Rota Punctatis - Volumen 6
Barra Libre: Bidegorris para todos. Siguiendo la pista: Ciclismo fixed. Túnel del viento: A rueda. Enfants terribles: Roger de Vlaeminck. Tubular vs Cámara: Los sprinters de los 90. La escapada de Copolillo: Huélamo. Farolillo rojo: El ciclista enmascarado.
Barra Libre: Bidegorris para todos. Siguiendo la pista: Ciclismo fixed. Túnel del viento: A rueda. Enfants terribles: Roger de Vlaeminck. Tubular vs Cámara: Los sprinters de los 90. La escapada de Copolillo: Huélamo. Farolillo rojo: El ciclista enmascarado.
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Enfants Terribles<br />
no lo convocó para el mundial de<br />
Ostuni (Italia), pese a ser entonces<br />
subcampeón del mundo. La elección<br />
no le salió mal al estamento<br />
belga ya que Freddy Maertens se<br />
trajo el oro de tierras transalpinas<br />
mientras a Roger le quemaba la ira<br />
por dentro.<br />
1977 sería el año en el que cerraría<br />
el círculo de los grandes monumentos<br />
imponiéndose en su cuarta<br />
Roubaix y, por fin, primera De Ronde.<br />
Roger De Vlaeminck estaba dispuesto<br />
a vencer en el Tour de Flandes<br />
por todos los medios. Y cuando<br />
decimos todos los medios no exageramos,<br />
ya que a eso fue a lo que<br />
recurrió nuestro amigo para entrar<br />
en el selecto club de Rick Van Looy<br />
y Eddy Merckx. Con un Eddy Merckx<br />
que por entonces ya no era el<br />
gran dominador que otrora fuera y<br />
un Freddy Maertens erigido en ídolo<br />
flamenco, Roger de Vlaeminck se<br />
había dispuesto llevarse, de una vez<br />
por todas, la gran clásica de Flandes.<br />
Un gran reto que requería mucha<br />
fuerza, más pundonor y, sobre todo,<br />
una gran dosis de astucia. Y de esto<br />
último el benjamín de los De Vlaeminck<br />
andaba sobrado. A cien kilómetros<br />
de meta, Eddy Merckx se<br />
lió la manta a la cabeza y arrancó la<br />
moto. Por detrás los capos de la carrera<br />
tomaron cartas en el asunto y<br />
Freddy Maertens salió a por el Canibal,<br />
con Roger a su rueda. Se montó<br />
la de San Quintín. Con la carrera<br />
loca, quedaron en cabeza Maertens<br />
y De Vlaeminck. Por aquel entonces<br />
el cambio de bicicleta estaba<br />
prohibido, a no ser que se hubiera<br />
sufrido una avería en la misma. El<br />
hecho es que Maertens cambió de<br />
bicicleta, los jueces de carrera se<br />
acercaron al coche de su equipo el<br />
Flandria y observaron que no tenía<br />
avería alguna, por lo que se dirigieron<br />
a Freddy para comunicarle que<br />
estaba descalificado, que podía acabar<br />
la carrera, pero que no contaría<br />
para la clasificación.<br />
Roger que de tonto no tenía un<br />
pelo, y de sordo menos, escuchó<br />
con atención la conversación y<br />
poco tardo en dirigirse a su compañero<br />
de escapada para decirle:<br />
“Freddy, por atrás viene Eddy<br />
Merckx como un loco (recuerden<br />
que Maertens se la tenía jurada a<br />
Merckx), si me ayudas a ganar, seré<br />
muy generoso contigo”. Para maertens<br />
el simple hecho de que no<br />
ganara Merckx ya era una recompensa,<br />
por lo que se puso a tirar<br />
como un caballo hasta meta. En la<br />
llegada, Roger batió con facilidad a<br />
uno de los mejores velocistas de la<br />
época. Lo peor vino cuando se bajaron<br />
de la bici. Los mismos jueces<br />
de carrera, se dirigieron a Freddy<br />
Maertens para comunicarle que habían<br />
estudiado mejor el caso y que<br />
lo readmitían en carrera. El líder del<br />
Flandria montó en cólera, se dirigió<br />
hacia El Gitano y le gritó delante de<br />
todo el mundo: “¡Te has cargado<br />
esta carrera!” No exagerábamos<br />
cuando decíamos que Roger de<br />
Vlaeminck estaba dispuesto a ganar<br />
el Tour de Flandes por todos los<br />
medios.<br />
En 1978 nuestro amigo fichó por<br />
otro equipo italiano, el Sanson,<br />
que ya contaba con otro gallo en<br />
el corral, Francesco Moser. En su<br />
biografía Roger cuenta que aceptó<br />
el contrato única y exclusivamente<br />
por el dinero, ni más ni menos. La<br />
cuestión es que la jugada no le salió<br />
mal en la primera gran carrera del<br />
año, la Milán-San Remo. En la subida<br />
al Poggio Roger se coló en una escapada<br />
junto a un joven italiano con<br />
muy buena pinta, Giuseppe Saronni.<br />
Como no podía ser de otro modo,<br />
El Gitano se negó a colaborar esgrimiendo<br />
que Moser “su líder” venía<br />
por detrás. Con el pelotón echándose<br />
encima de los dos escapados,<br />
“Se dirigió Roger y le gritó delante de todo el<br />
mundo: ¡te has cargado la carrera!”