02.10.2015 Views

Juan Bosch - Cuentos escritos en el exilio

  • No tags were found...

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

56 JUAN BOSCH<br />

que su familia. Sucediera lo que sucediera, y aunque <strong>el</strong><br />

mismo Diablo hiciera oposición, Encarnación M<strong>en</strong>doza pasaría<br />

la Nochebu<strong>en</strong>a <strong>en</strong> su bohío. Sólo imaginar que Nina<br />

y los muchachos estarían tristes, sin un peso para c<strong>el</strong>ebrar<br />

la £iesta, tal vez llorando por él, le partía <strong>el</strong> alma y le hacía<br />

maldecir de dolor.<br />

Pero <strong>el</strong> plan se había <strong>en</strong>redado algo. Era cosa de ponerse<br />

a p<strong>en</strong>sar si <strong>el</strong> muchacho hablaría o se quedaría callado.<br />

Se había ido corri<strong>en</strong>do, a lo que pudo colegir Encar<br />

nación por la rapidez de los pasos, y tal vez p<strong>en</strong>só que se<br />

trataba de un peón dormido. Acaso hubiera sido prud<strong>en</strong>te<br />

alejarse de allí, meterse <strong>en</strong> otro tablón de caña. Sin embargo<br />

valía la p<strong>en</strong>a p<strong>en</strong>sarlo dos veces, porque si t<strong>en</strong>ía la<br />

fatalidad de que algui<strong>en</strong> pasara por la trocha de ida o de<br />

vu<strong>el</strong>ta, y le veía cruzando <strong>el</strong> camino y le reconocía, era<br />

hombre perdido. No debía precipitarse; ahí, por de pronto<br />

estaba seguro. A las nueve de la noche podría salir, caminar<br />

con caut<strong>el</strong>a orillando los cerros, y estaría <strong>en</strong> su casa a<br />

las once, tal vez a las once y un cuarto. Sabía lo que iba a<br />

hacer; llamaría por la v<strong>en</strong>tana de la habitación <strong>en</strong> voz baja<br />

y le diría a Nina que abriera, que era él, su marido. Ya le<br />

parecía estar vi<strong>en</strong>do a Nina con su negro p<strong>el</strong>o caído sobre<br />

las mejillas, los ojos oscuros y brillantes, la boca carnosa,<br />

la barbilla sali<strong>en</strong>te. Ese mom<strong>en</strong>to de la llegada era la razón<br />

de ser de su vida; no podía arriesgarse a ser cogido<br />

antes. Cambiar de tablón <strong>en</strong> pl<strong>en</strong>o día era correr riesgo.<br />

Lo mejor sería descansar, dormir.<br />

Despertó al trop<strong>el</strong> de pasos y a la voz d<strong>el</strong> niño que decía:<br />

-Taba ahí, sarg<strong>en</strong>to.<br />

-¿Pero <strong>en</strong> cuál tablón; <strong>en</strong> ése o <strong>en</strong> <strong>el</strong> de allá?<br />

-En ése -asegur15 <strong>el</strong> niño.<br />

"En ése" podía significar que <strong>el</strong> muchacho estaba se<br />

ñalando hacia <strong>el</strong> que ocupaba Encarnación, hacia uno vecino<br />

o hacia <strong>el</strong> de <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>te. Porque a juzgar por las voces

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!