Las 8 horas_NEW

104
que, en efecto, cinco de los siete anticolegialistas de 1913 se opusieron
a la jornada de 8 horas en 1915.
La crítica batllista también se cebó, y muy especialmente, en el
único senador blanco que había en la Cámara Alta, Alejandro Gallinal.
Este, para contento de Batlle y "El Día", fue responsable tanto del
único voto en contra a la aprobación general del proyecto como urro de
los seis que negaron su aprobación a los artículos decisivos. Para
"Nemo", eso testimoniaba la "resistencia ínuencibl,e del twcionalismo
a las ideas de progreso".lLSSl
A la acusación batllista de que la oposición era "retrúgrada" sucedió
la acusación de la oposición de que el batllismo era "demagogo"
y su percepción del significado electoral de la ley.
Pedro Manini Ríos, al referirse a los Inspectores de Trabajo que
vigilaúan el cumplimiento de las 8 horas dijo: "...espero que el Poder
Ejecutiuo no haga de esta disposíción un instru¡nento político; espero
que, a pesar de quererse ha,cer un medio de propaganda electoral
-como
es euidente- de la sanción de esta ley en las actuales cit"cunstancias,
no se utilice a los empleados encargados de uigilar la inspección
de La misma como propa.gandístas polítícos... ". (189)
"The Montevideo'Iimes" y "Diario del Plata" fueron todavía
más precisos en los primeros meses de 1916, cuando comenzó a aplicarse
la ley. Acusaron "al gobierno" de "extremarse para captar el uoto
de la cktse trabaja.dora" con las 8 horas, jornada que encubúa ".sa
marauillnso plnn oligdrquico d,e un ejecutiuo colegiado... ". El Colegiado,
decía esta oposición, era "el secreto real de la extrsordinaria ínsiStencia
en la ley de 8 horas y otnas medidas perturbadoras en un momento
tan inoportuno de crisis... ". En realidad, "el gobierno pretende
posar corlo amigo y protector d.e las trabajadores en su luchu contra el
capital, aunque uerdnderamente el trabajador tenga poco que agradecer,
ex.cepto impuestos aumentados, uida rruís cara, y oportwnidudes
reducidas... ". 1190)
También ia oposición política de "izquierda" notó los riesgos que
corría si el "oficialismo" quedaba como único autr¡r de las 8 horas. "El
Socialista" reclamó para ese Partido el "honor" de la jornada y adujo
que había sido su diputado, Emilio Frugoni, el que impulsara la
consi