Guía del Consumidor Responsable - pvem michoacan

Nuestra huella
ecológica
¿Te has imaginado alguna vez el impacto que puede provocar una hamburguesa? Para producir el pan, la carne, el
jitomate y los aderezos de ese alimento se requieren enormes cantidades de energía, agua y superficie de suelo
fértil. Por ejemplo, la vaca de donde proviene la carne de una hamburguesa necesita una hectárea de superficie
de pastos para alimentarse; para producir cada kilogramo de carne se requieren alrededor de 17 kilos de alimento
para la vaca y 100,000 litros de agua. Si la vaca de tu hamburguesa se alimentó en una selva, significa que se tuvo
que deforestar la zona por lo que cada kilogramo de su carne liberará a la atmósfera 300 kilogramos de dióxido
de carbono (CO2), además de 280 litros diarios de metano (CH4) producto de las flatulencias de la vaca; ambos
gases responsables del cambio climático. Eso sin contar las más de mil especies diferentes de plantas, hongos,
algas y animales que mueren al sustituir la selva por un pastizal.
Al terminar de comer tu hamburguesa pueden quedar algunos residuos orgánicos y si la compraste en un restaurante
de comida rápida seguramente habrá que deshacerse también de las envolturas o cajas, las servilletas, los
sobres de aderezos y el vaso del refresco que acompañaron tu alimento.
Ahora imagínate toda la energía, agua y superficie de suelo fértil que se requiere para producir todo aquello que
consumimos cotidianamente y eliminar los residuos. Sencillamente el impacto sobre la naturaleza es enorme.
A este impacto se le llama “Huella Ecológica” y mediante una fórmula matemática es posible calcularla para conocer
la afectación de nuestros hábitos de producción y consumo sobre la naturaleza. La huella ecológica calcula
el área de suelo y mar ecológicamente productivos que se necesitan, a fin de producir todo lo que consumimos
y eliminar sus residuos. Bajo esta idea una persona que consume más tendrá una huella ecológica mayor que una
que modere su consumo.
Por ejemplo, un estadounidense promedio tiene una huella ecológica de 9.4 hectáreas, a pesar de que el territorio
de Estados Unidos tiene sólo 5.0 hectáreas de capacidad ecológicamente productiva por habitante; es decir,
Estados Unidos tiene un déficit ecológico de 4.4 hectáreas por habitante. Esto significa que ese país requiere de
utilizar superficie ecológicamente productiva fuera de su territorio, o bien sobreexplotar su propia capacidad. Si
todos los habitantes del planeta tuviéramos la misma huella ecológica de los estadounidenses, necesitaríamos
cinco planetas igual al nuestro para satisfacer ese nivel de consumo.
En México la huella ecológica promedio por habitante es de 3.4 hectáreas, mientras que la capacidad productiva
del territorio nacional es de 1.7 hectáreas. Esto significa que nuestro país tiene un déficit en su huella ecológica
de 1.7 hectáreas por habitante.
Durante los últimos 100 años la superficie ecológicamente productiva a nivel mundial ha disminuido de 5 a 1.5
hectáreas por habitante, debido al crecimiento poblacional y al deterioro del ambiente; Al mismo tiempo la huella
ecológica se ha incrementado 3 veces en promedio en las naciones ricas.
Cada uno de nosotros podemos contribuir a que nuestra huella ecológica esté dentro de los márgenes que la
Tierra como entidad planetaria puede sostener. El Consumo Responsable es una de las respuestas y siguiendo
esta sencilla guía formarás parte del cambio que requerimos para garantizar a nuestros hijos y nietos un lugar
digno para vivir.
Calcula tu huella ecológica en: www.myfootprint.org (sitio en varios idiomas).
NUESTRA HUELLA ECOLÓGICA 07