NOTA. José Luis Cardero López es Doctor en Ciencias ... - Liceus
NOTA. José Luis Cardero López es Doctor en Ciencias ... - Liceus
NOTA. José Luis Cardero López es Doctor en Ciencias ... - Liceus
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
<strong>NOTA</strong>.<br />
<strong>José</strong> <strong>Luis</strong> <strong>Cardero</strong> <strong>López</strong> <strong>es</strong> <strong>Doctor</strong> <strong>en</strong> Ci<strong>en</strong>cias Políticas y Sociología,<br />
<strong>es</strong>pecialidad de Antropología Social, por la Universidad Complut<strong>en</strong>se de<br />
Madrid. Ha llevado a cabo, <strong>en</strong>tre otras, inv<strong>es</strong>tigacion<strong>es</strong> y trabajos de campo <strong>en</strong><br />
la Bretaña franc<strong>es</strong>a sobre mitología céltica y sobre los <strong>es</strong>pacios sagrados<br />
(Chapell<strong>es</strong>) <strong>es</strong>tablecidos <strong>en</strong> el finisterre bretón, fr<strong>en</strong>te al Océano. Sus campos<br />
de trabajo prefer<strong>en</strong>t<strong>es</strong> como antropólogo son la mitología y la simbología<br />
analizadas a través de instrum<strong>en</strong>tos como los proporcionados por la<br />
herm<strong>en</strong>éutica antropológica.<br />
El pr<strong>es</strong><strong>en</strong>te trabajo fue pr<strong>es</strong><strong>en</strong>tado <strong>en</strong> junio de 2008 para la obt<strong>en</strong>ción del<br />
Diploma de Estudios Avanzados <strong>en</strong> el Instituto de Ci<strong>en</strong>cias de las Religion<strong>es</strong>,<br />
dirigido por el Prof<strong>es</strong>or Dr. Francisco Diez de Velasco y calificado como<br />
“sobr<strong>es</strong>ali<strong>en</strong>te”.<br />
PUBLICACIONES<br />
(2007). Monstruos, Muertos y dios<strong>es</strong> oscuros. Editorial Aguilar. Santillana.<br />
(2006). El Aturdimi<strong>en</strong>to (2). La soledad y la multiplicación de conci<strong>en</strong>cias. En A Parte rei, Revista de<br />
filosofía. nº 46. julio. http://serbal.pntic.mec.<strong>es</strong><br />
(2006). ¿En el camino del ideal de Nietzsche?. En HyperNietzsche.<br />
http://www.hypernietzsche.org/navigate.php?sigle=jcardero1<br />
(2006). El Aturdimi<strong>en</strong>to. Conspiración, ord<strong>en</strong> social y persist<strong>en</strong>cia de cosmovision<strong>es</strong>. En A Parte Rei,<br />
Revista de filosofía. nº 44, marzo. http://serbal.pntic.mec.<strong>es</strong><br />
(2005). Dialéctica del Mal. (¿De qué se ríe el diablo?) En A Parte Rei, Revista de filosofía. nº 42,<br />
noviembre. http://serbal.pntic.mec.<strong>es</strong><br />
(2005). La furia del dios (lo divino, lo demoníaco y el mal como fantasmagorías). En A Parte Rei, Revista<br />
de filosofía. nº 38. mayo. http://serbal.pntic.mec.<strong>es</strong><br />
(2005). Xogos de vida, amor e morte <strong>en</strong> Aquilino Igl<strong>es</strong>ia Alvariño. Boletin do Museo Provincial de Lugo,<br />
XII<br />
(2004). El miedo del dios. En A Parte rei, revista de filosofía. nº 31. Enero. http://serbal.pntic.mec.<strong>es</strong><br />
(2004). Kant, el <strong>en</strong>tusiasmo de la razón. En Nómadas. Revista Crítica de Ci<strong>en</strong>cias Social<strong>es</strong> y Jurídicas, 9.<br />
http://www.ucm.<strong>es</strong>/info/nomadas/9
(2004) En colaboración con Alberto J. Gil Ibáñez. Miedo y <strong>en</strong>gaño a través de los proc<strong>es</strong>os de<br />
institucionalización del poder. En Revista de Antropología Experim<strong>en</strong>tal. Universidad de Jaén. nº 4.<br />
http://www.uja<strong>en</strong>.<strong>es</strong><br />
(2004) De la Pr<strong>es</strong><strong>en</strong>cia al Principio de Prometeo. Un cambio <strong>es</strong>tético de lo sagrado. En Revista de<br />
Antropología Experim<strong>en</strong>tal. Universidad de Jaén. nº 4. http://www.uja<strong>en</strong>.<strong>es</strong><br />
(2003). En colaboración con Alberto J. Gil Ibáñez. La guerra de los caracter<strong>es</strong> (la madre de todas las<br />
batallas). En Revista de Antropología Experim<strong>en</strong>tal. Universidad de Jaén. nº 3. http://www.uja<strong>en</strong>.<strong>es</strong><br />
(2003). Análisis del <strong>es</strong>pacio <strong>en</strong> un lugar sagrado. En Gazeta de Antropología. Universidad de Granada, nº<br />
19.<br />
(1995-1996). El Juicio final: vision<strong>es</strong> y <strong>es</strong>tructuras. Boletin do Museo Provincial de Lugo, VII<br />
(1994). Antropología y literatura. La id<strong>en</strong>tidad socio cultural <strong>en</strong> la literatura gallega. T<strong>es</strong>is doctoral.<br />
Universidad Complut<strong>en</strong>se de Madrid. Servicio de Publicacion<strong>es</strong><br />
(1993). Xogos de amor e morte <strong>en</strong> Castelao. En Grial, Ed. Galaxia, Vigo<br />
(1992). Los cu<strong>en</strong>tos popular<strong>es</strong> de la provincia de Lugo. Apunt<strong>es</strong> para una reflexión antropológica. En<br />
Luc<strong>en</strong>sia. Miscelánea de cultura e inv<strong>es</strong>tigación, nº 5. Lugo<br />
(1991). Galicia, Valle Inclán e a morte. En Grial, Ed. Galaxia, Vigo<br />
1
De lo Numinoso, a lo Sagrado y lo Religioso<br />
(Magische Flucht, Vuelo Mágico y éxtasis como experi<strong>en</strong>cias<br />
con lo Sagrado)<br />
JOSE LUIS CARDERO LOPEZ<br />
2
INDICE<br />
Introducción: De lo Numinoso a lo Sagrado: El camino de las<br />
experi<strong>en</strong>cias de la Muerte.<br />
1. Lo Numinoso y lo Sagrado.<br />
1.1 El concepto de lo Numinoso y lo Sagrado <strong>en</strong> Rudolf Otto y <strong>en</strong><br />
Mircea Eliade.<br />
1.2. Lo Numinoso como Pr<strong>es</strong><strong>en</strong>cia y como experi<strong>en</strong>cia.<br />
1.3. Lo Sagrado como manif<strong>es</strong>tación y reducción de lo Numinoso<br />
a la medida y a la <strong>es</strong>pera de lo humano.<br />
2. Lo Religioso.<br />
2.1.Los caminos d<strong>es</strong>de lo Numinoso y lo Sagrado: Homo Necans<br />
y crisis sacrificial<br />
2.2. El hecho religioso y su institucionalización<br />
2.3. El hecho chamánico<br />
3. La Magische Flucht.<br />
3.1.Apunt<strong>es</strong> y refer<strong>en</strong>cias: La Magische Flucht o Huída Mágica <strong>en</strong><br />
la tradición.<br />
3.2. La Magische Flucht y la Muerte como arquetipos<br />
3.3. La Huida Mágica y los medios mágicos<br />
4. El Vuelo mágico y el Extasis.<br />
4.1 Extasis, Vuelo Mágico y asc<strong>en</strong>sión cel<strong>es</strong>te<br />
3
4.2 El Vuelo Mágico y las distintas vías expr<strong>es</strong>ivas de lo<br />
Sagrado<br />
4.3 Los caminos hacia el Otro Mundo. Crítica de una<br />
Pr<strong>es</strong><strong>en</strong>cia abandonada.<br />
Conclusion<strong>es</strong><br />
Bibliografía.<br />
Anexos.<br />
4
Introducción: De lo Numinoso a lo Sagrado: El camino de las<br />
experi<strong>en</strong>cias de la Muerte.<br />
Algunas de las experi<strong>en</strong>cias de los ser<strong>es</strong> humanos <strong>en</strong> relación con<br />
<strong>es</strong>as fuerzas extrañas mediante las que se repr<strong>es</strong><strong>en</strong>tan lo Numinoso y lo<br />
Sagrado, se hallan vinculadas con el proc<strong>es</strong>o que atañe al misterio de la vida –<br />
su inicio, su continuación, su final y lo que pueda haber más allá de ella- pero<br />
también se relacionan, según veremos, con otro gran impulso, expr<strong>es</strong>ado a<br />
través de elem<strong>en</strong>tos significant<strong>es</strong> como los figurados por relatos y tradicion<strong>es</strong><br />
construidos sobre el tema de la huida ante la muerte o sobre el <strong>es</strong>cape del<br />
lugar de los muertos.<br />
Ambas vias se han d<strong>es</strong>arrollado abundantem<strong>en</strong>te <strong>en</strong> todas las culturas<br />
a través de la mitología y de la tradición, de manera que <strong>en</strong> los relatos y <strong>en</strong> los<br />
textos <strong>en</strong>contramos, por lo g<strong>en</strong>eral, datos abundant<strong>es</strong> sobre ellos y su<br />
d<strong>es</strong>arrollo, aunque con el paso del tiempo y la transformación de las culturas <strong>en</strong><br />
<strong>en</strong>t<strong>es</strong> cada vez más globalizados, no siempre sea fácil <strong>en</strong>tr<strong>es</strong>acarlos de cada<br />
conjunto cultural o ponerlos de relieve contrastándolos r<strong>es</strong>pecto a otras<br />
<strong>en</strong>tidad<strong>es</strong> de aquellos conjuntos.<br />
El propósito principal de éste trabajo <strong>es</strong> poner de relieve los pasos de<br />
una hipotética evolución conceptual ocurrida d<strong>es</strong>de lo Numinoso hasta lo<br />
Religioso a través de conceptos intermedios como el de lo Sagrado. Dichos<br />
conceptos, según creo, no han sido demasiado bi<strong>en</strong> delimitados <strong>en</strong> su<br />
significación por los difer<strong>en</strong>t<strong>es</strong> autor<strong>es</strong> que los han utilizado. Ello ocurre por la<br />
propia naturaleza del f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o que d<strong>es</strong>crib<strong>en</strong> –que no <strong>es</strong> <strong>en</strong> definitiva más<br />
que una variante del eterno proc<strong>es</strong>o de definición –o autodefinición- del ser<br />
humano fr<strong>en</strong>te al otro o a lo Otro- y también por la nec<strong>es</strong>idad de proyectar <strong>es</strong>e<br />
proc<strong>es</strong>o definitorio hacia un plano distinto de aquél que conti<strong>en</strong>e al propio ser<br />
proyectante, <strong>es</strong> decir, al ser humano. Un afán de distanciami<strong>en</strong>to, por tanto,<br />
que muy bi<strong>en</strong> puede g<strong>en</strong>erar, por sí mismo y con ayuda de otros, la ilusión<br />
fantasmática conocida por algunos como la sombra del dios 1 .<br />
1 El dios <strong>es</strong> algo originado <strong>en</strong> nosotros mismos, pero proyectado hacia el infinito y hecho r<strong>es</strong>idir allí,<br />
d<strong>es</strong>de donde actúa (<strong>en</strong> reflejo) sobre nosotros. He tratado <strong>es</strong>te tema <strong>en</strong> otro trabajo, J.L. <strong>Cardero</strong>, El miedo<br />
del dios, A parte Rei, Revista de Filosofía, nº 31.<br />
5
Pret<strong>en</strong>do <strong>es</strong>tablecer el d<strong>es</strong>arrollo de <strong>es</strong>te análisis básicam<strong>en</strong>te sobre<br />
tr<strong>es</strong> nivel<strong>es</strong>, que se consideran difer<strong>en</strong>ciados únicam<strong>en</strong>te por razon<strong>es</strong><br />
prácticas, ya que <strong>en</strong> realidad se corr<strong>es</strong>pond<strong>en</strong> con una actividad humana<br />
perman<strong>en</strong>te y continua <strong>en</strong> la que exist<strong>en</strong> muy pocas interrupcion<strong>es</strong>, debido,<br />
precisam<strong>en</strong>te, a su propia naturaleza.<br />
El primero de dichos nivel<strong>es</strong> pret<strong>en</strong>de un objetivo: <strong>en</strong>contrar una<br />
perspectiva simbólico-cognitiva mediante la cual se justifique la utilización de<br />
los conceptos Numinoso y Sagrado como elem<strong>en</strong>tos significant<strong>es</strong> que forman<br />
parte de un conjunto –o continuum- de experi<strong>en</strong>cias humanas progr<strong>es</strong>ivam<strong>en</strong>te<br />
transformadas <strong>en</strong> su cualidad, bi<strong>en</strong> se consider<strong>en</strong> éstas experi<strong>en</strong>cias como<br />
algo llegado al propio ser humano d<strong>es</strong>de su exterior, o simplem<strong>en</strong>te derivadas<br />
de su actividad como ser social.<br />
El segundo nivel nos permitirá justificar el hecho religioso como una<br />
construcción simbólico-cognitiva derivada de <strong>es</strong>a primera evolución lograda a<br />
partir de lo Numinoso y d<strong>es</strong>de éste hacia lo Sagrado. Lo Religioso se<br />
corr<strong>es</strong>pondería, por tanto, con un proc<strong>es</strong>o de institucionalización de lo Sagrado<br />
que se logra <strong>en</strong> un plano de actuación ya decididam<strong>en</strong>te social, por más que<br />
las experi<strong>en</strong>cias hierofánicas y teofánicas e incluso algunas experi<strong>en</strong>cias de<br />
tipo religioso, puedan t<strong>en</strong>er lugar <strong>en</strong> un marco mucho más personal e<br />
indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te de cualquier otra connotación.<br />
El tercer nivel será aquél que nos permita, a partir de los r<strong>es</strong>ultados<br />
obt<strong>en</strong>idos <strong>en</strong> los dos primeros, examinar ciertas construccion<strong>es</strong> o articulacion<strong>es</strong><br />
simbólicas –por ejemplo, <strong>en</strong> nu<strong>es</strong>tro caso, las elaboracion<strong>es</strong> textual<strong>es</strong> 2<br />
fundam<strong>en</strong>tadas <strong>en</strong> la huida de la muerte o <strong>en</strong> la huida del lugar, o mundo, de<br />
los muertos- como una de las fu<strong>en</strong>t<strong>es</strong> de las que nac<strong>en</strong> <strong>es</strong>e tipo de<br />
experi<strong>en</strong>cias de carácter sagrado que, mas adelante, pued<strong>en</strong> culminar <strong>en</strong><br />
acontecimi<strong>en</strong>tos o hechos religiosos. Hay que t<strong>en</strong>er también <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta que la<br />
mitología <strong>es</strong>tablecida sobre los motivos de la huida de la muerte se<br />
corr<strong>es</strong>ponde, al parecer, con un arquetipo cultural de orig<strong>en</strong> muy antiguo,<br />
según señalan al r<strong>es</strong>pecto algunos autor<strong>es</strong> 3 .<br />
2 Considerando texto <strong>en</strong> su s<strong>en</strong>tido más amplio y no sólo <strong>en</strong> el literario. Por ejemplo, <strong>en</strong> el apuntado por<br />
Umberto Eco <strong>en</strong> alguno de sus trabajos como Lector in fabula o Tratado de semiótica g<strong>en</strong>eral.<br />
3 Entre los que figura Mircea Eliade. Ver Le chamanisme et l<strong>es</strong> techniqu<strong>es</strong> archaïqu<strong>es</strong> de l´extase, Payot,<br />
Paris 1951. p. 365 y s. También <strong>en</strong> Myth<strong>es</strong>, rêv<strong>es</strong> et Mystèr<strong>es</strong>, p. 131 y s,<br />
6
No debemos olvidar que <strong>es</strong>tamos <strong>en</strong> pr<strong>es</strong><strong>en</strong>cia de una organización<br />
compleja <strong>en</strong> la cual se integran los difer<strong>en</strong>t<strong>es</strong> nivel<strong>es</strong> o planos d<strong>es</strong>critos, a los<br />
cual<strong>es</strong> únicam<strong>en</strong>te pret<strong>en</strong>demos distinguir y clasificar como <strong>en</strong>tidad<strong>es</strong><br />
singular<strong>es</strong> con el fin de compr<strong>en</strong>der un poco mejor su actuación y sus<br />
relacion<strong>es</strong>. Sin embargo, los r<strong>es</strong>ultados que obt<strong>en</strong>dremos <strong>en</strong> nu<strong>es</strong>tra<br />
inv<strong>es</strong>tigación se corr<strong>es</strong>ponderán casi siempre con los que cabría <strong>es</strong>perar de la<br />
actuación de una totalidad polimórfica y no siempre unitaria <strong>en</strong> sus r<strong>es</strong>pu<strong>es</strong>tas,<br />
las cual<strong>es</strong> se mostrarán, por lo g<strong>en</strong>eral, como aquellas que v<strong>en</strong>drían de algo<br />
que <strong>es</strong>, por su propia naturaleza, <strong>es</strong><strong>en</strong>cialm<strong>en</strong>te paradójico y ambiguo.<br />
Examinaremos, por tanto, lo Numinoso y lo Sagrado <strong>en</strong> primer lugar,<br />
tratando de adivinar a que tipo de realidad<strong>es</strong> podrían corr<strong>es</strong>ponder y, si ello <strong>es</strong><br />
posible, analizar dichas realidad<strong>es</strong> <strong>en</strong> el s<strong>en</strong>o de una búsqueda más amplia<br />
sobre la trasc<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia. Lo que no impedirá <strong>es</strong>tudiar asimismo su papel <strong>en</strong> la<br />
gén<strong>es</strong>is de los temor<strong>es</strong> y miedos arquetípicos de los ser<strong>es</strong> humanos, porque<br />
<strong>es</strong>a linea de análisis puede ser importante de cara a la explicación de, al<br />
m<strong>en</strong>os, ciertos f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>os que suel<strong>en</strong> considerarse como religiosos, aun<br />
cuando no lo sean o su adscripción a <strong>es</strong>e ámbito pueda ser discutible. Y me<br />
refiero sobre todo, aunque no exclusivam<strong>en</strong>te, a los mecanismos –<br />
apar<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te contradictorios- de parálisis y de huida fr<strong>en</strong>te a las<br />
manif<strong>es</strong>tacion<strong>es</strong> de algo que <strong>es</strong> inconcebible, aterrador, y que se acerca a<br />
nosotros d<strong>es</strong>de fuera del ámbito controlado, ord<strong>en</strong>ado y sujeto a normas que<br />
constituye nu<strong>es</strong>tro refugio 4 .<br />
D<strong>es</strong>pués de <strong>es</strong>e exam<strong>en</strong>, nos veremos <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tados a la Muerte. Tal<br />
vez comprobemos que, <strong>en</strong> numerosas ocasion<strong>es</strong>, los acercami<strong>en</strong>tos a lo<br />
Numinoso y lo Sagrado han determinado <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tami<strong>en</strong>tos con la Muerte que no<br />
r<strong>es</strong>ultaron sólo metafóricos. Hemos de preguntarnos si, cuando nos<br />
aproximamos a <strong>es</strong>e hecho de lo absolutam<strong>en</strong>te aj<strong>en</strong>o del que nos hablan<br />
ciertos autor<strong>es</strong>, no avanzamos más deprisa de lo que sería natural, por el<br />
camino de la Muerte. O si las preguntas planteadas acerca de aquellas<br />
<strong>en</strong>ergías trem<strong>en</strong>das y tan difícil<strong>es</strong> de aceptar, no r<strong>es</strong>ultan ser, <strong>en</strong> definitiva,<br />
4 La d<strong>es</strong>cripción que da Girard sobre lo que ocurre cuando se produce la ruptura de la <strong>es</strong>fera protectora<br />
que nos <strong>en</strong>vuelve. O cómo lo sagrado incluye todas aquellas fuerzas que pued<strong>en</strong> dañar al ser humano,<br />
incluso cuando afirma que <strong>es</strong> nec<strong>es</strong>ario mant<strong>en</strong>erse lo más alejado posible de las fuerzas de lo sagrado.<br />
Ver <strong>en</strong> R<strong>en</strong>é Girard, La viol<strong>en</strong>ce et le sacré, p. 53 y s.<br />
7
inseparabl<strong>es</strong> de una nec<strong>es</strong>idad, que <strong>es</strong> la que determina, precisam<strong>en</strong>te,<br />
nu<strong>es</strong>tra pert<strong>en</strong><strong>en</strong>cia a la Muerte.<br />
Nosotros observamos <strong>es</strong>o que algunos d<strong>en</strong>ominan hecho religioso con<br />
una perspectiva siempre peculiar, porque, o bi<strong>en</strong> lo miramos con la prev<strong>en</strong>ción<br />
que inspiran aquellas cu<strong>es</strong>tion<strong>es</strong> <strong>es</strong>pinosas a las que, <strong>en</strong> definitiva, nadie sabe<br />
como cont<strong>es</strong>tar de manera adecuada y satisfactoria, o bi<strong>en</strong> <strong>es</strong>tamos tan<br />
sumergidos <strong>en</strong> su realidad –sea ésta la que fuere- que no somos capac<strong>es</strong> de<br />
contemplarlo con la nec<strong>es</strong>aria distancia. Pero el hecho religioso observable o<br />
del que se habla comunm<strong>en</strong>te, <strong>es</strong> algo que ya ha sido muy elaborado y<br />
manipulado por las <strong>en</strong>ergías –casi nunca calmadas y suav<strong>es</strong> y m<strong>en</strong>os <strong>en</strong> éste<br />
caso- de la sociedad humana, <strong>en</strong> cualquier lugar o periodo histórico que<br />
consideremos.<br />
Porque posiblem<strong>en</strong>te cometeríamos un error fatal de apreciación si<br />
consideramos a los hechos religiosos como hitos o jalon<strong>es</strong> <strong>en</strong> una carrera<br />
evolutiva. En <strong>es</strong>te s<strong>en</strong>tido, podemos coincidir con R<strong>en</strong>é Guénon cuando afirma<br />
que no se trata de evolución, sino de Tradición, aunque él no se refiera<br />
concretam<strong>en</strong>te al hecho religioso como tal. Si la religión vi<strong>en</strong>e a ser de alguna<br />
manera el r<strong>es</strong>ultado de la integración de hechos religiosos, no parece que vaya<br />
a haber por ello una religión que sea más moderna que las demás, ni que las<br />
manif<strong>es</strong>tacion<strong>es</strong> pr<strong>es</strong>untam<strong>en</strong>te sobr<strong>en</strong>atural<strong>es</strong> de tiempos pasados, como la<br />
llamada Aius locutius que los romanos observaban <strong>en</strong> el bosque de V<strong>es</strong>ta 5 y a<br />
la que se dirigían con la célebre invocación Siue deus siue dea… 6 , puedan<br />
considerarse m<strong>en</strong>os evolucionadas que algunas otras de un tipo parecido, más<br />
reci<strong>en</strong>t<strong>es</strong> o incluso pert<strong>en</strong>eci<strong>en</strong>t<strong>es</strong> a nu<strong>es</strong>tros dias.<br />
La cu<strong>es</strong>tión <strong>es</strong> si t<strong>en</strong>emos la capacidad para examinar <strong>es</strong>o a lo que<br />
d<strong>en</strong>ominamos absolutam<strong>en</strong>te otro, o si t<strong>en</strong>emos siquiera la posibilidad de<br />
imaginarnos su naturaleza, su apari<strong>en</strong>cia, incluso la forma bajo la cual se<br />
pr<strong>es</strong><strong>en</strong>tará ante nosotros cuando lo haga sin ser llamado, por su propia<br />
voluntad de aparecerse. La saturación de <strong>es</strong>te mundo <strong>en</strong> que vivimos por<br />
tantas g<strong>en</strong>eracion<strong>es</strong> de valor<strong>es</strong> religiosos, quizá nos haya convertido <strong>en</strong> ser<strong>es</strong><br />
5<br />
Personificación de una voz sobr<strong>en</strong>atural que d<strong>es</strong>de el bosque de V<strong>es</strong>ta avisó a un tal Marco Cecilio que<br />
alertara a los romanos de la inmin<strong>en</strong>te llegada de los galos <strong>en</strong> el 390 a.n.e.. Ver CONTRERAS<br />
VALVERDE, JOSE-RAMOS ACEBES, GRACIA y RICO RICO, INES, Diccionario de la religión<br />
romana, Edicion<strong>es</strong> Clásicas. Madrid, 1992. pág. 18.<br />
6<br />
“Seas dios o diosa…” Fórmula litúrgica empleada al invocar a todas las posibl<strong>es</strong> divinidad<strong>es</strong><br />
d<strong>es</strong>conocidas. Ibidem, Pag. 187.<br />
8
acomodaticios fr<strong>en</strong>te a la realidad terrible y fascinadora de <strong>es</strong>a cara que lo<br />
numinoso puede pr<strong>es</strong><strong>en</strong>tarnos <strong>en</strong> cualquier mom<strong>en</strong>to. Cabe preguntarse<br />
también por la utilidad de nu<strong>es</strong>tra preocupación d<strong>en</strong>tro de <strong>es</strong>e mismo mundo <strong>en</strong><br />
el que todo ha sido ya previsto, hasta lo inimaginable.<br />
Cuando leemos uno de <strong>es</strong>os relatos <strong>en</strong> los que el héroe huye de algo<br />
terrible que va tras él, o <strong>es</strong>cuchamos los cu<strong>en</strong>tos de una diosa canibal que<br />
persigue a dos hermanos que se <strong>es</strong>cond<strong>en</strong> para no ser capturados, no<br />
<strong>es</strong>tamos asisti<strong>en</strong>do, como algunos dic<strong>en</strong>, a la repr<strong>es</strong><strong>en</strong>tación de una fuga<br />
fr<strong>en</strong>te a la simple muerte física. No existe ninguna nec<strong>es</strong>idad –tampoco existe<br />
posibilidad alguna- de huir de nu<strong>es</strong>tra muerte si se considera a ésta como el<br />
final de las actividad<strong>es</strong> orgánicas y funcional<strong>es</strong> que nos caracterizan<br />
corporalm<strong>en</strong>te. Ella va siempre con nosotros y sería tan inútil pret<strong>en</strong>der<br />
<strong>es</strong>capar de su pr<strong>es</strong><strong>en</strong>cia como taparnos los oídos para no <strong>es</strong>cuchar el latir de<br />
nu<strong>es</strong>tro corazón.<br />
Esas ley<strong>en</strong>das y cu<strong>en</strong>tos que todavía <strong>es</strong> posible <strong>es</strong>cuchar hoy <strong>en</strong><br />
muchos pais<strong>es</strong> y que son patrimonio de culturas bi<strong>en</strong> distintas, no nos<br />
d<strong>es</strong>crib<strong>en</strong> por tanto la huida del héroe fr<strong>en</strong>te a la muerte corporal, sino quizá su<br />
<strong>es</strong>cape de lo numinoso –lo absolutam<strong>en</strong>te aj<strong>en</strong>o- que se acerca a él y que tal<br />
vez se puede repr<strong>es</strong><strong>en</strong>tar a vec<strong>es</strong> por la Muerte-arquetipo. El <strong>es</strong>quema<br />
g<strong>en</strong>érico del relato toca así <strong>es</strong>tructuras arquetípicas tan profundam<strong>en</strong>te<br />
compartidas y arraigadas <strong>en</strong> los ser<strong>es</strong> humanos –<strong>en</strong> el s<strong>en</strong>tido d<strong>es</strong>crito por Carl<br />
G. Jung 7 - que podemos <strong>en</strong>contrar sus traduccion<strong>es</strong> y version<strong>es</strong> por doquier y<br />
<strong>en</strong> casi todos los idiomas. D<strong>es</strong>de los relatos corr<strong>es</strong>pondi<strong>en</strong>t<strong>es</strong> a los yôkaï o<br />
demonios japon<strong>es</strong><strong>es</strong>, hasta los cu<strong>en</strong>tos de fantasmas victorianos de Montagu<br />
R. Jam<strong>es</strong>, o las historias que se cu<strong>en</strong>tan a los niños <strong>en</strong> México sobre la<br />
Tlantepuzilama –la Vieja de los Di<strong>en</strong>t<strong>es</strong> de Cobre- todos plantean lo mismo: la<br />
d<strong>es</strong>cripción de una huida mágica fr<strong>en</strong>te a lo trem<strong>en</strong>do, horrible, misterioso y<br />
fascinante que nos persigue a todos nosotros d<strong>es</strong>de el principio de los tiempos<br />
y tal vez d<strong>es</strong>de nu<strong>es</strong>tro propio interior.<br />
7 Es decir, como “idea”, considerada <strong>en</strong> el s<strong>en</strong>tido platónico (la “idea” era preexist<strong>en</strong>te y superior a toda<br />
f<strong>en</strong>om<strong>en</strong>alidad). En <strong>es</strong>te s<strong>en</strong>tido ha de <strong>en</strong>t<strong>en</strong>derse la Muerte-arquetipo, como “idea” preexist<strong>en</strong>te a la<br />
f<strong>en</strong>om<strong>en</strong>alidad de la muerte física. Ver C.G. Jung, Los arquetipos y lo inconsci<strong>en</strong>te colectivo. Obra<br />
Completa. Volum<strong>en</strong> 9/1. Editorial Trotta, 2002. p. 73 y s.<br />
9
¿Es posible, <strong>en</strong> <strong>es</strong>e camino de huida, construir la religión? ¿A qué<br />
preguntas r<strong>es</strong>ponde el ser humano cuando crea o <strong>es</strong>tablece <strong>en</strong> el interior de su<br />
protegido hábitat, lo Sagrado-institucionalizado?<br />
Nec<strong>es</strong>itamos ser consci<strong>en</strong>t<strong>es</strong> de un hecho crucial, al m<strong>en</strong>os para el<br />
<strong>es</strong>tablecimi<strong>en</strong>to de las coord<strong>en</strong>adas de la pr<strong>es</strong><strong>en</strong>te discusión: afirmar que el<br />
hombre puede construir la religión supone p<strong>en</strong>sar <strong>en</strong> un plano distinto al<br />
repr<strong>es</strong><strong>en</strong>tado por aquellos sistemas y autor<strong>es</strong> que consideran al homo<br />
religiosus como un aspecto <strong>es</strong><strong>en</strong>cial del ser humano. El homo religiosus no<br />
devi<strong>en</strong>e: funda el mundo. Lo que hay más allá, no forma parte de él ni de su<br />
cosmos, ni tan siquiera se puede considerar como mundo <strong>en</strong> s<strong>en</strong>tido <strong>es</strong>tricto.<br />
Según dice Eliade, por ejemplo, ser –o más bién, hacerse- “hombre” significa<br />
ser religioso 8 .<br />
¿Pero, <strong>en</strong>tonc<strong>es</strong>, por qué la huida? ¿Por qué el hecho de <strong>es</strong>capar de<br />
la Muerte-arquetipo, posee tanto vigor <strong>en</strong> los ser<strong>es</strong> humanos de todos los<br />
tiempos? ¿Es que, acaso, cada vez que leemos uno de <strong>es</strong>tos cu<strong>en</strong>tos o<br />
<strong>es</strong>cuchamos una de <strong>es</strong>as ley<strong>en</strong>das repartidas por doquier, <strong>es</strong>capamos con ello<br />
–idealm<strong>en</strong>te, metafóricam<strong>en</strong>te- de los dios<strong>es</strong>, de su manif<strong>es</strong>tación, pedazo o<br />
fragm<strong>en</strong>to, todavía numinosos, todavía absolutam<strong>en</strong>te aj<strong>en</strong>os?<br />
Yo creo, d<strong>es</strong>de luego, que los ser<strong>es</strong> humanos construimos, cada uno,<br />
nu<strong>es</strong>tra propia religión, calladam<strong>en</strong>te, a <strong>es</strong>condidas quizá, siempre que, por<br />
ejemplo, <strong>es</strong>cuchamos la terrible historia de la Tlantepuzilama, con la que se<br />
horrorizaron y conmovieron hasta los duros conquistador<strong>es</strong> cuando tuvieron<br />
noticias acerca de la diosa canibal y de sus hazañas, igual que hoy sigue<br />
<strong>es</strong>pantando su recuerdo a los niños y no tan niños de Tula, Tezcoco y otros<br />
territorios mexicanos 9 . O siempre que se nos pon<strong>en</strong> delante algunos de los<br />
iconos contemporáneos que han sustituido a los viejos temor<strong>es</strong> –Ali<strong>en</strong>, Gozilla,<br />
tal vez el Drácula de Stocker- por otros miedos más cercanos. Y <strong>en</strong>tonc<strong>es</strong>,<br />
cuando arrecian <strong>es</strong>os terror<strong>es</strong>, no d<strong>es</strong>eamos caminar demasiado lejos de los<br />
cultos oficial<strong>es</strong>, que, al fin y al cabo, nos proporcionan una infra<strong>es</strong>tructura más<br />
o m<strong>en</strong>os probada, pero segura, y la bastante cierta comodidad de lo ya<br />
<strong>es</strong>tablecido.<br />
8 M. Eliade, Historia de las cre<strong>en</strong>cias y de las ideas religiosas, Vol. 1. Prefacio, p. 15.<br />
9 Ver Guilhem Olivier, Tlantepuzilama:las peligrosas andanzas de una deidad con di<strong>en</strong>t<strong>es</strong> de cobre <strong>en</strong><br />
M<strong>es</strong>oamérica. Estudios de Cultura Náhuatl. Volum<strong>en</strong> 36. Universidad Nacional Autónoma de México.<br />
10
La religión, por tanto, se construye. Y r<strong>es</strong>ulta ser así mucho más<br />
eficaz, aunque sólo sea para <strong>es</strong>pantar durante un rato los agobios e<br />
inquietud<strong>es</strong> que produce <strong>en</strong> nosotros el abismo vacío el cual, según el Popol<br />
Vuh, <strong>es</strong>tá arriba y abajo, delante y detrás, d<strong>es</strong>de hace mucho, muchísimo<br />
tiempo, pero también se abre d<strong>en</strong>tro, muy d<strong>en</strong>tro, de nu<strong>es</strong>tros corazon<strong>es</strong>.<br />
D<strong>es</strong>pués de todo, d<strong>es</strong>de allí o d<strong>es</strong>de fuera, los dios<strong>es</strong> siempre int<strong>en</strong>tan<br />
acercarse a nosotros. Así lo dic<strong>en</strong> los Señor<strong>es</strong> de Xibalbá:<br />
No sabíamos que por <strong>es</strong>tos contornos hubiera g<strong>en</strong>t<strong>es</strong> tan audac<strong>es</strong>.<br />
Salgan pronto a buscarlas. Vivas o muertas, tráiganlas, que queremos<br />
conocerl<strong>es</strong> la cara. Si vi<strong>en</strong><strong>en</strong> vivas jugaremos con ellas el juego ritual y si<br />
pierd<strong>en</strong> podremos castigarlas como se merec<strong>en</strong> sin que nadie nos crea<br />
injustos. 10 .<br />
10<br />
Las ley<strong>en</strong>das del Popol Vuh. Contadas por Ermilo Abreu Gómez. Colección Austral. Espasa Calpe,<br />
S.A.. México, 1964. p. 66.<br />
11
1. Lo Numinoso y lo Sagrado<br />
12
1.1. El concepto de lo Numinoso y lo Sagrado <strong>en</strong> Rudolf Otto y <strong>en</strong><br />
Mircea Eliade.<br />
Evolución de ambos conceptos <strong>en</strong> textos de dichos autor<strong>es</strong>. El Mysterium<br />
Trem<strong>en</strong>dum y Fascinans. El s<strong>en</strong>tido de la dep<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia. La criatura ante lo<br />
Absolutam<strong>en</strong>te otro. El Pavor demoniaco. Hierofanías y teofanías. El Más Allá del<br />
s<strong>en</strong>tido moral, la Ley Moral, conduce hacia el d<strong>es</strong>pliegue simbólico del Cosmos.<br />
Tal vez uno de los primeros problemas que <strong>en</strong>contramos al abordar el<br />
<strong>es</strong>tudio de <strong>es</strong>tos conceptos –Numinoso, Sagrado, Santo, Religioso- sea la<br />
<strong>es</strong>casa decisión con la que ciertos autor<strong>es</strong> se pr<strong>es</strong>tan a <strong>es</strong>tablecer distincion<strong>es</strong><br />
netas y precisas <strong>en</strong>tre ellos, de manera que puedan ser llevados más allá de su<br />
empleo coyuntural o circunstancial <strong>en</strong> determinados contextos. Esto puede<br />
observarse, por ejemplo, cuando int<strong>en</strong>tamos seguir las explicacion<strong>es</strong> de Rudolf<br />
Otto <strong>en</strong> torno a lo Santo y a lo Numinoso 11 , p<strong>es</strong>e a que, finalm<strong>en</strong>te, y aun<br />
mant<strong>en</strong>i<strong>en</strong>do <strong>es</strong>a imprecisión <strong>en</strong> el empleo de dichos términos, sea posible<br />
llegar a una conclusión más o m<strong>en</strong>os explícita <strong>en</strong> lo que al exam<strong>en</strong> de tal<strong>es</strong><br />
conceptos se refiere, así como a su posible empleo singularizado para justificar<br />
los diversos aspectos que ellos –o sus d<strong>en</strong>otador<strong>es</strong>- pudi<strong>es</strong><strong>en</strong> pr<strong>es</strong><strong>en</strong>tar <strong>en</strong> el<br />
camino seguido a lo largo de un hipotético continuum teórico-metodológico que<br />
los abarcase <strong>en</strong> todas sus expr<strong>es</strong>ion<strong>es</strong> posibl<strong>es</strong>.<br />
También cabe d<strong>en</strong>tro de lo posible –y <strong>es</strong> nec<strong>es</strong>ario t<strong>en</strong>er <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta<br />
dicha posibilidad- que <strong>es</strong>a imprecisión de la que hablamos pueda ser<br />
int<strong>en</strong>cionada, o tal vez producida por la propia naturaleza de <strong>es</strong>e f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o al<br />
que conocemos como lo Sagrado. O si tal imprecisión no fu<strong>es</strong>e querida,<br />
buscada o cuando m<strong>en</strong>os, permitida, que los autor<strong>es</strong> <strong>en</strong> cu<strong>es</strong>tión y muchos de<br />
sus seguidor<strong>es</strong> o com<strong>en</strong>taristas apoyados <strong>en</strong> el discurso de aquellos, no<br />
concedi<strong>es</strong><strong>en</strong> demasiada importancia –por diversas razon<strong>es</strong> que quizá habría<br />
que dilucidar- a ciertas cristalizacion<strong>es</strong> de significado producidas <strong>en</strong> tal<strong>es</strong><br />
conceptos, surgidas aquí y allá <strong>en</strong> circunstancias particular<strong>es</strong> o al hilo de la<br />
argum<strong>en</strong>tación de que se trate <strong>en</strong> cada caso.<br />
Convi<strong>en</strong>e empezar considerando algunas brev<strong>es</strong> cu<strong>es</strong>tion<strong>es</strong> sobre<br />
terminología. Así, la obra de Rudolf Otto cuyas refer<strong>en</strong>cias utilizaré <strong>en</strong> el<br />
11<br />
Utilizo aquí el texto clásico de Rudolf Otto, Lo Santo. Lo racional y lo irracional <strong>en</strong> la idea de Dios,<br />
Alianza Editorial, Madrid, 1985.<br />
13
pr<strong>es</strong><strong>en</strong>te trabajo aparece titulada <strong>en</strong> alemán como Das Heilige 12 , <strong>es</strong> decir, algo<br />
que puede referirse a lo Sagrado y a lo Santo, aunque será nec<strong>es</strong>ario también<br />
matizar adecuadam<strong>en</strong>te el significado de ambos términos (Sagrado- Santo) y,<br />
de manera muy particular, poner de relieve los sistemas de connotacion<strong>es</strong> que<br />
dichos términos articulan 13 . A su vez el trabajo de Mircea Eliade Le sacré et le<br />
profane, fue publicado originalm<strong>en</strong>te bajo el título de Das Heilige und das<br />
Profane 14 . La imprecisión a la que hice refer<strong>en</strong>cia anteriorm<strong>en</strong>te, parece surgir<br />
ya d<strong>es</strong>de el mom<strong>en</strong>to <strong>en</strong> que se usan ambos términos (Sagrado-Santo) con<br />
una cierta indifer<strong>en</strong>cia 15 , ya que las implicacion<strong>es</strong> y los significados, a vec<strong>es</strong><br />
<strong>en</strong>trelazados e inextricabl<strong>es</strong>, de ambos términos, surg<strong>en</strong> d<strong>es</strong>de el mom<strong>en</strong>to<br />
mismo de su utilización <strong>en</strong> un texto y sólo el contexto puede permitir, quizá, que<br />
se <strong>es</strong>tablezca alguna gradación, evolución o distinción de significado <strong>en</strong>tre<br />
ellos.<br />
Sin embargo, <strong>en</strong> mi opinión, Sagrado y Santo no sólo son términos que<br />
deberían mant<strong>en</strong>er su singularidad semántica, sino que además podrían<br />
repr<strong>es</strong><strong>en</strong>tar tal vez la proyección d<strong>es</strong>de el l<strong>en</strong>guaje de dos fas<strong>es</strong> singular<strong>es</strong> –<br />
aunque, d<strong>es</strong>de luego no irremediablem<strong>en</strong>te separadas, o al m<strong>en</strong>os sólo<br />
separadas a efectos de compr<strong>en</strong>sión y <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dimi<strong>en</strong>to- <strong>en</strong> un hipotético proc<strong>es</strong>o<br />
o continuum de transformación que pueda subt<strong>en</strong>derse <strong>en</strong>tre Numinoso de un<br />
12 Heilig, Heilige: santo, santa, sagrado. Así, das Heilige Land, La Tierra Santa. Rudolf Otto, Lo Santo.<br />
Lo racional y lo irracional <strong>en</strong> la idea de Dios. Alianza Editorial, 1ª ed., 1ª reimp., Madrid, 1985. (Das<br />
Heilige- Über das Irrationale in der Idee d<strong>es</strong> Göttlich<strong>en</strong> und sein Verhältnis zum Rational<strong>en</strong>, C.H.<br />
Beck´sche Verlagsbuchhandlung, Münch<strong>en</strong>, 1917)<br />
13 Véase al r<strong>es</strong>pecto, la puntualización que sobre el título <strong>es</strong>pañol del libro de Otto (Das Heilige) hace<br />
Angel Álvarez de Miranda <strong>en</strong> Un tratado de Historia de las Religion<strong>es</strong>. Cuadernos Hispanoamericanos,<br />
61. pp. 111-112: “La mala fortuna del título <strong>es</strong>pañol del libro de Otto: Das Heilige, que fue vertido al<br />
<strong>es</strong>pañol por Lo Santo…la versión <strong>es</strong>pañola no debió nunca intitularse Lo Santo, sino Lo Sagrado…”<br />
Recogido <strong>en</strong> Francisco Diez de Velasco, Angel Alvarez de Miranda, historiador de las religion<strong>es</strong>.<br />
Edicion<strong>es</strong> del Orto, 2007. pp. 84-85.<br />
14 En 1957, <strong>en</strong> la Rowohlts Deutsche Enzyklopädie, dirigida por Ern<strong>es</strong>to Grassi (Rowohlt<br />
Tasch<strong>en</strong>buschverlag GmbH, Hamburg, 1955-1970). Aquí utilizo la traducción franc<strong>es</strong>a Le sacré et le<br />
profane, Éditions Gallimard (1965), 1994.<br />
15 Así, por ejemplo, Santo: Sagrado, inviolable. Dejando aparte expr<strong>es</strong>ion<strong>es</strong> derivadas que, <strong>en</strong> mi opinión,<br />
aparec<strong>en</strong> <strong>en</strong> un plano semánticam<strong>en</strong>te más avanzado –aunque tal vez sólo sea un nivel distinto, sin más<br />
implicacion<strong>es</strong> significant<strong>es</strong>- como la que sigue: Santo, perfecto y libre de toda culpa, lo que <strong>es</strong>tá<br />
<strong>es</strong>pecialm<strong>en</strong>te consagrado a Dios, etc. Algo parecido ocurre con el término “Sagrado”. Ver Julio Casar<strong>es</strong>,<br />
Diccionario ideológico de la l<strong>en</strong>gua <strong>es</strong>pañola, 2ª ed., Madrid, 1971. Si examinamos el latino sacer,<br />
obt<strong>en</strong>dremos: sagrado, consagrado a una divinidad. Pero también, santo, v<strong>en</strong>erado, augusto, dedicado a un<br />
dios. Curiosam<strong>en</strong>te, también surge aquí el significado maldito, execrable (p. ej., auri sacra fam<strong>es</strong>, sed<br />
execrable del oro) y la consagración a los dios<strong>es</strong> infernal<strong>es</strong>(Ver Diccionario Latino-Español, Español-<br />
Latino de Vic<strong>en</strong>te García de Diego, 6ª ed., Barcelona, 1964.) lo que apunta tal vez a <strong>es</strong>e doble carácter o<br />
doble aspecto que <strong>en</strong> la tradición suele pr<strong>es</strong><strong>en</strong>tar casi siempre lo Sagrado.<br />
14
lado y Sagrado de otro y que int<strong>en</strong>taré poner de relieve <strong>en</strong> el discurso y <strong>en</strong> la<br />
argum<strong>en</strong>tación de nu<strong>es</strong>tros autor<strong>es</strong>.<br />
En Rudolf Otto, ambos conceptos aparec<strong>en</strong> vinculados <strong>en</strong>tre sí y como<br />
surgidos o crecidos a partir del concepto de lo numinoso. Cuando se refiere a<br />
Lo Santo, argum<strong>en</strong>tando que <strong>es</strong> una categoría explicativa y valorativa<br />
que…como tal se pr<strong>es</strong><strong>en</strong>ta y nace exclusivam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> la <strong>es</strong>fera religiosa 16 ,<br />
indica también que el s<strong>en</strong>tido que el propio uso del término implica no alcanza<br />
a su s<strong>en</strong>tido primig<strong>en</strong>io, <strong>es</strong> decir, a <strong>es</strong>e aspecto casi siempre oculto que<br />
repr<strong>es</strong><strong>en</strong>ta un exced<strong>en</strong>te de significación junto al que no se puede considerar<br />
<strong>en</strong> ningún caso el s<strong>en</strong>tido moral, que vi<strong>en</strong>e a ser el que tapa o disimula tras los<br />
velos del imperativo categórico la auténtica realidad, corporeidad o masa de<br />
<strong>es</strong>o que nos observa d<strong>es</strong>de las sombras.<br />
Otto quiere analizar Lo Santo d<strong>es</strong>proveyéndolo de su compon<strong>en</strong>te<br />
moral, lo mismo que d<strong>es</strong>ea d<strong>es</strong>proveerlo también de cualquier otro compon<strong>en</strong>te<br />
racional 17 . De <strong>es</strong>a manera, tal vez quede al d<strong>es</strong>cubierto lo que yace <strong>en</strong> la<br />
oscuridad de lo terrible y de lo inefable y que <strong>en</strong> ocasion<strong>es</strong> se proyecta hacia el<br />
Cosmos humano –<strong>es</strong> decir, hacia el universo ord<strong>en</strong>ado, clasificado y <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dido<br />
culturalm<strong>en</strong>te- pr<strong>es</strong><strong>en</strong>tándose <strong>en</strong> toda su maj<strong>es</strong>tad o, cuando m<strong>en</strong>os, <strong>en</strong> toda la<br />
que los ser<strong>es</strong> humanos podemos soportar.<br />
El mecanismo mediante el cual los humanos adaptamos a nu<strong>es</strong>tras<br />
posibilidad<strong>es</strong> –o a nu<strong>es</strong>tra capacidad de r<strong>es</strong>ist<strong>en</strong>cia fr<strong>en</strong>te a lo que se pr<strong>es</strong><strong>en</strong>ta<br />
como absolutam<strong>en</strong>te otro- el verdadero aspecto de aquello que se nos aparece<br />
como Lo Santo <strong>es</strong> el sigui<strong>en</strong>te, según Otto: lo vinculamos con lo absolutam<strong>en</strong>te<br />
bu<strong>en</strong>o. Sin embargo, el significado completo de los términos clásicos con los<br />
cual<strong>es</strong> id<strong>en</strong>tificamos Lo Santo (por ejemplo, los que él mismo cita: qadosch,<br />
hagios, sanctus, o sacer) no se reduce sólo a <strong>es</strong>a parte. Hay algo más. Algo<br />
que <strong>es</strong> indifer<strong>en</strong>te a la ética. Y lo más importante, que Otto mismo reconoce y<br />
que justifica, al m<strong>en</strong>os <strong>en</strong> parte, nu<strong>es</strong>tra inv<strong>es</strong>tigación: que <strong>es</strong>o que se oculta,<br />
posee d<strong>en</strong>tro de sí algunas <strong>es</strong>peci<strong>es</strong> inferior<strong>es</strong> que podrían ll<strong>en</strong>ar, por su<br />
cu<strong>en</strong>ta, el concepto de lo que luego Otto llama lo numinoso, que, <strong>en</strong> sí, <strong>es</strong> algo<br />
que no se puede definir <strong>en</strong> s<strong>en</strong>tido <strong>es</strong>tricto y solo cabe dilucidarlo, acotando su<br />
16 R. Otto, o.c. p. 14.<br />
17 R. Otto, o.c. p. 15.<br />
15
significado o tal vez, buscando –provocando- su pr<strong>es</strong><strong>en</strong>cia, hasta que se<br />
manifi<strong>es</strong>te y se ofrezca por sí mismo al t<strong>es</strong>tigo 18 .<br />
Este <strong>es</strong> un aspecto importante que me gustaría d<strong>es</strong>tacar. Nos<br />
<strong>en</strong>contramos así ante algo simple, primario, que forma parte de otra cosa, a<br />
través de la cual organiza una <strong>es</strong>pecie de traslado significante o de<br />
comportami<strong>en</strong>to metonímico, de manera que, cuando nombramos, lo hacemos<br />
mediante <strong>es</strong>a segunda cosa, arrastrando por debajo y ocultam<strong>en</strong>te aquello<br />
simple, primario, a lo que t<strong>en</strong>emos que acotar para que se revele ante<br />
nosotros. En ocasion<strong>es</strong>, <strong>es</strong>o simple y primario que se <strong>es</strong>conde, aparece por sí<br />
mismo a la luz y <strong>en</strong>tonc<strong>es</strong> nos conmueve profundam<strong>en</strong>te, ya que repr<strong>es</strong><strong>en</strong>ta lo<br />
absolutam<strong>en</strong>te otro, lo que yace por fuera de nu<strong>es</strong>tro edificio ético y se<br />
manifi<strong>es</strong>ta como tal, <strong>es</strong> decir, como aj<strong>en</strong>o, pu<strong>es</strong>to que nada puede ser más<br />
aj<strong>en</strong>o a lo humano que aquello que <strong>es</strong>tá, aparece, se mu<strong>es</strong>tra y r<strong>es</strong>ide<br />
abslutam<strong>en</strong>te fuera de la normativa (ética) humana.<br />
Sin embargo, a <strong>es</strong>o que no <strong>es</strong> posible contemplar cara a cara sin<br />
experim<strong>en</strong>tar algo ind<strong>es</strong>criptible, Otto trata de definirlo –quizá muy<br />
razonablem<strong>en</strong>te- d<strong>es</strong>de las manif<strong>es</strong>tacion<strong>es</strong> de aquello que para los humanos<br />
puede ser un poco más aceptable: Lo Santo-Lo Sagrado. Creo que de tal<br />
manera se <strong>es</strong>tablece bi<strong>en</strong> claram<strong>en</strong>te un arco de significados que va d<strong>es</strong>de lo<br />
indecible y oculto –a una parte de lo cual podemos d<strong>es</strong>cribir como lo numinosohasta<br />
lo más luminoso y pr<strong>es</strong><strong>en</strong>table. Este arco de metonimias –recordemos<br />
que el l<strong>en</strong>guaje <strong>es</strong> un instrum<strong>en</strong>to muy adecuado para trasladar cre<strong>en</strong>cias y<br />
hacerlas crecer aquí y allá- puede convertir aquello que <strong>es</strong> oscuro e<br />
inexplicable, lo que atemoriza y d<strong>es</strong>pierta un pavor demoníaco, <strong>en</strong> algo<br />
susceptible de ser tratado y hasta de ser institucionalizado, llegado el caso.<br />
Otto trata, no obstante, de no dejarse d<strong>es</strong>lumbrar por <strong>es</strong>a luz que él<br />
mismo ha debido <strong>en</strong>c<strong>en</strong>der para iluminar los rincon<strong>es</strong> más ocultos e int<strong>en</strong>tar<br />
sorpr<strong>en</strong>der a <strong>es</strong>o que allí se <strong>es</strong>conde. Así, examina lo religioso –que, según mi<br />
idea, sería lo más próximo a nosotros, lo ya institucionalizado- y los<br />
s<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>tos que puede d<strong>es</strong>pertar <strong>en</strong> el ser humano. Quiere que cada uno de<br />
sus lector<strong>es</strong> se acuerde del mom<strong>en</strong>to <strong>en</strong> que haya podido experim<strong>en</strong>tar una<br />
fuerte conmoción, lo más exclusivam<strong>en</strong>te religiosa posible 19 . Aquí sal<strong>en</strong>, como<br />
18 Id. p. 16.<br />
19 R. Otto, o.c., p. 17.<br />
16
no podía ocurrir de otra forma tratándose de analizar emocion<strong>es</strong>, objetos<br />
psíquicos de todo tipo: placer<strong>es</strong> <strong>es</strong>téticos, s<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>tos instintivos, piedad,<br />
melancolía, incluso s<strong>en</strong>sualidad<strong>es</strong> diversas. Pero <strong>es</strong>tamos persigui<strong>en</strong>do una<br />
sombra <strong>es</strong>curridiza que se oculta detrás de todo <strong>es</strong>o. Y arribamos así a lo que<br />
nu<strong>es</strong>tro autor llama el s<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>to de absoluta dep<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia.<br />
Como nos hemos movido a través de una vía de la que int<strong>en</strong>tamos<br />
apartar lo racional, llegamos a un punto que quizá debería pr<strong>es</strong>tarnos ciertas<br />
<strong>es</strong>peranzas <strong>en</strong> nu<strong>es</strong>tro int<strong>en</strong>to por llegar hasta el extremo más apartado y<br />
oscuro del arco metonímico del que ant<strong>es</strong> hablamos. El problema de avanzar<br />
hacia lo oscuro con una luz <strong>es</strong> que se pone <strong>en</strong> marcha una <strong>es</strong>pecie de principio<br />
de incertidumbre, <strong>es</strong> decir, que nu<strong>es</strong>tro propio int<strong>en</strong>to por explicar lo<br />
absolutam<strong>en</strong>te aj<strong>en</strong>o, modifica el <strong>en</strong>torno sobre el cual podría <strong>en</strong>contrarse lo<br />
que buscamos, de manera que, si reconocemos el poder de camuflaje y<br />
ocultami<strong>en</strong>to que <strong>es</strong>o absolutam<strong>en</strong>te aj<strong>en</strong>o posee –salvo cuando él quiere<br />
manif<strong>es</strong>tarse- difícilm<strong>en</strong>te vamos a avanzar <strong>en</strong> nu<strong>es</strong>tro propósito de<br />
reconocerlo o experim<strong>en</strong>tarlo de una manera consecu<strong>en</strong>te al hecho mismo de<br />
buscarlo.<br />
Lo que Otto señala como s<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>to de absoluta dep<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia, si se<br />
da –que, d<strong>es</strong>de luego, puede darse- nos reduce todo lo más al ámbito de lo<br />
Sagrado. Es –según él mismo dice- lo que experim<strong>en</strong>ta Abraham ante Dios (He<br />
aquí que me atrevo a hablarte, yo, que soy polvo y c<strong>en</strong>iza 20 ). Tal vez, mejor<br />
que con <strong>es</strong>te ejemplo, <strong>es</strong>taríamos más cerca de lo oculto y absolutam<strong>en</strong>te<br />
aj<strong>en</strong>o <strong>en</strong> el caso que d<strong>es</strong>cribe el sueño de Jacob, cuando ve a los ángel<strong>es</strong><br />
subir y bajar al cielo por una <strong>es</strong>cala y al d<strong>es</strong>pertar ti<strong>en</strong>e miedo –tiembla ante la<br />
Pr<strong>es</strong><strong>en</strong>cia que se le ha insinuado mediante el sueño- y dice <strong>en</strong>tonc<strong>es</strong>: éste <strong>es</strong><br />
un lugar terrible 21 . O cuando –simbólicam<strong>en</strong>te, a través del textoacompañamos<br />
a Mois<strong>es</strong> <strong>en</strong> su primera visita a la zarza ardi<strong>en</strong>te del monte<br />
Horeb o montaña de Dios 22 . Sin embargo, la propia deidad que allí se<br />
manifi<strong>es</strong>ta, tampoco r<strong>es</strong>ulta ser demasiado explícita acerca de lo que ella<br />
misma repr<strong>es</strong><strong>en</strong>ta, ya que, como sabemos, le dice a Mois<strong>es</strong>: d<strong>es</strong>cálzate,<br />
20 Gén<strong>es</strong>is, 18, 27.<br />
21 Gén<strong>es</strong>is, 28, 10-18<br />
22 Por cierto, la zarza –o el <strong>es</strong>pino- y el fuego, juntos o <strong>en</strong> asociación, son important<strong>es</strong> elem<strong>en</strong>tos d<strong>en</strong>tro<br />
del complejo mítico de la Magische Flucht o Huída mágica. Ver <strong>en</strong> Marie Pancritius, Die magische<br />
Flucht, ein Nachhall uralter J<strong>en</strong>seitsvorstellung<strong>en</strong>, Anthropos, 8, 1913, p. 854.<br />
17
porque el suelo que pisas <strong>es</strong> sagrado 23 . Pero tal vez, <strong>en</strong> lo d<strong>es</strong>usado del<br />
f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o –un fuego que no quema, ni consume, ni se extingue- podamos<br />
<strong>en</strong>trever ciertos aspectos, todavía soportabl<strong>es</strong>, de lo Sagrado, ya muy<br />
inclinado, <strong>es</strong>o sí, hacia lo numinoso.<br />
En cualquiera de los dos casos citados últimam<strong>en</strong>te, el s<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>to de<br />
absoluta dep<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia se manifi<strong>es</strong>ta también, pero quizá no tanto como el<br />
mysterium trem<strong>en</strong>dum et fascinans. El primero de <strong>es</strong>os s<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>tos se refiere<br />
a una anegación y a una conci<strong>en</strong>cia de nulidad de la criatura fr<strong>en</strong>te a <strong>es</strong>a<br />
prepot<strong>en</strong>cia concreta que se manifi<strong>es</strong>ta (<strong>en</strong> el caso de Abraham, pero también<br />
<strong>en</strong> los de Jacob y Moisés) 24 . Mi<strong>en</strong>tras que el segundo s<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>to (el<br />
mysterium), ya atañe más a <strong>es</strong>a pr<strong>es</strong><strong>en</strong>cia de lo oculto y absolutam<strong>en</strong>te otro,<br />
que de manera particular <strong>en</strong> los dos últimos casos (Jacob y Moisés) se insinúa<br />
cada vez con mayor libertad, actuando cada vez de una manera más cercana a<br />
los ser<strong>es</strong> humanos y vinculándolos mediante <strong>es</strong>e aparecerse, a través de <strong>es</strong>os<br />
actos y con <strong>es</strong>a pr<strong>es</strong><strong>en</strong>cia suya, aun cuando todavía manti<strong>en</strong>e fr<strong>en</strong>te a sus<br />
t<strong>es</strong>tigos una cierta distancia de sí, e incluso l<strong>es</strong> advierte del ri<strong>es</strong>go que corr<strong>en</strong>,<br />
a Jacob con el significado del sueño y a Mois<strong>es</strong> mediante el aviso de que no se<br />
acerque demasiado.<br />
Si consideramos el s<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>to de absoluta dep<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia e incluso las<br />
dos formas de mysterium trem<strong>en</strong>dum que hemos visto, podremos comprobar<br />
que todavía, <strong>en</strong> dichos casos, aquellos t<strong>es</strong>tigos no llegaron a recibir el golpe<br />
pl<strong>en</strong>o y a toda pot<strong>en</strong>cia de lo numinoso que Otto d<strong>es</strong>cribe luego. Lo que suele<br />
caracterizar la actuación de lo absolutam<strong>en</strong>te aj<strong>en</strong>o <strong>es</strong>, precisam<strong>en</strong>te, la<br />
brutalidad de su impacto y, al tiempo, su apar<strong>en</strong>te d<strong>es</strong>preocupación por los<br />
efectos –a vec<strong>es</strong> devastador<strong>es</strong>- que tal aparición causa. Hablaremos más tarde<br />
de <strong>es</strong>o que Mircea Eliade d<strong>es</strong>cribe como hierofanía y que guarda muchos<br />
puntos comun<strong>es</strong> con <strong>es</strong>ta manif<strong>es</strong>tación brusca, aplastante e inapelable de<br />
aquello que Otto pr<strong>es</strong><strong>en</strong>ta como pavor demoníaco.<br />
El lo d<strong>es</strong>cribe como un abanico de posibilidad<strong>es</strong> que abarca sus<br />
posibl<strong>es</strong> formas de pr<strong>es</strong><strong>en</strong>tarse ante el t<strong>es</strong>tigo o t<strong>es</strong>tigos. Dice que puede llegar<br />
como un suave flujo <strong>en</strong> el ánimo, creci<strong>en</strong>do luego <strong>en</strong> su fluir, <strong>en</strong>c<strong>en</strong>diéndose y<br />
apagándose durante un tiempo, pero también se pr<strong>es</strong><strong>en</strong>ta de una manera que<br />
23 Éxodo 3; 4 y 5.<br />
24 R. Otto, o.c. p. 19<br />
18
provoca la embriaguez, el arrobo, el éxtasis. D<strong>es</strong>de <strong>es</strong>te nivel <strong>es</strong> bastante fácil<br />
que se d<strong>es</strong>at<strong>en</strong> ya las manif<strong>es</strong>tacion<strong>es</strong> feroc<strong>es</strong> y demoníacas del<br />
acontecimi<strong>en</strong>to, que determinan el temblor, la mudez de la criatura ante <strong>es</strong>a<br />
expr<strong>es</strong>ión de lo absolutam<strong>en</strong>te otro 25 .<br />
Estamos ahora <strong>en</strong> el dominio de lo trem<strong>en</strong>do (de tremor, temor), pero<br />
no <strong>en</strong> el de aquella s<strong>en</strong>sación habitual que aparece como reacción ante algo<br />
que surge de rep<strong>en</strong>te y de lo cual <strong>es</strong>peramos un daño (por ejemplo, si<br />
caminamos por el campo y, de súbito, surge una fiera trem<strong>en</strong>da que nos<br />
am<strong>en</strong>aza con su sola pr<strong>es</strong><strong>en</strong>cia). El tremor que experim<strong>en</strong>tamos ante lo<br />
Trem<strong>en</strong>do de lo numinoso-sagrado <strong>es</strong> algo exclusivo y peculiar de <strong>es</strong>a<br />
Pr<strong>es</strong><strong>en</strong>cia. Que <strong>es</strong> así puede confirmarlo incluso la etimología, según apunta<br />
Otto, no sólo la que se justifica con la ambival<strong>en</strong>cia ya señalada del término<br />
latino sacer que nos habla de lo sagrado, pero también de lo maldito, lo<br />
execrable y la consagración a los dios<strong>es</strong> infernal<strong>es</strong> 26 , sino de la que nu<strong>es</strong>tro<br />
autor señala, por ejemplo, r<strong>es</strong>pecto al término hebreo hiq’ disch (santificar una<br />
cosa <strong>en</strong> su corazón, distinguirla por el s<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>to de un pavor peculiarísimo,<br />
que no se confunde con ningún otro), <strong>es</strong> decir, valorarla mediante la categoría<br />
de lo numinoso 27 , o r<strong>es</strong>pecto a la expr<strong>es</strong>ión, también hebrea, emat Jahveh, el<br />
terror de Dios, terror paralizante, que sólo Yahveh puede emitir, y que, según<br />
apunta también Otto, puede id<strong>en</strong>tificarse perfectam<strong>en</strong>te con el terror pánico de<br />
los griegos 28 .<br />
Aquí si que nos <strong>en</strong>contramos metidos de ll<strong>en</strong>o <strong>en</strong> el terr<strong>en</strong>o oscuro y<br />
temible de lo numinoso más primordial, o por lo m<strong>en</strong>os, muy próximos a ello,<br />
tanto como nos lo permita el camino que sale de lo religioso institucionalizado y<br />
se ad<strong>en</strong>tra <strong>en</strong> las tinieblas de lo innombrable e incognoscible. En <strong>es</strong>te s<strong>en</strong>tido<br />
insiste también Carl Gustav Jung, al referirse a las influ<strong>en</strong>cias llegadas hasta<br />
los ser<strong>es</strong> humanos d<strong>es</strong>de <strong>es</strong>e territorio y d<strong>es</strong>de lo que se <strong>es</strong>conde <strong>en</strong> él,<br />
cuando habla de las fuerzas que sust<strong>en</strong>tan a la Tradición unitaria, <strong>es</strong>a<br />
Tradición previa a las division<strong>es</strong> y fragm<strong>en</strong>tacion<strong>es</strong> que luego la afectarían y de<br />
Eso que, tal vez, permanece <strong>en</strong>cerrado <strong>en</strong> ella, <strong>en</strong> relación con lo numinoso y<br />
25 id. P. 23.<br />
26 Ver anterior Nota 5.<br />
27 R. Otto, o.c. p.34.<br />
28 Ibid.<br />
19
con sus <strong>en</strong>ergías inconcebibl<strong>es</strong> y de la manera como lo religioso –<strong>es</strong> decir, lo<br />
Sagrado ya institucionalizado- nos defi<strong>en</strong>de de tal<strong>es</strong> pr<strong>es</strong><strong>en</strong>cias y sus poder<strong>es</strong>:<br />
Ros<strong>en</strong>creutz –dice Jung- <strong>es</strong>taba todavía d<strong>en</strong>tro de la tradición. Goethe<br />
era más moderno y por <strong>es</strong>o mas imprud<strong>en</strong>te. Nunca compr<strong>en</strong>dió bi<strong>en</strong> de qué<br />
noche de Walpurgis del <strong>es</strong>píritu protege el dogma cristiano 29 .<br />
Curiosam<strong>en</strong>te, algo así afirma también R<strong>en</strong>é Guénon. No <strong>es</strong>tá de más<br />
reflexionar acerca del otro significado –más inquietante- que pued<strong>en</strong> t<strong>en</strong>er<br />
algunas de las ceremonias y ritos de la misa que Jung <strong>es</strong>tudia, como por<br />
ejemplo, el acto de inc<strong>en</strong>sar el altar y la oblata, d<strong>es</strong>cribi<strong>en</strong>do por tr<strong>es</strong> vec<strong>es</strong> un<br />
círculo, dos vec<strong>es</strong> de derecha a izquierda y una vez de izquierda a derecha.<br />
Dejando aparte las lecturas psicológicas de la circumambulatio y su vínculo con<br />
lo inconsci<strong>en</strong>te, el rito –indica el propio Jung- <strong>es</strong> un apotropismo contra las<br />
posibl<strong>es</strong> pot<strong>en</strong>cias demoníacas 30 , <strong>es</strong> decir, contra las influ<strong>en</strong>cias llegadas<br />
d<strong>es</strong>de la otra cara de lo Sagrado-numinoso. Eso de lo que nos defi<strong>en</strong>de o<br />
protege lo Sagrado institucionalizado con sus dogmas y con las actuacion<strong>es</strong> de<br />
sus <strong>es</strong>pecialistas, poseedor<strong>es</strong> de los conocimi<strong>en</strong>tos adecuados para manipular,<br />
<strong>en</strong> cierto s<strong>en</strong>tido, dichas <strong>en</strong>ergías peligrosas y aplastant<strong>es</strong>, puede ser lo mismo<br />
–como veremos <strong>en</strong> su mom<strong>en</strong>to- que aquello de lo que quier<strong>en</strong> <strong>es</strong>capar los<br />
protagonistas de ciertos relatos integrados <strong>en</strong> las tradicion<strong>es</strong> de la Magische<br />
Flucht.<br />
Otto insiste <strong>en</strong> la cualidad del pavor que lo numinoso d<strong>es</strong>pierta cuando<br />
m<strong>en</strong>ciona die religiose Scheu (el pavor religioso). Dice, acertadam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> mi<br />
opinión, que de <strong>es</strong>e s<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>to y de sus primeras explosion<strong>es</strong> <strong>en</strong> el ánimo del<br />
hombre primitivo, ha salido toda la evolución de la religión, donde echan raic<strong>es</strong><br />
dios<strong>es</strong> y demonios 31 . Aquí se mu<strong>es</strong>tra claram<strong>en</strong>te el valor simbólico y el<br />
<strong>es</strong>pacio que corr<strong>es</strong>ponde al arco metonímico t<strong>en</strong>dido a partir de lo numinoso y<br />
apuntando hacia lo religioso institucionalizado, <strong>en</strong> donde mejor surg<strong>en</strong> las<br />
figuras de las <strong>en</strong>tidad<strong>es</strong> divinas de ambos tipos, cuya disposición relativa <strong>en</strong><br />
dicho <strong>es</strong>pacio e interrelacion<strong>es</strong> observabl<strong>es</strong> o deducibl<strong>es</strong> de dicha dis-posición,<br />
pret<strong>en</strong>do poner de relieve. En <strong>es</strong>e <strong>es</strong>pacio cristalizan, por decirlo así, los<br />
diversos valor<strong>es</strong> y <strong>es</strong>tructuras que conocemos: hierofanías, teofanías e<br />
29 C.G. Jung, Psicología y simbólica del arquetipo, Paidós, Barcelona, 1992. p. 35.<br />
30 C.G.Jung, o.c. p. 59<br />
31 R. Otto, o.c. p. 25.<br />
20
institucion<strong>es</strong>, <strong>en</strong>tidad<strong>es</strong> sobr<strong>en</strong>atural<strong>es</strong>, dios<strong>es</strong> y todas las demás creacion<strong>es</strong><br />
de la apercepción mitológica (Wundt) o de la fantasía que materializa y da<br />
cuerpo a <strong>es</strong>os <strong>en</strong>t<strong>es</strong>, tal como afirma Otto 32 .<br />
¿Es posible considerar que, d<strong>es</strong>de el s<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>to de dep<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia, la<br />
fuerza de lo absolutam<strong>en</strong>te aj<strong>en</strong>o nos haya podido impulsar hacia la maj<strong>es</strong>tad<br />
trem<strong>en</strong>da? Según Otto, todo <strong>es</strong>te empuje provi<strong>en</strong>e de la simple pr<strong>es</strong><strong>en</strong>cia de lo<br />
numinoso, de su inac<strong>es</strong>ibilidad absoluta, de la posibilidad –a cuyo d<strong>es</strong>arrollo<br />
más o m<strong>en</strong>os pl<strong>en</strong>o, tememos- de la aniquilación del sujeto por dicha fuerza. La<br />
r<strong>es</strong>pu<strong>es</strong>ta de la mística –asimismo posible aquí- será quizá más adecuada<br />
luego, cuando <strong>es</strong>a <strong>en</strong>ergía se haya visto canalizada aunque sea de forma<br />
somera y provisional. Lo único que, tal vez, salve al t<strong>es</strong>tigo, <strong>es</strong> que lo<br />
absolutam<strong>en</strong>te aj<strong>en</strong>o no gusta de manif<strong>es</strong>tarse sin advertir ant<strong>es</strong>, aunque no<br />
siempre sea así. Cuando podemos sobrevivir al hecho de que Eso d<strong>es</strong>cubra su<br />
secreto y revele toda su gloria, como insinúa Otto que le sucedió al místico<br />
musulmán Baj<strong>es</strong>id Bostami, nos <strong>en</strong>contramos ya muy ad<strong>en</strong>tro de nu<strong>es</strong>tro<br />
propio terr<strong>en</strong>o de lo religioso o de lo sagrado-institucionalizado y, aún así, la<br />
extremada grandeza y poder de la fuerza que invade al místico –o al iniciado,<br />
<strong>en</strong> su caso- se deja s<strong>en</strong>tir vivam<strong>en</strong>te y no faltan ejemplos <strong>en</strong> cualquiera de las<br />
religion<strong>es</strong> que <strong>es</strong>cojamos 33 .<br />
Abandonaremos ahora por el mom<strong>en</strong>to a Rudolf Otto, para examinar<br />
los conceptos que Mircea Eliade aplicará al análisis de <strong>es</strong>tas <strong>en</strong>ergías de lo<br />
Numinoso y de lo Sagrado. Eliade recoge <strong>en</strong> cierta manera los conceptos de<br />
partida de Otto, <strong>es</strong> decir, primero, r<strong>en</strong>unciar a explicacion<strong>es</strong> sobre las ideas de<br />
Dios y de la religión para analizar la experi<strong>en</strong>cia religiosa como manif<strong>es</strong>tación<br />
<strong>en</strong> sí. En segundo término, r<strong>en</strong>unciar a las elucubracion<strong>es</strong> filosóficas y moral<strong>es</strong><br />
para dejar paso al asombro y al <strong>es</strong>tremecimi<strong>en</strong>to fr<strong>en</strong>te a la terrible Pr<strong>es</strong><strong>en</strong>cia.<br />
Eso nos deja, una vez más, ante las manif<strong>es</strong>tacion<strong>es</strong> de lo que<br />
nu<strong>es</strong>tros autor<strong>es</strong> terminan por llamar lo sagrado y que a mi me parece más<br />
bi<strong>en</strong> propio de lo numinoso o, cuando m<strong>en</strong>os de lo numinoso-sagrado. Es decir,<br />
de <strong>es</strong>a <strong>en</strong>ergía que todavía no ha abandonado del todo los dominios<br />
misteriosos y d<strong>es</strong>conocidos de lo absolutam<strong>en</strong>te otro o de lo numinosoprimordial<br />
para avanzar un poco –no demasiado- hacia nu<strong>es</strong>tro mundo<br />
32 Ibid.<br />
33 R. Otto, o.c. p. 33.<br />
21
humano, hacia las <strong>es</strong>feras de nu<strong>es</strong>tra cultura 34 . Pero todavía sin aceptarlas o<br />
sin reconocer el impacto que provocaría si las traspasara. En cuanto a<br />
nosotros, reaccionamos, por una parte, con un cierto mal<strong>es</strong>tar ante <strong>es</strong>as<br />
manif<strong>es</strong>tacion<strong>es</strong> de lo sagrado –manif<strong>es</strong>tacion<strong>es</strong> tanto más int<strong>en</strong>sas cuanto<br />
mayor <strong>es</strong> el d<strong>es</strong>control de las hierofanías- mi<strong>en</strong>tras que por otra, utilizaremos<br />
muchos de los impulsos g<strong>en</strong>erados por aquellas manif<strong>es</strong>tacion<strong>es</strong>, camuflados<br />
como s<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>tos, internalizados como abstraccion<strong>es</strong>, para justificar y dar<br />
legitimidad a una bu<strong>en</strong>a parte de las <strong>es</strong>tructuras y relacion<strong>es</strong> <strong>en</strong> las que se<br />
apoya nu<strong>es</strong>tra sociedad 35 .<br />
Eliade utiliza <strong>es</strong>os hechos para dividir el mundo humano <strong>en</strong> dos<br />
porcion<strong>es</strong> d<strong>es</strong>igual<strong>es</strong>, no tanto <strong>en</strong> razón del tamaño que a cada una<br />
corr<strong>es</strong>ponde, sino por la causalidad que l<strong>es</strong> atribuye. Casi, más que partir el<br />
rebaño, lo que hace más bi<strong>en</strong> <strong>es</strong> <strong>es</strong>tablecer <strong>es</strong>as porcion<strong>es</strong> como modos de<br />
ser <strong>en</strong> el Mundo. Así, lo sagrado –según él llama a <strong>es</strong>e f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o invasivofracciona<br />
el Cosmos bajo su efecto. El <strong>es</strong>pacio sagrado pasa a ser, así, el<br />
auténtico <strong>es</strong>pacio y el homo sacer, el hombre auténtico. La manif<strong>es</strong>tación de lo<br />
sagrado, su revelación, la hierofanía <strong>en</strong> suma, funda el mundo y hace posible<br />
vivir <strong>en</strong> él realm<strong>en</strong>te 36 .<br />
La consideración del <strong>es</strong>pacio dividido <strong>en</strong> <strong>es</strong>pacio sagrado y <strong>es</strong>pacio<br />
profano, <strong>es</strong>, que duda cabe, una cu<strong>es</strong>tión fundam<strong>en</strong>tal con la cual <strong>es</strong> posible<br />
ilustrar muchos de los aspectos más important<strong>es</strong> de la cultura humana. Lo<br />
mismo ocurre con <strong>es</strong>a revelación o hierofanía ant<strong>es</strong> citada. Pero <strong>en</strong> mi opinión,<br />
ello no nos hace avanzar demasiado hacia el conocimi<strong>en</strong>to de lo que<br />
verdaderam<strong>en</strong>te se manifi<strong>es</strong>ta ante nosotros. El hecho de que la hierofanía se<br />
constituya <strong>en</strong> el umbral que separa los dos <strong>es</strong>pacios, <strong>en</strong> la frontera que<br />
distingue y opone dos mundos, posee una gran importancia para explicar la<br />
ambigüedad y la naturaleza paradójica de los objetos a los que toca o que le<br />
pert<strong>en</strong>ec<strong>en</strong>, pero no nos dice gran cosa sobre la naturaleza de la hierofanía,<br />
salvo que repr<strong>es</strong><strong>en</strong>ta a una fuerza extraña y no siempre favorable, que<br />
d<strong>es</strong>pierta mucho ant<strong>es</strong> el temor que el afán de saber.<br />
34 Ver <strong>en</strong> Peter Sloterdijk. Bull<strong>es</strong>. Sphèr<strong>es</strong> I. Librairie Arthème Fayard, Paris, 2003.<br />
35 Es dificil no ver la simbología sagrada –y hasta numinosa- que se revela <strong>en</strong> el s<strong>en</strong>o de la mayoría de<br />
nu<strong>es</strong>tras institucion<strong>es</strong> políticas, económicas y social<strong>es</strong>, por no hablar de las costumbr<strong>es</strong> y cre<strong>en</strong>cias<br />
vinculadas a ellas.<br />
36 M. Eliade, Le sacré et le profane, o.c. p. 27.<br />
22
¿Cuándo el ser humano pret<strong>en</strong>de vivir <strong>en</strong> lo sagrado, d<strong>es</strong>ea<br />
verdaderam<strong>en</strong>te r<strong>es</strong>idir <strong>en</strong> la realidad objetiva, tal como indica Eliade? Tal vez<br />
lo primero que nec<strong>es</strong>ite de verdad el ser humano sea no equivocarse<br />
demasiado cuando acepta un determinado sistema de cre<strong>en</strong>cias como<br />
ori<strong>en</strong>tación d<strong>en</strong>tro del mundo. La difer<strong>en</strong>cia <strong>en</strong>tre Caos y Cosmos se traducirá<br />
luego <strong>en</strong> una separación mant<strong>en</strong>ida simbólica y formalm<strong>en</strong>te <strong>en</strong>tre éste mundo<br />
(que <strong>es</strong> el del hombre y sus artefactos cultural<strong>es</strong>) y el otro (convertido con <strong>es</strong>a<br />
separación <strong>en</strong> el reino de los <strong>es</strong>píritus, de los dios<strong>es</strong> y de las sombras de lo<br />
numinoso. La separación preconizada por Eliade ti<strong>en</strong>e al m<strong>en</strong>os un valor: el de<br />
haber llevado lo numinoso-primordial hacia el exterior de nu<strong>es</strong>tro sistema. Algo<br />
parecido a lo que Otto afirmaba con su mysterium trem<strong>en</strong>dum, pero mucho<br />
más elaborado d<strong>es</strong>de el punto de vista del int<strong>en</strong>to g<strong>en</strong>eral humano por<br />
<strong>en</strong>t<strong>en</strong>der lo que le rodea.<br />
El <strong>es</strong>pacio sagrado, aus<strong>en</strong>te ya la hierofanía fundadora a la que se<br />
recuerda e integra mejor como teofanía <strong>en</strong> el constructo de los p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>tos y<br />
cre<strong>en</strong>cias, <strong>es</strong> un paso adelante hacia la elaboración de un sistema religioso<br />
complejo. Muchos de los impulsos colonizador<strong>es</strong> y de d<strong>es</strong>cubrimi<strong>en</strong>to del<br />
mundo han buscado repetir el primer acto fundacional del tiempo primordial <strong>en</strong><br />
que los dios<strong>es</strong> bajaron a la Tierra o separaron cielo y tierra <strong>en</strong> un <strong>es</strong>fuerzo<br />
concebido para inaugurar el mundo, para hacerlo posible. Pero <strong>es</strong>o ya nos<br />
aleja mucho de la posibilidad que, tal vez ant<strong>es</strong> de <strong>es</strong>e principio, tuvimos para<br />
sorpr<strong>en</strong>der a lo numinoso-primordial y hacernos con su naturaleza,<br />
apropiandonos de ella. Cuando se con-sagra un lugar, se colabora con los<br />
dios<strong>es</strong> repiti<strong>en</strong>do cada vez, una vez y otra, el acto de fundación del mundo.<br />
Hacemos así lo que los dios<strong>es</strong> nos han dicho. Pero hemos perdido, quizá para<br />
siempre, todo lo que nos podría aproximar a un <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dimi<strong>en</strong>to con el gruñido<br />
<strong>es</strong>tremecedor de los viejos núm<strong>en</strong><strong>es</strong>.<br />
Queda por considerar brevem<strong>en</strong>te <strong>en</strong> <strong>es</strong>te punto, el papel que<br />
d<strong>es</strong>empeña el imperativo categórico o la ley moral –<strong>en</strong> el s<strong>en</strong>tido expr<strong>es</strong>ado<br />
por Kant y sus seguidor<strong>es</strong>- <strong>en</strong> el proc<strong>es</strong>o, al que hice alusión al principio, de<br />
ocultación de ciertos rasgos de <strong>es</strong>a fuerza a la que hemos d<strong>en</strong>ominado lo<br />
absolutam<strong>en</strong>te aj<strong>en</strong>o, para pr<strong>es</strong><strong>en</strong>tarla con un aspecto más aceptable <strong>en</strong> los<br />
avatar<strong>es</strong> de la conviv<strong>en</strong>cia humana. Quedó dicho <strong>en</strong>tonc<strong>es</strong> que lo<br />
absolutam<strong>en</strong>te aj<strong>en</strong>o se pr<strong>es</strong><strong>en</strong>taba <strong>en</strong> ocasion<strong>es</strong> como lo absolutam<strong>en</strong>te<br />
23
u<strong>en</strong>o y para <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der, al m<strong>en</strong>os <strong>en</strong> su principio, el propósito de <strong>es</strong>a<br />
conversión, <strong>es</strong> nec<strong>es</strong>ario examinar, someram<strong>en</strong>te al m<strong>en</strong>os, la función que <strong>en</strong><br />
<strong>es</strong>e cambio d<strong>es</strong>empeña la normativa ética.<br />
El edificio ético <strong>es</strong>, d<strong>es</strong>de luego, un sistema protector, además de<br />
muchas otras cosas. Pero <strong>es</strong>e papel de instrum<strong>en</strong>to apotropaico, cuya<br />
importancia se ha ido relegando prácticam<strong>en</strong>te al olvido <strong>en</strong> la medida <strong>en</strong> que la<br />
sociedad avanzaba <strong>en</strong> su complejidad y sustituía los viejos valor<strong>es</strong> por nuevos<br />
procedimi<strong>en</strong>tos de control r<strong>es</strong>pecto a lo que <strong>es</strong>tá más allá –o fuera de- el<br />
edificio ético, <strong>es</strong>tá d<strong>es</strong>tinado sobre todo a neutralizar las fuerzas de lo<br />
d<strong>es</strong>conocido e intranquilizador que todavía trabajan a favor del Caos d<strong>es</strong>de el<br />
interior de la misma ciudadela fortificada del Cosmos humano.<br />
Así, nos dic<strong>en</strong>, lo bu<strong>en</strong>o <strong>es</strong> querido por los dios<strong>es</strong>, o por Dios. Y lo<br />
bu<strong>en</strong>o siempre ha de ajustarse –por su propia naturaleza- a lo justo y a lo santo<br />
de la ley moral. ¿Cómo si no podría d<strong>es</strong>plegarse y <strong>es</strong>tablecerse <strong>es</strong>a matriz<br />
simbólica a partir de la cual com<strong>en</strong>zaríamos a integrar junto a nu<strong>es</strong>tros valor<strong>es</strong>,<br />
aquellos otros impulsos d<strong>es</strong>pr<strong>en</strong>didos de lo numinoso y lo sagrado?<br />
A través de la ley moral, las hierofanías y teofanías no se si<strong>en</strong>t<strong>en</strong> sino<br />
que se interpretan. El homo symbolicus –ya no el homo sacer, ni siquiera el<br />
homo religiosus- utilizan las armas de gru<strong>es</strong>o calibre de f<strong>en</strong>om<strong>en</strong>ología y<br />
herm<strong>en</strong>éutica. Pero <strong>es</strong>o no <strong>es</strong> posible llevarlo a cabo sin una conci<strong>en</strong>cia que<br />
integre las actividad<strong>es</strong> divinas (y <strong>en</strong> <strong>es</strong>e pozo de lo divino se han reunido ya<br />
d<strong>es</strong>de hace tiempo lo numinoso y lo sagrado) y las humanas <strong>en</strong> el marco de un<br />
plan. Kant d<strong>es</strong>cubriría, muchos años d<strong>es</strong>pués de Demócrito y de Heráclito el<br />
Oscuro, que se trataba del Plan de Dios.<br />
¿Tal vez por <strong>es</strong>o aparezcan por todas part<strong>es</strong> relatos de la Creación del<br />
Mundo? Esos relatos convi<strong>en</strong><strong>en</strong> –y tranquilizan- al homo symbolicus, porque<br />
justifican su nec<strong>es</strong>idad de t<strong>en</strong>erlo todo bajo control. Sin embargo, las armas de<br />
gru<strong>es</strong>o calibre de las que ant<strong>es</strong> hablamos –f<strong>en</strong>om<strong>en</strong>ología y herm<strong>en</strong>éutica- no<br />
sirv<strong>en</strong> para mucho más que para explicar el mundo, clasificándolo. Pero <strong>en</strong><br />
algunos casos –y nos <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tamos <strong>en</strong>tonc<strong>es</strong> a todo <strong>es</strong>e inquietante corpus<br />
<strong>es</strong>catológico que narra la d<strong>es</strong>trucción de aquél mundo y, por <strong>en</strong>de, la<br />
aniquilación de la humanidad- <strong>es</strong>as herrami<strong>en</strong>tas o instrum<strong>en</strong>tos, nacidos<br />
directam<strong>en</strong>te de la nec<strong>es</strong>idad del Plan y de la nec<strong>es</strong>idad de su cumplimi<strong>en</strong>to,<br />
no pued<strong>en</strong> impedir que vuelva a verse, una vez más y cada vez más cerca –<br />
24
como <strong>en</strong> el Rajnarok o como <strong>en</strong> el Enuma Elisi- el rostro oscuro, inquietante y<br />
rabioso, de lo absolutam<strong>en</strong>te otro, de lo numinoso primordial. Como afirma<br />
Juli<strong>en</strong> Ri<strong>es</strong>, mi<strong>en</strong>tras que con las categorías cosmogonía, orig<strong>en</strong>, r<strong>en</strong>ovatio<br />
<strong>es</strong>tamos <strong>en</strong> la Urzeit, los mitos <strong>es</strong>catológicos nos ori<strong>en</strong>tan hacia la Endzeit del<br />
cosmos 37 .<br />
37 Juli<strong>en</strong> Ri<strong>es</strong>, El hombre religioso y lo sagrado a la luz del nuevo <strong>es</strong>píritu antropológico. En “Tratado de<br />
antropología de lo sagrado” Juli<strong>en</strong> Ri<strong>es</strong>, Coordinador. Editorial Trotta, Madrid 1995. p. 47.<br />
25
1.2. Lo Numinoso como Pr<strong>es</strong><strong>en</strong>cia y como experi<strong>en</strong>cia.<br />
Acerca de lo numinoso y el universo moral. La matriz del d<strong>es</strong>pliegue simbólico<br />
cristaliza <strong>en</strong> la forma y figura simbolizante. El conv<strong>en</strong>cimi<strong>en</strong>to sobre la exist<strong>en</strong>cia de lo<br />
absolutam<strong>en</strong>te otro. La realidad de lo absolutam<strong>en</strong>te otro. La unión de conv<strong>en</strong>cimi<strong>en</strong>to<br />
y realidad determina una materia simbólica r<strong>es</strong>ultante: lo numinoso-primordial. La<br />
manif<strong>es</strong>tación de lo numinoso-primordial como Pr<strong>es</strong><strong>en</strong>cia. Inicio del camino hacia lo<br />
sagrado: delimitación y configuración de un Cosmos. Ejemplos de la Pr<strong>es</strong><strong>en</strong>cia: de la<br />
Pr<strong>es</strong><strong>en</strong>cia a las manif<strong>es</strong>tacion<strong>es</strong> y expr<strong>es</strong>ion<strong>es</strong> prácticas.<br />
Lo Numinoso, como pr<strong>es</strong><strong>en</strong>cia y como experi<strong>en</strong>cia, ha de <strong>en</strong>t<strong>en</strong>derse<br />
por tanto manif<strong>es</strong>tado a partir de unas fuerzas de naturaleza no sólo extraña,<br />
sino fundam<strong>en</strong>talm<strong>en</strong>te aj<strong>en</strong>as a la humanidad y que fluy<strong>en</strong> hacia ella sin que<br />
sea posible interponerl<strong>es</strong> obstáculo alguno. La única actuación concebible<br />
fr<strong>en</strong>te a tal monstruosidad –d<strong>en</strong>ominada así <strong>en</strong> el s<strong>en</strong>tido pl<strong>en</strong>o y asumido del<br />
término- <strong>es</strong> tratar de humanizarla por un lado, lo que no quiere decir <strong>en</strong> modo<br />
alguno, transformarla, sino contemplarla d<strong>es</strong>de una perspectiva humana y,<br />
d<strong>es</strong>de <strong>es</strong>a perspectiva, asumir su radical extrañeza, mi<strong>en</strong>tras que por otro, hay<br />
que <strong>es</strong>perar una adecuación del s<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>to de pavor que inspira y, también<br />
d<strong>es</strong>de ahí, int<strong>en</strong>tar la integración de <strong>es</strong>e s<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>to de huida nec<strong>es</strong>aria y<br />
hondam<strong>en</strong>te s<strong>en</strong>tida mediante las <strong>en</strong>ergías aportadas por <strong>es</strong>tructuras anímicas<br />
complejas como las que r<strong>es</strong>ultan, por ejemplo, de la mística y el éxtasis. Dos<br />
caminos paralelos que pued<strong>en</strong> determinar, no una transformación de lo<br />
Numinoso, pero sí tal vez la aparición de formas aceptabl<strong>es</strong> de su expr<strong>es</strong>ión,<br />
que son las que conocemos –o se nos aparec<strong>en</strong>- como lo Sagrado <strong>en</strong> alguno<br />
de sus aspectos o, más adelante, lo Santo y lo Sagrado institucionalizado, <strong>es</strong><br />
decir, lo Religioso.<br />
Esta explicación admitiría por una parte la coexist<strong>en</strong>cia de<br />
manif<strong>es</strong>tacion<strong>es</strong> de lo Numinoso <strong>en</strong> un periodo cronológicam<strong>en</strong>te tan avanzado<br />
como el que se caracteriza por un predomino de las institucion<strong>es</strong> de lo<br />
religioso, mi<strong>en</strong>tras que lo Sagrado, con sus t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cias que, o bi<strong>en</strong> se<br />
aproximan a lo Numinoso más oscuro y aj<strong>en</strong>o (casi, lo Numinoso-primordial) o<br />
lo hac<strong>en</strong> camuflándose bajo aspectos muy evolucionados de lo religioso, puede<br />
pr<strong>es</strong><strong>en</strong>tarse por igual <strong>en</strong> todo mom<strong>en</strong>to histórico. El carácter de semejante<br />
panorama se mu<strong>es</strong>tra así como emin<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te cultural, con manif<strong>es</strong>tacion<strong>es</strong><br />
al tiempo sincrónicas y diacrónicas. Pero, sobre todo, se ofrece al observador<br />
26
con una composición proteica, multiforme, ambigua y paradójica, que muchas<br />
vec<strong>es</strong> se considera como propia del f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o, aunque no sea más que una<br />
imag<strong>en</strong> r<strong>es</strong>ultante de la interacción con el medio.<br />
La discusión acerca de la exist<strong>en</strong>cia de lo Numinoso como realidad<br />
exterior y por tanto indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te r<strong>es</strong>pecto al ser humano o, por el contrario,<br />
como producto de su cabeza y como proyección al exterior de <strong>es</strong>as<br />
fantasmagorías, no carece de s<strong>en</strong>tido <strong>en</strong> tanto vaya conducida hacia la<br />
constitución de un universo moral, que, según queda ya apuntado, será<br />
posiblem<strong>en</strong>te lo que pueda salvar al sujeto p<strong>en</strong>sante de un impacto directo de<br />
semejante <strong>en</strong>tidad. Los sujetos que sólo interactúan –o que lo hac<strong>en</strong><br />
prefer<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te- a través de s<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>tos e impulsos, se hallan sin duda mejor<br />
preparados fr<strong>en</strong>te al poder que emana de la Pr<strong>es</strong><strong>en</strong>cia de lo Numinoso, pero no<br />
se adecúan realm<strong>en</strong>te a los condicionami<strong>en</strong>tos de un universo moral –tal vez<br />
sería mejor decir, de un sistema moral- sino que, casi inevitablem<strong>en</strong>te, van a<br />
d<strong>es</strong>embocar <strong>en</strong> los proc<strong>es</strong>os místicos o extáticos expr<strong>es</strong>ados <strong>en</strong> algunas de<br />
sus diversas variant<strong>es</strong>, d<strong>es</strong>de las más simpl<strong>es</strong> hasta las verdaderam<strong>en</strong>te<br />
complejas.<br />
En cualquier caso, la <strong>en</strong>ergía monstruosa de lo Numinoso casará<br />
mejor o se <strong>en</strong>t<strong>en</strong>derá más fácilm<strong>en</strong>te con las variant<strong>es</strong> más complejas de los<br />
proc<strong>es</strong>os místicos o extáticos que con las composicion<strong>es</strong> racionalistas y<br />
pragmáticas derivadas del universo moral llevado hasta sus últimas<br />
consecu<strong>en</strong>cias. La Norma no cuadra con la expr<strong>es</strong>ión de lo Absolutam<strong>en</strong>te<br />
Otro, ni produce por ello r<strong>es</strong>ultados satisfactorios <strong>en</strong> relación con proyectos de<br />
vida o <strong>es</strong>peranzas depositadas <strong>en</strong> una contrapr<strong>es</strong>tación fiable de premios y<br />
castigos. Tal vez puedan hacerlo ciertos aspectos más socializados de lo<br />
Sagrado y d<strong>es</strong>de luego, lo hará sin mayor<strong>es</strong> problemas lo religioso<br />
institucionalizado. Pero lo Absolutam<strong>en</strong>te Otro puede vincularse, <strong>en</strong> efecto, al<br />
delirio y al fr<strong>en</strong><strong>es</strong>í, manif<strong>es</strong>tándose a través de lo r<strong>es</strong>onante que pueda haber<br />
<strong>en</strong> ellos o <strong>en</strong> cualquiera de sus derivacion<strong>es</strong>. Y puede hacerlo ahora, <strong>en</strong><br />
nu<strong>es</strong>tros días, <strong>en</strong> medio de las institucion<strong>es</strong> concebidas y d<strong>es</strong>tinadas sobre<br />
todo a canalizar cualquier tipo de s<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>tos, procurando que no se<br />
d<strong>es</strong>bord<strong>en</strong> más allá de lo que sea simbólica y significativam<strong>en</strong>te permisible.<br />
Por tanto, a <strong>es</strong>os efectos, no importa demasiado si lo Numinoso r<strong>es</strong>ide<br />
allá afuera, como los Dios<strong>es</strong> primig<strong>en</strong>ios de Lovecraft, <strong>es</strong>perando a que se abra<br />
27
una grieta <strong>en</strong> el <strong>es</strong>pacio-tiempo para d<strong>es</strong>lizarse hacia nu<strong>es</strong>tro universo, o ti<strong>en</strong>e<br />
su orig<strong>en</strong> <strong>en</strong> nu<strong>es</strong>tra cabeza. La exist<strong>en</strong>cia del universo moral que, <strong>en</strong> cualquier<br />
caso, ha normalizado a <strong>es</strong>as <strong>en</strong>ergías monstruosas, relativiza y dinamiza –a su<br />
manera, con su impronta- la cu<strong>es</strong>tión. De manera que hemos de plantearnos al<br />
mismo tiempo la nec<strong>es</strong>idad y la pertin<strong>en</strong>cia del impulso que pregunta por <strong>es</strong>o<br />
que aparece al cabo de nu<strong>es</strong>tro mundo, subi<strong>en</strong>do, precisam<strong>en</strong>te, y <strong>es</strong>calón por<br />
<strong>es</strong>calón, d<strong>es</strong>de lo inimaginable.<br />
En <strong>es</strong>ta perspectiva, el conv<strong>en</strong>cimi<strong>en</strong>to sobre la exist<strong>en</strong>cia de lo<br />
Absolutam<strong>en</strong>te Otro y la realidad de lo Absolutam<strong>en</strong>te Otro, son por tanto<br />
sistemas de p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to y de cre<strong>en</strong>cias que han pasado d<strong>es</strong>de ser vistos<br />
como conjuntos separados e indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>t<strong>es</strong>, a interaccionar cada vez con<br />
mayor frecu<strong>en</strong>cia d<strong>en</strong>tro de los sistemas simbólico-cognitivos de los individuos,<br />
donde terminan por <strong>es</strong>tablecer relacion<strong>es</strong> progr<strong>es</strong>ivam<strong>en</strong>te más int<strong>en</strong>sas. De<br />
manera que <strong>es</strong> precisam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> <strong>es</strong>te campo, <strong>en</strong> <strong>es</strong>te ámbito de lo personal,<br />
donde r<strong>es</strong>ulta cada vez más difícil distinguir ahora <strong>en</strong>tre d<strong>es</strong>eos y realidad<br />
r<strong>es</strong>pecto a lo Numinoso, o mant<strong>en</strong>er la distancia nec<strong>es</strong>aria con r<strong>es</strong>pecto a ello,<br />
según pret<strong>en</strong>d<strong>en</strong> las elaboracion<strong>es</strong> teóricas racionalistas de viejo y nuevo cuño.<br />
Pero lo numinoso ha de manif<strong>es</strong>tarse, a su vez, como el r<strong>es</strong>ultado de<br />
la transformación o de las modificacion<strong>es</strong> experim<strong>en</strong>tadas por una <strong>es</strong>pecie de<br />
matriz del d<strong>es</strong>pliegue simbólico g<strong>en</strong>erada a causa de la reunión, por una parte,<br />
del conv<strong>en</strong>cimi<strong>en</strong>to g<strong>en</strong>eralizado acerca de la exist<strong>en</strong>cia de lo Absolutam<strong>en</strong>te<br />
otro y por otra, de su realidad considerado <strong>en</strong> sí mismo, junto a su influ<strong>en</strong>cia<br />
sobre nosotros. Es a partir de la creación de dicha matriz que, <strong>en</strong> un mom<strong>en</strong>to<br />
dado, puede cristalizarse tal materia simbólica, haciéndolo precisam<strong>en</strong>te <strong>en</strong><br />
<strong>es</strong>a forma y figura que constituirían tal vez la mayor parte de lo numinoso<br />
primordial 38 . Según afirma Trias, <strong>es</strong>a materia simbólica se revela como la<br />
primera condición o categoría: la que abre el recorrido y movimi<strong>en</strong>to que<br />
culmina <strong>en</strong> el acontecer simbólico 39 .<br />
Pero, sin duda, existe algo más. Ant<strong>es</strong> de que pudiéramos recurrir a la<br />
ley moral, ¿fue posible r<strong>es</strong>istirse, sin ceder demasiado, a los asaltos de lo<br />
Absolutam<strong>en</strong>te otro, <strong>en</strong> aquellas épocas tan oscuras y tan dilatadas <strong>en</strong> el<br />
38<br />
Según indica Eug<strong>en</strong>io Trias <strong>en</strong> El símbolo y lo sagrado, <strong>en</strong> “Lo santo y lo sagrado”, Félix Duque (Ed.),<br />
Editorial Trotta, 1993. pág. 16<br />
39<br />
Ibid.<br />
28
tiempo que casi no poseemos ya de ellas más memoria que la que pudiera<br />
permanecer <strong>en</strong> nu<strong>es</strong>tros g<strong>en</strong><strong>es</strong>? La matriz del d<strong>es</strong>pliegue simbólico parece<br />
pr<strong>es</strong><strong>en</strong>tar a nu<strong>es</strong>tros ojos –sin duda lo hizo también a los de nu<strong>es</strong>tros<br />
anc<strong>es</strong>tros- un carácter emin<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te maternal que, sin duda, podría explicar<br />
–si la interrogamos adecuadam<strong>en</strong>te- muchos de los rasgos fem<strong>en</strong>inos de lo<br />
numinoso-primordial.<br />
Esos rasgos y aquél carácter se manif<strong>es</strong>tarán luego <strong>en</strong> la figura de la<br />
Gran Diosa terrible, devoradora de muertos y paridora de vivos o <strong>en</strong> el<br />
nacimi<strong>en</strong>to <strong>en</strong> las mitologías constituidas por dios<strong>es</strong>-divinidad<strong>es</strong>-<strong>en</strong>tidad<strong>es</strong> de<br />
naturaleza todavía muy alejada r<strong>es</strong>pecto de la humana –los llamados dios<strong>es</strong><br />
oscuros- pero que ya comi<strong>en</strong>zan a marchar por un camino que l<strong>es</strong> acercará<br />
cada vez más a nu<strong>es</strong>tro mundo. El proc<strong>es</strong>o del que habla Trias, r<strong>es</strong>pecto a la<br />
ord<strong>en</strong>ación, delimitación y configuración <strong>en</strong> un cosmos de <strong>es</strong>e sustrato materno<br />
primero, tal vez <strong>es</strong> el que inicia el paso <strong>en</strong> aquél camino empr<strong>en</strong>dido hacia lo<br />
Sagrado y más tarde, hasta lo Sagrado-institucionalizado. El avance d<strong>es</strong>de la<br />
oscuridad y d<strong>es</strong>ord<strong>en</strong> del Caos hacia la <strong>es</strong>tructuración y el ord<strong>en</strong> normativizado<br />
que distingue al Cosmos humano, <strong>es</strong>tá d<strong>es</strong>crito, como sabemos, <strong>en</strong> todas las<br />
cosmologías y cosmogonías.<br />
En cualquier caso, lo Numinoso-primordial y lo Numinoso se<br />
<strong>en</strong>contrarían un punto por <strong>en</strong>cima de la materia indifer<strong>en</strong>te del principio –cuya<br />
d<strong>es</strong>cripción y t<strong>es</strong>timonio aparec<strong>en</strong> <strong>en</strong> cosmogonías como la védica o la egipcia,<br />
<strong>en</strong>tre otras- pero permaneci<strong>en</strong>do todavía lejos de poder ser influ<strong>en</strong>ciado por lo<br />
humano. Aquí aún ha de ser Indra, una divinidad, qui<strong>en</strong> debe neutralizar al<br />
dragón primordial, Vrtra, el cual reti<strong>en</strong>e pr<strong>es</strong>as, <strong>en</strong>tre sus anillos monstruosos e<br />
indifer<strong>en</strong>ciados, las aguas germinal<strong>es</strong>. El ser humano todavía no ha llegado.<br />
Es más tarde cuando empiezan a aparecer límit<strong>es</strong>, demarcacion<strong>es</strong>,<br />
determinacion<strong>es</strong>. Y sobre todo, cuando <strong>es</strong>o extraño y aj<strong>en</strong>o que <strong>es</strong> lo<br />
Numinoso, acepta tal<strong>es</strong> límit<strong>es</strong> y demarcacion<strong>es</strong>. Entonc<strong>es</strong> ya nos<br />
<strong>en</strong>contramos más cerca de lo Sagrado.<br />
Si la Pr<strong>es</strong><strong>en</strong>cia de lo Numinoso-primordial puede, <strong>en</strong> un mom<strong>en</strong>to<br />
dado, arrebatar al t<strong>es</strong>tigo, arrancándole de su realidad para llevárselo consigo a<br />
otro mundo, también –a p<strong>es</strong>ar de su naturaleza trem<strong>en</strong>da, peligrosa y<br />
fascinante- puede ser interpretada como una señal de acercami<strong>en</strong>to, como un<br />
indicio de que algo <strong>es</strong>tá ocurri<strong>en</strong>do <strong>en</strong> el interior de <strong>es</strong>a fuerza extraña y<br />
29
<strong>en</strong>igmática, que la aproxima a nosotros, que la asimila <strong>en</strong> cierta forma a<br />
nu<strong>es</strong>tra manera de ver y de <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der el universo <strong>en</strong> el que nos <strong>en</strong>contramos.<br />
Así, el camino hacia lo Sagrado y lo Sagrado-institucionalizado, comi<strong>en</strong>za por<br />
la delimitación y la configuración de un Cosmos. Y <strong>en</strong> <strong>es</strong>a tarea clasificatoria y<br />
ord<strong>en</strong>adora deb<strong>en</strong> colaborar todas las Entidad<strong>es</strong>, sean humanas o no. Al fin, la<br />
única posibilidad real que posee el Cosmos para <strong>es</strong>tablecerse d<strong>en</strong>tro de un<br />
sistema simbólico-cognitivo coher<strong>en</strong>te, <strong>es</strong> la de permanecer <strong>en</strong> un equilibrio<br />
activo r<strong>es</strong>pecto a su antagonista, <strong>es</strong> decir, fr<strong>en</strong>te al Caos primordial.<br />
El <strong>es</strong>tablecimi<strong>en</strong>to del Cosmos como alternativa y como r<strong>es</strong>pu<strong>es</strong>ta al<br />
Caos repr<strong>es</strong><strong>en</strong>tado por las fuerzas de lo numinoso-primordial, determina a su<br />
vez la posibilidad de contar con experi<strong>en</strong>cias r<strong>es</strong>pecto a los acontecimi<strong>en</strong>tos y<br />
a sus r<strong>es</strong>pectivas interpretacion<strong>es</strong> simbólicas. Es a partir de tal<strong>es</strong> experi<strong>en</strong>cias<br />
que lo numinoso-primordial puede, por una parte, retraerse todavía más hacia<br />
la oscuridad caótica del Principio y <strong>en</strong>tonc<strong>es</strong> no t<strong>en</strong>dremos de él más que una<br />
vaga refer<strong>en</strong>cia sin demasiado fundam<strong>en</strong>to que se manti<strong>en</strong>e, p<strong>es</strong>e a todo, <strong>en</strong> el<br />
material de las ley<strong>en</strong>das y de las cosmologías, donde podrá aparecer como<br />
t<strong>es</strong>timonio de una vieja lucha, por ejemplo, <strong>en</strong>tre los dios<strong>es</strong> y los titan<strong>es</strong>, <strong>en</strong>tre<br />
los ángel<strong>es</strong> bu<strong>en</strong>os y malos o, <strong>en</strong> una forma más simbólica, <strong>en</strong>tre el Bi<strong>en</strong> y el<br />
Mal.<br />
Pero también, aquél <strong>es</strong>tablecimi<strong>en</strong>to fundacional del Cosmos puede<br />
atraer hacia sí a lo numinoso-primordial y proceder <strong>en</strong>tonc<strong>es</strong> a canalizarlo y<br />
asumirlo mediante los mitos de orig<strong>en</strong>. El paso sigui<strong>en</strong>te <strong>es</strong> la aparición de lo<br />
numinoso <strong>en</strong> el tiempo histórico y su sometimi<strong>en</strong>to por la acción de algún<br />
personaje divino o heroico. D<strong>es</strong>de la oscuridad caótica, las fuerzas que<br />
repr<strong>es</strong><strong>en</strong>tan <strong>es</strong>a d<strong>es</strong>-organización primordial, se van transformando <strong>en</strong> fuerzas<br />
creadoras, <strong>en</strong>g<strong>en</strong>dradoras de vida, <strong>en</strong> el mom<strong>en</strong>to mismo <strong>en</strong> que son pu<strong>es</strong>tas<br />
<strong>en</strong> ord<strong>en</strong> y <strong>es</strong> posible, ya, d<strong>es</strong>de <strong>es</strong>e ord<strong>en</strong> primero, que el mundo surja o sea<br />
creado. Nos <strong>en</strong>contraríamos <strong>en</strong> la primera de las siete edad<strong>es</strong> o dim<strong>en</strong>sion<strong>es</strong><br />
cósmicas sincrónicas <strong>es</strong>tablecidas por Eug<strong>en</strong>io Trias para la revelación del<br />
símbolo, <strong>es</strong> decir, <strong>en</strong> la edad de la Magna Mater, todavía considerada división<br />
salvaje del símbolo 40 .<br />
40 E. Trias, o.c. p. 26.<br />
30
Quizá <strong>es</strong>a extraña división –que aparece <strong>en</strong> tantos mitos de orig<strong>en</strong><br />
repartidos por culturas de todo el planeta- <strong>es</strong>tablecida <strong>en</strong>tre el dios creador del<br />
mundo que luego, casi inmediatam<strong>en</strong>te, se transforma <strong>en</strong> un dios ocioso y<br />
alejado y la divinidad o divinidad<strong>es</strong> auténticam<strong>en</strong>te activas y preocupadas por<br />
el d<strong>es</strong>tino humano, muchas vec<strong>es</strong> <strong>en</strong> conflicto más o m<strong>en</strong>os declarado con el<br />
anterior, t<strong>en</strong>ga su justificación <strong>en</strong> una perviv<strong>en</strong>cia de aquél proc<strong>es</strong>o de<br />
pr<strong>es</strong><strong>en</strong>tación y asimilación posterior de lo numinoso-primordial d<strong>en</strong>tro del<br />
Cosmos.<br />
Pero, una vez pr<strong>es</strong><strong>en</strong>tado y sujeto a posibilidad<strong>es</strong> de cambio y de<br />
integración cada vez más ac<strong>en</strong>tuadas <strong>en</strong> el ámbito de lo humano, lo numinoso<br />
va si<strong>en</strong>do cada vez más fácil de contemplar, si no cara a cara –su poder <strong>es</strong><br />
todavía demasiado grande y su luz demasiado int<strong>en</strong>sa- si al m<strong>en</strong>os como una<br />
manif<strong>es</strong>tación de algo velado pero susceptible de llegar, tal vez, a un acuerdo o<br />
pacto con el hombre. Es la única posibilidad que t<strong>en</strong>drá de constituir<br />
experi<strong>en</strong>cia, y al mismo tiempo, de avanzar hacia la pl<strong>en</strong>a integración cósmica<br />
de todo su poder.<br />
También <strong>en</strong> las mitologías se d<strong>es</strong>cribe <strong>es</strong>ta fase de adaptación de lo<br />
numinoso, que continúa si<strong>en</strong>do una etapa peligrosa, ll<strong>en</strong>a de ri<strong>es</strong>gos para los<br />
t<strong>es</strong>tigos de las hierofanías y teofanías, ri<strong>es</strong>gos que, <strong>es</strong> nec<strong>es</strong>ario decirlo, no<br />
siempre proced<strong>en</strong> –o no lo hac<strong>en</strong> mayoritariam<strong>en</strong>te- de los propios núm<strong>en</strong><strong>es</strong>, o<br />
de lo numinoso que accede, sino también de los individuos que integran<br />
aquello que podríamos llamar el grupo social diana 41 . En las recopilacion<strong>es</strong> de<br />
mitos suele aparecer <strong>es</strong>te tema como un viaje realizado por un héroe, <strong>en</strong><br />
ocasion<strong>es</strong> por una pareja de gemelos o por varios protagonistas, hacia el<br />
mundo de las sombras, de la oscuridad o de los muertos. Allí los héro<strong>es</strong><br />
t<strong>en</strong>drán que luchar contra todo tipo de criaturas que repr<strong>es</strong><strong>en</strong>tan a las fuerzas<br />
de la oscuridad –v<strong>es</strong>tigio de <strong>es</strong>a parte d<strong>es</strong>conocida, ignorada y temible de lo<br />
numinoso-primordial que todavía se conserva a través de los relatos- o con la<br />
misma divinidad de los muertos que se acerca a ellos para combatirlos. En<br />
ocasion<strong>es</strong> –según el <strong>es</strong>quema clásico del relato- los protagonistas, asimilados<br />
frecu<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te a divinidad<strong>es</strong> solar<strong>es</strong>, son as<strong>es</strong>inados por sus <strong>en</strong>emigos,<br />
41 Las consecu<strong>en</strong>cias de una implicación tal son d<strong>es</strong>critas por R. Girard <strong>en</strong> La viol<strong>en</strong>ce et le sacré<br />
31
aunque siempre <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran una oportunidad para r<strong>en</strong>acer y reanudar la lucha<br />
contra las fuerzas de las tinieblas, a las que acaban por v<strong>en</strong>cer y dominar.<br />
El <strong>es</strong>tablecimi<strong>en</strong>to de la comunidad humana con sus clasificacion<strong>es</strong>,<br />
ord<strong>en</strong>ami<strong>en</strong>tos y normas moral<strong>es</strong> jamás se hace sin pagar un precio por ello a<br />
las fuerzas de la oscuridad que, <strong>en</strong> no pocas ocasion<strong>es</strong>, se niegan a aceptar<br />
<strong>es</strong>e cambio y son, <strong>en</strong>tonc<strong>es</strong>, motivo de grav<strong>es</strong> perturbacion<strong>es</strong> y problemas,<br />
porque lo numinoso-primordial no se limita a permanecer inmovil <strong>en</strong> los límit<strong>es</strong><br />
de la oscuridad del exterior, sino que muchas vec<strong>es</strong> avanza hacia el mundo<br />
humano, pret<strong>en</strong>di<strong>en</strong>do recuperar sus dominios. Pero, p<strong>es</strong>e a todo, hemos de<br />
inaugurar ya a la segunda edad señalada por Trias, <strong>es</strong> decir, aquella dominada<br />
por el Templo y la fi<strong>es</strong>ta. La que celebra y permite la erección del mundo así<br />
como las posterior<strong>es</strong> recreacion<strong>es</strong> -temporal<strong>es</strong> y f<strong>es</strong>tivas- de <strong>es</strong>e primer acto<br />
creador 42 .<br />
Es aquí cuando se permite la pr<strong>es</strong><strong>en</strong>cia del t<strong>es</strong>tigo de la manif<strong>es</strong>tación<br />
numinosa y además, como complem<strong>en</strong>to indisp<strong>en</strong>sable, el relato y el<br />
conocimi<strong>en</strong>to público de dicha experi<strong>en</strong>cia. Si las anterior<strong>es</strong> pr<strong>es</strong><strong>en</strong>cias de lo<br />
numinoso-primordial eran nec<strong>es</strong>ariam<strong>en</strong>te proc<strong>es</strong>os r<strong>es</strong>tringidos, precisam<strong>en</strong>te<br />
debido a lo inhumano y aj<strong>en</strong>o de la experi<strong>en</strong>cia y a la naturaleza de lo que se<br />
mostraba, ahora nos <strong>en</strong>contramos con lo que Trias d<strong>en</strong>omina forma luminosa<br />
(aurática) o icónica de revelarse la pr<strong>es</strong><strong>en</strong>cia ante el t<strong>es</strong>tigo. Es la tercera edad,<br />
<strong>en</strong> lo que se refiere a las categorías del símbolo, <strong>en</strong> la que nec<strong>es</strong>ariam<strong>en</strong>te han<br />
de combinarse pr<strong>es</strong><strong>en</strong>cia y t<strong>es</strong>tigo 43 . La pr<strong>es</strong><strong>en</strong>cia puede ya dev<strong>en</strong>ir<br />
experi<strong>en</strong>cia, pero no sufrida fr<strong>en</strong>te a lo inhumano y a lo que todavía <strong>es</strong><br />
absolutam<strong>en</strong>te otro, sino vivida como revelación ante aquello que ya comi<strong>en</strong>za<br />
a manif<strong>es</strong>tarse como lo Sagrado.<br />
42 E. Trias, o.c., p.26.<br />
43 Ibid.<br />
32
1.3. Lo Sagrado como manif<strong>es</strong>tación y reducción de lo Numinoso a la<br />
medida y a la <strong>es</strong>pera de lo humano.<br />
Esc<strong>en</strong>ario y ocurr<strong>en</strong>cia del acontecimi<strong>en</strong>to simbólico. La luz, el fuego y la Nube. La<br />
Palabra y la Voz de Dios o del Ser. Lo que sale de lo Oculto. El cambio <strong>en</strong> lo<br />
numinoso y la determinación de su s<strong>en</strong>tido ante nosotros. Del tem<strong>en</strong>us al templum.<br />
De lo intemporal al tempus. Conservación, p<strong>es</strong>e a todo, de lo que <strong>es</strong> innombrable.<br />
A medida <strong>en</strong> que empieza a manif<strong>es</strong>tarse lo Sagrado a partir de lo<br />
numinoso que llega y se hace pr<strong>es</strong><strong>en</strong>te, comi<strong>en</strong>za también a articularse el<br />
<strong>es</strong>c<strong>en</strong>ario sobre el cual se d<strong>es</strong>arrollarán <strong>es</strong>tos proc<strong>es</strong>os de cambio y<br />
as<strong>en</strong>tami<strong>en</strong>to de algo que anteriorm<strong>en</strong>te era distinto y aj<strong>en</strong>o a la<br />
humanidad, pero que ahora se aproxima.<br />
El aspecto y la luz suel<strong>en</strong> ser los instrum<strong>en</strong>tos mediante los cual<strong>es</strong> lo<br />
Sagrado que ya ha evolucionado d<strong>es</strong>de lo numinoso, se pr<strong>es</strong><strong>en</strong>ta. Las<br />
hierofanías y teofanías van a ser, sobre todo, experi<strong>en</strong>cias <strong>en</strong> las que la luz<br />
-brillante, radiante, int<strong>en</strong>sa- informa acerca del carácter de aquello que allí<br />
se <strong>es</strong>tá apareci<strong>en</strong>do ante el t<strong>es</strong>tigo. Casi todos los t<strong>es</strong>timonios relativos a<br />
hierofanías comi<strong>en</strong>zan con la visión de una gran luz, que surge, se aparece<br />
o se <strong>en</strong>ci<strong>en</strong>de bruscam<strong>en</strong>te. En <strong>es</strong>a brusquedad de la aparición, <strong>en</strong> <strong>es</strong>e<br />
pr<strong>es</strong><strong>en</strong>tarse súbito y sorpr<strong>en</strong>d<strong>en</strong>te, se conservan todavía algunas<br />
características o costumbr<strong>es</strong> de lo numinoso.<br />
Sin embargo, <strong>en</strong> las hierofanías –pero más <strong>en</strong> las teofanías- suele<br />
haber signos previos anunciador<strong>es</strong>. Este hecho de que la aparición se<br />
anuncie ant<strong>es</strong> de que efectivam<strong>en</strong>te ocurra, señala la separación que ya <strong>es</strong><br />
posible determinar <strong>en</strong>tre lo numinoso y lo Sagrado, así como la<br />
transformación ocurrida sobre el propio f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o <strong>en</strong> sí.<br />
La Luz, el Fuego y la Nube son los elem<strong>en</strong>tos que configuran una de<br />
las hierofanías –teofanía más bi<strong>en</strong>- más célebr<strong>es</strong> de la historia: la que se<br />
manif<strong>es</strong>tó a Moisés, liberador del pueblo judío que sufría <strong>es</strong>clavitud <strong>en</strong><br />
Egipto y que fue su guía hasta la tierra prometida, al m<strong>en</strong>os, según lo que<br />
afirma el relato que figura <strong>en</strong> el Libro del Éxodo del Antiguo T<strong>es</strong>tam<strong>en</strong>to.<br />
Moisés, aunque judío por nacimi<strong>en</strong>to, fue un príncipe egipcio que, con toda<br />
probabilidad, había recibido <strong>en</strong> su mom<strong>en</strong>to formación sacerdotal y<br />
seguram<strong>en</strong>te conocía bi<strong>en</strong>, por tanto, los mayor<strong>es</strong> misterios de la<br />
33
cosmogonía de su país de adopción. Quizá por ello no r<strong>es</strong>ulta demasiado<br />
extraño que haya sido él mismo t<strong>es</strong>tigo de la teofanía y heraldo de los<br />
suc<strong>es</strong>ivos m<strong>en</strong>saj<strong>es</strong> y mandami<strong>en</strong>tos que la divinidad d<strong>es</strong>eaba transmitir al<br />
pueblo <strong>es</strong>cogido.<br />
En cualquier caso, para llevar a cabo nu<strong>es</strong>tro análisis sobre el<br />
proc<strong>es</strong>o de evolución de lo numinoso hacia lo Sagrado, debemos examinar<br />
el carácter y ciertos detall<strong>es</strong> de <strong>es</strong>ta hierofanía. En primer lugar, la<br />
manif<strong>es</strong>tación de la divinidad –Yahveh <strong>en</strong> <strong>es</strong>te caso- se lleva a cabo<br />
mediante un hecho prodigioso: la zarza ardi<strong>en</strong>te. Como <strong>es</strong> sabido, Moisés<br />
subió al monte Horeb –según otras version<strong>es</strong> se trataba del Sinaíobservando<br />
allí una zarza que parecía arder sin consumirse con el fuego.<br />
Cuando llegó ante ella, asombrado por aquél prodigio inexplicable, la<br />
divinidad le habló d<strong>es</strong>de la zarza <strong>en</strong> llamas. Lo primero que le dijo <strong>es</strong> que<br />
debía d<strong>es</strong>calzarse porque aquél suelo que pisaba era sagrado. Luego, se<br />
pr<strong>es</strong><strong>en</strong>tó a Moisés como “el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob” 44 .<br />
Si observamos la suc<strong>es</strong>ión de los acontecimi<strong>en</strong>tos, se nos mostrará<br />
una progr<strong>es</strong>ión simbólica e iconográfica, que podríamos incluir <strong>en</strong> <strong>es</strong>a fase<br />
o edad tercera que Trias llama precisam<strong>en</strong>te aurática e icónica, <strong>en</strong> la cual la<br />
pr<strong>es</strong><strong>en</strong>cia de lo numinoso se manifi<strong>es</strong>ta mediante la Luz, y ya <strong>en</strong> transición<br />
hacia la cuarta edad, <strong>en</strong> la cual la Palabra de Dios o del Ser se hipostasia<br />
como logos o sophia 45 .<br />
Estamos por tanto <strong>en</strong> una etapa de transición de lo numinoso hacia<br />
lo Sagrado. A p<strong>es</strong>ar de las variacion<strong>es</strong> que el relato habrá sufrido a lo largo<br />
de los años, la manif<strong>es</strong>tación allí d<strong>es</strong>crita conserva todavía parte de su<br />
extrañeza y de su carácter aj<strong>en</strong>o y conserva también su poder y su aspecto<br />
trem<strong>en</strong>do y aterrador. Obedeci<strong>en</strong>do la ord<strong>en</strong>, Mois<strong>es</strong> ha de d<strong>es</strong>calzarse –<br />
para no ser fulminado por aquella <strong>en</strong>ergía que todavía aparece como<br />
monstruosa (el fuego que no quema, pero que manti<strong>en</strong>e alejados a los<br />
intrusos o a qui<strong>en</strong><strong>es</strong> no han sido <strong>es</strong>cogidos como t<strong>es</strong>tigos), o tal vez para<br />
que dicha <strong>en</strong>ergía pueda apoderarse de él con mayor facilidad- y sólo<br />
d<strong>es</strong>pués se <strong>en</strong>tera de que aquella pr<strong>es</strong><strong>en</strong>cia terrible <strong>es</strong>, según se le indica,<br />
el dios de sus padr<strong>es</strong>, aunque nada afirma acerca de su naturaleza. Por el<br />
44 Éxodo, 3,1-6<br />
45 E. Trias, o.c. p. 26.<br />
34
contrario, cuando Moisés int<strong>en</strong>ta indagar un poco más sobre la cu<strong>es</strong>tión,<br />
recibe una r<strong>es</strong>pu<strong>es</strong>ta un tanto d<strong>es</strong>abrida: “Si me preguntan cual <strong>es</strong> tu<br />
nombre, ¿Qué diré?. Y Dios dijo a Moisés: Yo soy El que soy” 46 . En<br />
cualquier caso, p<strong>es</strong>e a la incertidumbre mant<strong>en</strong>ida sobre la Entidad que allí<br />
se manifi<strong>es</strong>ta, las circunstancias nos señalan que ya no <strong>es</strong>tamos ante lo<br />
numinoso primordial, sino, decididam<strong>en</strong>te, ante lo Sagrado.<br />
Los ser<strong>es</strong> humanos no pued<strong>en</strong> d<strong>es</strong>afiar la pr<strong>es</strong><strong>en</strong>cia de lo<br />
Absolutam<strong>en</strong>te otro, por mucho que se haya humanizado y normalizado, ni<br />
siquiera permanecer ante ello demasiado tiempo sin protegerse<br />
adecuadam<strong>en</strong>te. En nu<strong>es</strong>tro caso, parece que <strong>es</strong> de ésto más consci<strong>en</strong>te la<br />
Divinidad manif<strong>es</strong>tada, que el propio t<strong>es</strong>tigo. Sin embargo, p<strong>es</strong>e a todas las<br />
precaucion<strong>es</strong> y distancias exigidas por la propia Entidad divina, Moisés<br />
r<strong>es</strong>ulta ciertam<strong>en</strong>te afectado por su pr<strong>es</strong><strong>en</strong>cia. El episodio de la zarza<br />
ardi<strong>en</strong>te no <strong>es</strong> más que el comi<strong>en</strong>zo de una larga serie de <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tros con la<br />
divinidad, unas vec<strong>es</strong> solo y otras acompañado por su hermano Aarón y por<br />
ciertos ancianos de Israel – nada m<strong>en</strong>os que set<strong>en</strong>ta, según el texto bíblicoque<br />
no sólo pudieron permanecer <strong>en</strong> pr<strong>es</strong><strong>en</strong>cia de Yahveh sin que éste<br />
levantara su mano contra ellos, sino que además, le vieron y comieron y<br />
bebieron 47 . Decididam<strong>en</strong>te, lo numinoso ha experim<strong>en</strong>tado aquí una<br />
importante metamorfósis.<br />
En el curso de una de dichas <strong>en</strong>trevistas, Yahveh <strong>en</strong>trega a Moisés<br />
las Tablas de la Ley <strong>en</strong> las que aparec<strong>en</strong> grabados los Mandami<strong>en</strong>tos,<br />
dándole además instruccion<strong>es</strong> detalladas para construir el Tabernáculo con<br />
todos sus implem<strong>en</strong>tos, con lo cual, el camino de lo Sagrado hacia lo<br />
Sagrado-institucionalizado <strong>es</strong> recorrido <strong>en</strong> <strong>es</strong>tas primeras etapas con una<br />
cierta rapidez, aunque no se culminará pl<strong>en</strong>am<strong>en</strong>te, según veremos, hasta<br />
mucho tiempo d<strong>es</strong>pués. Pero cuando Moisés bajó del monte tray<strong>en</strong>do<br />
consigo las Tablas del T<strong>es</strong>timonio tras una perman<strong>en</strong>cia particularm<strong>en</strong>te<br />
larga junto al poder divino –cuar<strong>en</strong>ta días y cuar<strong>en</strong>ta noch<strong>es</strong>- su rostro<br />
r<strong>es</strong>plandecía con tal int<strong>en</strong>sidad que la g<strong>en</strong>te retrocedió con temor ante él,<br />
de manera que hubo de cubrirse la cabeza y la cara con un velo para evitar<br />
que <strong>es</strong>e r<strong>es</strong>plandor que se le había adherido o contagiado, afectara a sus<br />
46 Éxodo, 3, 14.<br />
47 Id. 24, 9-11.<br />
35
compañeros: Aaron y todos los hijos de Israel, al ver como r<strong>es</strong>plandecía la<br />
faz de Moisés, tuvieron miedo de acercarse a él 48 . Estamos ahora <strong>en</strong> la<br />
etapa de exég<strong>es</strong>is y alegoría del símbolo, cuando éste comi<strong>en</strong>za ya a<br />
quedar <strong>es</strong>tablecido y funcionante d<strong>en</strong>tro del gran conjunto matricial que lo<br />
alberga 49 .<br />
La deidad, el núm<strong>en</strong> tranquilizado y llegado hasta el mismo interior<br />
de la comunidad humana, ord<strong>en</strong>a ahora construir un santuario. Sus<br />
manif<strong>es</strong>tacion<strong>es</strong> luminosas y verbal<strong>es</strong> son interpretadas ya con un nuevo<br />
s<strong>en</strong>tido, difer<strong>en</strong>te del mero temor experim<strong>en</strong>tado ante algo terrible y<br />
trem<strong>en</strong>do que se mu<strong>es</strong>tra <strong>en</strong> un lugar <strong>es</strong>cogido y apartado. Con lo cual,<br />
hemos dado un paso más <strong>en</strong> aquella maduración de la matriz simbólica,<br />
progr<strong>es</strong>ando d<strong>es</strong>de el tem<strong>en</strong>os al templum, porque ahora el lugar sagrado<br />
<strong>es</strong>tará a la vista de todos, aunque continue si<strong>en</strong>do un <strong>es</strong>pecio r<strong>es</strong>tringido y<br />
r<strong>es</strong>ervado a unos pocos. Y como todo santuario nec<strong>es</strong>ita un cuerpo de<br />
<strong>es</strong>pecialistas dedicados al control y manejo de lo Sagrado que allí se<br />
manifi<strong>es</strong>ta, el hermano de Moisés, Aarón, junto con sus hijos y<br />
d<strong>es</strong>c<strong>en</strong>di<strong>en</strong>t<strong>es</strong>, serán inv<strong>es</strong>tidos para <strong>es</strong>a tarea.<br />
El propio Yahveh señala con todo detalle el tipo de v<strong>es</strong>tiduras y de<br />
implem<strong>en</strong>tos que habrán de llevar los sacerdot<strong>es</strong> elegidos para el cuidado<br />
del tabernáculo e indica cómo habrán de colocárselos de manera que <strong>es</strong>tén<br />
protegidos cuando se acerqu<strong>en</strong> al altar para servir <strong>en</strong> el santuario; así –<br />
dice- no incurrirán <strong>en</strong> falta y no morirán 50 . De lo que se deduce que, p<strong>es</strong>e a<br />
la transformación experim<strong>en</strong>tada por lo numinoso y su adecuación a la<br />
proximidad con los humanos, el peligro fr<strong>en</strong>te a los poder<strong>es</strong> trem<strong>en</strong>dos de lo<br />
Sagrado, persiste. Algo parecido ocurre con Zeus, al que Hera impedía<br />
mirar directam<strong>en</strong>te a los pec<strong>es</strong> del sacrificio que se le r<strong>en</strong>día <strong>en</strong> Hierápolis,<br />
a fin de que no los fulminase con el poder terrible de sus ojos.<br />
En el caso de Yahveh, únicam<strong>en</strong>te los elegidos para pr<strong>es</strong>tar el<br />
servicio divino y aún <strong>es</strong>os, debidam<strong>en</strong>te protegidos con v<strong>es</strong>tiduras<br />
<strong>es</strong>pecial<strong>es</strong> y no siempre sino sólo <strong>en</strong> determinados mom<strong>en</strong>tos, podrán<br />
eludir el ri<strong>es</strong>go que repr<strong>es</strong><strong>en</strong>ta la pr<strong>es</strong><strong>en</strong>cia divina. En el libro Levítico se<br />
48 Id. 34, 30-35.<br />
49 E. Trias, o.c. p. 26.<br />
50 Éxodo, 28, 43.<br />
36
d<strong>es</strong>crib<strong>en</strong> también <strong>es</strong>tos traj<strong>es</strong> <strong>es</strong>pecialísimos que han de rev<strong>es</strong>tir a los<br />
sacerdot<strong>es</strong> de Yahveh y que permanecerán así <strong>es</strong>tablecidos incluso cuando<br />
ya <strong>en</strong> tiempos de Salomón se construya un templo definitivo para sustituir al<br />
tabernáculo que acompañó a los judíos por el d<strong>es</strong>ierto, y se levante <strong>en</strong> él la<br />
tercera cámara llamada Devir, Kod<strong>es</strong>h HaKodashim o Santo de los Santos,<br />
que se <strong>en</strong>contraba <strong>en</strong> su parte posterior y más protegida y a la que solo se<br />
accedía por una <strong>es</strong>calera. Pr<strong>es</strong><strong>en</strong>taba la forma de un cubo (20x20x20<br />
codos) y <strong>en</strong> su c<strong>en</strong>tro se ubicó el Arca. Allí solo podía <strong>en</strong>trar el sumo<br />
sacerdote 51 y <strong>en</strong> <strong>es</strong>e lugar se <strong>en</strong>contraban también los querubin<strong>es</strong> de oro<br />
que constituían el asi<strong>en</strong>to de la deidad, cuando ésta t<strong>en</strong>ía que aparecer.<br />
En el análisis de <strong>es</strong>te recorrido y movimi<strong>en</strong>to de un acontecer<br />
simbólico, llevado a cabo d<strong>es</strong>de sus manif<strong>es</strong>tacion<strong>es</strong> más aj<strong>en</strong>as a lo<br />
humano hasta la pr<strong>es</strong><strong>en</strong>cia más o m<strong>en</strong>os controlada de algo que, p<strong>es</strong>e a las<br />
precaucion<strong>es</strong> y cautelas tomadas, continua si<strong>en</strong>do un poder fuerte al que<br />
r<strong>es</strong>ulta arri<strong>es</strong>gado d<strong>es</strong>afiar aunque solo sea a través de una pr<strong>es</strong><strong>en</strong>cia no<br />
autorizada <strong>en</strong> el lugar sagrado, nos <strong>en</strong>contramos con el hecho de un<br />
<strong>es</strong>tablecimi<strong>en</strong>to normativizado de actitud<strong>es</strong>. El templum nec<strong>es</strong>ita ahora<br />
sacrificios de consagración y sacrificios de mant<strong>en</strong>imi<strong>en</strong>to para que su<br />
virtud no se extinga, pu<strong>es</strong> la pr<strong>es</strong><strong>en</strong>cia de lo Sagrado se irá haci<strong>en</strong>do<br />
progr<strong>es</strong>ivam<strong>en</strong>te t<strong>es</strong>timonial.<br />
Como <strong>en</strong> el caso de Apolo, que <strong>en</strong>seña a los sacerdot<strong>es</strong> cret<strong>en</strong>s<strong>es</strong> el<br />
manejo del cuchillo de sacrificio y l<strong>es</strong> invita a cubrir de sangre sus altar<strong>es</strong> 52 ,<br />
la deidad del monte Horeb también pr<strong>es</strong>cribe hecatomb<strong>es</strong> y quema de<br />
cuerpos ritualm<strong>en</strong>te sacrificados para poder conservar –<strong>en</strong> medio de aquél<br />
ambi<strong>en</strong>te sangri<strong>en</strong>to y hediondo de matadero- sus virtud<strong>es</strong> más valiosas.<br />
No cabe duda que, tanto uno como el otro, Apolo o Yahveh, mu<strong>es</strong>tran aquí<br />
algunos rasgos de su primitivo carácter numinoso, terrible, trem<strong>en</strong>do y<br />
fascinante, que exhib<strong>en</strong> sin recato <strong>en</strong> determinadas circunstancias, cuando<br />
<strong>es</strong> nec<strong>es</strong>ario recordar a sus d<strong>es</strong>memoriados y atrevidos adorador<strong>es</strong> que lo<br />
Sagrado, apar<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te dominado y satisfecho por la industria y la<br />
intelig<strong>en</strong>cia humanas, puede recuperar <strong>en</strong> un instante su aspecto más hostil<br />
51<br />
Primer Libro de los Rey<strong>es</strong><br />
52<br />
Ver M. Deti<strong>en</strong>ne, Apolo con el cuchillo <strong>en</strong> la mano. Una aproximación experim<strong>en</strong>tal al politeismo<br />
griego. Editorial Akal, Madrid 2001.<br />
37
y peligroso, arrasando, como si fueran briznas de hierba seca o miserabl<strong>es</strong><br />
monton<strong>es</strong> de polvo, todos los control<strong>es</strong> y diqu<strong>es</strong> de protección dispu<strong>es</strong>tos a<br />
su alrededor.<br />
El propio Jung nos lo dice claram<strong>en</strong>te, cuando expone a Aniela Jaffé<br />
–la que transcribe las memorias del anciano prof<strong>es</strong>or, ya muy próximo a la<br />
muerte- sus ideas acerca de Dios y sobre su d<strong>es</strong>acuerdo con la tradicional<br />
repr<strong>es</strong><strong>en</strong>tación cristiana de la divinidad y de sus relacion<strong>es</strong> con los ser<strong>es</strong><br />
humanos. Jung no puede separar el concepto de Dios de la exist<strong>en</strong>cia,<br />
constancia y persist<strong>en</strong>cia del Mal, <strong>es</strong>a otra gran verti<strong>en</strong>te de lo Sagrado, tal<br />
como lo expone <strong>en</strong> su libro R<strong>es</strong>pu<strong>es</strong>ta a Job 53 . Allí, <strong>en</strong> <strong>es</strong>as páginas, la<br />
Divinidad alcanza una <strong>es</strong>tatura moral bastante inferior a la de su criatura, a<br />
la que se empeña <strong>en</strong> perseguir y atorm<strong>en</strong>tar –sigui<strong>en</strong>do los consejos e<br />
instigacion<strong>es</strong> de su hijo malo o de su lado malvado, Satán- para asegurarse<br />
de su devoción y fidelidad.<br />
Como Jung afirma, hay que t<strong>en</strong>er las ideas claras cuando nos<br />
acomodemos <strong>en</strong> la cómoda y gratificante repr<strong>es</strong><strong>en</strong>tación de un Dios que no<br />
sólo <strong>es</strong> b<strong>en</strong>efactor y bondadoso con sus devotos 54 . Lo numinoso no puede<br />
dejar de mostrar su rostro absolutam<strong>en</strong>te aj<strong>en</strong>o, hostil y trem<strong>en</strong>do. Y<br />
<strong>en</strong>tonc<strong>es</strong>, <strong>en</strong> <strong>es</strong>e mom<strong>en</strong>to, el Dios b<strong>en</strong>evol<strong>en</strong>te del templo y de la fi<strong>es</strong>ta, se<br />
convierte <strong>en</strong> Rey del Terror, que gusta más bi<strong>en</strong> de la carne quemada y del<br />
ara sangri<strong>en</strong>ta de los sacrificios, que de los inof<strong>en</strong>sivos aromas de flor<strong>es</strong> e<br />
inci<strong>en</strong>sos.<br />
53 Edición <strong>en</strong> castellano, Fondo de Cultura Económica, Madrid, 1998.<br />
54 C.G.Jung y Aniela Jaffé, Ma vie. Souv<strong>en</strong>irs, rêv<strong>es</strong> et p<strong>en</strong>sé<strong>es</strong>. Gallimard, 1991. p. 18 y s.<br />
38
2. Lo Religioso<br />
39
2.1. Los caminos d<strong>es</strong>de lo Numinoso y lo Sagrado: Homo Necans y<br />
crisis sacrificial.<br />
La gén<strong>es</strong>is de la viol<strong>en</strong>cia y su singularización. Walter Burkert y R<strong>en</strong>é<br />
Girard. D<strong>es</strong>de lo Numinoso y lo Sagrado hasta Lo Religioso y su<br />
Viol<strong>en</strong>cia. El Sacrificio. El rostro numinoso de los Dios<strong>es</strong>. Lo<br />
Absolutam<strong>en</strong>te Otro, el Miedo y la Sangre. La catarsis de lo Sagrado.<br />
Cuando se instaura el templum <strong>en</strong> el anteriorm<strong>en</strong>te r<strong>es</strong>ervado y<br />
exclusivo <strong>es</strong>pacio del tem<strong>en</strong>os, nos <strong>en</strong>contramos ya muy cerca de la<br />
r<strong>es</strong>olución de una crisis que parece acompañar a los ser<strong>es</strong> humanos d<strong>es</strong>de<br />
el d<strong>es</strong>pertar de su conci<strong>en</strong>cia. Esa crisis <strong>es</strong>tá as<strong>en</strong>tada <strong>en</strong> el d<strong>es</strong>arrollo de<br />
una viol<strong>en</strong>cia que parece innata y recurr<strong>en</strong>te y que ha sido casi<br />
inmediatam<strong>en</strong>te ritualizada <strong>en</strong> innumerabl<strong>es</strong> <strong>es</strong>tructuras mitológicas y<br />
cultual<strong>es</strong> por todo el planeta. Walter Burkert y R<strong>en</strong>é Girard analizan <strong>en</strong> sus<br />
trabajos 55 <strong>es</strong>e compon<strong>en</strong>te mítico y mágico que, con mucha frecu<strong>en</strong>cia, se<br />
ha querido neutralizar mediante el recurso a los aspectos más oscuros y<br />
mistéricos de lo numinoso.<br />
D<strong>es</strong>de luego, hemos de considerar muy seriam<strong>en</strong>te la posibilidad de<br />
que la viol<strong>en</strong>cia, incluy<strong>en</strong>do la totalidad de sus inm<strong>en</strong>sam<strong>en</strong>te variadas<br />
formas de pr<strong>es</strong><strong>en</strong>tación y de actuación, nazca <strong>en</strong> el interior del propio ser<br />
humano, cuando éste se ve irremediablem<strong>en</strong>te asociado con los demás <strong>en</strong><br />
un grupo, <strong>en</strong> cuyo s<strong>en</strong>o ha nacido, pero al que no ha pedido <strong>en</strong> ningún<br />
mom<strong>en</strong>to pert<strong>en</strong>ecer y del cual, <strong>en</strong> la mayoría de los casos, le r<strong>es</strong>ulta<br />
virtualm<strong>en</strong>te imposible salir. La llegada de un nuevo ser humano al grupo<br />
determina –bastante ant<strong>es</strong> de su propio nacimi<strong>en</strong>to biológico- unos<br />
complejos ritual<strong>es</strong> de pert<strong>en</strong><strong>en</strong>cia y apropiación del individuo que <strong>es</strong>tá<br />
próximo a incorporarse, sobre los cual<strong>es</strong> éste no ti<strong>en</strong>e ningún control ni<br />
posibilidad de interv<strong>en</strong>ción. Este hecho, que todos damos por supu<strong>es</strong>to,<br />
sobre el que se discute muy poco y que constituye el núcleo fundam<strong>en</strong>tal<br />
del proc<strong>es</strong>o de socialización, ha sido analizado por Sigmund Freud como<br />
una importantísima fu<strong>en</strong>te de neurosis <strong>en</strong> los individuos. Neurosis que <strong>en</strong><br />
55 Walter Burkert, Homo necans, Rit<strong>es</strong> sacrificiels et myth<strong>es</strong> de la Grêce anci<strong>en</strong>ne, L<strong>es</strong> Bell<strong>es</strong> Letr<strong>es</strong>,<br />
Paris 2005 (Homo Necans : Interpretation<strong>en</strong> altgriechischer Opferrit<strong>en</strong> und Myth<strong>en</strong>, Walter de Gruyler<br />
GmbH & Co. KG, Berlin, 1972, 1997).<br />
R<strong>en</strong>é Girard, La viol<strong>en</strong>ce et le sacré, Hachette, Paris 2002.<br />
40
muy pocos casos se superan –internalizándolas o proyectándolas <strong>en</strong> otras<br />
formas de actuación- y que van a constituir uno de los f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>os<br />
determinant<strong>es</strong> del comportami<strong>en</strong>to humano.<br />
No obstante lo dicho, <strong>es</strong> nec<strong>es</strong>ario t<strong>en</strong>er muy <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta que los<br />
ser<strong>es</strong> humanos nunca obran de manera indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te, aunque ellos<br />
puedan ilusionarse a vec<strong>es</strong> creyéndolo así, sino que ellos mismos –y por<br />
tanto sus actuacion<strong>es</strong>, comportami<strong>en</strong>tos, costumbr<strong>es</strong>, cre<strong>en</strong>cias y actosson<br />
el r<strong>es</strong>ultado de interrelacion<strong>es</strong> mant<strong>en</strong>idas r<strong>es</strong>pecto a sus grupos<br />
social<strong>es</strong> de pert<strong>en</strong><strong>en</strong>cia y, casi siempre también, r<strong>es</strong>pecto a <strong>es</strong>tructuras de<br />
nivel más amplio que, <strong>en</strong> cualquier caso, pose<strong>en</strong> unos elem<strong>en</strong>tos<br />
funcional<strong>es</strong> apoyados <strong>en</strong> sistemas de cre<strong>en</strong>cias y de conviccion<strong>es</strong> muy<br />
antiguos.<br />
Nos <strong>en</strong>contramos por tanto que, <strong>en</strong> la mayor parte de las sociedad<strong>es</strong><br />
antiguas –<strong>en</strong> las de Egipto, M<strong>es</strong>opotamia, la Grecia clásica y Roma, por no<br />
citar sino ejemplos próximos a nosotros y que se hall<strong>en</strong> <strong>en</strong> la linea de<br />
nu<strong>es</strong>tros principal<strong>es</strong> antec<strong>es</strong>or<strong>es</strong> cultural<strong>es</strong>- la <strong>es</strong>tructura social, además de<br />
servir de correa de transmisión para una amplia panoplia de fuerzas de tipo<br />
económico y de inter<strong>es</strong><strong>es</strong> políticos coincid<strong>en</strong>t<strong>es</strong> con aquellas, mant<strong>en</strong>ía<br />
también una importante construcción simbólico-cognitiva d<strong>en</strong>tro de la que<br />
se manif<strong>es</strong>taba, con una cierta indep<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia y vida propia, la religión. A<br />
las <strong>es</strong>tructuras religiosas más elaboradas, se llegó a través del dominio y la<br />
acomodación d<strong>en</strong>tro de la Weltanschauung humana, de unas fuerzas<br />
d<strong>es</strong>conocidas de naturaleza misteriosa y preocupante –al m<strong>en</strong>os para sus<br />
observador<strong>es</strong> más directos- las cual<strong>es</strong>, de una manera o de otra, parecían<br />
actuar con indep<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia r<strong>es</strong>pecto a los ser<strong>es</strong> humanos y su cosmología.<br />
Ese algo misterioso y provocador era, d<strong>es</strong>de luego, aquello a lo que<br />
hemos d<strong>en</strong>ominado lo numinoso y lo absolutam<strong>en</strong>te otro, según expr<strong>es</strong>iva<br />
terminología de Rudolf Otto y <strong>en</strong> cuya composición <strong>en</strong>traban sin duda<br />
numerosos y muy complejos factor<strong>es</strong> de distinta proced<strong>en</strong>cia. El ser<br />
humano, actuando como ser social, elaboró no sólo la cosmología y su<br />
propia Weltanschauug sino también una cosmogonía, <strong>es</strong> decir, una<br />
explicación coher<strong>en</strong>te y asumible del universo y del <strong>es</strong>pacio vital <strong>en</strong> cuyo<br />
s<strong>en</strong>o d<strong>es</strong>arrollaba su actividad. En <strong>es</strong>e universo t<strong>en</strong>ía cabida lo numinoso,<br />
d<strong>es</strong>de luego, pero siempre y cuando fu<strong>es</strong>e mant<strong>en</strong>ido fuera de los límit<strong>es</strong><br />
41
simbólicos con los cual<strong>es</strong> quedaban señalados los recintos cultural<strong>es</strong><br />
humanos.<br />
Pero la viol<strong>en</strong>cia, nacida probablem<strong>en</strong>te de <strong>es</strong>a contradicción<br />
freudiana no r<strong>es</strong>uelta <strong>en</strong>tre el uno del Ser y lo múltiple y heterogéneo del<br />
Grupo, hubo de ser, primero, explicada, asumida y más tarde, difer<strong>en</strong>ciada,<br />
segregada y singularizada de otras viol<strong>en</strong>cias pr<strong>es</strong><strong>en</strong>t<strong>es</strong> <strong>en</strong> el cosmos<br />
humano –aunque <strong>en</strong> ciertos casos pudi<strong>es</strong><strong>en</strong> v<strong>en</strong>ir d<strong>es</strong>de fuera de él- y que<br />
no pert<strong>en</strong>ecían a sus individuos integrant<strong>es</strong>. Creo por tanto que, d<strong>es</strong>de un<br />
mom<strong>en</strong>to muy temprano de la trayectoria viv<strong>en</strong>cial de los ser<strong>es</strong> humanos,<br />
éstos apr<strong>en</strong>dieron a distinguir <strong>en</strong>tre la viol<strong>en</strong>cia que anidaba <strong>en</strong> el interior de<br />
sus grupos –una viol<strong>en</strong>cia que, dejada crecer incontroladam<strong>en</strong>te, podía<br />
acabar con cualquier posibilidad de conviv<strong>en</strong>cia- y la viol<strong>en</strong>cia externa a<br />
ellos, que muy pronto también, fue <strong>en</strong>viada –o proyectada, si se quierehacia<br />
la oscuridad del Principio, donde permaneció, aguardando a ser<br />
llamada.<br />
Tanto Burkert como Girard van a coincidir –de una manera<br />
aproximada y g<strong>en</strong>eral, aunque no por <strong>es</strong>o m<strong>en</strong>os llamativa- <strong>en</strong> <strong>es</strong>ta<br />
explicación. Así, ¿Cómo <strong>es</strong> posible que los ser<strong>es</strong> humanos comulgu<strong>en</strong> con<br />
la contradicción que supone, primero, dom<strong>es</strong>ticar y racionalizar, si podemos<br />
utilizar dicha expr<strong>es</strong>ion<strong>es</strong>, las fuerzas oscuras y terribl<strong>es</strong> de lo numinoso,<br />
lograr su adecuación más tarde <strong>en</strong> lo Sagrado y conseguir finalm<strong>en</strong>te su<br />
institucionalización <strong>en</strong> lo religioso, para terminar consinti<strong>en</strong>do el d<strong>es</strong>pliegue<br />
y la exhibición de <strong>es</strong>a cara oculta y numinosa de los dios<strong>es</strong> <strong>en</strong> los sacrificios<br />
y ritos sangri<strong>en</strong>tos? Y no sirve de mucho afirmar que existe una fase más<br />
avanzada de lo religioso <strong>en</strong> la cual se han suprimido los sacrificios de carne<br />
y de sangre, sustituyéndolos por una ceremonia simbólica de<br />
transubstanciación o por secu<strong>en</strong>cias de oracion<strong>es</strong> y plegarias que, por<br />
cierto, se van vaciando de cont<strong>en</strong>ido progr<strong>es</strong>ivam<strong>en</strong>te con su uso. El<br />
sacrificio –y <strong>en</strong> <strong>es</strong>o coincid<strong>en</strong> Burkert y Girard- siempre implica la<br />
d<strong>es</strong>trucción, real o simulada, de algo vivo para trasladar su <strong>en</strong>ergía vital<br />
hacia los dios<strong>es</strong>. En cualquier caso, lo que nos inter<strong>es</strong>a, lo que int<strong>en</strong>tamos<br />
compr<strong>en</strong>der <strong>es</strong>, precisam<strong>en</strong>te, el simbolismo de <strong>es</strong>a transfer<strong>en</strong>cia y su<br />
nec<strong>es</strong>idad.<br />
42
Burkert afirma que el acto de piedad consiste <strong>en</strong> derramar sangre,<br />
degollar y comer. Tal vez porque la agr<strong>es</strong>ividad –dice- emerge del progr<strong>es</strong>o<br />
de nu<strong>es</strong>tra civilización y porque cualquier órd<strong>en</strong> o forma de autoridad <strong>en</strong> la<br />
sociedad humana, reposan sobre una viol<strong>en</strong>cia institucionalizada. Allí, <strong>en</strong> el<br />
corazón mismo de la religión –de lo Sagrado-institucionalizado, digo yoam<strong>en</strong>aza,<br />
fascinante, la viol<strong>en</strong>cia sangri<strong>en</strong>ta 56 .<br />
Los ser<strong>es</strong> humanos, com<strong>en</strong>. Ellos mismos se autojustifican <strong>en</strong><br />
ocasion<strong>es</strong> dici<strong>en</strong>do que, para ello, el propio núm<strong>en</strong> o divinidad de las<br />
teofanías –a vec<strong>es</strong> el dios de los animal<strong>es</strong>, omnipr<strong>es</strong><strong>en</strong>te <strong>en</strong> los panteon<strong>es</strong><br />
de muchas culturas- l<strong>es</strong> ha otorgado poder sobre el r<strong>es</strong>to de los ser<strong>es</strong> vivos<br />
del planeta. Y para comer, primero –casi siempre- hay que matar. Para<br />
matar, <strong>es</strong> nec<strong>es</strong>ario, o bi<strong>en</strong> d<strong>es</strong>proveer previam<strong>en</strong>te a la pr<strong>es</strong>a de su<br />
derecho a la vida, convirtiéndola <strong>en</strong> un objeto cuya propiedad hay que<br />
disputarse, o bi<strong>en</strong> justificar su muerte argum<strong>en</strong>tando que los dios<strong>es</strong> también<br />
com<strong>en</strong> y que el sacrificio, del cual ellos participan, se lleva a cabo por<br />
motivos <strong>es</strong>pecial<strong>es</strong>, <strong>es</strong> decir, por una nec<strong>es</strong>idad la cual, a poco que se<br />
avance <strong>en</strong> su rev<strong>es</strong>timi<strong>en</strong>to simbólico, <strong>en</strong>seguida se transformará <strong>en</strong> un<br />
imperativo categórico (el hombre debe matar a sus pr<strong>es</strong>as para no morir de<br />
hambre), <strong>es</strong> decir, <strong>en</strong> una nec<strong>es</strong>idad moral.<br />
Tal vez por <strong>es</strong>o señala Burkert que la experi<strong>en</strong>cia fundadora de lo<br />
“sagrado” <strong>es</strong> la muerte sacrificial. El Homo Religiosus actúa y toma<br />
conci<strong>en</strong>cia de sí como Homo Necans 57 . A través de <strong>es</strong>a transformación , <strong>es</strong><br />
posible mirar un poco más abiertam<strong>en</strong>te hacia lo trem<strong>en</strong>do que se pr<strong>es</strong><strong>en</strong>ta<br />
ante lo humano, por más que sea dulcificado y ret<strong>en</strong>ido <strong>en</strong> el templo. La<br />
experi<strong>en</strong>cia de lo d<strong>es</strong>conocido y de su extrañeza inquietante, será vivida<br />
más int<strong>en</strong>sam<strong>en</strong>te de <strong>es</strong>a manera –a través de la viol<strong>en</strong>cia sagrada y de la<br />
sangre vertida- pu<strong>es</strong>to que ha de expr<strong>es</strong>arse sin palabras 58 .<br />
Lo numinoso –<strong>en</strong> lo Sagrado- parece, d<strong>es</strong>de luego, querer reducirse<br />
a la medida y a la <strong>es</strong>pera de lo humano. Pero quizá, lo humano, ha<br />
levantado el vuelo de sus expectativas primeras y ahora se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra <strong>en</strong><br />
una postura, sino tan misteriosa como la que mant<strong>en</strong>ía lo numinoso ant<strong>es</strong><br />
56 Walter Burkert, o.c. p. 19 y s.<br />
57 Id. p. 21.<br />
58 Ibid.<br />
43
de su transformación, si al m<strong>en</strong>os casi igual de comprometida r<strong>es</strong>pecto de<br />
sí mismo y <strong>en</strong> relación con su posible <strong>en</strong>trega anhelante a la nec<strong>es</strong>idad de<br />
matar para el sacrificio. Algo muy sini<strong>es</strong>tro y poco tranquilizador ocurre<br />
<strong>en</strong>tonc<strong>es</strong>. Y Walter Burkert ilustra su teoría del Homo Necans –que no <strong>es</strong><br />
más que un rodeo expectante por <strong>es</strong>os contornos donde trabajan los<br />
cuchillos y ard<strong>en</strong> las hogueras para satisfacer el hambre de los dios<strong>es</strong>- con<br />
la historia de los lycaon<strong>es</strong> o licántropos de la Arcadia feliz.<br />
Existe aquí, según él, un <strong>es</strong>c<strong>en</strong>ario de tr<strong>es</strong> nivel<strong>es</strong>: los ritos<br />
preliminar<strong>es</strong>, el núcleo c<strong>en</strong>tral del terror, y la reconstitución final 59 . ¿Quién<br />
se asoma, finalm<strong>en</strong>te, a <strong>es</strong>e <strong>es</strong>c<strong>en</strong>ario? ¿El rostro numinoso de los dios<strong>es</strong><br />
que se deleitan con el humo y con el olor de la grasa quemada <strong>en</strong> los<br />
altar<strong>es</strong> o la cara, deformada y ansiosa, de los licántropos que <strong>es</strong>peran su<br />
turno <strong>en</strong> el banquete sacrificial? Difícil será decirlo. Porque los relatos que<br />
nos llegan d<strong>es</strong>de el fondo de los siglos ya no distingu<strong>en</strong> <strong>en</strong>tre criaturas<br />
míticas o divinidad<strong>es</strong> oscuras.<br />
Conocemos la ley<strong>en</strong>da de Lycaón, rey de Arcadia, transformado <strong>en</strong><br />
lobo por Zeus d<strong>es</strong>pués de haber pu<strong>es</strong>to sobre la m<strong>es</strong>a de los dios<strong>es</strong> <strong>en</strong> una<br />
comida ritual, las <strong>en</strong>trañas de un jov<strong>en</strong> d<strong>es</strong>cuartizado. El Padre Olímpico<br />
castigó tamaña d<strong>es</strong>vergu<strong>en</strong>za con pr<strong>es</strong>teza y rigor. No obstante, <strong>es</strong>e<br />
comportami<strong>en</strong>to tan <strong>es</strong>tricto y conforme a la ley moral (que, <strong>en</strong>tre otras<br />
cosas, cond<strong>en</strong>a la antropofagia y el inc<strong>es</strong>to) no parece regir demasiado<br />
severam<strong>en</strong>te para el propio Zeus, sobre cuyo avatar como Zeus Lycaios y<br />
sobre el culto que como tal recibía <strong>en</strong> el monte Lyceo, <strong>en</strong> el corazón de<br />
Arcadia, no exist<strong>en</strong> demasiadas noticias, pu<strong>es</strong> los autor<strong>es</strong> griegos que lo<br />
m<strong>en</strong>cionan pasan sobre el tema como de puntillas.<br />
Pero algo dic<strong>en</strong>. Y algo muy revelador. Los rumor<strong>es</strong> sobre horribl<strong>es</strong><br />
prácticas primitivas 60 llevadas a cabo <strong>en</strong> la fi<strong>es</strong>ta arcádica, <strong>en</strong>cubr<strong>en</strong><br />
sacrificios humanos, canibalismo y licantropía. El propio Platón parece ser,<br />
según Burkert, el primero <strong>en</strong> m<strong>en</strong>cionar <strong>es</strong>as prácticas, aunque las pr<strong>es</strong><strong>en</strong>ta<br />
como fábula (mythos): aquél que <strong>en</strong> <strong>es</strong>a ceremonia pruebe, aunque sea un<br />
poco, las <strong>en</strong>trañas humanas que allí suel<strong>en</strong> mezclarse con trozos de carne<br />
59 W. Burkert, o.c. p. 117.<br />
60 Id. p. 118.<br />
44
proced<strong>en</strong>t<strong>es</strong> de otras víctimas sagradas, se transformará <strong>en</strong> lobo 61 .<br />
Pausanias, al parecer, también había <strong>es</strong>cuchado rumor<strong>es</strong> inquietant<strong>es</strong><br />
sobre dicha fi<strong>es</strong>ta, pero no los pudo comprobar ya que el sacrificio se<br />
d<strong>es</strong>arrollaba <strong>en</strong> secreto y él, según dijo, no quiso actuar de manera<br />
indiscreta 62 . Sin embargo, él mismo afirma que el recinto sagrado <strong>en</strong> el que<br />
se llevaba a cabo la ceremonia dedicada a Zeus Lycaios era misterioso e<br />
inviolable, <strong>es</strong>taba rodeado por un recinto de piedras sin labrar y cualquiera<br />
que p<strong>en</strong>etrara allí sin permiso podía recibir una muerte brusca y sin previo<br />
aviso 63 . También dice que conoce, al m<strong>en</strong>os, un caso de algui<strong>en</strong> llamado<br />
Demarcos, laureado <strong>en</strong> los juegos olímpicos y que se transformó <strong>en</strong> lobo<br />
por haber comido carne humana <strong>en</strong> aquella f<strong>es</strong>tividad permaneci<strong>en</strong>do <strong>en</strong><br />
dicho <strong>es</strong>tado durante nueve años, hasta que pudo recuperar su forma<br />
humana. En <strong>es</strong>te caso, el afectado tuvo suerte, porque otros, según<br />
Pausanias, no recuperaron jamás su anterior <strong>es</strong>tado humano 64 .<br />
¿Qué podemos p<strong>en</strong>sar de todo <strong>es</strong>to? Walter Burkert nos ilustra sobre<br />
cómo el sacrificio a los dios<strong>es</strong>, el hecho de int<strong>en</strong>tar la cont<strong>en</strong>ción de <strong>es</strong>a<br />
parte de lo Sagrado que todavía continúa conservando un amplio aspecto<br />
numinoso, cambia también a los devotos. No podemos saber si algui<strong>en</strong> se<br />
transformó o no <strong>en</strong> lobo tras probar algún trozo de los cadáver<strong>es</strong> humanos<br />
ofrecidos a la divinidad licántropa y devoradora, agazapada tras los altar<strong>es</strong><br />
cubiertos de c<strong>en</strong>iza y de osam<strong>en</strong>tas a medio consumir. Pero casi podemos<br />
asegurar que muchos de los asist<strong>en</strong>t<strong>es</strong> que cubrían con su pr<strong>es</strong><strong>en</strong>cia la<br />
nec<strong>es</strong>idad de la ofr<strong>en</strong>da sangri<strong>en</strong>ta, terminaron por ser, ellos mismos,<br />
transformados. La viol<strong>en</strong>cia así d<strong>es</strong>atada por lo Sagrado –o tal vez<br />
d<strong>es</strong>atada a través de los int<strong>en</strong>tos por controlar lo Sagrado- r<strong>es</strong>ultaba, por<br />
tanto, altam<strong>en</strong>te peligrosa y contagiosa. Y de ello nos habla R<strong>en</strong>é Girard.<br />
Inmolar a uno para salvar a los demás. Se puede decir que éste <strong>es</strong> el<br />
<strong>en</strong>unciado de un pacto semisecreto capaz de arrastrar a todo un pueblo<br />
hacia la catástrofe o, por el contrario, que <strong>es</strong> la llave por medio de la cual se<br />
va a conseguir la salvación de sus <strong>es</strong><strong>en</strong>cias. La viol<strong>en</strong>cia mimética nace de<br />
una <strong>es</strong>pecie de posibilidad: aquella que permite su ext<strong>en</strong>sión imparable,<br />
61 Id. p. 119.<br />
62 Ibid.<br />
63 Ibid.<br />
64 Ibid.<br />
45
como la del fuego <strong>en</strong> un bosque seco. El sacrificio ritual del chivo expiatorio<br />
calma <strong>es</strong>a d<strong>es</strong>azón y puede det<strong>en</strong>er la catástrofe. Como apunta Girard, el<br />
sacrificio ti<strong>en</strong>e como función apaciguar las viol<strong>en</strong>cias int<strong>es</strong>tinas, e impedir<br />
que los conflictos <strong>es</strong>tall<strong>en</strong> 65 . Pero ¿no se g<strong>en</strong>era tal vez la viol<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> el<br />
corazón humano quizá porque se ha traspasado hacia él la viol<strong>en</strong>cia<br />
inconf<strong>es</strong>able de lo Absolutam<strong>en</strong>te otro, d<strong>es</strong>pr<strong>en</strong>dida del núm<strong>en</strong> <strong>en</strong> su<br />
transformación o paso hacia lo Sagrado institucionalizado? Ya <strong>es</strong>tamos<br />
acostumbrados a ver como la viol<strong>en</strong>cia puede ser evacuada de un punto de<br />
cristalización a otro, o a otros, d<strong>en</strong>tro de la matriz del d<strong>es</strong>pliegue simbólico<br />
que nace como consecu<strong>en</strong>cia del proc<strong>es</strong>o de cambio experim<strong>en</strong>tado por lo<br />
Numinoso-primordial. Y, según dice Girard, los ser<strong>es</strong> humanos aceptan de<br />
mucho mejor grado que se llev<strong>en</strong> a cabo tal<strong>es</strong> proc<strong>es</strong>os de evacuación, si<br />
no son suyos, si se pr<strong>es</strong><strong>en</strong>tan como un imperativo absoluto y son<br />
ord<strong>en</strong>ados por un dios 66 .<br />
Del mismo modo, la viol<strong>en</strong>cia humana <strong>es</strong> mucho mejor tolerada si se<br />
puede considerar con un orig<strong>en</strong> externo al hombre. Lo Numinoso-primordial,<br />
<strong>en</strong> su camino hacia lo Sagrado institucionalizado, cuando ya se pued<strong>en</strong><br />
contar los dios<strong>es</strong> y relatar sus hazañas o sus prodigios d<strong>en</strong>tro de una<br />
cosmología, se d<strong>es</strong>pr<strong>en</strong>de de una gran parte de <strong>es</strong>a viol<strong>en</strong>cia, constituida<br />
tanto por aquella que <strong>es</strong> propia del núm<strong>en</strong> manif<strong>es</strong>tado como por la que<br />
brota <strong>es</strong>pontáneam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> los corazon<strong>es</strong> de los individuos. Pero la<br />
viol<strong>en</strong>cia debe ser canalizada de alguna manera, y lo <strong>es</strong> mediante la crisis<br />
sacrificial. Si el ritual del sacrificio <strong>es</strong> viol<strong>en</strong>to –que lo <strong>es</strong>, sin duda- su<br />
<strong>en</strong>ergía <strong>es</strong> utilizada lo mismo que un dique, para prev<strong>en</strong>ir mal<strong>es</strong> mayor<strong>es</strong>.<br />
De tal manera, lo Sagrado institucionalizado que ha llegado hasta los<br />
humanos d<strong>es</strong>de las tinieblas y los misterios de lo Numinoso-primordial, sirve<br />
como un elem<strong>en</strong>to moderador y apaciguador de la viol<strong>en</strong>cia d<strong>es</strong>atada.<br />
Posteriorm<strong>en</strong>te, <strong>es</strong>a viol<strong>en</strong>cia será transformada y s<strong>en</strong>tida como unánime y<br />
nec<strong>es</strong>aria para ser dirigida, <strong>en</strong> <strong>es</strong>a postrera fase de su camino, contra la<br />
víctima expiatoria 67 .<br />
65 R<strong>en</strong>é Girard, La Viol<strong>en</strong>ce et le Sacré, o.c.. p. 27.<br />
66 Ibid.<br />
67 Id. p. 155.<br />
46
Lo Sagrado-institucionalizado ha culminado <strong>en</strong>tonc<strong>es</strong> una catársis de<br />
sus aspectos numinosos, llevada a cabo a través del miedo y la sangre.<br />
47
2.2. El hecho religioso y su institucionalización .<br />
El camino del miedo y el miedo del dios. La Religión como sanación y<br />
como control del poder. Los milagros: ¿numinoso o sagrado? La<br />
Religión y el mundo de los muertos.<br />
Que el hecho religioso tal como lo contemplamos hoy dia, haya<br />
nacido pr<strong>es</strong>untam<strong>en</strong>te a través de los <strong>es</strong>fuerzos derivados de una<br />
transformación y de una purificación de lo que <strong>en</strong> su mom<strong>en</strong>to fue<br />
Absolutam<strong>en</strong>te Otro, implica a su vez la posibilidad de un cambio inducido <strong>en</strong><br />
sus t<strong>es</strong>tigos. Sin embargo, la constancia de <strong>es</strong>e cambio, acerca de cuya<br />
naturaleza y oportunidad siempre serán posibl<strong>es</strong> la discusión y el d<strong>es</strong>acuerdo,<br />
no puede ocultar algo que también <strong>es</strong> evid<strong>en</strong>te, aunque no se manifi<strong>es</strong>te <strong>en</strong><br />
todos los casos: el hecho religioso conserva todavía d<strong>en</strong>tro de sí huellas muy<br />
d<strong>es</strong>tacadas de su orig<strong>en</strong> numinoso. Por detrás de la civilizada imag<strong>en</strong> que casi<br />
todas las conf<strong>es</strong>ion<strong>es</strong> religiosas pret<strong>en</strong>d<strong>en</strong> ofrecer de sí mismas, suele<br />
aparecer, a la m<strong>en</strong>or oportunidad y tan pronto como se relaj<strong>en</strong> un poco las<br />
cad<strong>en</strong>as simbólico-cognitivas que lo vinculan a nosotros, la figura oscura,<br />
sini<strong>es</strong>tra y trem<strong>en</strong>da de lo Numinoso-primordial.<br />
Y ello supone que no podemos considerar <strong>es</strong>e cambio que hemos<br />
postulado, como una transformación auténticam<strong>en</strong>te cualitativa, sino sólo como<br />
una adaptación oportunista. Sin embargo, a las explosion<strong>es</strong> in<strong>es</strong>peradas de lo<br />
numinoso no tarda <strong>en</strong> suceder la rutina, tal como dice Jean Soler que ocurría<br />
<strong>en</strong> el Templo de Yahveh con los numerosos sacrificios asham o de reparación<br />
que los sacerdot<strong>es</strong> realizaban por <strong>en</strong>cargo, cuando éstos se sucedían unos a<br />
otros sin solución de continuidad <strong>en</strong> un <strong>es</strong>pectáculo sangri<strong>en</strong>to y qui<strong>en</strong><strong>es</strong> los<br />
ofrecían eran colocados <strong>en</strong>tre la multitud, rodeando al altar para contemplar<br />
una ceremonia tras otra sin poder id<strong>en</strong>tificar o singularizar a la víctima que<br />
pr<strong>es</strong><strong>en</strong>taban por sus faltas, confundidas cada una de ellas <strong>en</strong> la serie<br />
ininterrumpida y a vec<strong>es</strong> solapada, de todas las demás. La pr<strong>es</strong><strong>en</strong>cia<br />
t<strong>es</strong>timonial y figurada de lo numinoso había provocado a su vez la modificación<br />
<strong>en</strong> la calidad del sacrificio que, <strong>en</strong> realidad, ya no era nec<strong>es</strong>ario r<strong>en</strong>dir fr<strong>en</strong>te a<br />
la deidad, sino sólo certificar ante la burocracia del templo 68 .<br />
68<br />
Jean Soler, Sacrific<strong>es</strong> et interdits alim<strong>en</strong>tair<strong>es</strong> dans la Bible. Aux origin<strong>es</strong> du Dieu unique. Tome 3,<br />
Hachette, 2006. p. 89 y s.<br />
48
Tal como se mu<strong>es</strong>tra <strong>en</strong> <strong>es</strong>te ejemplo, lo que suele ocurrir cuando<br />
<strong>es</strong>tamos <strong>en</strong> pr<strong>es</strong><strong>en</strong>cia de lo Sagrado-institucionalizado r<strong>es</strong>id<strong>en</strong>te <strong>en</strong> uno de sus<br />
avatar<strong>es</strong> <strong>es</strong>pacio-temporal<strong>es</strong> sin que <strong>en</strong> el mismo se hayan observado cambios<br />
durante mucho tiempo, <strong>es</strong> que los devotos han transformado la ocasionalidad<br />
<strong>en</strong> certidumbre; al no ver nunca al núm<strong>en</strong> ni ser t<strong>es</strong>tigos de sus<br />
manif<strong>es</strong>tacion<strong>es</strong> directas, sólo pued<strong>en</strong> tomar como refer<strong>en</strong>t<strong>es</strong> de su cre<strong>en</strong>cia<br />
los símbolos mejor o peor aut<strong>en</strong>ticados de la deidad y a qui<strong>en</strong><strong>es</strong> se hac<strong>en</strong><br />
pasar por repr<strong>es</strong><strong>en</strong>tant<strong>es</strong> y ministros suyos. Este <strong>es</strong> el mom<strong>en</strong>to <strong>en</strong> que los<br />
colegios sacerdotal<strong>es</strong> conquistan y adoptan el poder de los dios<strong>es</strong>, derivado a<br />
su vez de la pr<strong>es</strong><strong>en</strong>cia terrible de lo numinoso, actuando y hablando <strong>en</strong> su<br />
nombre. El Templo se ha convertido <strong>en</strong> una carnicería sagrada 69 .<br />
Pero no siempre la situación puede mant<strong>en</strong>erse <strong>en</strong> <strong>es</strong>os límit<strong>es</strong>. A<br />
vec<strong>es</strong>, de manera in<strong>es</strong>perada, acontece algo que refuerza, por su extrañeza y<br />
poder sobr<strong>en</strong>atural, la pr<strong>es</strong><strong>en</strong>cia progr<strong>es</strong>ivam<strong>en</strong>te disminuida o d<strong>es</strong>gastada del<br />
num<strong>en</strong>. De pronto un suc<strong>es</strong>o extraordinario hace que, <strong>en</strong> las propiedad<strong>es</strong><br />
<strong>es</strong>pecíficas del <strong>es</strong>pacio y del tiempo sagrados, aparezcan variacion<strong>es</strong> muy<br />
significativas. No <strong>es</strong>tamos ya ante las hierofanías brutal<strong>es</strong> y aterrorizadoras de<br />
épocas anterior<strong>es</strong>, pero son muy claras las señal<strong>es</strong> de que algo<br />
d<strong>es</strong>acostumbrado ha ocurrido.<br />
Esto se aprecia mejor si nos ad<strong>en</strong>tramos <strong>en</strong> uno de los terr<strong>en</strong>os <strong>en</strong><br />
donde se conserva de manera más auténtica la influ<strong>en</strong>cia de lo Numinosoprimordial:<br />
el proceloso y discutido campo de los milagros, ámbito <strong>en</strong> el cual ni<br />
siquiera se si<strong>en</strong>t<strong>en</strong> cómodos la mayoría de los propios ministros o<br />
repr<strong>es</strong><strong>en</strong>tant<strong>es</strong> de los dios<strong>es</strong> o de las institucion<strong>es</strong> religiosas, precisam<strong>en</strong>te<br />
porque el milagro rompe sus expectativas de tranquilidad burocrática y<br />
am<strong>en</strong>aza de alguna manera la administración vicaria de su poder.<br />
Y <strong>es</strong> que los milagros casi nunca ocurr<strong>en</strong> de forma discreta, pu<strong>es</strong><br />
constituy<strong>en</strong> hechos que deb<strong>en</strong> ser conocidos y aclamados, discutidos y, <strong>en</strong><br />
algunas ocasion<strong>es</strong>, también repudiados y negados. Muchos de tal<strong>es</strong><br />
acontecimi<strong>en</strong>tos –extraños, trem<strong>en</strong>dos, a vec<strong>es</strong> aterrador<strong>es</strong> por su misma<br />
naturaleza o por las circunstancias <strong>en</strong> que se produc<strong>en</strong>- se d<strong>es</strong>arrollan con<br />
viol<strong>en</strong>cia o supon<strong>en</strong> un auténtico choque emocional no solo para sus<br />
69 Jean Soler, o.c.. p. 87.<br />
49
protagonistas directos, sino también para los t<strong>es</strong>tigos más o m<strong>en</strong>os próximos al<br />
hecho milagroso. En no pocas ocasion<strong>es</strong>, las primeras víctimas del<br />
acontecimi<strong>en</strong>to milagroso –o cuando m<strong>en</strong>os, qui<strong>en</strong><strong>es</strong> también sal<strong>en</strong><br />
perjudicados- son los propios ministros o sacerdot<strong>es</strong> de la divinidad.<br />
Exist<strong>en</strong> d<strong>es</strong>de luego muchos tipos de milagros. Pero me referiré aquí<br />
–para no caer demasiado lejos de la linea argum<strong>en</strong>tal de <strong>es</strong>te trabajo- sólo a<br />
los que atañ<strong>en</strong> más directam<strong>en</strong>te a la pr<strong>es</strong><strong>en</strong>cia del núm<strong>en</strong> o de la divinidad <strong>en</strong><br />
su santuario. Para examinar uno de ellos, muy repr<strong>es</strong><strong>en</strong>tativo <strong>en</strong> mi opinión de<br />
<strong>es</strong>a clase de hechos extraordinarios, t<strong>en</strong>dremos que retroceder <strong>en</strong> el tiempo<br />
unos cuantos siglos.<br />
Nos <strong>en</strong>contramos <strong>en</strong> el corazón de las montañas que separan León y<br />
Galicia, <strong>en</strong> pl<strong>en</strong>o camino de Santiago y durante una oscura y torm<strong>en</strong>tosa noche<br />
del siglo XIV. En medio de la nieve y el v<strong>en</strong>daval, un vecino se acerca hasta la<br />
pequeña igl<strong>es</strong>ia de O Cebreiro <strong>en</strong> la cual un monje va a celebrar misa. La<br />
igl<strong>es</strong>ia <strong>es</strong>tá vacía. Los elem<strong>en</strong>tos d<strong>es</strong>atados han d<strong>es</strong>animado a los fiel<strong>es</strong> y el<br />
monje comi<strong>en</strong>za sus rezos <strong>en</strong> soledad, acompañado por el gemido del vi<strong>en</strong>to y<br />
por el golpear del granizo <strong>en</strong> los <strong>es</strong>trechos v<strong>en</strong>tanal<strong>es</strong> del templo. De pronto, se<br />
abre la puerta y allí, <strong>en</strong>tre los copos arremolinados por la torm<strong>en</strong>ta, aparece la<br />
figura del vecino, que d<strong>es</strong>ea asistir a la ceremonia.<br />
El monje, se vuelve y le mira por un mom<strong>en</strong>to. Guarda sil<strong>en</strong>cio, pero<br />
pi<strong>en</strong>sa <strong>en</strong> la temeridad que mu<strong>es</strong>tra aquél hombre al d<strong>es</strong>afiar los rigor<strong>es</strong> y<br />
peligros de una noche de temp<strong>es</strong>tad <strong>en</strong> la montaña, sólo para contemplar un<br />
poco de pan y de vino sobre el altar. Y <strong>es</strong>a duda mom<strong>en</strong>tánea, ap<strong>en</strong>as<br />
expr<strong>es</strong>ada, va a d<strong>es</strong><strong>en</strong>cad<strong>en</strong>ar el prodigio: el pan se convierte de pronto <strong>en</strong> un<br />
trozo de carne roja y palpitante, mi<strong>en</strong>tras que <strong>en</strong> el cáliz el vino comi<strong>en</strong>za a<br />
transformarse <strong>en</strong> sangre roja, hirvi<strong>en</strong>do con tanta viol<strong>en</strong>cia que el cont<strong>en</strong>ido<br />
sale de la copa y se derrama por el altar, cubri<strong>en</strong>do de manchas carm<strong>es</strong>í<strong>es</strong> los<br />
li<strong>en</strong>zos que lo revist<strong>en</strong>.<br />
Ese <strong>es</strong> el milagro tal como lo narran las crónicas de aquél tiempo. Un<br />
hecho que, al parecer, conmovió profundam<strong>en</strong>te a muchos de los que llegaron<br />
a conocerlo y que peregrinaron hasta aquellas <strong>es</strong>condidas y salvaj<strong>es</strong> montañas<br />
para contemplar los t<strong>es</strong>timonios de semejante port<strong>en</strong>to, <strong>en</strong>tre ellos los Rey<strong>es</strong><br />
Católicos, que donaron un relicario de oro para conservar <strong>en</strong> él los r<strong>es</strong>tos de<br />
li<strong>en</strong>zo todavía manchados de sangre. Parece que el propio Richard Wagner<br />
50
conoció la ley<strong>en</strong>da y pudo inspirarse <strong>en</strong> ella, según dic<strong>en</strong>, para su Parsifal.<br />
Todavía hoy <strong>es</strong> posible contemplar <strong>en</strong> la igl<strong>es</strong>ia de O Cebreiro los instrum<strong>en</strong>tos<br />
de aquél suc<strong>es</strong>o sobr<strong>en</strong>atural, <strong>es</strong> decir, el cáliz, la pat<strong>en</strong>a y el relicario.<br />
También puede el visitante meditar sobre el significado de <strong>es</strong>tos hechos<br />
extraordinarios perpetuados por la tradición, ante las sepulturas que guardan<br />
los r<strong>es</strong>tos de los dos protagonistas principal<strong>es</strong> del milagro, si excluimos al<br />
núm<strong>en</strong>, d<strong>es</strong>de luego: el monje atorm<strong>en</strong>tado por la Duda y el peregrino cargado<br />
con todo el terrible p<strong>es</strong>o de su fé.<br />
Lo que llama la at<strong>en</strong>ción de manera casi inmediata cuando se<br />
<strong>es</strong>cucha el relato de <strong>es</strong>tos acontecimi<strong>en</strong>tos, <strong>es</strong> la viol<strong>en</strong>cia con la que <strong>en</strong> ellos<br />
se expr<strong>es</strong>ó lo Sagrado, revelando casi sin disimulo ni cuidado alguno <strong>es</strong>a<br />
faceta de lo numinoso que siempre conserva, según queda dicho. La<br />
transformación de la hostia consagrada <strong>en</strong> carne y del vino <strong>en</strong> sangre no <strong>es</strong> tan<br />
infrecu<strong>en</strong>te. Muchos ejemplos de cambios parecidos pued<strong>en</strong> <strong>en</strong>contrarse <strong>en</strong> la<br />
literatura, sobre todo <strong>en</strong> épocas <strong>en</strong> que la Igl<strong>es</strong>ia consideraba nec<strong>es</strong>ario<br />
reforzar las cre<strong>en</strong>cias sobre determinados temas fr<strong>en</strong>te a las influ<strong>en</strong>cias de<br />
movimi<strong>en</strong>tos alternativos, contrarios al canon oficial y considerados heréticos,<br />
como por ejemplo, aquellos que discutían o negaban la pr<strong>es</strong><strong>en</strong>cia real del<br />
cuerpo y la sangre de Cristo <strong>en</strong> las <strong>es</strong>peci<strong>es</strong> de la consagración. Sin embargo,<br />
<strong>en</strong> pocos casos la viol<strong>en</strong>cia de lo Sagrado aparece con tanta fuerza y<br />
expr<strong>es</strong>ividad como <strong>en</strong> <strong>es</strong>te milagro de O Cebreiro.<br />
Por todo lo dicho, cuando hablamos de un milagro, ¿<strong>es</strong>tamos ante<br />
una manif<strong>es</strong>tación de lo numinoso o nos <strong>en</strong>contramos ante una mu<strong>es</strong>tra de lo<br />
Sagrado? Según hemos podido comprobar, el continuum de <strong>es</strong>tados<br />
simbólicos de los que hasta ahora v<strong>en</strong>imos hablando –Numinoso-primordial,<br />
numinoso, numinoso <strong>en</strong> transición hacia lo Sagrado, Sagrado, Sagradoinstitucionalizado<br />
y Religioso- repr<strong>es</strong><strong>en</strong>ta la serie no exhaustiva de <strong>es</strong>tadios<br />
que puede mostrar una fuerza (sobre cuyo orig<strong>en</strong> exist<strong>en</strong> innumerabl<strong>es</strong> teorías)<br />
aparecidos como cristalizacion<strong>es</strong> que surg<strong>en</strong> <strong>en</strong> el ámbito de una matriz de<br />
d<strong>es</strong>pliegue simbólico.<br />
Naturalm<strong>en</strong>te, <strong>es</strong>os <strong>es</strong>tadios no pued<strong>en</strong> pr<strong>es</strong><strong>en</strong>tarse como<br />
matizacion<strong>es</strong> ni como repr<strong>es</strong><strong>en</strong>tacion<strong>es</strong> absolutas. Si bi<strong>en</strong> podemos<br />
considerarlos como <strong>en</strong>tidad<strong>es</strong> singularizadas a fin<strong>es</strong> del <strong>es</strong>tudio, tambi<strong>en</strong> <strong>es</strong><br />
muy posible que los <strong>en</strong>contremos distribuidos de manera aleatoria, sin que se<br />
51
vean obligados a ord<strong>en</strong>arse ni <strong>en</strong> <strong>es</strong>a suc<strong>es</strong>ión que hemos d<strong>es</strong>crito, ni <strong>en</strong><br />
ninguna otra.<br />
En tal s<strong>en</strong>tido, todos los milagros pued<strong>en</strong> considerarse como una<br />
ruptura del órd<strong>en</strong> natural de las cosas, por lo que, t<strong>en</strong>i<strong>en</strong>do <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta sus<br />
particular<strong>es</strong> formas de expr<strong>es</strong>ar <strong>es</strong>a ruptura, parece que se corr<strong>es</strong>ponderían<br />
mejor con una fase más próxima a lo numinoso que a lo religiosoinstitucionalizado<br />
aunque, según parece, suel<strong>en</strong> <strong>en</strong>contrarse con mayor<br />
frecu<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> ésta última cristalización de lo Sagrado. De ello habrá que<br />
deducir, si d<strong>es</strong>eamos mant<strong>en</strong>er a efectos del análisis aquel continuum<br />
diacrónico de acontecimi<strong>en</strong>tos que abarca d<strong>es</strong>de lo numinoso hasta lo Sagrado<br />
al que ant<strong>es</strong> me he referido, que los milagros se corr<strong>es</strong>pond<strong>en</strong> más bi<strong>en</strong> con<br />
r<strong>es</strong>iduos de lo numinoso incrustados <strong>en</strong> la faz, ya normativizada y equilibrada<br />
<strong>en</strong> el s<strong>en</strong>o de la conviv<strong>en</strong>cia humana, de lo Sagrado dev<strong>en</strong>ido <strong>en</strong> Religioso.<br />
No será éste de los milagros el único aspecto de dicho continuum,<br />
que se mu<strong>es</strong>tre capaz de poner <strong>en</strong> evid<strong>en</strong>cia la naturaleza ambigua y<br />
paradójica de cada una de sus cristalizacion<strong>es</strong> y, d<strong>en</strong>tro de <strong>es</strong>a característica<br />
polival<strong>en</strong>te, de revelar la perman<strong>en</strong>cia de lo numinoso incluso <strong>en</strong> las<br />
elaboracion<strong>es</strong> simbólicas más reci<strong>en</strong>t<strong>es</strong> de lo Sagrado y de lo Sagradoinstitucionalizado.<br />
Así, r<strong>es</strong>ultará relativam<strong>en</strong>te s<strong>en</strong>cillo d<strong>es</strong>lizarse d<strong>es</strong>de el<br />
ámbito milagroso y extremadam<strong>en</strong>te ritualizado de lo Religioso para examinar,<br />
con una perspectiva semejante a la que hemos utilizado ant<strong>es</strong>, el mundo<br />
oscuro, misterioso y extraño de los muertos. En realidad, el viaje hacia el Más<br />
Allá o hacia el Ultramundo, vi<strong>en</strong>e a ser una mu<strong>es</strong>tra más de cómo lo religioso<br />
institucionalizado puede conservar aspectos muy propios e id<strong>en</strong>tificados con lo<br />
numinoso más primordial.<br />
Como <strong>es</strong> sabido, <strong>en</strong> todas las culturas existe una int<strong>en</strong>sa relación<br />
simbólica y factual <strong>en</strong>tre la Religión y el mundo de los Muertos. Lo que ya no<br />
r<strong>es</strong>ulta tan obvio <strong>es</strong> el vínculo, mant<strong>en</strong>ido de una manera profunda y constante<br />
<strong>en</strong>tre el mundo de los muertos o de los <strong>es</strong>píritus y lo Numinoso-primordial, <strong>es</strong><br />
decir, el camino que, d<strong>es</strong>de el Más Allá, conduce hacia el refugio secreto donde<br />
moran <strong>es</strong>as formas d<strong>es</strong>conocidas y misteriosas de <strong>en</strong>ergía, consideradas como<br />
externas y aj<strong>en</strong>as a lo humano pero que, no obstante, ejerc<strong>en</strong> sobre nosotros<br />
una influ<strong>en</strong>cia tan extraordinaria. El camino de los muertos puede conducir<br />
d<strong>es</strong>de nu<strong>es</strong>tro mundo hacia el Otro, pero, cuando aquellos que por él viajan –<br />
52
debido a la nec<strong>es</strong>idad ineludible de la muerte o por causa de su dedicación- se<br />
v<strong>en</strong> obligados a cruzar el <strong>es</strong>pacio-frontera que separa ambos continuos<br />
<strong>es</strong>pacio-temporal<strong>es</strong>, bi<strong>en</strong> fácilm<strong>en</strong>te pued<strong>en</strong> <strong>en</strong>contrarse con lo Numinosoprimordial<br />
que vi<strong>en</strong>e, que se aproxima a nu<strong>es</strong>tro lado del Mundo y observarlo<br />
<strong>en</strong> casi toda su amplitud, incluso, experim<strong>en</strong>tar las consecu<strong>en</strong>cias de una<br />
exposición directa a su influ<strong>en</strong>cia, la cual podría r<strong>es</strong>ultar fatal para el t<strong>es</strong>tigo <strong>en</strong><br />
cualquier otra circunstancia, pero que <strong>en</strong> <strong>es</strong>a tal vez sea posible neutralizar de<br />
una manera mejor.<br />
Lo Numinoso-primordial utiliza con frecu<strong>en</strong>cia <strong>es</strong>a via de <strong>en</strong>lace<br />
abierta <strong>en</strong>tre el Más Allá y nu<strong>es</strong>tro mundo y no r<strong>es</strong>ulta extraño que, una vez <strong>en</strong><br />
camino, las condicion<strong>es</strong> del paso a través del <strong>es</strong>pacio-frontera produzcan por sí<br />
mismas una adecuación de las condicion<strong>es</strong> meta-humanas de aquella Entidad<br />
para transformarlas –siquiera provisionalm<strong>en</strong>te- <strong>en</strong> las más adecuadas de lo<br />
religioso, sean éstas cual<strong>es</strong> fuer<strong>en</strong>, dep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>do de la experi<strong>en</strong>cia y de los<br />
sistemas de cre<strong>en</strong>cias <strong>en</strong> que hayan sido socializados los individuos. En el<br />
Bardo-Thödol tibetano se d<strong>es</strong>cribe como el muerto, <strong>en</strong> su camino recién<br />
empr<strong>en</strong>dido, puede observar una luz cuyo ser verdadero no sabe reconocer.<br />
En <strong>es</strong>e mom<strong>en</strong>to del tránsito <strong>en</strong>tre un mundo y otro: Cuando aum<strong>en</strong>tan las<br />
vision<strong>es</strong>, la revelación de la naturaleza del ser se hace más terrible, según la<br />
experi<strong>en</strong>cia que ha adquirido el hombre a lo largo de su vida…el temor lo<br />
produc<strong>en</strong> ahora difer<strong>en</strong>t<strong>es</strong> aparicion<strong>es</strong> <strong>es</strong>pantosas…Aparec<strong>en</strong> los Herukas…<br />
que llevan los mismos emblemas de los cinco Budas ¡aunque sean tan<br />
<strong>es</strong>pantosos como para paralizar a un muerto! 70 . La experi<strong>en</strong>cia multisecular y<br />
la sabiduría <strong>en</strong>cerrada <strong>en</strong> el texto citado, permit<strong>en</strong> que, o bi<strong>en</strong> el propio difunto,<br />
adecuadam<strong>en</strong>te instruido, sepa reaccionar ante tal<strong>es</strong> Pr<strong>es</strong><strong>en</strong>cias, o que <strong>en</strong> tal<br />
situación, pueda ser auxiliado por un <strong>es</strong>pecialista. En <strong>es</strong>te texto se indica,<br />
además, que el aspecto terrible y paralizante de las fuerzas de lo numinoso<br />
repr<strong>es</strong><strong>en</strong>tadas por los Herukas <strong>es</strong> debido, sobre todo, al d<strong>es</strong>conocimi<strong>en</strong>to del<br />
observador, pu<strong>es</strong> Herukas y Budas son dos aspectos de la misma y única<br />
realidad que <strong>es</strong> nec<strong>es</strong>ario apr<strong>en</strong>der a distinguir.<br />
También d<strong>es</strong>de el antiguo Egipto nos llegan t<strong>es</strong>timonios de la<br />
exist<strong>en</strong>cia de poder<strong>es</strong> peligrosos que permanecían al acecho <strong>en</strong>tre las sombras<br />
70<br />
Bardo-Thödol. El Libro tibetano de los Muertos. Versión de Eva K. Dargyay. Editorial Edaf. Madrid,<br />
1997. p. 145-146.<br />
53
del Otro Mundo y que atacaban, si podían, a las almas que llevaban a cabo su<br />
viaje hacia la morada de los dios<strong>es</strong>. El Libro de los Muertos egipcio, elem<strong>en</strong>to<br />
literario y religioso que recoge las <strong>en</strong>señanzas que provi<strong>en</strong><strong>en</strong> de la tradición y<br />
de la sabiduría mil<strong>en</strong>arias de aquél pueblo, mu<strong>es</strong>tra <strong>en</strong> alguna de sus fórmulas<br />
y s<strong>en</strong>t<strong>en</strong>cias la manera <strong>en</strong> que se han de sortear <strong>es</strong>os peligros y evitar tal<strong>es</strong><br />
<strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tros con las <strong>en</strong>tidad<strong>es</strong> de lo numinoso-primordial, además de impedir<br />
que dichas fuerzas puedan llegar hasta nu<strong>es</strong>tro mundo como muertos<br />
peligrosos 71 .<br />
En nu<strong>es</strong>tros dias, lo Religioso –<strong>es</strong>e aspecto institucionalizado y más<br />
cercano a nosotros de lo Sagrado- continúa formando un dique simbólico y<br />
efectivo –y tanto más efectivo <strong>en</strong> razón de que <strong>es</strong> simbólico- dispu<strong>es</strong>to fr<strong>en</strong>te a<br />
las fuerzas oscuras que, d<strong>es</strong>de el otro lado de los límit<strong>es</strong> <strong>es</strong>tablecidos por las<br />
elaboracion<strong>es</strong> cultural<strong>es</strong>, no han dejado de acechar a los ser<strong>es</strong> humanos d<strong>es</strong>de<br />
el principio de los tiempos. Nu<strong>es</strong>tras relacion<strong>es</strong> con el mundo de los muertos<br />
pose<strong>en</strong> un aspecto irracional, casi podríamos decir, numinoso, pu<strong>es</strong> de la<br />
misma manera <strong>en</strong> que Otto <strong>en</strong>globa <strong>en</strong> <strong>es</strong>e término al conjunto actuante de<br />
unas fuerzas indecibl<strong>es</strong>, misteriosas y aterradoras, todo lo que atañe al<br />
Ultramundo y a sus habitant<strong>es</strong> sigue d<strong>es</strong>pertando <strong>en</strong> la mayoría de los<br />
individuos temor y angustia sin límit<strong>es</strong>.<br />
71 Por ejemplo, cuando <strong>es</strong> nec<strong>es</strong>ario evitar a Apofis, demonio ind<strong>es</strong>tructible r<strong>es</strong>id<strong>en</strong>te <strong>en</strong> el cielo <strong>en</strong> forma<br />
de serpi<strong>en</strong>te y que de continuo, dia y noche, int<strong>en</strong>taba atacar la barca cel<strong>es</strong>te de Re. Ver Libro de los<br />
Muertos, edición de Federico Lara Peinado, Ed. Tecnos, Madrid, 1989. p. 17.<br />
54
2.3. El hecho chamánico.<br />
D<strong>es</strong>de la llamada hasta la función social del chamán. Las formas de una<br />
posible experi<strong>en</strong>cia de actuación de lo numinoso: elección, d<strong>es</strong>pedazami<strong>en</strong>to y<br />
r<strong>en</strong>acimi<strong>en</strong>to del candidato. Transformación de lo numinoso a partir del <strong>es</strong>tado<br />
de conci<strong>en</strong>cia chamánico<br />
La religión –tal como la conocemos <strong>en</strong> nu<strong>es</strong>tros días o rev<strong>es</strong>tida con<br />
el aspecto que pr<strong>es</strong><strong>en</strong>ta <strong>en</strong>tre los pueblos y civilizacion<strong>es</strong> que han<br />
experim<strong>en</strong>tado un d<strong>es</strong>arrollo de lo institucionalizado-religioso a lo largo de los<br />
tiempos históricos- no <strong>es</strong> el único medio de expr<strong>es</strong>ar las manif<strong>es</strong>tacion<strong>es</strong> de lo<br />
Sagrado, ni tampoco la única alternativa que haga posible reaccionar fr<strong>en</strong>te a<br />
las <strong>en</strong>ergías misteriosas de lo Numinoso-primordial, cuando éstas se<br />
manifi<strong>es</strong>tan.<br />
Entre las modalidad<strong>es</strong> o formas que los ser<strong>es</strong> humanos han<br />
d<strong>es</strong>arrollado con <strong>es</strong>e fin, <strong>es</strong> decir, habilitándose para reaccionar ante las<br />
manif<strong>es</strong>tacion<strong>es</strong> muchas vec<strong>es</strong> extrañas y hostil<strong>es</strong> que acarrea la división del<br />
continuum <strong>es</strong>pacio-temporal <strong>en</strong> dos fraccion<strong>es</strong> – lo sagrado y lo profano- el<br />
chamanismo r<strong>es</strong>ulta ser, quizá, una de las más antigüas y también una de las<br />
más original<strong>es</strong>, pu<strong>es</strong>, según apunta la psicóloga Jean Houston, a p<strong>es</strong>ar de los<br />
mil<strong>en</strong>ios que llevan d<strong>es</strong>arrollándose las actividad<strong>es</strong>, ritual<strong>es</strong> y prácticas<br />
chamánicas y de la ext<strong>en</strong>sión de ellas a casi todas las culturas antiguas y<br />
modernas, el chamanismo siempre ha sido y continúa si<strong>en</strong>do hoy, allí donde<br />
todavía se conserva, una forma posible de vivir experi<strong>en</strong>cias religiosas sin<br />
pasar por las <strong>es</strong>tructuras impu<strong>es</strong>tas de una igl<strong>es</strong>ia o de una doctrina 72 . No la<br />
única, d<strong>es</strong>de luego, pero si una de las más important<strong>es</strong>.<br />
La tradición chamánica de la mayoría de los pueblos antiguos y<br />
modernos de los que t<strong>en</strong>emos noticia, recoge algo que casi podría ser<br />
considerado como uno de <strong>es</strong>os universal<strong>es</strong> con los que se fundam<strong>en</strong>ta la<br />
propia experi<strong>en</strong>cia humana: la exist<strong>en</strong>cia, <strong>en</strong> el principio de los tiempos, de un<br />
mundo absolutam<strong>en</strong>te distinto al que hoy nos toca vivir. Un mundo <strong>en</strong> el que<br />
siempre se gozaba de paz, felicidad y armonía con el universo. Un mundo <strong>en</strong> el<br />
que no existía la muerte ni la <strong>en</strong>fermedad y del que se hallaban excluidas todas<br />
las d<strong>es</strong>gracias. Un mundo <strong>en</strong> el cual la comunicación directa e inmediata con<br />
72 Jean Houston, Le <strong>es</strong>prit el l´âme du chaman. En « Anthologie du chamanisme. Vers une consci<strong>en</strong>ce<br />
élargie de la réalité ». Le Mail- Éd. Du Rocher, 2003. p. 9.<br />
55
los dios<strong>es</strong> <strong>es</strong>taba asegurada y derramaba calma y sosiego sin límit<strong>es</strong> sobtre los<br />
ser<strong>es</strong> humanos.<br />
Pero <strong>es</strong>e mundo se perdió. O mejor dicho, se transformó<br />
completam<strong>en</strong>te a raiz de una <strong>es</strong>pecie de cataclismo o conmoción g<strong>en</strong>eral de la<br />
que han guardado memoria todas las tradicion<strong>es</strong>. Interrumpida la comunicación<br />
con los dios<strong>es</strong>, la oscuridad y la muerte se <strong>en</strong>señorearon de la exist<strong>en</strong>cia<br />
humana. D<strong>es</strong>aparecido por completo <strong>es</strong>e mundo ideal del principio, el cosmos<br />
quedó fragm<strong>en</strong>tado o separado <strong>en</strong> tr<strong>es</strong> nivel<strong>es</strong>: el mundo inferior o reino de los<br />
muertos, el plano intermedio que corr<strong>es</strong>ponde a nu<strong>es</strong>tro mundo cotidiano y el<br />
ámbito superior, morada de los dios<strong>es</strong> y de cierto tipo de <strong>en</strong>tidad<strong>es</strong> <strong>es</strong>piritual<strong>es</strong><br />
que no siempre r<strong>es</strong>ultan ser b<strong>en</strong>ignas o <strong>es</strong>tar bi<strong>en</strong> dispu<strong>es</strong>tas hacia los ser<strong>es</strong><br />
humanos. Sólo el chamán –d<strong>es</strong>pués de una larga, metódica y compleja<br />
preparación- puede atrav<strong>es</strong>ar las barreras que separan <strong>es</strong>tos mundos tan<br />
dispar<strong>es</strong> y, sobre todo, sólo él <strong>es</strong> capaz de regr<strong>es</strong>ar a nu<strong>es</strong>tro mundo con éxito,<br />
tras haber realizado <strong>en</strong> los reinos del Más Allá diversos tipos de mision<strong>es</strong> y<br />
tareas impu<strong>es</strong>tas por su oficio.<br />
El chamán <strong>es</strong> por tanto, además de algunas otras cosas, un<br />
mediador <strong>en</strong>tre nu<strong>es</strong>tro mundo y los mundos superior e inferior, <strong>en</strong> los que<br />
moran las divinidad<strong>es</strong>, los demonios, ciertas <strong>en</strong>tidad<strong>es</strong> de naturaleza poco<br />
conocida y, d<strong>es</strong>de luego, también las almas de los muertos y los <strong>es</strong>píritus<br />
d<strong>es</strong><strong>en</strong>carnados. Muy probablem<strong>en</strong>te <strong>es</strong> d<strong>es</strong>de <strong>es</strong>os mundos de donde<br />
provi<strong>en</strong><strong>en</strong> las manif<strong>es</strong>tacion<strong>es</strong> de lo Numinoso-primordial que los chaman<strong>es</strong><br />
deb<strong>en</strong> controlar mediante sus técnicas. Y el d<strong>es</strong>empeñar con acierto <strong>es</strong>e papel<br />
fundam<strong>en</strong>tal determina no sólo la tranquilidad del grupo humano que ti<strong>en</strong>e<br />
depositada su confianza <strong>en</strong> dicho <strong>es</strong>pecialista, sino también la integridad y la<br />
salud psíquica del propio chamán.<br />
En la inevitable confrontación que, tarde o temprano, termina por<br />
surgir durante la conviv<strong>en</strong>cia de los ser<strong>es</strong> humanos con todas las<br />
manif<strong>es</strong>tacion<strong>es</strong> de tipo sobr<strong>en</strong>atural o extraordinario que pued<strong>en</strong> producirse,<br />
d<strong>es</strong>tacan sin duda las relativas a lo numinoso. Tal como hemos visto, los<br />
<strong>es</strong>pecialistas de lo Sagrado-institucionalizado pued<strong>en</strong> hacerl<strong>es</strong> fr<strong>en</strong>te mediante<br />
el concurso de un aparato ritual complejo. De lo que se trata ahora <strong>es</strong> de<br />
comprobar que <strong>es</strong>os otros <strong>es</strong>pecialistas que son los chaman<strong>es</strong>, aun no<br />
siéndolo exclusivam<strong>en</strong>te d<strong>es</strong>de el punto de vista religioso, ya que el<br />
56
chamanismo <strong>es</strong> un f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o que abarca un campo más amplio, si pose<strong>en</strong> <strong>en</strong><br />
efecto un sistema propio de control y canalización de lo numinoso<br />
perfectam<strong>en</strong>te adecuado para las circunstancias por las que atravi<strong>es</strong>an <strong>en</strong> sus<br />
funcion<strong>es</strong> <strong>es</strong>pecíficas.<br />
Si hemos de hacer caso a Eliade, el chamán <strong>es</strong> sobre todo un<br />
<strong>es</strong>pecialista particularm<strong>en</strong>te acreditado <strong>en</strong> el viaje extático –d<strong>en</strong>tro de cuyo<br />
campo de acción se cu<strong>en</strong>tan, <strong>en</strong>tre otras funcion<strong>es</strong>, tanto el vuelo mágico como<br />
la magische Flucht o huida mágica sobre los que hablaré <strong>en</strong> los próximos<br />
epígraf<strong>es</strong>- y también <strong>en</strong> las relacion<strong>es</strong> con el mundo de los <strong>es</strong>píritus y de los<br />
dios<strong>es</strong>. No <strong>es</strong> por tanto un sacerdote ni un hechicero <strong>en</strong> s<strong>en</strong>tido <strong>es</strong>tricto, aun<br />
cuando pueda d<strong>es</strong>empeñar tal<strong>es</strong> funcion<strong>es</strong> <strong>en</strong> determinadas circunstancias.<br />
Por las mismas razon<strong>es</strong>, tampoco los hechiceros y sacerdot<strong>es</strong> al uso pued<strong>en</strong><br />
considerarse incluidos d<strong>en</strong>tro del rango de los chaman<strong>es</strong>, si bi<strong>en</strong> pued<strong>en</strong><br />
coincidir a vec<strong>es</strong> <strong>en</strong> <strong>es</strong>os d<strong>es</strong>empeños o <strong>en</strong> el tratami<strong>en</strong>to y control de sus<br />
consecu<strong>en</strong>cias.<br />
Estamos hablando, por tanto, de <strong>es</strong>pecialistas <strong>en</strong> el manejo de lo<br />
Sagrado <strong>en</strong> varios de sus aspectos y <strong>en</strong> algunas ocasion<strong>es</strong>, t<strong>es</strong>tigos de las<br />
manif<strong>es</strong>tacion<strong>es</strong> de lo numinoso, a las cual<strong>es</strong> pued<strong>en</strong> canalizar y adecuar a los<br />
límit<strong>es</strong> humanos, pero <strong>en</strong> cualquier caso, difer<strong>en</strong>t<strong>es</strong> a los que nos <strong>en</strong>contramos<br />
<strong>en</strong> el ámbito de lo religioso-institucionalizado. Tal<strong>es</strong> difer<strong>en</strong>cias atañ<strong>en</strong> tanto al<br />
señalami<strong>en</strong>to o sistema <strong>es</strong>tablecido para <strong>es</strong>coger a los futuros chaman<strong>es</strong>,<br />
como a la formación técnica y <strong>es</strong>piritual que éstos recibirán durante su<br />
apr<strong>en</strong>dizaje.<br />
En primer lugar, el hecho de que algui<strong>en</strong>, <strong>en</strong> un mom<strong>en</strong>to dado de su<br />
vida, quiera ser chamán o dedicarse a <strong>es</strong>e m<strong>en</strong><strong>es</strong>ter, se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra según creo<br />
mucho más vinculado a la actuación de lo numinoso de lo que suele ocurrir<br />
cuando hablamos de un sacerdote o de un hechicero <strong>en</strong> idéntica circunstancia.<br />
En numerosos ejemplos que podemos observar recogidos <strong>en</strong> la literatura<br />
<strong>es</strong>pecializada 73 , <strong>es</strong> posible poner de relieve un rasgo relacionado con la<br />
elección de los chaman<strong>es</strong>, que difícilm<strong>en</strong>te aparece <strong>en</strong> las promocion<strong>es</strong> de los<br />
otros <strong>es</strong>pecialistas: <strong>es</strong>to <strong>es</strong>, la r<strong>es</strong>ist<strong>en</strong>cia a vec<strong>es</strong> <strong>en</strong>carnizada del candidato a<br />
recibir <strong>es</strong>a inv<strong>es</strong>tidura. La confrontación que <strong>en</strong>tonc<strong>es</strong> se plantea <strong>en</strong>tre la<br />
73<br />
En el detallado y clásico trabajo de Mircea Eliade, El chamanismo y las técnicas arcaicas del éxtasis,<br />
hallamos muchos de <strong>es</strong>tos casos.<br />
57
divinidad y el individuo que no acepta tal <strong>en</strong>comi<strong>en</strong>da, suele pr<strong>es</strong><strong>en</strong>tar un<br />
d<strong>es</strong><strong>en</strong>lace dramático que demu<strong>es</strong>tra con una gran claridad el carácter invasivo<br />
y trem<strong>en</strong>do de lo numinoso, que se proyecta hacia el ámbito humano de una<br />
manera brutal ante la que dificilm<strong>en</strong>te cabe la opción de r<strong>es</strong>istirse.<br />
En segundo lugar, la actuación de lo numinoso sobre el individuo<br />
<strong>es</strong>cogido para ser chamán, supone por un lado, la completa aniquilación<br />
simbólica de su <strong>es</strong>tructura corporal y anímica –el candidato sufre la experi<strong>en</strong>cia<br />
de ser d<strong>es</strong>pedazado por los dios<strong>es</strong> o por los demonios, lo que demu<strong>es</strong>tra<br />
precisam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> dicha ambival<strong>en</strong>cia el auténtico rostro de lo numinoso- y por<br />
otro, su posterior recomposición cuando <strong>es</strong>as pot<strong>en</strong>cias sobr<strong>en</strong>atural<strong>es</strong> le<br />
proporcionan órganos y miembros nuevos –incluy<strong>en</strong>do a vec<strong>es</strong> la carne que<br />
recubre sus hu<strong>es</strong>os 74 - de tal manera que el individuo que surge al final del<br />
proc<strong>es</strong>o, no sólo <strong>es</strong>tá señalado por lo numinoso o por lo sagrado <strong>en</strong> su caso,<br />
sino que <strong>es</strong> un individuo nuevo y r<strong>en</strong>acido o vuelto a crear por las pot<strong>en</strong>cias<br />
sobr<strong>en</strong>atural<strong>es</strong>.<br />
Estos dos son los rasgos que distingu<strong>en</strong> netam<strong>en</strong>te al chamán de los<br />
demás <strong>es</strong>pecialistas de lo sagrado-institucionalizado, y que, al mismo tiempo,<br />
le acerca más que a ellos a <strong>es</strong>a fu<strong>en</strong>te de la que parte lo Numinoso-primordial<br />
<strong>en</strong> sus proyeccion<strong>es</strong> hacia el ámbito humano. Así, tanto <strong>en</strong> sus d<strong>es</strong>empeños<br />
como <strong>en</strong> su <strong>es</strong>pecialización, el chamán se halla más próximo a lo Numinosoprimordial<br />
que cual<strong>es</strong>quiera otros <strong>es</strong>pecialistas semejant<strong>es</strong> o más<br />
evolucionados de lo Sagrado o de lo Sagrado-institucionalizado, pero no por<br />
razón de un mayor primitivismo de su práctica, sino precisam<strong>en</strong>te, debido al<br />
orig<strong>en</strong> y a la modalidad de su inv<strong>es</strong>tidura.<br />
Otro aspecto que define la singularidad del hecho chamánico <strong>es</strong> la<br />
aparición <strong>en</strong> sus practicant<strong>es</strong> de los d<strong>en</strong>ominados <strong>es</strong>tados alterados de<br />
conci<strong>en</strong>cia o <strong>es</strong>tado de conci<strong>en</strong>cia chamánica (ECC) 75 mediante los cual<strong>es</strong><br />
será posible una mejor interrelación con lo numinoso, una adecuación más<br />
afinada ante la pr<strong>es</strong><strong>en</strong>cia de <strong>es</strong>as fuerzas extrañas, innombrabl<strong>es</strong> y peligrosas<br />
fr<strong>en</strong>te a las cual<strong>es</strong> el chamán deberá actuar innumerabl<strong>es</strong> vec<strong>es</strong> a lo largo de<br />
74<br />
Es la reducción al <strong>es</strong>tado de <strong>es</strong>queleto tan importante <strong>en</strong> los proc<strong>es</strong>os iniciáticos de los novicios<br />
chaman<strong>es</strong> y que también d<strong>es</strong>cribe Eliade<br />
75<br />
Según d<strong>en</strong>ominación de Michael Harner, prof<strong>es</strong>or y antiguo Director del Departam<strong>en</strong>to de<br />
Antropología de la New School for Social R<strong>es</strong>earch de New York. Neochamán y fundador, además, de un<br />
c<strong>en</strong>tro de Estudios Chamánicos <strong>en</strong> Connecticut. Ver S. Nicholson (Ed.), Anthologie du chamanisme. Vers<br />
une consci<strong>en</strong>ce élargie de la réalité, p. 31 y s.<br />
58
su vida como <strong>es</strong>pecialista. Es quizá culminando tal<strong>es</strong> <strong>es</strong>tados de conci<strong>en</strong>cia<br />
cuando el chamán repr<strong>es</strong><strong>en</strong>ta verdaderam<strong>en</strong>te la posición más auténtica de lo<br />
humano <strong>en</strong> relación con lo numinoso. Ante la extrañeza y lo aj<strong>en</strong>o que supone<br />
<strong>es</strong>a fuerza terrible que actúa sobre el universo de los hombr<strong>es</strong>, el practicante<br />
chamán no aparece d<strong>es</strong>nudo ni d<strong>es</strong>provisto de cualquier posibilidad de<br />
r<strong>es</strong>ist<strong>en</strong>cia, sino que él mismo, mediante su práctica, se eleva, por decirlo así,<br />
hasta un nivel simbólico-cognitivo equival<strong>en</strong>te a dicha fuerza primordial o,<br />
cuando m<strong>en</strong>os, se coloca <strong>en</strong> un <strong>es</strong>tado corporal y m<strong>en</strong>tal –pu<strong>es</strong> el <strong>es</strong>tado<br />
alterado de conci<strong>en</strong>cia afecta a los dos planos de la exist<strong>en</strong>cia- que manti<strong>en</strong>e<br />
un cierto grado de indep<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia s<strong>en</strong>sorial y al mismo tiempo, de capacidad<br />
para actuar a nivel<strong>es</strong> mucho más sutil<strong>es</strong> y finos que aquellas que sería posible<br />
alcanzar con una s<strong>en</strong>sibilidad normalizada.<br />
Tal posibilidad de actuación llevando a cabo una conexión <strong>en</strong>tre<br />
poder<strong>es</strong> de rango semejante, produce asimismo modificacion<strong>es</strong> sobre lo<br />
numinoso, igual que ocurre <strong>en</strong> el plano de acción de lo religioso. El paso d<strong>es</strong>de<br />
lo numinoso hacia lo Sagrado <strong>es</strong> por tanto consecu<strong>en</strong>cia de un proc<strong>es</strong>o cultural<br />
que puede manif<strong>es</strong>tarse, al m<strong>en</strong>os, <strong>en</strong> <strong>es</strong>as dos formas singular<strong>es</strong> –lo religioso<br />
y lo chamánico- sin que ello implique la satisfacción de ninguna nec<strong>es</strong>idad de<br />
comparación ni de competición <strong>en</strong>tre dichas formas. Cada una de ellas se<br />
expr<strong>es</strong>a a su modo y <strong>en</strong> sus condicion<strong>es</strong> históricas o <strong>en</strong> su continuum <strong>es</strong>paciotemporal<br />
concreto.<br />
Este hecho de transformación o de adecuación de un poder de<br />
características tan absolutam<strong>en</strong>te extrañas como lo numinoso-primordial<br />
mediante la actuación del chamán transportado hasta un <strong>es</strong>tado <strong>es</strong>pecial de<br />
conci<strong>en</strong>cia, será posible tan solo <strong>en</strong> determinadas circunstancias y cuando el<br />
practicante reuna ciertas condicion<strong>es</strong>. En ningún caso, ni el chamán ni los que<br />
puedan demandar sus servicios, pret<strong>en</strong>derán que <strong>es</strong>a modificación sea<br />
perman<strong>en</strong>te, ni mucho m<strong>en</strong>os querrán obt<strong>en</strong>er un b<strong>en</strong>eficio o conseguir un<br />
comportami<strong>en</strong>to favorable de tal<strong>es</strong> fuerzas sin proporcionar algo a cambio. El<br />
do ut d<strong>es</strong> sería <strong>en</strong> <strong>es</strong>te instante crucial una norma nec<strong>es</strong>aria para que se<br />
d<strong>es</strong>arrolle una relación biunívoca equilibrada <strong>en</strong>tre los humanos y lo numinoso<br />
ya dev<strong>en</strong>ido <strong>en</strong> Sagrado a través, precisam<strong>en</strong>te, de dicha relación.<br />
La posibilidad de <strong>es</strong>tablecer un equilibrio r<strong>es</strong>pecto a la actuación de<br />
lo numinoso <strong>en</strong> el ámbito humano, implica ya el comi<strong>en</strong>zo de la transformación<br />
59
de aquello a lo que hemos d<strong>en</strong>ominado Absolutam<strong>en</strong>te otro <strong>en</strong> algo más<br />
acc<strong>es</strong>ible a los métodos de análisis y más fácil de abordar por los proc<strong>es</strong>os<br />
mediante los cual<strong>es</strong> se <strong>es</strong>tablece una imag<strong>en</strong> coher<strong>en</strong>te del mundo, una<br />
cosmovisión o, simplem<strong>en</strong>te, una manera de <strong>es</strong>tar <strong>en</strong> el s<strong>en</strong>o de una <strong>es</strong>tructura<br />
social determinada. El chamán suele participar <strong>en</strong> la r<strong>es</strong>olución de problemas<br />
comun<strong>es</strong> a la mayoría de los ser<strong>es</strong> humanos, como los relativos a la salud del<br />
cuerpo y del <strong>es</strong>píritu, o aquellos otros más directam<strong>en</strong>te relacionados con los<br />
sistemas de cre<strong>en</strong>cias característicos de cada grupo social. Debemos<br />
considerar que la acción directa de lo numinoso va a condicionar <strong>en</strong> ciertos<br />
casos las r<strong>es</strong>pu<strong>es</strong>tas que los grupos humanos tratan de dar a sus<br />
planteami<strong>en</strong>tos trasc<strong>en</strong>d<strong>en</strong>tal<strong>es</strong> y que <strong>es</strong> <strong>en</strong> el d<strong>es</strong>arrollo de dichos proc<strong>es</strong>os<br />
cuando el chamán intervi<strong>en</strong>e como un ag<strong>en</strong>te <strong>es</strong>pecializado <strong>en</strong> <strong>es</strong>tablecer<br />
contactos con aquellas fuerzas y <strong>en</strong> controlar sus manif<strong>es</strong>tacion<strong>es</strong>.<br />
El chamán repr<strong>es</strong><strong>en</strong>ta una realidad alternativa y también una<br />
convicción que aparece íntimam<strong>en</strong>te vinculada con ella: la de que <strong>es</strong> posible<br />
acceder a una conci<strong>en</strong>cia ampliada de la realidad que nos <strong>en</strong>vuelve. D<strong>en</strong>tro de<br />
las posibilidad<strong>es</strong> que proporciona dicha conci<strong>en</strong>cia ampliada se cu<strong>en</strong>tan las<br />
que permit<strong>en</strong> actuar <strong>en</strong> el terr<strong>en</strong>o de lo numinoso primordial con una cierta<br />
seguridad y con la d<strong>es</strong><strong>en</strong>voltura proporcionada por la pos<strong>es</strong>ión y el dominio de<br />
un conjunto complejo de técnicas y de procedimi<strong>en</strong>tos. Porque el chamán<br />
puede r<strong>es</strong>tituir un poder perdido con la misma facilidad que <strong>es</strong> capaz de<br />
recuperar un alma extraviada <strong>en</strong> los procelosos territorios del Más Allá,<br />
arrancándoselos, <strong>en</strong> ambos casos, a las pot<strong>en</strong>cias hostil<strong>es</strong> que r<strong>es</strong>id<strong>en</strong> <strong>en</strong> <strong>es</strong>os<br />
ámbitos.<br />
Tal como afirma Michael Harner, el <strong>es</strong>pecialista recupera <strong>es</strong>e poder<br />
sustraido por lo numinoso o por alguna <strong>en</strong>tidad maligna, y lo r<strong>es</strong>tituye a <strong>es</strong>te<br />
mundo nu<strong>es</strong>tro, para reforzar mediante él la salud, el bi<strong>en</strong><strong>es</strong>tar o simplem<strong>en</strong>te<br />
las ocupacion<strong>es</strong> de la vida cotidiana de sus paci<strong>en</strong>t<strong>es</strong> 76 . No se trata tanto de<br />
curar una <strong>en</strong>fermedad concreta y puntual, como de contribuir al refuerzo y<br />
salvaguardia del sistema de salud <strong>en</strong> su conjunto. Y <strong>es</strong>a actuación g<strong>en</strong>eral <strong>es</strong><br />
la que confiere a la práctica chamánica su auténtico s<strong>en</strong>tido como alternativa<br />
prevista para satisfacer una nec<strong>es</strong>idad compartida por todos los ser<strong>es</strong><br />
76 M. Harner, La sag<strong>es</strong>se anci<strong>en</strong>ne dans l<strong>es</strong> cultur<strong>es</strong> chamaniqu<strong>es</strong>, o.c., p. 37.<br />
60
humanos: la de poseer r<strong>es</strong>pu<strong>es</strong>tas coher<strong>en</strong>t<strong>es</strong> fr<strong>en</strong>te a las incertidumbr<strong>es</strong> que<br />
plantea la actuación <strong>en</strong> el universo cultural de lo numinoso-primordial o de lo<br />
Sagrado que de allí deriva. Como manifi<strong>es</strong>ta el propio Harner, todo <strong>es</strong>to parece<br />
concernir de una manera importante a algo que, <strong>en</strong> última instancia, r<strong>es</strong>ulta<br />
<strong>es</strong><strong>en</strong>cial para el <strong>es</strong>píritu humano de todos los tiempos y que, por otra parte,<br />
puede aflorar también mediante el recurso a disciplinas y técnicas como las<br />
que se pon<strong>en</strong> <strong>en</strong> práctica <strong>en</strong> la psicología o <strong>en</strong> la clínica modernas 77 .<br />
El chamán puede d<strong>es</strong>plazarse por los tr<strong>es</strong> nivel<strong>es</strong> que forman su<br />
cosmología –el superior, el intermedio y el inferior- a través del Arbol o Eje del<br />
Mundo. Utiliza así un camino que <strong>en</strong> el principio de los tiempos era de uso<br />
común para todos los ser<strong>es</strong> humanos, pero que r<strong>es</strong>ultó dañado y se perdió<br />
como consecu<strong>en</strong>cia de un acto cometido por alguna criatura poco cuidadosa o<br />
por los propios hombr<strong>es</strong> que no tuvieron <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta dos de las propiedad<strong>es</strong><br />
fundam<strong>en</strong>tal<strong>es</strong> del universo: equilibrio y fragilidad. Ambas r<strong>es</strong>ultaron<br />
profundam<strong>en</strong>te alteradas a raiz de aquellos suc<strong>es</strong>as ocurridos <strong>en</strong> el comi<strong>en</strong>zo<br />
del tiempo cósmico.<br />
El ser humano, tal como lo conocemos hoy, surge, precisam<strong>en</strong>te, a<br />
partir de <strong>es</strong>a ruptura y, tal vez, como una consecu<strong>en</strong>cia de ella. Aquello que se<br />
le <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>ta y opone, <strong>es</strong>o a lo que d<strong>en</strong>ominamos numinoso-primordial y<br />
Sagrado, <strong>es</strong>taba ya pr<strong>es</strong><strong>en</strong>te ant<strong>es</strong> del tiempo. El chamán <strong>en</strong> su campo –como<br />
el sacerdote o el hechicero d<strong>en</strong>tro de los suyos- tratan de dominar las técnicas<br />
que permitan sost<strong>en</strong>er tal <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tami<strong>en</strong>to. Para ello, como dice Eliade, nec<strong>es</strong>ita<br />
conocer lo mejor y más directam<strong>en</strong>te posible los cielos, los infiernos y todas las<br />
criaturas, <strong>en</strong>tidad<strong>es</strong> y habitant<strong>es</strong> que <strong>en</strong> ellos moran 78 .<br />
77 M. Harner, o.c. p. 41.<br />
78 M. Eliade, Chamanisme et cosmologie, <strong>en</strong> S.Nicholson (Ed.), « Anthologie du chamanisme » o.c. p. 62.<br />
61
3. La Magische Flucht<br />
62
3.1. Apunt<strong>es</strong> y refer<strong>en</strong>cias: La Magische Flucht o Huída Mágica <strong>en</strong> la<br />
tradición.<br />
La huída mágica y sus difer<strong>en</strong>t<strong>es</strong> interpretacion<strong>es</strong>. Ejemplos de Huida<br />
Mágica. El viaje del héroe al Otro Mundo: ida y vuelta. Motivos del relato.<br />
Lo Numinoso-primordial y sus refugios ultramundanos. Un motivo de<br />
ley<strong>en</strong>das y cu<strong>en</strong>tos.<br />
Veremos seguidam<strong>en</strong>te algunas de las formas de pr<strong>es</strong><strong>en</strong>tación de lo<br />
numinoso-primordial y como la cultura humana va a d<strong>es</strong>arrollar instrum<strong>en</strong>tos<br />
para sortearlo o hacerlo cristalizar <strong>en</strong> formas más soportabl<strong>es</strong> y acc<strong>es</strong>ibl<strong>es</strong>.<br />
El tema mítico de la magische Flucht o Huida mágica, según Mircea<br />
Eliade, se clasifica <strong>en</strong>tre los motivos folklóricos más antiguos y se le <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra<br />
universalm<strong>en</strong>te repartido y <strong>en</strong> los <strong>es</strong>tratos cultural<strong>es</strong> más arcaicos 79 . Es<br />
nec<strong>es</strong>ario distinguir dicho tema del otro gran conjunto mitico y mitopoiético<br />
relativo al vuelo mágico, al que me referiré más adelante, aunque como<br />
veremos <strong>en</strong>tre <strong>es</strong>tos dos conjuntos de elem<strong>en</strong>tos míticos, simbólicos y<br />
significant<strong>es</strong> se guarda cierta relación si lo consideramos d<strong>es</strong>de la perspectiva<br />
de las manif<strong>es</strong>tacion<strong>es</strong> de lo Absolutam<strong>en</strong>te otro.<br />
¿En qué consiste la Huida mágica y por qué r<strong>es</strong>ulta tan inter<strong>es</strong>ante<br />
para nu<strong>es</strong>tro análisis? En primer lugar, diré que <strong>es</strong>te motivo mitológico se<br />
<strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra, <strong>en</strong> efecto, ext<strong>en</strong>dido por un gran número de soport<strong>es</strong> cultural<strong>es</strong> de<br />
todos los tiempos y lugar<strong>es</strong> (cu<strong>en</strong>tos, relatos, textos literarios, cancion<strong>es</strong>,<br />
ley<strong>en</strong>das…) y formando parte, a su vez, de muchos mitos secundarios y<br />
derivados que ti<strong>en</strong><strong>en</strong> un orig<strong>en</strong> probable <strong>en</strong> el mismo. Es por tanto, un<br />
importante foco mitopoiético <strong>en</strong> numerosas culturas <strong>es</strong>parcidas por todo el<br />
planeta. En segundo término será nec<strong>es</strong>ario conv<strong>en</strong>ir <strong>en</strong> la importancia de lo<br />
que dicho motivo mítico repr<strong>es</strong><strong>en</strong>ta <strong>en</strong> realidad: el r<strong>es</strong>ultado de una<br />
confrontación de lo humano con lo numinoso-primordial y las solucion<strong>es</strong> que la<br />
tradición, la socialización y los difer<strong>en</strong>t<strong>es</strong> modelos cognitivos propugnan fr<strong>en</strong>te<br />
a <strong>es</strong>e <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tro terrible.<br />
Autor<strong>es</strong> como Eliade sosti<strong>en</strong><strong>en</strong> que, <strong>en</strong> realidad, la Huida mágica <strong>es</strong><br />
el relato arquetípico de una evasión, de una fuga ante la muerte, de un<br />
79 Mircea Eliade, Myth<strong>es</strong>, rêv<strong>es</strong> et mystèr<strong>es</strong>, Gallimard, 2005. p. 131 y s.. Ver también <strong>en</strong> Marie<br />
Pancritius, Die magische Flucht, ein Nachhall uralter J<strong>en</strong>seitsvorstellung<strong>en</strong>, Anthropos, 8, 1913. pp. 854-<br />
879; 929-943.<br />
63
<strong>es</strong>fuerzo d<strong>es</strong><strong>es</strong>perado para apartarse de una Entidad monstruosa y de la<br />
asfixia que supone la pr<strong>es</strong><strong>en</strong>cia abrumadora de una p<strong>es</strong>adilla aplastante de la<br />
cual el héroe int<strong>en</strong>ta librarse 80 . En su <strong>es</strong>cape, el protagonista suele ser<br />
ayudado por algunos personaj<strong>es</strong> de naturaleza misteriosa o cuando m<strong>en</strong>os,<br />
ambigüa, a medio camino <strong>en</strong>tre nu<strong>es</strong>tro mundo y el otro. Estos personaj<strong>es</strong><br />
proporcionan al –o a la- protagonista de la fuga una serie de objetos mágicos<br />
con apari<strong>en</strong>cia de simpl<strong>es</strong> objetos de la vida diaria, aunque <strong>en</strong> ocasion<strong>es</strong>, tal<strong>es</strong><br />
elem<strong>en</strong>tos hayan adquirido por su propia cu<strong>en</strong>ta y <strong>en</strong> virtud de un uso<br />
<strong>es</strong>pecífico, ciertas propiedad<strong>es</strong> características extraordinarias o una<br />
determinada repr<strong>es</strong><strong>en</strong>tación simbólica, tal como ocurre, por ejemplo, con los<br />
pein<strong>es</strong> –casi siempre vinculados a experi<strong>en</strong>cias relacionadas con el<br />
Ultramundo o con ser<strong>es</strong> feericos 81 - con las tijeras y cuchillos o con<br />
instrum<strong>en</strong>tos vinculados a ciertas actividad<strong>es</strong> que, de por sí, ya pose<strong>en</strong> d<strong>es</strong>de<br />
siempre connotacion<strong>es</strong> <strong>es</strong>pecial<strong>es</strong> <strong>en</strong> casi todas las culturas, como hilar, fundir<br />
o trabajar metal<strong>es</strong>, sembrar y arar la tierra, etc..<br />
Sin embargo, otros autor<strong>es</strong> –como Marie Pancritius- llegan un poco<br />
más lejos, cuando consideran la huida mágica no sólo como un <strong>es</strong>cape fr<strong>en</strong>te a<br />
la Muerte, sino además como el eco cultural derivado de sistemas de ideas y<br />
de cre<strong>en</strong>cias vinculadas con el Más Allá y con los personaj<strong>es</strong> que pueblan <strong>es</strong>e<br />
ámbito. Pancritius examina todo el conjunto de elem<strong>en</strong>tos y cre<strong>en</strong>cias que<br />
conforman con su pr<strong>es</strong><strong>en</strong>cia y a través de sus relacion<strong>es</strong> el medio <strong>en</strong> el que se<br />
produce la huida mágica: la naturaleza <strong>en</strong> g<strong>en</strong>eral, montañas, plantas, fuego,<br />
piedras, las aguas y el mar, los frutos y sus derivados, v<strong>es</strong>tidos y pr<strong>en</strong>das, y<br />
también el gran universo de los animal<strong>es</strong>, <strong>en</strong>tre los que se d<strong>es</strong>tacan algunos de<br />
gran r<strong>en</strong>ombre <strong>en</strong> la mitología, como el oso y el lobo 82 .<br />
Pero también d<strong>es</strong>cribe el mundo de los muertos y de los aparecidos,<br />
así como los raptos que ciertas almas d<strong>es</strong><strong>en</strong>carnadas y maléficas pued<strong>en</strong><br />
protagonizar y las persecucion<strong>es</strong> que tal<strong>es</strong> <strong>es</strong>píritus empr<strong>en</strong>derán luego contra<br />
los protagonistas que huy<strong>en</strong> d<strong>es</strong><strong>es</strong>perados, arrojando objetos mágicos al paso<br />
de sus perseguidor<strong>es</strong> para crear obstáculos <strong>en</strong> su avance y poder así <strong>es</strong>capar<br />
80 M. Eliade, o.c. p. 132.<br />
81 Según <strong>es</strong> posible observar <strong>en</strong> muchas ley<strong>en</strong>das, relatos y cu<strong>en</strong>tos de la tradición popular, peinarse o<br />
repasar el pelo con un peine <strong>es</strong> una forma de pr<strong>es</strong><strong>en</strong>tación para muchos ser<strong>es</strong> extraordinarios del Más Allá<br />
e incluso un método utilizado para traspasar las fronteras que exist<strong>en</strong> <strong>en</strong>tre <strong>es</strong>te mundo y el Otro.<br />
82 Marie Pancritius, o.c.. p. 858 y s.<br />
64
de su acoso. En realidad, la huida mágica consiste, según nos dice Pancritius,<br />
<strong>en</strong> un viaje al Otro Mundo, donde el protagonista se apodera de algo o de<br />
algui<strong>en</strong> –puede tratarse de objetos, g<strong>en</strong>eralm<strong>en</strong>te de tipo mágico o prodigioso,<br />
pero también de personas- y como consecu<strong>en</strong>cia <strong>es</strong> perseguido por algún<br />
monstruo o <strong>en</strong>tidad maléfica capaz de adoptar múltipl<strong>es</strong> formas y apari<strong>en</strong>cias,<br />
aunque también r<strong>es</strong>ulta auxiliado por otros personaj<strong>es</strong> que, o bi<strong>en</strong> le<br />
proporcionan objetos o fórmulas para ayudarle a <strong>es</strong>capar, o bi<strong>en</strong> intervi<strong>en</strong><strong>en</strong><br />
directam<strong>en</strong>te ellos mismos contra el perseguidor. Igualm<strong>en</strong>te puede originarse<br />
debido a un rapto o secu<strong>es</strong>tro previo de un alma o incluso de una persona que<br />
todavía dispone de su cuerpo físico, hacia el Otro Mundo, episodio cuya<br />
r<strong>es</strong>olución se pret<strong>en</strong>de mediante una huida o un r<strong>es</strong>cate del afectado.<br />
Dejando aparte los motivos <strong>en</strong>unciados, ¿puede haber alguna otra<br />
razón de p<strong>es</strong>o capaz de impulsar a los héro<strong>es</strong> de <strong>es</strong>tos relatos <strong>en</strong> su empr<strong>es</strong>a<br />
del peligroso viaje hacia el Otro Mundo? Y, sobre todo, un aspecto inter<strong>es</strong>ante<br />
d<strong>es</strong>de nu<strong>es</strong>tra perspectiva de trabajo. ¿Qué tipo de <strong>en</strong>tidad<strong>es</strong> serán las que allí<br />
van a <strong>en</strong>contrar y qué relación manti<strong>en</strong><strong>en</strong> dichas <strong>en</strong>tidad<strong>es</strong> con lo numinosoprimordial?<br />
Ante todo hay que decir lo sigui<strong>en</strong>te, que tal vez pueda servirnos<br />
como punto de partida <strong>en</strong> nu<strong>es</strong>tro análisis. Si existe algún ámbito, lugar o<br />
territorio, real o fantástico, capaz de albergar a <strong>es</strong>a expr<strong>es</strong>ión de lo<br />
Absolutam<strong>en</strong>te otro que <strong>es</strong> lo numinoso-primordial y perfectam<strong>en</strong>te adecuado,<br />
por añadidura, para sus manejos y operacion<strong>es</strong>, <strong>es</strong>e <strong>es</strong>, d<strong>es</strong>de luego, el<br />
Ultramundo, Otro Mundo, Más Allá o Mundo de los Muertos, al que debemos<br />
distinguir –aunque <strong>en</strong> algunas culturas no se hace, o al m<strong>en</strong>os no de manera<br />
expr<strong>es</strong>a- del Reino de los dios<strong>es</strong>, Paraíso, Parnaso, Olimpo, <strong>es</strong> decir, de <strong>es</strong>e<br />
otro ámbito <strong>en</strong> el que r<strong>es</strong>id<strong>en</strong> las divinidad<strong>es</strong> y los <strong>es</strong>píritus que, tras su vida<br />
terr<strong>en</strong>a, han sido recomp<strong>en</strong>sados con las delicias de una felicidad eterna o, por<br />
lo m<strong>en</strong>os, muy dilatada y que ti<strong>en</strong>e lugar <strong>en</strong> un ámbito distinto. Mundo de los<br />
dios<strong>es</strong> – Mundo de los muertos, distinción importante, sin duda, para nu<strong>es</strong>tros<br />
efectos 83 .<br />
83 Quizá sería conv<strong>en</strong>i<strong>en</strong>te continuar con las atribucion<strong>es</strong> de lo Sagrado y fijar <strong>en</strong> cada uno de <strong>es</strong>tos reinos<br />
(mundo de los dios<strong>es</strong>-mundo de los muertos) a las manif<strong>es</strong>tacion<strong>es</strong> o expr<strong>es</strong>ion<strong>es</strong> de lo Sagrado-b<strong>en</strong>igno y<br />
de lo Sagrado-maligno, pero <strong>es</strong>o sería llevar el asunto demasiado lejos para nu<strong>es</strong>tro proposito actual.<br />
65
En cualquier caso, aunque <strong>es</strong>a distinción pueda r<strong>es</strong>ultar importante<br />
para considerar los acontecimi<strong>en</strong>tos posterior<strong>es</strong> de la Huida Mágica, <strong>en</strong> los<br />
primeros instant<strong>es</strong> del acontecimi<strong>en</strong>to que aquí examinamos no posee<br />
demasiada trasc<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia, ya que lo numinoso-primordial permanece <strong>en</strong> una<br />
etapa anterior a <strong>es</strong>ta división. Es algo previo, podríamos decir, a las<br />
atribucion<strong>es</strong> de r<strong>es</strong>id<strong>en</strong>cia de Dios<strong>es</strong> y Muertos. No obstante, parece claro<br />
según los autor<strong>es</strong> que hemos citado, que de manera previa al d<strong>es</strong>arrollo de la<br />
Huida Mágica su protagonista o protagonistas han de viajar al Otro Mundo,<br />
pero más concretam<strong>en</strong>te a la parte t<strong>en</strong>ebrosa de <strong>es</strong>e ámbito, <strong>es</strong> decir, ir allí<br />
donde permanec<strong>en</strong> los muertos, los <strong>es</strong>píritus y los dios<strong>es</strong> oscuros, junto con<br />
otras <strong>en</strong>tidad<strong>es</strong> que, <strong>en</strong> conjunto, repr<strong>es</strong><strong>en</strong>tan a lo numinoso-primordial <strong>en</strong> sus<br />
diversas manif<strong>es</strong>tacion<strong>es</strong> y <strong>en</strong>carnacion<strong>es</strong>. También <strong>en</strong> el motivo paralelo del<br />
secu<strong>es</strong>tro, el afectado va a ser conducido a <strong>es</strong>e mundo fantasmal.<br />
Quizá uno de los ejemplos paradigmáticos de secu<strong>es</strong>tro por las<br />
fuerzas t<strong>en</strong>ebrosas de lo oscuro, sea el de Perséfone, cuando fue raptada por<br />
Had<strong>es</strong>, un dios que se consideraba, precisam<strong>en</strong>te, con un carácter muy<br />
próximo al que podríamos considerar como repr<strong>es</strong><strong>en</strong>tativo de lo numinoso.<br />
Claro que <strong>en</strong> el caso de Perséfone no existe una expedición de r<strong>es</strong>cate <strong>en</strong><br />
s<strong>en</strong>tido <strong>es</strong>tricto, aunque sí, d<strong>es</strong>de luego, hay que contar con los <strong>es</strong>fuerzos y<br />
trabajos de su madre Deméter, para traerla de nuevo al mundo de la luz;<br />
<strong>es</strong>fuerzo que, como sabemos, dio sólo un r<strong>es</strong>ultado parcial y de compromiso<br />
<strong>en</strong>tre los repr<strong>es</strong><strong>en</strong>tant<strong>es</strong> de lo Sagrado más luminoso y las fuerzas t<strong>en</strong>ebrosas<br />
del mundo de los muertos.<br />
También podemos pr<strong>es</strong><strong>en</strong>tar como ejemplo el viaje efectuado por los<br />
héro<strong>es</strong> gemelos Hunahpú e Ixbalanqué, los hermanos Ahpú, cuyas hazañas a<br />
lo largo del torm<strong>en</strong>toso viaje que realizaron a Xibalbá –el Inframundo o infierno<br />
maya- son d<strong>es</strong>critas <strong>en</strong> el Popol Vuh 84 . Allí quedan señaladas las etapas y las<br />
pruebas sufridas <strong>en</strong> tan arduo viaje y como las fuerzas de lo numinosoprimordial<br />
–<strong>en</strong> <strong>es</strong>te caso, sí muy bi<strong>en</strong> d<strong>es</strong>tacadas y pr<strong>es</strong><strong>en</strong>tadas con su<br />
auténtica cara- atacan y persigu<strong>en</strong> a los dos hermanos que habían d<strong>es</strong>c<strong>en</strong>dido<br />
a Xibalbá para v<strong>en</strong>gar a su padre y a los señor<strong>es</strong> Ahpú, repr<strong>es</strong><strong>en</strong>tant<strong>es</strong> de la<br />
luz solar, aunque también di<strong>es</strong>tros –según nos cu<strong>en</strong>ta el texto- <strong>en</strong> magia y<br />
84 Las ley<strong>en</strong>das del Popol Vuh. Ed. de Ermilo Abreu Gomez. Espasa Calpe, México 1964. p. 63 y s.<br />
66
hechizos, ambigüedad que demu<strong>es</strong>tra cuan cerca nos <strong>en</strong>contramos todavía de<br />
las fas<strong>es</strong> inicial<strong>es</strong> de aquél proc<strong>es</strong>o que hemos d<strong>es</strong>crito anteriorm<strong>en</strong>te sobre<br />
las suc<strong>es</strong>ivas cristalizacion<strong>es</strong> de lo numinoso-primordial.<br />
Los gemelos Hunahpú e Ixbalanqué inician su viaje y son sometidos<br />
por los señor<strong>es</strong> de Xibalbá a numerosas pruebas de las que sal<strong>en</strong> bi<strong>en</strong>, aunque<br />
<strong>en</strong> una de ellas, quizá la más peligrosa y la que más cerca l<strong>es</strong> lleva de lo<br />
numinoso-primordial –la Cueva de los Murciélagos- son finalm<strong>en</strong>te<br />
sorpr<strong>en</strong>didos por Camazotz, el murciélago as<strong>es</strong>ino, que decapita a Hunahpú 85 .<br />
Este incid<strong>en</strong>te no impide, sin embargo, que los poder<strong>es</strong> de la luz prevalezcan<br />
sobre los de la oscuridad y, como suele suceder <strong>en</strong> <strong>es</strong>tos relatos, los hermanos<br />
Ahpú. Una vez r<strong>es</strong>ucitado mágicam<strong>en</strong>te Hunahpú, ambos v<strong>en</strong>c<strong>en</strong> a los señor<strong>es</strong><br />
de Xibalbá y se incorporan al cielo como el dios-Sol y el dios-Luna.<br />
Otro ejemplo típico <strong>es</strong> el cu<strong>en</strong>to quechua sobre el Alma cond<strong>en</strong>ada,<br />
<strong>en</strong> el que se narran las d<strong>es</strong>v<strong>en</strong>turas de una pareja de jóv<strong>en</strong><strong>es</strong> perdidam<strong>en</strong>te<br />
<strong>en</strong>amorados que han de vivir lejos de sus familias porque éstas no aceptan su<br />
idilio. Un cúmulo de circunstancias d<strong>es</strong>graciadas hac<strong>en</strong> que el novio sea<br />
as<strong>es</strong>inado por su propio hermano, que lo confunde con un ladrón. P<strong>es</strong>e a <strong>es</strong>tar<br />
muerto, el novio acude cada noche junto a su pareja y duerme con ella, hasta<br />
que, <strong>en</strong> un mom<strong>en</strong>to dado, ambos decid<strong>en</strong> marcharse y huir juntos.<br />
La chica no se da cu<strong>en</strong>ta de que, <strong>en</strong> su viaje, <strong>es</strong>tá si<strong>en</strong>do conducida<br />
por un alma hasta que una mujer, casualm<strong>en</strong>te <strong>en</strong>contrada <strong>en</strong> el s<strong>en</strong>dero, se lo<br />
indica así. Entonc<strong>es</strong>, ella se vuelve y <strong>en</strong> lugar de su <strong>en</strong>amorado ve un alma con<br />
su mortaja. Quiere <strong>es</strong>capar del <strong>es</strong>píritu y <strong>en</strong>tonc<strong>es</strong> comi<strong>en</strong>za realm<strong>en</strong>te el<br />
episodio de Huida mágica. En su <strong>es</strong>capada, <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra a otra mujer que le<br />
proporciona tr<strong>es</strong> objetos mágicos: un peine, un <strong>es</strong>pejo y un trozo de jabón.<br />
El peine, al ser arrojado <strong>en</strong> el camino del alma perseguidora, se<br />
convierte <strong>en</strong> un <strong>es</strong>pino. El <strong>es</strong>pejo, al ser lanzado, se transforma <strong>en</strong> un lago. Y el<br />
trozo de jabón, convierte el terr<strong>en</strong>o <strong>en</strong> un barrizal. Pero ninguno de <strong>es</strong>os tr<strong>es</strong><br />
obstáculos puede det<strong>en</strong>er al alma, que finalm<strong>en</strong>te coge a la chica y se la lleva<br />
consigo. De rep<strong>en</strong>te, <strong>en</strong> el camino aparece una gran pira ardi<strong>en</strong>te y el alma<br />
int<strong>en</strong>ta arrastrar a la muchacha hacia ella, introduciéndola <strong>en</strong>tre las llamas.<br />
85 Las Ley<strong>en</strong>das del Popol Vuh, o.c., p. 131.<br />
67
Entonc<strong>es</strong>, <strong>en</strong> el mom<strong>en</strong>to crítico, un perrillo sujeta a la chica por la pollera e<br />
impide que el alma se la lleve al Otro Mundo 86 .<br />
Como <strong>es</strong> natural, tratándose de un complejo mítico tan antiguo y<br />
universalm<strong>en</strong>te repartido, no <strong>en</strong> todos los casos se van a cumplir pl<strong>en</strong>am<strong>en</strong>te<br />
los requisitos del relato-tipo. Anti Aarne y Stith Thompson han d<strong>es</strong>arrollado un<br />
sistema de clasificación de aquellos motivos que figuran <strong>en</strong> los cu<strong>en</strong>tos y<br />
relatos del folklore 87 . Entre los que se refier<strong>en</strong> más directam<strong>en</strong>te al tema de la<br />
Huida Mágica, figuran por ejemplo los sigui<strong>en</strong>t<strong>es</strong>, cuyo simple <strong>en</strong>unciado nos<br />
ayudará a <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der mejor las características de <strong>es</strong>te tipo de relatos:<br />
- Transformación para <strong>es</strong>capar de difícil situación<br />
- Transformación para <strong>es</strong>capar del ogro<br />
- Transformación para huir de los perseguidor<strong>es</strong><br />
- Huida con transformación. Los fugitivos se transforman para<br />
pasar inadvertidos<br />
- Huida con obstáculos. Los fugitivos arrojan objetos tras de sí que<br />
mágicam<strong>en</strong>te se transforman <strong>en</strong> obstáculos <strong>en</strong> el camino del<br />
perseguidor.<br />
- Objetos mágicos ayudan al fugitivo<br />
- Objetos mágicos r<strong>es</strong>pond<strong>en</strong> por el fugitivo<br />
- Magia usada para <strong>es</strong>torbar la persecución<br />
Como vemos por el <strong>en</strong>unciado de los motivos que aparec<strong>en</strong> <strong>en</strong> los<br />
cu<strong>en</strong>tos relacionados con el tema g<strong>en</strong>eral de la huida mágica, el <strong>es</strong>quema<br />
mítico r<strong>es</strong>ponde al hecho de que el protagonista lleve a cabo un viaje de ida y<br />
vuelta al Mas Allá y sufra –g<strong>en</strong>eralm<strong>en</strong>te, <strong>en</strong> el camino de regr<strong>es</strong>o hacia<br />
nu<strong>es</strong>tro mundo- una persecución iniciada por algún ag<strong>en</strong>te de dicho ámbito. En<br />
el curso de <strong>es</strong>a persecución pued<strong>en</strong> interv<strong>en</strong>ir diversos personaj<strong>es</strong> los cual<strong>es</strong><br />
servirán de ayuda o de obstáculo, según las circunstancias. Y el d<strong>es</strong><strong>en</strong>lace<br />
suele ser feliz, aun cuando <strong>es</strong>té ll<strong>en</strong>o de s<strong>en</strong>tido dramático.<br />
En <strong>es</strong>te <strong>es</strong>quema-tipo podremos reconocer el motivo argum<strong>en</strong>tal de<br />
innumerabl<strong>es</strong> narracion<strong>es</strong> libr<strong>es</strong>cas de nu<strong>es</strong>tros días, así como las incid<strong>en</strong>cias<br />
reflejadas <strong>en</strong> el guión de muchas películas de terror contemporáneas, <strong>en</strong> las<br />
86 Ver el relato completo del cu<strong>en</strong>to <strong>en</strong> Anexo 1.<br />
87 Antti Aarne - Stith Thompson, The Typ<strong>es</strong> of the Folk-Tale; a classification and Bibliography. Antti<br />
Aarne, Verzeichnis der Märch<strong>en</strong>typ<strong>en</strong>, FFC 3, Helsingfors, 1910. Traducido y ampliado por Stith<br />
Thompson, FFC 74, Helsinki, (1928) 1964.<br />
68
cual<strong>es</strong> los protagonistas huy<strong>en</strong> de ciertos personaj<strong>es</strong> monstruosos y<br />
particularm<strong>en</strong>te aterrador<strong>es</strong> –los vampiros, por ejemplo- mi<strong>en</strong>tras conservan<br />
alguno de los motivos de Aarne y Thompson ant<strong>es</strong> citados; incluso puede ser<br />
que muchos de ellos aparezcan integrados d<strong>en</strong>tro del mismo relato.<br />
La constancia de <strong>es</strong>tos <strong>es</strong>quemas míticos, que constituy<strong>en</strong><br />
verdaderos arquetipos <strong>en</strong> el s<strong>en</strong>tido junguiano del término y su persist<strong>en</strong>cia a lo<br />
largo del tiempo, hac<strong>en</strong> que debamos preguntarnos acerca de la naturaleza de<br />
<strong>es</strong>a <strong>en</strong>tidad perseguidora, <strong>es</strong> decir de la Pr<strong>es</strong><strong>en</strong>cia aterradora de la que huy<strong>en</strong><br />
los protagonistas de dichos relatos y que condiciona su exist<strong>en</strong>cia de una<br />
manera tan dramática. Precisam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> razón de <strong>es</strong>te dramatismo derivado del<br />
<strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tro con la Pr<strong>es</strong><strong>en</strong>cia aterradora y de los posterior<strong>es</strong> int<strong>en</strong>tos de los<br />
héro<strong>es</strong> para ponerse a salvo distanciándose de ella, autor<strong>es</strong> como Eliade han<br />
supu<strong>es</strong>to que se trataba de la Muerte, pu<strong>es</strong> seguram<strong>en</strong>te consideraron que<br />
nada hay más aterrador que ella para los ser<strong>es</strong> humanos y que una gran parte<br />
de la mitología y de los actos de éstos se hallan influidos por <strong>es</strong>e temor, unido<br />
a un d<strong>es</strong>eo de prevalecer sobre el final que la Muerte repr<strong>es</strong><strong>en</strong>ta.<br />
Aun dando por bu<strong>en</strong>o el razonami<strong>en</strong>to y suponi<strong>en</strong>do que, <strong>en</strong> efecto,<br />
sea la Muerte qui<strong>en</strong> se oculte a vec<strong>es</strong> tras <strong>es</strong>e fantasma terrible que aparece<br />
<strong>en</strong> los textos como Pr<strong>es</strong><strong>en</strong>cia aterradora no id<strong>en</strong>tificada, <strong>es</strong> preciso suponer<br />
que, si bi<strong>en</strong> ello puede ser así <strong>en</strong> ciertos casos, no lo <strong>es</strong> siempre, ni mucho<br />
m<strong>en</strong>os. No lo <strong>es</strong>, por ejemplo, <strong>en</strong> la versión que proporciona el Popol Vuh a la<br />
que nos hemos referido, ni tampoco <strong>en</strong> el caso de Perséfone o <strong>en</strong> el relato del<br />
Alma cond<strong>en</strong>ada que hemos reproducido <strong>en</strong> sus lineas principal<strong>es</strong>.<br />
Si observamos con detalle los textos relativos al tema de Huida<br />
Mágica, comprobaremos que, <strong>en</strong> algunos de ellos, los protagonistas pued<strong>en</strong><br />
toparse con la Muerte, incluso pued<strong>en</strong> llegar a morir. Pero, d<strong>es</strong>de luego, no<br />
huy<strong>en</strong> de la Muerte, sino de un personaje intermedio, d<strong>es</strong>conocido y, d<strong>es</strong>de<br />
luego, aterrador y poderoso (a vec<strong>es</strong> un difunto, un animal, un <strong>es</strong>píritu maligno)<br />
que trata de arrastrarl<strong>es</strong> hacia Otro Mundo, hacia otra realidad distinta a la<br />
nu<strong>es</strong>tra, que int<strong>en</strong>ta transformarl<strong>es</strong> con su inmediatez, transmitirl<strong>es</strong> una parte<br />
de su monstruosidad, convirtiéndolos así <strong>en</strong> ser<strong>es</strong> perdidos. Este <strong>es</strong>quema<br />
narrativo <strong>es</strong> muy similar al que pr<strong>es</strong><strong>en</strong>tan los relatos sobre vampiros: el<br />
protagonista huye de su pr<strong>es</strong><strong>en</strong>cia y trata de mant<strong>en</strong>er la distancia física<br />
69
<strong>es</strong>pecto a ellos, para que los monstruos no puedan tomar contacto con él,<br />
contagiarle y finalm<strong>en</strong>te provocar una transformación nefasta.<br />
Esto nos permite avanzar algo <strong>en</strong> lo que se refiere a la hipotética<br />
naturaleza de la <strong>en</strong>tidad de la que predicamos una Pr<strong>es</strong><strong>en</strong>cia aterradora, ya<br />
que las condicion<strong>es</strong> mostradas por ella fr<strong>en</strong>te a sus víctmas son muy parecidas<br />
a las que nos ofrec<strong>en</strong> los t<strong>es</strong>timonios sobre la aparición –hierofanía- de lo<br />
numinoso. No sería la Muerte, por tanto, la que provoca una huida tan<br />
dramática, sino lo numinoso-primordial o uno de sus ag<strong>en</strong>t<strong>es</strong>.<br />
Aunque, como veremos más tarde, lo numinoso-primordial y la<br />
Muerte-arquetipo, compart<strong>en</strong> algunas características y propiedad<strong>es</strong> relevant<strong>es</strong>.<br />
También será posible observar como <strong>en</strong> los numerosos relatos articulados<br />
sobre el tema de la Huída Mágica, lo que d<strong>es</strong>ean conseguir los perseguidor<strong>es</strong><br />
<strong>es</strong> que los protagonistas de la fuga sean <strong>en</strong> verdad transformados y puedan, a<br />
su vez, transmitir a otros <strong>es</strong>a característica capaz de g<strong>en</strong>erar metamorfósis,<br />
aunque sea de una manera at<strong>en</strong>uada.<br />
Hemos de preguntarnos si no <strong>es</strong> <strong>es</strong>o mismo lo que pret<strong>en</strong>de lo<br />
numinoso-primordial cuando se aparece y actúa súbitam<strong>en</strong>te sobre los t<strong>es</strong>tigos,<br />
paralizándolos y aterrorizándolos con su pr<strong>es</strong><strong>en</strong>cia trem<strong>en</strong>da. Sin embargo <strong>es</strong><br />
preciso reconocer que <strong>es</strong>a transformación llega a ser mutua, toda vez que,<br />
cuando el t<strong>es</strong>tigo, poseído por la <strong>en</strong>ergía hierofánica, llega ante la ekkl<strong>es</strong>ía o<br />
asamblea de su grupo social, lo mas port<strong>en</strong>toso y terrible del núm<strong>en</strong> ya <strong>es</strong>tá<br />
dispu<strong>es</strong>to para dar el paso sigui<strong>en</strong>te hacia lo sagrado y lo religioso.<br />
Lo único que no cambia –o al m<strong>en</strong>os no cambia demasiado- <strong>es</strong> el<br />
miedo. Ni tampoco lo hace la Muerte, aun cuando ambos puedan llegar a<br />
fascinarnos con su luz, tal como demu<strong>es</strong>tran con sus av<strong>en</strong>turas los héro<strong>es</strong> de<br />
muchos cu<strong>en</strong>tos y ley<strong>en</strong>das.<br />
70
3.2. La Magische Flucht y la Muerte como arquetipos.<br />
Lo Numinoso-primordial y la Muerte. Comparación de la experi<strong>en</strong>cia de<br />
la Huída Mágica y de la Muerte considerada como arquetipo (Muertearquetipo).<br />
En ocasion<strong>es</strong> parece como si por detrás de la muerte acechara algo más<br />
terrible que la propia extinción física del ser. D<strong>es</strong>de luego, la muerte siempre <strong>es</strong><br />
algo más que el simple hecho de morirse o de terminar la vida como<br />
circunstancia fisiológica y f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o social. Por ello, siempre implica –o trae<br />
consigo- un complejo sistema de connotacion<strong>es</strong> cuyas consecu<strong>en</strong>cias son<br />
mucho mas amplias de las que podría mostrar una simple y manida expr<strong>es</strong>ión,<br />
articulada sobre algo que <strong>es</strong> evid<strong>en</strong>te, inevitable y universalm<strong>en</strong>te conocido.<br />
La muerte oculta un misterio o tal vez camufla la pr<strong>es</strong><strong>en</strong>cia de ciertas<br />
<strong>en</strong>tidad<strong>es</strong> terribl<strong>es</strong> que nos acechan al otro lado de la frontera t<strong>en</strong>dida <strong>en</strong>tre<br />
nu<strong>es</strong>tro mundo y el otro. Francisco Díez de Velasco d<strong>es</strong>cribe tal vez algo así<br />
cuando m<strong>en</strong>ciona <strong>es</strong>a <strong>es</strong>c<strong>en</strong>a pintada <strong>en</strong> un lécito del siglo V. a.n.e., c<strong>en</strong>trada<br />
<strong>en</strong> una <strong>es</strong>tela funeraria <strong>en</strong> la que un personaje alado (imag<strong>en</strong> quizá de<br />
Caronte, o del etrusco y d<strong>es</strong>agradable Charun) alza sus brazos y se abalanza<br />
sobre una mujer, que huye horrorizada 88 . Con indep<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia de las<br />
explicacion<strong>es</strong> que una <strong>es</strong>c<strong>en</strong>a de <strong>es</strong>te tipo pueda recibir por los diversos<br />
<strong>es</strong>pecialistas y r<strong>es</strong>petando, d<strong>es</strong>de luego, sus fundam<strong>en</strong>tados criterios, a mi me<br />
sugiere un impr<strong>es</strong>ionante parecido con las circunstancias de la Huida Mágica<br />
que hemos d<strong>es</strong>crito: la fuga fr<strong>en</strong>te a un perseguidor que provoca un terror<br />
incoercible, por lo que <strong>es</strong> o tal vez, por lo que repr<strong>es</strong><strong>en</strong>ta. Y también me<br />
recuerda de manera irr<strong>es</strong>istible a las Gorgonas aladas, repr<strong>es</strong><strong>en</strong>tadas con<br />
brazos y piernas <strong>en</strong> la llamada postura sigmoidea, que simboliza el movimi<strong>en</strong>to<br />
veloz, el cambio rápido y rep<strong>en</strong>tino. Como el que suele producirse <strong>en</strong> los ser<strong>es</strong><br />
que atacan furtivam<strong>en</strong>te y se manifi<strong>es</strong>tan de pronto ante su pr<strong>es</strong>a con la<br />
velocidad del relámpago, de manera que ésta no pueda reaccionar y haya de<br />
permanecer inmovil, aterrada y fascinada, golpeada <strong>en</strong> su s<strong>en</strong>sibilidad por <strong>es</strong>e<br />
88 Nota 209 <strong>en</strong> F. Díez de Velasco, Los caminos de la muerte : religión, rito e iconografía del paso al más<br />
allá <strong>en</strong> la Grecia Antigua. 2.4. La muerte raptora (París, Louvre CA 1264, del Grupo R (ARV 1384,19,<br />
Add 372); Pottier 1916, ils. 2-3; Séchan 1926, il. 4; Ruyt 1932, 65; Buschor 1959, il. 2; Kurtz 1975, il.<br />
50.2; Peifer 1989, n.º 166; Hoffmann 1984, n.º 1; Hoffmann 1985, 173 ss.; Diez de Velasco 1988, n.º 83<br />
(con más bibliografía); Diez de Velasco 1989, il. 1; Shapiro 1993, n.º 109, ils. 127-128.).<br />
71
fulminante acoso. Tal<strong>es</strong> características son también, como sabemos, las que<br />
exhibe lo numinoso <strong>en</strong> sus hierofanías.<br />
Gorgona con alas. Bronce. Louvre, 2ª mitad siglo VI a.e.<br />
Gorgona. Frontón templo de Artemisa. Corfu<br />
Las Gorgonas 89 repr<strong>es</strong><strong>en</strong>tan con bastante fidelidad <strong>es</strong>a pot<strong>en</strong>cia<br />
numinosa de la que <strong>es</strong> mejor permanecer alejado y que, <strong>en</strong> muchos casos, <strong>es</strong><br />
nec<strong>es</strong>ario vincular con el mundo de los muertos. Pero al fín, Medusa, el<br />
monstruo de mirada petrificadora, no <strong>es</strong> <strong>en</strong> sí la Muerte, sino verdaderam<strong>en</strong>te<br />
89 Eran tr<strong>es</strong>, -Sth<strong>en</strong>o, Euriale y Medusa- las hijas monstruosas de Phorcis y Ceto, divinidad<strong>es</strong> marinas.<br />
Las Gorgonas vivían <strong>en</strong> las orillas del rio Océano.<br />
72
aquello de lo que hay que huir. En el caso de que se convierta <strong>en</strong> perseguidor<br />
será nec<strong>es</strong>ario arrojar a su paso e interponer <strong>en</strong> su camino todo tipo de objetos<br />
mágicos. Así ocurrió con Medusa, a la que Perseo opuso un brillante <strong>es</strong>cudo<br />
que hizo el papel de <strong>es</strong>pejo para evitar la mirada mortal, aprovechando la<br />
incertidumbre de la gorgona para decapitarla. Pero, tan alejada parece <strong>es</strong>tar<br />
Medusa de la Muerte, como próxima al reino de los muertos. Una vez cortada<br />
su cabeza, de la sangre derramada nacieron Crisaor y Pegaso, el caballo<br />
alado. Se cu<strong>en</strong>ta, además que con el cont<strong>en</strong>ido de una de las v<strong>en</strong>as de<br />
Medusa, el dios de la Medicina, Asclepios, podía r<strong>es</strong>ucitar a los muertos y curar<br />
cualquier <strong>en</strong>fermedad. También <strong>es</strong> cierto que, según la ley<strong>en</strong>da, la sangre de<br />
otra de las v<strong>en</strong>as del monstruo derrotado por Perseo, era mortal.<br />
De manera que Medusa era, cuando m<strong>en</strong>os, una <strong>en</strong>tidad <strong>en</strong> la que<br />
confluían la vida y la muerte. En ella –como <strong>en</strong> las viejas diosas-madre de la<br />
prehistoria- se unían ambos extremos. Sin embargo, actuaba como g<strong>en</strong>uina<br />
repr<strong>es</strong><strong>en</strong>tante de <strong>es</strong>e terror irr<strong>es</strong>istible que inspira el perseguidor <strong>en</strong> los relatos<br />
de la Huida Mágica. La sombra de Medusa podría aterrorizar incluso a los<br />
propios muertos <strong>en</strong> el reino de Had<strong>es</strong>, si por allí se dejara caer su fantasma<br />
fun<strong>es</strong>to y v<strong>en</strong>gativo, d<strong>es</strong>pu<strong>es</strong> de que fuera v<strong>en</strong>cida gracias a los instrum<strong>en</strong>tos<br />
mágicos que At<strong>en</strong>ea, Herm<strong>es</strong> y el propio Had<strong>es</strong> proporcionaron a Perseo,<br />
aunque el poder de lo numinoso-primordial que ella parecía repr<strong>es</strong><strong>en</strong>tar no<br />
d<strong>es</strong>apareció con su muerte sino que continuó activo durante mucho tiempo 90 .<br />
90 Según relata H<strong>es</strong>iodo <strong>en</strong> su Teogonia, At<strong>en</strong>ea cedió a Perseo su brillante <strong>es</strong>cudo, Herm<strong>es</strong> le<br />
proporcionó una hoz afilada, mi<strong>en</strong>tras que Had<strong>es</strong> le pr<strong>es</strong>tó su casco, que volvía invisible a su portador. A<br />
su vez, Perseo ofreció a At<strong>en</strong>ea la cabeza de Gorgona, que continuó conservando su poder petrificador.<br />
Dice Homero que la diosa emplazó la cabeza <strong>en</strong> su égida, aunque Apolodoro afirma que la colocó su<br />
<strong>es</strong>cudo. El poder numinoso de la Gorgona era tal, que un solo bucle de sus serp<strong>en</strong>tinos cabellos bastaba<br />
para d<strong>es</strong>trozar un ejército.<br />
73
La cabeza de Gorgo, la muerte que mira.<br />
Se nos mu<strong>es</strong>tran, por tanto, la Huida, la Muerte y la Máscara, como<br />
los tr<strong>es</strong> vértic<strong>es</strong> de un triángulo que no deja de articular ni de inspirar las<br />
mitologías de medio mundo. En unos casos, las almas, <strong>es</strong> decir, los muertos,<br />
son los <strong>en</strong>cargados de arrebatar a sus pr<strong>es</strong>as hacia <strong>es</strong>e pozo <strong>en</strong> el que todo ha<br />
de transformarse. En otros, los perseguidor<strong>es</strong> se lanzan hacia sus posibl<strong>es</strong><br />
víctimas con una avidez <strong>en</strong> la que pocas vec<strong>es</strong> reparamos, atraídos por los<br />
porm<strong>en</strong>or<strong>es</strong> del relato. El disfraz <strong>es</strong> <strong>es</strong><strong>en</strong>cial, <strong>en</strong> cualquier caso, como nos<br />
mu<strong>es</strong>tran los textos: la víctima no debe reconocer a aquel que se le aproxima<br />
con la velocidad del rayo, ni tampoco al que, según sea la ocasión, se la lleva<br />
consigo para empr<strong>en</strong>der un viaje, sin que pueda distinguirse su auténtica<br />
naturaleza predadora y aterrorizante hasta el mom<strong>en</strong>to <strong>en</strong> que ya no pueda<br />
haber salvación.<br />
En la Huida Mágica intervi<strong>en</strong>e siempre la trayectoria, la dirección que<br />
alberga d<strong>en</strong>tro de sí dos posibl<strong>es</strong> s<strong>en</strong>tidos de marcha. Pero <strong>es</strong>e camino, <strong>es</strong>e<br />
d<strong>es</strong>plazami<strong>en</strong>to, transforma al que <strong>es</strong> llevado por él, como también cambia a<br />
los que por él van y vi<strong>en</strong><strong>en</strong> hacia su d<strong>es</strong>tino. El camino, la distancia, el intervalo<br />
y la separación <strong>en</strong>tre un punto de partida y el lugar a donde se debe regr<strong>es</strong>ar,<br />
son elem<strong>en</strong>tos fundam<strong>en</strong>tal<strong>es</strong> d<strong>es</strong>de dos puntos de vista: el que acerca cada<br />
vez más y de forma inevitable hacia el final y aquél otro que mide cuantos<br />
pasos habrá de dar el monstruo para capturar a su pr<strong>es</strong>a.<br />
En <strong>es</strong>e juego t<strong>en</strong>emos integrados, cara a cara, a la Huida y a la<br />
Muerte. Pero la Máscara también participa. Me refiero a la máscara que<br />
<strong>es</strong>panta, aquella que <strong>es</strong>tá d<strong>es</strong>tinada a causar miedo. G<strong>en</strong>eralm<strong>en</strong>te <strong>es</strong>tá ligada<br />
74
a numerosas cre<strong>en</strong>cias y a m<strong>en</strong>udo ti<strong>en</strong>e “todo el poder”, porque el miedo se<br />
transmite y <strong>es</strong> un arma. Pero a vec<strong>es</strong> su auténtico s<strong>en</strong>tido parece muy lejano a<br />
nosotros y a nu<strong>es</strong>tras preocupacion<strong>es</strong>. En <strong>es</strong>os mom<strong>en</strong>tos, únicam<strong>en</strong>te parece<br />
<strong>es</strong>conder el verdadero rostro de aquello cuyo único propósito <strong>es</strong> v<strong>en</strong>ir a por<br />
nosotros 91 .<br />
Algo del <strong>es</strong>píritu que se oculta tras <strong>es</strong>a máscara se ha depositado <strong>en</strong><br />
los rigor<strong>es</strong> de la tragedia griega que, al fin, parece nacer de las<br />
repr<strong>es</strong><strong>en</strong>tacion<strong>es</strong> sagradas. La propia tragedia <strong>es</strong> un <strong>es</strong>quema bastante fiel de<br />
la Huida Mágica porque casi siempre vi<strong>en</strong>e a reproducir la crónica de un viaje<br />
<strong>es</strong>tablecido <strong>en</strong>tre el mythos y la repr<strong>es</strong><strong>en</strong>tación. Y <strong>en</strong> <strong>es</strong>e viaje pret<strong>en</strong>dido que<br />
nace y muere <strong>en</strong> el breve <strong>es</strong>pacio-tiempo de la <strong>es</strong>c<strong>en</strong>a, las máscaras van y<br />
vi<strong>en</strong><strong>en</strong>, con sus orificios rostral<strong>es</strong> abiertos, paralizados y fijos porque tal vez<br />
han percibido por un instante el verdadero rostro de lo que se aproxima.<br />
Máscara. Dioniso. Louvre. Myr 347<br />
La Muerte-arquetipo ti<strong>en</strong>e la misma relación con la muerte, que lo<br />
numinoso-primordial con lo Sagrado. Y <strong>en</strong> ambos casos suele plantearse la<br />
solución al inevitable conflicto como una Huida Mágica. Como apunta Fernando<br />
NONONO Díez de Velasco, nos <strong>en</strong>contramos ante un auténtico conflicto<br />
planteado <strong>en</strong>tre dos modos de <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der la muerte 92 . Uno, simbolizado por<br />
Caronte, el barquero –que no deja de ser, con sus preocupacion<strong>es</strong> y oficio, un<br />
<strong>es</strong>pecialista bastante próximo a nu<strong>es</strong>tra cotidianeidad, pi<strong>en</strong>so yo- pero también<br />
91 G<strong>en</strong>evieve Allard y Pierre Lefort, La máscara, F.C.E., México 1988. p. 101.<br />
92 F. Díez de Velasco, o.c.<br />
75
por los más lejanos Thanatos-corazón de acero e Hypnos y por el <strong>en</strong>igmático,<br />
ambigüo y auténticam<strong>en</strong>te gadameriano Herm<strong>es</strong>. El otro modo configura a la<br />
muerte como un <strong>en</strong>emigo implacable y ti<strong>en</strong>e como ag<strong>en</strong>t<strong>es</strong> a los g<strong>en</strong>ios<br />
raptor<strong>es</strong>, harpías, gorgonas y similar<strong>es</strong> 93 . El conflicto puede ser acallado<br />
haci<strong>en</strong>do prevalecer el aspecto más optimista de tan turbio asunto. Se hizo <strong>en</strong><br />
la Grecia clásica y se hace todavía hoy, cuando la sangre que corre a diario se<br />
oculta bajo montañas de sueños vacios. Pero el d<strong>es</strong>arrollo de los<br />
acontecimi<strong>en</strong>tos humanos no permitió <strong>en</strong>tonc<strong>es</strong>, ni permitirá ahora, que <strong>es</strong>e<br />
disimulo dure demasiado.<br />
93 Ibid.<br />
76
3.3. La Huida Mágica y los medios mágicos.<br />
El Miedo, lo Numinoso-Sagrado y la Muerte-arquetipo pued<strong>en</strong> llevar a<br />
experi<strong>en</strong>cias peculiar<strong>es</strong> y a particular<strong>es</strong> influ<strong>en</strong>cias sobre la naturaleza. Uso de<br />
objetos mágicos: <strong>es</strong>pinos, fuego, piedras y agua. Herrami<strong>en</strong>tas contra lo<br />
numinoso-primordial y la Muerte.<br />
¿Qué podemos hacer <strong>en</strong> una situación <strong>en</strong> la cual lo numinoso ha<br />
adquirido tanto poder y se ha aproximado tanto a nosotros, que ya no queda<br />
demasiado de <strong>es</strong>a distancia de seguridad que podía protegernos de su<br />
pr<strong>es</strong><strong>en</strong>cia? ¿Es posible <strong>es</strong>capar y huir de su pos<strong>es</strong>ión am<strong>en</strong>azante o tal vez<br />
debamos permanecer <strong>en</strong> una pasividad extrema sin int<strong>en</strong>tar nada, al m<strong>en</strong>os<br />
por el mom<strong>en</strong>to?<br />
Esta segunda opción <strong>es</strong> la que recomi<strong>en</strong>da Marie-Louise von Franz<br />
cuando el animus quiere recobrar su reino perdido y los cont<strong>en</strong>idos<br />
inconsci<strong>en</strong>t<strong>es</strong> comi<strong>en</strong>zan a d<strong>es</strong>bordar su dominio am<strong>en</strong>azando con inundar<br />
nu<strong>es</strong>tro ser 94 . Esta autora afirma que el tema de la Huida Mágica, simboliza<br />
precisam<strong>en</strong>te una situación como <strong>es</strong>a, <strong>en</strong> la que vale más <strong>es</strong>capar del<br />
cont<strong>en</strong>ido inconsci<strong>en</strong>te <strong>en</strong> ebullición, que int<strong>en</strong>tar v<strong>en</strong>cerlo, con el fin de evitar<br />
ser devorado por él 95 .<br />
Por lo tanto, y aunque pueda parecer redundante, el <strong>es</strong>cape <strong>es</strong> lo<br />
<strong>es</strong><strong>en</strong>cial <strong>en</strong> la Huida Mágica. La acción de poner distancia de por medio <strong>en</strong>tre<br />
la Pr<strong>es</strong><strong>en</strong>cia aterradora, mediante la cual se expr<strong>es</strong>a lo numinoso-primordial, y<br />
la figura del perseguido, <strong>es</strong> tanto más importante cuanto con mayor urg<strong>en</strong>cia se<br />
ve requerida <strong>es</strong>a nec<strong>es</strong>idad. Y el uso de los medios –que siempre son objetos<br />
mágicos suministrados al, o a la, protagonista, por personaj<strong>es</strong> ambigüos y<br />
paradójicos que nunca son lo que apar<strong>en</strong>tan- revela como ninguna otra cosa<br />
los términos <strong>en</strong> que aparece o se mu<strong>es</strong>tra aquella nec<strong>es</strong>idad.<br />
Así, <strong>en</strong> la mitología, <strong>es</strong>os medios mágicos suel<strong>en</strong> ser suministrados por<br />
la figura del Trickster, <strong>es</strong> decir, por un dios, diosa, <strong>es</strong>píritu, hombre, mujer,<br />
94<br />
El animus <strong>es</strong> un arquetipo c<strong>en</strong>tral <strong>en</strong> la psicología analítica de Jung. Repr<strong>es</strong><strong>en</strong>ta la imag<strong>en</strong> de lo<br />
masculino <strong>en</strong> los sueños o fantasías fem<strong>en</strong>inas, <strong>es</strong> decir, repr<strong>es</strong><strong>en</strong>taría el arquetipo de lo masculino <strong>en</strong> lo<br />
inconsci<strong>en</strong>te colectivo fem<strong>en</strong>ino. El anima sería <strong>en</strong>tonc<strong>es</strong>, la repr<strong>es</strong><strong>en</strong>tación del arquetipo de lo fem<strong>en</strong>ino<br />
<strong>en</strong> el hombre y se utilizaría para mostrar lo fem<strong>en</strong>ino <strong>en</strong> lo inconsci<strong>en</strong>te colectivo masculino. Ver C.G.<br />
Jung, Tipos psicológicos, La dinámica de lo inconsci<strong>en</strong>te o Los arquetipos y lo inconsci<strong>en</strong>te colectivo.<br />
También aparece una visión detallada de <strong>es</strong>tas figuras arquetípicas <strong>en</strong> Misterium Conjunctionis.<br />
95<br />
Marie-Louise von Franz, L´interprétation d<strong>es</strong> cont<strong>es</strong> de fé<strong>es</strong>, Ed. Jacqueline R<strong>en</strong>ard/La Fontaine de<br />
Pierre, 1990. p.212 y s.<br />
77
animal o, incluso, por algún otro ser mixto, mezclado, que reuna al mismo<br />
tiempo características diversas de todos o de varios de ellos. En los cu<strong>en</strong>tos<br />
popular<strong>es</strong> americanos, suele ser, por ejemplo, el coyote. En Europa, <strong>es</strong>e papel<br />
puede d<strong>es</strong>empeñarlo el zorro o el gato. En otros pueblos, suel<strong>en</strong> ser hombr<strong>es</strong> o<br />
mujer<strong>es</strong> que surg<strong>en</strong> de rep<strong>en</strong>te <strong>en</strong> medio del relato (como sucede con el<br />
cu<strong>en</strong>to quechua del Alma cond<strong>en</strong>ada que hemos citado anteriorm<strong>en</strong>te). Y <strong>en</strong> la<br />
mitología nórdica <strong>es</strong>e papel <strong>es</strong>tá d<strong>es</strong>empeñado por Loki, que, por cierto, <strong>es</strong> un<br />
gran proveedor de armas y artilugios mágicos, aunque <strong>en</strong> ciertos casos, <strong>es</strong>as<br />
peculiar<strong>es</strong> herrami<strong>en</strong>tas –que no suele fabricar él directam<strong>en</strong>te, sino que las<br />
<strong>en</strong>carga a otros ser<strong>es</strong> extraordinarios con qui<strong>en</strong><strong>es</strong> trafica- sean poco fiabl<strong>es</strong> e<br />
incluso peligrosas 96 .<br />
D<strong>en</strong>tro de <strong>es</strong>te gran campo mitológico, el lobo F<strong>en</strong>rir –hijo del propio Loki<br />
y de la giganta Angrboda- podría muy bi<strong>en</strong> repr<strong>es</strong><strong>en</strong>tar a las terribl<strong>es</strong> fuerzas<br />
de lo numinoso 97 , que son controladas y mágicam<strong>en</strong>te sujetas por Odin y sus<br />
compañeros, los divinos As<strong>es</strong>, mediante una atadura mágica, que impide al<br />
trem<strong>en</strong>do animal d<strong>es</strong>truir el universo <strong>en</strong>tero con su fuerza d<strong>es</strong>atada 98 .<br />
En la Huida Mágica, sus protagonistas int<strong>en</strong>tan una y otra vez mant<strong>en</strong>er<br />
la distancia que los separa del núcleo de <strong>en</strong>ergías numinosas que trata de<br />
<strong>en</strong>gullirlos o de apoderarse de ellos. El aspecto ominoso o directam<strong>en</strong>te<br />
am<strong>en</strong>azador de <strong>es</strong>a Pr<strong>es</strong><strong>en</strong>cia, actúa provocando un terror irrefr<strong>en</strong>able sobre<br />
los que huy<strong>en</strong>, impulsándol<strong>es</strong> para colocarse fuera del alcance del perseguidor,<br />
aunque, si logran tal objetivo, siempre será de manera provisional, porque lo<br />
numinoso pronto va a recuperar el <strong>es</strong>pacio perdido, planteándose de nuevo el<br />
problema una y otra vez, como al principio, durante todo el proc<strong>es</strong>o.<br />
El Miedo, además de ser un <strong>es</strong>tímulo para la huida, se convierte también<br />
<strong>en</strong> un poderoso instrum<strong>en</strong>to de movilización y de manipulación simbólica que<br />
pued<strong>en</strong> utilizar tanto los dios<strong>es</strong> como los ser<strong>es</strong> humanos. Funciona de manera<br />
96 Como el martillo de Thor, llamado Mjollnir, la lanza de Odinn, Gungnir, una red de p<strong>es</strong>ca milagrosa,<br />
un barco volador, Skíðblaðnir, o el mortal dardo de muérdago con el que mató al dios Balder, <strong>en</strong>tre otros.<br />
Loki también era experto <strong>en</strong> magia y un notable transformista. Ver los Edda <strong>en</strong> prosa (Gylfaginning y<br />
Bragaraedur), de Snorri Sturluson. También, George Dumézil, Loki, Flammarion, 1986, 1995. p. 10 y s.<br />
97 Como repr<strong>es</strong><strong>en</strong>tant<strong>es</strong> de tal<strong>es</strong> fuerzas no solo aparecería el lobo F<strong>en</strong>rir, d<strong>es</strong>tinado a matar al mismo<br />
Odinn <strong>en</strong> el Ragnarök, sino sus hermanos –por tanto, también hijos de Loki- Jörmundgander, la serpi<strong>en</strong>te<br />
marina y Hela, diosa del reino de los muertos.<br />
98 Aunque <strong>es</strong>as ligaduras sean sólo provisional<strong>es</strong>, ya que F<strong>en</strong>rir será liberado ant<strong>es</strong> del Rajnarök. Ver <strong>en</strong> el<br />
Gylfaginning (Cap. XXI, p. 35-37). Ver G. Dumézil, o.c., p. 69 y s. Sobre el significado de la<br />
inmovilización del lobo F<strong>en</strong>rir, ver <strong>en</strong> Dumezil, o.c. 70 y s.<br />
78
particular mediante la interrelación de elem<strong>en</strong>tos profundam<strong>en</strong>te vinculados a<br />
lo numinoso-primordial y a la Muerte-arquetipo, de manera que puede llegar el<br />
caso de que ambos g<strong>en</strong>erador<strong>es</strong> no nec<strong>es</strong>itan mostrarse ni hacer su aparición<br />
siempre, para que se d<strong>es</strong><strong>en</strong>cad<strong>en</strong><strong>en</strong> las cascadas simbólico-cognitivas<br />
cont<strong>en</strong>idas <strong>en</strong> aquél s<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>to y vehiculadas por él. En el caso humano son<br />
de gran ayuda, d<strong>es</strong>de luego, los modelos cognitivos implantados a través de<br />
los proc<strong>es</strong>os de socialización, que, <strong>en</strong> lineas g<strong>en</strong>eral<strong>es</strong>, prove<strong>en</strong> al individuo de<br />
mapas comportam<strong>en</strong>tal<strong>es</strong> <strong>en</strong> los que se informa sobre las situacion<strong>es</strong> o las<br />
conting<strong>en</strong>cias <strong>en</strong> las que se ha de s<strong>en</strong>tir miedo. En <strong>es</strong>os mapas se da gran<br />
importancia a la pr<strong>es</strong><strong>en</strong>cia –o a las influ<strong>en</strong>cias- de lo numinoso-primordial y de<br />
la Muerte-arquetipo y a cómo se pued<strong>en</strong> reconocer dichas situacion<strong>es</strong><br />
mediante el análisis s<strong>en</strong>sorial y simbólico del medio. Los núcleos de<br />
información provistos por la mitología y la tradición pose<strong>en</strong> asimismo, al<br />
r<strong>es</strong>pecto, una gran importancia.<br />
Poca duda cabe de que, así, <strong>es</strong> posible obt<strong>en</strong>er notabl<strong>es</strong> y profundas<br />
modificacion<strong>es</strong> tanto del ámbito experi<strong>en</strong>cial, como de la naturaleza que nos<br />
<strong>en</strong>vuelve de una manera común a dios<strong>es</strong> y a humanos. De hecho, las<br />
transformacion<strong>es</strong> de la naturaleza debidas tanto al paso de lo numinosoprimordial<br />
o la Muerte, como al uso de los instrum<strong>en</strong>tos mágicos y<br />
extraordinarios previstos para cortarl<strong>es</strong> el paso o modificar su poder, <strong>es</strong> una de<br />
las características que más se d<strong>es</strong>tacan <strong>en</strong> los relatos. De tal manera, los<br />
objetos mágicos que los perseguidos arrojan <strong>en</strong> el camino para obstaculizar el<br />
acoso de que son objeto por parte de las fuerzas numinosas, no van a impedir<br />
–por lo g<strong>en</strong>eral- el progr<strong>es</strong>o de dichas <strong>en</strong>ergías, pero sí van a transformar el<br />
<strong>en</strong>torno <strong>en</strong> el que ti<strong>en</strong>e lugar la persecución, no sólo <strong>en</strong> su aspecto físico –<br />
aparición de barreras <strong>es</strong>pinosas, de lagos o de montañas- sino, sobre todo, <strong>en</strong><br />
lo que concierne a su simbolismo y significado.<br />
Esa variación de significado aparece ante nosotros con mayor claridad<br />
si examinamos la cad<strong>en</strong>a de acontecimi<strong>en</strong>tos y de ag<strong>en</strong>t<strong>es</strong> que intervi<strong>en</strong><strong>en</strong> a lo<br />
largo del proc<strong>es</strong>o d<strong>es</strong><strong>en</strong>cad<strong>en</strong>ado por la actuación de la Pr<strong>es</strong><strong>en</strong>cia aterradora.<br />
Lo primero que se produce <strong>en</strong> <strong>es</strong>te s<strong>en</strong>tido <strong>es</strong> el <strong>es</strong>cape, la huida, que<br />
comi<strong>en</strong>za tan pronto como la Pr<strong>es</strong><strong>en</strong>cia se manifi<strong>es</strong>ta. Aquí hay una clara<br />
dife<strong>en</strong>cia r<strong>es</strong>pecto a la hierofanía, ya que <strong>en</strong> ésta el t<strong>es</strong>tigo no huye sino que<br />
permanece inmóvil, atrapado, por la manif<strong>es</strong>tación numinosa. El intervalo <strong>en</strong> el<br />
79
que lo numinoso podía haber sido interpretado como una am<strong>en</strong>aza terrible ha<br />
sido culminado, <strong>en</strong> <strong>es</strong>te caso, por la pl<strong>en</strong>itud y la fascinación de que nos<br />
hablaba Rudolf Otto.<br />
Pero <strong>en</strong> el caso de la Huida Mágica, <strong>es</strong>a fascinación, aun si<strong>en</strong>do lo<br />
sufici<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te int<strong>en</strong>sa como para que el t<strong>es</strong>tigo de cu<strong>en</strong>ta de ella o la traslade<br />
a otros por medio de sus actitud<strong>es</strong> posterior<strong>es</strong>, no <strong>es</strong> bastante como para<br />
at<strong>en</strong>uar las r<strong>es</strong>tant<strong>es</strong> características trem<strong>en</strong>das de la Pr<strong>es</strong><strong>en</strong>cia: se<br />
d<strong>es</strong><strong>en</strong>cad<strong>en</strong>a el Miedo, el terror incoercible y se produce la fuga.<br />
Los modelos cognitivos consagrados por la tradición determinarán <strong>en</strong><br />
<strong>es</strong>tos casos la nec<strong>es</strong>idad de una ayuda. En los archivos de <strong>es</strong>as tradicion<strong>es</strong><br />
exist<strong>en</strong> toda una serie de recetas y de procedimi<strong>en</strong>tos vinculados a ciertos<br />
objetos de uso común y cuya historia se remonta casi hasta los primeros<br />
mom<strong>en</strong>tos de la humanidad –como ocurre, por ejemplo con el peine, que<br />
recoge a través de su uso toda la fuerza que emana de la cabeza, o con los<br />
<strong>es</strong>pejos, <strong>en</strong> los cual<strong>es</strong> <strong>es</strong> posible ver los reflejos del alma- y también a<br />
elem<strong>en</strong>tos del paisaje –montañas, lagos, rios y océanos o la vegetación de<br />
bosqu<strong>es</strong> y praderas- o a productos de la industria humana, como el fuego.<br />
Todos <strong>es</strong>tos elem<strong>en</strong>tos y algunos más se utilizarán fr<strong>en</strong>te a las fuerzas<br />
de lo numinoso-primordial y de la Muerte-arquetipo, como los recursos que la<br />
cultura humana <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>ta al <strong>en</strong>torno caótico y am<strong>en</strong>azador de lo absolutam<strong>en</strong>te<br />
otro que surge. Las influ<strong>en</strong>cias ejercidas <strong>en</strong>tonc<strong>es</strong> sobre la naturaleza ya no<br />
son aquellas que derivan de la actuación de fuerzas que obran <strong>en</strong> un mismo<br />
plano con el universo, sino de otras que proced<strong>en</strong> de un nivel bi<strong>en</strong> distinto y<br />
que, al m<strong>en</strong>os <strong>en</strong> teoría, deberían conseguir que se <strong>es</strong>tableci<strong>es</strong>e un dominio –o<br />
cuando m<strong>en</strong>os, un control- de tal<strong>es</strong> influ<strong>en</strong>cias d<strong>es</strong>organizadas. De hecho, <strong>es</strong>o<br />
mismo se consigue al lograr la transformación de lo numinoso <strong>en</strong> lo Sagrado y<br />
de éste <strong>en</strong> lo Religioso. Pero el proc<strong>es</strong>o mediante el que se d<strong>es</strong>arrolla la Huida<br />
Mágica <strong>es</strong> difer<strong>en</strong>te y <strong>en</strong> él, lo numinoso r<strong>es</strong>ulta ser tan activo que dificilm<strong>en</strong>te<br />
va a poderse controlar, salvo con el recurso al apartami<strong>en</strong>to, al alejami<strong>en</strong>to, a<br />
la conservación de la distancia, <strong>es</strong> decir, a la fuga ante lo que no puede ser<br />
dominado por una influ<strong>en</strong>cia directa.<br />
Los <strong>es</strong>pinos y el fuego son elem<strong>en</strong>tos predominantem<strong>en</strong>te cultural<strong>es</strong>,<br />
contra lo que a vec<strong>es</strong> pudiera parecer ya que, muchas vec<strong>es</strong>, ambos se<br />
<strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran <strong>en</strong> la naturaleza sin que el ser humano interv<strong>en</strong>ga <strong>en</strong> su<br />
80
producción. Pero lo que se int<strong>en</strong>ta d<strong>es</strong>tacar <strong>en</strong> el papel d<strong>es</strong>empeñado por<br />
ambos elem<strong>en</strong>tos <strong>en</strong> los relatos sobre Huida Mágica <strong>es</strong>, precisam<strong>en</strong>te, la<br />
versión organizada culturalm<strong>en</strong>te de ambos. El <strong>es</strong>pino, por ejemplo, <strong>es</strong> utilizado<br />
con mucha frecu<strong>en</strong>cia como un medio de separación con el que pued<strong>en</strong><br />
dividirse los <strong>es</strong>pacios, pero también como un sistema def<strong>en</strong>sivo y protector de<br />
los recintos humanos. En los relatos que nos ocupan, la verti<strong>en</strong>te cultural del<br />
<strong>es</strong>pino vi<strong>en</strong>e indicada de una manera muy clara cuando se lo considera como<br />
r<strong>es</strong>ultado de la transformación de otro objeto de naturaleza mágica –el peineéste<br />
sí de orig<strong>en</strong> y d<strong>es</strong>arrollo pl<strong>en</strong>am<strong>en</strong>te cultural<strong>es</strong>. Existe una proyección<br />
d<strong>es</strong>de el ámbito Naturaleza hasta el ámbito Cultura que se lleva a cabo de una<br />
manera semejante a como se hace <strong>en</strong> el proc<strong>es</strong>o d<strong>en</strong>ominado imaginatio, tan<br />
utilizado por los antiguos alquimistas y que consistía para ellos <strong>en</strong> ver con los<br />
ojos del <strong>es</strong>píritu o de la compr<strong>en</strong>sión 99 .<br />
El peine se transforma <strong>en</strong> <strong>es</strong>pino, precisam<strong>en</strong>te por la fuerza mágica<br />
acumulada <strong>en</strong> <strong>es</strong>e objeto tan familiar <strong>en</strong> todas las culturas y tan próximo a la<br />
cabeza humana. Parece como si fu<strong>es</strong>e la idea que <strong>en</strong> la cabeza nace qui<strong>en</strong><br />
gobernara <strong>en</strong> realidad dicha transformación, d<strong>es</strong>tinada a obstaculizar el avance<br />
de lo que <strong>es</strong> absolutam<strong>en</strong>te otro.<br />
Junto al <strong>es</strong>pino aparece el fuego, elem<strong>en</strong>to de profunda raigambre <strong>en</strong> la<br />
cultura humana, vinculado d<strong>es</strong>de siempre con el sol y con la claridad del día, a<br />
los que sustituye <strong>es</strong>pecialm<strong>en</strong>te durante las horas de oscuridad. El fuego <strong>es</strong> un<br />
ag<strong>en</strong>te de los dios<strong>es</strong> olímpicos y opu<strong>es</strong>to por naturaleza a las fuerzas<br />
subterráneas y numinosas. La asociación con el <strong>es</strong>pino, sin embargo, también<br />
puede repr<strong>es</strong><strong>en</strong>tar a lo Sagrado –recordemos el episodio de la zarza ardi<strong>en</strong>te<br />
relatado <strong>en</strong> el Libro del Éxodo y que sirvió como pr<strong>es</strong><strong>en</strong>tación y teofanía a<br />
Yahveh- aunque <strong>en</strong> <strong>es</strong>e <strong>es</strong>tadio ya <strong>es</strong>tá bi<strong>en</strong> singularizado con r<strong>es</strong>pecto a lo<br />
numinoso-primordial. En cualquier caso, el uso de cualquera de ambos<br />
recursos, juntos o por separado, va a producir una modificación importante <strong>en</strong><br />
el territorio, físico y cultural, de su manif<strong>es</strong>tación, considerada <strong>en</strong> el marco de<br />
los relatos de Huida Mágica. Incluso lo numinoso-primordial experim<strong>en</strong>tará<br />
también alguna modificación tras <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tarse a dichos elem<strong>en</strong>tos cultural<strong>es</strong>.<br />
99 A. Jaffé, Alchemy. En “From the life an work of C.G.Jung”. Harper Colophon, 1971. Citado <strong>en</strong><br />
Richard Noll, La pr<strong>es</strong><strong>en</strong>ce d´<strong>es</strong>prit dans la magie et la folie. En « Anthologie du chamanisme.Vers une<br />
consci<strong>en</strong>ce élargie de la réalité » S. Nicholson (Ed.) p. 82.<br />
81
Por su parte, las piedras y el agua son recursos pl<strong>en</strong>am<strong>en</strong>te asumidos<br />
por cualquier cultura humana. Los ser<strong>es</strong> humanos viv<strong>en</strong> casi siempre <strong>en</strong><br />
contacto más o m<strong>en</strong>os directo con la superficie terr<strong>es</strong>tre y <strong>en</strong> ésta, las piedras y<br />
sus derivados o agregados (rocas, colinas, montañas, acantilados, etc...) así<br />
como el agua y los suyos (rios, lagos, <strong>es</strong>tanqu<strong>es</strong>, charcas, mar<strong>es</strong> y océanos<br />
<strong>en</strong>tre otros) juegan un papel decisivo <strong>en</strong> múltipl<strong>es</strong> organizacion<strong>es</strong> de mitos,<br />
si<strong>en</strong>do ellos mismos elem<strong>en</strong>tos mitopoiéticos de gran trasc<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia. De hecho,<br />
tierra y agua, junto con el aire y el fuego, conforman, como sabemos, el<br />
cuaternio principal de elem<strong>en</strong>tos básicos que tanta importancia ha t<strong>en</strong>ido <strong>en</strong><br />
todas las cosmogonías y cosmologías.<br />
Pu<strong>es</strong> bi<strong>en</strong>. Ese carácter fundam<strong>en</strong>tal exhibido por dichos principios,<br />
induce a su vez un <strong>en</strong>orme poder cuando se utilizan como obstáculos fr<strong>en</strong>te al<br />
avance de lo numinoso-primordial o de la Muerte-arquetipo, los cual<strong>es</strong><br />
nec<strong>es</strong>itan utilizar todo su pot<strong>en</strong>cial evocador y toda su influ<strong>en</strong>cia sobre la m<strong>en</strong>te<br />
humana, para poder sortearlos. ¿Qué significa la interposición de una montaña<br />
o de una cordillera <strong>en</strong> el avance del perseguidor? Básicam<strong>en</strong>te significa un<br />
corte cósmico <strong>en</strong> el acto de fluir, el surgimi<strong>en</strong>to de una nec<strong>es</strong>idad de eludir y<br />
rodear el obstáculo, porque las cordilleras son tan firm<strong>es</strong> como la propia tierra,<br />
son, <strong>en</strong> realidad, proyeccion<strong>es</strong> de ella hacia el cielo y no puede ser aplastadas<br />
ni tampoco apartadas del lugar <strong>en</strong> el que han surgido. Podemos afirmar que las<br />
montañas –o las rocas, que suel<strong>en</strong> figurar incluso como imág<strong>en</strong><strong>es</strong> reducidas de<br />
ellas- ost<strong>en</strong>tan <strong>en</strong> realidad un carácter tan fundam<strong>en</strong>tal como pueda ser el de lo<br />
numinoso-primordial.<br />
Por su parte, los <strong>es</strong>pejos siempre han sido considerados como puertas<br />
abiertas hacia el Otro Mundo y, <strong>en</strong> cualquier caso, como instrum<strong>en</strong>tos<br />
conc<strong>en</strong>trador<strong>es</strong> de otros planos de la realidad. Las fuerzas de lo numinosoprimordial<br />
–según ocurre <strong>en</strong> el caso de la gorgona Medusa- no pued<strong>en</strong> superar,<br />
de ordinario, <strong>es</strong>a barrera multidim<strong>en</strong>sional constituida por las superfici<strong>es</strong><br />
<strong>es</strong>pecular<strong>es</strong>, ya que con ellas, o a su través, difícilm<strong>en</strong>te van a poder utilizar<br />
sus poder<strong>es</strong> paralizant<strong>es</strong> y petrificador<strong>es</strong>. Tal vez sea por <strong>es</strong>a razón que los<br />
mayas y otros pueblos depositan <strong>es</strong>pejos <strong>en</strong> las tumbas para que los difuntos<br />
82
puedan utilizarlos como elem<strong>en</strong>tos apotropaicos y también como medios para<br />
trasladarse al Más Allá o para regr<strong>es</strong>ar d<strong>es</strong>de allí hasta nu<strong>es</strong>tro mundo 100 .<br />
En los relatos de la Huída Mágica, los <strong>es</strong>pejos pued<strong>en</strong> transformarse <strong>en</strong><br />
lagos abisal<strong>es</strong> -dotados con toda la profundidad inabarcable de los universos<br />
feéricos- que no sólo supon<strong>en</strong> un obstáculo físico que, <strong>en</strong> cualquier caso y<br />
dadas las características propias del perseguidor sería, quizá, lo m<strong>en</strong>os<br />
importante, sino, sobre todo, una barrera simbólica, donde pueda diluirse y<br />
disgregar su terrible poder lo numinoso-primordial y hasta iluminarse con algún<br />
ligero d<strong>es</strong>tello la oscuridad <strong>es</strong><strong>en</strong>cial de la Muerte-arquetipo.<br />
Nos <strong>en</strong>contramos, por tanto, con un catálogo relevante de herrami<strong>en</strong>tas<br />
que pued<strong>en</strong> ser utilizadas fr<strong>en</strong>te a las am<strong>en</strong>azas que se pr<strong>es</strong><strong>en</strong>tan <strong>en</strong> las<br />
mismas fronteras del cosmos humano. Es nec<strong>es</strong>ario t<strong>en</strong>er <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta que los<br />
instrum<strong>en</strong>tos simbólicos no pose<strong>en</strong> la efectividad mecanicista de los artefactos<br />
tecnológicos, que su radio de acción <strong>es</strong> mucho más amplio y sus puntos de<br />
aplicación tanto más difícil<strong>es</strong> de concretar cuanto más internalizado haya sido<br />
el sistema significante sobre el que int<strong>en</strong>tamos aplicarlos. Por <strong>es</strong>o, <strong>en</strong> los textos<br />
y relatos sobre Huída Mágica, no parec<strong>en</strong> surtir efecto fr<strong>en</strong>te al perseguidor y<br />
éste apar<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te los sobrepasa sin <strong>es</strong>fuerzo.<br />
Sin embargo, el perseguidor deja parte de su ímpetu tras superar dichos<br />
obstáculos. El mismo d<strong>es</strong><strong>en</strong>lace de los relatos –el perseguidor ha de<br />
abandonar finalm<strong>en</strong>te a su víctima e incluso llega a morir d<strong>es</strong>pués de<br />
apoderarse de alguno de los regalos que <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra <strong>en</strong> su camino 101 - <strong>es</strong><br />
indicativo de la notable eficacia de <strong>es</strong>as herrami<strong>en</strong>tas mágicas, las únicas que,<br />
<strong>en</strong> realidad, r<strong>es</strong>ultan efectivas fr<strong>en</strong>te a la terrible am<strong>en</strong>aza de lo Absolutam<strong>en</strong>te<br />
otro. La Muerte-arquetipo, también puede llegar a ser v<strong>en</strong>cida, cuando, tras<br />
sortear los innumerabl<strong>es</strong> obstáculos simbólicos colocados <strong>en</strong> su camino por la<br />
100<br />
Miguel Rivera Dorado, Espejos de poder. Un aspecto de la civilización maya. Miraguano Edicion<strong>es</strong>,<br />
Madrid, 2004. p. 17 y s.<br />
101<br />
Como un ejemplo característico, véase el relato sobre la diosa canibal nahuatl Tlantepusilama. Tras<br />
perseguir a dos hermanos para devorarlos, consigue matar a uno de ellos mi<strong>en</strong>tras que el otro se refugia<br />
<strong>en</strong>tre las ramas de un árbol. Finalm<strong>en</strong>te, acepta la invitación a un banquete hecha por los habitant<strong>es</strong> de un<br />
poblado cercano y, tras atiborrarse de comida y bebida, se duerme, <strong>es</strong> quemada por sus huésped<strong>es</strong> y<br />
revi<strong>en</strong>ta. Ver Guilhem Olivier, Tlantepuzilama: las peligrosas andanzas de una deidad con di<strong>en</strong>t<strong>es</strong> de<br />
cobre <strong>en</strong> M<strong>es</strong>oamérica. Estudios de Cultura Nahuatl. Vol. 36. Universidad Nacional Autónoma de<br />
México. Reproducimos <strong>es</strong>tos relatos <strong>en</strong> Anexo 2.<br />
Por otra parte, el tema mítico del “Ogro al que se emborracha y luego se arroja al fuego” <strong>es</strong>tá ext<strong>en</strong>dido<br />
por muchas culturas del mundo. Ver al r<strong>es</strong>pecto <strong>en</strong> Yuri E. Berezkin, The Drunk<strong>en</strong> Ogre, <strong>en</strong> “Amerindian<br />
Mithology with parallels in the Old World”. “Folklore”. Estonian Folklore Institut. Ed. Mare Koiva &<br />
Andr<strong>es</strong> Kuperjanov. ISSN 1406 0949.<br />
83
cultura, se transforma, por ejemplo, <strong>en</strong> lo que Philippe Ariès llama mort<br />
apprivoisée 102 .<br />
4. El Vuelo mágico y el Extasis.<br />
102<br />
O Muerte « dom<strong>es</strong>ticada ». En Philippe Ariès, L´homme devant la mort. Tomo 1. Éditions du Seuil.<br />
1977.1985. p. 13 y s.<br />
84
4.1. Extasis, Vuelo Mágico y asc<strong>en</strong>sión cel<strong>es</strong>te.<br />
La tradición del Vuelo Mágico. Preparación para alcanzar los Estados de<br />
conci<strong>en</strong>cia chamánicos. Extasis y viaje. La igualdad con lo numinoso y lo<br />
Sagrado. El Doble o “Segundo Yo”. Los dos motivos míticos de la <strong>es</strong>tructura del<br />
Vuelo Mágico.<br />
Una de las formas previstas <strong>en</strong> las tradicion<strong>es</strong> de numerosos pueblos<br />
para <strong>en</strong>trar <strong>en</strong> contacto con lo numinoso <strong>es</strong>, precisam<strong>en</strong>te, mediante el proc<strong>es</strong>o<br />
que lleva a empr<strong>en</strong>der el vuelo y la asc<strong>en</strong>sión a través del éxtasis.<br />
Mircea Eliade habla de <strong>es</strong>te f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o ext<strong>en</strong>sam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> El chamanismo<br />
y las técnicas arcaicas del éxtasis, cuando se hace eco de la tradición del vuelo<br />
mágico que existe <strong>en</strong>tre los chaman<strong>es</strong> siberianos, <strong>es</strong>quimal<strong>es</strong> y<br />
norteamericanos, y afirma asimismo que <strong>en</strong> todo el mundo se atribuye a los<br />
hechiceros y medicine-m<strong>en</strong> dicho poder a través de la transformación del<br />
practicante <strong>en</strong> un animal volador, tal como los halcon<strong>es</strong>. El hecho de volar,<br />
tanto como la propia circunstancia de la metamorfósis imaginal experim<strong>en</strong>tada,<br />
supone que se produce, al mismo tiempo, una asimilación con los <strong>es</strong>píritus<br />
hacia cuya morada pret<strong>en</strong>de <strong>en</strong>caminarse el chamán 103 .<br />
La facultad de volar <strong>es</strong> por tanto una condición mágica. Pero, tal como la<br />
práctica de los <strong>es</strong>pecialistas chamánicos y la tradición nos indican, <strong>es</strong> siempre<br />
una condición recuperada, <strong>es</strong> decir, una experi<strong>en</strong>cia que todos los ser<strong>es</strong><br />
humanos compartieron in illo tempore, <strong>en</strong> un tiempo mítico, primitivo y ya<br />
perdido, y que se puede rememorar a través de mitos y ritual<strong>es</strong>, pero que<br />
únicam<strong>en</strong>te los iniciados y aquellos que han sido llamados para servir como<br />
vehículos para la expr<strong>es</strong>ión de ciertas fuerzas –que hemos cristalizado <strong>en</strong> lo<br />
numinoso y <strong>en</strong> sus formas evolucionadas, lo sagrado y lo religioso- pued<strong>en</strong><br />
ahora experim<strong>en</strong>tar.<br />
El vuelo mágico, <strong>en</strong> principio, no debe confundirse con la Huída mágica.<br />
En <strong>es</strong>te segundo caso, como hemos visto, hablamos de un notable y complejo<br />
constructo mítico <strong>en</strong> el que se d<strong>es</strong>cribe el <strong>es</strong>cape de uno o de varios<br />
protagonistas r<strong>es</strong>pecto a algo que ellos interpretan como una am<strong>en</strong>aza terrible.<br />
Sin embargo, el vuelo mágico, parece precisam<strong>en</strong>te todo lo contrario: un viaje<br />
103 M. Eliade, Le chamanisme... o.c., p. 415 y s.<br />
85
empr<strong>en</strong>dido d<strong>es</strong>de nu<strong>es</strong>tro mundo hacia el reino de los <strong>es</strong>píritus <strong>en</strong> donde, tal<br />
vez, el protagonista pueda <strong>en</strong>contrarse con <strong>en</strong>tidad<strong>es</strong> terribl<strong>es</strong> y peligrosas.<br />
Pero <strong>en</strong> <strong>es</strong>te caso, será él qui<strong>en</strong> ejerza el dominio y trate casi de igual a igual a<br />
<strong>es</strong>as pr<strong>es</strong><strong>en</strong>cias sobr<strong>en</strong>atural<strong>es</strong>. Es como si la relación de los ser<strong>es</strong> humanos<br />
con lo numinoso hubi<strong>es</strong>e experim<strong>en</strong>tado un vuelco o un cambio cualitativo tan<br />
importante que, ahora, lo Absolutam<strong>en</strong>te otro ya no constituye una am<strong>en</strong>aza o<br />
una fu<strong>en</strong>te de temor incoercible, sino una <strong>es</strong>pecie de depósito de <strong>en</strong>ergía<br />
sagrada que el <strong>es</strong>pecialista utiliza para sus propios fin<strong>es</strong> o para cubrir los<br />
objetivos y propósitos <strong>es</strong>piritual<strong>es</strong> o trasc<strong>en</strong>d<strong>en</strong>t<strong>es</strong> de su comunidad.<br />
El Vuelo Mágico <strong>es</strong>, por tanto, una técnica cualitativam<strong>en</strong>te avanzada de<br />
relación con el mundo de los dios<strong>es</strong> y los <strong>es</strong>píritus, si la consideramos con<br />
r<strong>es</strong>pecto a las que anteriorm<strong>en</strong>te hemos d<strong>es</strong>crito. Y r<strong>es</strong>ulta ser también, por lo<br />
mismo, una técnica compleja, <strong>en</strong> cuyo d<strong>es</strong>arrollo pl<strong>en</strong>o <strong>es</strong> nec<strong>es</strong>ario cubrir<br />
vaerias etapas.<br />
Con carácter previo, será nec<strong>es</strong>ario <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der que el Vuelo mágico <strong>es</strong>,<br />
sobre todo, un viaje al Más Allá, empr<strong>en</strong>dido no por afán de av<strong>en</strong>tura o de lucro<br />
personal, sino como r<strong>es</strong>pu<strong>es</strong>ta a una nec<strong>es</strong>idad social que se expr<strong>es</strong>a y se<br />
satisface a través del <strong>es</strong>pecialista. Pero no todas las formas posibl<strong>es</strong> del Vuelo<br />
Mágico van a poder compr<strong>en</strong>derse <strong>en</strong> <strong>es</strong>e marco ya que, básicam<strong>en</strong>te, dicha<br />
experi<strong>en</strong>cia <strong>es</strong>tá vinculada al ámbito –un poco más amplio- de la Asc<strong>en</strong>sión y<br />
del Extasis, que son mecanismos utilizados no sólo con fin<strong>es</strong> de traslado hacia<br />
el Otro Mundo, sino reconocidos <strong>en</strong> circunstancias tan variadas como<br />
universalm<strong>en</strong>te ext<strong>en</strong>didas.<br />
Así, por ejemplo, t<strong>en</strong>emos la casuística de los Santos que levitan ante la<br />
mirada asombrada de una congregación o a la vista de todo el pueblo, mi<strong>en</strong>tras<br />
permanec<strong>en</strong> <strong>en</strong> éxtasis o <strong>en</strong>simismados <strong>en</strong> la contemplación de algún misterio<br />
insondable. Casos parecidos ocurr<strong>en</strong> con ciertos lamas y yoguis, como <strong>es</strong> bi<strong>en</strong><br />
sabido. En el ámbito de los chaman<strong>es</strong>, la asc<strong>en</strong>sión a través del poste o del<br />
árbol sagrados que repr<strong>es</strong><strong>en</strong>tan el axis mundi, <strong>es</strong> una maniobra previa para<br />
poder llevar a cabo el viaje al Más Allá.<br />
Sea como fuere, aunque <strong>en</strong> todos <strong>es</strong>tos ejemplos existe un vínculo que<br />
podríamos d<strong>en</strong>ominar técnico, común a todos ellos, y que determina el hecho<br />
de asc<strong>en</strong>der, <strong>es</strong> decir, de volar, con lo que ello supone de asimilación del<br />
protagonista al <strong>es</strong>tado propio de los <strong>es</strong>píritus y divinidad<strong>es</strong>, sólo <strong>en</strong> el Vuelo<br />
86
Mágico de los chaman<strong>es</strong> se lleva a cabo pl<strong>en</strong>am<strong>en</strong>te el objetivo que se<br />
pret<strong>en</strong>día: alcanzar un <strong>es</strong>tado de conci<strong>en</strong>cia difer<strong>en</strong>te, poder d<strong>es</strong>plazarse hacia<br />
el mundo de los <strong>es</strong>píritus una vez alcanzado el <strong>es</strong>tado de igualdad con los<br />
ser<strong>es</strong> que allí vayan a <strong>en</strong>contrar y, finalm<strong>en</strong>te, tratar <strong>en</strong> <strong>es</strong>e plano de igualdad<br />
con dichas <strong>en</strong>tidad<strong>es</strong> consigui<strong>en</strong>do, finalm<strong>en</strong>te, un regr<strong>es</strong>o sin incid<strong>en</strong>t<strong>es</strong> ni<br />
sobr<strong>es</strong>altos hacia nu<strong>es</strong>tro mundo, una vez cubierto el objetivo pret<strong>en</strong>dido.<br />
Para ello se nec<strong>es</strong>ita, d<strong>es</strong>de luego, una preparación que no r<strong>es</strong>ulta<br />
s<strong>en</strong>cilla, sino que, por el contrario, <strong>es</strong> laboriosa, compleja y no ex<strong>en</strong>ta de<br />
peligros para los que la llevan a cabo. El novicio de chamán ha de<br />
experim<strong>en</strong>tar, con carácter previo, una muerte iniciática, tras la cual va a ser<br />
d<strong>es</strong>pedazado y reconstruido luego por los <strong>es</strong>píritus, y más tarde, recibir la<br />
ayuda de ser<strong>es</strong> sobr<strong>en</strong>atural<strong>es</strong> –sus <strong>es</strong>píritus protector<strong>es</strong>, casi siempre bajo el<br />
aspecto de animal<strong>es</strong>-<strong>es</strong>píritu- que le permita actuar con sus nuevos poder<strong>es</strong> y<br />
facultad<strong>es</strong>. Sin cubrir todas y cada una de <strong>es</strong>as etapas, <strong>en</strong> las que, por<br />
añadidura, va recibi<strong>en</strong>do también la sabiduría nec<strong>es</strong>aria para el d<strong>es</strong>empeño de<br />
su tarea, bi<strong>en</strong> por parte de su Ma<strong>es</strong>tro, bi<strong>en</strong> directam<strong>en</strong>te a través de los<br />
dios<strong>es</strong>, no podría alcanzar nunca sus objetivos. Y exist<strong>en</strong> numerosos<br />
candidatos que, <strong>en</strong> efecto, jamás logran alcanzarlos, convirtiéndose <strong>en</strong>tonc<strong>es</strong><br />
<strong>en</strong> chaman<strong>es</strong> incompletos, no aptos para actuar con todas las garantías<br />
nec<strong>es</strong>arias.<br />
Considerando ya cubiertos <strong>es</strong>os pasos previos, el <strong>es</strong>pecialista chamán<br />
va a empr<strong>en</strong>der su Viaje Mágico. Como hemos dicho, no lo hace por curiosidad<br />
o por placer, sino con un objetivo: por ejemplo, para recuperar el alma perdida<br />
de algui<strong>en</strong> que <strong>es</strong>tá <strong>en</strong>fermo o, quizá, para acompañar a un <strong>es</strong>píritu recién<br />
d<strong>es</strong><strong>en</strong>carnado <strong>en</strong> su último viaje. Pero <strong>en</strong> cualquier caso, él mismo ha de<br />
prepararse y alcanzar un <strong>es</strong>tado alterado de conci<strong>en</strong>cia –o el ECC, <strong>es</strong>tado de<br />
conci<strong>en</strong>cia chamánica, del que nos habla Michael Harner- que le permita lograr<br />
los pasos que hemos señalado: alcanzar una naturaleza similar a la de los<br />
<strong>es</strong>píritus y poder tratar <strong>en</strong> un plano de igualdad y familiaridad con ellos.<br />
R<strong>es</strong>pecto al tema del Vuelo Mágico, no hay que olvidar la alternativa,<br />
profusam<strong>en</strong>te recogida por ejemplo <strong>en</strong> la literatura de los antiguos<br />
<strong>es</strong>candinavos y germanos nórdicos, <strong>es</strong>tudiada por Regis Boyer y Claude<br />
Lecouteux, fundam<strong>en</strong>tada <strong>en</strong> la exist<strong>en</strong>cia del doble y sobre el importante papel<br />
87
que <strong>es</strong>e concepto d<strong>es</strong>empeña <strong>en</strong> los viaj<strong>es</strong> extáticos 104 . La idea del doble se<br />
halla vinculada a una noción muy peculiar que, r<strong>es</strong>pecto a la naturaleza del<br />
alma, manti<strong>en</strong><strong>en</strong> aquellas culturas. El viaje extático puede ser empr<strong>en</strong>dido por<br />
una <strong>es</strong>pecie de segundo yo, poseído <strong>en</strong> principio por todos los ser<strong>es</strong> humanos,<br />
pero que únicam<strong>en</strong>te algunos pued<strong>en</strong> liberar mediante técnicas <strong>es</strong>pecial<strong>es</strong>.<br />
Ese doble –que puede ser de naturaleza física y material, pero que no<br />
nec<strong>es</strong>ariam<strong>en</strong>te ha de <strong>es</strong>tar vinculado a una forma humana- suele abandonar<br />
el cuerpo <strong>en</strong> circunstancias particular<strong>es</strong>, como el sueño y la <strong>en</strong>fermedad,<br />
originando una <strong>es</strong>pecie de catalepsia que le permite vagar de manera<br />
indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te, mi<strong>en</strong>tras el cuerpo permanece postrado y <strong>en</strong> un <strong>es</strong>tado que<br />
muchas vec<strong>es</strong> puede confundirse con la muerte física.<br />
Ciertos individuos son capac<strong>es</strong>, por tanto, de liberar su doble, y de hacer<br />
que éste viaje a diversos lugar<strong>es</strong>, tanto de nu<strong>es</strong>tro mundo como del Más Allá.<br />
Pero deb<strong>en</strong> r<strong>es</strong>petarse unas reglas muy <strong>es</strong>trictas para que sea posible llevar a<br />
cabo semejant<strong>es</strong> experi<strong>en</strong>cias. En primer lugar, ha de producirse <strong>es</strong>a <strong>es</strong>pecie<br />
de letargia, sueño o coma <strong>es</strong>pecial –que puede ser r<strong>es</strong>ultado de una<br />
<strong>en</strong>fermedad, pero también de una práctica ascética <strong>en</strong> la cual colabor<strong>en</strong> ciertos<br />
elem<strong>en</strong>tos ya conocidos <strong>en</strong> el caso de los chaman<strong>es</strong> y otros <strong>es</strong>pecialistas del<br />
éxtasis: música ritmica, cantos, danzas, e incluso ing<strong>es</strong>tión de sustanciascomo<br />
condición indisp<strong>en</strong>sable. Además, mi<strong>en</strong>tras dure el proc<strong>es</strong>o, el cuerpo<br />
yac<strong>en</strong>te no debe ser mol<strong>es</strong>tado <strong>en</strong> ninguna forma, ni tocado por ser vivi<strong>en</strong>te<br />
alguno, ni mucho m<strong>en</strong>os d<strong>es</strong>pertado con viol<strong>en</strong>cia, pu<strong>es</strong> ello acarrearía la<br />
muerte irremisible del practicante 105 .<br />
Una vez que el doble abandona su cuerpo de orig<strong>en</strong>, puede d<strong>es</strong>plazarse<br />
librem<strong>en</strong>te, incluso a grand<strong>es</strong> distancias y ser visto por t<strong>es</strong>tigos <strong>en</strong> los lugar<strong>es</strong><br />
de su aparición como una figura dotada con todas las características del cuerpo<br />
original. A su vuelta al cuerpo matriz, el protagonista será capaz de d<strong>es</strong>cribir<br />
porm<strong>en</strong>orizadam<strong>en</strong>te las circunstancias de su viaje, proporcionando a los<br />
asombrados asist<strong>en</strong>t<strong>es</strong> detall<strong>es</strong> acerca de lugar<strong>es</strong>, personas y hechos que, <strong>en</strong><br />
principio, serían extraños y d<strong>es</strong>conocidos para él.<br />
104 Claude Lecouteaux, Fé<strong>es</strong>, sorcièr<strong>es</strong> et loups-garous au Moy<strong>en</strong> Âge. Ver el epígrafe “L<strong>es</strong> Extatiqu<strong>es</strong><br />
paï<strong>en</strong>s” y particularm<strong>en</strong>te el epígrafe “L<strong>es</strong> prof<strong>es</strong>sionnels de l´extase”. P. 48 y s. Ver también J.L.<br />
<strong>Cardero</strong> <strong>López</strong>, Ejércitos de Muertos y viaj<strong>es</strong> al Otro Mundo.<br />
105 Ver una d<strong>es</strong>cripción del proc<strong>es</strong>o <strong>en</strong> el caso pr<strong>es</strong><strong>en</strong>ciado por el arzobispo de Upsala, relatado por<br />
Léopold de Gerlach (1790-1861) y consignado por Franz Wallner <strong>en</strong> sus “Memorias”. En C. Lecouteux,<br />
o.c., p. 54<br />
88
En cualquiera de las formas antedichas, el chamán alcanza su <strong>es</strong>tado<br />
extático y camina –subi<strong>en</strong>do o d<strong>es</strong>c<strong>en</strong>di<strong>en</strong>do, según el caso, mediante el poste<br />
mágico o arbol sagrado- hacia alguno de los dos planos del Otro Mundo. Una<br />
vez allí, habla con las <strong>en</strong>tidad<strong>es</strong> a las que <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra <strong>en</strong> su camino,<br />
preguntándol<strong>es</strong> sobre la mejor manera de alcanzar el objetivo que persigue,<br />
pero tratándolas <strong>en</strong> un plano de igualdad. Casi siempre, el <strong>es</strong>pecialista chamán<br />
va a ser ayudado por sus animal<strong>es</strong>-<strong>es</strong>píritu para <strong>en</strong>contrar el camino de ida y<br />
de vuelta <strong>en</strong>tre nu<strong>es</strong>tro mundo y el otro, o para tratar con la deidad<br />
corr<strong>es</strong>pondi<strong>en</strong>te sobre el posible r<strong>es</strong>cate del alma extraviada de algún <strong>en</strong>fermo<br />
que haya podido ser capturada por las <strong>en</strong>tidad<strong>es</strong> maléficas que acechan <strong>en</strong> el<br />
límite exist<strong>en</strong>te <strong>en</strong>tre ambos planos de la realidad.<br />
Si se consigue el objetivo, el chamán ofrece a la deidad corr<strong>es</strong>pondi<strong>en</strong>te<br />
un pr<strong>es</strong><strong>en</strong>te de sustitución –el alma de animal<strong>es</strong> sacrificados al efecto por él<br />
mismo o por sus ayudant<strong>es</strong>- y regr<strong>es</strong>a a nu<strong>es</strong>tro mundo, culminando así su<br />
viaje, del que referirá luego porm<strong>en</strong>orizadam<strong>en</strong>te todos y cada uno de los<br />
incid<strong>en</strong>t<strong>es</strong> y circunstancias, para <strong>es</strong>clarecimi<strong>en</strong>to de los hechos y satisfacción<br />
de la curiosidad de sus t<strong>es</strong>tigos.<br />
D<strong>es</strong>de el punto de vista de la articulación de <strong>es</strong>te complejo <strong>es</strong>tructural<br />
del Vuelo Mágico y viaje extático, hay que decir –como sugiere la ext<strong>en</strong>sión del<br />
concepto del Doble ant<strong>es</strong> citado- que, si bi<strong>en</strong> los <strong>es</strong>pecialistas chamánicos lo<br />
utilizan <strong>en</strong> su función de expertos de lo sagrado –<strong>en</strong> expr<strong>es</strong>ión de Eliade- el<br />
conocimi<strong>en</strong>to que se ti<strong>en</strong>e de sus técnicas d<strong>es</strong>borda el ámbito de compet<strong>en</strong>cia<br />
chamánico para llegar hasta territorios cultural<strong>es</strong> muy diversos <strong>en</strong>tre los que se<br />
cu<strong>en</strong>tan yoguis, fakir<strong>es</strong> y alquimistas 106 . Pero r<strong>es</strong>ulta importante considerar<br />
cual<strong>es</strong> son los dos motivos míticos principal<strong>es</strong> sobre los que se fundam<strong>en</strong>ta<br />
aquella <strong>es</strong>tructura, porque <strong>en</strong> ellos se apoyan tanto la noción o concepto de<br />
igualdad sost<strong>en</strong>ido por el <strong>es</strong>pecialista con r<strong>es</strong>pecto a lo numinoso y lo Sagrado,<br />
como la explicación de su eficacia simbólica.<br />
Según Eliade, <strong>es</strong>tos motivos son la imaginación mítica del alma –o del<br />
doble, <strong>en</strong> su caso- bajo la forma de un ave y la concepción de los pájaros y<br />
animal<strong>es</strong> volador<strong>es</strong> <strong>en</strong> g<strong>en</strong>eral como psicopompos 107 , ext<strong>en</strong>didos ambos a<br />
casi todas las culturas. El <strong>es</strong>píritu de los muertos toma forma de ave y así <strong>es</strong><br />
106 M. Eliade, Chamanisme...o.c..p.416 y s.<br />
107 Ibídem.<br />
89
epr<strong>es</strong><strong>en</strong>tado a través de innumerabl<strong>es</strong> t<strong>es</strong>timonios visual<strong>es</strong>, oral<strong>es</strong> y <strong>es</strong>critos,<br />
compr<strong>en</strong>didos d<strong>es</strong>de el Egipto Antiguo hasta M<strong>es</strong>oamérica. Por su parte, el<br />
<strong>es</strong>píritu del chamán o el del <strong>es</strong>pecialista <strong>en</strong> Vuelo Mágico, se transforma<br />
también <strong>en</strong> pájaro por medio del trance e éxtasis que experim<strong>en</strong>ta <strong>en</strong> su etapa<br />
preparatoria e iniciática. Eso explica también su <strong>es</strong>tado de conci<strong>en</strong>cia igualitario<br />
fr<strong>en</strong>te al r<strong>es</strong>to de los <strong>es</strong>píritus, almas d<strong>es</strong><strong>en</strong>carnadas y deidad<strong>es</strong> que habitan<br />
los planos alternativos de nu<strong>es</strong>tra realidad. Como afirma Eliade, nos referimos<br />
aquí a un procedimi<strong>en</strong>to –el Vuelo Mágico, vinculado al Éxtasis y a la<br />
Asc<strong>en</strong>sión cel<strong>es</strong>te o el D<strong>es</strong>c<strong>en</strong>so al Inframundo- que traduce a la vez la<br />
autonomía del alma y, debido a su naturaleza, la posibilidad que posee de<br />
trasladarse hacia ámbitos a los que, <strong>en</strong> otras circunstancias, no podría llegar.<br />
Además, dicha posibilidad se mu<strong>es</strong>tra directam<strong>en</strong>te vinculada con <strong>es</strong>a<br />
nostalgia del vuelo que aparece como <strong>es</strong><strong>en</strong>cial <strong>en</strong> el psiquismo humano y que<br />
r<strong>es</strong>ulta ser, asimismo, un aspecto repetido y fundam<strong>en</strong>tal de todas las<br />
mitologías 108 .<br />
108 M. Eliade, Chamanisme... o.c., p. 418.<br />
90
4.2. El Vuelo Mágico y las distintas vías expr<strong>es</strong>ivas de lo Sagrado.<br />
¿Hasta que punto las manif<strong>es</strong>tacion<strong>es</strong> extáticas y de Vuelo Mágico,<br />
reflejan lo “Numinoso-finalm<strong>en</strong>te-humanizado”, <strong>es</strong> decir, <strong>es</strong>o que puede<br />
d<strong>en</strong>ominarse “lo Sagrado-institucionalizado”? ¿Y hasta que punto pued<strong>en</strong><br />
dominarlo o controlarlo?<br />
Es importante analizar el proc<strong>es</strong>o –acerca del cual, hasta ahora sólo<br />
hemos <strong>es</strong>bozado unas brev<strong>es</strong> líneas- por el que se produce una<br />
transformación, tanto <strong>en</strong> las características con las que <strong>en</strong> un principio se había<br />
pr<strong>es</strong><strong>en</strong>tado lo numinoso, como <strong>en</strong> la condición básica de las relacion<strong>es</strong><br />
<strong>es</strong>tablecidas <strong>en</strong>tre el ámbito de lo humano y lo Sagrado.<br />
El concepto de Vuelo Mágico y el sistema complejo al que se refiere,<br />
supone una notable evolución r<strong>es</strong>pecto a lo que repr<strong>es</strong><strong>en</strong>taba la Huida Mágica.<br />
Tal como ya se ha dicho, constituye un instrum<strong>en</strong>to de relación con lo Sagrado<br />
cualitativam<strong>en</strong>te avanzado, si se considera r<strong>es</strong>pecto a otras técnicas que<br />
persigu<strong>en</strong> propósitos similar<strong>es</strong>. Pero la práctica del sistema del Vuelo Mágico<br />
<strong>en</strong> sí, sistema trifuncional (Extasis, Vuelo Mágico, asc<strong>en</strong>sión-d<strong>es</strong>c<strong>en</strong>so) tal<br />
como se d<strong>es</strong>cribe la obra de Mircea Eliade, supone además una modificación<br />
importante experim<strong>en</strong>tada también por lo Sagrado y una <strong>es</strong>tructuración mucho<br />
más elaborada del mundo del que éste forma parte.<br />
Mi<strong>en</strong>tras que <strong>en</strong> la Huida Mágica no era nec<strong>es</strong>ario detallar demasiado<br />
las distintas <strong>es</strong>tructuras del ámbito de los dios<strong>es</strong> o del reino <strong>en</strong> el que moran<br />
los <strong>es</strong>píritus, sino que tan solo se pret<strong>en</strong>día poner de relieve la difer<strong>en</strong>cia de<br />
nivel<strong>es</strong> y de naturaleza que existían <strong>en</strong>tre lo Absolutam<strong>en</strong>te otro y lo humano,<br />
el <strong>es</strong>pecialista <strong>en</strong> el Vuelo Mágico –g<strong>en</strong>eralm<strong>en</strong>te, un chamán- que ha de<br />
empr<strong>en</strong>der un viaje hacia mundos extraños, debe conocer a la perfección la<br />
topografía y las características, incluso aquellas, <strong>en</strong> apari<strong>en</strong>cia, m<strong>en</strong>os<br />
important<strong>es</strong>, tanto del Mundo Superior donde suel<strong>en</strong> habitar los dios<strong>es</strong>, como<br />
del Inframundo <strong>en</strong> el que r<strong>es</strong>id<strong>en</strong> los muertos y, a vec<strong>es</strong>, también los malos<br />
<strong>es</strong>píritus.<br />
Este conocimi<strong>en</strong>to no <strong>es</strong> exclusivo de los chaman<strong>es</strong>, ya que, como<br />
apunta Eliade, <strong>es</strong> compartido por numerosas <strong>es</strong>cuelas de p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to y<br />
particularm<strong>en</strong>te por aquellas que se relacionan más directam<strong>en</strong>te con la<br />
<strong>es</strong>piritualidad budista –por ejemplo, la de los Boddhisattvas- o con otras como<br />
91
las corr<strong>es</strong>pondi<strong>en</strong>t<strong>es</strong> a algunas <strong>es</strong>cuelas del Egipto Antiguo. En casi todas<br />
ellas, la <strong>es</strong>tructura compleja del universo suele <strong>es</strong>tar vinculada con el mito<br />
cosmogónico del Arbol Cósmico y también con el concepto de Alma-Anc<strong>es</strong>tral,<br />
tan repartido <strong>en</strong> las culturas antiguas de América, Asia y Europa 109 .<br />
El conocimi<strong>en</strong>to de la cosmogonía y la cosmología, <strong>es</strong>, por tanto, muy<br />
importante para que los <strong>es</strong>pecialistas puedan llevar a cabo su Vuelo Mágico.<br />
Como sabemos, el éxtasis <strong>es</strong> un primer paso para com<strong>en</strong>zar el proc<strong>es</strong>o, ya que<br />
el <strong>es</strong>pecialista debe acomodar su naturaleza humana a la de los dios<strong>es</strong> y<br />
<strong>es</strong>píritus a los que va a visitar y a tratar <strong>en</strong> plano de igualdad. Lo que cabe<br />
preguntarse ahora <strong>es</strong> cómo va a ser posible que lo numinoso-primordial con<br />
sus características aj<strong>en</strong>as y terribl<strong>es</strong> tantas vec<strong>es</strong> m<strong>en</strong>cionadas, vaya a permitir<br />
una incursión <strong>en</strong> sus territorios de prefer<strong>en</strong>cia, sin que se produzca ninguna<br />
reacción <strong>en</strong> contra.<br />
No exist<strong>en</strong> dudas acerca de un punto: el acc<strong>es</strong>o al mundo de los<br />
<strong>es</strong>píritus –sea el Superior o el Inferior- nunca va a ser fácil o s<strong>en</strong>cillo, ni sin<br />
sobr<strong>es</strong>altos el trato mant<strong>en</strong>ido con las <strong>en</strong>tidad<strong>es</strong> que allí moran. D<strong>es</strong>de luego,<br />
existe un cambio cualitativo notable de las relacion<strong>es</strong> con el ámbito de lo<br />
Sagrado d<strong>es</strong>de que asistíamos a las manif<strong>es</strong>tacion<strong>es</strong> de aquellas Pr<strong>es</strong><strong>en</strong>cias<br />
ante las que era nec<strong>es</strong>ario protegerse con v<strong>es</strong>tiduras <strong>es</strong>pecial<strong>es</strong> y velarse el<br />
rostro, o que podían aniquilar al t<strong>es</strong>tigo a causa de un simple contacto no<br />
autorizado sobre los objetos del Kod<strong>es</strong>h HaKodashim o Santo de los Santos<br />
del Templo de Jerusalem, o por la perman<strong>en</strong>cia indebida <strong>en</strong> el interior de los<br />
límit<strong>es</strong> que protegían el altar de Zeus Lycaion <strong>en</strong> Arcadia.<br />
Sin embargo, <strong>en</strong> <strong>es</strong>te aspecto, también lo numinoso-primordial se ha<br />
adaptado al trato humano. Ya no sólo por la práctica de los sacrificios cru<strong>en</strong>tos<br />
y por el hom<strong>en</strong>aje de la carne y de la sangre, se han producido modificacion<strong>es</strong><br />
de grado r<strong>es</strong>pecto a las consecu<strong>en</strong>cias que la Pr<strong>es</strong><strong>en</strong>cia trae consigo. Ahora un<br />
<strong>es</strong>pecialista humano no sólo puede actuar ante el altar del Núm<strong>en</strong> hecho Dios,<br />
sino que <strong>es</strong> capaz de p<strong>en</strong>etrar también más allá de los límit<strong>es</strong> de <strong>es</strong>e <strong>es</strong>paciofrontera<br />
que separa lo profano de lo sagrado, para tratar con las Entidad<strong>es</strong> que<br />
allí r<strong>es</strong>id<strong>en</strong> sobre la conv<strong>en</strong>i<strong>en</strong>cia del r<strong>es</strong>cate de un alma llevada ant<strong>es</strong> de<br />
tiempo o de manera injusta, o para discutir lo más conv<strong>en</strong>i<strong>en</strong>te <strong>en</strong> las<br />
109 M. Eliade, Chamanismo… o.c. p. 418.<br />
92
elacion<strong>es</strong> <strong>es</strong>tablecidas <strong>en</strong>tre ambos planos de la realidad. Los dios<strong>es</strong><br />
continúan mereci<strong>en</strong>do sacrificios y holocaustos, porque sigu<strong>en</strong> habitando <strong>en</strong> un<br />
plano superior al de los simpl<strong>es</strong> humanos, hijos de la muerte. Pero no pued<strong>en</strong><br />
actuar a su capricho ni adoptar medidas arbitrarias, ya que exist<strong>en</strong><br />
<strong>es</strong>pecialistas humanos que <strong>es</strong>tán capacitados para poner <strong>en</strong> <strong>en</strong>tredicho y<br />
contrarr<strong>es</strong>tar, llegado el caso, tal<strong>es</strong> accion<strong>es</strong>.<br />
Como la muerte, el éxtasis implica una mutación, afirma Eliade 110 . Y la<br />
mutación va a ser nec<strong>es</strong>aria para realizar el viaje a los Infiernos que no <strong>es</strong>, <strong>en</strong><br />
<strong>es</strong>te caso, el clásico lugar de sufrimi<strong>en</strong>to eterno consagrado por la hagiografía<br />
cristiana, sino un ámbito de apr<strong>en</strong>dizaje, <strong>es</strong> decir, allí donde se adquiere el<br />
Conocimi<strong>en</strong>to Secreto y <strong>es</strong>otérico que incumbe a los iniciados. Tal <strong>es</strong>,<br />
seguram<strong>en</strong>te, el m<strong>en</strong>saje oculto <strong>en</strong> el relato del Credo, formulado <strong>en</strong> el siglo V,<br />
sobre el D<strong>es</strong>c<strong>en</strong>so del Cristo a los Infiernos, ant<strong>es</strong> de su r<strong>es</strong>urreción y asc<strong>en</strong>so<br />
a los Cielos. Los <strong>es</strong>pecialistas igual que los difuntos, han de superar toda una<br />
serie de dificultad<strong>es</strong> y obstáculos para poder llegar felizm<strong>en</strong>te al Otro Mundo.<br />
Esas dificultad<strong>es</strong>, repr<strong>es</strong><strong>en</strong>tadas <strong>en</strong> los textos como pasos difícil<strong>es</strong>, pu<strong>en</strong>t<strong>es</strong><br />
<strong>es</strong>trechos y similar<strong>es</strong>, aparec<strong>en</strong> tanto <strong>en</strong> las pruebas chamánicas como <strong>en</strong> las<br />
relacion<strong>es</strong> sobre los Viaj<strong>es</strong> al Otro Mundo característicos de la Europa<br />
Medieval 111 . Lo numinoso ya no <strong>es</strong>tará allí para caer sobre el intruso –d<strong>es</strong>de la<br />
consolidación del cristianismo, <strong>es</strong>a labor ha sido dejada <strong>en</strong> mano de los diablos<br />
y de los <strong>es</strong>píritus malignos- pero sí impondrá su pr<strong>es</strong><strong>en</strong>cia <strong>en</strong> las dificultad<strong>es</strong><br />
que el viajero experim<strong>en</strong>ta para hacerse con el Saber que busca. Porque, <strong>en</strong><br />
<strong>es</strong>te s<strong>en</strong>tido, todo viaje <strong>es</strong>, sobre todo, la crónica por etapas de un apr<strong>en</strong>dizaje.<br />
Lo Sagrado se expr<strong>es</strong>a <strong>en</strong>tonc<strong>es</strong> a través del rigor, de <strong>es</strong>e simbolismo<br />
del d<strong>es</strong>pedazami<strong>en</strong>to que el apr<strong>en</strong>diz de chamán debe sufrir, vig<strong>en</strong>te también<br />
todavía <strong>en</strong> <strong>es</strong>a imag<strong>en</strong> de aplastami<strong>en</strong>to, cara y cuerpo pegados a la tierra, de<br />
los aspirant<strong>es</strong> al sacerdocio <strong>en</strong> su ceremonia de ord<strong>en</strong>ación. El paso de un<br />
<strong>es</strong>tado a otro supone sufrimi<strong>en</strong>to, r<strong>en</strong>uncia y muerte simbólica. Lo numinoso no<br />
vi<strong>en</strong>e ya para apoderarse del t<strong>es</strong>tigo pero exige la d<strong>es</strong>aparición de lo viejo y<br />
caduco que hay <strong>en</strong> él y el nacimi<strong>en</strong>to del hombre nuevo.<br />
Esa transformación <strong>en</strong> el trato con lo numinoso sugiere más que nada<br />
una modificación del carácter mismo de <strong>es</strong>a fuerza que sigue si<strong>en</strong>do de<br />
110 M. Eliade, Chamanisme…o.c., p. 419.<br />
111 Ver al r<strong>es</strong>pecto <strong>en</strong> Howard R. Patch, El Otro Mundo <strong>en</strong> la literatura medieval.<br />
93
naturaleza d<strong>es</strong>conocida, pero de la cual cada vez puede predicarse con m<strong>en</strong>os<br />
fundam<strong>en</strong>to su carácter trem<strong>en</strong>do y terrible. Lo Religioso institucionalizado ya<br />
no busca d<strong>es</strong>atar el temor fr<strong>en</strong>te a imág<strong>en</strong><strong>es</strong> pavorosas e inmovilizant<strong>es</strong> del<br />
núm<strong>en</strong>, ni siquiera aprovecharse de la curiosidad o de la fascinación que su<br />
pr<strong>es</strong><strong>en</strong>cia, o su posibilidad, continúan d<strong>es</strong>pertando, p<strong>es</strong>e a todo. En sus<br />
etapas posterior<strong>es</strong>, lo Sagrado o lo Religioso-institucionalizado puede jugar sin<br />
demasiado peligro con la imag<strong>en</strong> reflejada, que casi se ha convertido ya <strong>en</strong><br />
sombra, de <strong>es</strong>o que podría d<strong>en</strong>ominarse perfectam<strong>en</strong>te, a <strong>es</strong>tas alturas de la<br />
Historia, lo Numinoso-finalm<strong>en</strong>te-humanizado.<br />
Cabe plantearse ahora <strong>en</strong> qué medida ésta imag<strong>en</strong> de aquello que los<br />
sectarios de ciertas conf<strong>es</strong>ion<strong>es</strong> religiosas <strong>es</strong>peran <strong>en</strong>contrar cuando acud<strong>en</strong> al<br />
templo o al <strong>es</strong>pacio con-sagrado, constituye todavía una realidad, <strong>en</strong> medida<br />
semejante a cómo, tiempo atrás, se consideraba real la pr<strong>es</strong><strong>en</strong>cia del núm<strong>en</strong>-<br />
Dios y su influ<strong>en</strong>cia sobre el discurrir de los acontecimi<strong>en</strong>tos cotidianos. La<br />
separación <strong>en</strong>tre <strong>es</strong>pacio-tiempo sagrado y <strong>es</strong>pacio-tiempo profano com<strong>en</strong>zó a<br />
d<strong>es</strong>vanecerse con la propia transformación de lo Sagrado, pero no <strong>en</strong> el<br />
s<strong>en</strong>tido <strong>en</strong> que la frontera <strong>en</strong>tre dichos ámbitos pudiera d<strong>es</strong>vanecerse <strong>en</strong> un<br />
mom<strong>en</strong>to dado, sino más bi<strong>en</strong> tomando <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta el f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o –que hasta<br />
hace poco parecía t<strong>en</strong>er alcance universal- de la profanización de lo sagrado<br />
que, como queda apuntado, acompañó a su cambio de <strong>es</strong>tado.<br />
Lo Sagrado–institucionalizado, incluso <strong>en</strong> sus pr<strong>es</strong><strong>en</strong>tacion<strong>es</strong> más<br />
ortodoxas y rigurosas, carece ya de un elem<strong>en</strong>to <strong>es</strong><strong>en</strong>cial, al m<strong>en</strong>os si se lo<br />
compara con sus anterior<strong>es</strong> avatar<strong>es</strong>. Este elem<strong>en</strong>to <strong>es</strong> la seguridad <strong>en</strong> la<br />
pr<strong>es</strong><strong>en</strong>cia –y, por tanto, <strong>en</strong> la posibilidad, más o m<strong>en</strong>os certera, de su actuación<br />
sobre nu<strong>es</strong>tro mundo- del núm<strong>en</strong> o del núm<strong>en</strong>-Dios. D<strong>es</strong>de el mom<strong>en</strong>to <strong>en</strong> que<br />
lo Religioso-institucionalizado cree nec<strong>es</strong>aria la repetición machacona e<br />
inc<strong>es</strong>ante de una fórmula ritual que asegure el condicionami<strong>en</strong>to de los<br />
crey<strong>en</strong>t<strong>es</strong> hacia una fe que, <strong>en</strong> muchos casos, r<strong>es</strong>ulta vacía hasta de su<br />
anterior cont<strong>en</strong>ido significante, d<strong>es</strong>de <strong>es</strong>e mom<strong>en</strong>to, digo, <strong>es</strong>tá asegurada la<br />
decad<strong>en</strong>cia y certificada la inoperancia de aquella Pr<strong>es</strong><strong>en</strong>cia ant<strong>es</strong> aterradora y<br />
paralizante, a la que hoy se compra mediante un g<strong>es</strong>to cada vez más leve y<br />
falto de int<strong>en</strong>ción.<br />
Lo Numinoso-finalm<strong>en</strong>te-humanizado ha llegado a verse d<strong>es</strong>provisto<br />
hasta de la eficacia simbólica lat<strong>en</strong>te que puede continuar existi<strong>en</strong>do <strong>en</strong><br />
94
cualquier ritual. Y <strong>es</strong>o ocurre porque el impulso hacia la institucionalización<br />
pl<strong>en</strong>am<strong>en</strong>te integrada d<strong>en</strong>tro del campo social global, no permite compon<strong>en</strong>das<br />
<strong>en</strong> <strong>es</strong>te s<strong>en</strong>tido y tal movimi<strong>en</strong>to de integración ha de mant<strong>en</strong>er el más alto<br />
grado de homog<strong>en</strong>eidad significante posible <strong>en</strong> todos sus elem<strong>en</strong>tos. Aunque<br />
un sistema simbólico altam<strong>en</strong>te homog<strong>en</strong>eizado <strong>es</strong> más fácilm<strong>en</strong>te acc<strong>es</strong>ible a<br />
la suplantación y al predominio de signos d<strong>es</strong>activados, ello no supone el<br />
abandono absoluto de cualquier camino alternativo capaz de aliviar la exc<strong>es</strong>iva<br />
t<strong>en</strong>sión homog<strong>en</strong>eizadora, ant<strong>es</strong>, por el contrario, asistimos a una verdadera<br />
proliferación de impulsos que int<strong>en</strong>tan recuperar la fr<strong>es</strong>cura de aquellas<br />
primeras relacion<strong>es</strong> con lo Sagrado y con lo numinoso, aunque sea a cambio<br />
de una mayor dep<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia o compromiso.<br />
Hay que preguntarse si lo Numinoso-finalm<strong>en</strong>te-humanizado permanece,<br />
consecu<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te, <strong>en</strong> un confinami<strong>en</strong>to simbólico –sígnico, más bi<strong>en</strong>- del que<br />
difícilm<strong>en</strong>te va a poder salir sin derrumbar todo el complejo edificio de<br />
compromisos y conv<strong>en</strong>ios <strong>es</strong>tablecido a su alrededor. O si <strong>es</strong>e <strong>es</strong>tado de<br />
acompañami<strong>en</strong>to de lo humano, de compromiso con las r<strong>es</strong>pu<strong>es</strong>tas que ha de<br />
proporcionar impulsado por la nueva nec<strong>es</strong>idad, la cual <strong>es</strong>tá directam<strong>en</strong>te<br />
conectada con la ley moral, no supone, <strong>en</strong> realidad la nec<strong>es</strong>idad que sólo se<br />
satisface con la Aus<strong>en</strong>cia.<br />
Tal extremo parece más bi<strong>en</strong> una consecu<strong>en</strong>cia oculta <strong>en</strong> <strong>es</strong>e Plan de<br />
Dios que, de una manera o de otra, sustituye la pr<strong>es</strong><strong>en</strong>cia del propio núm<strong>en</strong>-<br />
Dios. Es, según mi opinión, una de las mayor<strong>es</strong> ironías posibl<strong>es</strong> <strong>en</strong> éste<br />
camino que hemos tratado de seguir, sobre la transformación de lo numinosoprimordial.<br />
Su conclusión aparece como una ironía de tan hondo calado –Kant,<br />
seguram<strong>en</strong>te se dio cu<strong>en</strong>ta de ello e int<strong>en</strong>tó contrarr<strong>es</strong>tar de alguna manera<br />
<strong>es</strong>e efecto, sino a qué santo <strong>en</strong>com<strong>en</strong>damos tantas aclaracion<strong>es</strong> posterior<strong>es</strong> a<br />
la Razón pura- que parece una burla preparada <strong>es</strong>pecialm<strong>en</strong>te por el Núm<strong>en</strong><br />
exiliado de nosotros, legada por Él como una trampa para incautos, ant<strong>es</strong> de<br />
perderse -¿definitivam<strong>en</strong>te?- <strong>en</strong>tre la niebla.<br />
95
4.3. Los caminos hacia el Otro Mundo. Crítica de una Pr<strong>es</strong><strong>en</strong>cia<br />
abandonada.<br />
Katábasis y Nekuia. Las vias de ida y vuelta hacia el Otro Mundo <strong>es</strong>tán<br />
dominadas por lo numinoso-primordial. Sólo se empr<strong>en</strong>d<strong>en</strong> cuando lo<br />
Numinoso-primordial se humaniza y abandona el mundo<br />
Una de las consecu<strong>en</strong>cias del exilio del Núm<strong>en</strong>-Dios <strong>es</strong>, precisam<strong>en</strong>te,<br />
la pulsión que crece <strong>en</strong>tre nosotros y que nos hace buscar, incansablem<strong>en</strong>te,<br />
los caminos que llevan hacia el Otro Mundo. Hemos arrojado lo Absolutam<strong>en</strong>te<br />
otro fuera de nu<strong>es</strong>tra vida y <strong>es</strong>o nos convierte –paradojicam<strong>en</strong>te- <strong>en</strong> eternos<br />
peregrinos, casi siempre perdidos <strong>en</strong>tre las trampas y pruebas del <strong>es</strong>paciofrontera<br />
que separa ambos planos de la realidad. Ironía <strong>es</strong>, d<strong>es</strong>de luego, que el<br />
proc<strong>es</strong>o de humanización de lo Sagrado pueda terminar quizá con la<br />
pret<strong>en</strong>sión –conf<strong>es</strong>ada <strong>en</strong> baja voz, <strong>es</strong> decir, d<strong>es</strong>-ritualizada- de que mejor será<br />
que el Dios se vaya lejos y más adecuado que cambiemos su Pr<strong>es</strong><strong>en</strong>cia por<br />
una prof<strong>es</strong>ión de fé. No r<strong>es</strong>ulta ironía m<strong>en</strong>or que el d<strong>es</strong>vanecimi<strong>en</strong>to de lo<br />
Numinoso-sagrado sea el pretexto <strong>es</strong>cogido para consultar a los muertos.<br />
Aunque no parece que con ello vayamos a conseguir gran cosa, ya que los<br />
muertos nos preguntan ahora, cuando pued<strong>en</strong> acercarse hasta nosotros, qué<br />
hemos hecho con el Dios. Sobre Dios queremos saber ¿Dónde <strong>es</strong>tá Dios?<br />
¿Está muerto Dios? nos gritan... 112 .<br />
Sabíamos hasta ahora –o creíamos saber- que los caminos procelosos y<br />
temibl<strong>es</strong> que llevan hasta el Más Allá <strong>es</strong>taban protegidos por trem<strong>en</strong>das<br />
fuerzas y por guardian<strong>es</strong> monstruosos, como Cerbero o Charun, <strong>en</strong>ergías éstas<br />
posiblem<strong>en</strong>te muy vinculadas con lo numinoso-primordial. Incluso hemos<br />
creído sorpr<strong>en</strong>der algún contacto más que formal <strong>en</strong> <strong>es</strong>te ámbito <strong>en</strong>tre lo<br />
numinoso-primordial y la Muerte-arquetipo, que si por una parte simplificaba <strong>en</strong><br />
cierta medida uno de los problemas planteados <strong>en</strong> los mitos sobre la Huida<br />
Mágica, <strong>es</strong> decir, de quién se huía, por otra complicaba la cu<strong>es</strong>tión de hacia<br />
donde podrían dirigirse los <strong>es</strong>capados, ante la evid<strong>en</strong>te imposibilidad de huir de<br />
la Muerte, la cual tarde o temprano acaba por atraparnos <strong>en</strong> su red.<br />
112 Véase, Carl G. Jung, Septem sermon<strong>es</strong> ad mortuos, Sermo II.<br />
96
El tomar <strong>es</strong>os caminos exigía un gran valor y determinación para<br />
apr<strong>en</strong>der algo que nosotros suponíamos que los Muertos podrían conocer. Y la<br />
manera de lograrlo obedece a unas pulsion<strong>es</strong> que, <strong>en</strong> los ser<strong>es</strong> humanos,<br />
vi<strong>en</strong><strong>en</strong> d<strong>es</strong>de muy atrás, probablem<strong>en</strong>te d<strong>es</strong>de los tiempos mas lejanos, de<br />
aquellas edad<strong>es</strong> <strong>en</strong> que los cazador<strong>es</strong> y recolector<strong>es</strong> com<strong>en</strong>zaron a depositar<br />
los cadáver<strong>es</strong> de sus familiar<strong>es</strong> y compañeros, d<strong>es</strong>nudos, pintados de ocre, <strong>en</strong><br />
los hoyos y h<strong>en</strong>diduras de las praderas, cubriéndolos con gru<strong>es</strong>as piedras para<br />
que las fieras no los d<strong>es</strong><strong>en</strong>terraran o, tal vez, según dic<strong>en</strong> algunos, para evitar<br />
la vuelta del muerto a los lugar<strong>es</strong> <strong>en</strong> que habitó con los vivos.<br />
El <strong>es</strong>tablecimi<strong>en</strong>to de una firme separación <strong>en</strong>tre vivos y muertos<br />
probablem<strong>en</strong>te determinó, por una parte, las primeras cre<strong>en</strong>cias relacionadas<br />
con un mundo invisible para nosotros, <strong>en</strong> el cual los difuntos permanecían,<br />
d<strong>es</strong>empeñando actividad<strong>es</strong> muy parecidas, cuando no idénticas, a las que<br />
llevaron a cabo durante su vida. Por otra parte, aquella solución de continuidad<br />
provocó el surgimi<strong>en</strong>to de un notable y complejo sistema simbólico, con el que<br />
se int<strong>en</strong>taba reducir la trem<strong>en</strong>da distancia <strong>es</strong>tablecida <strong>en</strong>tre ambos mundos y<br />
mant<strong>en</strong>ida con toda firmeza por causa de la Muerte. Precisam<strong>en</strong>te, <strong>es</strong>e <strong>es</strong> uno<br />
de los papel<strong>es</strong> que los símbolos pued<strong>en</strong> d<strong>es</strong>empeñar a la perfección: reducir<br />
las distancias que aparec<strong>en</strong> <strong>en</strong>tre aspectos antagónicos y contradictorios de<br />
ciertas cu<strong>es</strong>tion<strong>es</strong> fundam<strong>en</strong>tal<strong>es</strong> o que, al m<strong>en</strong>os, preocuparon d<strong>es</strong>de siempre<br />
a los ser<strong>es</strong> humanos: vida-muerte, bi<strong>en</strong>-mal, propio-extraño, sagrado-profano…<br />
Habían corrido muchos siglos sobre la superficie de la Tierra, cuando se<br />
levantaron <strong>en</strong> Grecia templos como el de Epidauro, dedicado a Esculapio. Allí<br />
se dirigían las g<strong>en</strong>t<strong>es</strong> con el fin de obt<strong>en</strong>er un remedio para sus mal<strong>es</strong> a través<br />
de la incubatio, <strong>es</strong> decir, utilizando el procedimi<strong>en</strong>to de dormir cerca de los<br />
<strong>en</strong>terrami<strong>en</strong>tos o <strong>en</strong> la proximidad de algún santuario subterráneo de la<br />
divinidad y recibir así la influ<strong>en</strong>cia o los consejos de aquella o de los muertos,<br />
mediante los sueños que dichos <strong>es</strong>píritus l<strong>es</strong> inspiras<strong>en</strong>.<br />
Pero los caminos que llevaban hacia el Inframundo requerían mayor<strong>es</strong><br />
av<strong>en</strong>turas y más dilatadas inversion<strong>es</strong> simbólicas, si lo que se pret<strong>en</strong>día era<br />
obt<strong>en</strong>er r<strong>es</strong>ultados más acord<strong>es</strong> con las expectativas concebidas. Así surgieron<br />
c<strong>en</strong>tros <strong>es</strong>pecializados como el Oráculo de los Muertos de Efira o<br />
Necromanteion, situado <strong>en</strong> la colina de Hagios Joannis, cerca del pueblo de<br />
M<strong>es</strong>opotamos, <strong>en</strong> T<strong>es</strong>prótia, una región del Epiro y <strong>en</strong> la conflu<strong>en</strong>cia de dos<br />
97
ios, el Kokytos y el Aqueronte, llamados así <strong>en</strong> honor de sus homónimos del<br />
Had<strong>es</strong>. Era una construcción levantada sobre una red de subterráneos que,<br />
probablem<strong>en</strong>te, d<strong>es</strong>empeñaron <strong>es</strong>a función de contacto con los muertos d<strong>es</strong>de<br />
sus primeros primeros tiempos –<strong>en</strong> su parte más antigua las ruinas se<br />
remontan al período micénico- ya que, según parece deducirse de los datos<br />
obt<strong>en</strong>idos <strong>en</strong> las excavacion<strong>es</strong> llevadas a cabo sobre el terr<strong>en</strong>o, aquellos r<strong>es</strong>tos<br />
corr<strong>es</strong>pond<strong>en</strong> a un santuario dedicado a Had<strong>es</strong> y a Perséfone, divinidad<strong>es</strong> del<br />
Inframundo griego 113 .<br />
En <strong>es</strong>te complejo podía llegarse casi hasta las mismas puertas del reino<br />
de Had<strong>es</strong> y s<strong>en</strong>tir el ali<strong>en</strong>to flamígero de Cerbero, el perro guardián de tr<strong>es</strong><br />
cabezas, ap<strong>en</strong>as ret<strong>en</strong>ido por su cad<strong>en</strong>a. Pero los aspirant<strong>es</strong> a <strong>es</strong>e viaje de ida<br />
y vuelta al mundo de los muertos no podían acceder a <strong>es</strong>os misterios como si<br />
tal cosa, lo cual nos mu<strong>es</strong>tra, una vez más, la transformación que ya <strong>en</strong> <strong>es</strong>e<br />
tiempo afectaba a lo numinoso-primordial. Tal como hemos dicho, la aus<strong>en</strong>cia<br />
del dios se ocultaba detrás de unos cuantos mitos que podían actuar para la<br />
ocasión –como el mito del terrible guardián del <strong>es</strong>pacio-frontera, o el palacio<br />
fantasmal de Had<strong>es</strong> y Perséfone, ll<strong>en</strong>o de oscuras salas vacías- mi<strong>en</strong>tras el<br />
Núm<strong>en</strong> dejaba oir sólo el ruido de sus pasos. Sin embargo, aquellos que<br />
d<strong>es</strong>eaban <strong>es</strong>cuchar la voz de los muertos y, tal vez, d<strong>es</strong>cubrir algun rasgo<br />
lejano de sus caras pálidas <strong>en</strong> medio de las tinieblas, debían llevar a cabo una<br />
serie de pruebas, para las que nec<strong>es</strong>itaban una larga preparación durante la<br />
cual se ingerían alim<strong>en</strong>tos <strong>es</strong>pecial<strong>es</strong>, se practicaban prolongadas s<strong>es</strong>ion<strong>es</strong> de<br />
meditación y se llevaban a cabo unos ritual<strong>es</strong> <strong>es</strong>pecíficos <strong>en</strong> la soledad –y <strong>en</strong><br />
la oscuridad- de los corredor<strong>es</strong> laberínticos del santuario. De <strong>es</strong>a manera, los<br />
devotos conseguían, quizá, que los muertos se manif<strong>es</strong>taran d<strong>es</strong>de el Más Allá<br />
mediante las vision<strong>es</strong> o alucinacion<strong>es</strong> que ellos mismos experim<strong>en</strong>taban, tras<br />
alcanzar lo que podríamos d<strong>es</strong>cribir como un <strong>es</strong>tado alterado de conci<strong>en</strong>cia.<br />
Estos int<strong>en</strong>tos de comunicación con los muertos, no son nuevos y<br />
aparec<strong>en</strong> <strong>en</strong> todas las culturas. Recordemos sólo a título de ejemplo el<br />
episodio de la Odisea <strong>en</strong> que, por consejo de Circe, Ulis<strong>es</strong> debe bajar al Had<strong>es</strong><br />
para hablar con el <strong>es</strong>píritu del adivino Tir<strong>es</strong>ias y consultarle sobre la forma de<br />
113 La parte del santuario que hoy permanece <strong>en</strong> pie, corr<strong>es</strong>ponde al periodo hel<strong>en</strong>ístico, época de su<br />
máximo <strong>es</strong>pl<strong>en</strong>dor. El Necromanticon fue inc<strong>en</strong>diado y d<strong>es</strong>truido por los romanos <strong>en</strong> el año 167 a.n.e. y<br />
posteriorm<strong>en</strong>te, abandonado.<br />
98
volver a casa. Previam<strong>en</strong>te, ha de ofrecer un sacrificio y regar con la sangre de<br />
las víctimas el suelo del sini<strong>es</strong>tro lugar, a fin de que las almas de los muertos<br />
puedan beberla y recuperar así parte de sus fuerzas y cont<strong>es</strong>tar a sus<br />
preguntas. La sombra de Tir<strong>es</strong>ias ha de beber la primera y sólo d<strong>es</strong>pués de<br />
probar la sangre, podrá hablar con Ulis<strong>es</strong> 114 .<br />
El <strong>es</strong>píritu de Tir<strong>es</strong>ias aparece ante Ulis<strong>es</strong>. Crátera del Pintor<br />
de Dolon. Siglo IV a.n.e.. Gabinete de medallas de la<br />
Bibliotheque National de France<br />
El <strong>es</strong>píritu del profeta Samuel también <strong>es</strong> convocado ante Saul, rey de<br />
Israel, el cual, por cierto, había prohibido poco ant<strong>es</strong> las prácticas<br />
necrománticas bajo p<strong>en</strong>a de muerte, expulsando además a nigromant<strong>es</strong> y<br />
hechiceros de su reino. Un dia, los filisteos am<strong>en</strong>azaron al ejército de Israel <strong>en</strong><br />
una comprometida batalla y Saul, olvidándose de sus propias ley<strong>es</strong>, pidió que<br />
le buscas<strong>en</strong> una nigromante. En compañía de la mujer, disfrazado y oculto, se<br />
fue a un lugar <strong>es</strong>condido, solicitando la evocación del difunto Samuel. Una vez<br />
hecho el conjuro y aparecido el <strong>es</strong>pectro del profeta, éste anunció al rey su<br />
114 Cuando Odiseo d<strong>es</strong>ci<strong>en</strong>de al Had<strong>es</strong>, echa sangre <strong>en</strong> un surco, a su alrededor. Las almas beb<strong>en</strong> <strong>es</strong>a<br />
sangre y adquier<strong>en</strong> con ella una <strong>en</strong>tidad sufici<strong>en</strong>te para hablar con él y r<strong>es</strong>ponder a sus preguntas. (Corrió<br />
la negra sangre y al instante se congregaron, sali<strong>en</strong>do del Erebo,las almas de los fallecidos…, para<br />
acercarse a la sangre. Odisea, Canto XI)<br />
99
próxima derrota y muerte a manos de los filisteos, lo que no tardó,<br />
efectivam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> suceder 115 .<br />
De <strong>es</strong>tos ejemplos clásicos, parece deducirse que los difuntos,<br />
precisam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> razón de <strong>es</strong>e <strong>es</strong>tado que se alcanza una vez atrav<strong>es</strong>adas las<br />
puertas de la muerte, deberían gozar de un conocimi<strong>en</strong>to superior y más<br />
amplio que el de los vivos, al m<strong>en</strong>os <strong>en</strong> lo que se refiere a temas como el<br />
oscuro porv<strong>en</strong>ir y que <strong>es</strong> lo que se debe –o no se debe- hacer, para conseguir<br />
los objetivos de una vida o para sortear los obstáculos que <strong>en</strong> dicho camino se<br />
pr<strong>es</strong><strong>en</strong>t<strong>en</strong>. Sin embargo, no parece que <strong>es</strong>e <strong>es</strong>tado de un mayor<br />
<strong>es</strong>clarecimi<strong>en</strong>to acerca de los asuntos cósmicos sea poseído por los r<strong>es</strong>id<strong>en</strong>t<strong>es</strong><br />
del Inframundo. Quizá tampoco los mismos dios<strong>es</strong> disfrut<strong>en</strong> de <strong>es</strong>e mayor<br />
dominio de las cosas. Ni Ulis<strong>es</strong> llegó a su tierra, Itaca, gracias a las<br />
informacion<strong>es</strong> de Tir<strong>es</strong>ias, ni Saúl obtuvo satisfacción a su demanda sobre lo<br />
que podría hacer para salvar a su pueblo y librarse él mismo, de la catástrofe<br />
que se le v<strong>en</strong>ía <strong>en</strong>cima <strong>en</strong> aquella ocasión memorable.<br />
El <strong>es</strong>pectro de Samuel, convocado ante Saul. [Kayserchronic (Baviera,<br />
hacia 1375-1380). New York, Pierpont Morgan Library, ms. M769, fº 172.<br />
Tomado de SCHMITT, J.C., L<strong>es</strong> Rev<strong>en</strong>ants. L<strong>es</strong> vivants et l<strong>es</strong> morts<br />
dans la société médiévale.]<br />
En realidad, son los difuntos qui<strong>en</strong><strong>es</strong> preguntan, como si <strong>en</strong> su registro<br />
exist<strong>en</strong>cial el conocimi<strong>en</strong>to se hubi<strong>es</strong>e det<strong>en</strong>ido con el fin de la vida o, llevado<br />
115 Episodio de Saúl y la pitonisa de Endor. Samuel, I 28, 3-25<br />
100
más allá, no alcanzase a reproducir otra cosa que el ruido ambi<strong>en</strong>te y el<br />
mutismo de aquellos que habitan <strong>en</strong> el reino de los muertos. Pero ante <strong>es</strong>ta<br />
situación que sólo unos cuantos pioneros se atrev<strong>en</strong> a d<strong>es</strong>cribir –tal vez el<br />
horror de la Muerte sea motivado, precisam<strong>en</strong>te, por el sil<strong>en</strong>cio abismal,<br />
<strong>es</strong>p<strong>es</strong>o y poderoso que la rodea- cabe preguntarse <strong>en</strong>tonc<strong>es</strong> para qué sirv<strong>en</strong><br />
<strong>es</strong>os int<strong>en</strong>tos por los que muchos a través de las edad<strong>es</strong>, no han dudado <strong>en</strong><br />
arri<strong>es</strong>gar la salud de su cuerpo y la paz de su <strong>es</strong>píritu.<br />
En la aproximación al Inframundo por <strong>es</strong>e camino oscuro, <strong>es</strong> posible<br />
distinguir todavía dos situacion<strong>es</strong>. La primera <strong>es</strong> la katábasis, <strong>es</strong> decir, aquella<br />
que pret<strong>en</strong>de fundam<strong>en</strong>talm<strong>en</strong>te un viaje, un d<strong>es</strong>c<strong>en</strong>so hacia el mundo inferior<br />
tratando de hallar algunas r<strong>es</strong>pu<strong>es</strong>tas simpl<strong>es</strong>, tal como se d<strong>es</strong>cribe, por<br />
ejemplo, <strong>en</strong> la Eneida. Allí el héroe, Eneas, recorre el camino del Had<strong>es</strong> para<br />
buscar a su padre, Anquis<strong>es</strong>. Ant<strong>es</strong> de empr<strong>en</strong>der el camino debe consultar<br />
con una sibila, de la que obti<strong>en</strong>e información sufici<strong>en</strong>te para poder bajar a <strong>es</strong>e<br />
lugar oscuro y misterioso, no sin que haya de realizar primero un pacto con los<br />
difuntos, llevar a cabo el corr<strong>es</strong>pondi<strong>en</strong>te sacrificio de sangre y conseguir un<br />
amuleto: la rama dorada.<br />
Por tanto, p<strong>es</strong>e a la apar<strong>en</strong>te simplicidad inicial del planteami<strong>en</strong>to, la<br />
pot<strong>en</strong>cia significante y la carga simbólica del d<strong>es</strong>tino impon<strong>en</strong> un d<strong>es</strong><strong>en</strong>lace<br />
complejo y arri<strong>es</strong>gado, aunque <strong>en</strong> <strong>es</strong>te caso, Eneas no sólo pret<strong>en</strong>da visitar al<br />
<strong>es</strong>píritu de Anquis<strong>es</strong>, sino además revisar el pasado heroico del que se si<strong>en</strong>te<br />
heredero y salir del Inframundo confirmado como el portador de un auténtico<br />
proyecto político expr<strong>es</strong>am<strong>en</strong>te concebido para el pueblo romano. Todo ello<br />
puede servir de marco para las int<strong>en</strong>cion<strong>es</strong> dramáticas de Virgilio como<br />
apologista, pero no por <strong>es</strong>o deja de mostrarnos también las lineas ma<strong>es</strong>tras<br />
sobre las que algunos pret<strong>en</strong>d<strong>en</strong> <strong>es</strong>tablecer sus relacion<strong>es</strong> con el Más Allá.<br />
Existe además otra manera de llegar hasta el Had<strong>es</strong>. Otra manera que<br />
se id<strong>en</strong>tifica, sobre todo, por la int<strong>en</strong>ción del viajero. Se trata de la nekuia, <strong>es</strong><br />
decir, de una necromancia o invocación a un difunto determinado para obt<strong>en</strong>er<br />
a través de él una información nec<strong>es</strong>aria o relevante para aquél que interroga.<br />
Ha de llevarse a cabo mediante un rito de sangre tal como se d<strong>es</strong>cribe que hizo<br />
Ulis<strong>es</strong> <strong>en</strong> los versos homéricos de la Odisea, ya citados. En <strong>es</strong>te caso, el<br />
oficiante llama con su acto a la misma puerta de la guarida donde,<br />
pr<strong>es</strong>untam<strong>en</strong>te, se alberga el núm<strong>en</strong>. Pero no <strong>es</strong> <strong>es</strong>a Pr<strong>es</strong><strong>en</strong>cia terrible la que<br />
101
se manifi<strong>es</strong>ta, sino sólo el aleteo tembloroso de algunas sombras vagabundas,<br />
fantasmas sin fuerza que no constituy<strong>en</strong> una am<strong>en</strong>aza para nadie.<br />
En ambos casos, la pret<strong>en</strong>sión de alcanzar el mundo de los muertos <strong>es</strong><br />
realizable porque lo Numinoso-primordial ya humanizado ha d<strong>es</strong>aparecido casi<br />
por completo de <strong>es</strong>os caminos solitarios que conduc<strong>en</strong> al Más Allá. Nada existe<br />
<strong>en</strong> aquellos <strong>es</strong>pacios oscuros y el temor que nos inspiran –junto a los<br />
fantasmas que <strong>es</strong>perábamos <strong>en</strong>contrar allí- parece <strong>es</strong>conderse unicam<strong>en</strong>te <strong>en</strong><br />
los últimos recodos de nu<strong>es</strong>tra propia alma angustiada.<br />
Lo numinoso-primordial ya humanizado puede considerarse como uno<br />
de los últimos pu<strong>es</strong>tos de avanzadilla <strong>en</strong> <strong>es</strong>a terra incognita que una<br />
humanidad ansiosa y cada vez más dominante implanta <strong>en</strong> el mapa del<br />
universo que la rodea. La Pr<strong>es</strong><strong>en</strong>cia abandonada fundam<strong>en</strong>ta <strong>en</strong>tonc<strong>es</strong> la<br />
<strong>es</strong><strong>en</strong>cia del mundo y ya no <strong>es</strong> más que una inm<strong>en</strong>sa y ruinosa imag<strong>en</strong> que, al<br />
borde del s<strong>en</strong>dero, observa <strong>en</strong> sil<strong>en</strong>cio el horizonte. Sólo impone lo que <strong>es</strong><br />
capaz de trasladar su recuerdo.<br />
Así, el caminante ha llegado por fin al término de su viaje. En<br />
ocasion<strong>es</strong>, la vida y las circunstancias hicieron difícil seguir su ritmo, pero<br />
ahora puede ya d<strong>es</strong>cansar sin que nadie le agobie con sus prisas, le importune<br />
con sus dudas o le fatigue con las faltas e imperfeccion<strong>es</strong> del camino.<br />
102
Conclusion<strong>es</strong>:<br />
El contacto del ser humano con hechos que, a primera vista, no pued<strong>en</strong><br />
ser clasificados –o al m<strong>en</strong>os, no pued<strong>en</strong> serlo de una manera s<strong>en</strong>cilla e<br />
inmediata- d<strong>en</strong>tro del conjunto de acontecimi<strong>en</strong>tos más cercanos a <strong>es</strong>o que se<br />
d<strong>en</strong>omina realidad, trae consigo toda una serie de consecu<strong>en</strong>cias de gran<br />
importancia, a la hora de <strong>en</strong>contrar una explicación coher<strong>en</strong>te y aceptable del<br />
mundo <strong>en</strong> que nos movemos.<br />
D<strong>en</strong>tro de <strong>es</strong>e conjunto de hechos <strong>es</strong>tá, por ejemplo, la religión, como un<br />
conjunto complejo de f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>os de distinta proced<strong>en</strong>cia que interactúan e<br />
influy<strong>en</strong> sobre el medio <strong>en</strong> el cual se d<strong>es</strong><strong>en</strong>vuelv<strong>en</strong>. Otro conjunto de hechos<br />
de características particular<strong>es</strong> pero que, <strong>en</strong> algúnos s<strong>en</strong>tidos, provoca<br />
influ<strong>en</strong>cias de efectos más o m<strong>en</strong>os coincid<strong>en</strong>t<strong>es</strong> con aquella, <strong>es</strong> el<br />
chamanismo. En ambos casos nos <strong>en</strong>contramos con acontecimi<strong>en</strong>tos de<br />
aspecto extraordinario y también con una nec<strong>es</strong>idad: la de explicar dichos<br />
acontecimi<strong>en</strong>tos y, si <strong>es</strong> posible, llegar a compr<strong>en</strong>derlos, pero sin ninguna<br />
pret<strong>en</strong>sión de culminar <strong>es</strong>a compr<strong>en</strong>sión <strong>en</strong> vision<strong>es</strong> o teorías globalizadoras,<br />
pu<strong>es</strong>to que –parece innec<strong>es</strong>ario decirlo- hay que ser consci<strong>en</strong>t<strong>es</strong> de que<br />
todavía nos queda mucho que apr<strong>en</strong>der sobre el universo que nos rodea y<br />
acerca de los f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>os o acontecimi<strong>en</strong>tos que <strong>en</strong> él ocurr<strong>en</strong>.<br />
D<strong>es</strong>de una perspectiva g<strong>en</strong>eral, creo que <strong>es</strong> hasta cierto punto<br />
indifer<strong>en</strong>te <strong>es</strong>pecular sobre el orig<strong>en</strong> de tal<strong>es</strong> hechos. ¿Derivan la religión y<br />
todos sus proc<strong>es</strong>os concomitant<strong>es</strong> del p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to humano? ¿Són los dios<strong>es</strong><br />
y diosas, los héro<strong>es</strong> y personaj<strong>es</strong> sobr<strong>en</strong>atural<strong>es</strong> vinculados al hecho religioso,<br />
puros fantasmas del cerebro de hombr<strong>es</strong> y mujer<strong>es</strong>, atrapados a su p<strong>es</strong>ar por<br />
circunstancias políticas, económicas, social<strong>es</strong> o psicológicas concretas?<br />
Cuando observamos a los chaman<strong>es</strong> preparando sus manipulacion<strong>es</strong> y<br />
actividad<strong>es</strong> para viajar al mundo de los <strong>es</strong>píritus, ¿Estamos, <strong>en</strong> definitiva, ante<br />
personaj<strong>es</strong> neuróticos, <strong>es</strong>quizofrénicos, sujetos de alguna patología<br />
d<strong>es</strong>conocida, asistimos a una manif<strong>es</strong>tación de ciertas <strong>en</strong>ergías d<strong>es</strong>conocidas<br />
para nosotros, o simplem<strong>en</strong>te nos econtramos fr<strong>en</strong>te a unos actor<strong>es</strong> que, de<br />
alguna manera, se si<strong>en</strong>t<strong>en</strong> obligados a d<strong>es</strong>empeñar un papel rev<strong>es</strong>tido de<br />
connotacion<strong>es</strong> particular<strong>es</strong> d<strong>en</strong>tro de su grupo social?<br />
103
Sería, d<strong>es</strong>de luego, satisfactorio, -o, cuando m<strong>en</strong>os, calmaría algo<br />
nu<strong>es</strong>tra inquietud- poder cont<strong>es</strong>tar con r<strong>es</strong>pu<strong>es</strong>tas tranquilizadoras a alguna de<br />
<strong>es</strong>as preguntas o a otras semejant<strong>es</strong> que la humanidad vi<strong>en</strong>e planteándose<br />
d<strong>es</strong>de el principio de los tiempos. Porque, <strong>en</strong> definitiva, de <strong>es</strong>o se trata. El ser<br />
humano <strong>es</strong>, sobre todo, un ser que simboliza, que clasifica y que también, si<br />
ello <strong>es</strong> posible, exije r<strong>es</strong>pu<strong>es</strong>tas claras (y sobre lo que significa <strong>es</strong>to, también<br />
sería nec<strong>es</strong>ario llegar a un acuerdo), para t<strong>en</strong>er puntos de refer<strong>en</strong>cia más o<br />
m<strong>en</strong>os fiabl<strong>es</strong> d<strong>en</strong>tro de la oscuridad que nos <strong>en</strong>vuelve <strong>en</strong> <strong>es</strong>te Universo.<br />
Sin embargo, tal<strong>es</strong> r<strong>es</strong>pu<strong>es</strong>tas no se pued<strong>en</strong> obt<strong>en</strong>er de una manera<br />
s<strong>en</strong>cilla ni inmediata. Quizá ni siquiera puedan ser obt<strong>en</strong>idas <strong>en</strong> forma alguna.<br />
La exist<strong>en</strong>cia de la religión, <strong>es</strong> un hecho insoslayable y demostrable d<strong>es</strong>de la<br />
más remota antigüedad. La práctica chamánica, también se da <strong>en</strong> nu<strong>es</strong>tros<br />
días y conocemos muchos t<strong>es</strong>timonios que pued<strong>en</strong> dar fe de que lleva muchos<br />
mil<strong>en</strong>ios <strong>en</strong> actividad. Sean cual<strong>es</strong> fuer<strong>en</strong> las causas remotas que dieron lugar<br />
a <strong>es</strong>tos <strong>en</strong>cad<strong>en</strong>ami<strong>en</strong>tos complejos de acontecimi<strong>en</strong>tos, lo cierto <strong>es</strong> que los<br />
t<strong>en</strong>emos ante nosotros y que se obstinan <strong>en</strong> mostrarse y continuar con sus<br />
manif<strong>es</strong>tacion<strong>es</strong> p<strong>es</strong>e a todas las circunstancias adversas que l<strong>es</strong> hayan<br />
podido afectar. En <strong>es</strong>tos casos, los r<strong>es</strong>pectivos <strong>es</strong>pecialistas insist<strong>en</strong> <strong>en</strong> que,<br />
para conseguir alguna compr<strong>en</strong>sión de <strong>es</strong>tos hechos, <strong>es</strong> impr<strong>es</strong>cindible<br />
abordar la realidad con instrum<strong>en</strong>tos s<strong>en</strong>sorial<strong>es</strong> y afectivos distintos a los que<br />
habitualm<strong>en</strong>te utilizamos.<br />
D<strong>es</strong>de tal perspectiva t<strong>en</strong>dremos que analizar los hechos. Al parecer,<br />
algunos ser<strong>es</strong> humanos se han comportado –o se comportan actualm<strong>en</strong>tecomo<br />
si, fr<strong>en</strong>te a ellos, <strong>en</strong> determinadas ocasion<strong>es</strong>, se hubi<strong>es</strong>e producido la<br />
manif<strong>es</strong>tación de algo extraordinario y poderoso, fr<strong>en</strong>te a lo cual <strong>es</strong>os t<strong>es</strong>tigos<br />
no han podido <strong>es</strong>tablecer una corr<strong>es</strong>pond<strong>en</strong>cia fiable con los acontecimi<strong>en</strong>tos<br />
característicos de la cultura humana. Si consideramos a <strong>es</strong>ta cultura –<strong>en</strong> el<br />
s<strong>en</strong>tido g<strong>en</strong>eral y antropológico del término- como un sistema <strong>en</strong> perman<strong>en</strong>te<br />
evolución dinámica, habremos de suponer que dichas manif<strong>es</strong>tacion<strong>es</strong> de <strong>es</strong>e<br />
Algo d<strong>es</strong>conocido y considerado, <strong>en</strong> principio, como alejado de lo humano, han<br />
podido obt<strong>en</strong>er, <strong>en</strong> algunos casos, explicacion<strong>es</strong> más o m<strong>en</strong>os coher<strong>en</strong>t<strong>es</strong> y<br />
aceptabl<strong>es</strong> según iba discurri<strong>en</strong>do el tiempo. Pero <strong>en</strong> otras ocasion<strong>es</strong>, el<br />
misterio ha permanecido, y perm<strong>en</strong>ece, al parecer, sin explicación. Es a <strong>es</strong>o<br />
104
inexplicado, terrible, trem<strong>en</strong>do y fascinante a lo que d<strong>en</strong>ominamos –<br />
interpretando con cierta libertad a Rudolf Otto- lo numinoso-primordial.<br />
En una gran parte de los f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>os a los que llamamos religiosos,<br />
surg<strong>en</strong> <strong>es</strong>e tipo de f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>os y, verdaderam<strong>en</strong>te, la mayoría –por no decir<br />
todas- las religion<strong>es</strong>, se fundam<strong>en</strong>tan <strong>en</strong> hechos de <strong>es</strong>te tipo. ¿Se trata del<br />
hombre <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tado con sus terror<strong>es</strong> más <strong>es</strong>condidos? ¿Estamos ante la<br />
emerg<strong>en</strong>cia de cont<strong>en</strong>idos profundos de la m<strong>en</strong>te? ¿O, tal vez, nos<br />
<strong>en</strong>contramos realm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> pr<strong>es</strong><strong>en</strong>cia de acontecimi<strong>en</strong>tos de carácter externo e<br />
indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>t<strong>es</strong> de nu<strong>es</strong>tra voluntad? Esa <strong>es</strong>, d<strong>es</strong>de luego, la gran cu<strong>es</strong>tión. Sin<br />
embargo, el problema no vi<strong>en</strong>e de que manif<strong>es</strong>tacion<strong>es</strong> de algo que<br />
apar<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te no <strong>es</strong> humano surjan o no ante nosotros, sino de que exist<strong>en</strong><br />
muchos millon<strong>es</strong> de personas <strong>en</strong> todo el mundo, ahora y <strong>en</strong> los tiempos<br />
pasados, probablem<strong>en</strong>te existirán también <strong>en</strong> el futuro, que cre<strong>en</strong> o que<br />
creerán <strong>en</strong> su mom<strong>en</strong>to, <strong>en</strong> la exist<strong>en</strong>cia de tal<strong>es</strong> pr<strong>es</strong><strong>en</strong>cias extrañas. No <strong>es</strong>,<br />
por tanto un problema de oportunidad, o de veracidad de los t<strong>es</strong>timonios, sino<br />
una cu<strong>es</strong>tión de cre<strong>en</strong>cias.<br />
Lo cierto <strong>es</strong> que las cre<strong>en</strong>cias han determinado una transformación de lo<br />
Absolutam<strong>en</strong>te otro <strong>en</strong> algo más próximo, más manejable, <strong>es</strong> decir, <strong>en</strong> lo<br />
Sagrado. Y ello, posiblem<strong>en</strong>te, porque los ser<strong>es</strong> humanos no pued<strong>en</strong><br />
permanecer de forma indefinida a merced de una <strong>en</strong>ergía d<strong>es</strong>conocida y<br />
terrible, que no se sabe por donde va a manif<strong>es</strong>tarse y con qué consecu<strong>en</strong>cias.<br />
De manera que <strong>es</strong>a interpretación de lo numinoso-primordial acompañará, con<br />
una mayor utilidad, a las demandas humanas sobre el misterio y lo<br />
incognoscible que, posiblem<strong>en</strong>te –sólo <strong>es</strong> una posibilidad- hayan g<strong>en</strong>erado o<br />
hecho manif<strong>es</strong>tarse a aquella fuerza.<br />
Y d<strong>en</strong>tro de <strong>es</strong>a matriz de d<strong>es</strong>pliegue simbólico <strong>en</strong> la cual, al decir de<br />
Eug<strong>en</strong>io Trias, se manifi<strong>es</strong>tan las fas<strong>es</strong> –no nec<strong>es</strong>ariam<strong>en</strong>te suc<strong>es</strong>ivas ni<br />
correlativas- de <strong>es</strong>te f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o que nos ocupa, la transformación de lo Sagrado<br />
<strong>en</strong> una forma institucionalizada tal vez sea la parte del camino más conocida o,<br />
por decirlo de otra manera, la m<strong>en</strong>os inquietante y aj<strong>en</strong>a, porque ya se<br />
<strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra bi<strong>en</strong> colmada de <strong>es</strong>tructuras social<strong>es</strong>, así como de relacion<strong>es</strong><br />
económicas y dep<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cias históricas o políticas. Aunque, precisam<strong>en</strong>te por<br />
ello, no podemos <strong>es</strong>perar que ofrezca ni un aspecto uniforme ni una solución<br />
<strong>es</strong>tructural o funcional únicas. Exist<strong>en</strong> c<strong>en</strong>t<strong>en</strong>ar<strong>es</strong> de religion<strong>es</strong> singularizadas,<br />
105
aunque, p<strong>es</strong>e a ello, con lo Religioso nos movemos casi siempre sobre un<br />
terr<strong>en</strong>o mucho más familiar y próximo a nosotros que con lo Sagrado o con lo<br />
numinoso.<br />
Aunque siempre puede quedar un marg<strong>en</strong> para la sorpr<strong>es</strong>a y para que<br />
<strong>es</strong>o que, <strong>en</strong> apari<strong>en</strong>cia, <strong>es</strong>tá ya tan dom<strong>es</strong>ticado y reducido casi a un puro<br />
funcionalismo, d<strong>es</strong>pierte sus <strong>es</strong><strong>en</strong>cias más profundas y extraordinarias. Con los<br />
milagros, aparicion<strong>es</strong> y demás suc<strong>es</strong>os extraordinarios que aparec<strong>en</strong><br />
vinculados a lo religioso, permanecemos todavía <strong>en</strong> <strong>es</strong>e ámbito poco firme de<br />
lo anómalo-sagrado. Tal <strong>es</strong> el caso, también, de las nuevas formas de religión<br />
que surg<strong>en</strong> continuam<strong>en</strong>te d<strong>es</strong>de <strong>es</strong>e fondo misterioso, oscuro y d<strong>es</strong>conocido<br />
<strong>en</strong> el que bull<strong>en</strong> lo sagrado y lo numinoso. Y <strong>es</strong>o <strong>es</strong> algo que, al parecer,<br />
continúa ocurri<strong>en</strong>do <strong>en</strong> nu<strong>es</strong>tro mundo globalizado y tecnificado.<br />
Esquema de los acontecimi<strong>en</strong>tos simbólicos cristalizados como “mom<strong>en</strong>tos” <strong>en</strong> el<br />
ámbito de la matriz de d<strong>es</strong>pliegue simbólico:<br />
Numinoso-primordial, � numinoso, ......<br />
...>>....numinoso <strong>en</strong> transición hacia lo Sagrado ....>,<br />
> Sagrado, > Sagrado-institucionalizado<br />
106<br />
....> Religioso<br />
D<strong>en</strong>tro de <strong>es</strong>te universo simbólico, exist<strong>en</strong> diversas maneras de abordar<br />
sus consecu<strong>en</strong>cias o de reaccionar ante la pr<strong>es</strong><strong>en</strong>cia <strong>en</strong> él de <strong>es</strong>as fuerzas<br />
extraordinarias, con indep<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia de que su orig<strong>en</strong> pueda ser externo o<br />
interior al ser humano. D<strong>es</strong>de el ámbito de lo Religioso, se ofrece, por ejemplo,<br />
toda la parafernalia dramático-ritual <strong>es</strong>tablecida, mediante la que se int<strong>en</strong>tan<br />
r<strong>es</strong>olver las siempre complejas relacion<strong>es</strong> con lo Sagrado. Exist<strong>en</strong><br />
explicacion<strong>es</strong> al r<strong>es</strong>pecto de diverso tipo, <strong>en</strong>tre las cual<strong>es</strong> ya queda hecha<br />
m<strong>en</strong>ción de las propu<strong>es</strong>tas por Carl Gustav Jung, aunque, d<strong>es</strong>de luego, hay
otras igualm<strong>en</strong>te inter<strong>es</strong>ant<strong>es</strong>, planteadas d<strong>es</strong>de la Antropología cultural, la<br />
F<strong>en</strong>om<strong>en</strong>ología, etc.<br />
En cuanto al complejo chamánico, se puede decir algo parecido,<br />
haci<strong>en</strong>do la salvedad, por supu<strong>es</strong>to, de que el chamanismo no sólo <strong>es</strong> una<br />
r<strong>es</strong>pu<strong>es</strong>ta fr<strong>en</strong>te a las inquietud<strong>es</strong> o preguntas trasc<strong>en</strong>d<strong>en</strong>tal<strong>es</strong> de la<br />
humanidad. Es un f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o que, a lo largo de los mil<strong>en</strong>ios de su historia y de<br />
los territorios <strong>en</strong> los que ha surgido o <strong>en</strong> los que todavía permanece hoy,<br />
pr<strong>es</strong><strong>en</strong>ta numerosas caras, verti<strong>en</strong>t<strong>es</strong>, aspectos y propiedad<strong>es</strong>, de manera que,<br />
como <strong>en</strong> el caso de la religión, no r<strong>es</strong>ulta fácil –ni tal vez tampoco sea<br />
provechoso- obt<strong>en</strong>er un retrato-robot que r<strong>es</strong>ponda a lo que és<br />
verdaderam<strong>en</strong>te su práctica o supone su universo de cre<strong>en</strong>cias asociado 116 .<br />
En cualquier caso, los complejos míticos a que se ha hecho refer<strong>en</strong>cia,<br />
<strong>es</strong>to <strong>es</strong>, la Magische Flucht o Huída Mágica y el complejo casi siempre<br />
asociado que forman el Éxtasis, el Vuelo Mágico y la Asc<strong>en</strong>sión cel<strong>es</strong>te, son,<br />
según hemos tratado de exponer, sistemas mediante los cual<strong>es</strong> el ser humano<br />
int<strong>en</strong>ta pr<strong>es</strong><strong>en</strong>tar un fr<strong>en</strong>te –ya que no una r<strong>es</strong>pu<strong>es</strong>ta- a las interv<strong>en</strong>cion<strong>es</strong> de<br />
lo Sagrado o de lo numinoso-primordial. Esa actitud fr<strong>en</strong>te a, experim<strong>en</strong>ta, ella<br />
misma, una transformación <strong>en</strong> sí, que va d<strong>es</strong>de las refer<strong>en</strong>cias textual<strong>es</strong> que<br />
señalan una reacción de pánico y de horror mostrada fr<strong>en</strong>te a <strong>es</strong>e Algo terrible<br />
proyectado, fluido o d<strong>es</strong>plazado hacia el protagonista para apoderarse de él<br />
(Huida Mágica), hasta las señal<strong>es</strong> de una técnica y de un dominio<br />
situacional<strong>es</strong>, que parec<strong>en</strong> permitir el manejo experto del d<strong>es</strong>plazami<strong>en</strong>to<br />
r<strong>es</strong>pecto a lo Numinoso y lo Sagrado (Vuelo Mágico).<br />
Una transformación <strong>en</strong> la pr<strong>es</strong><strong>en</strong>cia de lo Numinoso más alejado y aj<strong>en</strong>o<br />
r<strong>es</strong>pecto a la pr<strong>es</strong><strong>en</strong>cia humana, que d<strong>es</strong><strong>en</strong>cad<strong>en</strong>a, a través de su propia<br />
ocurr<strong>en</strong>cia, modificacion<strong>es</strong> experim<strong>en</strong>tadas, tanto <strong>en</strong> las formas de abordar las<br />
manif<strong>es</strong>tacion<strong>es</strong> de <strong>es</strong>a <strong>en</strong>tidad extraña, como <strong>en</strong> la calidad de las relacion<strong>es</strong><br />
que los ser<strong>es</strong> humanos <strong>es</strong>tablec<strong>en</strong> fr<strong>en</strong>te a ella.<br />
116 Para una visión actual sobre el chamanismo y una posible definición, véase el artículo de Mihály<br />
Hoppál, Le chamanisme:un système de croyanc<strong>es</strong> archïque et/ou réc<strong>en</strong>t, <strong>en</strong> “Anthologie du chamanisme.<br />
Vers une consci<strong>en</strong>ce élargie de la réalité”, o.c., p. 117 y s.<br />
107
BIBLIOGRAFIA.<br />
- Bardo-Thödol. El Libro tibetano de los Muertos. Versión de Eva K.<br />
Dargyay. Editorial Edaf. Madrid, 1997.<br />
- Libro de los Muertos. Edición de Federico Lara Peinado. Editorial<br />
Tecnos. Madrid, 1989.<br />
- ALLARD, GENEVIEVE – LEFORT, PIERRE, La Máscara. Fondo de<br />
Cultura Económica, México, 1988.<br />
- BURKERT, WALTER, Homo Necans. Rit<strong>es</strong> sacrificiels et myth<strong>es</strong> de la<br />
Grèce anci<strong>en</strong>ne. L<strong>es</strong> Bell<strong>es</strong> Lettr<strong>es</strong>, Paris, 2005.<br />
- DETIENNE, MARCEL, Apolo con el cuchillo <strong>en</strong> la mano. Una<br />
aproximación experim<strong>en</strong>tal al politeísmo griego. Akal Edicion<strong>es</strong>. Madrid,<br />
2001.<br />
- DIEZ DE VELASCO ABELLAN, FRANCISCO, Los caminos de la<br />
muerte: religión, rito e iconografía del paso al más allá <strong>en</strong> la Grecia<br />
antigua. Editorial Trotta, Valladolid, 1995.<br />
- …..Angel Alvarez de Miranda, historiador de las Religion<strong>es</strong>, Edicion<strong>es</strong><br />
Clásicas-Edicion<strong>es</strong> del Orto, Madrid, 2007.<br />
- DUQUE, FELIX (Ed.), Lo santo y lo sagrado, Editorial Trotta, Madrid,<br />
1993.<br />
- DUMEZIL, GEORGES, Loki, Flammarion, Paris 1986, 1995.<br />
- ELIADE, MIRCEA, Traité d´histoire d<strong>es</strong> religions, Payot, Paris 1964.<br />
• Histoire d<strong>es</strong> croyanc<strong>es</strong> et d<strong>es</strong> idé<strong>es</strong> religieus<strong>es</strong>.(3 vol.), Payot,<br />
Paris, 1979-1983<br />
• Le sacré et le profane, Gallimard (1965), 1994.<br />
• Le chamanisme et l<strong>es</strong> techniqu<strong>es</strong> archaïqu<strong>es</strong> de l´extase, Payot,<br />
Paris 1951.<br />
- FRANZ, MARIE-LOUISE VON, L´interprétation d<strong>es</strong> cont<strong>es</strong> de fé<strong>es</strong>, Ed.<br />
Jacqueline R<strong>en</strong>ard/La Fontaine de Pierre, 1990.<br />
- GIRARD, RENE, La viol<strong>en</strong>ce et le sacré, Hachette, Paris, 2002<br />
• La Voix méconnue du réel. Une théorie d<strong>es</strong> myth<strong>es</strong> archaïqu<strong>es</strong> et<br />
modern<strong>es</strong>, Grasset & Fasquelle, 2002.<br />
108
- JUNG, CARL GUSTAV, Ma vie. Souv<strong>en</strong>irs, rêv<strong>es</strong> et p<strong>en</strong>sé<strong>es</strong>. Recueillis<br />
et publiés pas Aniéla Jaffé. Gallimard, 2007.<br />
- NICHOLSON, SHIRLEY (Ed.), Anthologie du chamanisme. Vers une<br />
consci<strong>en</strong>ce élargie de la réalité. Le Mail. Éditions du Rocher, Monaco,<br />
2003.<br />
- OLIVIER, GUILHEM, Tlantepuzilama: las peligrosas andanzas de una<br />
deidad con di<strong>en</strong>t<strong>es</strong> de cobre <strong>en</strong> M<strong>es</strong>oamérica. Estudios de Cultura<br />
Nahuatl. Vol. 36. Universidad Nacional Autónoma de México.<br />
- OTTO, RUDOLF, Lo Santo.Lo racional y lo irracional <strong>en</strong> la idea de Dios.<br />
Alianza Editorial. 1ª ed., 1ª reimp., Madrid, 1985.<br />
- OTTO, WALTER FRIEDRICH, L´<strong>es</strong>prit de la religion grecque anci<strong>en</strong>ne.<br />
Theophania, Berg International Éditeur, Paris (1995), 2006.<br />
- PANCRITIUS, MARIE, Die magische Flucht, ein Nachhall uralter<br />
J<strong>en</strong>seitsvorstellung<strong>en</strong>. En “Anthropos. Internationale Zeitschrift für Völker<br />
und Sprach<strong>en</strong>kunde”. 8, Wi<strong>en</strong> 1913. p, 854-879 y 929-943.<br />
- RIES, JULIEN (Coord.), Tratado de antropología de lo sagrado (5 Vols.)<br />
Editorial Trotta. Madrid, 1995 y s.<br />
- SOLER, JEAN, Sacrific<strong>es</strong> et interdits alim<strong>en</strong>tair<strong>es</strong> dans la Bible. Aux<br />
origin<strong>es</strong> du Dieu unique. Tome 3. Hachette. 2006.<br />
109
ANEXOS.-<br />
1. El Alma cond<strong>en</strong>ada.<br />
Fu<strong>en</strong>te: Godofredo Taipe, Los valor<strong>es</strong> moral<strong>es</strong> <strong>en</strong> un cu<strong>en</strong>to quechua sobre<br />
el alma cond<strong>en</strong>ada. México, junio de 1999. The Gnostic Association of<br />
Anthropology.<br />
“Una muchacha <strong>es</strong>taba muy <strong>en</strong>amorada. Ella y el muchacho habían jurado<br />
“morir juntos” Pero los padr<strong>es</strong> de los jóv<strong>en</strong><strong>es</strong> se opusieron a su unión.<br />
Estos, porque se amaban con pasión, se fueron a vivir a una cueva. D<strong>es</strong>de<br />
allí, el jov<strong>en</strong> iba a robar alim<strong>en</strong>tos a la casa de su mamá. Entonc<strong>es</strong>, su<br />
hermano lo había sorpr<strong>en</strong>dido y, confundiéndolo con algún ladrón, cerc<strong>en</strong>ó<br />
su cuello con un hacha.<br />
Sólo su alma llegó donde la muchacha como que nada hubiera pasado. El<br />
muchacho se <strong>es</strong>tiró al lado de ella. <strong>en</strong>tonc<strong>es</strong> el perrillo de la jov<strong>en</strong> empezó a<br />
lamer el cuello de él, porque <strong>es</strong>taba <strong>en</strong>sangr<strong>en</strong>tado. Ella ni se dio cu<strong>en</strong>ta.<br />
El jov<strong>en</strong> le había dicho: “Mi hermano se ha muerto. Mañana lo <strong>en</strong>terrarán.<br />
D<strong>es</strong>pués de hacerle su lavatorio ritual [ritual del lavado de ropas] nos<br />
iremos”. Al dia sigui<strong>en</strong>te retornó dici<strong>en</strong>do que iba a sepultar a su hermano.<br />
Como la casa de los padr<strong>es</strong> del jov<strong>en</strong> no <strong>es</strong>taba muy lejos, la muchacha<br />
observaba lo que pasaba allí. La casa <strong>es</strong>taba con mucha g<strong>en</strong>te. Su<br />
prometido at<strong>en</strong>día muy comedido a las visitas. Pero por la tarde, como si<br />
<strong>es</strong>tuviera vivo regr<strong>es</strong>aba tray<strong>en</strong>do alguna comida.<br />
El dia del <strong>en</strong>tierro, terminando de abrir la fosa, introdujeron el ataúd <strong>en</strong> ella.<br />
<strong>en</strong>tonc<strong>es</strong> su <strong>en</strong>amorado se metió d<strong>en</strong>tro de la sepultura, y salió cuando<br />
terminaron de cubrirla. Entonc<strong>es</strong> la muchacha se asustó y se interrogó:<br />
¿Qué <strong>es</strong>tá sucedi<strong>en</strong>do?<br />
Así dic<strong>en</strong> que ya llegó el quinto día [día del ritual del lavado de ropa]. Él se<br />
fue nuevam<strong>en</strong>te. Cuando la muchacha observó, el muchacho <strong>es</strong>taba<br />
ayudando <strong>en</strong> los quehacer<strong>es</strong>: servía la comida a las visitas.<br />
D<strong>es</strong>pués de los ritual<strong>es</strong> del quinto día, el jov<strong>en</strong> regr<strong>es</strong>ó por la tarde, siempre<br />
tray<strong>en</strong>do alguna cosa. Él dijo: “Ahora nos iremos” y alistó sus cosas, luego<br />
empr<strong>en</strong>dieron la marcha. La muchacha iba delante, su perrillo iba <strong>en</strong> medio,<br />
él iba detrás. Cuando ya iban muy lejos, una mujer que pastaba sus ovejas<br />
dijo a la muchacha: “Oye jov<strong>en</strong>, ¿Estás loca o qué? Te <strong>es</strong>tás haci<strong>en</strong>do<br />
llevar con un alma”. Al oir a la pastora, la jov<strong>en</strong> recién miró hacia atrás,<br />
<strong>en</strong>tonc<strong>es</strong> vio que un alma v<strong>en</strong>ía con su mortaja. En <strong>es</strong>e mismo instante la<br />
muchacha cobró juicio. Los perros también empezaron a aullar<br />
lastimeram<strong>en</strong>te. La muchacha continuó pero iba aterrorizada. En el trayecto,<br />
ella vio una casa, a cuya dueña suplicó llorando: “Por favor <strong>es</strong>cóndeme”. La<br />
mujer la <strong>es</strong>condió debajo de una tarima. Aún así, el alma, jalándola por la<br />
mano, se la llevó.<br />
Así llegaron a un inm<strong>en</strong>so corral. Allí vio que dos mujer<strong>es</strong> agarraban flor<strong>es</strong>.<br />
La mujer del lado derecho dio a la muchacha un peine, un <strong>es</strong>pejo y un<br />
jabón. “Cuando el cond<strong>en</strong>ado se <strong>es</strong>té aproximando, arrojarás el peine al<br />
suelo. Cuando nuevam<strong>en</strong>te se aproxime arrojarás el <strong>es</strong>pejo, luego el jabón.<br />
El peine será un cerco de <strong>es</strong>pinos, el <strong>es</strong>pejo será un lago, y el jabón será un<br />
suelo r<strong>es</strong>baladizo” La muchacha hizo como le indicó la mujer, pero, aún así,<br />
110
la alcanzó y la agarró de la mano y se la llevó. Así llegaron a un lugar donde<br />
había una inm<strong>en</strong>sa hoguera a la que el alma arrastró a la muchacha,<br />
cuando <strong>es</strong>tuvo a punto de ser abrazada por el fuego, su perrillo, de su<br />
pollera, la jaló hacia atrás. Así, el alma sola p<strong>en</strong>etró al fuego. En <strong>es</strong>a<br />
inm<strong>en</strong>sa hoguera dice mucha g<strong>en</strong>te muerta <strong>es</strong>tán ardi<strong>en</strong>do. La muchacha<br />
regr<strong>es</strong>ó llorando.<br />
2. La Tlantepusilama.<br />
Fu<strong>en</strong>te :Guilhem Olivier, Tlantepuzilama: las peligrosas andanzas de una<br />
deidad con di<strong>en</strong>t<strong>es</strong> de cobre <strong>en</strong> M<strong>es</strong>oamérica. Estudios de Cultura Nahuatl.<br />
Vol. 36. Universidad Nacional Autónoma de México.<br />
- M<strong>en</strong>cion<strong>es</strong> de la diosa : (O.C. p. 250)<br />
“Aparec<strong>en</strong> <strong>en</strong> t<strong>es</strong>timonios de final<strong>es</strong> del siglo XVII, que nos hablan de<br />
prácticas idolátricas <strong>en</strong>tre los zoqu<strong>es</strong> del valle de Ocozocautla-Jiquipilas<br />
<strong>en</strong> Chiapas. En 1685, un t<strong>es</strong>tigo afirmó que “...ha oído decir que el<br />
Demonio <strong>es</strong>tá d<strong>en</strong>tro del cerro que se llama Jantepusi llama, que quiere<br />
decir vieja de hierro, y los antiguos dijeron que d<strong>es</strong>truyó el pueblo de<br />
Copanaguastlán...” Otro t<strong>es</strong>tigo d<strong>es</strong>cribió <strong>en</strong> la cueva del cerro de Jayca<br />
tr<strong>es</strong> <strong>es</strong>tatuas, una de serpi<strong>en</strong>te, otra <strong>en</strong> forma de toro y “...otra <strong>en</strong> forma<br />
de mujer de fierro, que <strong>en</strong> l<strong>en</strong>gua mexicana le llaman los nagualistas:<br />
Tamtepueylama, que <strong>en</strong> l<strong>en</strong>gua castellana quiere decir vieja seca de<br />
fierro” (Dolor<strong>es</strong> Aramoni Calderón, Los reflejos de lo sagrado.<br />
Religiosidad, conflicto y r<strong>es</strong>ist<strong>en</strong>cia <strong>en</strong>tre los zoqu<strong>es</strong> de Chiapas, p. 200-<br />
201. México, CNCA, 1992) Se m<strong>en</strong>cionan ofr<strong>en</strong>das de copal, flor<strong>es</strong> y<br />
candelas <strong>en</strong> <strong>es</strong>ta cueva así como de sangre humana y de niños<br />
sacrificados para el Demonio “<strong>en</strong> figura de <strong>es</strong>pañol” (Ibidem, p. 311).”<br />
- Relatos: (O.C. p. 250-251)<br />
El mayor de dos hermanos tuvo relacion<strong>es</strong> sexual<strong>es</strong> con una mujer a<br />
cambio de un perico. El hermano m<strong>en</strong>or, t<strong>es</strong>tigo de la <strong>es</strong>c<strong>en</strong>a logró<br />
d<strong>es</strong>pertar a su hermano cuando la mujer –una epifanía de Tepuisilam<br />
(Tlantepusilama)- <strong>es</strong>taba a punto de ahogarlo con sus s<strong>en</strong>os. Los<br />
hermanos huyeron y el m<strong>en</strong>or, agotado, se refugió <strong>en</strong> un árbol mi<strong>en</strong>tras<br />
que el mayor llegaba al pueblo para pedir auxilio. Se <strong>en</strong>cerró <strong>en</strong> una<br />
casa rodeada por los habitant<strong>es</strong> del pueblo. Sin embargo, Tepusilam se<br />
hundió <strong>en</strong> la tierra y apareció <strong>en</strong> la casa donde devoró al hermano mayor<br />
dejando nada más que su cabeza d<strong>en</strong>tro. La mujer canibal pasó<br />
<strong>en</strong>tonc<strong>es</strong> cerca del árbol donde se había quedado el hermano m<strong>en</strong>or y le<br />
<strong>en</strong>señó la pierna de su hermano... (Theodor Preuss, Mitos y cu<strong>en</strong>tos<br />
nahuas de la Sierra Madre Occid<strong>en</strong>tal, p. 81-85. Ed. e Introducción, Elsa<br />
Ziehm, México, INI, 1982 (1968))<br />
Otros relatos explican cómo los habitant<strong>es</strong> del pueblo, para d<strong>es</strong>hacerse<br />
de Tepusilam, la invitaron a una fi<strong>es</strong>ta. La emborracharon y luego la<br />
quemaron... Avisado por un pájaro, el marido recuperó los hu<strong>es</strong>os o las<br />
111
c<strong>en</strong>izas de Tepusilam que logró r<strong>es</strong>ucitar mediante cantos y bail<strong>es</strong>.<br />
Como seguía d<strong>es</strong>eando devorar a humanos, le dio una patada que la<br />
proyectó hacia el mar, donde se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra todavía el dia de hoy (Ibidem,<br />
p. 87-111).<br />
Mito de orig<strong>en</strong>, Durango: (Ibidem)<br />
...Dios había decidido r<strong>en</strong>ovar el mundo y lo “<strong>en</strong>dureció un poco”. Por<br />
aquél <strong>en</strong>tonc<strong>es</strong>, “...todos hablan, los pájaros, las gallinas, los puercos,<br />
todos, todos ellos hablan igual, hasta con Tepusilam”. La diosa se<br />
paseaba por el rio y comía a todos los que se topaba. Mol<strong>es</strong>tos los<br />
hombr<strong>es</strong> decidieron organizar “un costumbre” e invitaron a la ogr<strong>es</strong>a.<br />
Cinco pájaros que habían sido mandados para invitar a Tepusilam no<br />
regr<strong>es</strong>aron hasta que el colibrí logró traerla. A su llegada Tepusilam pidió<br />
t<strong>es</strong>güino (cerveza de maiz), y empezó a bailar. Cada vez más ebria pidió<br />
“una nieta” que se comió. D<strong>es</strong>pués de comer cinco “nietas”, cayó<br />
borracha, dormida. Amontonaron leña <strong>en</strong>cima de Tepusilam y la<br />
quemaron. “Se cal<strong>en</strong>tó. Se acabó la leña. Rev<strong>en</strong>tó. Empezaron a caer<br />
sus costillas, su hígado <strong>en</strong> el agua, sus costillas se quedaron pegadas al<br />
paredón”. El iguano, <strong>es</strong>poso de Tepusilam, preguntó por su mujer y<br />
luego recogió sus hu<strong>es</strong>os para r<strong>es</strong>uscitarla. Pero el tlacuache pateó los<br />
hu<strong>es</strong>os e impidió el regr<strong>es</strong>o de Tepusilam” (Neyra Alvarado Solís,<br />
Titailpi...timokotonal. Atar la vida, trozar la muerte. El sistema ritual de<br />
los mexicaneros de Durango, p. 100-102. Morelia. Universidad<br />
Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. Excov<strong>en</strong>to de Tiripetío, 2004.)<br />
Códice Borgia, página 54. Posible repr<strong>es</strong><strong>en</strong>tación de<br />
Tepusilam devorando un cuerpo humano.<br />
112