Weekly Rummors

Su salud con un
nuevo comienzo
Por Dayanna Gómez
¿Sabe qué se entiende por buena
forma física? ¿Tiene alguna relación
con los trastornos genéticos? Para
empezar, es importante saber qué
dice la Organización Mundial de la
Salud sobre la aptitud física. Esta
organización afirma que la aptitud
física es el resultado de cualquier tipo
de actividad física como cualquier
desplazamiento del cuerpo producido
por los músculos esqueléticos, con el
consiguiente consumo de energía.
Los individuos con un grado
insuficiente de actividad física poseen
entre un 20% y un 30% más de peligro
de muerte en comparación con los
individuos que alcanzan un grado
suficiente de actividad física.
Pero quizá se pregunte cómo se
relaciona la forma física con el
síndrome de Marfan. Sí, la forma física
tiene mucho que ver con el síndrome
de Marfan, ya que tiene muchos
efectos beneficiosos, como la
reducción de la tensión arterial y el
fortalecimiento del sistema
cardiovascular. También contribuye a
la reducción de peso, la regulación del
metabolismo y la función digestiva.
Pero en el síndrome de Marfan, la
actividad física no debe ser de alto
impacto. Los ejercicios deben
regularse en función de la frecuencia
cardiaca, debe evitarse el peso o el
esfuerzo intenso. Si la aorta no está
dilatada, se pueden realizar
actividades de mayor intensidad
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Del mismo modo, no hay que olvidar una
serie de consideraciones previas antes de
realizar ejercicio físico como evitar
actividades competitivas, actividades que
impliquen mucho esfuerzo en las
articulaciones.
Así, los deportes que se recomiendan
para las personas con síndrome de
Marfan son aquellos de baja peligrosidad,
principalmente con alto elemento
aeróbico y baja magnitud como es el caso
del ciclismo, la natación, el senderismo, la
pesca, el Tai Chi, el golf o el ping-pong.
Algo importante a destacar es el caso de
Michael Phelps, en quien este síndrome
ha sido de gran ayuda, ya que le ha dado
una gran ventaja a la hora de competir al
tener sus extremidades una gran
extensión. Por ejemplo, la longitud de sus
brazos colocados horizontalmente era de
206 centímetros; esto es 12 centímetros
más que su altura. Por lo tanto,
deducimos que, en el caso de este atleta,
este síndrome no ha sido un
impedimento para su carrera, sino que ha
sido un apoyo y una virtud a la hora de
nadar.
En conclusión, mantenerse físicamente
activo puede mejorar la salud del
cerebro, ayudar a controlar el peso,
reducir el riesgo de enfermedades,
fortalecer huesos y músculos y mejorar la
capacidad para realizar actividades
cotidianas. Pero las personas con
síndrome de Marfan deben hacer
ejercicio con regularidad mediante
actividades de baja intensidad
(aeróbicas) y bajo impacto adaptadas a
sus necesidades específicas.
Conceptodefinicion.de, 2023,
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