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A lomo de caballo arribó su primera máquina<br />
de coser. Esa máquina vieja de pedal venía<br />
de Sitio Viejo, una comunidad adelante<br />
de Palcila. La máquina era de tercera mano<br />
y se la compró a su comadre en 800 córdobas.<br />
Esa historia se produjo hace diez años<br />
y la máquina que le regaló su marido todavía<br />
existe. En ese tiempo Ivania del Rosario<br />
Chavarría Cruz trabajaba<br />
en la agricultura<br />
y la costura. En 2007<br />
se dedica por completo<br />
a la confección<br />
de ropa- En<br />
este momento<br />
<strong>ADDAC</strong> le facilita un crédito de ocho mil<br />
córdobas para comprar una máquina eléctrica.<br />
Ivania del Rosario, madre de Ángel Ariel,<br />
de 15 años; Miurel Julissa, de 10 años, y Eslin<br />
Edward, de un año, insiste que fue hasta<br />
que recibió clases que pudo trabajar bien<br />
el arte de la costura. “Antes del curso hacía<br />
las cosas más o menos; no sabía hacer nada,<br />
sólo rumbitos como pasar una costura...”.<br />
Es cierto, Ivania del Rosario, quien aprobó<br />
únicamente los estudios de primaria, trabaja<br />
bien; eso se puede comprobar cuando se miran<br />
sus obras. Ella piensa seguir perfeccionando<br />
su trabajado y muy pronto comprará<br />
una máquina industrial para mejorar el acabado<br />
de sus prendas. La costura ya se convirtió<br />
en un sustento. Para Ivania del Rosario<br />
fue una elección acertada. “Me siento feliz<br />
con mi trabajo”. Dice sentirse mejor que<br />
cuando era agricultora. Hoy su trabajo le<br />
proporciona ingresos mensuales arriba<br />
de un mil 500 córdobas.<br />
Algunas muchachas de la comunidad<br />
ya le solicitaron “que les diera clase<br />
para que ellas también se metan en el<br />
negocio”. Ivania del Rosario cree que<br />
ese gesto es un reconocimiento a su laborioso<br />
trabajo. Ella no es egoísta y ya<br />
piensa en las posibilidades de entrenar<br />
a ese grupo de muchachas. Para llegar<br />
hasta este punto, Ivania del Rosario,<br />
de 32 años, tuvo que pasar dos años y<br />
medio de estudios en corte y confección,<br />
y alta costura en el INTAE de<br />
Matagalpa. “A mí me encanta la costura,<br />
por eso dejé la agricultura; en esos<br />
dos años y medio aproveché el tiempo<br />
y aprendí mucho”, relata con orgullo<br />
esta joven habitante de la comunidad<br />
El Carrizo.<br />
La buscan por buen trabajo<br />
En la comunidad hay otras dos mujeres<br />
que trabajan en costura “pero aquí<br />
hay buena demanda”. A Ivania del Rosario<br />
la buscan para hacer vestidos de<br />
niñas; trajes de señora; pantalones de<br />
vestir para mujeres; trajes de bodas;<br />
vestidos de quinceañeras y uniformes<br />
escolares, entre otros... El precio de los<br />
trajes varía dependiendo de la tela y la<br />
confección. Si “me entregan la tela” el<br />
traje puede costar 180 córdobas; pero<br />
todo incluido puede costar 300 córdobas.<br />
A pesar de que la venta de ropa<br />
usada afecta los pedidos de ropa confeccionada,<br />
sólo de la comunidad en un<br />
año hubo pedidos de 50 trajes de señoras<br />
(como los que usan las cajeras del<br />
banco); 50 trajes para jardineras (niñas<br />
que acompañan cortejos de matrimonios<br />
y quinceañeras); 20 blusas para<br />
embarazadas; 50 blusas normales; cinco<br />
shorts pescadores y 100 pantalones<br />
de mujeres. Ivania del Rosario sonríe<br />
porque “los que compran esa ropa aquí<br />
vienen a remendarla”.