Carme Ruscalleda - Damm

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Jóvenes, modernos, deambulando por la calle con un lápiz y una libretita
en mano, adictos a la cámara de fotos... Son las cosas que a uno le
vienen a la cabeza cuando piensa en un coolhunter y en la mayoría de
los casos es puro mito. Otro tópico es que sólo se dedican a la moda.
Por ejemplo, sectores como el de la hostelería, beben de su
conocimiento para afianzar o lanzar nuevos proyectos.
Lejos de la imagen preconcebida de
los cazatendencias, su trabajo se
desempeña en gran medida en los
despachos. Daniel Córdoba-Mendiola,
fundador de la consultoría The Hunter asegura
que «hay que intentar saber mirar y analizar
aquello que ves en función del objetivo del
cliente que te contrata».
Observar e interpretar
Aunque nació en Estados Unidos,
esta nueva profesión surgida a finales
de los ochenta se instaló en varios países,
entre ellos España, donde está cada vez
un poco más presente. En ella confluyen
varias especialidades como el marketing,
la publicidad, la investigación, la psicología
y la sociología, que le dan un carácter
multidisciplinar. Ante todo, los coolhunters
deben ser personas observadoras e intuitivas.
Tienen el ojo entrenado para percibir
lo que está pasando en su entorno;
funcionan como un escáner cultural y social
que capta frecuencias y ritmos, y sintoniza con
las ondas que mueven la sociedad. Para ellos
el futuro es presente. Las empresas, para
seguir vivas, deben diferenciarse de la
competencia y para conseguirlo lo ideal es
conocer las tendencias para poder ir un paso
por delante de los demás. Ellas serán las
encargadas de masificarlo y extenderlo entre
los consumidores. Pero no sólo hablamos
de productos o de moda, sino también de
hábitos: tener un entrenador personal,
comer sano, tomar una determinada cerveza,
frecuentar un local... son algunos ejemplos de
su labor. Su trabajo lleva implícito viajar mucho:
«cuando estamos en otras ciudades vemos
cosas que funcionan y que luego podemos
sugerir a los clientes. Aunque el riesgo siempre
existe», puntualiza. La investigación de
tendencias se basa en las herramientas de la
investigación cualitativa y cuantitativa que se
utilizan desde siempre, aunque aplicadas en
este caso a «descubrir cuáles son los valores,
las inquietudes o los elementos en común para
poder luego saber cuáles son las tendencias
y alinearse con ellas o bien anticiparse».
Entre la tradición y la modernidad
Pero, ¿cuál es el secreto para triunfar en
una ciudad como Barcelona? Evidentemente
no existe ninguna receta mágica pero Daniel
lo tiene claro: «el secreto está en ser moderno
sin asociarlo directamente con estar de moda.
Ser nuevo sin ser la novedad, ya que la
hostelería es un sector más clásico de lo que
parece», añade. De hecho, la Ciudad Condal
se ciñe a unos valores muy determinados
como son la conveniencia y la dualidad entre
la tradición y la modernidad, con lo cual
sorprender al cliente es muy complicado.
reportatge #04
Una de las modalidades que están
marcando tendencia son los bares y
restaurantes de hotel,que están apostando
muy fuerte para seducir al público local.
Otra modelidad son los locales que permiten
disfrutar de música en directo mientras
se saborea alguno de sus platos, así como
las tiendas que recogen la dualidad entre
la tradición y la modernidad.