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que han permitido un crecimiento importantísimo del conocimiento histórico<br />
de los orígenes del cristianismo y de los Evangelios mismos.<br />
Los téologos liberales acertaban volcándose en el estudio de la historia. No<br />
acertaban, sin embargo, en la comprensión de fondo de la razón y de la fe, del<br />
cristianismo que proponían como consecuencia de sus investigaciones. Pues<br />
presentar a Jesús como el grado más elevado de la conciencia humana exigía,<br />
por un lado, la afirmación de una singularidad absoluta 6, que el estudio<br />
histórico no es capaz de percibir por sí mismo; y, por otro lado, no superaba en<br />
realidad el horizonte de las posibilidades de la razón humana. De hecho, esta<br />
teología no aceptaba la cristología conciliar tradicional, es decir, la afirmación<br />
de la naturaleza divina de Jesucristo, al que veían más bien como un hombre<br />
dotado de cualidades o atributos divinos 7 . En este contexto se comprende que<br />
surja la oposición entre el “Jesús histórico” y el “Cristo de la fe” 8 .<br />
La filosofía derivada del racionalismo y del idealismo verá estas aporías<br />
con claridad y criticará duramente estas posiciones: tal presunta conciencia de<br />
Cristo sería sólo la proyección de la propia conciencia piadosa humana 9. L.<br />
Feuerbach llevará el argumento hasta sus últimas consecuencias, observando<br />
que Dios mismo es también sólo proyección de la autoconciencia del hombre 10 .<br />
De hecho, aunque tales afirmaciones filosóficas fueran falsas, la crítica no<br />
era desacertada. La teología misma tomará conciencia de modo totalmente claro<br />
de que la imagen de Jesús que se proponía dependía y reflejaba inevitablemente<br />
la mentalidad del autor 11 ; de modo que en este “Jesús histórico” se hablaba sólo<br />
del hombre y no de la palabra de Dios 12 . De hecho, no se salvaguardaban<br />
6 Por ejemplo, en la forma de la “impecabilidad” propia de Jesús, que afirmaba<br />
SCHLEIERMACHER, por ej., en Der christliche Glaube, Bd. II §93-94<br />
7 Cf., por ej., G. THEISSEN-WINTER, Die Kriterienfrage in der Jesusforschung, Freiburg Schweiz -<br />
Göttingen 1997, 49-64<br />
8<br />
Contraposición que aparece por primera vez en una obra de D. STRAUSS de l865: Der Christus<br />
des Glaubens und der Jesus der Geschichte. Eine Kritik des Schleiermacherschen Lebens Jesu.<br />
9 Ya F. CH. BAUR hace esta observación, con referencia a Schleiermacher, en: Die christliche Gnosis<br />
oder die christliche Religionsphilosophie in ihrer geschichtlichen Entwicklung, Tübingen 1835, 638<br />
10 Cf. Das Wesen des Christentums, 1841<br />
11 Muestra esta necesidad con claridad M. KÄHLER en su famoso Der sogennante historische Jesus<br />
und der geschichtliche biblische Christus, Leipzig 1892. Ilustra esta dinámica definitivamente A.<br />
SCHWEITZER, Von Reimarus zu Wrede. Eine Darstellung der Leben-Jesu Forschung, Tübingen 1902<br />
12 Cf. la crisis de la “teología dialéctica” y, en particular, K. BARTH; puede verse, por ej., su Der<br />
Römerbrief, München 1919 [ 21924]; Der Christ in der Gesellschaft, Würzburg 1920, o el debate con<br />
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