Contos de ida e volta Contos de ida e volta Contos de ida e volta
Contos de ida e volta Contos de ida e volta Contos de ida e volta
Contos de ida e volta Contos de ida e volta Contos de ida e volta
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Érase una vez tres hermanos muy pobres que,<br />
cuando murieron sus padres, recibieron por<br />
toda herencia una escalera el mayor, un gallo el<br />
mediano y una hoz el más joven.<br />
Un día el mediano <strong>de</strong>cidió hacerse al mundo en<br />
busca <strong>de</strong> fortuna con su gallo <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong>l brazo,<br />
y tras mucho caminar llegó a un lugar don<strong>de</strong><br />
la gente creía que, si no iban a buscar el día, la<br />
noche nunca se acabaría. Así que los vecinos<br />
uncían los bueyes a medianoche, y se turnaban<br />
para ir en busca <strong>de</strong>l día. Cuando le contaron<br />
aquello al <strong>de</strong>l gallo, les dijo que él tenía un<br />
aparato que traía el día sin neces<strong>ida</strong>d <strong>de</strong> uncir ni<br />
vacas ni bueyes, y aquella misma mañana se lo<br />
<strong>de</strong>mostró a los incrédulos parroquianos. El gallo<br />
cantó una vez, y la gente le preguntó qué <strong>de</strong>cía:<br />
−Dice que ensegu<strong>ida</strong> llega −les contestó él, y<br />
todos siguieron expectantes.<br />
El gallo cantó <strong>de</strong> nuevo y los vecinos preguntaron<br />
otra vez qué <strong>de</strong>cía, a lo que él respondió:<br />
−Dice que ya está llegando.<br />
Cuando el animal cantó por tercera vez, volvieron<br />
a preguntar todos intrigados, y él les dijo:<br />
−Dice que abran las ventanas, que ya ha llegado<br />
el día.<br />
c u e n t o s d e i d a y v u e l t a<br />
el gallo, la hoz y la escalera<br />
Los vecinos, al ver lo bien que funcionaba aquel<br />
aparato, reunieron entre todos un montón <strong>de</strong><br />
dinero y se lo compraron al joven que, ya rico,<br />
regresó a la casa con sus hermanos.<br />
Viendo la fortuna que había traído, el más joven<br />
quiso imitarlo y allá se marchó hoz en mano.<br />
Tras mucho caminar, llegó a una al<strong>de</strong>a cuyos<br />
habitantes estaban tan atrasados que para segar<br />
tenían una navaja por todo apero, y mientras<br />
uno tiraba <strong>de</strong> la hierba, el otro la cortaba. Al ver<br />
aquello, nuestro joven les preguntó si no tenían<br />
otro modo <strong>de</strong> hacerlo, y ellos le contestaron que<br />
no, que era todo lo que sabían.<br />
−Pues miren, yo tengo una máquina que<br />
corta la hierba a las mil maravillas.<br />
Se puso a segar con la hoz al lado <strong>de</strong> aquella<br />
gente y, viendo lo mucho que se avanzaba<br />
con aquel aparato, le ofrecieron por él todo el<br />
dinero que tenían en la al<strong>de</strong>a. Y así fue como el<br />
hermano más joven también volvió rico al lado<br />
<strong>de</strong> los otros dos.<br />
Viéndose todavía pobre, y con los hermanos<br />
ya ricos, el mayor <strong>de</strong> los tres se echó también<br />
al mundo con la escalera a cuestas. Pero, por<br />
más vueltas que daba, no sabía qué fortuna<br />
65