dulce como el amor 29/11/06 13 - Ministerio de Educación

DULCE COMO EL AMOR 29/11/06 13:15 Página 38
cepo, o el rebenque, o la soga que cuelga a un hombre para que sirva de
escarmiento; desaparecer como un lobo trotero al otro lado de los montes,
donde la brisa huele a hierbabuena y la tierra no es tan dura y avara como
los amos. Ese fue mi delito: dudar, o temer, o quién sabe si desear alegrarme
de lo sucedido y saborear esa tu vergüenza y humillación. Por detrás de
mi sombra venían sus ojos de agua verde, y sus caricias, y temí por su vida,
pero era demasiado tarde para desandar el camino. He intentado olvidar
sus súplicas, su rostro lleno de espanto y que el tiempo hiciese del recuerdo
la memoria de un olvido. Pero ha sido en vano. Sé que vive y, en parte, esto
alivia un poco el remordimiento. Sus ojos brillarán como entonces y su
cuerpo podrá decir que ha regresado la primavera. Estoy seguro de que no
te atreverás a dar la cara. Tal vez mandes a un matón para que me raje a
navajazos. Mas sabes bien lo peligroso que es el brazo ajeno. Por eso estoy
aquí seguro de cobrar lo que es mío, y pasar al otro lado de los montes, allá,
donde la brisa sabe a hierbabuena.
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