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Mircea Eliade - NACIMIENTO Y RENACIMIENTO - Universidad del ...

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en la Tierra de Arnhem, en la Territorio <strong>del</strong> Norte, situado en la zona centroccidental de<br />

Australia. Desde el punto de vista de nuestra investigación, tiene un interés dual: por una parte,<br />

y aunque sus ceremonias más importantes están confinadas a los hombres, la ideología <strong>del</strong><br />

kunapipi está dominada por el simbolismo religioso femenino, sobre todo por la figura de la<br />

Gran Madre, fuente de la fertilidad universal; por otra, aunque su escenario iniciático es de un<br />

tipo estructural que ya conocemos -el momento central es el ser tragado- también ofrece algunos<br />

elementos nuevos. En otras palabras, el kunapipi es un excelente punto de partida para nuestra<br />

investigación comparativa sobre la continuidad de pautas iniciáticas. Para iniciarse en el culto<br />

kunapipi sólo son aptos aquellos jóvenes que ya han pasado por los ritos iniciáticos de la<br />

pubertad. Por ello lo que aquí tenemos no es una ceremonia de graduación generacional, sino<br />

una iniciación más elevada, que de nuevo confirma el deseo <strong>del</strong> hombre primitivo de<br />

profundizar en su experiencia y conocimiento religioso.<br />

El objetivo ritual <strong>del</strong> kunapipi es doble: la iniciación de hombres jóvenes y la<br />

renovación de las energías que aseguran la vida cósmica y la fertilidad universal. Esta<br />

renovación se obtiene mediante la reconstrucción <strong>del</strong> mito original. Mediante la reactualización<br />

de los actos que realizaron durante el "período imaginario", se libera el poder sagrado poseído<br />

por los seres sobrenaturales. 26 Estamos, pues, frente a una concepción religiosa con la que ya<br />

estamos más o menos familiarizado: un mito original conforma la base de un ritual iniciático;<br />

llevar a cabo el ritual es reactualizar el tiempo primordial, convertirse en contemporáneo <strong>del</strong><br />

período imaginario. 27 El novicio participa en el misterio, y con ocasión de e 'lo, toda la<br />

comunidad y su entorno cósmico se bañan en la atmósfera <strong>del</strong> período imaginario; el cosmos y<br />

la sociedad emergen regenerados. Está claro que la iniciación de un grupo de hombres jóvenes<br />

afecta no sólo a su propia situación religiosa, sino también a la de la comunidad. Aquí nos<br />

hallamos frente a las semillas de una concepción que se desarrollará en religiones más elevadas:<br />

que la perfección espiritual de una élite ejerce una influencia benéfica sobre el resto de la<br />

sociedad.<br />

Pero observemos ahora el culto en sí mismo. Está basado en un mito bastante completo,<br />

<strong>del</strong> que sólo mencionaré los elementos principales. En el período imaginario, las dos hermanas<br />

Wau-walak, la mayor de las cuales acababa de dar a luz a un hijo, se dirigieron hacia el norte.<br />

Estas dos hermanas son realmente las "'madres duales". El nombre <strong>del</strong> culto, kunapipi, se<br />

traduce como "madre" o "anciana". Tras un largo viaje, las hermanas se detuvieron junto a un<br />

pozo, levantaron una cabana y trataron de cocinar algunos animales. Pero los animales huyeron<br />

<strong>del</strong> luego y se lanzaron al pozo. Pues, como explican hoy en día los aborígenes, los animales<br />

sabían que como una de las hermanas era impura a causa de la "sangre de la placenta", no se<br />

acercaría al pozo, en la que vivía la gran serpiente Julunggul. Y ciertamente, Julunggul, atraída<br />

por el olor de la sangre, salió de su hogar subterráneo, levantó su cabeza amenazadoramente —<br />

lo que provocó la aparición de nubes y relámpagos- y se dirigió reptando hacia la cabana. La<br />

hermana más joven trató de mantenerla apartada danzando, y sus danzas son actualmente<br />

reactualizadas en la ceremonia kunapipi. Finalmente, la serpiente ensalivó toda la cabana donde<br />

se refugiaban ambas hermanas y el niño, para tragársela, irguiéndose todo lo que le dio de sí su<br />

cuerpo, con la cabeza hacia el cielo. Poco después, vomitó a ambas hermanas y al niño. Todos<br />

volvieron a la vida tras ser mordidos por hormigas blancas, pero Julunggul se las volvió a tragar,<br />

en esta ocasión, definitivamente.<br />

Este mito proporciona la base para dos rituales aparte <strong>del</strong> kunapipi, uno de los cuales, el<br />

djunggawon, constituye el rito iniciá-tico de la pubertad. Los aborígenes explican de la siguiente<br />

manera el origen de todos estos rituales: una pitón, Lu'ningu, vio a Julunggul tragarse y luego<br />

devolver a las dos hermanas, y quiso imitarla. Vagó por el campo, tragándose a los jóvenes,<br />

pero cuando los devolvía, estaban muertos y a veces reducidos a esqueletos. En venganza, los<br />

hombres la mataron, y más tarde erigieron un monumento que la representaba: los dos postes<br />

llamados jelma-latidji. Para imitar el siseo de la serpiente fabricaron zumbadoras. 28 Finalmente,<br />

el cacique ceremonial se practica un corte en el brazo, diciendo: «Nos hacemos iguales a esas<br />

dos mujeres». 29<br />

En el ritual kunapipi, escribe Berndt, a los jóvenes novicios «que dejan el campamento<br />

principal para dirigirse al terreno sagrado, se les dice que serán tragados por Lu'ningu, al igual<br />

que cuando se tragó a los hombres jóvenes en la era soñada; y en épocas pasadas tenían que

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