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Semana Santa 2000. - Fundación Germán Sánchez Ruipérez

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EDITA<br />

Hermandad de Cofradías de <strong>Semana</strong> <strong>Santa</strong><br />

PATROCINA<br />

Caja Duero<br />

COLABORAN<br />

Excmo. Ayuntamiento de Peñaranda<br />

Excma. Diputación de Salamanca<br />

Junta de Castilla y León<br />

Caja Duero<br />

Cámara de Comercio e Industria de Salamanca<br />

Fundación Germán Sánchez Ruipérez<br />

FOTOGRAFÍAS<br />

Pablo Fernández Delgado<br />

FOTOMECÁNICAY DISEÑO<br />

Aranjo<br />

IMPRIME<br />

Gráficas Valle


Actos litúrgicos<br />

DOMINGO, DÍA9 DE ABRIL<br />

11,00 h. Parroquia de San Miguel Arcángel, Eucaristía Solemne del Cabildo del Santo Cristo<br />

de la Cama.<br />

VIERNES, DÍA14 DE ABRIL<br />

20,00 h. Celebración comunitaria del Perdón.<br />

DOMINGO DE RAMOS, DÍA16 DE ABRIL<br />

13,00 h. Misa Solemne en la parroquia.<br />

LUNES SANTO, DÍA17 DE ABRIL<br />

20,00 h. Celebración comunitaria del Perdón.<br />

JUEVES SANTO, DÍA20 DE ABRIL<br />

Misa de la Cena del Señor<br />

17,00 h. Templo de las RR.MM. Carmelitas.<br />

17,00 h. Capilla de la Residencia de Ancianos.<br />

17,00 h. Parroquia de San Miguel Arcángel.<br />

Visita de monumentos<br />

Hasta las 24,00 horas, en el Templo de las RR.MM. Carmelitas.<br />

Capilla de la Residencia de Ancianos.<br />

Parroquia de San Miguel Arcángel, durante toda la noche.<br />

19,00 h. Parroquia de San Miguel Arcángel: «Los niños con Jesús, amigo, pan<br />

y compañero».<br />

20,30 h. Parroquia de San Miguel Arcángel: «Jesús, Eucaristía y Júbilo, con los Jóvenes<br />

de Peñaranda».<br />

Hora santa<br />

24,00 h. Parroquia de San Miguel Arcángel: «Gracia, donación y entrega».<br />

VIERNES SANTO, DÍA21 DE ABRIL<br />

Celebración de la Pasión de Señor<br />

16,00 h. Capilla de la Residencia de Ancianos.<br />

17,00 h. Templo de las RR.MM. Carmelitas.<br />

17,00 h. Parroquia de San Miguel Arcángel.<br />

SÁBADO SANTO, DÍA22 DE ABRIL<br />

Vigilia Pascual<br />

10,30 h. Templo de las RR.MM. Carmelitas.<br />

12,00 h. Parroquia de San Miguel Arcángel.<br />

DOMINGO DE RESURRECCIÓN, DÍA23 DE ABRIL<br />

10,00 h. <strong>Santa</strong> Misa en la Capilla de la Residencia de Ancianos.<br />

12,00 h. <strong>Santa</strong> Misa en el Templo de las RR.MM. Carmelitas.<br />

12,30 h. Eucaristía Resurrección del Señor (al término de la Procesión).


C onvertíos y creed en el Evangelio<br />

Con estas palabras comenzábamos el Miércoles de Ceniza la Cuaresma y con estas palabras queremos<br />

comenzar nosotros este breve artículo, para introducirnos en este «tiempo de gracia y conversión<br />

del año Jubilar» que estamos celebrando y que abarca la Cuaresma y <strong>Semana</strong> <strong>Santa</strong>.<br />

Vamos a celebrar en este tiempo, por tanto, el misterio pascual de nuestro Señor Jesucristo. Se<br />

van a cumplir los deseos ardientes de Jesús, los de comer la Pascua con sus discípulos, los de beber<br />

el cáliz preparado, los de ser bautizado con el bautismo de fuego, los de hacer prender su fuego en la<br />

tierra para que arda.<br />

Ha llegado la hora, ese momento mesiánico que tantas resonancias tiene para Jesús. La hora, con<br />

sus glorias y sus tinieblas, con sus amores y sus temores, con su paso de la muerte a la vida.<br />

Dispongámonos a celebrar provechosamente este misterio, no sólo desde fuera, como quien ve<br />

un espectáculo, sino desde dentro, compenetrándonos con los mismos sentimientos de Cristo, el cual<br />

«siendo Dios, no rehusó hacerse hombre, tomando la condición de esclavo» (Fil. 2,3) y muriendo su<br />

misma muerte, para poder resucitar con Él «y conocerle a Él, el poder de su resurrección y la comunión<br />

en sus padecimientos».<br />

Vamos, pues, a recordar en estos días la historia más dolorosa y más hermosa. Quizás recordar<br />

sea poco. Es mejor acercarse, compenetrarse, revivir sus sentimientos, sus pensamientos y sus actitudes.<br />

Revivir los padecimientos de Cristo, sufriendo en nuestra carne lo que falta a su Pasión. Revivir<br />

su paciencia, su obediencia a la voluntad del Padre, su generosidad, su perdón y, sobre todo, su<br />

amor.<br />

Revivir, incluso, la pasión actual de Cristo en nuestros hermanos. Eso, actualizarla, porque la<br />

Pascua permanece. Jesús sigue sufriendo y resucitando. Jesús sigue siendo desechado, despojado,<br />

triturado. Con frecuencia se oye hablar de la pasión actual de Jesucristo. Y Jesús sigue resucitando,<br />

alentando su espíritu que renueva a todos y lo renueva todo.<br />

En estos días asistiremos a celebraciones litúrgicas y a procesiones y otros actos de <strong>Semana</strong><br />

<strong>Santa</strong>. Está bien, muy bien. Pero no nos quedemos en meros espectadores, vivámoslas íntimamente,<br />

no sólo participemos con una presencia corporal, que nuestro espíritu se una de verdad a lo que estamos<br />

participando o a lo que están viendo. Nuestro silencio, nuestro recogimiento exterior e interior<br />

sean signos de lo que estamos viviendo en nuestro entorno. Importa, pues, no quedarse en la superficie,<br />

sino entrar en el significado del misterio que presenciamos. No nos quedemos en el espectáculo,<br />

en el mero rito, en las emociones y admiraciones. Que nuestra <strong>Semana</strong> <strong>Santa</strong> sea un grande y valioso<br />

sacramento=signo sagrado.<br />

Si algo tuviéramos que escoger como línea fuerte de todos los acontecimientos que celebramos<br />

en Cuaresma y <strong>Semana</strong> <strong>Santa</strong>, debíamos escoger sin duda el amor desbordante de Quien se entrega<br />

por nosotros. Él no ha hecho en su vida otra cosa que amar, que pasó por la vida haciendo el bien,<br />

que es la sonrisa, el beso y el abrazo de Dios al hombre. Pero ahora, en estos días, su amor rompe el<br />

dique de contención y se desborda torrencialmente. «Antes de la fiesta de la Pascua... habiendo<br />

amado a los suyos, los amó hasta el extremo» (Jn. 13,1). Y ¿cuál es el extremo? Se ha dicho que la<br />

medida del amor es amar sin medida, por eso el límite del amor ha sido roto por Cristo, porque es<br />

infinito, es el mismo amor de Dios. Así, en Cristo, el amor humano se trasciende y se diviniza, y el<br />

amor divino se encarna y humaniza.<br />

Pues, peñarandinos, que con estos sentimientos entremos en los días santos que se nos avecinan<br />

y los vivamos plenamente. Os lo desean y os lo piden<br />

1<br />

VUESTROS SACERDOTES


Desfiles Procesionales<br />

DÍA 16 DE ABRIL, DOMINGO DE RAMOS<br />

12,00 h. Bendición de los Ramos en la Iglesia de San Luis, antes de salir la<br />

Procesión.<br />

12,15 h. Procesión de los Ramos, salida desde la Iglesia de San Luis.<br />

13,00 h. Misa Solemne al término de la Procesión.<br />

DÍA 18 DE ABRIL, MARTES SANTO<br />

21,15 h. «Traslado del Santo Cristo del Humilladero y Ntra. Sra. de las<br />

Lágrimas». Salida de la Ermita del Humilladero hacia la Iglesia<br />

de San Luis. (Desfila Cofradía del Humilladero).<br />

DÍA 19 DE ABRIL, MIÉRCOLES SANTO<br />

24,00 h. «Procesión de Penitencia». Salida de la Parroquia. (Desfila Cofradía<br />

Nuestro Padre Jesús Nazareno).<br />

DÍA 21 DE ABRIL, VIERNES SANTO<br />

7,30 h. «Procesión del Vía Crucis». Salida de la Iglesia de San Luis, hasta<br />

la Parroquia. (Desfila Cofradía de la Vera Cruz).<br />

11,30 h. «Procesión de las Velas». Salida de la Iglesia de San Luis hasta la<br />

Ermita del Humilladero).<br />

20,00 h. «Procesión del Santo Entierro». Salida de la Parroquia. (Procesionan<br />

todas las Cofradías).<br />

24,00 h. «Procesión del Silencio». Salida de la Parroquia. (Desfila<br />

Cofradía Ntra. Sra. de la Soledad).<br />

DÍA 23 DE ABRIL, DOMINGO DE RESURRECCIÓN<br />

«PROCESIÓN DEL RESUCITADO»<br />

10,45 h. Salida de la Ermita del Humilladero. (Cofradía Preciosa Sangre).<br />

11,15 h. Salida de la Parroquia. (Cofradías Ntra. Sra. de la Soledad y<br />

Ntra. Sra. de la Esperanza).<br />

11,45 h. Encuentro en la Plaza de España. (Frente a la Fundación Germán<br />

Sánchez Ruipérez).<br />

2


Miércoles, Día 12 de abril<br />

20,45 h. TEATRO CALDERÓN<br />

Pregón de la <strong>Semana</strong> <strong>Santa</strong><br />

2000 a cargo del Excelentísimo<br />

y Reverendísimo Señor Obispo<br />

de la Diócesis.<br />

Don Braulio Rodríguez Plaza<br />

PREGÓN SEMANA SANTAY PREMIO DE POESÍA<br />

Entrega de premios a los ganadores del VII Concurso Nacional de<br />

Poesía <strong>2000.</strong><br />

Finalizando el acto con la actuación del Coro Francisco Salinas.<br />

Director: D. Victoriano García Pilo.<br />

Subdirector: D. Juan José Grande Benito.<br />

3


Domingo de Ramos<br />

Procesión de los Ramos<br />

Organiza: Hermandad de Cofradías de <strong>Semana</strong> <strong>Santa</strong>.<br />

Paso: «Jesús en la Borriquilla».<br />

Salida: 12,15 h. de la Iglesia de San Luis.<br />

Itinerario: Iglesia de San Luis, Calle de San Luis, Isabel la Católica, Ricardo Soriano, Plaza de la<br />

Constitución y Parroquia.<br />

(Entrega de Ramos a partir de las 11,00 h. en la Iglesia de San Luis).<br />

12,00 h. Bendición de los Ramos en la Iglesia de San Luis antes de comenzar la Procesión.<br />

4


E<br />

n defensa de una <strong>Semana</strong> <strong>Santa</strong><br />

Procesional bien entendida<br />

por FRANCISCO JAVIER BLÁZQUEZ VICENTE<br />

Cuando en estos días de la <strong>Semana</strong> <strong>Santa</strong>, Peñaranda<br />

entera celebre la Pasión de Cristo, al llevar por sus calles y<br />

plazas las imágenes procesionales, estará manifestando plástica,<br />

pública y fervorosamente que siguen existiendo, como<br />

en tantos y tantos lugares de España, hombres y mujeres dispuestos<br />

a recordar que el Hijo de Dios murió en una cruz para<br />

redimirnos del pecado. Cuando en estos días las gentes de la<br />

villa acudan a su parroquia de San Miguel, a las ermitas o<br />

capillas conventuales a participar en los actos piadosos que<br />

rodean la liturgia del triduo sacro, estarán siendo depositarios,<br />

como otros muchos cofrades y fieles cristianos, de unas<br />

tradiciones de piedad popular que siguen siendo válidas dentro<br />

de la Iglesia. Cuando en la mañana de la Pascua se inicie<br />

desde la ermita del Humilladero la procesión del «Encuentro»,<br />

los cofrades peñarandinos proclamarán colectivamente<br />

que Cristo ha resucitado.<br />

Esta expresión de la piedad popular en la <strong>Semana</strong> <strong>Santa</strong>,<br />

con sus diversas manifestaciones, no puede ser patrimonio<br />

del pasado ni una tradición que por su hermosura merezca ser<br />

perpetuada. Es, y debe seguir siendo, un medio de participación<br />

religiosa en la vida de la Iglesia. El Catecismo de la Iglesia<br />

Católica, compendio de la fe cristiana, así lo proclama:<br />

el sentido religioso del pueblo cristiano, en todo tiempo, su<br />

expresión en formas variadas –entre las que figuran las pro -<br />

cesiones– prolonga la vida litúrgica de la Iglesia. A u n q u e<br />

también añade: pero no la sustituye.<br />

Aquí puede estar el exceso de una piedad popular mal<br />

entendida: creer que basta con esos gestos externos, que son<br />

las procesiones y devociones populares, cuando la liturg i a ,<br />

por su naturaleza, está muy por encima de ellas. Se necesita<br />

un discernimiento pastoral para sostener y apoyar la religio -<br />

sidad pastoral, y llegado el caso, para purificar y rectificar<br />

el sentido religioso que subyace en estas devociones, para<br />

hacerlas progresar en el conocimiento del Misterio de Cristo<br />

(números 1.674, 1.675, 1.676).<br />

Y en el caso de las cofradías penitenciales está muy<br />

claro. Las imágenes de Jesús Nazareno, el Cristo del Humilladero,<br />

Nuestra Señora de la Soledad y de la Esperanza, el<br />

Santísimo Cristo de la Cama, por citar algunas de las más<br />

señeras, arropadas por cofrades y devotos, suscitan a su paso<br />

los más nobles sentimientos y emociones. Los fieles llenan<br />

las calles para ver pasar a Cristo y a su Madre dolorosa. Las<br />

gentes más sencillas se santiguan cuando llegan a su altura y<br />

más de una lágrima furtiva humedece los rostros solidarios<br />

de aquellos que sienten en su entraña tamaña injusticia y<br />

vejación... ésta es la esencia de la religiosidad popular en la<br />

<strong>Semana</strong> <strong>Santa</strong>.<br />

Tanto derroche de belleza de sentimiento no puede ser,<br />

espiritualmente, estéril. Deberíamos preguntarnos si conduce<br />

a profundizar en el misterio de la pasión, muerte y resurrección<br />

de Cristo. Si invita a una participación en la liturgia del<br />

triduo sacro y lleva a un compromiso cristiano de caridad con<br />

el prójimo. En la medida que así sea, procesiones y cofradías<br />

podrán presentarse, ante la comunidad cristiana, como<br />

medios propicios y eficaces para el desarrollo de un compromiso<br />

cristiano en el seno de la Iglesia.<br />

Si por el contrario, como dijo Juan Pablo II en su visita al<br />

Rocío en junio de 1993, estas celebraciones populares se<br />

desligan de las raíces evangélicas de la fe, reduciéndola a<br />

una expresión folclórica o costumbrista que traiciona su ver -<br />

dadera esencia, estamos ante una incoherencia de la práctica<br />

cristiana que debe ser reconducida.<br />

La celebración popular de la pasión, muerte y resurrección<br />

de Cristo es tan rica y tan plural que encierra infinidad<br />

de valores. La tradición antropológica, el patrimonio artístico<br />

y el legado histórico, son aspectos que hay que conocer y<br />

potenciar. Si tenemos claro lo fundamental, podemos enorgullecernos<br />

de tener los desfiles más bellos y las imágenes más<br />

artísticas. La vida religiosa forma parte de la cultura de los<br />

pueblos. La fe cristiana no puede quedar desarraigada del<br />

simbolismo y de las manifestaciones externas. El mismo<br />

Papa, Juan Pablo II, así lo reconoce: una fe que no se hace<br />

cultura, es una fe no plenamente acogida, no totalmente pen -<br />

sada ni fielmente vivida. Por eso, es necesario empeñarse en<br />

superar la fractura entre el evangelio y la cultura a través de<br />

un trabajo de inculturación de la fe que alcance y transfor -<br />

me, mediante la fuerza del evangelio, los criterios de juicio,<br />

los valores determinantes, las líneas de pensamiento y los<br />

modelos de vida, de modo que el cristiano siga ofreciendo al<br />

h o m b re de la sociedad industrial avanzada el sentido y<br />

orientación de la existencia.<br />

Las cofradías de penitencia, con sus procesiones de<br />

<strong>Semana</strong> <strong>Santa</strong>, son un medio potencialmente valiosísimo<br />

para poder cumplir esta misión. También en Peñaranda. La<br />

consecución de estos ideales se presenta ante los dirigentes y<br />

consiliarios de las cofradías como el principal reto para el<br />

milenio que se inicia.<br />

Y ante esta <strong>Semana</strong> <strong>Santa</strong>, la del gran año jubilar, no nos<br />

queda más que volver con renovada esperanza nuestra mirada<br />

al Señor.A ese Cristo crucificado que nos abrió las puertas<br />

de la vida. A ese Cristo resucitado que fundamenta y da sentido<br />

a nuestra práctica Cristiana.<br />

5


C O F R A D Í A<br />

Santo Cristo del Humilladero<br />

Día 18. Martes Santo<br />

cuya puerta se celebrará la ofrenda de las velas<br />

por todos los niños.<br />

Traslado Santo Cristo<br />

del Humilladero<br />

y Ntra. Sra. de las Lágrimas<br />

O rg a n i z a : Cofradía Santo Cristo del Humilladero.<br />

H á b i t o : Túnica roja, con cíngulo de tela<br />

negra, capa, capuchón, guantes y zapatillas<br />

n e g r a s .<br />

Pasos: Santo Cristo del Humilladero y Nuestra<br />

Señora de las Lágrimas.<br />

S a l i d a :21,15 h. de la Ermita del Humilladero.<br />

I t i n e r a r i o : Ermita del Humilladero, Ntra.<br />

Señora, Carmen, Plaza España, Cerrajeros, Isabel<br />

La Católica, San Luis e Iglesia de San Luis.<br />

Citación cofrades: 20,45 h.<br />

Santo Cristo del Humilladero<br />

Día 21. Viernes Santo<br />

Procesión de las Velas<br />

O rg a n i z a : Cabildo Santo Cristo del Humil<br />

l a d e r o .<br />

P a s o s : Santos Cristos de San Luis y Humil<br />

l a d e r o .<br />

Salida: 11,30 h. Iglesia de San Luis.<br />

Itinerario: San Luis, Gómez de Liaño, Plazas,<br />

Carmen, Ntra. Señora y Ermita del Humilladero.<br />

Los Santos Cristos se despedirán frente al<br />

Ayuntamiento, continuando el Santo Cristo del<br />

Humilladero en procesión hasta su Ermita, en<br />

6


L<br />

a procesión<br />

por JESÚS MALAGA GUERRERO<br />

Catedrático de Psicología de la UPS<br />

¡ Ya vienen! ¡Ya vienen! Los niños que<br />

llenaban las aceras de la calle avisaban al<br />

gentío de la proximidad del desfile. En posición<br />

de sentado, en los bordillos, los más<br />

pequeños, emocionados por el espectáculo,<br />

no dejaban de moverse y de mirar para todos<br />

los lados. El ruido ensordecedor de la multitud<br />

y el sonido cada vez más próximo de los<br />

tambores y trompetas llenaban el aire de un<br />

halo indescriptible.<br />

A lo lejos la cruz y los ciriales portados<br />

por mocetones vestidos de monaguillos. Sus<br />

hábitos de rojo y blanco contrastaban con la<br />

sobriedad de la calle. Poco a poco los guardias<br />

iban apartando a los más rezagados y despejando<br />

el recorrido de la procesión.<br />

Los vendedores de golosinas hacían el<br />

mismo recorrido que los cofrades, siempre por<br />

delante, ofertando las mismas cosas que hacían<br />

sus antecesores hace muchos años. Los<br />

pirulís, las patatitas americanas, los barquillos<br />

y obleas, las pipas de girasol y los caramelos<br />

de mil formas, eran consumidos con fruición<br />

por los más pequeños. Las cáscaras y los<br />

papeles de los envoltorios de tanto dulce se<br />

acumulaban en las vías de paso procesional,<br />

como anticipo a la cera, que, vertida por los<br />

penitentes, dejaría un reguero inconfundible<br />

del itinerario de la cofradía.<br />

De pronto se acerca el desfile y un silencio<br />

sepulcral da paso a una representación viva,<br />

teatral y estética de la pasión y muerte de<br />

Jesús.<br />

Con orden, meditando unos, rezando<br />

otros, en recogimiento todos, van pasando en<br />

filas de a dos, aportando una visión entre<br />

admirativa y de sorpresa a los niños, que, con<br />

miedo, buscan una explicación en los padres o<br />

en el hermano mayor a lo que está ocurriendo.<br />

Cuando más expectantes se encuentran aparece<br />

la carroza con el Cristo en la Cruz, bamboleándose<br />

por el paso de los costaleros, llena de<br />

flores y seguida de la banda municipal interpretando<br />

una pieza fúnebre que entristece aún<br />

más el ambiente. Un hombre yace muerto,<br />

colgado de un madero, agónico o muerto, qué<br />

más da, y ese hombre es el todopoderoso<br />

Dios. ¿Cómo es posible que siendo el que más<br />

manda se haya dejado matar?, pregunta un<br />

niño en voz alta desde el bordillo de la acera.<br />

Todos los adultos a su alrededor sonríen y no<br />

saben explicar lo que sin duda con el pensamiento<br />

actual es harto difícil.<br />

Termina el desfile y vuelve el bullicio a la<br />

calle. Mañana saldrá otra procesión. Mientras<br />

tanto un vendedor reclama a los niños con un<br />

utensilio de madera al que hace sonar: es la<br />

carraca, instrumento de percusión utilizado en<br />

<strong>Semana</strong> <strong>Santa</strong> en sustitución de las campanas.<br />

Llegará la noche y el niño al acostarse pedirá<br />

explicaciones. ¿Quiénes eran aquellos hombres<br />

que iban tapados? ¿Por qué llevaban caperuzos?<br />

¿Por qué encendían velas para alumbrar<br />

detrás del Cristo? ¿Por qué se acompañan de<br />

música y de trompetas y tambores? Los padres<br />

tratarán de explicarle uno a uno los interrogantes<br />

que se le plantean, sin olvidar que estamos<br />

ante una forma cultural típica de vivir la <strong>Semana</strong><br />

<strong>Santa</strong> en España.<br />

Las ciudades y los pueblos españoles se<br />

transforman cada día de Pasión. Entre feria y<br />

recogimiento, entre bullicio y silencio, entre<br />

sorpresa y repetición, pasa la <strong>Semana</strong> <strong>Santa</strong><br />

año tras año, con las mismas preguntas por<br />

parte de los niños que hacen de la misma un<br />

canto a la ingenuidad. Al llegar la procesión<br />

miles de ojos infantiles se clavan en los mil y<br />

un detalles que pasan desapercibidos para los<br />

mayores. Todos y cada uno de ellos necesitan<br />

ser explicados. La alegría de la pasada Navidad<br />

se torna tristeza y pena en la <strong>Semana</strong> <strong>Santa</strong>. En<br />

tan sólo unos meses hemos pasado del villancico<br />

a la saeta y eso necesita explicación para<br />

aquellos que nacen a la vida.<br />

7


C O F R A D Í A<br />

Jesús de Nazar e n o<br />

Jesús con la Cruz a cuestas<br />

Día 19. Miércoles Santo<br />

Día 21. Viernes Santo<br />

Procesión de Penitencia<br />

O rg a n i z a : Cofradía de Nuestro Padre Jesús<br />

Nazareno.<br />

Hábito: Túnica y capuchón morado, con cíngulo<br />

de esparto y zapatillas negras.<br />

Pasos: Jesús Rescatado (Medinaceli) y Jesús<br />

con la Cruz a cuestas (Nazareno).<br />

Salida: 24,00 h. de la Parroquia.<br />

Itinerario: Parroquia, Bebedero, Plaza<br />

<strong>Santa</strong> Apolonia, Honda, Nuestra Señora,<br />

San José, Avda. Estación, Carmen, Plazas y<br />

Parroquia.<br />

Citación cofrades: 23,30 h.<br />

8<br />

Procesión del Santo Entierro<br />

O rg a n i z a : Cabildo Santísimo Cristo de la<br />

C a m a .<br />

Salida: 20,00 h. de la Parroquia.<br />

Itinerario: Parroquia, Plazas, Carmen, Ricardo<br />

Soriano, Plaza de la Constitución, Plaza<br />

Agustín Martínez Soler y Parroquia.<br />

Citación cofrades: 19,30 h.<br />

Turno de vela al Santísimo, noche del jueves<br />

al viernes, de 3 a 4 horas.<br />

Nota: Rogamos a los hermanos cofrades, guarden<br />

rigurosamente las normas de la Cofradía en<br />

hábito, farol y calzado, de no ser así, no se permitirá<br />

desfilar.


C<br />

onsideraciones de cómo debe ser un cofrade<br />

por TOMÁS GARCÍA PLAZA<br />

Cofrade de la Hermandad «Nuestro Padre Jesús Flagelado»<br />

La <strong>Semana</strong> <strong>Santa</strong> es la <strong>Semana</strong> Mayor<br />

en el calendario litúrgico universal de la<br />

I g l e s i a .<br />

Se acerca la «<strong>Semana</strong> <strong>Santa</strong>», son los<br />

días que rememoran y actualizan, año tras<br />

año, los misterios de nuestra redención:<br />

Pasión, Muerte y Resurrección escatológica<br />

del Hijo de Dios.<br />

El mandamiento de Jesucristo sobre el<br />

amor fraterno es la garantía de un verdadero<br />

culto a Dios.<br />

El Espíritu de ésta debe ser días de oración,<br />

recogimiento y meditación sobre los<br />

Misterios que se celebran.<br />

Un buen cofrade debe vivir intensamente<br />

la Pasión de Jesucristo, como el acto mayor<br />

de amor que Él hizo por nosotros, con fervor<br />

y devoción no sólo en los desfiles procesionales,<br />

asistiendo en estos días a todos los<br />

actos litúrgicos y cumplir a lo largo de todo<br />

el año los actos que se celebren en su Cofradía,<br />

Hermandad o Congregación.<br />

Debemos fortalecer el comportamiento,<br />

fraternidad y solidarizar entre todas las<br />

Hermandades, Cofradías y Congregaciones<br />

de nuestra «<strong>Semana</strong> <strong>Santa</strong>».<br />

Daremos testimonio, estamos comprometidos<br />

con Jesús y su Evangelio reconociendo<br />

la fuerza del Evangelio a Jesucristo.<br />

Ser creyente y testigos de la Resurrección<br />

de Jesucristo.<br />

Recordar y practicar los valores religiosos<br />

y culturales de los cofrades en torno a<br />

la Iglesia, la religiosidad popular tiene que<br />

hacer un papel insustituible en la cultura y<br />

la sociedad.<br />

Un verdadero cofrade es el que está ahí,<br />

cuando otro lo necesita, que esté dispuesto<br />

a ayudar a cualquiera y dar la cara sin crear<br />

problemas a nadie.<br />

El hermano/cofrade debe buscar y<br />

expresar su conversión verdadera y su propia<br />

vivencia de la fe cristiana.<br />

Es necesario dejarse llevar por el A m o r<br />

de Jesús, para que nosotros podamos amar<br />

al Dios que nos amó hasta el extremo, renovando<br />

nuestra vida cristiana por la reconciliación<br />

con Dios.<br />

Caminar en la verdad es lo mismo que<br />

aceptar la salvación de Jesucristo y tratar<br />

de hacerla realidad en la vida.<br />

Las procesiones son una antigua costumbre<br />

de la Iglesia, lo importante es que<br />

cuantos participan activamente en estas<br />

celebraciones, no se deben olvidar que a lo<br />

que se convoca es a realizar un acto comunitario<br />

de penitencia, que aunque se realiza<br />

ante el público, lo que debe presidir es el<br />

sentimiento de fraternidad, oración y convivencia<br />

en cada Hermandad o Cofradía,<br />

con ello les dará el vigor y fuerza que necesitan<br />

para desarrollar una <strong>Semana</strong> <strong>Santa</strong><br />

digna y más noble, con sentido cristiano.<br />

La mayor aspiración de un cofrade ha de<br />

ser recibir este gran don que nos identifica<br />

con Cristo.<br />

Por ello, un buen cofrade, además de<br />

vivir intensamente esos días de <strong>Semana</strong><br />

<strong>Santa</strong>, tiene una misión que cumplir a lo<br />

l a rgo de todo el año.<br />

9


C O F R A D Í A<br />

Vera Cruz (San Luis)<br />

Día 21. Viernes Santo<br />

Procesión Vía Crucis Solemne<br />

Organiza: Cofradía Vera Cruz (San Luis).<br />

H á b i t o : Azul, cíngulo morado, capa, capuchón,<br />

zapatillas y guantes blancos.<br />

Paso: Nuestra Señora de la Piedad.<br />

Salida: 7,30 h. de la Iglesia San Luis.<br />

I t i n e r a r i o : San Luis, Travesía San Luis,<br />

Ricardo Soriano, Plazas, Carmen, Nuestra Señora,<br />

San José, Paseo Estación, Carmen, Nuestra<br />

Señora, Elisa Muñoz, Plaza Agustín Martínez<br />

Soler y Parroquia.<br />

Citación Cofrades: 7,00 h.<br />

Traslado del Santo Cristo<br />

de San Luis<br />

Salida: 11,30 h. de la Iglesia San Luis.<br />

Itinerario: San Luis, Gómez de Liaño, Plazas<br />

de la Constitución, Martínez Soler y Parroquia.<br />

Como es tradicional, frente al Ayuntamiento<br />

se despedirán el Santo Cristo del Humilladero y<br />

el Santo Cristo de San Luis.<br />

Procesión del Santo Entierro<br />

O rg a n i z a : Cabildo del Santo Cristo de la<br />

Cama.<br />

Pasos: Procesionan todas las Cofradías.<br />

Salida: 20,00 h. de la Parroquia.<br />

Itinerario: Parroquia, Plazas, Carmen, Ricardo<br />

Soriano, Plaza de la Constitución, Plaza<br />

Agustín Martínez Soler y Parroquia.<br />

Citación Cofrades: 19,30 h.<br />

Turno de vela al Santísimo, noche del jueves<br />

al viernes, de 5 a 6 h.<br />

Nota: Rogamos a los hermanos cofrades, guarden<br />

rigurosamente las normas de la Cofradía en<br />

hábito, velón y calzado, de no ser así, no se permitirá<br />

desfilar.<br />

10


R<br />

eflexiones en voz alta<br />

por F. MORALES<br />

Las túnicas y capirotes abren las tapas de los viejos arcones que celosamente las guardaron durante el año, las luminarias se<br />

preparan con el mimo de quienes saben que han de hacer clarear la noche más oscura del año y hasta el sonar de las campanas languidece<br />

espaciando los sones metálicos que lanzan al viento, cual lamentos primeros que lloran la muerte del Justo.<br />

Los cuerpos, cuerpos mortales de hombres y mujeres, se cubren enlutándose voluntariamente para acompañar, en manifestación<br />

pública de fe, al Cristo que se venera, a la Madre que se ama. Son días de penitencia y también de esperanza. Cristo, el Hijo<br />

Unigénito del Padre, ha muerto, pero también resucita, trayéndonos a nuestro dolor un mensaje de alegría y de esperanza, pues, con<br />

su Resurrección, los que en Él creemos viviremos eternamente, según nos enseñó.<br />

Son días de <strong>Semana</strong> <strong>Santa</strong>, días de celebración de la Pasión del Señor, espíritu éste, sentimiento éste, que lejos de quedar reducido<br />

al pequeño número de días que fija el calendario, debería extenderse a todo el año en el corazón de quienes integramos cada<br />

una de las Cofradías y Hermandades, cuyo fin no es sólo el de procesionar con la imagen titular el día señalado, misión importante<br />

pero no la única de las que pueden leerse en los diferentes Estatutos.<br />

El rápido incremento del número de cofrades experimentado en los últimos años tras el letargo sufrido en la década de los<br />

sesenta y aun de los setenta, ha venido a dificultar –en razón proporcional al volumen de población– la participación comunitaria en<br />

actos cristianos promovidos por las respectivas Juntas Directivas. Es éste uno de los problemas que amenaza la unidad de acción,<br />

pues si en origen las Cofradías nacieron alrededor de gremios profesionales y de parroquias, las propias, hoy los cofrades están<br />

repartidos por toda la ciudad y hasta puede decirse que fuera de ella, cuando la tarea profesional así lo exige. Razón de más por la<br />

que debe forzarse la voluntad individual de comunión entre todos los miembros, si se quiere seguir dando contenido a nuestra devoción,<br />

devoción, por otra parte, que ha de estar, siempre, dirigida, encauzada, por la autoridad eclesiástica correspondiente.<br />

La procesión, manifestación externa y popular de nuestra religiosidad heredada por tradición de nuestras anteriores generaciones,<br />

ha de ser cuidada en extremo para no caer en lo meramente «popular», olvidándonos del único motivo que a ella nos lleva, que<br />

no es otro que acompañar a Cristo, a Su Madre, en un nuevo camino de Pasión por las calles de nuestra ciudad, villa, pueblo o lugar.<br />

El silencio que acompaña a la meditación de lo que con nuestro andar estamos celebrando, debe ser el único compañero del penitente<br />

que sabe que el acto en el que participa, recuerdo del camino de Jesús por la Vía Dolorosa hacia Su Sacrificio, no es un simple<br />

paseo a la caída de la tarde.<br />

Silencio y meditación que trae a colación un ejemplo de lo que considero –permítaseme decirlo– un «exceso» del deseo de querer<br />

transmitir a los hijos nuestra devoción por la <strong>Semana</strong> <strong>Santa</strong>, haciéndoles participar en los desfiles procesionales desde su más<br />

tierna infancia, lo que, además de suponer la presencia continuada de familiares pendientes de su cansancio, constituye, en mi opinión,<br />

una gran contradicción, pues difícilmente puede casar un acto penitencial –y, por tanto, de dolor por nuestros pecados y de<br />

propósito de enmienda– con la inocencia de un niño, exento todavía de cualquier acción de la que pueda sentirse culpable, para la<br />

que es más apropiada la Procesión de la Borriquilla caracterizada por la alegría que envuelta en palmas, bendiciones y cantos<br />

–¡Hosanna! ¡Hosanna!– rodea al recibimiento jubiloso que se le tributa a Jesús en su entrada en Jerusalén.<br />

Y con la música que como ninguna otra cosa en el mundo sabe expresar los estados anímicos de la persona, llega la última<br />

reflexión, pues sin ella es difícil concebir el disciplinado caminar de las largas hileras de penitentes o el majestuoso pasar de<br />

nuestras imágenes. El repique de los tambores retumba en nuestros corazones llamándonos a oración, mientras que el agudo quejar<br />

de la corneta nos mantiene vigilantes y despiertos para no dejar solo a nuestro Señor en su agónico orar en el huerto. Sin el<br />

acompañamiento musical, sin esas marchas procesionales que nos traen las Bandas de Cornetas y Tambores, las Bandas de<br />

Música, todo sería muy distinto. Mas hay que prestar atención en lo que a las primeras concierne, pues pensadas, nacidas y crecidas,<br />

en su mayoría, para su asistencia a las más variadas celebraciones, muy especialmente en las festivas, lucen vistosos y<br />

multicolores uniformes que se me antojan mas en consonancia con éstas, que no con el motivo religioso que nos congrega alrededor<br />

de la Pasión y Muerte de Jesús. La formación de Secciones de Música propias que pudiera atraer e integrar aún más a los<br />

jóvenes de cada Hermandad o Cofradía, o el depósito en cada una de ellas de una serie de túnicas y mantos con los que vestir a<br />

los músicos contratados, pudieran ser dos posibles soluciones a las que habría que llegar, si queremos ir depurando y mejorando<br />

nuestra querida y sentida <strong>Semana</strong> <strong>Santa</strong>.<br />

Los cirios agotados ya no alumbran, las calles han quedado desiertas de músicas y oraciones, las andas vuelven a la oscuridad<br />

de los almacenes desprovistas de adornos florales y los hábitos, limpios de la cera caída, se doblan y guardan con un suspiro hasta el<br />

año próximo. Cronológica y litúrgicamente la <strong>Semana</strong> <strong>Santa</strong> ha terminado, aunque en el corazón, en el alma cristiana del hermano<br />

«<strong>Semana</strong>sentero» continuará durante todo el año, teniendo la Cruz como guía, pues no todo debe acabar con la manifestación pública<br />

y comunitaria de nuestra fe, sino que nuestra devoción por todo lo que representa la Pasión ha de continuar día a día, haciendo<br />

que la siguiente celebración nos encuentre mejores y más preparados.<br />

11


C O F R A D Í A<br />

Ntra. Sra. de la Esperanza<br />

Virgen de la Esperanza<br />

Día 21. Viernes Santo<br />

Día 23. Domingo de Resurrección<br />

Procesión del Santo Entierro<br />

O rg a n i z a : Cabildo del Santo Cristo de la<br />

C a m a .<br />

H á b i t o : Negro, zapatillas y guantes negros,<br />

capa y capuchón verde, cíngulo de esparto.<br />

P a s o s : La Oración de Jesús en el Huerto y<br />

Nuestra Señora de la Esperanza.<br />

Salida: 20,00 h. de la Parroquia.<br />

Itinerario: Parroquia, Plazas, Carmen, Ricardo<br />

Soriano, Plaza de la Constitución, Plaza<br />

Agustín Martínez Soler y Parroquia.<br />

Citación cofrades: 19,30 h.<br />

Procesión del Resucitado<br />

Acompañan al paso de Nuestra Señora de la<br />

Soledad.<br />

Salida: 11,15 h. de la Parroquia.<br />

Itinerario: Parroquia y Plazas, volviendo a la<br />

Parroquia.<br />

Citación cofrades: 10,45 h.<br />

Turno de vela al Santísimo, noche del jueves<br />

al viernes, de 4 a 5 horas.<br />

Nota: Rogamos a los hermanos cofrades, guarden<br />

rigurosamente las normas de la Cofradía en<br />

hábito, velón y calzado, de no ser así, no se permitirá<br />

desfilar.<br />

12


L<br />

a <strong>Semana</strong> <strong>Santa</strong> de Salamanca<br />

por HELIODORO ORDÁS GÓMEZ<br />

Secretario de la Junta de Cofradías, Hermandades<br />

y Congregaciones de la <strong>Semana</strong> <strong>Santa</strong> de Salamanca<br />

La primera Cofradía que se funda en Salamanca es la Ilustre Cofradía de la <strong>Santa</strong> Cruz del Redentor y de la Purísima Concepción<br />

su Madre, en el año 1503, teniendo sus orígenes en 1240. Notable antigüedad, tienen la Ilustre y Venerable Congregación de Nuestro<br />

Padre Jesús Divino Redentor Rescatado, fundada en 1686, la Ilustre y Venerable Congregación de Nuestro Padre Jesús Nazareno, establecida<br />

en 1689 y la Hermandad de Nuestra Señora de la Soledad, cuyo origen se sitúa en 1797. Posteriormente, en 1926, la Seráfica<br />

Hermandad del Santísimo Cristo de la A g o n í a .<br />

Las diversas situaciones políticas que suceden en España, influyen notablemente en el desarrollo de la <strong>Semana</strong> <strong>Santa</strong> de Salamanca,<br />

al igual que en el resto del territorio nacional. Hasta la estabilidad que se implanta una vez concluida la Guerra Civil española, nuestra<br />

<strong>Semana</strong> <strong>Santa</strong> no empieza a recuperarse, y lo hace de forma espectacular, pues en esa época se fundan 9 cofradías, no desfilando en<br />

la actualidad tres: la del Stmo. Cristo de las Batallas, Nuestro Padre Jesús del Consuelo y Nuestra Señora del Gran Dolor, formada principalmente<br />

por excombatientes de la Guerra Civil; la Hermandad de Nuestro Padre Jesús de la Promesa, dependiente de la Hermandad<br />

Dominicana del Stmo. Cristo de la Buena Muerte; la Hermandad del Stmo. Cristo del Amparo, integrada por médicos, farmacéuticos y<br />

enfermeras. Estas cofradías, aunque no desfilan no se han disuelto, por lo que pueden volver a procesionar en cualquier momento.<br />

Después de esta época de esplendor religioso, viene un decaimiento iniciado a finales de la década de los años cincuenta, acentuado<br />

a la terminación de los sesenta y buena parte de los setenta. Desde 1971 hasta 1989, la <strong>Semana</strong> <strong>Santa</strong> salmantina se enriqueció con<br />

cinco cofradías nuevas, naciendo dos en zonas alejadas del centro, como la Hermandad del Silencio (Stmo. Cristo de la Vela), en Pizarrales<br />

y la Hermandad del Vía Crucis, la más joven de todas, con origen en San Bernardo.<br />

En la actualidad, hay 16 cofradías, sin contar las que no desfilan, que sacan a la calle un total de 40 pasos, 73 figuras. Entre estos<br />

pasos, hay algunos de primera categoría nacional, destacando los de arte barroco, con su transmisión de movimiento, el contraste vivo<br />

de los colores, la disposición de las figuras, y la autenticidad en la crudeza del dramatismo que representan. Entre los que destacan<br />

podemos nombrar el Stmo. Cristo de la Agonía Redentora, gótico, de autor desconocido; Jesús Flagelado y Nuestra Señora de los Dolores<br />

(situada en la Catedral Nueva), barrocos, de Luis Salvador Carmona; los conjuntos escultóricos, con cuatro figuras cada uno, de La<br />

Flagelación del Salvador y Ecce Homo, barrocos, de Alejandro Carnicero; las cinco figuras del paso de Jesús Nazareno, barroco, esculpido<br />

por José de Larra Churriguera; la Vi rgen Dolorosa de la iglesia de la Vera Cruz, barroca, de Felipe del Corral; y el Lignun Crucis,<br />

cruz de plata barroca, realizada por el platero salmantino Pedro Benítez, con un relicario de cristal en el cruce de los brazos, que según<br />

la tradición, contiene un fragmento de la verdadera cruz de Cristo, traído de Jerusalén en 1675 por Fray Juan de San Antonio. El grupo<br />

escultórico que más figuras tiene es el Santo Entierro, con 7 figuras, representa el entierro de Cristo, desfila en la tarde del Vi e r n e s<br />

Santo, es propiedad de la Ilustre y Venerable Congregación de Nuestro Padre Jesús Nazareno, y fue realizado en 1943 por el bejarano<br />

Francisco González Macías. Es obligado reseñar la maravillosa e impactante imagen de una Inmaculada, encargada por la Ilustre<br />

Cofradía de la <strong>Santa</strong> Cruz del Redentor y de la Purísima Concepción su Madre en el siglo XVII al escultor Gregorio Fernández, hecha<br />

enteramente por él, siendo una de sus mejores esculturas; no procesiona y se encuentra en el retablo principal de la iglesia de la Ve r a<br />

Cruz, esta iglesia con todo su contenido es propiedad de la Ilustre Cofradía. La imagen más antigua que ha desfilado en nuestra <strong>Semana</strong><br />

<strong>Santa</strong> es el Cristo de las Batallas, románica del siglo XI, que formaba parte de la procesión que hacía la Cofradía compuesta por los<br />

excombatientes de la Guerra Civil; actualmente la más antigua es la del Cristo de la Agonía Redentora.<br />

Entre los actos que se realizan destacan el Vía Crucis, por las calles el viernes anterior al Domingo de Ramos; el Descendimiento,<br />

en la mañana del Viernes Santo; la Promesa del Silencio de la Hermandad Universitaria del Stmo. Cristo de la Luz y Nuestra Señora<br />

Madre de la Sabiduría, en la tarde del Martes Santo, en el Patio de Escuelas Menores; El poeta ante la Cruz, en la Catedral Nueva el<br />

Domingo de Pasión; la Trilogía de la Pasión a las 3 de la madrugada (noche del Jueves al Viernes Santo) a la puerta del convento de<br />

las RR.MM. Isabeles, ambos actos desarrollados por la Real Cofradía de la Agonía Redentora y Yacente de la Misericordia.<br />

Aparte de los actos externos en las vías públicas, estos días de recogimiento y de importantes celebraciones para los católicos,<br />

giran en torno a la liturgia propia de estas fechas, los Monumentos instalados en la Catedral, Universidad e iglesias de la ciudad, los<br />

conciertos de música religiosa organizados por la Junta de Cofradías, Hermandades y Congregaciones, y una larga lista de actos religiosos<br />

en general, hacen que nuestra ciudad se convierta en un templo monumental donde se ponen de relieve la religiosidad<br />

y la penitencia.<br />

13


C O F R A D Í A<br />

P reciosa Sangre<br />

Jesús atado a la columna (La Flagelación)<br />

Día 21. Viernes Santo<br />

Día 23. Domingo de Resurrección<br />

Procesión del Santo Entierro<br />

O rg a n i z a : Cabildo del Santo Cristo de la<br />

Cama.<br />

Hábito: Blanco, capa y capuchón rojo, zapatillas<br />

y guantes blancos, cíngulo de esparto.<br />

Pasos: Procesionan todas las Cofradías.<br />

Salida: 20,00 h. de la Parroquia.<br />

Itinerario: Parroquia, Plazas, Carmen, Ricardo<br />

Soriano, Plaza de la Constitución, Plaza<br />

Agustín Martínez Soler y Parroquia.<br />

Citación de cofrades: 19,30 h.<br />

Turno de vela al Santísimo, noche del jueves<br />

al viernes, de 2 a 3 h.<br />

Procesión del Resucitado<br />

Organiza: Cofradía Preciosa Sangre.<br />

Paso: Jesús Resucitado.<br />

S a l i d a : 10,45 h. de la Ermita del Humilladero.<br />

I t i n e r a r i o: Chamberí, San José, Carlos I,<br />

Paseo de la Estación, Carmen, Plazas y Parroquia.<br />

Citación cofrades: 10,15 h.<br />

Nota: Rogamos a los hermanos cofrades,<br />

guarden rigurosamente las normas de la Cofradía,<br />

en hábito, farol y calzado, de no ser así, no<br />

se permitirá desfilar.<br />

14


L«<br />

e flagelaron y coro n a ron de espinas»<br />

Pilatos queriendo dar satisfacción a la<br />

plebe, les soltó a Barrabás; a Jesús después de<br />

haberlo azotado se lo entregó.<br />

Los soldados le llevaron al patio del<br />

pretorio, donde estaba allí reunida toda la<br />

cohorte, le vistieron con una púrpura de color<br />

grana, y le ciñeron una corona tejida de espinas.<br />

Seguidamente comenzaron a saludarle<br />

diciéndole: ¡SALVE REY DE LOS JUDÍOS!,<br />

al mismo tiempo le herían en la cabeza con una<br />

caña y le escupían, e hincando la rodilla, le<br />

hacían reverencias.<br />

Después de haberse mofado de Él, le<br />

quitaron la púrpura, volviéndole a poner sus<br />

vestidos, le condujeron hacia el Gólgota (El<br />

Calvario), donde fue Crucificado.<br />

<br />

15


C O F R A D Í A<br />

Santo Cristo de la Cama<br />

Santo Cristo de la Cama<br />

Durante la tarde y noche del Jueves al Viernes Santo, la imagen del Santo Cristo, permanecerá<br />

expuesta al culto en la Iglesia de San Luis donde podrán visitarla.<br />

Día 21. Viernes Santo<br />

Procesión del Santo Entierro<br />

Organiza: Cabildo del Santo Cristo de la Cama.<br />

Hábito: Blanco, capuchón y capa morada, zapatos negros y cíngulo morado.<br />

Paso: Santo Cristo de la Cama.<br />

Salida: 20,00 h. de la Parroquia.<br />

I t i n e r a r i o : Parroquia, Plazas, Carmen, Ricardo Soriano, Plaza de la Constitución, Plaza A g u s t í n<br />

Martínez Soler y Parroquia.<br />

Citación de cofrades: 19,30 h.<br />

Turno de vela al Santísimo, noche del jueves al viernes, de 2 a 3 h.<br />

Nota: Rogamos a los hermanos cofrade guarden rigurosamente las normas del Cabildo, en hábito y<br />

calzado, de no ser así, no se permitirá desfilar.<br />

16


C O F R A D Í A<br />

Ntra. Sra. de la Soledad<br />

Día 21. Viernes Santo<br />

Día 23. Domingo de Resurrección<br />

Procesión del Santo Entierro<br />

O rg a n i z a : Cabildo del Santo Cristo de la<br />

Cama.<br />

Pasos: Procesionan todas las Cofradías.<br />

Salida: 20,00 h. de la Parroquia.<br />

Itinerario: Parroquia, Plazas, Carmen, Ricardo<br />

Soriano, Plaza de la Constitución, Plaza<br />

Agustín Martínez Soler y Parroquia.<br />

Citación cofrades: 19,30 h.<br />

Procesión del Silencio<br />

O rg a n i z a : Cofradía Nuestra Señora de la<br />

Soledad.<br />

H á b i t o : Capuchón, capa, zapatos, guantes y<br />

cíngulo negro.<br />

Paso: Nuestra Señora de la Soledad.<br />

Salida: 24,00 h. de la Parroquia.<br />

I t i n e r a r i o : Parroquia, Plazas, Luz Nueva,<br />

Luz Baja, Bebedero y Parroquia.<br />

Citación cofrades: 23,30 h.<br />

Procesión del Resucitado<br />

O rg a n i z a : Cofradías Nuestra Señora de la<br />

Soledad y Preciosa Sangre.<br />

Paso: Nuestra Señora de la Soledad, acompañada<br />

por la Cofradía de Nuestra Señora de la<br />

Esperanza.<br />

Salida: 11,15 h. de la Parroquia.<br />

Itinerario: Parroquia, Plazas y Parroquia.<br />

Citación de cofrades: 10,45 h.<br />

Turno de vela al Santísimo, noche del jueves<br />

al viernes, de 4 a 5 h.<br />

Nota: Rogamos a los hermanos Cofrades,<br />

guarden rigurosamente las normas de la CSofradía,<br />

en hábito, velón y calzado, de no ser así, no<br />

se permitirá desfilar.<br />

Ntra. Sra. de la Soledad<br />

17


Día 23. Domingo de Resurrección<br />

C O F R A D Í A<br />

Preciosa Sangre<br />

Procesión del Resucitado<br />

O rganiza: Cofradía Preciosa Sangre y Ntra.<br />

Sra. de la Soledad.<br />

H á b i t o : Blanco, cíngulo de esparto, capuchón<br />

y capa roja, zapatillas y guantes blancos.<br />

Paso: Jesús Resucitado acompañado del tradicional<br />

San Miguel.<br />

Salida: 10,45 h. de la Ermita del Humilladero.<br />

Itinerario: Ermita del Humilladero, San José,<br />

Carlos I, Paseo de la Estación, Carmen, Plazas y<br />

Parroquia.<br />

Citación cofrades: 10,15 h. en la Ermita del<br />

Humilladero.<br />

ACTO DEL ENCUENTRO: 11,45 h.<br />

Frente a la Fundación Germán Sánchez Ruipérez,<br />

San Miguel anuncia la Resurrección del<br />

Señor, quitando el manto de luto a la Virgen, soltándose<br />

posteriormente palomas blancas como<br />

símbolo de Paz para el mundo, continuando la<br />

procesión hasta la Parroquia.<br />

Ala espera de la vida,<br />

Cristo desciende a las profundidades de la<br />

tierra. Allí donde estaremos todos.<br />

S e ñ o r, qué duro es<br />

tener que pudrirse para resucitar.<br />

No entendemos.<br />

Ayúdanos a creer y esperar.<br />

Cristo ha vencido a la muerte.<br />

La vida vence a la muerte.<br />

La vida vuelve.<br />

La luz de la Resurrección de Jesús<br />

iluminará la faz de dolor de la tierra.<br />

Creemos y esperamos la Resurrección<br />

de Cristo Jesús.<br />

Nota: Llegado el momento de quitar el luto a la Vi rgen descubriendo el manto blanco, los cofrades tienen<br />

que quitarse el caperuzo para participar también de la alegría de la Resurrección de Cristo, pues en<br />

este momento deja de ser procesión de penitencia; y, por tanto, no se puede desfilar descalzos. Gracias<br />

18<br />

Jesús Resucitado


C O F R A D Í A<br />

Ntra. Sra. de la Soledad<br />

VERSO DE SAN MIGUEL<br />

Buenos días, Virgen <strong>Santa</strong><br />

llénate de regocijo,<br />

que según la Iglesia canta<br />

ya resucitó tu hijo.<br />

El Ángel San Miguel soy<br />

nada temas Reina mía,<br />

que este luto desde hoy<br />

se convierta en alegría.<br />

Virgen <strong>Santa</strong>, cesa el llanto<br />

que aquí está San Miguel,<br />

para quitarte ese manto.<br />

Procesión del Resucitado<br />

Organiza: Cofradía Nuestra Señora de la Soledad y Cofradía Preciosa Sangre.<br />

Hábito: Capuchón, capa, zapatos y cíngulo negro.<br />

Paso: Ntra. Señora de la Soledad acompañada de la Cofradía Nuestra Señora de la Esperanza.<br />

Salida: 11,15 h. de la Parroquia.<br />

Itinerario: Parroquia, Plazas y Parroquia.<br />

Citación cofrades: 10,45 h. en la Parroquia.<br />

Nota: Llegado el momento de quitar el luto a la Virgen descubriendo el manto blanco, los cofrades<br />

tienen que quitarse el caperuzo para participar también de la alegría de la Resurrección de Cristo, pues<br />

en este momento deja de ser procesión de penitencia; y, por tanto, no se puede desfilar descalzos.<br />

Gracias<br />

19


Reflexión<br />

Visitando las lejanas pero hermosas tierras de Siria, es fácil sentir la añoranza occidental de lo que irreemediablemente es ya para nosotros irremplazable<br />

costumbre.<br />

En las afueras de Damasco, concretamente en la barriada de Tabbaleh los padres franciscanos guardan con celo el lugar que, situado junto a una<br />

calzada romana, rememora la caída de San Pablo cuando trataba de entrar en la ciudad para aniquilar la ya importante sociedad cristiana. Una vez que el<br />

Señor le preguntase por qué le perseguía, Pablo de Tarso, como cuenta la Sagrada Escritura, quedó ciego.<br />

En la ciudad vieja de Damasco, también custodiada por los franciscanos, se encuentra –por cierto muy bien conservada–, la casa de San A n a n í a s<br />

donde milagrosamente no sólo San Pablo curó su ceguera corporal, sino que sanó para siempre su espíritu de entrega, al quedar trastocados los planes<br />

que le trajeron a la ciudad siriana. San Pablo hubo de huir posteriormente de los suyos por uno de los ventanales que dan a la muralla de la ciudad vieja,<br />

para comenzar un denodado apostolado por las tierras del Lejano Or i e n t e .<br />

Apesar de esta hermosa historia, uno se siente en Siria, desde el aspecto religioso, fuera de ámbito, al comprobar cómo la religión musulmana no<br />

sólo es enormemente mayoritaria, sino que es sumamente poderosa en diversos aspectos que posibilitan, por ejemplo, el retador asentamiento de una de<br />

sus más importantes mezquitas en el barrio cristiano de A l e p o .<br />

Luego, si uno visita las distintas iglesias cristianas, que abundan por doquier en las grandes ciudades sirianas, en seguida se evidencia la falta, prácticamente<br />

absoluta, de imágenes religiosas, lo que llama la atención poderosamente, y mucho más, cuando uno es un enamorado de ese arte imaginero<br />

que sirve y sirvió durante siglos para alimentar popularmente la fe de nuestro pueblo.<br />

Lo curioso de este viaje fue encontrar en una iglesia, en Damasco, al Patriarca de todos los cristianos griegos de Oriente –residente en Líbano–<br />

donde fue recibido con gran boato, según el rito arameo. En aquel hermoso templo descubrí, con gran sorpresa para mí, un extraordinario y hermoso calvario<br />

que sirvió para reponer con cierta osadía en mis anhelos la ilusión de un invento procesional por aquellas oscuras calles que recuerdan fielmente<br />

pasajes hermosos de las mil y una noches.<br />

Aquel reencuentro con la imagen, lejos de provocar morbosos fetichismos, me hizo reflexionar profundamente sobre el arraigo, proyección y futuro<br />

de nuestra <strong>Semana</strong> <strong>Santa</strong>. De esa <strong>Semana</strong> <strong>Santa</strong> española que representa nuestro patrio y peculiar esfuerzo por recrear la Pasión, Muerte y Resurrección<br />

de Cristo a través de esas tallas certeras que se convierten en catecismo público que rememora fidedignamente los hechos que fueron capaces por sí<br />

mismos de cambiar la historia de la humanidad como ningún otro acontecimiento lo haya logrado a lo largo de toda la historia.<br />

La <strong>Semana</strong> <strong>Santa</strong> de los pueblos de España es algo más que un rito espectacular que surge para eclosionar estéticas formas de luz o poesía.<br />

La <strong>Semana</strong> <strong>Santa</strong> procesional es el trasfondo que surge de nuestros ancestros como parte viva de nuestra irrenunciable cultura. Pero sobre todo y<br />

por encima de todo es la expresión religiosa de un pueblo que convencido de sus creencias quiere dar públicamente testimonio de fe.<br />

Yasí las calles de España se alargan como interminables pasillos que incitan a penitenciar a ese pueblo que se encapucha para revivir el silencio<br />

cruel del Ca l v a r i o .<br />

Penitenciales comitivas de los pueblos castellanos hurgan como cinceles de espanto hiriendo la noche, cuando sumiso y rendido a su suerte con los<br />

ojos ya yertos camina el Hijo del Padre. Caído, con la cruz pesada doblándole el hombro a rastras deambula, mientras aterrorizado (porque quiere ser<br />

como nosotros hasta el fin, no más que el hombre), ve rondar con furia infinita sobre el Calvario la muerte.<br />

Yal fin, ese inconfundible Jesús de Nazaret teniendo ansias de ser hombre se entrega al Padre, para que se cumpla con certeza la Escritura.<br />

Pero la muerte, esa muerte humana que penetra en nosotros con terror y misterio, en apenas unas horas se arrodilló ante el Cristo Jesús Hijo del<br />

Padre, y tal noticia corrió desbocada por todos los siglos como una mecha infinita hasta este milenio recientemente estrenado, como esperanza de salvación<br />

para el hombre.<br />

¿ A cuento de qué, nazarenos, entonces sufrimos haciendo memoria, si un Cristo rotundo nos dijo que indaguemos por Él, si queremos, amando a<br />

los otros? ¿Acuento de qué nos llagamos con cruces, o con cadenas sufrimos inútil castigo si Cristo no ha muerto?…<br />

Silencioso, monacal,<br />

quedamente está en sigilo<br />

como queriendo escuchar<br />

las voces de su ciudad<br />

diciéndole ¡Cristo mío!<br />

Dolor de la noche charra<br />

profundo y anochecido.<br />

A L CRISTO DE LA CAMA<br />

20<br />

Claveles negros y lirios<br />

dibuja la noche en llama,<br />

y esculpe el aire una cama<br />

rogando silencio a gritos,<br />

para que siga dormido<br />

el Cristo de Peñaranda.<br />

J. M. Ferreira Cunquero


Pregón de <strong>Semana</strong> <strong>Santa</strong><br />

Peñaranda de Bracamonte<br />

Excelentísimas autoridades, Hermandades de Cofradías, señoras y señores:<br />

Cuando recibí la invitación para ser pregonero de la <strong>Semana</strong> <strong>Santa</strong> de éste, mi pueblo, una imagen me vino del recuerdo mientras aún mantenía la<br />

conversación telefónica con mi interlocutor. Era la imagen y las palabras pronunciadas a voz en cuello del alguacil –el señor Julio o el «Portu»–, que tras<br />

el sonar de la trompetilla, lanzaba el bando situados en una encrucijada de calles. Eran los pregoneros. Oficio antiguo y en otro tiempo cotidiano y<br />

familiar.<br />

Esta noche me siento entre vosotros como uno de aquellos pregoneros. Sin embargo, no es cualquier pregón el que yo os traigo. Mi tarea es la de<br />

anunciaros y pregonar buenas noticias, como aquel pregonero llamado Isaías se las anunciaba a su pueblo:<br />

Qué hermoso sobre los montes los pies del mensajero (pregonero) que anuncia la paz, que trae buenas noticias, que anuncia la salvación, que dice<br />

a Sión: «Ya reina tu Dios» (Is 52,7).<br />

Pablo, el apóstol y pregonero del Evangelio, de las Buenas Noticias de Dios, sentía la urgencia de pregonar la salvación traída por Cristo y recordaba<br />

las palabras anteriores del profeta:<br />

¿Cómo invocarán a aquel en quien han creído? ¿Cómo creerán en aquel a quien no han oído? ¿Cómo oirán sin que se les predique? ¿Y cómo pre -<br />

dicarán si no son enviados? Como dice la Escritura: ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian el bien! (Rom 10,14-16).<br />

Y pregonero fue en definitiva el mismo Jesús, quien al comienzo de su vida pública se lanza por los caminos de Galilea y Judea con un pregón entre<br />

los labios. Así lo cuenta el evangelista San Marcos:<br />

Después que Juan fue entregado, marchó Jesús a Galilea; y pregonaba la Buena Noticia de Dios: El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios está<br />

c e rca; convertíos y creed en la buena noticia (Mc 1,14).<br />

La mía es ahora tarea de pregonero, saberse situar en la escucha será vuestra tarea en este acto.<br />

Acogemos los mensajes siempre desde la propia situación, desde la experiencia personal donde confluye también lo vivido, los recuerdos... y todas<br />

las esperanzas. No todos estamos en la misma situación con respecto a Dios, al anuncio que esta tarde me trae aquí como pregonero, por ello quiero<br />

comenzar con un poema de José Hierro, donde la vivencia de la experiencia religiosa, a pesar de las distancias y de los alejamientos de esa presencia de<br />

cercanía de Dios, que a lo largo de la vida se va sucediendo, permanece, como permanece la infancia y los sueños, presente y constante en el corazón de<br />

cada mujer y de cada hombre, que ha sentido alguna vez la ternura de Dios. Y así vuelve una y otra vez Dios y nos llama reclamando nuestra atención y,<br />

a veces, nos resistimos, y otras consentimos y buscamos aquellas creencias con las que alguna vez fuimos felices.<br />

Yo sé bien que te acercas.<br />

(He oído a mi espalda rozar sordamente la yerba.<br />

Parece que rompes la luz a tu paso.)<br />

Yo sé bien que te acercas.<br />

Yo sé bien que tú entre todos solo podrías así demostrarnos<br />

que has vuelto.<br />

Acaso te estés preguntando<br />

por qué no te miro a los ojos. Acaso te creas<br />

que he muerto una noche en que tú todavía<br />

no habías dejado tu reino.<br />

Yo sé bien que te acercas.<br />

Debía salirte al encuentro,<br />

preguntarte si vienes cansado del largo camino...<br />

Pero yo estoy mirando en las aguas<br />

el cielo, ya roto, mi imagen, ya rota,<br />

y temo que tú, así, comprendas<br />

que es rotos como hay que mirarnos, huyendo en el tiempo,<br />

cayendo a otras manos que no son las nuestras,<br />

para ver la alegría madura y saber que el destino se cumple.<br />

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Pregón de <strong>Semana</strong> <strong>Santa</strong><br />

Pregón de <strong>Semana</strong> <strong>Santa</strong><br />

Peñaranda de Bracamonte<br />

Yo sé bien que te acercas.<br />

Ami espalda te siento y no quiero mirarte.<br />

Yo no quiero que puedas saber por mis ojos el hondo secreto.<br />

Yo no quiero que pierdas la mágica luz que has traído a la tierra,<br />

aquel grave ademán que tenías allí (¡cuando yo estaba allí!),<br />

aquel sueño constante que daba misterio a tu gesto<br />

y que hoy mismo te envuelve y anuncia aunque estés muy distante.<br />

José Hierro, Alegría, (1944-1947)<br />

La <strong>Semana</strong> <strong>Santa</strong>, nuestra <strong>Semana</strong> <strong>Santa</strong>, constituye uno de esos momentos de llamada al Encuentro con Dios Padre. Para muchos de actualización<br />

y profundización en su experiencia de fe; para otros muchos, de hito anual de escucha de esa llamada y de lucha de la que nos hablaba el poeta.<br />

Para todos, la <strong>Semana</strong> <strong>Santa</strong> no es sólo un modo de vivir personal la salvación venida de Cristo, sino un modo colectivo de vivir el acontecimiento salvador<br />

de la pasión, muerte y resurrección de Jesús. De aquí la importancia de las cofradías que nos permiten ser a todos, al pueblo entero, actores, protagonistas<br />

últimos de lo que se celebra formando una personalidad colectiva. Porque todos somos simultáneamente actores y espectadores en una<br />

curiosa e interesante reciprocidad. En una sociedad tan desarraigada como la nuestra, donde la persona se pierde, se ahoga en el mayor anonimato y<br />

soledad, la realidad de este tejido social que son las cofradías tienen un valor humano-cristiano indudable. Son una creación antigua, pero con una<br />

vocación de futuro única, como lo demuestra su actual auge. La <strong>Semana</strong> <strong>Santa</strong> constituye el núcleo de religiosidad popular más interesante. Una religiosidad<br />

más heredada que aprendida. Cada persona hemos nacido a ella como un elemento más de nuestra tradición, de nuestra cultura, si bien cada<br />

generación al asumirla la recrea. Tal vez sea éste el fondo de su riqueza imaginativa y emotiva, su gran densidad simbólica que le hace capaz de acoger<br />

todos los sentimientos humanos en ese Jesús doliente y triunfante, encontrando la respuesta que colectiva e individualmente esperamos.<br />

El ritual de la <strong>Semana</strong> <strong>Santa</strong> nos hace descubrir lo esencial de la experiencia cristiana de salvación, cuyo contenido central es Cristo y la Virgen.<br />

En los pasos semanasanteros, el pueblo va expresando simbólicamente su propia experiencia de dolor y de esperanza. De ahí su identificación con un<br />

hombre que sufre injustamente, que es condenado sin pruebas. Pero no se trata de un mecanismo puramente proyectivo, sino más bien de un gran<br />

movimiento de humanización de esa figura central que es Cristo. Podría decirse que la <strong>Semana</strong> <strong>Santa</strong> es la cristianización de una profunda vivencia de<br />

la humanidad de Cristo, de una expresión muy lograda de ese Dios humanizado, de ese Verbo hecho carne, es decir, hecho humanidad doliente.<br />

Ahora detengámonos en nuestros signos, en nuestras imágenes, en todo aquello a través de lo cual hacemos memoria y expresamos tantos sentimientos<br />

contenidos, tantas esperanzas, tantas promesas que encontrarán su satisfacción en estos días.<br />

A pesar de que el programa procesional de la <strong>Semana</strong> <strong>Santa</strong> peñarandina me es conocido, lo he leído con interés y curiosidad. Los días, los itinerarios,<br />

las horas, los pasos que saldrán a la calle en cada una de las procesiones, todo es como una prolongación popular y catequética de la celebración<br />

de los misterios guiados por las cofradías. Y al repasarlo me preguntaba también por ¿qué habrá debajo de cada una de estas imágenes?, ¿qué historias<br />

personales, qué sentimientos religiosos se ocultan bajo los nombres y las personas de todas y cada una de las cofradías? y como quiero recorrer con<br />

vosotros por adelantado el camino procesional que tenéis preparado, he intentado imaginarme esos sentimientos callados, esas expectativas que proyectáis<br />

en cada gesto procesional, en cada imagen, en los símbolos que configuran vuestra manifestación de fe abierta y lanzada a la calle que es la<br />

<strong>Semana</strong> <strong>Santa</strong> peñarandina.<br />

DOMINGO DE RAMOS<br />

Mañana, Domingo de Ramos, celebráis, como lo hacen tantos cristianos del mundo entero, la solemne bendición de las palmas y los ramos. Además,<br />

como en tantas ciudades y pueblos españoles, prolongáis la celebración litúrgica con la popular procesión del paso de la Entrada de Jesús en Jerusalén,<br />

a la que conocemos como la procesión de «la burrita».<br />

No sé si habéis caído en la cuenta de cuánto nos parecemos a aquel puñado de amigos incondicionales del maestro Jesús de Nazaret, que le<br />

acompañaban aquel día desde Betfagé hasta entrar por la puerta Hermosa del Templo de Jerusalén. También aquella debió ser una plena mañana de<br />

gloria. Pero, ¿era verdaderamente el Salvador aquel hombre que entraba a lomos de una burra, a quien muchos tenían por profeta? Sólo unos días antes<br />

se había pronunciado ya lo que sería la sentencia definitiva. Como nos cuenta San Juan, «Caifás, que era Sumo Sacerdote aquel año, dijo (a los sacerdotes<br />

y fariseos): Vosotros no sabéis nada. Conviene que un solo hombre muera por el pueblo y no perezca toda la nación» (Jn 12,49). Por eso, la Iglesia<br />

en su liturgia, sabedora de cómo seguía la historia, añade tras la procesión festiva, la lectura de la pasión del Señor.<br />

El Domingo de Ramos es día de gloria y de dolor.Toda la vida se pone ya en juego al comienzo de la <strong>Semana</strong> <strong>Santa</strong>, y todas las vidas, la de Jesús<br />

y la de cada uno de nosotros. Porque también en nuestras vidas el Domingo de Ramos se hace carne, porque en ellas –en nuestras vidas– se mezclan,<br />

como aquel día, la gloria y el fracaso, la alegría y la tristeza, la ternura y la tragedia. Un buen día para repasar nuestra vida llena de luces y de sombras<br />

y para ponerla entera, con los gozos y las sombras, con las luces y las tristezas, con los logros y los fracasos a los pies del Señor, para que Él lo redima<br />

todo, lo lleve el Viernes Santo a la cabecera de su cruz y nos lo convierta en salvación y vida la mañana del otro domingo, el día de la Resurrección.<br />

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Pregón de <strong>Semana</strong> <strong>Santa</strong><br />

Pregón de <strong>Semana</strong> <strong>Santa</strong><br />

Peñaranda de Bracamonte<br />

MARTES SANTO<br />

Pasamos al Martes Santo, cuando la noche comienza a cerrarse y los faroles dejan sentir su tímido tintinear, la Cofradía del Santo Cristo del<br />

Humilladero anticipa un destino. He dicho la Cofradía del Santo Cristo del Humilladero, pero bien podría haber dicho un barrio, todo un barrio anuncia<br />

al resto del pueblo un destino, es como una llamada a disponer el corazón para vivir el acontecimiento salvador que se aproxima. La imagen del<br />

Cristo Crucificado y del Cristo con la Caña me evocan silencio y soledad desgranada a lo largo del recorrido desde la Ermita del Humilladero hasta la<br />

iglesia de San Luis. Y me pregunto cómo sería el momento y cuál sería la reacción de Jesús al descubrir que estaba solo. El evangelista San Lucas nos<br />

sitúa este momento de soledad en el Huerto de los Olivos y nos dice: «Levantándose de la oración, vino donde estaban los discípulos y los encontró<br />

dormidos por la tristeza» (Lc 22,45). Y no puedo dejar de pensar en la soledad y la angustia de tantos hombres y mujeres de nuestro tiempo. La soledad<br />

del marido o la esposa a quienes se les acaba de romper el matrimonio, la soledad del niño incomprendido y pegado por sus padres, la angustia del<br />

padre a quien el sueldo no le llega a fin de mes, la angustia del que sin fe se enfrenta a los problemas de una vida sin sentido, la soledad del joven que<br />

no encuentra quien le ayude a orientar su vida y se debate a solas con la amenaza del paro y el abandono de sus ilusiones, la soledad del anciano aparcado<br />

en un asilo y su angustia ante una muerte que adivina cercana y en soledad.<br />

Ciertamente Jesús no está solo, le acompaña todo el barrio. Le acompañan tantos solitarios a la fuerza, tantas angustias nuestras y ajenas. Cuando<br />

pasen el martes a vuestro lado la imagen solitaria y angustiosa del Cristo del Humilladero, mirad al inmenso mundo de los solitarios y angustiados.<br />

Después mirad a vuestro propio corazón y tratad de descubrir si también vosotros, como antaño Pedro y Santiago y Juan, estáis todavía dormidos a<br />

causa de la tristeza. Abrid los ojos y tratad de descubrir los solos y angustiados que a vuestro lado pasan. Tal vez así esas imágenes adquieran toda su<br />

significación.<br />

MIÉRCOLES SANTO<br />

El Miércoles Santo «la procesión de la Penitencia», justo entre el día que termina y el día que comienza, como si con ello quisiéramos significar<br />

que nos situamos fuera del tiempo, porque lo que allí se representa no tiene un tiempo determinado, forma parte de nuestra naturaleza, de la de aquellos<br />

que nos precedieron y de los que vendrán después que nosotros.<br />

Muchos de vosotros acompañaréis el Miércoles Santo a Jesús Nazareno como nazarenos, con vuestro capuchón y vuestra túnica, con la vela en la<br />

mano y el silencio en la boca. Aprovechad el momento para pensar en cristiano mientras posáis la mirada en el nazareno Jesús y luego en un balcón, o<br />

en la mirada asombrada y casi con susto de un niño o los ojos arrugados y llenos de recuerdos de una anciana. Ese Jesús Nazareno del paso se va identificando<br />

con cada uno de los que le acompañan y detienen su mirada en su mirar.<br />

Es el Jesús injustamente tratado, como aquel hombre que se siente maltratado por la vida, a quien acosan los problemas de cada día. ¿Cuántos<br />

hombres y mujeres, niños y ancianos están representados en ese paso, en ese Nazareno que cruza nuestras calles hasta llegar a la Parroquia? Y sin<br />

embargo ese Nazareno camina hacia la cruz sabiendo que no es el último eslabón de la cadena. Es el Señor a quien han enviado hacia la muerte y, sin<br />

embargo, será capaz de conquistarnos la vida. Los cristianos no sabemos dar muchas más explicaciones sobre las desgracias que nos afligen que otros<br />

hombres y mujeres de nuestro tiempo. Pero sabemos que nuestras desdichas no son la última palabra. Por eso tenemos la tarea de acoger al Nazareno,<br />

a los nazarenos de cada día. Vosotros, que lleváis a hombros por las calles del pueblo la imagen de Jesús Nazareno, estáis pregonando a los cuatro vientos<br />

vuestra solidaridad con los nazarenos del mundo entero; vuestra disponibilidad a arrimar el hombro y acompañar a todos aquellos para quienes el<br />

camino de la vida es un camino de pasión y muerte. Éste es vuestro compromiso. En cristiano se llama amor, justicia con caridad. Y sabemos que el<br />

fruto es devolver la vida, el mismo que desde la cruz sembró Cristo, el Nazareno por excelencia.<br />

JUEVES SANTO<br />

Todo está marcado por la Cena del Señor. Eucaristía y amor; pan, vino y solidaridad; el lavatorio de los pies y el servicio a los pobres. Esto es la<br />

Eucaristía para siempre, tal es el mensaje del Jueves Santo.<br />

No necesitamos volver la vista atrás, recordar otros tiempos y saciarnos de nostalgia. Muchas veces estos movimientos inconscientes del corazón<br />

nos impiden vivir el presente, el momento que tenemos ante nuestros ojos. Algunos párrafos atrás os decía que a la religión popular nacemos como<br />

nacemos a nuestras tradiciones y a nuestra cultura, por el simple hecho de nacer y crecer en un determinado lugar, pero que cada generación las recrea.<br />

El Jueves Santo se asemeja en nosotros a un gran día de fiesta, a una de las fiestas más grandes del año. Salimos a la calle en peregrinaje y recorremos<br />

uno a uno cada Monumento, dejando en ellos tantas oraciones, tantos deseos sólo pronunciados en los silencios de nuestros corazones. Es como si<br />

abriéramos un paréntesis entre el Miércoles Santo y el Viernes Santo. Un tiempo de preparación para acoger la muerte de Jesús en la esperanza de vivir<br />

el Domingo con su resurrección. Hasta los alimentos son festivos, cómo recuerdo las torrijas empapadas en leche que mi madre preparaba ese día –a<br />

ella, a su memoria permanente quiero dedicar este pregón–. Alimento con cariño, al igual que el mismo Dios hace con nosotros en la Eucaristía, gesto<br />

de amor y de permanencia con nosotros eternamente. ¿Veis lo que acabo de hacer?, nos dirá Jesús en el evangelio de este día. Pues así debéis hacer<br />

vosotros. Seguidamente instituye la Eucaristía. Así se nos dice cómo hemos de entender la vida, que no es de otra forma más que como un servicio a<br />

los demás, empezando por los más cercanos, y cómo hemos de alimentarla, que tampoco es de otra forma más que con Él mismo, con la Eucaristía.<br />

Desde estas claves tiene sentido este día de paréntesis, este día de alegría, de peregrinación, como preparación y descanso para continuar el camino<br />

emprendido el Domingo de Ramos.<br />

VIERNES SANTO<br />

El carácter festivo que caracteriza el Jueves Santo parece prolongarse todavía en la mañana del viernes con «la procesión de La Vela» y los niños<br />

como protagonistas. Una ofrenda limpia para un Cristo dolorido, en ese juego de deseo inconsciente de compensar o compartir la entrega o dolor de<br />

Jesús, por medio de las manos de lo más valioso de un pueblo, de sus hijos.<br />

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Pregón de <strong>Semana</strong> <strong>Santa</strong><br />

Peñaranda de Bracamonte<br />

Pero es la procesión de la tarde, «la del Santo Entierro», donde toda la fuerza de la <strong>Semana</strong> <strong>Santa</strong> parece confluir con pasos y cofradías. Es el<br />

recuerdo de la salvación de Cristo, memoria de su pasión y muerte en espera de la resurrección. Se anunciará con el Vía Crucis de la mañana, pero será<br />

al anochecer cuando sintamos su muerte. Jesús muere de verdad. Los Evangelios subrayan este dato al asegurarnos que está tres días en la tumba, el<br />

tiempo que exigía la ley judía para certificar sin asomo de duda que un hombre había muerto. Y su muerte fue dura, como es siempre la muerte. Tiene<br />

sed, siente el abandono de las fuerzas y de Dios: «¡Dios mío, Dios mío, por qué me has abandonado!» Lanza un gran grito y entrega su espíritu, su<br />

aliento, el signo de la vida. Sus discípulos, llenos de miedo, se dispersan. Ytodo parece haber terminado para siempre.<br />

Hemos de tomarnos la muerte en serio. Con ella se acaban nuestros planes y nuestros proyectos. Ella nos arrebata a quienes queremos y con quienes<br />

hemos hecho largos tramos de la vida. Tal vez esté aquí el motivo por el que nos agarramos a la hornacina de nuestro Cristo de la Cama con tanta<br />

fuerza hasta haberlo convertido en un signo de identidad de nuestro pueblo. Cristo acogiendo todas las muertes, como el mayor gesto de amor. Del<br />

amor que Dios Padre tiene a los hombres, tan grande que entrega a su propio hijo para que demuestre ese amor llegando incluso hasta la muerte. Cristo<br />

de la Cama, Cristo del amor, del amor que Dios nos tiene. Cofrades de la Hermandad del Santo Cristo de la Cama, pertenecéis a una hermandad que<br />

pasea por las calles de Peñaranda cada año el testimonio del amor más grande que ha existido: el de aquel que por amor entregó la vida y por amor<br />

llegó hasta la muerte. Y esto obliga a mucho. Como Jesús, tenéis que practicar un amor que lleva consigo tener los ojos abiertos ante toda desgracia<br />

humana. Y no temáis amar sin recompensa, gratuitamente como Cristo. «El amor es fuerte como la muerte», dice el Cantar de los Cantares. Y nosotros<br />

sabemos que en la cruz, el nido de la muerte, lo que triunfó en definitiva fue el amor. Un amor tan fuerte, que hizo nacer de la muerte la vida en la<br />

mañana de la resurrección.<br />

Siempre, desde la infancia, el peso de dolor que me deja el paso del Santo Cristo de la Cama, parecía compensarse con la esperanza que abría<br />

paso la llegada de la Virgen. Y es que en la tradición católica, Nuestra Señora de la Esperanza anuncia, en el momento de más dolor de su vida, la resurrección<br />

del hijo. María es la mediadora que suple el vacío que la muerte de Jesús provoca. Ella es quien significa que la vida nos viene de Dios a través<br />

de la resurrección simbolizada en ella. No sin dolor, María encarna la nueva vida que ella recibió de su hijo.<br />

¿No pensáis conmigo que la compañía de Nuestra Señora de la Esperanza en esta larga procesión es un refuerzo más para asegurar al mundo<br />

entero, que, a pesar de todo, de nuestra debilidad y nuestra muerte compartida con todos los seres vivos, sin embargo es preciso gritar con osadía que<br />

la última palabra es una palabra de esperanza y que el patíbulo de la cruz de Cristo se ha de convertir en árbol de vida?<br />

Ypor eso adoramos la cruz, signo ahora del triunfo sobre la muerte.<br />

SÁBADO SANTO<br />

El Sábado Santo es un día extraño. La Iglesia no celebra la Eucaristía, el único día del año. Los altares permanecen desnudos. Los templos y sus<br />

sagrarios están vacíos. Es día de silencio y soledad.<br />

El pueblo cristiano, con fina intuición, ha puesto imagen a este silencio y a esta soledad en la imagen de Nuestra Señora, convirtiendo la Soledad<br />

en nombre propio. Por eso cerramos el Viernes Santo y abrimos el Sábado con la Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad en «la procesión del Silencio»,<br />

tal vez la más honda y sentida de las que celebramos. Su peregrinar con la imagen enlutada de la Soledad nos recuerda el misterio de María que<br />

es sobre todo madre.<br />

Pero no nos engañemos. La soledad de María nos hace presente de nuevo la soledad del hombre y la mujer de cada día. De nuevo el grito de la<br />

<strong>Semana</strong> <strong>Santa</strong>, ahora en la imagen de Nuestra Señora de la Soledad, se deja oír en medio de las calles. Cristo murió solo. María queda sola. Los discípulos<br />

se sienten solos. El templo del Sábado Santo está solo y sin adornos.<br />

Para quienes hemos ido recorriendo toda la <strong>Semana</strong> <strong>Santa</strong> de la mano de nuestras procesiones, mientras acompañábamos a Cristo, este sábado<br />

lleno de la soledad de María es la última palabra que nos invita a encontrar a Cristo. Sin Él la vida del cristiano no tiene sentido. Con Él alcanza la vida<br />

humana su expresión más plena. Y así este sábado, esta procesión que ha de ser silenciosa más que ninguna, nos habla desde el vacío de Cristo, de la<br />

necesidad de hacerle un puesto en nuestra vida; desde la Soledad de María, de la absoluta necesidad de encontrarlo en el hermano. Nadie se salva solo.<br />

Nadie puede vivir solo. YCristo se hace presente cada día en el prójimo que pasa junto a mí y me necesita.<br />

Acaba el Sábado Santo, pronto sonarán las campanas de la Resurrección de Cristo en la Vigilia Pascual de las iglesias. Es tiempo y momento de<br />

acabar. Habéis tenido la paciencia de escuchar este pregón. Ya os lo decía al comienzo. Mi tarea era anunciaros la Buena Noticia. Mal que bien, eso he<br />

intentado. He querido desgranar algunos de los significados de nuestras procesiones de <strong>Semana</strong> <strong>Santa</strong>. El sábado que viene redoblarán las campanas<br />

para anunciar la resurrección de Cristo. Ésta era la buena noticia que os venía a pregonar. Éste es el gran anuncio de nuestra <strong>Semana</strong> <strong>Santa</strong> para quien<br />

lo desee escuchar.<br />

Agradezco a la Junta de Cofradías su cordial invitación. Avosotros vuestra atenta escucha. Muchas gracias.<br />

Gonzalo Jiménez Sánchez<br />

Peñaranda de Bracamonte, 27 de marzo 1999<br />

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