BENICIO DEL TORO - DirecTV

Carlos Flores y Miguel Ángel Vidaurre, los profesSi hay algo que tienen en común cineastas jóvenes como Jorge Olguín (Solos),Sebastián Lelio (La Sagrada Familia), Coke Hidalgo (El Huésped) y Matías Bize(En la Cama), además de explorar el cine de género y experimentar, es que todosson egresados de la Escuela de Cine de Chile, entidad que nació en 1995 parallenar un enorme vacío en el terreno audiovisual. En ese sentido, una importantelabor es la que han realizado Carlos Flores del Pino, cineasta responsable detítulos como Idénticamente iguales o El Charles Bronson Chileno, y Miguel ÁngelVidaurre, bachiller en filosofía y licenciado en estética, como formadores detoda una nueva generación. Pero la dupla no sólo hace clases, sino que tambiénsigue muy activa cinematográficamente. Así lo atestigua Corazón Secreto, filmeexperimental que codirigieron y que realizaron con un bajísimo presupuesto.Nicolás López, el niño récordEn el cine chileno, por estos días, hacen nata los directores jóvenes, peronadie partió tan púber como Nicolás López. Cuando todavía no cumplía lamayoría de edad, ya hacía de las suyas con una cámara casera. A los 19años ya tenía una productora, Sobras; venía de vuelta como columnista,escribía guiones, estaba a cargo de la promoción de películas comoTaxi para Tres, organizaba un festival de cine y era nominado por MTV.Después vino Promedio Rojo, su debut en el cine, se convirtió en productorde otros filmes y vino su segundo largo, todavía estrenado, Santos, unasuperproducción que en términos de presupuesto supera los costos deTierra del Fuego o El Brindis (que rondan los 1,5 millones dólares). Lapelícula rodada en Chile, España y Japón costó, hasta ahora, seis millonesde dólares. Eso sin contar que le ofrecieron hacer un remake de LaVenganza de los Nerds (que rechazó) y que fue fichado por Salma Hayekpara hacer otro proyecto que rondaría los 15 millones de dólares. Sería unade las producciones más caras del cine latinoamericano.Corazón SecretoIgnacio Aliaga, el servidorNo es exagerado señalar que el cine chileno no sería lo que es, en estasúltimas dos décadas, sin Ignacio Aliaga. Aunque estudió en la mítica Escuelade Artes de la Comunicación de la Pontificia Universidad Católica de Chiley pudo convertirse en cineasta, terminó dedicado al servicio público. Enla actualidad es el director de la Cineteca Nacional del Centro CulturalPalacio La Moneda. Pero antes fue un hombre importante en la creaciónde muchas de las políticas culturales del país, de programas de fomento,difusión y desarrollo del audiovisual. Es uno de los más grandes defensoresdel patrimonio fílmico nacional, trabajando en estrecha colaboración concineastas, restauradores y entidades culturales.Río Abajo, película reestrenada en 2007