I o T E e A - Biblioteca Nacional de Colombia
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B I B I o T E e A<br />
©<strong>Biblioteca</strong> <strong>Nacional</strong> <strong>de</strong> <strong>Colombia</strong><br />
Noviembre <strong>de</strong> 1934<br />
SUMARIO:<br />
Mejoramiento <strong>de</strong> la5 poblaciones menores,<br />
por Ricardo Olano . . ................. .<br />
Obras recibidas <strong>de</strong> mayo a septiembre <strong>de</strong> 1934<br />
Paisaje interior, por Eduardo castillo. ... .<br />
La canción <strong>de</strong> las hadas, por Eduardo Castillo<br />
Teresa <strong>de</strong> Avila, por N. Bayona P osada . . . .<br />
Figru'as <strong>de</strong> relieve en América, por Alfredo<br />
Ortiz Vargas .. ...........•... . ......•••<br />
Revistas .. . ...................•<br />
"Sen<strong>de</strong>ros" en el Exterior ................ .<br />
La cultura campesina . ....... . ......... .<br />
Sobre moral (carta al Dr. A. Gómez Restrepo)<br />
Demosofía colombiana, por Enrique Naranjo<br />
Martínez ....... . ..... . . . ............ .<br />
Chocano en Bogotá, por Jorge Bayona posada<br />
El Salto <strong>de</strong> Tequendama. por José Santos<br />
Chocano .............................. .<br />
Sinonimias, por Martín Restrepo Mejía .. .<br />
Anaqueles: Cédula Bibliográfica ........... .<br />
245<br />
248<br />
Libros Nuevos ......................... " .... 250<br />
I<strong>de</strong>as bolivarianas sobre educación pública,<br />
lectura histórica, por G. Hemán<strong>de</strong>z <strong>de</strong><br />
Alba ..... . .... . .......... ..... . 254;<br />
Industrias caseras, por Miguel López Pumarejo<br />
........................ ........ . . . 259<br />
EDITORIAL A B C.-BOGOTA tCOLOMBIA)<br />
A e I o
Sen<strong>de</strong>ros<br />
"Nosotros po<strong>de</strong>mos hacer <strong>de</strong> nuestro pueblo<br />
algo mejor si con espíritu <strong>de</strong> colaboraci6n y<br />
con interés colectivo y particular nos proponemos<br />
levantarlo <strong>de</strong> su postraci6n. Un pueblo es<br />
la imagen <strong>de</strong> los habitantes que viven en él.<br />
Es una vergüenza para nosotros el estado en<br />
que está el nuéstro.<br />
"Con magia <strong>de</strong> visión y <strong>de</strong> esfuerzo po<strong>de</strong>mos<br />
cambiar y tras;formar nuestro pueblo.<br />
"Vivimos y trabajamos en este pueblo sin<br />
darnos cuenta <strong>de</strong> nuestras obligaciones cívicas,<br />
sin darnos cuenta <strong>de</strong> que para provecho público<br />
y provecho personal hay que mejorarlo,<br />
hay que hacer la vida más agradable, más sana,<br />
más confortable, más <strong>de</strong>cente."<br />
II<br />
Voy a imaginarme que esos diez vecinos<br />
::¡tien<strong>de</strong>n las insinuaciones <strong>de</strong> su amigo y resuelven<br />
trabajar por el progreso <strong>de</strong> su pueblo.<br />
A<strong>de</strong>lantándome en el tiempo, voy a <strong>de</strong>cir lo que<br />
hicieron.<br />
En primer lugar hablaron con el cura, con<br />
el médico y con el maestro <strong>de</strong> la escuela, los<br />
entusiasmaron y consiguieron su apoyo <strong>de</strong>cidido.<br />
Luégo org::¡nizaI'on en el salón <strong>de</strong> la escuela<br />
una fiesta a la cual invitaron a las principales<br />
personas <strong>de</strong> la población con sus familias.<br />
Se inició la fiesta con el himno nacional<br />
tocado en bandolas y guitarras por unos músicos<br />
<strong>de</strong>l pueblo, himno que un grupo <strong>de</strong> estudiantes,<br />
muchachas y muchachos, cant6 con<br />
voces frescas. (Habían sido ensayadas por 10Q<br />
maestros.)<br />
Esas nota maravillosas <strong>de</strong>l himno llenaron<br />
los corazones <strong>de</strong> los asistentes <strong>de</strong> fervor patriótico.<br />
Luégo el cura y el médico pronunciaron sendos<br />
discursos, sencillos y cortos, exponiendo<br />
el objeto <strong>de</strong> la reunión, que era el <strong>de</strong> estudiar<br />
las mejoras que se podían hacer en 'el pueblo.<br />
Y pidieron a los asistentes que para la<br />
próxima semana en que <strong>de</strong>bían reunirse allí<br />
mismo presental'a cada uno un grupo <strong>de</strong> ocho<br />
proyectos que pudieran <strong>de</strong>sarrollarse para el<br />
bien <strong>de</strong> la comunidad, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> sus posibilida<strong>de</strong>s.<br />
"Nuestro pueblo-dijo el médico-para crecer<br />
y prosperar <strong>de</strong>be buscar cuatro objetivos:<br />
194<br />
©<strong>Biblioteca</strong> <strong>Nacional</strong> <strong>de</strong> <strong>Colombia</strong><br />
<strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> la agricultura y <strong>de</strong> las pequeñas<br />
industrias, saneamiento, educación pública y<br />
social, y mejoramiento material. Los ocho proyectos<br />
que solicitamos <strong>de</strong>ben ceñirse a estos<br />
puntos."<br />
Cuando se terminó el programa oficial sigui6<br />
una eonversación animada en que todos<br />
manifestaron su amor por el pueblo, su <strong>de</strong>seo<br />
<strong>de</strong> servirle y <strong>de</strong> mejorarlo. Un estudiante<br />
presuntuoso recién llegado <strong>de</strong> la capital dijo<br />
un corto discurso en que cit6 unas palabras<br />
<strong>de</strong> Carlyle. Las dijo en inglés para <strong>de</strong>slumbrar<br />
a sus paisanos: "I<strong>de</strong>als like stars we may<br />
not reach, but they gui<strong>de</strong> us on our way" que<br />
él tradujo: "Tengamos i<strong>de</strong>ales, altos como las<br />
estrellas; sin duda no las alcanzamos, pero<br />
ellas nos guían en nuestro camino"; y Iuégo recitó<br />
"Las Cigüeñas" <strong>de</strong> Valencia. Unas señoritas<br />
cantaron, y al fin, bajo la mirada compla ..<br />
ciente y paternal <strong>de</strong>l cura, los jóvenes bailaron<br />
unos cuatro valses. Esos muchachos convinieron<br />
en que <strong>de</strong>bían hacer reuniones sociales<br />
con frecuencia, y ese fue su proyecto para<br />
el mejoramiento <strong>de</strong> la vida en su pueblo.<br />
Cuando salieron <strong>de</strong> la escuela, la luz ae la luna<br />
i<strong>de</strong>alizaba las calles y los contornos, brillando<br />
en las anchas hojas <strong>de</strong> los platanales. Todos<br />
soñaban, todos pensaban en su alegre y bello<br />
pueblecito futuro.<br />
LA INFLUENCIA DE LOS SACERDOTES<br />
La influencia <strong>de</strong>l sacerdote en la vida y <strong>de</strong>sarrollo<br />
<strong>de</strong> las poblaciones pequeñas es <strong>de</strong>finitiva.<br />
Siendo pastor <strong>de</strong> almas tiene la autoridad<br />
suficiente para <strong>de</strong>sarrollar iniciativas provechosas<br />
para el progreso en todas sus manifestaciones.<br />
Sé <strong>de</strong> muchos sacerdotes que dieron<br />
a sus pueblos impulsos fecundos y salvadores.<br />
Otros hay, en cambio, que se contentan<br />
con predicar la doctrina y administrar espiritualmente<br />
su grey, muchas veces <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong><br />
estrechas normas, y pasan indiferentes a las<br />
necesida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l progreso.<br />
Todos sabemos, por ejemplo, que el Padre<br />
Cadavid hizo <strong>de</strong> Jeric6 una ciudad, <strong>de</strong>sarrollando<br />
el comercio, la agricultura y las industrias,<br />
y contribuyendo con su dinero, con su<br />
esfuerzo y con_ sus activida<strong>de</strong>s al mejoramiento<br />
y progreso <strong>de</strong> la poblaci6n.
©<strong>Biblioteca</strong> <strong>Nacional</strong> <strong>de</strong> <strong>Colombia</strong><br />
205
tiran dos bueyes enyugados, pasa <strong>de</strong>lante <strong>de</strong><br />
nosotros, alto <strong>de</strong> heno. Hemos preguntado al<br />
conductor por la ciudad <strong>de</strong> A vila y, con diciente<br />
a<strong>de</strong>mán, nos ha señalado un punto negro que<br />
alcanza a verse allá, muy lejos, en don<strong>de</strong> cuestas<br />
onduladas recortan la estepa silenciosa.<br />
Dos, tres horas <strong>de</strong> jornada, y el río Adaja<br />
pasa <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> nuestros ojos, gredoso y dormido.<br />
El punto negro se ha hecho cada vez más<br />
nítido, más gran<strong>de</strong>, y es la ciudad la que se<br />
nos presenta ahora, toda <strong>de</strong> piedra y sobre trono<br />
<strong>de</strong> rocas, con sus murallas bermejas, sus<br />
nueve enormes puertas y las ochenta y seis torres<br />
<strong>de</strong> RUS iglesias y capillas.<br />
Toda el alma española, nutrida <strong>de</strong> i<strong>de</strong>al y<br />
criada a los pechos <strong>de</strong> la leyenda, formada por<br />
Séneca, el estoico, y por Raimundo Lulio, el :;0i':iador,<br />
sencilla como los juglares y ruda como<br />
los soldados, extraña mezcla <strong>de</strong> exaltación religiosa<br />
y <strong>de</strong> espíritu caballeresco, está aquí, visible<br />
y tangible, en esta ciudad solemne, triste,<br />
casi fúnebre, <strong>de</strong> mansiones pesadas que ostentan<br />
escudos en los portalones, calles angostai'l<br />
y tortuosas, rejas y celosías, ojivas y faroles,<br />
campanas <strong>de</strong> extraño tañido, conventos en los<br />
que el tiempo se <strong>de</strong>tiene, y extrañas iglesias<br />
que ciñen almenas <strong>de</strong>safiantes, como los monjes<br />
aquellos que se envolvieron antaño en corazas.<br />
Ya pasamos la Cuesta <strong>de</strong> la Gracia, nos <strong>de</strong>tuvimos<br />
en las esquinas medrosas <strong>de</strong> la Calle<br />
<strong>de</strong> la Luna y hemos llegado, tiritando <strong>de</strong> frío.<br />
a la <strong>de</strong>l Cristo <strong>de</strong> la Luz. Nos han salido al<br />
paso baldados que pi<strong>de</strong>n una limosna por el<br />
amor <strong>de</strong> Dios, frailes <strong>de</strong> todas las ór<strong>de</strong>nes y<br />
sacerdotes <strong>de</strong> diversas proce<strong>de</strong>ncias, hombres<br />
extraños en cuyos rostros y en cuyas vestiduras<br />
hay algo <strong>de</strong> eremita y algo también <strong>de</strong> cortesano,<br />
y tímidas doncellas abulenses, anchas<br />
y rozagantes como hechas adre<strong>de</strong> por la naturaleza<br />
para la santa función <strong>de</strong> la maternidad.<br />
.. El frío <strong>de</strong> la Calle <strong>de</strong>l Cristo <strong>de</strong> la Luz<br />
nos ha calado <strong>de</strong>masiado, y hemos seguido andando<br />
largo tiempo por ese laberinto <strong>de</strong> torres<br />
y palacios, <strong>de</strong> callejuelas y plazas. Rendidos<br />
<strong>de</strong> cansancio nos bailamos ya en el atrio <strong>de</strong> la<br />
iglesia <strong>de</strong> Santo Domingo <strong>de</strong> Silos, ante una<br />
mansión que nos invita a que franqueemos su<br />
puerta señorial.<br />
Entremos, sí, que llegamos, a buen seguro,<br />
©<strong>Biblioteca</strong> <strong>Nacional</strong> <strong>de</strong> <strong>Colombia</strong><br />
S en<strong>de</strong> r o s<br />
en el mejor <strong>de</strong> los momentos. Ha terminado el<br />
rezo <strong>de</strong>l rosario, y el dueño <strong>de</strong> la casa cambia<br />
el reclinatorio por el amplio sillón. A la luz azulada<br />
<strong>de</strong> las candilejas brillan su rostro magro,<br />
sus manos afiladas, su vestidura negra, su<br />
severo entrecejo. Parece uno <strong>de</strong> aquellos monjes<br />
laicos, uno <strong>de</strong> aquellos militares extátic05<br />
que con pincel ensombrecido trazara 'l'hetocópulos,<br />
el griego. Se llama Alonso Sánchez <strong>de</strong><br />
Cepeda, y tiene al lado a doña Beatriz Dávila<br />
y Ahumada, linda avileña que casó con él cuando<br />
apenas contaba quince años, y a quien fatigas<br />
matel'l1ales y una continua enfermedad no<br />
han marchitado las rosas <strong>de</strong> las mejillas ni el<br />
suave fulgor <strong>de</strong> las pupilas soñadoras. Doce<br />
chiquillos, fruto <strong>de</strong> aquella unión feliz, se agrupan<br />
en torno <strong>de</strong> sus padres. Aúlla el viento<br />
afuera y las brasas chisporrotean en la estufa.<br />
La amplia sala, adornada con los retratos al<br />
óleo <strong>de</strong> íos ascendientes, muchos <strong>de</strong> los cuales<br />
murieron en lucha con los infieles o terminaron<br />
sus días en un convento, se llena <strong>de</strong> pronto<br />
con la voz grave <strong>de</strong> don Alonso, quien lee en<br />
el "Flos Sanctorum" la vida <strong>de</strong> un mártir ...<br />
Doña Beatriz inclina la cabeza y ecba a volar<br />
la fantasía por aquellas .regiones encantadas en<br />
que ambulan los héroes. Más que hombres cubiertos<br />
<strong>de</strong> sangre le placen esos caballeros que<br />
luchan con dragones erizados, que vencen la rabia<br />
<strong>de</strong> los elementos, que conquistan en pugna<br />
titánica el país azul <strong>de</strong> los ensueños y las hadas.<br />
.. A los chiquillos, en cambio, conturba<br />
pero embelesa el <strong>de</strong>sgarrarse <strong>de</strong> las carnes entre<br />
el hocico <strong>de</strong> las fieras, o el <strong>de</strong>sgajarse las<br />
cabezas al rudo golpe <strong>de</strong> la cimitarra o el gladio.<br />
Una niña, especialmente, sigue el curso<br />
<strong>de</strong> la narración con interés que acrece a cada<br />
instante.<br />
Es blanca y regor<strong>de</strong>ta. Tiene el rostro redondo,<br />
los cabellos ondulados y negros, las cejas<br />
arqueadas, los ojos oscuros y muy vivos,<br />
la boca pequeña y expresiva. Tres lunarcillos,<br />
colocados el uno hacia la mitad <strong>de</strong> la nariz y<br />
entre la nariz y la boca los otros dos, dan expresión<br />
inconfundible a ese rostro, alegre siempre<br />
y casi siempre iluminado por una sonrisa<br />
fresca que pone al <strong>de</strong>scubierto los dientes, menudos<br />
y ebúrneos . .. Asegura doña Beatriz que<br />
aquella criatura es el <strong>de</strong>monio: no <strong>de</strong>ja nada en<br />
paz, todo lo tumba, sin <strong>de</strong>scanso alborota. Pe-<br />
207
nosprecia la vida, no entrada aún en la adolescencia,<br />
aparece sin velos la que viviendo sin<br />
que viviera en sí moriría luégo <strong>de</strong>l dolor <strong>de</strong> no<br />
morir ...<br />
• •<br />
Pero la niña se ha convertido en mujer. A los<br />
anhelos confusos <strong>de</strong> la niñez han sucedido en<br />
su espíritu otros más claros e imperiosos. Las<br />
vidas <strong>de</strong> los santos, lectura favorita <strong>de</strong> su padre,<br />
le placen ahora menos que esos tan interesantes<br />
y atrevidos en que por regiones soñadas<br />
ambulan valientes caballeros que mueren<br />
por la mirada <strong>de</strong> unos ojos o por la suave caricia<br />
<strong>de</strong> unos labios. Ha muerto su madre,<br />
aquella virtuosa matrona siempre soñadora y<br />
siempre enferma; va a casarse su hermana mayor<br />
en breve plazo; don Alonso se ha recluido<br />
en sus habitaciones corno un monje, y vive<br />
transitoriamente en la misma alcoba <strong>de</strong> Teresa<br />
una parienta <strong>de</strong> más edad, bastante coqueta<br />
y casquivana. La casa, a<strong>de</strong>más, se halla<br />
ahora comunicada con la <strong>de</strong> sus primos, gracias<br />
a una puerta interior, y a uno <strong>de</strong> esos<br />
primos la quinceañera <strong>de</strong> los lunarcillos le tiene<br />
sorbidos el coraz6n y el cerebro.<br />
Otra vez la influencia <strong>de</strong>l medio, ahora nuevo,<br />
unida al cambio fisiol6gico que naturalmente<br />
se opera en su organismo, obran en el espíritu<br />
<strong>de</strong> la joven, todavía no lastrado, con una<br />
potencia irresistible. La palabra amor comienza<br />
a entusiasmarla y a enajenarla; aquella alegría<br />
<strong>de</strong>sbordante que constituía la esencia misma<br />
<strong>de</strong> su ser, empieza a oscurecerse a intervalos<br />
con las nubes <strong>de</strong> una tristeza repentina:<br />
la joven, mo<strong>de</strong>sta y sencillísima antes, da en<br />
gustar, según su propia confesi6n, <strong>de</strong> parecer<br />
siempre bien. con mucho cuidado <strong>de</strong> manos,<br />
cabellos y oJores, y aunque con el hijo <strong>de</strong> don<br />
Francisco Alvarez <strong>de</strong> Cepeda todo se reduce a<br />
pasatiempos <strong>de</strong> buena conversación, es lo cierto<br />
que un calorcillo interior le <strong>de</strong>be mostrar<br />
muy a las claras que se está preparando el incendio.<br />
Don Alonso ve aquello peligroso y, preocupado<br />
por el cambio <strong>de</strong> su hija, medita en la<br />
manera <strong>de</strong> acabar cuanto antes con lo que amenaza.<br />
Pero el asunto es más complicado <strong>de</strong> lo<br />
que parece. Un cambio <strong>de</strong> ciudad se prestaría<br />
a murmuraciones entre las gentes <strong>de</strong> A vila,<br />
©<strong>Biblioteca</strong> <strong>Nacional</strong> <strong>de</strong> <strong>Colombia</strong><br />
Sen<strong>de</strong>ros<br />
amigas a veces <strong>de</strong> chismes y <strong>de</strong> enredos. Precisa,<br />
pues, aguardar a que el matrimonio <strong>de</strong><br />
la hermana mayor dé coyuntura para internar<br />
a la menor, quien queda entonces sola. Y, poco<br />
<strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l enlace, Teresa entra, efectivamente,<br />
al Internado <strong>de</strong> Santa María <strong>de</strong> la Gracia.<br />
Se trata <strong>de</strong> un lúgubre caserín, mezcla rara<br />
<strong>de</strong> presidio y convento, en el que se educan,<br />
retiradas <strong>de</strong>l mundo y bajo la direcci6n <strong>de</strong><br />
austeras monjas agustinas, las j6venes más<br />
distinguidas y más bellas <strong>de</strong> A vila. El colegio<br />
aquel, naturalmente, atrae a un grupo <strong>de</strong> donceles<br />
que silban <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los alre<strong>de</strong>dores en<strong>de</strong>chas<br />
amorosas, sueltan carticas furtivas en manos<br />
<strong>de</strong> recomendadas complacientes, o, burlando la<br />
vigilancia <strong>de</strong> las monjas, cuchichean con sus<br />
damas por entre las ojadas <strong>de</strong> las tapias terrosas.<br />
Teresa, pues, queda entonces sometida a dos<br />
fuerzas cóntrarias que se la disputan: <strong>de</strong> un<br />
lado sus compañeras, anhelantes <strong>de</strong> libertad y<br />
<strong>de</strong> novio, <strong>de</strong> saraos y <strong>de</strong> fiestas; <strong>de</strong>l otro un<br />
grupo <strong>de</strong> agustinas, empapadas <strong>de</strong> piedad y<br />
amor divino, y cuyas únicas preocupaciones son<br />
el ayuno y la oraci6n. Es preciso confesar que<br />
para una doncella q'ue acaba <strong>de</strong> entrar en los<br />
diez y seis años, y en quien se junta, a<strong>de</strong>más,<br />
la educación religiosísima que recibi6 y el recuerdo<br />
<strong>de</strong>l primo y <strong>de</strong> otros galanes que la<br />
cortejaban y todavía rondan el colegio por verla.<br />
aquello <strong>de</strong>bió ser un revulsivo po<strong>de</strong>roso que<br />
le sacudió hasta las fibras más hondas y que<br />
llevó a su corazón una inquietud obnubilante.<br />
.. La primera, la segunda semana Teresa<br />
nada come y poco duerme, habla apenas lo indispensable,<br />
y, sentada en un pretil o paseándose<br />
por los fríos corredores, dobla la frente<br />
al peso <strong>de</strong> pensamientos encontrados.<br />
Poco a poco, sin embargo, se va acostumbrando<br />
al nuevo régimen <strong>de</strong> vida. Su ingénita<br />
alegría es más potente, por el momento, que<br />
la tristeza advenediza. La charla <strong>de</strong> las monjas<br />
comienza a hacérsele agradable y provechosa.<br />
Ríe, corre, juega, y no tarda en hacerse al cariño<br />
y a ]a confianza <strong>de</strong> sus directoras. .. Una<br />
monjita, especialmente, le parece simpática en<br />
extremo. María Briceño se llamaba en el mundo.<br />
Fue bella, tuvo novio, ciñó trajes <strong>de</strong> brocado,<br />
pero ni la belleza, ni el amor, ni el lujo,<br />
209
Sen<strong>de</strong>ros<br />
colmaron la sed que sentía en el corazón. El<br />
silbo <strong>de</strong>l Pastor amoroso llegó a ella en un versículo<br />
<strong>de</strong>l Evangelio, se entró <strong>de</strong> monja y, <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
entonces es feliz. Y María, sin reticencias,<br />
insinúa a Teresa el camino: -j Házte monja!<br />
El rayo que hirió a Saulo en el camino <strong>de</strong><br />
Damasco no <strong>de</strong>bió ofuscarle tánto como ofusca<br />
a 'l'eresa el inesperado consejo <strong>de</strong> su maestra.<br />
Todo, hasta lo más íntimo y secreto, se le revuelve<br />
rudamente en el alma y se le amplifica<br />
en el corazón a toda fuerza. La noche, la negra<br />
noche <strong>de</strong>l espíritu, noche terrible iluminada<br />
apenas pOl' el resplandor siniestro <strong>de</strong> los<br />
relámpagos, se enseñorea <strong>de</strong> Teresa en un instante<br />
con ímpetu fiero. Trata <strong>de</strong> ver y no ve;<br />
se esfuerza por escuchar y nada escucha; sólo<br />
a sus ojos asoma <strong>de</strong> improviso el temblor <strong>de</strong><br />
las lágrimas, espuma <strong>de</strong> ese mar que ruge en<br />
el interior <strong>de</strong> ella misma. Es porque ha comenzado<br />
la batalla.<br />
La batalla, sí: esa batalla <strong>de</strong>finitiva y violenta<br />
que sólo se libra en el fondo <strong>de</strong> esas almas<br />
escogidas para ser guiones <strong>de</strong> la humanidad.<br />
El mundo, con todas sus pompas y sus <strong>de</strong>leites,<br />
está allí, en <strong>de</strong>scubierto, resuelto a la carga<br />
formidable. Dios ha llegado también, adolorido<br />
y sangriento, a disputarle al mundo aquella<br />
alma, y a disputársela no en pugna <strong>de</strong>sigual<br />
sino rebajando su omnipotencia hasta don<strong>de</strong><br />
llega el po<strong>de</strong>r ele su adversario, para que el libre<br />
albedrío no sufra mengua. Y el combate<br />
se empeña ferozmente. A un <strong>de</strong>seo mundano<br />
suce<strong>de</strong> uno celestial, a una aspiración terrena<br />
reemplaza una celeste, a la arremetida <strong>de</strong>l Demonio<br />
se opone la embestida <strong>de</strong> Dios. El corazón<br />
<strong>de</strong> Teresa es una campana echada a vuelo,<br />
su rostro pali<strong>de</strong>ce, sus nervios se tornan una<br />
cítara. La lucha a muerte <strong>de</strong> los dos rivales ha<br />
vuelto añicos el campo <strong>de</strong> batalla. La joven<br />
cae enferma y es preciso que se la retire <strong>de</strong>l<br />
Pensionado.<br />
Pero Teresa no encuentra alivio en su casa,<br />
porque siempre está con ella la causa <strong>de</strong> su<br />
aflicción: su propia alma. Muy por el contrario,<br />
sucesos <strong>de</strong> enorme trascen<strong>de</strong>ncia contribuyen<br />
a avivar el fuego que María Briceño le encendió<br />
en las entrañas. Rodrigo, su hermano preferido,<br />
el que con ella quiso encontrar la muerte<br />
entre los moros, el que como ella necesita<br />
210<br />
©<strong>Biblioteca</strong> <strong>Nacional</strong> <strong>de</strong> <strong>Colombia</strong><br />
<strong>de</strong> aventuras heroicas y <strong>de</strong> horizontes amplísimos,<br />
parte a la América, recientemente <strong>de</strong>scubierta,<br />
en don<strong>de</strong> hallará la muerte tras un combate<br />
con el señor <strong>de</strong> los Payaguas; otros cinco<br />
<strong>de</strong> sus hermanos se aprestan a combatir al<br />
lado <strong>de</strong>l conquistador Núñez Vela, rival terrible<br />
<strong>de</strong> Pizarro; han contraído matrimonio ventajoso<br />
muchas <strong>de</strong> sus amigas <strong>de</strong> la infancia,<br />
y otras que están para contraerlo la bromean<br />
<strong>de</strong> continuo para que las imite, Y todo ello es<br />
pólvora con que por más <strong>de</strong> cuatro años se apertrecha<br />
n sin <strong>de</strong>scanso los combatientes. Los<br />
pensamientos. las imágenes, los <strong>de</strong>seos siguen<br />
surgiendo entre su corazón en tropeles encontrados:<br />
la casa y el convento, el vaivén <strong>de</strong> las<br />
cunas y los maitines en el coro, la soledad y la<br />
compañía, el placer y el dolor, el mundo y<br />
Dios. .. Ella, que nunca tuvo miedo, empieza<br />
a sacudirse con invencibles terrores, y entre<br />
esas visiones <strong>de</strong> espanto que brotan en sus noches<br />
<strong>de</strong> insomnio, hay una que le hinca hasta.<br />
en los huesos mismos sus zarpas <strong>de</strong> fuego: es<br />
el infierno. Allí irá si sigue al mundo. La suerte,<br />
pues, está echada. " Irá al convento.<br />
Se opone don Alonso, viejo ya y necesitado<br />
más que nunca <strong>de</strong> Teresa, a esta <strong>de</strong>cisión <strong>de</strong><br />
su consentida. Porfía ella, y como todo es vano,<br />
convence al menor <strong>de</strong> sus hermanos, A!1tonio,<br />
para que entre <strong>de</strong> fraile dominico. Como años<br />
antes lo había hecho en compañía <strong>de</strong> RodTigo,<br />
abandonan los dos en noche oscura la casa paterna,<br />
golpean en el convento <strong>de</strong> la Encarnación,<br />
Teresa queda allí, y Antonio, llorando.<br />
gana la puerta <strong>de</strong>l viejo monasterio <strong>de</strong> Santo<br />
Tomás. Ese Quijote castellano que se llama Teresa<br />
<strong>de</strong> Cepeda y Ahumada ha hecho la segundl'l<br />
ele sus salidas ...<br />
• •<br />
Pero no se crea (y urge, en este asunto, conocer<br />
la verdad <strong>de</strong> las cosas) que todos los<br />
conventos <strong>de</strong> aquel tiempo, y <strong>de</strong> manera especial<br />
los <strong>de</strong> mujeres, fueran lo que pudiera imaginarse,<br />
dada la atmósfera <strong>de</strong> catolicismo belicoso<br />
que entonces se respiraba en toda España.<br />
Muy por el contrario, se llevaba en ellos<br />
una vida sabrosa y mundana,. en que alternaba<br />
el cumplimiento <strong>de</strong> una regla muy cómoda<br />
con alegres tertulias en las celdas y con ejercicios<br />
que disuenan en personas consagradas a
Sen<strong>de</strong>ros<br />
mana mayor, una completa trasformación se<br />
está iniciando en ella. Ya no <strong>de</strong>sea el <strong>de</strong>scanso<br />
<strong>de</strong> la muerte, como antes, sino que anhela vivir,<br />
vivir mucho, para entregarse por completo a la<br />
penitencia y a la meditación; ya gusta <strong>de</strong> la<br />
soledad y <strong>de</strong>l silencio; ya encuentra que el<br />
mundo es una rosa llena <strong>de</strong> espinas y <strong>de</strong> gusanos.<br />
.. De buen grado se somete a los absurdos<br />
tratamientos <strong>de</strong> la curan<strong>de</strong>ra. Durante<br />
un mes entero resiste purgas diarias, sangrías<br />
continuas, masajes dolorosos, persuadida <strong>de</strong><br />
que con ello ha <strong>de</strong> mejorarse <strong>de</strong> sus dolencias.<br />
No suce<strong>de</strong> así, como era lógico, y, enferma <strong>de</strong><br />
suma gravedad, es <strong>de</strong>vuelta a Avila a marchas<br />
forzadas.<br />
y aquí me parece indispensable una sencilla<br />
aclaración. No he podido explicarme jamás<br />
]a ira <strong>de</strong> todos los biógrafos <strong>de</strong> Teresa contra<br />
la empírica <strong>de</strong> Becedas. Creo yo, por el contrario,<br />
<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> las i<strong>de</strong>as que vengo exponiendo,<br />
que fue el recru<strong>de</strong>cimiento <strong>de</strong> la enfermedad<br />
una victoria <strong>de</strong> Dios en el combate que se<br />
venía librando, y que la pobre curan<strong>de</strong>ra, al<br />
agravar la dolencia, contribuyó a la talla <strong>de</strong><br />
un diamante imperial. La enfermedad, en efecto,<br />
es angustia y dolor y ansiedad, y la angustia,<br />
el dolor y la ansiedad levantan al hombre<br />
<strong>de</strong> la tierra para ponerlo en presencia <strong>de</strong> lo<br />
sobrenatural. En la boca <strong>de</strong> un abismo o en ]a<br />
soledad <strong>de</strong> un <strong>de</strong>sierto se ve mejor que entre<br />
las flores <strong>de</strong> un jardín la pequeñez <strong>de</strong> lo humano,<br />
y cuando el cuerpo pesa menos sobre<br />
el alma se ensancha ésta y se engran<strong>de</strong>ce. Por<br />
algo afirmó Pascal que la enfermedad <strong>de</strong>be<br />
ser el estado natural <strong>de</strong>l cristiano.<br />
Ya en A vila sigue Teresa agravándose por<br />
instantes. Los médicos llamados a visitarla no<br />
dan esperanza alguna <strong>de</strong> salvación. Sufre un<br />
síncope y, creyéndose que ha muerto, se la coloca<br />
en el ataúd y se le encien<strong>de</strong>n los cirios.<br />
Las monjas <strong>de</strong> la Encarnación reclaman el cadáver<br />
y arreglan todo lo concerniente al entierro.<br />
Pero don Alonso, más médico que los<br />
doctores, encuentra que todavía tiene pulso, y<br />
consigue reanimarla con fricciones. Mejora un<br />
poco la enferma y suplica <strong>de</strong> continuo, hasta<br />
conseguirlo, que se la vuelva a su Convento.<br />
Ocho meses permanece allí, en el lecho, paralizada,<br />
febril, convertida en un guiñapo humano,<br />
sin más consuelo que la oración y sin<br />
212<br />
©<strong>Biblioteca</strong> <strong>Nacional</strong> <strong>de</strong> <strong>Colombia</strong><br />
más alivio que su propia pena. Ha comprendido<br />
el placer <strong>de</strong>l dolor y está subiendo a pasos <strong>de</strong><br />
gigante la escala escabrosa <strong>de</strong> la perfección<br />
espiritual. En el alma <strong>de</strong> Teresa <strong>de</strong> Ahumada<br />
comienza a <strong>de</strong>linearse, tímidamente, Santa Teresa<br />
<strong>de</strong> Jesús.<br />
Pero no. Aquella terrible enfermedad amaina<br />
un poco, y el locutorio y la celda tornan a<br />
alegrarse con su divertida conversación, con su<br />
reír sonoro, con sus cuentos alegres. Las manos<br />
<strong>de</strong> la convaleciente se complacen en tejer<br />
finos encajes para adornar las vestes <strong>de</strong> amigas<br />
y parientas, que habrán <strong>de</strong> lucirlos en la<br />
tertulia bullanguera o en el baile risueño. Vuelve<br />
a gustar <strong>de</strong> los perfumes, y se vuelve a embelesar<br />
con las joyas y los trajes <strong>de</strong> quienes<br />
van a visitarla. Se interesa por las noticias <strong>de</strong><br />
fuera, por los matrimonios que se efectúan,<br />
por ]a crónica toda <strong>de</strong> la ciudad. Es, ante todo<br />
y por sobre todo, yeso lo que más encanta en<br />
ella, un alma adorable <strong>de</strong> mujer ...<br />
Algo, sin embargo, le aguarda en las sombras<br />
...<br />
'" '"<br />
Penetra a su celda, cierto día, a la hora doliente<br />
<strong>de</strong>l crepúsculo. A lo lejos la sierra <strong>de</strong><br />
A vila se tiñe <strong>de</strong> oro y púrpura, y las torres<br />
<strong>de</strong> la ciudad se bruñen y se perfilan como tocadas<br />
por un esfumino taumaturgo. Palpita en<br />
la atmósfera algo sutil y misterioso que convida<br />
al recogimiento y al ensueño. Es la hora<br />
divina en que las almas se escon<strong>de</strong>n en sí mismas,<br />
en que se oye la voz <strong>de</strong>l silencio y en<br />
que parece corporizarse lo incorpóreo.<br />
En el interior <strong>de</strong> la celda tropieza su vista,<br />
<strong>de</strong> súbito, con una imagen colocada allí casualmente<br />
por alguna <strong>de</strong> sus compañeras. Es una<br />
imagen <strong>de</strong>l Ecce-Homo, uno <strong>de</strong> aquellos Cristos<br />
sangrientos y <strong>de</strong>snudos que todavía en<br />
las procesiones <strong>de</strong> Semana Santa, especialmente<br />
en Sevilla, aparecen en los pasos conducidos<br />
por encapuchados nazarenos, en la lenta peregrinación<br />
que las bandas guian con marchas<br />
fúnebres, y en las que hombres y mujeres llevan<br />
vestidos negros, las cabezas bajas, silencio<br />
en los labios. Cubiertas <strong>de</strong> llagas, inefables<br />
los ojos, colgantes los cabellos, adolorido el<br />
semblante, enflaquecidos los miembros, esas<br />
imágenes policromadas, realistas como la misma<br />
España y casi brutales en ocasiones, He-
menina <strong>de</strong> las mujeres. Hagamos mujer a Ignacio<br />
<strong>de</strong> Loyola y nos hallaremos <strong>de</strong>lante dé<br />
Teresa <strong>de</strong> Jesús; volvamos hombre a 'l'eresa-la<br />
hermana <strong>de</strong> seis conquistadores- y nos veremos<br />
en presencia <strong>de</strong> Ignacio <strong>de</strong> Loyola ...<br />
Confortada por aquellos tres hombres, se entrega<br />
Teresa, ya <strong>de</strong> lleno, a la oración y a la<br />
meditación. Las visiones, que habían sido muchas,<br />
<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la ya citada, y no obstante<br />
que ella procuraba rechazarlas con fuerza, se<br />
hacen ahora casi continuas, más largas, más<br />
perfectas. De la visión exterior, o sea <strong>de</strong> la<br />
que es percibida por la vista, pasa rápidamente<br />
a la imaginativa, que busca albergue en la<br />
imaginación, para sumergirse luégo, casi por<br />
todo el resto <strong>de</strong> su vida, en una visión intelectual<br />
que ni el sueño logra interrumpir y que<br />
le proporciona un conocimiento intuitivo y sobrenatural<br />
<strong>de</strong> cosas espirituales y corporales,<br />
con abstracción absoluta <strong>de</strong> toda clase <strong>de</strong> especies<br />
sensibles. Ha comenzado la época <strong>de</strong> los<br />
gran<strong>de</strong>s favores.<br />
y aquí precisa llamar la atención hacia una<br />
característica esencial <strong>de</strong> las visiones teresianas.<br />
Nadie que las haya tenido más numerosas,<br />
y nadie también que las haya tenido más<br />
humanas y tiernas: ya es Cristo, que la toma<br />
<strong>de</strong> las manos y se las acaricia suavemente; ya<br />
es el mismo Cristo, que la excita a tocarle las<br />
Llagas y a hundir sus <strong>de</strong>dos entre la abierta<br />
<strong>de</strong>l Costado; ya es María Dolorosa, que coloca<br />
el Cuerpo <strong>de</strong>spedazado <strong>de</strong> su Hijo en los brazos<br />
temblantes <strong>de</strong> la monja; ya es un reclinar<br />
la cabeza sobre el propio Corazón <strong>de</strong> Quien<br />
la induce a ello con empeño amoroso; ya es<br />
un sentirse bañada íntegramente, como con tibio<br />
vino, en la Sangre preciosa <strong>de</strong> Jesús; ya es,<br />
en fin, el Angel hermosísimo que le atraviesa<br />
el corazón con una flecha en cuya punta ar<strong>de</strong><br />
una llama <strong>de</strong> amor que, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> entonces, le incendia<br />
completamente toda el alma. Son visiones,<br />
]0 repito, <strong>de</strong> un atrevimiento que espanta.<br />
Y leedlas, hasta con sus menores <strong>de</strong>talles,<br />
relatadas por la propia Teresa: la luz se<br />
hace entonces más luz, la pureza se vuelve más<br />
pura, y hasta la misma castidad como que se<br />
torna más casta. Todo en ellas, en efecto, excluye<br />
totalmente aun la menor huella <strong>de</strong> sensualidad<br />
y <strong>de</strong> humana <strong>de</strong>lectación: quiere a<br />
veces conocer el color <strong>de</strong> los ojos <strong>de</strong> Cristo,<br />
©<strong>Biblioteca</strong> <strong>Nacional</strong> <strong>de</strong> <strong>Colombia</strong><br />
S en<strong>de</strong>ro s<br />
-<br />
porque es mujer y como tal curiosa, y la visión<br />
se <strong>de</strong>svanece en el instante sin <strong>de</strong>járselos conocer;<br />
ve carne, pero aquella carne se le presenta<br />
-según su propia expresión- glorificada,<br />
o, 10 que es lo mismo, hecha i<strong>de</strong>alidad y<br />
hecha éter. Hasta en asuntos como éste resplan<strong>de</strong>ce<br />
la Divinidad <strong>de</strong> Jesucristo.<br />
* *<br />
Pero si los éxtasis <strong>de</strong> Teresa y el milagro <strong>de</strong>l<br />
incendio <strong>de</strong> su corazón, o trasverberación (todavía<br />
comprobable por nuestros ojos pues intacta<br />
se conserva aquella entraña) han dado<br />
origen a estudios profundísimos y a obras dignas<br />
<strong>de</strong>l mayor estudio, hay un milagro teresiano<br />
en el que me parece que no se ha profundizado<br />
aún lo suficiente: ese milagro es la escritora.<br />
Muchas historias <strong>de</strong> la literatura, muchos<br />
estudios críticos he tenido ocasión <strong>de</strong> analizar,<br />
en este punto. No hay historiador ni crítico<br />
que <strong>de</strong>je <strong>de</strong> asignar a Teresa uno <strong>de</strong> los primeros<br />
puestos en la historia <strong>de</strong> la prosa castellana;<br />
pero ninguno, que yo sepa, que la naya<br />
colocado en el lugar que en realidad le correspon<strong>de</strong>:<br />
el que tiene Bocaccio en la italiana, el<br />
que correspon<strong>de</strong> a Platón en la griega. Y valE:<br />
la pena plantear siquiera la cuestión, ya que<br />
el tiempo no me alcanza para llegar, en este<br />
y en otros puntos, al rondo mismo <strong>de</strong>l asunto.<br />
Recor<strong>de</strong>mos un hecho, ante todo: las obras<br />
teresianas son anteriores, en muchos años, a<br />
' las <strong>de</strong> Cervantes, Fray Juan <strong>de</strong> los Angeles,<br />
Mariana, Quevedo, Riva<strong>de</strong>neira y <strong>de</strong>más gran<strong>de</strong>s<br />
maestros <strong>de</strong> la prosa castellana. Cuando<br />
Teresa, pues, cumpliendo las ór<strong>de</strong>nes <strong>de</strong> sus<br />
confesores y los <strong>de</strong>seos <strong>de</strong> sus monjas, inicia<br />
la redacción <strong>de</strong> los doce volúmenes que <strong>de</strong> ella<br />
nos quedan, la lengua castellana es todavía el<br />
lenguaje áspero y austero <strong>de</strong> los soldados y <strong>de</strong><br />
los juglares, o el latinizado y retórico <strong>de</strong> los<br />
frailes y <strong>de</strong> algunos escasos eruditos. Dos únicos<br />
mo<strong>de</strong>los se ofrecen a su imitación: la "Celestina",<br />
<strong>de</strong> una parte, obra que sin duda no<br />
leyó y cuyo estilo difuso y ergotista es absolutamente<br />
contrario a su carácter, y la prosa<br />
ciceroniana y rotunda <strong>de</strong> Fray Luis <strong>de</strong> Granada,<br />
contraria también a su temperamento, el<br />
que buscaba más la sencillez que la abundancia<br />
y menos el ritmo que la claridad.<br />
Teresa, entonces, se a<strong>de</strong>lanta a la estética li-<br />
215
hasta la violencia <strong>de</strong> los más. Agobiada por la<br />
sed se la ve muchas veces en los caminos <strong>de</strong><br />
Castilla; <strong>de</strong>sfallecida por el hambre llega otra'<br />
tantas a posadas en las que se niegan a aten<strong>de</strong>rla;<br />
en pleno rigor <strong>de</strong>l invierno tiene que<br />
dormir muchas noches sobre el pesebre <strong>de</strong> un establo.<br />
Y nada <strong>de</strong>tiene el empuje <strong>de</strong> aquella hembra<br />
castellana. A vila en 1562, Medina <strong>de</strong>l Campo,<br />
cinco años <strong>de</strong>spués, Malagón y Valladolid, al<br />
siguiente, Toledo y Pastrana en seguida, Salamanca,<br />
Alba <strong>de</strong> Tormes, Segovia, Beas, Sevilla.<br />
218<br />
©<strong>Biblioteca</strong> <strong>Nacional</strong> <strong>de</strong> <strong>Colombia</strong><br />
Caravaca, Palencia, Burgos, Villanueva <strong>de</strong> la Jara,<br />
Soria y muchas otras ciuda<strong>de</strong> y al<strong>de</strong>as se<br />
ven obligadas a dar asilo entre u propias entrañas<br />
a los monasterios con que Teresa realizli.<br />
un i<strong>de</strong>al. Diez y seis conventos para mujeres,<br />
catorce para hombres. Pensad en lo que significa<br />
la fundación <strong>de</strong> treinta conventos <strong>de</strong> regla<br />
rigidísima sin un céntimo (sin una blanca, como<br />
dice ella donosamente), sin vías <strong>de</strong> comunicación,<br />
sin elementos, sin el favor popular, sin<br />
propaganda, sin ayuda efectiva, y todo eso por
viejo ambiente castellano, me embelesé con tus<br />
retozos infantiles, con tus luchas <strong>de</strong> hembra,<br />
con tus anhelos <strong>de</strong> santa, con tus éxtasis <strong>de</strong> vi<strong>de</strong>nte,<br />
con tus enseñanzas <strong>de</strong> maestra, con tus<br />
andanzas <strong>de</strong> reformadora. .. y a medida que<br />
iba trazando tu semblanza -nuevo Fray Juan<br />
<strong>de</strong> la Miseria, tJe intó acaso más. fea '1 legañosa-<br />
iba pasando por mi fanta;sía la imagen<br />
misma <strong>de</strong> la nación más gran<strong>de</strong> <strong>de</strong>l planeta<br />
en el momento más gran<strong>de</strong> <strong>de</strong> la historia<br />
<strong>de</strong> la humanidad... La España <strong>de</strong> los siglos<br />
<strong>de</strong> oro fue realidad y ensueño, y nadie nunca<br />
tan <strong>de</strong> realidad y <strong>de</strong> ensueño como tú; la España<br />
<strong>de</strong> los siglos <strong>de</strong> oro fue austera y alegrE.<br />
al propio tiempo, y tú reuniste la austeridad y<br />
la alegría en tu vida y tu obra; la España <strong>de</strong><br />
los siglos <strong>de</strong> oro fue una victoria tras lucha<br />
gigantesca, y tú fuiste la victoria <strong>de</strong> tu yo en<br />
la lucha brutal contra ti misma; la España <strong>de</strong><br />
los siglos <strong>de</strong> oro quedó trazada para siempre<br />
en las figuras <strong>de</strong> un loco y un cuerdo, y tú,<br />
tan loca como Don Quijote y tan cuerda como<br />
Sancho, recorriste los campos <strong>de</strong> Castilla, como<br />
aquéllos los <strong>de</strong> la Mancha, luchando también<br />
contra los malandrines, hablando a los pastores<br />
en idioma celeste, montada lo mismo en<br />
el Rocinante <strong>de</strong> la quimera que en el pollino<br />
<strong>de</strong>l buen sentido, u olvidándote <strong>de</strong> todo para<br />
©<strong>Biblioteca</strong> <strong>Nacional</strong> <strong>de</strong> <strong>Colombia</strong><br />
Sen<strong>de</strong>ros<br />
subir a las estrellas en el divino Clavileño <strong>de</strong><br />
la oración. Sólo que tú fuiste más gran<strong>de</strong> que<br />
tu España: cuando ésta no cupo ya en el mundo,<br />
trocó por otro las joyas <strong>de</strong> su Reina; cuando<br />
tú no cupiste ni en España ni el mundo, tendiste<br />
una escala <strong>de</strong> oro que comunicara la tier<br />
c e i lo.<br />
Dormida ahora sobre tu 1 cho <strong>de</strong> muerte, ya<br />
no eres solamente 10 que fuiste para Balmes<br />
y Bossuet: la mujer más gran<strong>de</strong> <strong>de</strong> la historia<br />
universal, excepción hecha <strong>de</strong> la Madre <strong>de</strong><br />
Dios. Eres ahora, con la misma excepción, la<br />
Santa más gran<strong>de</strong> <strong>de</strong>l catolicismo .. . Deja,<br />
pues, que ante ese lecho me pros terne <strong>de</strong> hinojos<br />
y que mi voz se trueque en oración. Yescucha,<br />
Madre mía, la plegaria que elevo ... Bien<br />
sabes que nadie te admira como yo, que nadie<br />
te ill).plora con más fe y más confianza, que<br />
tu sombra dirige mis actos y mis <strong>de</strong>seos, que<br />
tus enseñanzas me confortan en los momentos<br />
<strong>de</strong> prueba, que tu imagen presi<strong>de</strong> mi vigilia y<br />
mi sueño y que hasta se enorgullece con tu<br />
nombre el más hermoso <strong>de</strong> los retoños <strong>de</strong> mi<br />
sangre. ¡Vuelve piadosa los ojos a quien así te<br />
invoca con el alma en los labios, y que sobre<br />
mi hogar y sobre los míos, caiga, hecha amparo<br />
y consuelo, la sombra <strong>de</strong> tu manto carmelita!<br />
NICOLAS BAYONA POSADA<br />
221
En el alma <strong>de</strong>l México <strong>de</strong> hoy día está latente<br />
e? álma <strong>de</strong> ese lejano Emperador azteca<br />
quien, con palabras que tienen su abolengo en<br />
Grecia, supo burlar la tortura, dando con ello<br />
un ejemplo <strong>de</strong> rara fortaleza y dignidad a los<br />
hombres venturos. Indómito, rebel<strong>de</strong>, cruel<br />
cuando se trata <strong>de</strong> <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r el nativo solar,<br />
soñador y triste por herencia <strong>de</strong> civilizaciones<br />
exquisitas, México tiene en Juana <strong>de</strong> Asbajé,<br />
en religión Sor Juana Inés <strong>de</strong> la Cruz, su más<br />
genuino representante criollo y en Vasconcelos<br />
su más alto exponente intelectual.<br />
Durante la permanencia en la Secretaría <strong>de</strong><br />
Instrucción Pública <strong>de</strong> su país, el Licenciado<br />
Vasconcelos llevó a cabo estupendas reformas<br />
educacionistas, hasta el punto <strong>de</strong> que la Instrucción<br />
Pública <strong>de</strong> México hoy día no tiene<br />
nada que envidiar a la <strong>de</strong> los países pesados <strong>de</strong><br />
civilización. Este Mecenas <strong>de</strong> las letras americanas<br />
supo recibir con los brazos abiertos a<br />
cuantos intelectuales <strong>de</strong> todos los rincones <strong>de</strong><br />
América llegaron a sus puertas y, más aún,<br />
solicitó la colaboración <strong>de</strong> distinguidas mentalida<strong>de</strong>s<br />
en el dominio <strong>de</strong>l arte y <strong>de</strong> las ciencias<br />
para su bella empresa reformista. Maravilloso<br />
espectáculo el <strong>de</strong> este hombre, culto, como hay<br />
pocos hombres en nuestro continente, haciendo<br />
©<strong>Biblioteca</strong> <strong>Nacional</strong> <strong>de</strong> <strong>Colombia</strong><br />
Sen<strong>de</strong>ros<br />
repartir los clásicos <strong>de</strong>l mundo por todos los<br />
ámbitos <strong>de</strong> su nativo Mé-xico, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el pórtico<br />
ilustre hasta la cabaña <strong>de</strong>l indio.<br />
En la <strong>de</strong>soladora inmensidad <strong>de</strong> nuestra<br />
América, la palabra elocuente <strong>de</strong> José Vasconcelos,<br />
encuentra eco <strong>de</strong>l uno al otro confín, porque<br />
la América nuéstra ha visto su alto apostolado<br />
y porque contrajo una <strong>de</strong>uda con José<br />
Vasconcelos, al abrir éste <strong>de</strong> par en par las<br />
puertas macizas <strong>de</strong> su fiero país a todos los<br />
intelectuales, sin distinci6n <strong>de</strong> nacionalidad, color,<br />
raza o credo.<br />
Debemos hacer patria, patria efectiva y<br />
gran<strong>de</strong>, patria continental, la que predican con<br />
voces <strong>de</strong> ap6stoles Alfonso L6pez y L6pez <strong>de</strong><br />
Mesa y tantos y tantos pensadores <strong>de</strong> la América<br />
India. No es con sistemáticos ataques a los<br />
pueblos fuertes como nosotros nos haremos<br />
fuertes. Es con una unión i<strong>de</strong>ol6gica más amplia<br />
y más comprensiva <strong>de</strong> los pueblos ligados<br />
por el mismo idioma y por la misma fe en el<br />
futuro, como podremos ,hacernos respetar y<br />
hacer valer nuestros <strong>de</strong>rechos, cuando la codicia<br />
insaciada socave las entrañas <strong>de</strong> nuestro<br />
patrimonio y amenace <strong>de</strong> muerte nuestras soberanías.<br />
A, ORTIZ VARGAS<br />
223
ADMINISTRACION<br />
BOLETIN DEL DEPARTAMENTO DE CONTRALO<br />
RIA.-Director, J. Cár<strong>de</strong>nas Núñez.-Julio y agosto,<br />
1934.-Números S2 y S3.-Imprenta <strong>Nacional</strong>.<br />
Se anota la situación financiera en junio 30<br />
y julio 31 <strong>de</strong> 1934. Ocupan la sección "Finanzas<br />
y comercio" un artículo <strong>de</strong>l señor Irving Fischer,<br />
y otro <strong>de</strong>l doctor Uribe Echeverri sobre<br />
el nivel <strong>de</strong> precios y sobre las relaciones comerciales<br />
entre Francia y el Brasil, respectivamente.<br />
"Los acuerdos mensuales <strong>de</strong> or<strong>de</strong>nación co·<br />
mo factor <strong>de</strong> equilibrio presupuestal" y una nota<br />
a propósito <strong>de</strong> la política económica <strong>de</strong>l presi<strong>de</strong>nte<br />
Roosevelt, firmados, en su or<strong>de</strong>n, por<br />
don Leopoldo Lascarro Snow<strong>de</strong>n, j unto con una<br />
reseña <strong>de</strong> la actualidad económica internacional<br />
y sobre el oro y la <strong>de</strong>flación, completan<br />
esta parte, mientras la jurídica está a cargo <strong>de</strong>l<br />
abogado <strong>de</strong> la ContralorÍa y <strong>de</strong>l doctor Alberto<br />
Camacho Angarita, en dos estudios sobre jurispru<strong>de</strong>ncia<br />
<strong>de</strong> la Contraloría y <strong>de</strong>l Consejo <strong>de</strong><br />
Estado y sobre reforma <strong>de</strong> la legislación civil<br />
colombiana en materia <strong>de</strong> hijos naturales. La<br />
sección Estadística muestra la <strong>de</strong>l valor <strong>de</strong> las<br />
mercancías y la <strong>de</strong>l comercio exterior, red <strong>de</strong><br />
carreteras nacionales, <strong>de</strong>preciación <strong>de</strong>l peso colombiano<br />
en relación con su paridad oro, cotización<br />
diaria y media mensual en pesos colombianos<br />
<strong>de</strong> algunas monedas, comercio exterior<br />
en junio y primer semestre <strong>de</strong>l presente año,<br />
importaciones y exportaciones, y anexos a los<br />
balances en 30 <strong>de</strong> junio y 31 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1934.<br />
Un extracto <strong>de</strong> las actas <strong>de</strong> cremación <strong>de</strong> documentos<br />
<strong>de</strong> <strong>de</strong>uda pública interna en los meses<br />
<strong>de</strong> mayo a julio <strong>de</strong> este año, llena la parte final<br />
<strong>de</strong> esta entrega, o sea la relativa a contabilidad.<br />
REVISTA DE PROVIBIONES.-Organo <strong>de</strong> la Sección df'<br />
Provisiones <strong>de</strong>l Gobierno nacional.-Afío !V.-Agosto<br />
<strong>de</strong> 1934.-Número .ro.-Imprenta nacional.<br />
Como editorial, y bajo el epígrafe "Hagamos<br />
balance", don Enrique Ortiz Restrepo, Director<br />
<strong>de</strong> Provisiones, presenta una memoria <strong>de</strong> las<br />
activida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l <strong>de</strong>partamento a su cargo durante<br />
la administraci(jn Olaya, y un par <strong>de</strong> resolu-<br />
224<br />
©<strong>Biblioteca</strong> <strong>Nacional</strong> <strong>de</strong> <strong>Colombia</strong><br />
ciones que aprueban los remates verificados en<br />
los almacenes. A este informe siguen el <strong>de</strong>l Consejo<br />
Directivo sobre las labores realizadas en<br />
julio <strong>de</strong>l presente año y las actas 9 a 11 <strong>de</strong> la<br />
Junta <strong>de</strong> Licitaciones. Se inserta a continuación<br />
el texto <strong>de</strong>l contrato celebrado con la<br />
"Austin Western Road Corporation" para estandarizar<br />
las cilindradoras que prestan servicio<br />
en las carreteras nacionales, y un informe<br />
<strong>de</strong> la sección <strong>de</strong> contabilidad y <strong>de</strong> la Auditoría<br />
sobre el movimiento y los trabajos correspondientes<br />
al citado mes <strong>de</strong> julio. A la relación <strong>de</strong><br />
compras locales <strong>de</strong>spachadas en dicho mes prece<strong>de</strong>n<br />
dos actas <strong>de</strong> remates. Ocupan la parte final<br />
<strong>de</strong>l número los cuadros <strong>de</strong> la oficina <strong>de</strong> importaciones<br />
y la relación <strong>de</strong> contratos legalizados<br />
en 31 <strong>de</strong>l ya citado mes.<br />
RELACIONES EXTERIORES<br />
BOLETIN DEL MINISTERIO DE RELACIONES EX<br />
TERIORES.-Director, Luis A. Lasprilla.-Tercera.<br />
época.-Volumen !V.-Bogotá, marzo y abril <strong>de</strong> 1934.<br />
Número 2.-Imp. <strong>Nacional</strong>.<br />
Tras <strong>de</strong> dos notas que reseñan respecti vamente<br />
la muerte <strong>de</strong> don Pedro A. Zubieta y la<br />
renuncia <strong>de</strong>l Capitán Iglesias <strong>de</strong>l cargo <strong>de</strong><br />
miembro <strong>de</strong> la comisión administradora <strong>de</strong> Leticia,<br />
se trascriben las comunicaciones <strong>de</strong> la<br />
cancillería <strong>de</strong> Lima y <strong>de</strong> la <strong>de</strong>legación colombiana<br />
ante la Sociedad <strong>de</strong> las Naciones relativas<br />
1. la solicitud <strong>de</strong> prórroga presentada ante la<br />
misma Sociedad por la <strong>de</strong>legación limeña. Se<br />
anota luégo el movimiento diplomático y consular,<br />
con expresión <strong>de</strong> los nuevos nombramientos<br />
en esta última sección, y se trascriben las<br />
circulares y los <strong>de</strong>cretos <strong>de</strong>l Ministerio, así como<br />
úno referente a aviación militar orgánico<br />
<strong>de</strong>l Ministerio <strong>de</strong> Industrias, sobre administración<br />
<strong>de</strong>l puerto marítimo <strong>de</strong> Cartagena, suscrito<br />
por los ministros <strong>de</strong> Hacienda y Guerra, y<br />
sobre talla <strong>de</strong> esmeraldas. Trascritos aparecen<br />
también el <strong>de</strong>creto sobre registro civil, con sus<br />
mo<strong>de</strong>los correspondientes y la resolución <strong>de</strong> la<br />
Superinten<strong>de</strong>ncia Bancaria en relación con las<br />
compañías extranjeras <strong>de</strong> seguros. La sección
Ofrecemos hoya nuestros lectores el primer dibujo <strong>de</strong> una serio <strong>de</strong> apuntes a pluma <strong>de</strong> nuestras riquezas<br />
coloniales, que <strong>de</strong>bemos a la gentileza <strong>de</strong> su autor, el arquitecto chileno don Arnaldo Michaelsen. ,.'<br />
©<strong>Biblioteca</strong> <strong>Nacional</strong> <strong>de</strong> <strong>Colombia</strong>
fíeil facilidad en su composición, que bien vale<br />
la pena <strong>de</strong> rememorarlos en la presente ocasión.<br />
Porerereeee!<br />
SoJ1ores quo como sí,<br />
senores que como no,<br />
tres cosas hay en el mundo<br />
que causan mucho dolor,<br />
que es vivir en Cartagena,<br />
beber y tener amo 1'.<br />
Porcrereeee!<br />
Señores que como sí,<br />
señores que como no,<br />
tres cosas hay en el mundo<br />
que no se pue<strong>de</strong>n cuidar:<br />
una cocina sin puerta,<br />
la mujer y un platanar.<br />
Porel'ereeee!<br />
Señores que como sí,<br />
señores que como nó,<br />
en el rincón <strong>de</strong>l Setenta,<br />
don<strong>de</strong> se colea ganao,<br />
me dieron para mi juste<br />
un caballito melao,<br />
me lo dieron por maluco,<br />
y me salió retemplao,<br />
ay ay ay ay<br />
ay ay ay!<br />
Yo le dije al mayordomo:<br />
écheme ese toro afuera,<br />
<strong>de</strong>l espinazo bragao,<br />
hijo <strong>de</strong> la vaca blanca<br />
y <strong>de</strong>l torito pintao.<br />
El me lo echó <strong>de</strong> <strong>de</strong>recho,<br />
yo le saH <strong>de</strong> terciao.<br />
Tres costillas le quebré<br />
y un cacho quedó clavao,<br />
y el mayordomo me dijo,<br />
no me maltrate el ganao.<br />
Ay ay ay ay.<br />
Ay ay ay.<br />
Yo le dij e al moyordomo:<br />
y así se colea ganao<br />
y el mayordomo me dijo:<br />
ya usted vendrá almorzao.<br />
Yo le dije al mayordomo:<br />
hasta gora vengo en ayunas,<br />
tres platos <strong>de</strong> mazamorra,<br />
tres platos <strong>de</strong> huevos tibios<br />
y una totuma <strong>de</strong> cacao.<br />
Boston-1933.<br />
©<strong>Biblioteca</strong> <strong>Nacional</strong> <strong>de</strong> <strong>Colombia</strong><br />
Sen<strong>de</strong>ro!<br />
Ay ay ay ayay.<br />
Ayayayay!<br />
Cuando me lo dan lo trago<br />
y no aguanto callao;<br />
me llaman cuarenta muelas,<br />
toavia no las he mostrao;<br />
que si las llego a mostrar<br />
se ha <strong>de</strong> ver el sol tris tao,<br />
la luna baJ1ada en sangre<br />
y el mundo todo trocao.<br />
Ay ay ay ayar!<br />
Ay ay ayay!<br />
Puel ruido que hacen las muelas<br />
se me arrespangó el ganao.<br />
El 011'0 dice asi;<br />
Uno, dos, tres, cuatro y cinco,<br />
seis, siete, ocho, nueve y diez,<br />
y cuatro que son catorce,<br />
y dos que son diez y seis.<br />
y cinco que son veintiuna,<br />
y tres que son veilÚicuatro;<br />
no te vaya a suce<strong>de</strong>r<br />
lo que le sucedió al gato,<br />
que por comerse la carne<br />
se colgó en el garabato;<br />
y ahora no hay que <strong>de</strong>cir<br />
cuántos pelos tiene un gato.<br />
Los pelos que tiene un gato<br />
son ciento cincuenta y cuatro;<br />
y ahora no hay que <strong>de</strong>cir<br />
cuántos pelos tiene un mico.<br />
Los pelos que tiene un mico<br />
son ciento cincuenta y cinco;<br />
y ahora me han <strong>de</strong> <strong>de</strong>cir<br />
cuántos pelos tiene un buey.<br />
Los pelos que tiene un buey<br />
son los que no hay que contar;<br />
y ahora me han <strong>de</strong> <strong>de</strong>cir<br />
si en el cielo hay platanal.<br />
En el cielo no se roza<br />
ni se siembra platanal;<br />
solamente que los godos<br />
lo hubieran ido a sembrar.<br />
Los godos no van al cielo<br />
porque Dios es liberal,<br />
y los hizo dar <strong>de</strong> baja<br />
en la Corte Celestial.<br />
ENRIQUE NARANJO MARTINEZ<br />
239
En el año <strong>de</strong> 1904 vino a Bogotá José Santos<br />
Chocano, como encargado <strong>de</strong> negocios <strong>de</strong>l Perú<br />
en <strong>Colombia</strong>.<br />
Era ésa una época en que la literatura nacional,<br />
o mejor, la poesía, tenía valiosos y visibles<br />
exponentes.<br />
Aparte <strong>de</strong> la "Gruta Simbólica", que estaba<br />
en pleno vigor, iniciaba labores la Socie··<br />
dad Arboleda, núcleo <strong>de</strong> jóvenes entusiastas<br />
que, acogidos <strong>de</strong>votamente a su lema Vitam<br />
impen<strong>de</strong>re arti, consi<strong>de</strong>raban como el único <strong>de</strong>ber<br />
<strong>de</strong> la vida consagrar sus aspiraciones, sus<br />
anhelos y sus i<strong>de</strong>ales al cultivo <strong>de</strong> las bellas<br />
letras.<br />
A<strong>de</strong>más había muchos aficionados que sin<br />
pertenecer a centros literarios, laboraban con<br />
tenacidad e interés en el cultivo <strong>de</strong> la literatura.<br />
Chocano fue cordialmente recibido en los<br />
círculos sociales e intelectuales, y a poco <strong>de</strong><br />
permanecer en Bogotá le eran familiares sus<br />
costumbres, sus ocurrencias y su espíritu acogedor<br />
y festivo. Estas condiciones nunca las<br />
olvidó el célebre poeta, y sobre ellas, en diferentes<br />
ocasiones, hizo remembranzas amables<br />
y llenas <strong>de</strong> gratitud.<br />
Quizá la manera como fue acogido Chocano<br />
por la hospitalaria capital <strong>de</strong> <strong>Colombia</strong>, influyó<br />
<strong>de</strong>finitivamente en la sincera predilección<br />
que profesó a nuestra patria, afecto <strong>de</strong>l cual<br />
hizo siempre vistosas y espontáneas manifestaciones.<br />
Antes <strong>de</strong>l arribo <strong>de</strong> Chocan o a Bogotá, <strong>de</strong>sempeñaba<br />
la representación <strong>de</strong>l Perú un caballero<br />
llamado Amador <strong>de</strong>l Solar, personaje que<br />
no supo hacerse al ambiente <strong>de</strong> nuestra ciudad<br />
y gozaba <strong>de</strong> pocas simpatías por su carácter<br />
imperativo y sus modales nada aparentes para<br />
un diplomático.<br />
Cuando llegó el poeta, apareció en "La Barra",<br />
periódico que entonces gozaba en el país<br />
<strong>de</strong> una popularidad semejante a la que tuvo<br />
"Mundo al Día" en los primeros seis años <strong>de</strong><br />
240<br />
CHOCANO EN BOGOTA<br />
su existencia, la siguiente décima que, como<br />
es lógico, fue muy celebrada:<br />
SUMINISTRO<br />
Vino un diplómata. aquí<br />
<strong>de</strong>l Perú, mucho chocó;<br />
venía <strong>de</strong>l Solar, lo vi;<br />
<strong>de</strong>l Solar ¡ay! lo vi yo.<br />
A poco lo reemplazó<br />
Choca.no; le conocí,<br />
y dijo la gente así,<br />
al contemplar lo que vio:<br />
¿Don <strong>de</strong>l Solar choca?-8i,<br />
y ¿Chocano choca?-Nol<br />
Como <strong>de</strong>cíamos, a poco <strong>de</strong> permanecer en<br />
Bogotá el gran apolonida peruano, se había<br />
asimilado completamente nuestro ambiente espiritual<br />
y alternaba complacido con todo el<br />
mundo.<br />
Era muy pagado <strong>de</strong> su buena figura y bastante<br />
cuidadoso <strong>de</strong> su persona. Casi siempre <strong>de</strong><br />
levita y sombrero <strong>de</strong> copa; sus corbatas eran<br />
el último grito <strong>de</strong> la moda y la colección <strong>de</strong> sus<br />
guantes numerosa y variada.<br />
Sus íntimos aseguraban que se afeitaba dos<br />
veces al día y a veces tres cuando asistía a alguna<br />
fiesta nocturna.<br />
Concurría a los clubes <strong>de</strong> la ciudad en su condición<br />
<strong>de</strong> diplomático, pero el lugar don<strong>de</strong> con<br />
más frecuencia se le veía y don<strong>de</strong> numerosas<br />
veces lo escuchamos, era la cantina <strong>de</strong> propiedad<br />
<strong>de</strong>l señor Enrique Ley ton, situada en la<br />
esquina sur <strong>de</strong>l atrio <strong>de</strong> la Basílica.<br />
Allí se reunía entonces un grupo <strong>de</strong> poetas e<br />
intelectuales entre los que <strong>de</strong>scollaban Julio<br />
Flórez, Fe<strong>de</strong>rico Rivas Fra<strong>de</strong>, Soto Borda, Manuel<br />
Alvarez Jiménez, los Martfnez Rivas, Luis<br />
María Mora y algunos otros caballeros que sin<br />
ser poetas ni escritores, pues nunca publicaron<br />
obra alguna, eran notables por su gracia,<br />
su oportunidad como comentaristas y 'sus faculta<strong>de</strong>s<br />
asimilativas que hacían que su compañía<br />
resultara <strong>de</strong>liciosa e insustituíble.<br />
Entre éstos cerraban círculo el califa Merizal<strong>de</strong>,<br />
<strong>de</strong> grata recordación, el chino Cantillo,<br />
©<strong>Biblioteca</strong> <strong>Nacional</strong> <strong>de</strong> <strong>Colombia</strong>
SiJto Es.c.ob.ar e Ignacio Posse, feeundo improvisador<br />
<strong>de</strong> esdrújulos, que con sus frases paradójicas<br />
y absurdas, llenas. <strong>de</strong> gracia y oportunidad.<br />
cautivaba a 10.8 más valiosos auditorios.<br />
Al redo <strong>de</strong> ese núcleo <strong>de</strong> intelectuales, astros<br />
<strong>de</strong> primera magnitud en el firmamento literario<br />
<strong>de</strong> aquellos días, se agrupaban unos<br />
cuantos estudiantes, a manera <strong>de</strong> barra. Entre<br />
ellos. nunca faltaba el que estas líneas escribt>,<br />
y en verda<strong>de</strong>ro éxtasis pasábamos las horas<br />
oyendo las recitaciones, las palabras y los comentarios<br />
<strong>de</strong> todos los poetas e intelectuales<br />
a los..que veíamos como a seres superiores, <strong>de</strong>sligados<br />
<strong>de</strong> nuestra insignificancia terrena, o<br />
como si fueran una especie <strong>de</strong> intermediarios<br />
entre los dioses y los simples mortales.<br />
Aun nos parece ver a Julio Flórez, vocalizando<br />
las estrofas <strong>de</strong> "La Araña", ante un silencio<br />
verda<strong>de</strong>ramente solemne. A Fe<strong>de</strong>rico Rivas<br />
Fra<strong>de</strong>, pulcro y suave, repitiendo el bello<br />
soneto que terminaba:<br />
.. . ríe la calavera <strong>de</strong>l suicida<br />
con una interminable carcajada ...<br />
A Soto Borda, comentando los sucesos <strong>de</strong>l día<br />
con el fino estilete <strong>de</strong> su crítica, y, especialmente,<br />
a Chocano, recitando, incansable, sus<br />
maravillosas estrofas.<br />
Su actitud era inolvidable. Rozagante; el<br />
cuidado cabello peinado hacia atrás, los mostachos<br />
kaiserinos como dos garfios <strong>de</strong> azabache;<br />
el inmaculado cuello <strong>de</strong> la camisa oprimiendo<br />
su garganta congestionada; una orquí<strong>de</strong>a vistosa<br />
en la solapa <strong>de</strong> la levita y la mano accionante<br />
en cuyo meñique chispeaba un brillante<br />
como un lucero. Con voz a veces lenta, a<br />
veces rápida, con emoción contagiosa, le oímos<br />
recitar "El Fin <strong>de</strong> Satán", "La oda olímpica",<br />
fragmentos <strong>de</strong> largos poemas y muchos <strong>de</strong> los<br />
sonetos, escritos en Bogotá, y que en esos días<br />
publicó en una entrega <strong>de</strong> "El Nuevo Tiempo<br />
Literario", tales como "El Maíz", los "Cocnyos",<br />
"La garza", "La muerte <strong>de</strong>l boga", y tantos<br />
otros llenos <strong>de</strong> ricas imágenes, pletóricos<br />
<strong>de</strong> fastuosidad y elegancia.<br />
Como era natural, los miembros <strong>de</strong> la "Gruta<br />
Simbólica" ofrecieron al portalira un paseo<br />
al Salto <strong>de</strong> Tequendama. No obstante los<br />
inconvenientes que en ese entonces había para<br />
©<strong>Biblioteca</strong> <strong>Nacional</strong> <strong>de</strong> <strong>Colombia</strong><br />
Sen<strong>de</strong>ros<br />
contemplar la catarata, la fiesta resultó interesantísima,<br />
y Chocano gozó lo in<strong>de</strong>cible con las<br />
ocurrencias <strong>de</strong> los compañeros y la contemplación<br />
<strong>de</strong> la cascada, no tomando en cuenta las<br />
peripecias <strong>de</strong>sagradables que hubo <strong>de</strong> soportar<br />
cuando a la hora <strong>de</strong>l regreso ninguno <strong>de</strong> los<br />
organizadores <strong>de</strong> la jira sabía <strong>de</strong> dón<strong>de</strong> era<br />
criollo, y los bucéfalos y carretas no parecían<br />
por parte alguna.<br />
En el propio Salto, Clímaco Soto Borda pronunció<br />
ante el festejado el siguiente soneto,<br />
corno <strong>de</strong>Qicatoria <strong>de</strong>l homenaje:<br />
A CHOOANO, POETA<br />
• En el Salto <strong>de</strong> Tequendanla<br />
i Salve, poeta, salve! A ti <strong>de</strong>l arpa eólica,<br />
en cuyas cuerdas mágicas vibra el ALMA DE AMERICA,<br />
la que siente IRAS SANTAS, ya salvaje, ya histérica,<br />
ya galante, ya plácida, ya ardiente. o melancólica.<br />
i A tí, sonoro bardo, la juventud diabólica<br />
<strong>de</strong> Bogotá, te invita a oír la voz homérica<br />
<strong>de</strong> nuestro Tequendama; el gran grito <strong>de</strong> América!<br />
¿Quiénes son? Los poetas <strong>de</strong> la GRUTA SIMBOLICA.<br />
Te veremos atónito y en actitud estática<br />
retemplando los nervios <strong>de</strong> tu lira SELVATICA<br />
para cantar la gloria. <strong>de</strong>l titán hemisférico .. .<br />
... Canta y cuéntale al mundo con tu plectro pictórico<br />
que es hoy protesta única en negro instante histórico<br />
<strong>de</strong>l que fue manso Funza el DERRUMBE colérico.<br />
Chocano permaneció en muda contemplación<br />
ante el <strong>de</strong>rrumbamiento <strong>de</strong>l río por entre los<br />
enormes peñascos, durante largo tiempo. Indagó<br />
el curso <strong>de</strong> la corriente, escudriñó los alre<strong>de</strong>dores,<br />
oyó con paciencia las múltiples recitaciones<br />
e improvisaciones <strong>de</strong> los concurrentes,<br />
y regresó sin <strong>de</strong>cir palabra. Algún tiempo <strong>de</strong>spués,<br />
dio a la estampa su magnífica poesía al<br />
Salto <strong>de</strong> Tequendama.<br />
Es un poco doloroso para los colombianos,<br />
pero no pue<strong>de</strong> menos <strong>de</strong> confesarse, que habiendo<br />
sido nuestra patria cuna <strong>de</strong> poetas <strong>de</strong><br />
estro y fama indiscutible, la mejor <strong>de</strong> las incontables<br />
poesías que se han hecho al Tequendama<br />
haya sido obra <strong>de</strong> un extranjero, y peruano,<br />
por añadidura. Pero no hay duda <strong>de</strong> que<br />
no se ha escrito, ni se escribirá, posiblemente,<br />
un poema más hermoso y <strong>de</strong>slumbrador que el<br />
<strong>de</strong> Chocano a la resonante catarata.<br />
En esa poesía no se sabe qué admirar más<br />
entre la elegancia <strong>de</strong> la forma, la onomatopeya<br />
<strong>de</strong> las estrofas, la novedad <strong>de</strong> las imágenes y la<br />
riqueza, colorido y originalidad <strong>de</strong>l conjunto.<br />
Cada vez que releemos este impon<strong>de</strong>rable po e-<br />
241
Sen<strong>de</strong>ros<br />
ma, hallamos en él un nuevo motivo para admirarlo<br />
y compren<strong>de</strong>rlo.<br />
Al ausentarse Chocano <strong>de</strong> <strong>Colombia</strong> llevó<br />
gratos recuerdos <strong>de</strong> nuestra patria, compuso<br />
un interesante poema sobre la fundación <strong>de</strong><br />
Bogotá, y escribió el "Canto al Magdalena", bella<br />
colección <strong>de</strong> sonetos <strong>de</strong>dicados a nuestros<br />
intelectuales.<br />
Después <strong>de</strong> una vida salpicada <strong>de</strong> novelescas<br />
aventuras <strong>de</strong> todo género, se estableció en<br />
Chile, y cuando el asalto a Leticia, él, que como<br />
diplomático conocía a fondo las cuestiones limítrofes<br />
<strong>de</strong>l Perú, quiso evitar a su patria el<br />
sonrojo <strong>de</strong> sostener títulos' discutibles o viciados,<br />
y escribió una serie <strong>de</strong> interesantes artículos,<br />
que luégo fueron recogidos en un libro, y<br />
en los cuales, con documentos a la vista, expuso<br />
<strong>de</strong> manera clara, precisa y terminante los<br />
indiscutibles <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> <strong>Colombia</strong> a la frontera<br />
amazónica. Este sólo hecho provoca una<br />
fervorosa simpatía por el gran bardo <strong>de</strong>saparecido.<br />
242<br />
Duele pensar que un hombre como Chocano,<br />
fogoso enamorado, <strong>de</strong> espíritu aventurero,<br />
vida resonante y llena <strong>de</strong> complicaciones, <strong>de</strong><br />
fama universal y <strong>de</strong> notoriedad única, tuviera<br />
un fin tan prosaico, tan inesperado y execrable.<br />
A Chocano 10 imaginamos ver morir en duelo<br />
por una mujer hermosa; en un motín, acaudillando<br />
<strong>de</strong>scontentos <strong>de</strong> la vida ; volcado <strong>de</strong><br />
una sonora tribuna o en lo alto <strong>de</strong> una barricada<br />
con una pistola en la mano y una estrofa<br />
en los labios; pero jamás en la banca <strong>de</strong> un<br />
tranvía, con los pulmones trozados a navajazos<br />
...<br />
El hubiera sido capaz <strong>de</strong> esperar a la Muerte<br />
vestido <strong>de</strong> frac, como si aguardara a una<br />
gran dama en una cita amorosa.<br />
Que sobre su sepulcro recién cerrado coloque<br />
cada uno <strong>de</strong> los admiradores <strong>de</strong> su poesía<br />
una flor, y la pirámi<strong>de</strong> llegará hasta el cielo.<br />
Bogotá, diciembre <strong>de</strong> 1934.<br />
EL SALTO DE TEQUENDAMA<br />
La quietud <strong>de</strong>l lago,<br />
la emoción <strong>de</strong>l río<br />
y la indiferencia <strong>de</strong> las altas nieves<br />
ponen viejas notas en los nuevos himnos:<br />
no la catarata, brindis fabuloso,<br />
brindis nunca oído,<br />
brindis resonante <strong>de</strong> un millón <strong>de</strong> copas<br />
que las cumbres vuelcan sobre los abismos.<br />
Es la nota única, es la nota nueva<br />
que los primitivos<br />
no copiaron nunca, ... no copiaron nunca ...<br />
<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la clásica onomatopeya <strong>de</strong> sus cantos líricos.<br />
Una vez, en medio <strong>de</strong> una selva virgen,<br />
intenté en mis versos traducir los ritmos<br />
<strong>de</strong> un canto salvaje<br />
(<strong>de</strong> un canto salvaje que me ha perseguido<br />
obstinadamente<br />
días y semanas y mases y siglos) ;<br />
y cuando afanoso<br />
imité los ríos<br />
y fingí el jolgorio <strong>de</strong> las hojarascas<br />
y ensayé gorjeos y aprendí rugidos,<br />
hallé todo inútil,<br />
porque tales ritmos<br />
eran diferentes... eran diferentes ...<br />
<strong>de</strong> los que yo oía <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> mi mismo.<br />
©<strong>Biblioteca</strong> <strong>Nacional</strong> <strong>de</strong> <strong>Colombia</strong><br />
JORGE BAYONA POSADA
Hasta que, <strong>de</strong> pronto,<br />
(j Salve, Tequendama, gran maestro mío 1)<br />
contemplé y a un tiempo<br />
escuché el prodigio<br />
con que el Tequendama brinca en la sonora<br />
taza <strong>de</strong> un abismo,<br />
como si en el fondo la Naturaleza<br />
juntase las manos para recibirlo ...<br />
El río se arrastra<br />
por los laberintos<br />
<strong>de</strong> rocas peladas que enseñan los puños<br />
y roncas cavernas <strong>de</strong> cóncavos gritos,<br />
bajo la arquería <strong>de</strong> las ver<strong>de</strong>s frondas<br />
que encorvadamente tiemblan sobre el líquido:<br />
es como un paseo<br />
solemne y tranquilo<br />
<strong>de</strong> blandos murmullos que se <strong>de</strong>senvuelven<br />
en conversaciones llenas <strong>de</strong> suspiros.<br />
El río se arrastra .. , se arrastra. .. se arrastra ...<br />
sin otros rüidos<br />
que los <strong>de</strong> una cola que resbala apenas<br />
majestuosamente, sobre las alfombras <strong>de</strong> un palacio antiguo ...<br />
Súbito, las aguas<br />
sienten un vahído,<br />
un presagio, un soplo <strong>de</strong> misterio y sombra,<br />
hálito <strong>de</strong> fieras, hálito <strong>de</strong> abismos;<br />
y, cobar<strong>de</strong>mente,<br />
con el mudo asombro que sintiese un niño,<br />
ensanchan sus ribas, ahondan su cauce<br />
y forman un charco que yace tranquilo,<br />
bajo cien espumas todas inocentes<br />
como las sonrisas <strong>de</strong> un ángel dormido ...<br />
Plácida apariencia<br />
la que tiene el río<br />
<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l estuche <strong>de</strong> cincuenta rocas<br />
en que sonriendo se <strong>de</strong>tiene tímido;<br />
porque ve que pronto se abrirá la caja<br />
fúnebre. .. y entonces, lleno <strong>de</strong> martirio,<br />
tiene aquel instante que es como el instante<br />
siempre <strong>de</strong>cisivo<br />
en que toda el alma se recoge y piensa<br />
antes <strong>de</strong> sentirse valerosamente <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l peligro ...<br />
íY las aguas corren... corren siempre... corren ...<br />
y en el elocuente cuadro <strong>de</strong>l suicidio,<br />
entre las crispadas rocas que lo estrechan<br />
se retuerce el río<br />
y da un latigazo <strong>de</strong> cólera al aire,<br />
como una serpiente que un cóndor sacu<strong>de</strong> prendida en el pico ...<br />
':Y tiembla la caja <strong>de</strong> música, tiembla<br />
con temblQr eterno <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el alto pino<br />
©<strong>Biblioteca</strong> <strong>Nacional</strong> <strong>de</strong> <strong>Colombia</strong><br />
Sen<strong>de</strong>ros
Anónimo: 1507.<br />
Espejo <strong>de</strong> conciencia.<br />
(Al fin:)<br />
Acabo fe erte pl'eCente libro llamado Efpejo <strong>de</strong><br />
conciencia. E lo imprimio Amao guillen <strong>de</strong> brocal'<br />
maeftl'o <strong>de</strong>l a cmprenta enla ciudad <strong>de</strong> lag roño y<br />
fue acabado <strong>de</strong> imprimir a xxiij dias <strong>de</strong>l mes <strong>de</strong><br />
Abril. Año <strong>de</strong> mil y quinientos y liete.<br />
Fols. 113-I1-39-1-52-XXIV. 265 x 180 ron\.<br />
Nota.-Letra gótica. Dos columnas <strong>de</strong> 51 líneas<br />
cada una. Tres Tratados con foliación romana aparte.<br />
1 hoja en blanco al principio y otra al fin. El<br />
folio XLV está marcado con el número XLVI, y el<br />
folio LII está marcado con el número LVI, sin in·<br />
terrumpirse la exposición. La edición, que es muy<br />
hella, está perfectamente conservada.<br />
DATOS BIBLIOGRAFICOS<br />
Anóntmo<br />
Principia este libro en el folio n, así; "Aqui comienza<br />
una epístola que embio un frayle menor<br />
morador y lubdito enla cultodia <strong>de</strong> los angeles: al<br />
muy reuerendo y magnífico feñor el feñor Don<br />
AlonIo Manrique Obifpo <strong>de</strong> Badajos: fobre un tratado<br />
que fe sigue para informacíon <strong>de</strong>los crittianos:<br />
en que trata <strong>de</strong> todos los eItados."<br />
A esta epístola sigue otra <strong>de</strong>l mismo religioso, y<br />
al verso <strong>de</strong>l folio 111 se encuentra el prólogo, cuyo<br />
primer aparte está en cuerpo <strong>de</strong> imprenta <strong>de</strong> gran<br />
tamaño, y dice:<br />
" Comienza fe- el pl'ologo <strong>de</strong> efte Ubro que es lIa-<br />
CEDULA BIBLIOGRAFICA<br />
mado efpejo <strong>de</strong>la conciencia. que trata <strong>de</strong> todos los<br />
e ftados: en que en el principio <strong>de</strong>l <strong>de</strong>mueltra quam<br />
peligrofo eItado tienen los caualleros y leñores<br />
temporales fino hazen y guardan en Ii y en rus<br />
pueblos y rubditos aquello que son obligados."<br />
La obra Espejo <strong>de</strong> la Conciencia está compuesta<br />
<strong>de</strong> tres tratados: el primero tiene 113 folios y 2<br />
hojas <strong>de</strong> índice; el segundo tiene 39 folios y 1 hoja<br />
<strong>de</strong> índice; el tercero tiene 52 folios y 24 hojas sin<br />
foliación, que compren<strong>de</strong>n "los cafos <strong>de</strong> sentenIiI\<br />
<strong>de</strong> <strong>de</strong>scomunion fIlle el papa pronuncia cada año<br />
el jueves <strong>de</strong> la crna. E la abfolución <strong>de</strong>llos es al<br />
papa referida: el tenor <strong>de</strong> los quales es elte que<br />
:ligur."<br />
Esta edición <strong>de</strong>l Espejo <strong>de</strong> la Conciencia coinciu\l<br />
exactamente con la edición que cHa Paláu y Dulcet<br />
(t. m, p. 145), Y <strong>de</strong> la cual dice:<br />
"El único ejemplar conocido existe en la <strong>Biblioteca</strong><br />
Colombina. Nicolás Antonio dice que escribió<br />
estos tres Tratados Fr. Juan Bautista Viñones. Otros<br />
lo han clasificado bajo el nombre <strong>de</strong> Gaspar <strong>de</strong><br />
Avila, creyendo que el impresor <strong>de</strong> Toleuo <strong>de</strong>l mis·<br />
mo nombl"e era el autor.<br />
"La segunda edición conocida es <strong>de</strong> Sevilla, por<br />
Juan Vare la <strong>de</strong> Salamanca. Acabase a quatro dias<br />
<strong>de</strong>l mes <strong>de</strong> lulio. Año <strong>de</strong> miL e quinientos e trece<br />
años."<br />
y en seguida hace una enumeraeión <strong>de</strong> las ediciones<br />
<strong>de</strong> Espejo. <strong>de</strong> Conciencia posteriores a la edición<br />
<strong>de</strong> la <strong>Biblioteca</strong> <strong>Nacional</strong> <strong>de</strong> Borfotá.<br />
©<strong>Biblioteca</strong> <strong>Nacional</strong> <strong>de</strong> <strong>Colombia</strong>
IDEAS BOLIVARIANAS SOBRE EDUCACION PUBLICA<br />
Sesión extraordinaria <strong>de</strong> la Sociedad Bolivariana <strong>de</strong> <strong>Colombia</strong> el<br />
18 <strong>de</strong> octubre <strong>de</strong> 1934, día onomástico <strong>de</strong>l Libertador Simón Bolívar.<br />
Se reunió la Sociedad en M!sIón pública<br />
en la Universidad Javerlana· PresidIó Monsetior<br />
José V. Castro Silva y estuvieron presentes<br />
los socios sefiores: Eduardo Posada,<br />
Daniel ArIas Argáez, Manuel A. Dous<strong>de</strong>bés,<br />
Aarón Benchetrit, Julio M. Santan<strong>de</strong>r, Arturo<br />
Quijano, Luis Felipe Angulo, Julio J.<br />
Dupuy, Padre Félix Restrepo, Antonio Tamayo,<br />
Pablo Garc!a <strong>de</strong> La Parra, Eduardo<br />
M1chelsen, J. E. Lefevre, minlstro <strong>de</strong> Pana_<br />
má, Manuel F. Obregón, Luis Alejandro<br />
Gaitán, Guillermo Tovar ViUota, José Manuel<br />
Pacheco Goenaga y Luis Felipe Fonseca<br />
y Fonseca, secretario <strong>de</strong> la Junta Directiva.<br />
Asistentes <strong>de</strong> Honor: Excmo. Sr. Emilio<br />
Zapico y Zarraluqul, Ministro <strong>de</strong> Espatia,<br />
sefioras <strong>de</strong> Belatln<strong>de</strong> y <strong>de</strong> Valdés y doctores<br />
Correa y OrUz <strong>de</strong> Ceba.llos, Secretarios<br />
<strong>de</strong> la LegacIón <strong>de</strong>l Perú. La lectura. histórica<br />
titulada "I<strong>de</strong>as bolivarianas sobre educacIón<br />
pública" estuvo a cargo <strong>de</strong>l sefior D.<br />
Gu11lermo Hernán<strong>de</strong>z <strong>de</strong> Alba, a quIen se<br />
recibió ese cUa como a miembro <strong>de</strong> ntlmel'o.<br />
Igualmente recibieron su dIploma <strong>de</strong> socios<br />
<strong>de</strong> número, <strong>de</strong> acuerdo con los Estatutos <strong>de</strong><br />
la Sociedad, los Excmos. sefiores ministros<br />
<strong>de</strong>l Pero y <strong>de</strong> Bolivia, doctor Víctor Andrés<br />
Belatln<strong>de</strong> y doctor Jorge Valdés.<br />
Una tar<strong>de</strong> <strong>de</strong>l mes <strong>de</strong> septiembre <strong>de</strong> 1810,<br />
en la resi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> la calle Grafton, hogar <strong>de</strong>l<br />
Precursor don Fl.'ancisco <strong>de</strong> Miranda, el embajador<br />
<strong>de</strong> la Capitanía General <strong>de</strong> Venezuela<br />
en Londres, coronel don Sim6n BoUvar, escuchó<br />
entusiasmado <strong>de</strong> labios <strong>de</strong>l fogoso innovador<br />
<strong>de</strong> la pedagogía, don José Lancaster, la<br />
exposici6n <strong>de</strong> su nuevo sistema educativo. Con<br />
esa su vivacidad característica cayeron sobre<br />
Bolívar las nuevas inolvidables impresiones que<br />
un día se harán palpables <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l pensamiento<br />
educativo <strong>de</strong>l gran Libertador. Las<br />
i<strong>de</strong>as <strong>de</strong>l británico se conjugaron ampliamente<br />
con las i<strong>de</strong>as <strong>de</strong>l caraqueño, y hechas jirones<br />
quedaron esparcidas a través <strong>de</strong> la carrera <strong>de</strong><br />
Bolívar. Anhelo yo formar con ellas un haz que<br />
254<br />
las reúna y así juntas presentarlas ante vosotros<br />
esta tar<strong>de</strong>.<br />
Amparado por este generoso asilo, monumento<br />
abierto a las auras <strong>de</strong> la patria, y que<br />
un día oyó <strong>de</strong> labios <strong>de</strong>l Padre la promesa máxima:<br />
"Yo ofrezco que ningún objeto será <strong>de</strong> tanta<br />
preferencia para mí, en 10 sucesivo, como la<br />
dirección <strong>de</strong> esos retoños <strong>de</strong> la vida, <strong>de</strong> esos<br />
ciudadanos que van a ser los sucesores <strong>de</strong> nuestros<br />
<strong>de</strong>rechos, <strong>de</strong> nuestra libertad y <strong>de</strong> nuestra<br />
in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia, para que conserven estos<br />
preciosos bienes por sus virtu<strong>de</strong>s y su ilustración.<br />
La instrucción que enriquece las faculta<strong>de</strong>s<br />
<strong>de</strong>l alma, es el complemento <strong>de</strong> la naturaleza.<br />
Yo dirigiré, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> ahora, mis pasos a<br />
la instrucción <strong>de</strong> los pueblos."<br />
tAl<br />
"El hombre, ha dicho Taine, es la adición <strong>de</strong><br />
su raza". La filiación filosófica <strong>de</strong>l Padre <strong>de</strong> la<br />
patria no se arraiga en el filosofismo ambiente,<br />
ni ha <strong>de</strong> buscarse en los cánones viejos. Un<br />
soplo <strong>de</strong> viento, viento <strong>de</strong> fronda, como dijo<br />
alguno, sopló recio en el litoral americano. Pero<br />
ni Antonio Nariño es <strong>de</strong> la casta <strong>de</strong> Francisco<br />
Javier Caro, ni Simón Bolívar lo es <strong>de</strong> la <strong>de</strong><br />
Emparán. El ciclo abierto por las ciencias naturales<br />
en la Nueva Granada <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la cá.tedra<br />
<strong>de</strong> Celestino Mutis se cierra con el Precursor.<br />
Más rápido aún, aunque no estrecho, el Padre<br />
Andújar es el Mutis y Bosio <strong>de</strong> Simón Bolívar.<br />
De aquí surgió el ecléctico. Tres siglos <strong>de</strong><br />
divagaciones metafísicas se enfrentan en lucha<br />
con la física pura; el ente <strong>de</strong> razón <strong>de</strong>fien<strong>de</strong><br />
su avanzada y, por sobre la vieja tradición,<br />
la tierra ya no pue<strong>de</strong> ser <strong>de</strong>tenida en su<br />
movimiento rotatorio. Al principio es fuente<br />
©<strong>Biblioteca</strong> <strong>Nacional</strong> <strong>de</strong> <strong>Colombia</strong>
Sen<strong>de</strong>ros<br />
=<br />
visita <strong>de</strong>l norteamericano Hiram Paulding. Departen<br />
confi<strong>de</strong>ncialmente y, una mañana, cuenta<br />
el yankee en rasgo memorable <strong>de</strong> Bolívar eu<br />
campaña, rodó la conversación sobre asuntos<br />
religiosos y dijo el Libertador: "La libertad<br />
<strong>de</strong> religión <strong>de</strong>be ser consecuencia <strong>de</strong> las instituciones<br />
libres y <strong>de</strong> un sistema <strong>de</strong> educación<br />
general. Yo he hecho establecer el sistema lancasteriano<br />
en todo <strong>Colombia</strong>, yeso sólo hará a<br />
la generación veni<strong>de</strong>ra muy superior a la presente".<br />
Catorce años han pasado <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su entrevista<br />
con el innovador inglés y Bolívar no olvida las<br />
impl'esiones recibidas. Lancaster en oposición<br />
a Bell <strong>de</strong> quien toma su sistema, educa a sus<br />
discípulos a base <strong>de</strong> la moral natural, con prescin<strong>de</strong>ncia<br />
<strong>de</strong> todo credo religioso, <strong>de</strong>jando al<br />
libre albedrío <strong>de</strong> sus alumnos el que éstos, según<br />
su criterio, escojan la doctrina que a bien<br />
tengan, y esto, hasta el momento, cautiva a<br />
Bolívar lo propio que el sistema pedagógico <strong>de</strong><br />
los monitores que estimula po<strong>de</strong>rosamente a<br />
los educandos y los lleva a superarse.<br />
Des<strong>de</strong> el 25 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 1824 el pedagogo inglés<br />
está en Caracas. Le animan los más po<strong>de</strong>l'<br />
osos i<strong>de</strong>ales para completar la obra <strong>de</strong> la libertad.<br />
Tan buena nueva sorpren<strong>de</strong> a Bolívar<br />
en Lima. La misiva <strong>de</strong> Lancaster le dice:<br />
"Ha producido en mi mente las más agradables<br />
reflexiones el hecho <strong>de</strong> que la juventud<br />
<strong>de</strong> tu ciudad natal sea la primera que experimente<br />
en <strong>Colombia</strong> el beneficio completo <strong>de</strong> mi<br />
sistema; que los ciudadanos <strong>de</strong> Caracas sean<br />
los primeros, estando tú ausente y a una gran<br />
distancia, en aprovechar la ocasión no sólo invitándome<br />
a venir aquí sino tomando medidas<br />
que servirán <strong>de</strong> mo<strong>de</strong>lo gran<strong>de</strong> y provechoso<br />
para tu patria.<br />
"Convencido estoy, por cuanto veo y oigo,<br />
que la emancipación <strong>de</strong> la mente en la juventud<br />
<strong>de</strong> tu ciudad natal y <strong>de</strong> tu patria, es la única<br />
medida que al parecer falta para coronar las<br />
liberta<strong>de</strong>s con la plenitud <strong>de</strong> la gloria y el honor.<br />
La educación solamente pue<strong>de</strong> efectuar esa<br />
tarea, y espero que ya que mi sistema excitó en<br />
tu mente un interés tan vivo y po<strong>de</strong>roso cuando<br />
estabas en Londres, recibirá ahora tu aprobación<br />
<strong>de</strong>cidida y tu apoyo personal".<br />
La carta le llega en momento en que el Con-<br />
256<br />
-greso <strong>de</strong>l Perú, rivalizando en generosidad con<br />
. sus libertadores, <strong>de</strong>creta a favor <strong>de</strong> Bolívar una<br />
recompensa <strong>de</strong> un millón <strong>de</strong> pesos. El <strong>de</strong>sinterés<br />
<strong>de</strong>l Presi<strong>de</strong>nte se resiste y viene un duelo<br />
<strong>de</strong> notas que hacen alto honor a entrambas<br />
partes. El Congreso <strong>de</strong>ci<strong>de</strong> la contienda, or<strong>de</strong>nando<br />
que la cuantiosa suma se reparta entre<br />
los soldados victoriosos y la ciudad cuna <strong>de</strong>l<br />
genio <strong>de</strong> América. Que para el hijo que la inmortalizó,<br />
basta la medalla or<strong>de</strong>nada por el<br />
propio gobierno, porque ella sola colma la medida<br />
<strong>de</strong> los ilimitados <strong>de</strong>seos <strong>de</strong>l fundador <strong>de</strong><br />
la Gran <strong>Colombia</strong>.<br />
En Caracas la buena nueva es acogida y el<br />
pedagogo inglés encuentra colmados sus <strong>de</strong>seos:<br />
"El Gobierno <strong>de</strong>l Perú ha sido muy generoso<br />
conmigo <strong>de</strong> mil modos, escribe Bolívar<br />
a Lancaster, y poniendo a<strong>de</strong>más un millón <strong>de</strong><br />
pesos a mis ór<strong>de</strong>nes para el beneficio <strong>de</strong> los<br />
colombianos. La educación pública llamará mi<br />
preferencia en el reparto <strong>de</strong> este fondo. Por lo<br />
mismo no tengo el menor inconveniente en promover<br />
la mejora <strong>de</strong> los establecimientos <strong>de</strong><br />
educación que usted dirige con su hermoso<br />
genio."<br />
Las escuelas <strong>de</strong>l nuevo sistema nacieron en<br />
Caracas dotadas por el Libertador sobre la fe<br />
<strong>de</strong> la generosa donación <strong>de</strong>l PerÍl. Veinte mil<br />
pesos recibe Lancaster en una letra, protestada<br />
cuando el instituto había comprado, según<br />
lo convenido, libros, instrumentos, imprenta ...<br />
Sin fondos el Perú, fallido su empréstito extranjero,<br />
Bolívar, en las postrimerías <strong>de</strong> su vida,<br />
hubo <strong>de</strong> or<strong>de</strong>nar, al confi<strong>de</strong>nte incomparable<br />
Fernán<strong>de</strong>z <strong>de</strong> Madrid, la re<strong>de</strong>nción <strong>de</strong> aquella<br />
<strong>de</strong>uda con libranzas sobre las minas <strong>de</strong> Aroa,<br />
único patrimonio que le restaba al antes acaudalado<br />
caraqueño. El Padre <strong>de</strong> la patria lo fue<br />
también <strong>de</strong> las escuelas <strong>de</strong> Lancaster.<br />
Crecieron pues los nuevos ciudadanos aUmentados<br />
con la doctrina inglesa. El Cabildo<br />
caraqueño <strong>de</strong>l año 25 mueve una tempestad<br />
contra la nueva forma pedagógica que casi la<br />
aniquila, a tal punto que Bolívar escribe:<br />
"Mas cuál ha sido mi sorpresa al saber, que<br />
la M. I. Municipalidad <strong>de</strong>l año pasado en lugar<br />
<strong>de</strong> propen<strong>de</strong>r a que se extendiese un plan tan<br />
útil a la juventud <strong>de</strong> Caracas lo ha combatido<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> su principio. Por esta consi<strong>de</strong>ración es<br />
©<strong>Biblioteca</strong> <strong>Nacional</strong> <strong>de</strong> <strong>Colombia</strong>
que al fin me he <strong>de</strong>terminado a dirigirme a V.<br />
S. l. con el objeto <strong>de</strong> reclamar contra un abuso<br />
que aún no puedo creer, y a interesar el celo<br />
y patriotismo <strong>de</strong> esa Municipalidad a fin <strong>de</strong><br />
que, lejos <strong>de</strong> oponerse a las miras verda<strong>de</strong>ramente<br />
benéficas <strong>de</strong>l señor Lancaster, les preste<br />
toda aquella protección que es su <strong>de</strong>ber dar<br />
a establecimientos que tiendan a la propagación<br />
<strong>de</strong> las luces, y que interesa tan inmediatamente<br />
al pueblo que ella tiene el honor <strong>de</strong> representar."<br />
y es en estos mismos días cuando escribe páginas<br />
inolvidables que encierran todo su pensamiento<br />
sobre educación e instrucción públicas:<br />
"El Gobierno forma la moral <strong>de</strong> los pueblos,<br />
los encamina a la gran<strong>de</strong>za, a la prosperidad y<br />
al po<strong>de</strong>r. ¿ Por qué? Porque teniendo a su cargo<br />
los elementos <strong>de</strong> la sociedad, establece la educación<br />
pública y la dirige. La nación será sabia,<br />
virtuosa, guerrera si los principios <strong>de</strong> su educación<br />
son sabios, virtuosos y militares: ella<br />
será imbécil, supersticiosa, afeminada y fanática<br />
si se la cría en la escuela <strong>de</strong> estos errores.<br />
Por esto es que las socieda<strong>de</strong>s ilustradas, han<br />
puesto siempre la educación entre las bases <strong>de</strong><br />
sus instituciones políticas. Véase la República<br />
<strong>de</strong> Platón. Mas, ¿para qué hemos <strong>de</strong> examinar<br />
teorías? Véase a A tenas la madre <strong>de</strong> las ciencias<br />
y <strong>de</strong> las artes; a Roma, la señora <strong>de</strong>l mundo;<br />
a la virtuosa e invencible Esparta; a la República<br />
<strong>de</strong> los Estados Unidos, el trono <strong>de</strong> la<br />
libertad, y el asilo <strong>de</strong> las virtu<strong>de</strong>s. ¿ De dón<strong>de</strong><br />
sacaron, exclama, lo que han sido, y lo que son?<br />
y ahora sus palabras se hacen dogma. Escuchadle:<br />
"En efecto: las naciones marchan hacia<br />
el término <strong>de</strong> s u gran<strong>de</strong>za, con el mismo<br />
paso con que camina la educación. Ellas vuelan,<br />
si ésta vuela, retrogradan, si retrograda,<br />
se precipitan y hun<strong>de</strong>n en lo oscuridad, si se<br />
corrompe, o absolutamente se abandona."<br />
"El Director <strong>de</strong> una escuela, escribe, es <strong>de</strong>cir,<br />
el hombre generoso y amante <strong>de</strong> la Patria,<br />
que sacrificando su reposo y su libertad se consagra<br />
al penoso ejercicio <strong>de</strong> crearle ciudadanos<br />
al Estado, que le <strong>de</strong>fiendan, le ilustren, le santifiquen,<br />
le embellezcan y le engendren otros<br />
tan dignos como él, es sin duda benemérito <strong>de</strong><br />
la Patria: merece la veneración <strong>de</strong>l Pueblo y el<br />
©<strong>Biblioteca</strong> <strong>Nacional</strong> <strong>de</strong> <strong>Colombia</strong><br />
Sen<strong>de</strong>ros<br />
aprecio <strong>de</strong>l Gobierno. El <strong>de</strong>be alentarle y conce<strong>de</strong>rle<br />
distinciones honrosas.<br />
"Claro está, que no hablo <strong>de</strong> los que llaman<br />
Maestros <strong>de</strong> Escuela: es <strong>de</strong>cir <strong>de</strong> aquellos hombres<br />
comunes, que armados <strong>de</strong>l azote, <strong>de</strong> un<br />
ceño tétrico, y <strong>de</strong> una <strong>de</strong>clamación perpetua<br />
ofrecen, más bien la imagen <strong>de</strong>l Plutón, que la<br />
<strong>de</strong> un filósofo benigno.<br />
"Aquí se enseñan más preocupaciones que<br />
verda<strong>de</strong>s: es la escuela <strong>de</strong> los espíritus serviles,<br />
don<strong>de</strong> se apren<strong>de</strong> con otros vicios el disimulo<br />
y la hipocresía, y don<strong>de</strong> el miedo no permite<br />
al corazón el goce <strong>de</strong> otra sensación. Fuera<br />
semejantes tiranos: que vayan a Salamanca<br />
que allí tendrán lugar."<br />
Lejos, muy lejos, anhela el Libertadol'. ver<br />
aherrojados los nombres maestro y escuela, que<br />
ésta se llame Sociedad y aquél, Director.<br />
y ¿ cuál el sistema pedagógico bolivariano?<br />
"Formar el espíritu y el corazón <strong>de</strong> la juventud,<br />
hé aquí la ciencia <strong>de</strong>l Director: este es<br />
su fin. Cuando su pru<strong>de</strong>ncia y habilidad llegaron<br />
a grabar en el alma <strong>de</strong> los niños los principios<br />
cardinales <strong>de</strong> la virtud y <strong>de</strong>l honor; cuando<br />
consiguió <strong>de</strong> tal modo disponer su corazón<br />
por medio <strong>de</strong> ejemplos y <strong>de</strong>mostraciones sencillas<br />
que se inflamen más a la vista <strong>de</strong> una<br />
divisa que los honra, que con la oferta <strong>de</strong> una.<br />
onza <strong>de</strong> oro; cuando los inquieta más la consi<strong>de</strong>ración<br />
<strong>de</strong> no acertar a merecer el premio,<br />
o con el sufrimiento <strong>de</strong> un sonrojo, que la privación<br />
<strong>de</strong> los juguetes y diversiones a que son<br />
aficionados, entonces, es cuando ha puesto el<br />
fundamento sólido <strong>de</strong> la Sociedad, ha clavado<br />
el aguijón que inspirando una noble audacia a<br />
los niños, se sienten con fuerza para arrostrar<br />
el halago <strong>de</strong> la ociosidad, por consagrarse al<br />
trabajo. La juventud va a hacer progresos<br />
inauditos en las artes y ciencias ...<br />
"Los premios y castigos morales, <strong>de</strong>ben ser<br />
el estímulo <strong>de</strong> racionales tiernos; el rigor y el<br />
azote, el <strong>de</strong> las bestias. E'ste sistema produce la<br />
elevación <strong>de</strong>l espíritu, nobleza y dignidad en<br />
los sentimientos, <strong>de</strong>cencia en las acciones. Contribuye<br />
en gran manera a formar la moral <strong>de</strong>l<br />
hombre, creando en su interior este tesoro<br />
inestimable, por el cual es justo, generoso, humano,<br />
dócil, mo<strong>de</strong>rado, en una palabra, hombre<br />
<strong>de</strong> bien."<br />
y aquí vienen nítidos preceptos para el fiel<br />
257
Sen<strong>de</strong>ros<br />
cumplimiento <strong>de</strong> la educación. Máximas inalterables<br />
para el buen educador, sistemas pedagógicos<br />
notables, aseo, mucho aseo; modales finos,<br />
dicción clara; previene el escollo <strong>de</strong> los<br />
barbarismos y los solecismos y encarga que<br />
"se llamen las cosas con sus propios nombres,<br />
sin alterarlos". Los monitores <strong>de</strong> Lancaster, y<br />
el todo las escuelas públicas "porque a<strong>de</strong>más<br />
<strong>de</strong> las ventajas que proporciona el roce y trato<br />
con gentes <strong>de</strong> distintos genios, aquí, dice, es<br />
don<strong>de</strong> se contraen las verda<strong>de</strong>ras amista<strong>de</strong>s,<br />
aquellas que duran para toda la vida. Siguiendo<br />
esta i<strong>de</strong>a, yo haría, escribe Bolívar, que cada<br />
niño eligiera otro <strong>de</strong> la sociedad a su gusto,<br />
estrechándose con él más que con ninguno otro.<br />
El objeto <strong>de</strong> este enlace podía ser el <strong>de</strong> <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>rse<br />
recíprocamente <strong>de</strong>lante <strong>de</strong>l Director, y en<br />
cualesquiera otra ocasión, auxiliarse, partir las<br />
comodida<strong>de</strong>s, corregirse, y estar unidos". Oh!<br />
las terribles y combatidas amista<strong>de</strong>s particulares,<br />
con que en nuestros colegios se conoce esta<br />
alianza!<br />
El Libertador prescribe textos y métodos y<br />
establece "Para apren<strong>de</strong>r los principios <strong>de</strong> la<br />
Historia Sagrada, y <strong>de</strong> la Religión, el Catecismo<br />
<strong>de</strong> Flery y el Padre Astete". ¿ No es el<br />
Lord Chesterfield católico que os insinúe?<br />
i La hora <strong>de</strong> prueba ha sonado ya! Los dulces<br />
días <strong>de</strong>l palacio <strong>de</strong> La Magdalena, se tornan<br />
en la torturante expectativa <strong>de</strong>l <strong>de</strong>rrumbamiento.<br />
Todo amenaza perecer: hombres, i<strong>de</strong>as e<br />
instituciones chocan víctimas <strong>de</strong>l cataclismo.<br />
La carta Boliviana, como un huracán lo arre-<br />
258<br />
©<strong>Biblioteca</strong> <strong>Nacional</strong> <strong>de</strong> <strong>Colombia</strong><br />
molina todo. De estos claustros <strong>de</strong> San Bartolomé,<br />
se precipitan avasalladoras las doctrinas <strong>de</strong><br />
Bentham y Tracy, haciendo fulgurar el puñal<br />
parricida. Las i<strong>de</strong>as se han vuelto contra el<br />
que regó la semilla. Y ahora frente a frente, se<br />
miran el río y el mar. El choque es funesto. El<br />
que estampó en el Código: "El <strong>de</strong>sarrollo moral<br />
<strong>de</strong>l hombre es la primera intención <strong>de</strong>l Legislador:<br />
luégo que este <strong>de</strong>sarrollo llega a lograrse,<br />
el hombre apoya su moral en las verda<strong>de</strong>s<br />
reveladas, y profesa <strong>de</strong> hecho, la Religión,<br />
que es tanto más eficaz, cuanto que la<br />
ha adquirido por investigaciones propias", dicta<br />
el célebre <strong>de</strong>creto proscribiendo el libre examen<br />
anatematizando el sensualismo y creando<br />
en las Universida<strong>de</strong>s y Colegios, la cátedra <strong>de</strong><br />
Moral católica, cifra y base <strong>de</strong> toda educación.<br />
El dogma bolivariano hecho realidad:<br />
"Las naciones marchan hacia el término <strong>de</strong><br />
su gran<strong>de</strong>za con el mismo paso con que camina<br />
la eduGación:<br />
"Ellas vuelan, si ésta vuela: retrogradan si<br />
rtrograda; se precipitan y hun<strong>de</strong>n en la oscuridad,<br />
si se corrompe, o absolutamente se abandona".<br />
GUILLERMO HERNANDEZ DE ALBA<br />
De la Aca<strong>de</strong>mia <strong>Colombia</strong>na <strong>de</strong> Historia.<br />
Bibliografía: Memorias <strong>de</strong>l General O'Leary. Tomo<br />
XII-Caracas 1881. Vicente Lecuna, Papeles <strong>de</strong> Bolívar<br />
Caracas 1917, y Cartas <strong>de</strong>l Libertador, 10 volúmenes.<br />
Caracas 1930. Boletín <strong>de</strong> la Aca<strong>de</strong>mia <strong>Nacional</strong> <strong>de</strong> la<br />
Historia-Caracas-Venezuela, tomo xvn, número 66.<br />
Leyes y Decretos <strong>de</strong> <strong>Colombia</strong>, 1819 a 1828.