. 2. <strong>Las</strong> ocho <strong>horas</strong> al Los proyectos y eI nueuo contexto polltico-social en 1915, La jornada de 8 <strong>horas</strong> que el Presidente Batlle propuso para ei trabajo industrial en 1906 y que admitió en su segundo proyecto de 1911 para todas las actividades urbanas, no había logrado convertirse en ley ante la resistencia del Senado anticolegialista. La crisis y la renovación del Senado en 1915 la volvieron a poner sobre el tapete. llñrruou¡o a inspeccionar "la aplicacíón" de esas disposiciones y a multar con $ 50 cada clenuncia comprobacla. En caso de accidente el patrono sería responsable civilmente e indemniz.aria a las víctimas o a sus herederos con "arreglo a las prescript'i
98 En julio de 1914 los jóvenes_ diputados batllistas Juan A. Buero y Héctor Miranda presentaron a 'u óonsideración de ;r;;;;;;;ryecto.de le.y.que-recogla principios laborales expuestos pot ,,eI eminente catedrdtico de Economla Polltica en Ia tliiuerri.dáá, i""lii a"" Eduardo .Aceued.o".(l76) Esa ,,ley obreÁ general,, determinaba la agrupación obligatoria del patronáto y "u"1'obr"rot "t"to¡o¿Á; in sendos y separados ,,sindicatos ptofeáionales,, cuyos ".iui"i* á"U1. aprobar un organismo a crearse liamado "coií"jo e"i")ái"a"-ilguros". Cada dos años ese Consejo convocaúa en cada departamento a los sindicatos para la elección de 10 delegados de los pationes y l0 de los obreros, quien-es, junto al Presidente del Consejo General de Seguros, estableceúan las bases del contrato colectivo de trabajo con caiácter obligatorio para todos los patrones y obreros del gremio respectivo. Se consideraban de orden público, y por lo ianto sin poderse derogar por los contratos colectivos: h jornada obrera de 5b <strong>horas</strong> semanales útiles en las zonas urbanas y de 60 en las rurales (en el caso de las mujeres, y varones menores de 18 años, 40 <strong>horas</strong>); el reposo ob¡ero seúa equivalente a la llamada semana inglesa, comenzanáo el sábado a las 12 y continuando todo el domingo; 1as mujeres tendrlan descanso durante el embarazo y lb dlas después del paito con salario pago de un mes; se prohibía el trabajo nocturno de las mujeres y los varones menores de 18 años, y por completo el de los menores de 14 años de ambos sexos; los obreros no podrlan abandona¡ su trabajo ni el patrón despedir "sin ouiso previo de 15 dlas"; encaso de viola¡ esa norrna se impondrían multas que haría efectivas el Consejo General de Seguros. . - Elproyectoestablecfa, además, la obligatoriedad para todo asalariado de un seguro que cubriúa los servicios médicos y farmacéuticos encaso de enfermedad y accidentes de trabajo, y una pensión de ancianidad a los 65 años que en ningrln caso excedérfa de las tres cuartas partes del salario. <strong>Las</strong> primas con que se cubrirfa este seguro serfan abonadls por los obreros, los patronis y ,,u.na subuencióná cargo d.el Tesoro Público.,. de ilO.\AO pesos anuahs,,. Fll organismo que regularla las disidencias entre patrones y obreros y tutelaría todo el sistema, el Consejo General de -Seguros, istarla con-stityído por el Directorio del Banco de Seguros del Estado, 4 delegados de los sindicatos de patrones y 4 de los Jindicatos obreroÁ. En uno de los riltimos y más radicales artículos se daba al sindicato obrero "vol y voto" en el Directorio de toda Empresa que gozara de concesiones del Estado o las Municipalidades, lo qúe, natúralñtente, hubiera colocado a las grandes compañías británicas de servicios prl- blicos en una situación "intolerable". El proyecto fue criticado por los socialistas ya que al imponer el arbitraje "con el ad,itamento d.e la. responsabili.dad pecuniaria de los sindicatos por las faltos de cumplimiento al contrato", ametrazaba "la libertad d.e las trabajadores poni.enda tmbas inodmisibles al derecho de huelga". En realidad, de haberse aprobado, el proyecto hubiera puesto toda la vida sindical -y podría incluirse en ella la de las asociaciones patronales- bajo el control del Estado, dependiendo el carácter de esa tutela de quienes ocuparan el Gobierno en cada ocasión. Debe reconocerse su ambición de abarcar los problemas más importantes de la vida obrera, ya que legislaba sobre la formación de sindicatos, la declaración de huelgas con aviso, la jornada máxima, la prohibición del trabajo a los menores de edad, el descanso a las embarazadas, y un amplio seguro que cubría los riesgos de enfermedad, accidente y ancianidad. En lo que hace a la jornada de trabajo, las 50 <strong>horas</strong> semanales distribuidas entre los cinco días y medio de trabajo permitidos -ya que el descanso debía comenzar los sábados a las 12 y continuar el domingo- se hubieran traducido, en la generalidad de los casos, en g <strong>horas</strong> diarias de lunes a viernes y 5 los sábados. Pero la Cámara ni siquiera consideró este proyecto; seguramente sus integrantes pensaron que habiendo ya aprobado el del Presidente que establecía las 8 <strong>horas</strong> y dejaba en libertad a las Sociedades de Resistencia, estaban más cerca tanto de las aspiraciones de la dirigencia sindical como de las del jefe del Partido. El proyecto de 1911 de Batlle tenía más probabilidades de ser aprobado porque precisamente a fines de 1914 se realizarlan elecciones en seis departamentos del interior para renovar un tercio de ese Senado con mayorla anticolegialista que lo trababa. Y el Gobierno esüaba seguro de ganarlas. Aunque la elección en Florida fue muy disputada y al final entró al Senado por ese departamento el blanco Alejandro Gallinal, en l9l5 pudieron incorporarse los batllistas Julio María Sosa por el departamento de Artigas, Román Freire por Canelones, Juan Paullier por Durazno, Ricardo J. Areco por Salto, y José Luis Ramasso por Soriano (177). El control del Senado por los anticolegialistas, para inquietud de la prensa y los intereses conservadores, habla cesado. El "block del senado" estaba "disgregad,o" en opinión de "El Siglo" de 99