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PDF 01032012 - Prensa Libre

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PRENSA LIBRE<br />

14<br />

Guatemala, jueves 1de marzo de 2012<br />

OPINIÓN /<br />

EDITORIAL<br />

Los cambios deben<br />

ser para mejorar<br />

Uno de los peores<br />

errores en que puede<br />

caer cualquier administración<br />

es confundir la dimensión<br />

de daños que pueden ocasionar decisiones<br />

de tipo técnico tomadas bajo<br />

presiones y condicionamientos de carácter<br />

político, sobre todo cuando no<br />

están tan claras las motivaciones.<br />

La Superintendencia de Administración<br />

Tributaria (SAT) ha cerrado otro<br />

episodio en su corta historia de 14 años,<br />

con la salida del séptimo superintendente,<br />

Rudy Villeda, quien presentó su<br />

renuncia el lunes recién pasado, tras<br />

una serie de rumores en diversas instancias<br />

e insistentes declaraciones del<br />

presidente Otto Pérez, que en más de<br />

una ocasión anunció sus intenciones de<br />

destituirlo, sin que se evidenciaran las<br />

causales que justificaran el relevo; es<br />

decir, una falta de cumplimiento en las<br />

metas establecidas.<br />

Al margen del buen o mal desempeño<br />

del ahora ex superintendente, lo<br />

más importante es el respeto a la institucionalidad<br />

y, sobre todo, al fortalecimiento<br />

de la tecnocracia, tan necesitada<br />

del apoyo oficial para cumplir<br />

con las funciones que por mandato legal<br />

se le han confiado, el cual debe<br />

estar alejado de todo servilismo, pues<br />

en anteriores regímenes los dirigentes<br />

han cedido a la tentación de utilizar la<br />

entidad para acosar a ciertos sectores.<br />

La SAT juega un papel vital en la<br />

consolidación de la democracia y el<br />

financiamiento de muchos proyectos<br />

de gobierno, a lo que se suman tareas<br />

muy específicas que deben estar en<br />

consonancia con las metas de recau-<br />

FUNDADO EN 1951<br />

CASA EDITORA PRENSA LIBRE S.A.<br />

13 calle 9-31 zona 1, Guatemala<br />

Presidenta:<br />

Vicepresidente:<br />

Director editorial:<br />

Gerente general:<br />

dación. Por ello se espera que quien<br />

ocupa esa cartera tenga no solo las cualidades<br />

profesionales que la ley demanda,<br />

sino que comprenda que su función<br />

tiene implicaciones éticas y morales.<br />

Cuando se produce una renuncia en<br />

una entidad de tanta relevancia, se hace<br />

necesario reflexionar sobre las razones<br />

que motivaron al funcionario a hacerlo,<br />

pero sobre todo cuáles serán los criterios<br />

que guiarán la designación de un<br />

nuevo superintendente, cuyo perfil y<br />

capacidades serán cruciales. La función<br />

que hasta ahora ha desarrollado la SAT<br />

no ha sido fácil, y aunque se pueden<br />

enumerar muchos logros, también cabe<br />

citar asuntos pendientes, principalmente<br />

con grandes evasores al fisco y que<br />

ahora se convierten en una primera tarea<br />

para quien ocupe ese crucial cargo.<br />

Vale la pena recordar el uso de esta<br />

dependencia para crear el llamado terrorismo<br />

fiscal, que es una práctica<br />

deleznable muy alejada de lo que verdaderamente<br />

es una ejecución transparente,<br />

legal y eficiente de la recaudación.<br />

Quizá el precedente más ingrato<br />

lo haya dejado Marco Tulio Abadío,<br />

designado durante el gobierno del<br />

FRG, quien convirtió la SAT en una<br />

especie de azote contra los adversarios<br />

y con ello erosionó la credibilidad de<br />

esa entidad a niveles deplorables.<br />

El legado del funcionario saliente<br />

será evaluado por la historia misma,<br />

pero en la sustitución debe prevalecer<br />

el criterio técnico por encima de la<br />

conveniencia política; si sucede lo<br />

contrario, puede constituirse en otro<br />

precedente nefasto por los cuales el<br />

país ya ha pagado incontables daños a<br />

través del atraso, la falta de competitividad<br />

y la aplicación casuística de<br />

las leyes.<br />

María Mercedes Girón de Blank<br />

Mario Antonio Sandoval<br />

Miguel Ángel Méndez Zetina<br />

Luis Enrique Solórzano C.<br />

Teléfono: 2412-5000 = Redacción: 2412-5600 = Fax: 2251-8768<br />

Suscripciones: 1716 = Fax: 2220-5137<br />

Internet: http: www.prensalibre.com = Correo electrónico: nacionales@prensalibre.com.gt<br />

MIEMBRO DE LA SOCIEDAD INTERAMERICANA DE PRENSA<br />

PERSISTENCIA<br />

¿Hubo<br />

genocidio?<br />

Frank La Rue y Francisca Gómez<br />

escriben sobre el genocidio en Guatemala.<br />

E LACTUAL PRESIDENTE, OTTO<br />

Pérez, asegura que en Guatemala<br />

no hubo genocidio: “Lo dije<br />

cuando estaba de candidato y lo<br />

vuelvo a repetir hoy que estoy de<br />

presidente de la República, es<br />

que aquí en Guatemala no hubo<br />

genocidio. Se tipifica el genocidio<br />

cuando hay un exterminio<br />

de una raza por razón de ser una<br />

raza. Aquí en Guatemala lo que<br />

hubo fue un conflicto armado<br />

interno que la guerrilla lo llevó<br />

al interior del país yquisieron<br />

involucrar a las poblaciones mayas,<br />

pero aquí no hubo ningún<br />

momento un exterminio por razón<br />

de raza, ustedes pueden chequear<br />

los archivos del Ejército<br />

ahí van a encontrar que en un 80<br />

por ciento, o en un 70 por ciento,<br />

el Ejército estaba compuesto<br />

también por población maya”.<br />

(elPeriódico, 28 de enero de<br />

2012).<br />

Veamos ahora qué<br />

dice Frank La Rue Lewy<br />

acerca del “Genocidio<br />

en Guatemala (II)”,<br />

<strong>Prensa</strong> <strong>Libre</strong>, 9febrero<br />

de este año: “La Comisión<br />

para el Esclarecimiento<br />

Histórico<br />

(CEH) que presidió el<br />

profesor Christian Tomuschat<br />

se tomó mucho<br />

cuidado en documentar<br />

las violaciones<br />

de derechos humanos<br />

por ambos bandos —sin<br />

individualizar a los responsables—<br />

pues esa era condición<br />

clara de su mandato. La CEH,<br />

con la asesoría técnica de un<br />

juez internacional experto en<br />

genocidio, llegó a la conclusión<br />

de que en ciertas zonas del país<br />

la práctica sistemática de masacres<br />

y tierra arrasada, en las<br />

que indiscriminadamente se ejecutó<br />

apoblación maya que era<br />

civil y se encontraba indefensa,<br />

que incluían niños, mujeres y<br />

ancianos, la quema de las aldeas<br />

y sus cosechas, la violación sistemática<br />

de las mujeres y su<br />

ejecución como reproductoras<br />

de la comunidad, sí configuraban<br />

la definición del delito de<br />

genocidio en forma local-parcial.<br />

Por el hecho de que la CEH<br />

en su informe determinara la<br />

existencia de genocidio dentro<br />

del conflicto de Guatemala, el<br />

presidente Arzú, mal asesorado,<br />

decidió no recibir el informe de<br />

manos del profesor Tomuschat<br />

en el Teatro Nacional el 25 de<br />

febrero de 1999.<br />

Aún hoy hay quienes pre-<br />

tenden negar el genocidio argumentando<br />

que fueron hechos<br />

aislados de violencia, por lo que<br />

vale la pena aclarar este delito.<br />

El delito de genocidio que<br />

Guatemala incorporó al Código<br />

Penal desde 1972 que sigue la<br />

definición de la Convención Internacional<br />

para la Prevención y<br />

la Sanción del Delito de Genocidio,<br />

se define como un “delito<br />

subjetivo”, pues consiste en<br />

interpretar una serie de hechos<br />

de violencia que se cometieron<br />

con la ‘intención’ de ‘destruir,<br />

total o parcialmente, a un grupo<br />

nacional, étnico, racial o religioso’.<br />

Noes necesaria solo la<br />

eliminación física de dicho ‘grupo<br />

humano’, sino incluye la violación<br />

sistemática de las mujeres<br />

como forma de tortura y ofensa a<br />

la identidad de dicho pueblo, el<br />

desplazamiento forzado, la destrucción<br />

de sus viviendas y cosechas,<br />

así como de elemento<br />

de identidad étnica,<br />

trajes, utensilios<br />

de hogar, sitios sagrados,<br />

prohibición del uso<br />

del idioma, etc.<br />

Los delitos violentos<br />

se investigan desde aba-<br />

jo, desde el hecho mis-<br />

Margarita mo, y se sube por las<br />

Carrera líneas de autoridad hasta<br />

los autores intelectuales.<br />

Pero en el caso<br />

de genocidio, la responsabilidad<br />

se determina<br />

de arriba hacia abajo, estableciendo<br />

quién lo planificó yordenó,<br />

quién expresó esa ‘voluntad’<br />

de destruir al ‘grupo humano’.<br />

Es aquí donde los planes<br />

militares Victoria 82 y Plan Sofía<br />

juegan un papel importante,<br />

pues se trata de establecer quién<br />

o quiénes son los responsables<br />

de esa política genocida en Guatemala<br />

(…) Un jefe de Estado de<br />

facto con rango de general en un<br />

gobierno militar no puede argumentar<br />

que era ajeno a todo lo<br />

que sucedía, ya que era un gobierno<br />

absolutamente centralizado<br />

donde él asumía la responsabilidad<br />

de todo, hasta las<br />

funciones del Legislativo. Las<br />

víctimas de ayer son iguales que<br />

cualquier víctima de hoy, ytienen<br />

el mismo derecho de pedir<br />

justicia”. Además, puede consultarse<br />

a la columnista Francisca<br />

Gómez Grijalva en su trabajo<br />

llamado, como el de Frank<br />

La Rue, “Genocidio en Guatemala”<br />

PL. 8/2/12. Una mujer y un<br />

varón conscientes de nuestra<br />

historia.

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