maqueta definitiva.pdf - Colegio Nuestra Señora del Pilar

60
pienso, luego
opino
UN DEBATE EN CLASE
¡El otro día, en clase de técnicas de estudio,
hubo un debate sobre el matrimonio y la adopción
entre homosexuales. El resultado fue significativo:
la mayoría de las personas de mi clase
se oponía a parte de lo que yo considero derechos
básicos de una persona, como pueden ser el
matrimonio o la posibilidad de tener hijos.
Para empezar voy a dar mis razones: la primera
es que todos esos derechos están respaldados
por la Constitución. Voy a citar textualmente
el artículo catorce de ésta: “Los españoles son
iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación
alguna por razón de nacimiento, raza,
sexo, religión, opinión o cualquier otra condición
o circunstancia personal o social”. Y por
lo tanto si somos todos iguales, ¿por qué no se
van a poder casar unos y otros no? Y la segunda,
sobre este punto fue donde hubo más comentarios,
pero volviendo a nuestra constitución,
el Estado español es laico y, por tanto, al
margen de la moral religiosa está que la política
no está unida a la religión.
Ahora vamos con argumentos que hicieron
otras personas defendiendo ideas contrarias a
las mías (he seleccionado las más llamativas):
1.- Había una persona que se oponía al
matrimonio y a todo lo relacionado con él porque
la Iglesia decía que no. Bien, pues quiero decir
que como éste es un país laico sus argumentos
no tienen sentido y por lo tanto, a mi entender,
no son muy válidos.
2.- Que no se le puede llamar matrimonio
a eso porque es una palabra que viene de la
Iglesia. Si lo he entendido, no se le puede llamar
matrimonio a la unión de dos personas tan normales
como nosotros, porque esa es una palabra
que viene aunque aparezca en el diccionario y
no se especifique de qué sexo son las personas de
la unión, viene de la Iglesia y por eso no es váli-
da. Pues voy a decir dos cosas; una que, etimología
aparte, es una palabra castellana y por
tanto se le puede dar ese nombre, y segundo no
voy a volver a citas del artículo catorce (ruego su
lectura) porque me van a demandar por plagio.
3.- Otra muy buena era la de meter en un
colegio a todos los niños con padres homosexuales.
Vamos a ver, estamos diciendo de separar a
estas personas sólo por tener padres así; pues
para tener una preciosa y maravillosa constitución
que dice que todos somos iguales, parece
que vamos a volver a los tiempos del Tercer
Reich de Alemania, que también encerraba a los
homosexuales. Además, ¿pasa algo por tener un
amigo con padres del mismo sexo?
4.- Luego una persona dijo que si un niño
tenía padres del mismo sexo se podría volver homosexual;
y yo me pregunto, ¿qué más da?
Mientras ellos no encierren a los heterosexuales
como se propone que se haga con ellos, a mí, y
creo que a otra gente, no le importa que haya
más o menos homosexuales en el mundo.
5.- Por último, aun siendo contraria a las
mías, la opinión más razonable es que si una
persona tiene padres homosexuales es posible
que sus compañeros se metan con él por eso. La
solución, fácil: para los agresores sanciones graves
y para los agredidos a mí me parece que si
desde pequeños se trata el tema con naturalidad
y con un psicólogo no habrá demasiados problemas.
Gracias a Dios, me alegró percatarme de
que en la clase también había gente que opinaba
como yo.
También sé las consecuencias que puede
traer esta carta, como comentarios hacia mi persona,
pero haberme expresado con claridad hace
que me merezca la pena. Espero que en un
futuro no muy lejano todas las personas vivamos
sin prejuicios y siendo todos IGUALES.
Gonzalo Sánchez. 2º ESO E