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XVIII 2, que pondría al pensamiento cristiano ante un verdadero desafío. Una fe<br />

que no aceptara el uso riguroso del método histórico-crítico estaría<br />

abandonando el campo de la razón, sería contraria a la ilustración y al progreso<br />

de la humanidad y no podría subsistir en la historia. Pero, por otra parte,<br />

aceptar comprender los Evangelios a partir de los métodos racionales de<br />

estudio de las fuentes históricas ¿no conllevaba disolver las tradiciones<br />

dogmáticas, y el mismo cristianismo como “religión positiva”, en la luz de la<br />

razón? 3<br />

De esta manera los Evangelios quedaron situados en el centro de un gran<br />

combate ideológico, y precisamente por lo que son, el testimonio y el anuncio<br />

apostólico de Jesús de Nazaret como Señor y Salvador del mundo.<br />

Se proponía, de hecho, una comprensión de Jesús como pedagogo<br />

(Lessing) o como paradigma moral (Kant), que, por designio divino, habría<br />

ayudado al hombre a aprehender verdades fundamentales que, de por sí, la<br />

razón estaría destinada a alcanzar por sí misma. Por supuesto, como tal<br />

pedagogo, Jesús podría ser siempre amado y venerado, pero no sería ya<br />

imprescindible para un hombre cuya razón podía hacer propio cuánto él había<br />

venido a enseñar 4 .<br />

El debate sobre la Persona de Jesús tiene a los Evangelios como campo de<br />

batalla. En ellos se decide todo: si Jesús fue realmente una persona singular y<br />

única, que generó y genera la fe, que fue causa del testimonio y de la actividad<br />

apostólica de sus discípulos ; o si Jesús fue un hombre particular en el camino<br />

de la evolución de la razón y la religiosidad humana, y los autores<br />

neotestamentarios lo revistieron de afirmaciones hoy inaceptables, procedentes<br />

de mundos culturales pasados, de percepciones todavía míticas –se insistía en<br />

lo primitivo del mundo judío– o incluso directamente de falsificaciones<br />

interesadas.<br />

2 La obra de H. S. REIMARUS (1694-1768), se titulaba Apologie oder Schutzschrift für die vernünftige<br />

Verehrer Gottes; de ella publicó siete fragmentos G. E. LESSING (1774-1778) bajo el título Von dem<br />

Zwecke Jesu und seiner Jünger.<br />

3 A este respecto, puede verse la explícita argumentación de G. E. LESSING en Axiomata, X<br />

4 Cf., por ejemplo, G. E. LESSING, Die Erziehung des Menschengeschlechts, 1777<br />

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