maqueta definitiva.pdf - Colegio Nuestra Señora del Pilar

crónicas
colegiales
Recordando a D. Daniel Hernández
Quiero aprovechar la
oportunidad que me ofrece
la revista Soy Pilarista
para recordar a Daniel
Hernández, marianista y
profesor de Tecnología y
Religión en 2º de ESO: para
unos, nuestro amigo y
compañero; para otros, su
profesor y/o a su tutor.
Hace unos meses, en
concreto en el mes de junio,
nos dijo que el Provincial de los Marianistas le
había comunicado que, a partir del mes de septiembre,
tenía que hacerse cargo de la Dirección de
la casa marianista de Siquem, en Carabanchel y,
por lo tanto, tenía que dejar la enseñanza en el
Colegio y como buen religioso, siempre dispuesto,
había aceptado el nombramiento.
Son ocho los años que hemos compartido
desde aquel septiembre de 1997, cuando Daniel
hizo su presentación en el primer Claustro de
Profesores del nuevo curso.
Son muchas cosas positivas las que nos ha
dejado y alguna quiero señalar con cariño en estos
momentos; muchas otras, sin duda, quedarán en el
tintero y de otras, aunque Daniel esté un poco más
lejos, de vez en cuando seguiremos hablando.
Quiero recordar que una de las primeras frases
que pronunció estando ya reunido el Equipo
Docente de 2º de ESO fue: ¿qué hay que hacer Sr.
Coordinador?. Esta frase, que ha repetido con relativa
frecuencia lo largo de los años que hemos
trabajado juntos, pienso que es indicativa de la actitud
y el carácter de Don Daniel.
Don Daniel era y sigue siendo, ante todo, una
persona predispuesta para la acción. Es un hombre
dinámico, en el amplio sentido físico de la palabra.
Es un hombre que, en su vida, desconoce el
término ocioso.
Esta capacidad innata de acción hacía que
siempre estuviera dispuesto a echarte una mano en
todo aquello que pudiera cuando te veía apurado.
Siempre encontraba el tiempo para hacerte un favor
o para atenderte ante cualquier cosa que le pi-
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dieras. De la misma manera, le hacía un hombre de
agenda: Tengo que hacer esto, lo otro, lo de más
allá, decía frecuentemente. Vivía cronometrado.
Daniel en todo su quehacer diario se ha mostrado
como un hombre recto, sincero y cumplidor
estricto del horario y de los acuerdos tomados, para
sí mismo y para los demás. Puntual, más que el
reloj de campanas del colegio; si no, que se lo pregunten
a muchos de sus compañeros y también a
sus ex alumnos. Hasta tal punto esto era así, que
las personas que vivíamos a su alrededor nos sentíamos
contagiados por esta especie de magnetismo,
por esta forma de ser.
Don Daniel también tiene otros valores todavía
más profundos más allá de sea imagen en unos
casos, de exigencia, en otros de superficialidad, de
bromista o juerguista empedernido. Aunque no
predicara en los púlpitos o en la iglesia, en su interior,
siempre ha manifestado una fe bien enraizada
que es la que, en definitiva, orienta, dirige y da
sentido a su vida. Creo que es esta fe la que le hace
vivir con ese dinamismo, ese optimismo y alegría
continua; la que le lleva a sentirse bien, a
aprovechar toda ocasión para organizar un encuentro,
una comida, tomar un café, charlar…
En definitiva, Daniel es un hombre que ante
el trabajo, siempre ha sido el primero, ante la juerga
y diversión también y ante su fe y obediencia
religiosa no se queda atrás.
Por todo ello, quiero agradecerte estos ocho
años que hemos vivido y compartido. Lo hago en
nombre propio y en general de todos los compañeros
que hemos trabajado juntos, especialmente los
profesores del primer ciclo de ESO que, como yo,
hemos estado y seguiremos estando a tu lado.
Te deseamos todo lo mejor en este nuevo trabajo
que has emprendido a favor de los marianistas
más queridos: los mayores y los más necesitados.
También te pedimos que de vez en cuando te
escapes y nos hagas una visita, que tu ausencia ha
dejado esto demasiado tranquilo, sobre todo a tu
equipo de mus.
Mariano Gaite.
Coordinador 2º de ESO