PROFESIONAL
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con el gobierno.<br />
Así se alteran las prioridades: pasa a ser más importante el<br />
desprendimiento de la moneda no necesaria lo que aumenta su<br />
velocidad de circulación con su inmediato correlato en el nivel<br />
de precios (aumento) pues aún con la misma cantidad de circulante<br />
al permanecer constante la cantidad de bienes aumentan,<br />
lógicamente, sus precios.<br />
Es una suerte de efecto estampida.<br />
• Pérdida general en el nivel y calidad de vida de la población.<br />
• Alteraciones en la composición de las pirámides poblacionales<br />
por las consecuencias asimétricas de sus efectos pues la incidencia<br />
de la inflación, respecto a la comunidad en su conjunto,<br />
no es la misma dado que tiene un efecto negativo mayor para<br />
quienes tienen ingresos fijos y/o que carecen de la posibilidad<br />
de trasladar al precio de su labor -ingresos- la incidencia del<br />
deterioro de la moneda (asalariados y jubilados).<br />
• Deterioro de la dignidad personal por la pérdida de libertad individual<br />
en caso de mantenimiento, en el tiempo, de la necesidad<br />
de contar con un subsidio pues, en tal caso, deja de ser una<br />
renta temporaria para convertirse en una renta vitalicia.<br />
• Pérdida del respeto por las instituciones.<br />
• Pérdida de la cultura del trabajo.<br />
• Deterioro de la calidad alimentaria.<br />
• Imposibilidad, para los empresarios, de operar en los mercados financieros<br />
de futuros y opciones por las interferencias que los procesos<br />
inflacionarios tienen sobre los precios de los bienes subyacentes.<br />
• Necesaria asignación del tiempo productivo para generar alternativas<br />
para contrarrestar sus efectos.<br />
• Cambio de prioridades en la empresa donde el Gerente Financiero<br />
tiene un rol protagónico desplazando la acción del Gerente<br />
de Producción.<br />
Para el gobierno de turno<br />
Todo Estado tiene tres potestades básicas que se reserva con<br />
carácter monopólico y en las que basa su existencia: inyectar y<br />
retirar dinero de la plaza local (es decir emitir dinero y fijar y recaudar<br />
impuestos) y ejercer el poder de policía (hacer uso de la<br />
fuerza de manera legal).<br />
Cuando faltan o se debilitan una o más de estas tres potestades<br />
el Estado comienza a desaparecer.<br />
Las dos potestades señaladas en primer término se relacionan<br />
con el dinero y su valor, y en este sentido el Gobierno<br />
de turno tiene la posibilidad de adoptar políticas e implementar<br />
decisiones que incidan en el valor económico, social y político del<br />
dinero nacional.<br />
• Oportunidad para la intervención en el mercado alterando las<br />
condiciones operativas del mismo.<br />
Bajo la consigna de contrarrestar los cambios que se suceden<br />
en la economía los gobiernos toman una activa participación<br />
generando situaciones que suelen ser planteadas como transitorias<br />
pero usualmente pasan a ser estables en el tiempo.<br />
En estas circunstancias suelen generarse acciones que a veces<br />
resultan ser contraproducentes, en particular cuando deliberadamente<br />
las medidas tomadas sirven para atacar el problema<br />
por sus consecuencias y no por sus causas, buscando un alivio<br />
inmediato pero irreal y no sostenible en el tiempo.<br />
El gobierno de turno no debería poder aducir ignorancia o error<br />
al justificar la adopción de estas medidas y sus previsibles fracasos.<br />
• Generación, por parte del gobierno, de subsidios para los individuos<br />
más afectados.<br />
Si bien esos subsidios son necesarios para los individuos<br />
pueden llegar a presentar para los otorgantes -gobierno- una<br />
oportunidad política para el manejo de las opiniones y dependencia<br />
de los subsidiados.<br />
Y ello sin considerar aquí los efectos que estos subsidios producen<br />
en la economía al alterar el trabajo y la producción amén<br />
de alterar los datos estadísticos si se considera a los subsidiados<br />
como no desocupados.<br />
• Constante deterioro en la capacidad de brindar, por parte del<br />
Estado, los mínimos servicios: educación, salud, seguridad y<br />
administración de justicia.<br />
República Argentina<br />
Antecedentes<br />
Capacidad de compra de la moneda<br />
La pérdida de la capacidad de compra de la moneda local hizo<br />
que cada vez fueran necesarios billetes de una mayor cuantía para la<br />
adquisición de los mismos bienes. De esa realidad devino la necesidad<br />
de alterar el valor nominal de los billetes y monedas en circulación.<br />
Luego, como el deterioro se mantuvo constante se hizo imprescindible,<br />
en más de una oportunidad, reformar el valor nominal<br />
de la moneda de modo tal que se redujese la complicación operativa<br />
en las transacciones y en los medios de registración contable.<br />
Así entonces fue necesario cambiar físicamente a las monedas<br />
y billetes en circulación por otros de menor cuantía numeraria<br />
y nueva denominación.<br />
Ajustes en el valor nominal de la moneda<br />
A consecuencia de los efectos de la inflación fue necesario,<br />
por cuestiones operativas, reducir el valor numérico en los billetes<br />
y monedas. Esta situación se sucedió en más de una oportunidad<br />
y en total se materializó con la sucesiva quita de ceros a la moneda<br />
que estaba en vigencia desde el 5 de noviembre de 1881.<br />
“La historia inflacionaria de la Argentina luego de la finalización de<br />
la Segunda Guerra Mundial es una historia de tasa creciente, no uniforme,<br />
desvinculada por completo de la inflación internacional, que cada<br />
tanto muestra “picos” o “fogonazos”… Los “picos” o “fogonazos” más<br />
notables ocurrieron a comienzos de 1959, con la presidencia de Arturo<br />
Frondizi; a mediados de 1975 y comienzos de 1976, durante la de María<br />
Estela Martínez de Perón; a mediados de 1985 en vísperas del plan Austral,<br />
lanzado por el presidente Raúl Ricardo Alfonsín; a mediados de 1989<br />
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