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Mircea Eliade - NACIMIENTO Y RENACIMIENTO - Universidad del ...

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7. No podemos decir que exista "evolución" cuando una pauta sustituye a otra, ni que<br />

una pauta derive genéticamente de la precedente, ni tampoco que una pauta en particular sea<br />

superior a todas las demás. Cada una representa una creación autosuficien-te. No obstante, hay<br />

que reconocer el hecho: la dramática intensidad de escenarios iniciáticos aumenta en culturas<br />

más complejas; ritos elaborados, máscaras y pruebas crueles o aterradoras hacen su aparición en<br />

culturas similares. El propósito de todas estas innovaciones es hacer que la experiencia de la<br />

muerte ritual sea más intensa.<br />

8. En las culturas arcaicas hallamos justificada la muerte ini-ciática por un mito original<br />

que puede resumirse de la forma siguiente: un ser sobrenatural ha intentado renovar a los<br />

hombres matándolos, a fin de conducirlos a la vida "cambiados". Por una razón u otra, los<br />

hombres mataron a este ser sobrenatural, pero más tarde celebraron ritos secretos inspirados en<br />

ese drama. De manera más precisa, la muerte violenta <strong>del</strong> ser sobrenatural se convirtió en el<br />

misterio central, reactualizado con ocasión de cada nueva iniciación. La muerte iniciática es<br />

pues la repetición de la muerte <strong>del</strong> ser sobrenatural, el fundador <strong>del</strong> misterio. Como el drama<br />

primordial se repite durante la iniciación, los participantes también imitan el destino <strong>del</strong> ser<br />

sobrenatural: su muerte violenta. En virtud de esta anticipación ritual, también la muerte es<br />

santificada, es decir, cargada de valor religioso. La muerte es valorada como un momento<br />

esencial en la existencia <strong>del</strong> ser sobrenatural. Al morir ritualmente, el iniciado comparte la<br />

condición sobrenatural con el fundador <strong>del</strong> misterio. Mediante esta valoración, muerte e<br />

iniciación son intercambiables. Y eso, en suma, equivale a decir que la muerte concreta es<br />

finalmente asimilada a un rito de paso hacia una condición más elevada. La muerte iniciática se<br />

convierte en el sine qua non de toda regeneración espiritual y, finalmente, de la supervivencia<br />

<strong>del</strong> alma e incluso de su inmortalidad. Una de las consecuencias más importantes que los ritos e<br />

ideología de la iniciación han tenido en la historia de la humanidad es que esta valoración<br />

religiosa de la muerte ritual ha conducido finalmente a la conquista <strong>del</strong> miedo a la muerte real, y<br />

a creer en la posibilidad de un superviviencia puramente espiritual para el ser humano.<br />

No debemos olvidar que la muerte iniciática significa, simultáneamente, el final <strong>del</strong><br />

hombre "natural" y no cultural, y el paso a una nueva modalidad de existencia: la de un ser<br />

"nacido para el espíritu", es decir, un ser que no vive sólo en una realidad inmediata. Así pues,<br />

la muerte iniciática conforma una parte integral <strong>del</strong> proceso místico por el cual el novicio se<br />

convierte en otro, forjado según el mo<strong>del</strong>o revelado por los dioses o los antepasados míticos.<br />

Eso equivale a decir que uno se convierte verdaderamente en hombre en la medida en que deja<br />

de ser un hombre natural y se parece a un ser sobrenatural.<br />

El interés de la iniciación para una comprensión de la mentalidad arcaica radica sobre<br />

todo en que nos demuestra que el verdadero hombre -el hombre espiritual- no viene dado, no es<br />

el resultado de un proceso natural. Es "hecho" por los viejos maestros, de acuerdo con los<br />

mo<strong>del</strong>os revelados por los seres divinos y preservados en los mitos. Estos viejos maestros<br />

constituyen las élites espirituales de las sociedades arcaicas. Son ellos quienes conocen el<br />

mundo <strong>del</strong> espíritu, el auténtico mundo humano. Su función es revelar el significado profundo<br />

de la existencia a las nuevas generaciones y ayudarlas a asumir las responsabilidades que<br />

conlleva el ser hombres y, por lo tanto, de participar en la cultura. Pero como para las<br />

sociedades arcaicas el término "cultura" es la suma de los valores recibidos de los seres<br />

sobrenaturales, la función de la iniciación podría resumirse así: revela a cada nueva generación<br />

un mundo abierto a lo transhumano, un mundo que, en nuestra terminología filosófica,<br />

podríamos denominar trascendental.<br />

Epílogo<br />

Como vemos, el hombre moderno no cuenta con ninguna iniciación de tipo tradicional.<br />

Existen ciertos temas iniciáticos que sobreviven en el cristianismo; pero las diversas<br />

denominaciones cristianas no los consideran como poseedores de valores iniciáticos. Los<br />

rituales, imaginería y terminología tomados de los misterios de la antigüedad tardía han perdido<br />

su aura iniciática; durante quince siglos formaron una parte integral <strong>del</strong> simbolismo y<br />

ceremonial de la Iglesia.<br />

Eso no significa que no hayan existido, ni que no sigan existiendo, pequeños grupos que

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