justo, por<br />

nosotros, los injustos, para llevarnos<br />

a Dios, murió en su cuerpo y<br />

resucitó glorificado” (1ª P 3,<strong>18</strong>-19)<br />

y el único objetivo de san Pedro,<br />

el Papa, es que vivamos con una<br />

buena conciencia ante Dios (21c).<br />

Un amigo protestante me insistía<br />

que Cristo no había muerto, que<br />

no podía morir porque Él es Dios,<br />

demostrando que las sectas oscurecen<br />

su caminar y el de otros<br />

con herejías como el docetismo,<br />

ebionismo, adopcionismo<br />

y otras, encubiertas por y subyacentes<br />

en ideas que acogen<br />

y difunden a partir de la breve<br />

lectura bíblica y escasa reflexión<br />

teológica. Otro amigo, que resultó<br />

un día un poco indispuesto<br />

por mi mención del Purgatorio,<br />

causó en mí cierta sorpresa al levantarse<br />

en un entierro, justo en<br />

el camposanto, para hacer una<br />

oración ¡por el fallecido! Hizo uso<br />

de ciertas parábolas dichas por el<br />

Señor Jesús y las relacionó con la<br />

vida del difunto a ser enterrado<br />

y, por extensión, a todos. Él mismo<br />

había denostado fuertemente<br />

contra la Iglesia y los católicos<br />

por la reverencia y respeto que<br />

mostramos ante las sagradas imágenes,<br />

por lo que aproveché para<br />

recordarle que las parábolas son<br />

exactamente eso, imágenes que<br />

usan palabras fácilmente entendibles<br />

para enseñarnos sobre las<br />

realidades trascendentes del Reino.<br />

No son lecciones moralistas ni<br />

sustituyentes de la divinidad, sino<br />

realidades profundas del Evangelio.<br />

En tiempos tan difíciles y en<br />

este inicio de la Cuaresma, con<br />

absoluto apego a las enseñanzas<br />

de la santa Iglesia, deseamos<br />

recordarles especialmente a los<br />

jóvenes las palabras del niño mártir<br />

mejicano José Sánchez del Río:<br />

“Nunca ha sido tan fácil ganarse<br />

el cielo”. Y es que para cruzar el<br />

río es necesario echarse al agua<br />

no solo con valentía, sino con conocimiento<br />

de las circunstancias<br />

que se darán cuando estemos<br />

dentro. Podría pensarse que es<br />

lo que sucede a quienes emprenden<br />

una actividad sin saber por<br />

dónde va la cosa; comienzan las<br />

manotadas de la desesperación<br />

y del susto. Hemos observado<br />

cómo se ha propagado el apodo<br />

de dragón a una maquinaria que<br />

está siendo utilizada para reparar<br />

calles con el probable propósito<br />

de magnificar y distraer, velando<br />

la seria realidad del costo del<br />

proyecto. Que no nos sorprendan,<br />

el método es viejo, como<br />

es también la maquinaria. Nos<br />

encantaría dejar de mencionar<br />

los tropiezos de los gobernantes,<br />

pero ellos mismos dan pie para<br />

hacerlo al realizar acciones que el<br />

pueblo nunca ha querido, como<br />

que se juegue con su dignidad y<br />

capacidad de aguante. Por nuestra<br />

parte calificamos acciones, no<br />

juzgamos personas; sin embargo,<br />

algunos, pero en cantidad sorprendente,<br />

no permiten el olvido;<br />

ni lo soportan. Mientras en el cielo<br />

patrio resuenan los cohetes del<br />

escándalo y alegremente se comparten<br />

novedades periodísticas, el<br />

gobierno entrega la seguridad nacional<br />

a profesionales extranjeros,<br />

el no hacer se institucionaliza, el<br />

pueblo sufre por falta de trabajo y<br />

medicinas y otras injusticias más.<br />

Los dragones, no sudan siquiera.<br />

Carlos Eduardo<br />

Echeverría Coto, Diácono<br />

ceecheverria@unicah.edu<br />

“Como<br />

personas<br />

también<br />

tenemos<br />

sentimientos<br />

y emociones,<br />

que nos<br />

permiten amar<br />

y dejarnos<br />

querer, así<br />

como llorar y<br />

reír”<br />

V<strong>AL</strong>ORES, RAZÓN Y FE |<br />

En nuestra primera infancia<br />

simplemente<br />

somos, existimos, y<br />

vamos conociendo a<br />

otros seres, y empezamos a<br />

apreciar sus diferencias. Y así<br />

vamos por la vida abriendo los<br />

ojos al mundo. Poco a poco<br />

va llegando la conciencia que<br />

delimita ese mundo, entre lo<br />

mío y lo otro: mis manos, mis<br />

pies, pero también mi mamá,<br />

mi padre, mi casa y quizá hasta<br />

mi perro. Si la condición familiar<br />

es precaria empezamos a<br />

notar duras realidades. Si no lo<br />

es, la conciencia de las dificultades<br />

en la vida llegará, pero<br />

un poco más tarde. Luego nos<br />

enseñaron a medir: quién es<br />

más obediente y quién no,<br />

quién es la más bonita, quién<br />

es el mejor alumno; quién<br />

tiene y quién no. Instintivamente,<br />

pero también porque<br />

se nos educa así, nos encontramos<br />

con ansias de sobresalir.<br />

Y nos equivocamos, claro, y<br />

pensamos –inducidos por la<br />

cultura dominante- que para<br />

ser más hay que tener más. El<br />

deseo de ser más es profundamente<br />

humano, pues hemos<br />

sido creados como personas, y<br />

la persona tiene capacidad racional<br />

que le permite conocer,<br />

entender y valorar. También se<br />

tiene la voluntad, para llevar<br />

a cabo desde trabajos sencillos<br />

a grandes empresas y,<br />

al combinar el valorar con el<br />

decidir, poder llevar una vida<br />

moral. Como personas también<br />

tenemos sentimientos y<br />

emociones, que nos permiten<br />

amar y dejarnos querer,<br />

así como llorar y reír. Claro<br />

está, que toda la potencialidad<br />

maravillosa de la persona<br />

nos catapulta hacia ser más.<br />

No obstante, podemos quedarnos<br />

en una improductiva<br />

mediocridad, desperdiciando<br />

la vida y atrapados en una rutina<br />

desgastante. Y podemos<br />

utilizar nuestras capacidades<br />

Ser más<br />

para hacer el mal a algunas<br />

personas, a la sociedad y a<br />

nosotros mismos. Pensando<br />

erróneamente ser cada día<br />

más, muchas gentes fabrican<br />

su propia ruina y hasta a la<br />

ajena, sin darse cuenta de que<br />

cada día van a menos, y que lo<br />

que debió ser una obra de arte<br />

y una hermosa aventura, acabó<br />

en el desperdicio enorme<br />

de la única vida terrenal que<br />

nos es dada. Pero, ánimo, que<br />

también existe el milagro de<br />

cambiar de vida. Basta volverse<br />

a Dios y pedir misericordia<br />

al Padre y se puede iniciar<br />

una auténtica remontada.<br />

Este es el tiempo oportuno y la<br />

Madre Iglesia nos ayuda a ello.<br />

La Cuaresma es tiempo de arrepentimiento,<br />

de conversión,<br />

de pedir perdón. Todos, los<br />

atrapados en los pecados más<br />

abominables, los abúlicos y<br />

tibios, así como los que caminamos<br />

tratando de no soltarnos<br />

de la mano del Señor, todos,<br />

sin excepción, podemos ser<br />

más. No son palabras vacías,<br />

que señalan una meta inalcanzable,<br />

las que dijo el Señor<br />

Jesús: «Sean perfectos, como<br />

su Padre celestial es perfecto»<br />

(Mt 5,48). Por supuesto, no se<br />

trata de alcanzar la perfección<br />

divina sino la humana, pues<br />

somos seres en potencia, es<br />

decir, en construcción, durante<br />

todos los días de nuestra vida.<br />

Si nuestras Cuaresmas anteriores<br />

no les hemos aprovechado,<br />

pongámonos ahora mismo<br />

en marcha y respondamos a<br />

la invitación divina. Que por<br />

tarde que nos pongamos a la<br />

obra, y lo hacemos con fervor<br />

y recta intención, la paga, la<br />

recompensa, será la misma de<br />

quienes han afanado toda su<br />

vida. (Cfr. Mt 20, 1-16). Convertirnos<br />

de corazón, para vivir la<br />

Pascua del Señor, es el camino<br />

seguro para preparar nuestra<br />

propia pascua. Entonces sí que<br />

seremos más.

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