maqueta definitiva.pdf - Colegio Nuestra Señora del Pilar

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r elatos
Pero mi cartera no aparecía.
Hasta que la memoria me hizo recordar que la había sacado en el vestuario del pabellón para
enseñar una foto.
Así que el viernes de esa misma semana fui al pabellón y pregunté en el limpio mostrador si algún
alma caritativa había dejado mi cartera por allí. Me hicieron describirla con detalle, como
si poseyeran un arsenal de carteras de todos las marcas, colores y modelos, (lo cual me pareció
muy apetecible), pero finalmente me dijeron que solo tenían una cartera de Hello Kitty.. (y Dios
mío..,lo siento, pero … ¡qué fea era!)
La mía no estaba por ninguna parte.
Me volví cabizbaja a clase y empecé a pensar.
En mi cartera había 20 o 30 euros. Pero eso, que es lo que curiosamente más horripila a la gente,
me daba igual.
Lo que me importa es que en ella tenía mil recuerdos, mil personas fotografiadas, muchas de
las cuales, desgraciadamente, no iba a volver a ver.
UNA PILARISTA PECADORA (pues fue en el vestuario femenino) había cogido mi cartera.
Que hubiera mangado el dinero -lo cual me habría parecido igual de rastrero-, me daba igual.
Pero lo que me parece el colmo es que hubiera violado mi intimidad, que “alguien” hubiera
visto todas esas fotos, se hubiera cachondeado de ellas, y aún así se las hubiera guardado.
En la mayor parte de las fotos salía yo con “x”. ¿Tan difícil era pensar que podía ser mía? ¿Tan
fugaz resulto como para que no me hayas vuelto a ver y me la hayas podido dar?
Alguien las tiene… alguien tiene un pedazo mío, algo de mi vida y de mis recuerdos... Y no le
importa nada.
¿No podías coger el dinero y dejar la cartera en recepción?
Me parece tan patético.
Por eso escribo aquí esta queja formal. Me quejo de ti, amiga mía. Nuestra relación puede que
sea fugaz. Pero puede que nos conozcamos bien.
Me resulta difícil decir esto sin insultarte. Aun así, haré un esfuerzo. Espero que te gustaran
mis fotos. Espero que te guste mi cartera, que había pintado yo con mis propias manos. Espero
que te gustaran mis amigos y todo lo que guardaba.
Hasta esa servilleta tenía un significado, pero obviamente para mí.
Así que nada… con lágrimas en mi alma, espero que algún día vuelvan a mí. Y si no es así, espero
que la culpa recaiga sobre tus hombros para el resto de tu vida.
Por mi parte todo dicho, ahora me gustaría escuchar una respuesta, y si no, que tu cobardía te
calle para siempre.
Almudena Díaz- Llanos
2º Bach C