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DIGITAL FIDES DEL 18 AL 24 DE FEBRERO DE 2024

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BUENASNUEVAS<br />

53<br />

Del <strong>18</strong> al <strong>24</strong> de Febrero de 20<strong>24</strong><br />

PEDIMOS LA INTERCESIÓN <strong>DE</strong> LOS SANTOS<br />

SAN POLICARPO-23 <strong>DE</strong> <strong>FEBRERO</strong><br />

OBISPO <strong>DE</strong> ESMIRNA, MÁRTIR Y PADRE APOSTÓLICO<br />

S<br />

an Policarpo era<br />

obispo de la ciudad<br />

de Esmirna, en<br />

Turquía, y fue a<br />

Roma a dialogar con el Papa<br />

Aniceto para ver si podían<br />

ponerse de acuerdo para<br />

unificar la fecha de fiesta de<br />

Pascua entre los cristianos<br />

de Asia y los de Europa. Y<br />

caminando por Roma se<br />

encontró con un hereje que<br />

negaba varias verdades de<br />

la religión católica. El otro le<br />

preguntó: ¿No me conoces?<br />

Y el santo le respondió:<br />

¡Si te conozco. Tu eres un<br />

hijo de Satanás! Hay otra<br />

anécdota que se cuenta de<br />

San Policarpo referente a San<br />

Ignacio de Antioquía; afirman<br />

que cuando San Ignacio iba<br />

hacia Roma encadenado para<br />

ser martirizado, San Policarpo<br />

salió a recibirlo y besó<br />

emocionado sus cadenas. Y<br />

por petición de San Ignacio<br />

escribió una carta a los<br />

cristianos del Asia, carta que<br />

según San Jerónimo, era<br />

sumamente apreciada por los<br />

antiguos cristianos. Durante<br />

la estancia de San Policarpo<br />

en Roma, fue llevado ante las<br />

autoridades para ser juzgado<br />

por su fe. El pueblo estaba<br />

reunido en el estadio. El<br />

gobernador le dijo: “Declare<br />

que el César es el Señor”.<br />

Policarpo respondió: “Yo sólo<br />

reconozco como mi Señor a<br />

Jesucristo, el Hijo de Dios”.<br />

Añadió el gobernador: ¿Y qué<br />

pierde con echar un poco<br />

de incienso ante el altar del<br />

César? Renuncie a su Cristo y<br />

salvará su vida. A lo cual San<br />

Policarpo dio una respuesta<br />

admirable. Dijo así: “Ochenta<br />

y seis años llevo sirviendo<br />

a Jesucristo y Él nunca me<br />

ha fallado en nada. ¿Cómo<br />

le voy yo a fallar a El ahora?<br />

Yo seré siempre amigo de<br />

Cristo”. El gobernador le<br />

grita: “Si no adora al César<br />

y sigue adorando a Cristo<br />

lo condenaré a las llamas”.<br />

Y el santo responde: “Me<br />

amenazas con fuego que<br />

dura unos momentos y<br />

“Concédeme la gracia de ser admitido<br />

entre el grupo de los que sacrifican su<br />

vida por Ti y haz que este sacrificio te<br />

sea totalmente agradable”<br />

después se apaga. Yo lo que<br />

quiero es no tener que ir<br />

nunca al fuego eterno que<br />

nunca se apaga”. En ese<br />

momento el pueblo empezó<br />

a gritar: ¡Este es el jefe de<br />

los cristianos, el que prohíbe<br />

adorar a nuestros dioses. Que<br />

lo quemen! El gobernador les<br />

hizo caso y decretó su pena<br />

de muerte, y todos aquellos<br />

enemigos de nuestra santa<br />

religión se fueron a traer<br />

leña de los hornos y talleres<br />

para encender una hoguera<br />

y quemarlo. Trajeron mucha<br />

leña y colocaron encima<br />

a Policarpo. Los verdugos<br />

querían amarrarlo a un palo<br />

con cadenas pero él les dijo:<br />

“Por favor: déjenme así, que<br />

el Señor me concederá valor<br />

para soportar este tormento<br />

sin tratar de alejarme de<br />

él”. Entonces lo único que<br />

hicieron fue atarle las manos<br />

por detrás. Policarpo,<br />

elevando los ojos hacia el<br />

cielo, oró así en alta voz:<br />

“Señor Dios, Todopoderoso,<br />

Padre de Nuestro Señor<br />

Jesucristo: yo te bendigo,<br />

porque me has permitido<br />

llegar a esta situación y<br />

me concedes la gracia de<br />

formar parte del grupo de<br />

tus mártires y me das el gran<br />

honor de poder participar<br />

del cáliz de amargura que<br />

tu propio Hijo Jesús tuvo<br />

que tomar antes de llegar a<br />

su resurrección gloriosa. El<br />

día de su martirio fue el 23<br />

de febrero del año 155. Esta<br />

carta, escrita en el propio<br />

tiempo en que sucedió el<br />

martirio, es una narración<br />

verdaderamente hermosa<br />

y provechosa para la vida<br />

espiritual.<br />

Sabías que....<br />

1<br />

Milagro<br />

El día de su martirio, tan pronto<br />

terminó Policarpo de rezar su<br />

oración, prendieron fuego a la<br />

leña y entonces sucedió un milagro. Las<br />

llamas, haciendo una gran circunferencia,<br />

rodearon al cuerpo del mártir y su cuerpo<br />

ya no parecía un humano quemado sino<br />

un hermoso pan tostado, o un pedazo<br />

de oro sacado de un horno ardiente.<br />

2<br />

Escritos<br />

El martirio de Policarpo se<br />

describe en una carta de la<br />

Iglesia de Esmirna a la Iglesia de<br />

Philomelium “ y a todas las comunidades<br />

de la santa Iglesia universal”, etc. La<br />

carta comienza con un relato de la<br />

persecución y el heroísmo de los<br />

mártires.<br />

3<br />

Días<br />

Los huesos del mártir fueron<br />

recogidos por los cristianos, y<br />

enterrados en un lugar adecuado.<br />

“Entonces el bienaventurado Policarpo<br />

fue martirizado el segundo día del mes<br />

de Kanthicus, el séptimo día antes de las<br />

Kalendas de Marzo, un gran Sabbath a<br />

la hora octava.<br />

4<br />

Infancia<br />

Policarpo nació en una familia<br />

probablemente cristiana en el<br />

entorno del año 70 u 80 y, según<br />

su discípulo Ireneo, “Fue instruido por los<br />

apóstoles y convivió con muchos que<br />

habían visto al Señor» y Tertuliano dice<br />

que fue el mismo apóstol Juan quien lo<br />

constituyó obispo de Esmirna”.<br />

5<br />

Formador<br />

Policarpo vivió en la antigua<br />

Esmirna, ciudad griega que<br />

competía con las vecinas Éfeso<br />

y Pérgamo por ser la más grande de la<br />

Provincia de Asia. En ella se desarrolló<br />

una comunidad del cristianismo<br />

primitivo bajo tutela del apóstol San<br />

Juan, que dirigía las comunidades de<br />

Asia desde su asiento en Éfeso.<br />

Oración a San Policarpo<br />

“Señor, Dios todopoderoso, Padre<br />

de nuestro amado y bendito<br />

Jesucristo, Hijo tuyo, por<br />

quien te hemos conocido; Dios<br />

de los ángeles, de los arcángeles, de<br />

toda criatura y de todos los justos<br />

que viven en tu presencia: te bendigo,<br />

porque en este día y en esta<br />

hora me has concedido ser contado<br />

entre el número de tus mártires,<br />

participar del cáliz de Cristo y, por<br />

el Espíritu Santo, ser destinado a<br />

la resurrección de la vida eterna en<br />

la incorruptibilidad del alma y del<br />

cuerpo. ¡Ojalá que sea yo también<br />

contado entre el número de tus santos<br />

como un sacrificio enjundioso y<br />

agradable, tal como lo dispusiste de<br />

antemano, me lo diste a conocer y<br />

ahora lo cumples, oh Dios veraz e<br />

ignorante de la mentira! Por esto te<br />

alabo, te bendigo y te glorifico en<br />

todas las cosas por medio de tu Hijo<br />

amado Jesucristo, eterno y celestial<br />

Pontífice. Por él a ti, en unión con él<br />

mismo y el Espíritu Santo, sea la gloria<br />

ahora y en el futuro, por los siglos<br />

de los siglos. Amén.

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