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No tiene una sofisticada estrategia de mercadeo<br />

y sistemáticos anuncios en los medios<br />

de comunicación, pero la Ceriavena, la Polisoya<br />

y el Cerijícaro, tres marcas de cereales<br />

producidos en la comunidad El Carrizo,<br />

poco a poco conquista el mercado de la ciudad<br />

de Matagalpa. “Nutre” es una microempresa<br />

creada en febrero del 2008 por Karla<br />

Danelia Orozco López, de 29 años. Ella heredó<br />

de su mamá María Teresa el gusto por<br />

preparar cereales. “Mi mamá hacía cereales<br />

para los niños desnutridos y un poco para<br />

vender en la comunidad, pero los preparaba<br />

sin ninguna fórmula”, recuerda Karla Danelia.<br />

Esos momentos definieron su deseo por<br />

insertarse en ese negocio, pero fue durante<br />

una visita a la empresa “Jícara de la Paz”,<br />

en Tecuaname<br />

(León), promovida<br />

por la cooperativa<br />

Tres Pinos<br />

y <strong>ADDAC</strong>,<br />

que se despejaron<br />

las dudas de<br />

Karla Danelia<br />

para crear su pequeña<br />

fábrica.<br />

“Allá vi<br />

que los<br />

cereales eran iguales a los que preparaba mi<br />

mamá. Se preparaban con los mismos ingredientes<br />

pero con una fórmula determinada”.<br />

En esa gira de intercambio de conocimiento,<br />

Karla Danelia aprendió. Apuntó muy bien<br />

las fórmulas, y “me decidí por meterme en<br />

el negocio”.<br />

Las inversiones para trabajar<br />

La microempresa “Nutre” comenzó con pocas<br />

herramientas de trabajo y con esfuerzo<br />

propio. Primero se tostaban los ingredientes<br />

del cereal en “comal de barro”, y en un lugar<br />

improvisado se empacaba el producto. Pero<br />

con un crédito de 21 mil córdobas otorgado<br />

por su cooperativa, acondicionó el taller;<br />

mandó a fabricar un tostador especial con<br />

capacidad de 100 libras; mandó a imprimir<br />

etiquetas; compró una selladora térmica y<br />

una pesa. Esa inversión realizada a mediados<br />

de 2009 basta para que la microempresa<br />

aumente los índices de productividad. Ahora<br />

lo que le hace falta a Karla Danelia para<br />

comercializar intensamente su producto<br />

es la obtención del registro<br />

sanitario cuyo proceso de<br />

entrega se halla en su parte<br />

final.<br />

Después de reflexionar sobre su idea<br />

del negocio, Karla Danelia comenzó<br />

“poquito por poquito”, procesando<br />

diez libras de cereal todos los meses.<br />

En aquellos momentos el cereal era<br />

tostado en comal y empacado en una<br />

bolsa plástica ordinaria, que era sellada<br />

rústicamente con la llama de una<br />

candela y una hoja de metal. Pasó dos<br />

años con esa tecnología. Pero las cosas<br />

cambiaron en la forma de procesar<br />

y comercializar el cereal. Ceriavena,<br />

Polisoya y Cerijícaro son marcas que<br />

se están conociendo en el mercado, y<br />

por la dinámica de éste “hay temporadas<br />

buenas y malas para el negocio”.<br />

Karla Danelia cree que las ventas se<br />

estabilizaran en cualquier momento<br />

y ampliará el número de clientes. La<br />

microempresa “Nutre” evoluciona<br />

constantemente. Inició con diez libras<br />

de cereal en precarias condiciones.<br />

Actualmente tiene las condiciones de<br />

procesar más de 500 libras cada mes.

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