15.04.2013 Views

Isis sin velo III - masoneria activa biblioteca

Isis sin velo III - masoneria activa biblioteca

Isis sin velo III - masoneria activa biblioteca

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Tenemos, pues, que de la filosofía pagana derivó el dogma fundamental del cristianismo; pero cuando<br />

abolidos los antiguos Misterios quisieron los teurgos de la tercera escuela neoplatónica conciliar las doctrinas<br />

de Platón y las de Aristóteles con añadidura de la cábala oriental, los cristianos se convirtieron de rivales en<br />

perseguidores. Porque en cuanto las místicas alegorías de Platón se hubiesen puesto a pública controversia<br />

bajo la dialéctica propia de los griegos, quedara seguramente desbaratada la sutil trama del dogma cristiano de<br />

la Trinidad, con notorio quebranto de los prestigios divinos. La escuela ecléctica substituyó el método inductivo<br />

al deductivo, y esto precisamente fue su mortaja, pues la nueva religión del misterio, odiaba sobre todo los<br />

razonamientos lógicos que amenazaban descorrer el <strong>velo</strong> de la Trinidad y revelar a las gentes la doctrina de las<br />

emanaciones. No era posible consentirlo, y no se con<strong>sin</strong>tió. La historia refiere los cristianos medios de que para<br />

ello se valieron los Padres de la Iglesia al ver que la doctrina de las emanaciones, aceptada por las escuelas<br />

cabalística, neoplatónica y oriental, amenazaba destruir la unidad del sistema filosófico cristiano. En aquellos<br />

días de lucha contra la agonizante escuela neoplatónica, surgió el jesuítico espíritu de astucia clerical, que<br />

siglos después indujo a Parkhurst a suprimir en su Léxicon hebreo el verdadero significado de las primeras<br />

palabras del Génesis. Los Padres de la Iglesia resolvieron adulterar el sentido de las palabras daimon (66), rait<br />

y asdt (67), por temor de que en cuanto las gentes llegasen a comprender su verdadero significado se<br />

derrumbara el misterio de la Trinidad, arrastrando en su caída a la nueva religión y arrinconándola junto a los<br />

antiguos Misterios. Tal es el motivo de que la teología cristiana haya mirado siempre con malos ojos a los<br />

dialécticos, <strong>sin</strong> excepción del mismo Aristóteles, el filósofo observador que siglos después se atrajo también la<br />

aversión de Lutero, no obstante haber este reformista reducido los dogmas a su más sencilla expresión (68).<br />

Por supuesto, que el clero cristiano jamás podrá aceptar una doctrina basada en razonamientos rigurosamente<br />

lógicos, y es incalculable el número de clérigos que por esta razón dieron de mano a la teología, pues no se les<br />

toleraba objeción alguna, y de aquí las abjuraciones que precipitaban a algunos en la sima del ateísmo.<br />

De la propia suerte fueron condenadas las enseñ-anzas órficas que consideraban el éter como el principal<br />

medianero entre Dios y la materia objetivada, pues el éter órfico se parecía demasiado al arqueo o anima<br />

mundi, que a su vez denotaba mucha semejanza con las emanaciones, ya que Sephira o Luz divina fue la<br />

primera emanación. ¿Y cuándo más temible que entonces la divina Luz?<br />

Orígenes, Clemente de Alejandría, Calcidio, Methodio y Maimónides, apoyados en la mayor autoridad del<br />

Targum de Jerusalén, sostienen que las dos primeras palabras del Génesis: B-RASIT significan o sabiduría o<br />

principio; pero Beausobre y Godofredo Higgins han demostrado que la acepción de en el principio quedó para<br />

los profanos, a quienes no les fue permitido desentrañar el esotérico sentido de la frase.<br />

Dice la Kábala:<br />

Todas las cosas proceden del gran Principio, de la Divinidad desconocida e invisible. De Dios procede<br />

inmediatamente el poder substancial, imagen Suya y fuente de todas las demás emanaciones. De este<br />

principio subalterno emanan por energía o voluntad otras naturalezas más o menos perfectas, según el<br />

peldaño que ocupan en la escala de la emanación, a partir de la Fuente primaria de existencia, y las cuales<br />

constituyen diversos mundos o jerarquías de seres relacionados con la eterna Potestad de que proceden. Así,<br />

pues, la materia es el último término de la serie de emanaciones energéticas de la Divinidad. El mundo material<br />

está modelado en formas por obra de Potestades muy inferiores a la Causa primera (69).<br />

Beausobre (70) cita el siguiente pasaje de San Agustín:<br />

Si entendemos por rasit el principio activo de la creación, resulta claramente que Moisés jamás quiso<br />

significar con ello que los cielos y la tierra fuesen la primera obra de Dios, <strong>sin</strong>o que Dios creó los cielos y la<br />

tierra por medio del Principio, o sea su Hijo. Por lo tanto, no se refiere allí Moisés al tiempo, <strong>sin</strong>o al inmediato<br />

autor de la creación.<br />

Según San Agustín, los ángeles fueron creados antes que el firmamento y según la interpretación<br />

esotérica, los cielos y la tierra, posteriores al firmamento, se desenvolvieron del Principio secundario, Logos o<br />

Creador.<br />

A este propósito dice Beausobre:<br />

La palabra principio no significa que los cielos y la tierra fuesen creados con anterioridad a cosa alguna,<br />

pues precedieron los ángeles, <strong>sin</strong>o que Dios lo hizo todo por medio de su Sabiduría, de su Verbo, que la Biblia<br />

llama Principio (71).<br />

Tanto la Kábala oriental como la hebrea enseñan que de la Causa primera o primer Principio emanaron<br />

cierto número de principios secundarios (72) presididos por la Sabiduría (73). Por lo tanto, no hubieron de<br />

torturar mucho su imaginación los Padres de la Iglesia para apropiarse una doctrina ya enseñada por todas las<br />

teogonías desde miles de años antes de nuestra era. La Trinidad cristiana es idéntica a los tres Sephirotes de<br />

los hebreos o a las tres Luces de los cabalistas (74).<br />

El primero y eterno número es el Padre (75) ininteligible, de quien emana por desdoblamiento el Hijo<br />

inteligible (76), y de esta dual entidad emana ternariamente la Mente o Binah (77).<br />

14

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!