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54 ■ Sociedad
JULIO’05
A
v
e
n
t
u
r
a
Conquistando el Polo Norte (II)
Francisco T. Quitín
El peor momento de una expedición
Polar, al igual que en la alta
montaña, es el momento de salir
del saco de dormir y desmontar
el campamento. En el Polo nos
llevaba unas dos horas, almorzar,
desmontar dos tiendas, preparar
los esquíes, las fijaciones y
hacer la pulka (trineo).
El material se estropeaba a
diario, por lo que por las mañanas
nos dedicábamos a repararlo
mientras desayunábamos.
Tras la aventura, un momento de relax.
Las 10 horas de marcha y lo duro
de los hielos hacia que los esquíes,
la botas, las fijaciones,
etc. se estropearan a diario y
necesitaran un continua mantenimiento.
No llegamos a ver Osos Polares,
pero si huellas de Oso.
Tras el primer día, las armas
iban metidas en los trineos. Ramón,
gran experto en asuntos
Quitín con el aliento helado.
polares, nos convenció para no por el frío la poca piel descubierta
de la cara (pómulos y
llevarlas colgadas, ya que un
Oso Polar no ataca como un León,
se le ve venir tranquilamen-
estos vientos hace que la sen-
nariz), ya que a -30 grados,
te y sin carreras.
sación térmica sea de -40 grados
y
Los peores momentos se podrían
definir en:
— Aquellos que nos suponía tener
que decidirnos por pasar
— Aquellos en que los vientos
Katabaticos nos quemaban sobre un mar congelado de
En cualquier sitio se puede montar un retrete.
apenas uno o dos centímetros
de hielo. Andar sobre una capa
de hielo en movimiento y
oscilando es “cardiaco”, pues
nos ponía todos nuestros sentidos
en alerta ante una posible
caída al agua.
Finalmente llegamos al Polo
Norte. Grandioso, Enigmatico,
Sensaciones imposibles de
transmitir.
Una vez allí llego un helicóptero
con Borge Ousland (primer
hombre en cruzar Polo Norte y
Polo Sur en solitario y sin ayuda),
el Jeque Árabe de Dubai, un Mexicano
dueño de la naviera que
le hace el transporte del petróleo
y se metieron en nuestra tienda.
Gracias a ellos conseguimos que
los Rusos nos sacaran de allí en
helicóptero y finalmente marchamos
juntos a la isla de Spitbergen
en Svalbard.
Un día en la isla cenando y
comiendo con el Jeque Árabe y
con Borge, 10 horas de moto de
nieve recorriendo la Isla en busca
de Osos (1.800 habitantes, 3000
Osos Polares) y tras ver muchas
huellas y ningún oso, regreso a
España, con la invitación de ir a
Dubai a gastos pagados en el momento
que deseemos.
En fin, una historia paralela a
la propia de la expedición.
Para Diciembre, deseo con la
ayuda de los colaboradores llegar
a los 90º grados Sur. La Antartida
nos espera.
Gracias a todos por vuestra
ayuda.
Al regreso la alegría se reflejaba en
sus rostros.