PROFESIONAL
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Especiales de Giros (D.E.G.), implementada desde 1970. Fue una moneda<br />
de cuenta sin contrapartida pero valuada en oro. Sin embargo, sólo logró<br />
resolver, y de manera parcial, algunos problemas de liquidez.<br />
A partir de la inconvertibilidad del dólar en oro, se verificó una inestabilidad<br />
creciente de todas las monedas. Del sistema de paridades fijas de<br />
Bretton Woods se había pasado a paridades flexibles<br />
Tras dos devaluaciones sucesivas en EEUU, la Comunidad Europea decide,<br />
en marzo de 1973, no intervenir para sostener la relación dólar/oro y lo<br />
dejan flotar. El clima de inestabilidad se potenció cuando en Octubre de 1973<br />
se produce la crisis del petróleo. Su precio sufrió un desmesurado aumento,<br />
arrastró al resto de commodities, y obligó a un “reciclaje de petrodólares”. A<br />
estas inestabilidades se agregaba la inflación y recesión mundial.<br />
En esas condiciones, predominaron medidas de emergencia orientadas<br />
a resolver la reconversión del excedente petrolero; devaluar el DEG reemplazando<br />
la relación oro por una canasta de moneda; gestionar tipos de cambio<br />
flotante; y ayudar a países no desarrollados con emisión adicional de DEG´s.<br />
El problema era muy serio. Aunque las devaluaciones habían llevado<br />
la cotización oficial de la onza de oro de 35 a 42,22 Dls., en 1974, los mercados<br />
ya cotizaban la unidad de oro a 200 dólares. Los bancos centrales<br />
comenzaron a operar en el mercado libre. El oro referenciaba la moneda<br />
sólo en los papeles. De hecho había otra cotización del oro y oficializaron<br />
los tipos de cambio flexibles.<br />
Y ya en los ´90, las prácticas cambiarias se diversificaron en extremo:<br />
monedas atadas a otra moneda y única, considerada fuerte (Argentina y<br />
otros atadas al dólar), otras vinculadas a una cesta de monedas fuertes.<br />
También países con monedas flotantes respecto a una base (DEG´s, ECU,<br />
etc.) y los de flotación total, con o sin límites.<br />
La intervención de los bancos centrales y cierto tipo de coordinación<br />
entre ellos para fijar el tipo de cambio respecto al dólar se convirtió en el<br />
eje del sistema monetario internacional. Y al estar fundamentado en el<br />
uso internacional de una moneda nacional, resultaba asimétrico de manera<br />
inevitable, y en beneficio del país emisor de la moneda de reserva<br />
mundial por excelencia.<br />
La pretensión del euro fue la de ocupar ese lugar, o al menos, intentar<br />
competir con el dólar. Sin embargo, en su periodo de mayor auge, previo<br />
a la crisis del 2008, sólo llegó a representar el 10 % de los canjes de monedas<br />
realizados con dólares. Por ahora, el reinado del dólar, cubriendo<br />
todas las funciones de la moneda en el sistema internacional, prosigue su<br />
marcha de manera imperturbable.<br />
El sistema monetario internacional había pasado desde el patrón oro<br />
hacia patrón dólar estadounidense, pero con crisis internacionales recurrentes<br />
y encadenadas a partir de 1971. Básicamente, debido a un flujo<br />
financiero creciente respecto al flujo real de bienes y servicios.<br />
Evolución de la moneda en Argentina<br />
Anarquía monetaria<br />
El primer sistema monetario formal en Argentina se estableció en<br />
1881. Habían pasado 7 décadas desde Mayo de 1810. Su ausencia en tan<br />
extenso lapso, se debió a causas institucionales y económicas.<br />
Hasta la Constitución de1853, no existía un estado soberano. Como<br />
reflejo de ello, en el aspecto monetario reinaba una situación anárquica.<br />
No sólo regiones (futuras provincias) detentando esas funciones (emisión<br />
de moneda, códigos, aduana, relaciones exteriores, etc.), sino también,<br />
desde el punto de vista económico eran regiones autosustentables. Su<br />
comercio con el resto era marginal y funcionaba bajo las reglas del “comercio<br />
exterior”. Esta característica no permitía la integración de un único<br />
mercado nacional y su ausencia hizo fracasar intentos de unificación monetaria,<br />
aun ya con atribuciones soberanas. Es el caso de los “papeles de<br />
Fragueiro” en el periodo de la Confederación Argentina.<br />
Aunque el estado soberano aparece con la Constitución Nacional de<br />
1853, donde las provincias ceden a la Nación la soberanía de manera formal,<br />
la institucionalidad no pudo implementarse hasta 1862, cuando la Provincia de<br />
Buenos Aires, la región económica más importante, junto a la Confederación,<br />
formada por el resto del territorio actual, dan lugar a la República Argentina.<br />
Hasta aquel momento, circulaban en cada región monedas provinciales<br />
e internacionales. Y algunas eran de oro y plata, por cuyo valor intrínseco<br />
fueron aceptadas en las relaciones comerciales interregionales.<br />
En cambio, las monedas provinciales emitidas por bancos públicos y privados<br />
sólo eran aceptadas en el ámbito geográfico de su región.<br />
Recién, a partir de allí resultaba posible implementar la moneda como<br />
uno de los atributos soberanos como Nación. Aquí debemos ser cuidadosos<br />
con la cronología pues luego, tendremos que ubicar, sobre ese telón de fondo,<br />
la aprobación del Código Civil, a examinar en el próximo acápite.<br />
En 1862, el Banco de la Provincia de Buenos Aires (BPBA), actuaba<br />
como banco emisor. Pero con jurisdicción sólo provincial, y sin reglas para<br />
limitar y/o respaldar la emisión de billetes. Aunque esa región detentaba<br />
el grueso de la actividad económica, su moneda era sólo aceptada dentro<br />
de sus límites. En el territorio nacional seguían vigentes billetes de otras<br />
provincias. Continuaba la anarquía monetaria.<br />
Un avance, al menos conceptual se produjo en 1864. Le fue impuesto<br />
al BPBA, la conversión a metal con vigencia desde Julio de 1865. Al no<br />
poder reunir las reservas, se fue posponiendo. Recién en 1867 se implementa<br />
un tope a la emisión y una oficina de cambios para canjear el papel<br />
moneda. Con altibajos, la experiencia se mantuvo hasta 1876.<br />
El fracaso se debió a los efectos negativos producidos por la salida del oro.<br />
Así como sus ingresos expandían la moneda, la salida obligaba a esterilizarla,<br />
y en mayo de 1876 debió abandonarse el intento. Sin embargo, fue un paso<br />
importante hacia el establecimiento de un sistema de emisión, y vinculado a<br />
una economía mundial donde ya regía, de manera plena, el patrón oro.<br />
El primer sistema monetario nacional<br />
La anarquía monetaria predominante, los avances en materia de unificación<br />
de un mercado nacional único, y la experiencia internacional del oro,<br />
crearon condiciones para adoptar un sistema monetario nacional. A partir de<br />
1878 el Congreso debatió el tema y en Noviembre de 1881, vota la ley Nº<br />
1.130, de reforma monetaria. Introduce los pesos moneda nacional de curso<br />
legal para la cancelación de deudas y un patrón bimetálico de oro y plata. A<br />
partir de allí, paridades fijas respecto a las monedas fuertes: libra esterlina, dólar<br />
y franco. También eran de aceptación las monedas metálicas extranjeras.<br />
La moneda nacional podía ser emitida por cuatro bancos estatales<br />
(nacionales y provinciales) y un banco privado. Su respaldo en oro quedaba<br />
librado a los estatutos de cada banco.<br />
En esas condiciones no pudieron mantener el sistema de moneda<br />
convertible. Hacia fines de diciembre de 1884, esos bancos emisores ya<br />
no estaban en condiciones de entregar oro a cambio de los billetes, y en<br />
marzo de 1885, fue decretado el “curso forzoso”, es decir, suspendieron la<br />
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